Rol de los Bancos

Centrales en la Integración

Regional Enrique García Dubón*

EL AUTOR PASA UNA REVISIÓN SOMERA DE LOS PRINCIPALES APORTES INSTITUCIONALES QUE EL CONSEJO MONETARIO CENTROAMERICANO HA EFECTUADO DESDE LOS PRIMERO AÑOS DE LA DÉCADA DE LOS NOVENTA, A LA FECHA, DESTACANDO SUS APORTES EN INTEGRACIÓN FINANCIERA, DESARROLLO DE ESTÁNDARES PRUDENCIALES, CREACIÓN DE INFRAESTRUCTURA FINANCIERA, DESARROLLO DE ESTADÍSTICAS REGIONALES E INVESTIGACIÓN REGIONAL.

PALABRAS CLAVES: INTEGRACION ECONOMICA; BANCOS CENTRALES; SICA; AMERICA CENTRAL; PANAMA; REPUBLICA DOMINICANA

KEY WORDS: ECONOMIC INTEGRATION; CENTRAL BANKS; SICA; CENTAL AMERICA; PANAMA; DOMINICAN REPUBLIC

1Introducción

Economista-Consultor de la. Secretaría Ejecutiva del Consejo Monetario Cen-troamericano, CMCA.

Correo electrónico: edubon@secmca.org

Recibido: 23 de mayo del 2014.

Aceptado: 14 de agosto del 2014

El rol de los bancos centrales en el proceso de integración regional ha sido relevante desde sus oríge-nes y, en su forma institucional re-gional como Consejo Monetario Cen-troamericano, CMCA, cumple en 2014 cincuenta años de apoyo rele-vante a la integración. Por ello, este documento se concentra en los an-tecedentes y aportes más represen-tativos que los bancos centrales de Centroamérica y República Domini-cana, han efectuado en beneficio del proceso de integración de la región.

Actualmente, el CMCA es un Consejo Sectorial de Ministros den-tro de la estructura del SICA, con autonomía funcional en el ejercicio de sus competencias. Está integrado por los Presidentes y Gobernado-res de los bancos centrales de Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua y República Dominicana.

Su fundamento jurídico y atri-buciones se definen en el Protocolo al Tratado General de Integración Económica Centroamericana (Proto-colo de Guatemala), en el Acuerdo Monetario Centroamericano y en el Tratado de Sistema de Pagos y Li-quidación de Valores de Centro-américa y República Dominicana. La Misión del CMCA es “propiciar el proceso de integración monetaria y financiera regional, dentro de un marco de estabilidad macro-económica”.

Su institucionalidad se concre-ta en una Secretaría Ejecutiva, la cual mantiene su sede en San Jose, Costa Rica. Su página Internet es www.secmca.org

Desarrollo institucional

Los bancos centrales de Cen-troamérica iniciaron sus acciones en beneficio de la integración en 1951, mediante reuniones informales entre ellos con el propósito de instituciona-lizar mecanismos y órganos de con-sulta, coordinación y asesoramiento, que eran necesarios para apoyar los tratados bilaterales de libre comercio en la región; los cuales posterior-mente desembocaron en el Tratado Multilateral de Libre Comercio e In-tegración Económica Centroameri-cana del 10 de junio de 1958 y el Tratado General de Integración Eco-nómica Centroamericana del 13 de diciembre de 1960. Estos instrumen-tos originales, fundamentales para el proceso de integración regional, no incluyeron consideraciones sobre los procesos relacionados con la unión monetaria o los mecanismos de in-fraestructura financiera más apro-piados para apoyar el creciente co-mercio regional.

De esa manera y para com-plementar las iniciativas de integra-ción comercial, los bancos centrales concretaron en 1961 el Acuerdo de la Cámara de Compensación Cen-troamericana, como el mecanismo más idóneo para facilitar los pagos intrarregionales que se derivaron de la creación de un ámbito común de libre comercio.

Dicho mecanismo regional de pagos fue el primer apoyo institucio-nal de los bancos centrales de la región, a su proceso de integración y sirvió de núcleo para configurar el Acuerdo para el Establecimiento de la Unión Monetaria Centroamericana (San Salvador, 25 de febrero de 1964).

El Acuerdo configuró la estruc-tura y forma institucional de los ban-cos centrales en la región, basada en un consejo de dirección, una se-cretaría técnica y ejecutiva de apoyo, comités de consulta especializada y un mecanismo de pagos. El modelo fue reforzado en 1969 mediante el Acuerdo del Fondo de Estabilización Monetaria, que constituyó un fondo para el apoyo de la balanza de pa-gos de los países de la región.

Esos tres instrumentos jurídi-cos fueron integrados en uno solo, el Acuerdo Monetario Centroamericano del 24 de agosto de 1974, con la finalidad de simplificarlos e integrar-los en un solo texto, mismo que ha experimentado desde entonces im-portantes adaptaciones, para reflejar las condiciones de la economía re-gional y en especial, las visión de sistema que se tiene del proceso de integración del área.

Principios

La visión del CMCA toma en consideración los propósitos funda-

mentales del Sistema de la Integra-ción Centroamericana, SICA, relati-vos a configurar una región de paz, libertad, democracia y desarrollo, por medio de un proceso caracterizado de gradual, complementario y pro-gresivo, el cual atiende las siguien-tes áreas de integración:

Creación de la zona de libre comercio
Integración monetaria y finan-ciera
Comercio exterior
Movilidad de factores produc-tivos
Políticas sectoriales
Aspectos aduaneros.

La estructura institucional del Consejo y su Secretaría Ejecutiva, le permite enfocarse en el principio de integración monetaria y financiera, mediante la promoción y ejecución de las acciones necesarias para la coordinación, armonización, conver-gencia o unificación de las políticas monetaria, cambiaria, crediticia y financiera de los Estados.

Estructura

EL CMCA se apoya en seis comités de consulta (política mone-taria, mercado de capitales, estudios jurídicos, sistema de pagos, están-dares regionales y tecnologías de información), una plataforma de in-terconexión de sistemas de pagos, y un sistema de divulgación pu-blica por medio de la Internet ( www.secmca.org ), que incluye una base documental y estadística espe-cializada en temas de integración financiera y de convergencia macro-económica de la región centroameri-cana y de República Dominicana.

Comercio e integración

El aporte de los bancos cen-trales a la integración no ha estado ajeno a su evolución y dinámica particular. En general, esta distingue tres grandes etapas: la primera, en-tre 1960 y 1980, que se caracterizó por el fuerte impulso en el comercio al interior de la región y la construc-ción de las instituciones fundamenta-les del proceso comunitario; la se-gunda reflejó las dificultades políticas y económicas que surgieron desde finales de la década de los setenta y que se prolongó hasta los comienzos de los ochenta y en la cual el comercio se estancó. La ter-cera etapa de la integración regional se distingue por una fuerte recupe-ración y una mayor apertura hacia el resto del mundo.

En cada una de esas etapas, el principal indicador de la integra-ción, el comercio intrarregional, refle-jó claramente los efectos positivos o adversos que la distinguieron. Así, el comercio centroamericano como proporción del PIB regional, se elevó de 0.4% en 1960 a 2.8% en 1979, en respuesta a la expansión de los mercados y a la consolidación de las instituciones regionales. La década

de los ochenta, dominada por una crisis de gran alcance, llevó esa relación a contraerse a un mínimo de 1.48% en 1990. Luego de la estabili-zación de las economías y la refor-ma institucional de la integración, se observa una notable recuperación que ha llevado el comercio regional a una proporción de 5.2% respecto del Producto Interno Bruto, PIB, del área (Gráfico 1).

GRÁFICO 1

COMERCIO REGIONAL COMO PROPORCIÓN DEL PIB, 1960-2012.

Porcentajes

Fuente: Secretaría Ejecutiva del Consejo Monetario Centroamericana, SECMCA. Anuarios Estadísticos (Varios números).

En cada una de las etapas, se distinguieron las acciones de crea-ción de infraestructura financiera regional, así como el impulso a la coordinación y convergencia de polí-ticas macroeconómicas. (Gráfico 2)

GRÁFICO 2

HITOS REGIONALES

1990-2006

Fuente: Elaboración propia, adaptado del modelo de Joong-Yeon Hwang.

El relanzamiento de la inte-gración regional a principios de los noventa, se da en el contexto de un intenso proceso de reforma y estabi-lización de las economías del Istmo.

La estrategia del CMCA con-sistió en apoyar inicialmente la esta-bilización macroeconómica de los países, mediante mecanismos de consulta y coordinación macroeco-nómica entre los países miembros. Ello requirió de profundizar la armo-nización estadística y la generación y divulgación de estadísticas eco-nómicas y financieras armonizadas, así como diseñar un modelo de con-vergencia macroeconómica.

GRÁFICO 3

HITOS EN LA INTEGRACIÓN REGIONAL

2006-2015

Fuente: Secretaría Ejecutiva del Consejo Monetario Centroamericana, SECMCA.

Paralelamente, se impulsó el proceso de integración financiera regional, con la idea de ordenar un espacio financiero único en la región. Para ello, se establecieron meca-nismos de coordinación entre las entidades de supervisión, a efecto de identificar un conjunto de princi-pios para la vigilancia y supervisión prudencial de la banca, los merca-dos de valores y otros ámbitos del mercado financiero.

Finalmente, en materia de in-fraestructura financiera, se desarro-llaron un conjunto de principios y normas orientadas al ordenamiento de los mercados de deuda pública y de sistemas de pagos, así como el diseño y establecimiento de una plataforma regional de pagos que operase en tiempo real y con liqui-dación bruta.

Modelo de convergencia

macroeconómica

El CMCA estableció en julio de 1994 un conjunto de indicadores básicos de convergencia macroeco-nómica con el propósito de fortalecer la coordinación de las políticas ma-croeconómicas de Centroamérica. El criterio adoptado fue el de definir un conjunto representativo de indicado-res no vinculantes, de pronto cálculo, fácil comprensión y representativos del entorno económico del área, basados en los siguientes principios:

Gradualidad.
Convergencia por seguimien-to, consultas e intercambios de información y cooperación.

Inicialmente el criterio de cuantificación de los indicado-res se basó en el promedio observado en Costa Rica, El Salvador y Guatemala, en el período 1991-1993.

Revisión periódica a cargo del Comité de Política Monetaria.

El enfoque de convergencia se refirió solamente a la confluencia en torno a parámetros definidos por el interés del CMCA, para los efectos de coordinación de política. Aunque no se refieren a la convergencia real, se incluyó el crecimiento del PIB como su referente y reconociendo que la convergencia real debe res-ponder a una visión más amplia de la integración.

También, los criterios defini-dos para la convergencia recogen el contexto de principios de los no-venta, caracterizados por inestabili-dad macroeconómica (volatilidad cambiaria, elevada inflación), repre-sión financiera, segmentación de mercados, y el impulso a procesos de estabilización macroeconómica y reforma estructural basadas en mayor apertura, liberalización, y desregulación.

Para facilitar la coordinación de las políticas macroeconómicas nacionales, en julio de 1994 el Con-sejo Monetario aprobó un esquema de referencia regional denominado

Marco Macroeconómico de Referen-cia Centroamericana, MCA, el cual define metas indicativas de segui-miento periódico para ocho indicado-res de convergencia, siendo ellos:

Variación anual del PIB real ≥ 5.0%.

Tasa anual de inflación a di-ciembre ≤ 9.0%.

Tasa de interés pasiva pro-medio de referencia en tér-minos reales a diciembre ≤ 5.0%.

Índice del Tipo de Cambio Efectivo Real con USA (Dic.97=100): entre 90 y 110.

Razón Reservas Internaciona-les Netas del BC y Base Mo-netaria ≥ 100.

Razón Déficit Cuenta Corrien-te Balanza de Pagos a PIB 3.5%.

Razón Déficit Sector Público a PIB (Incluye SP no Financiero y Banco Central) ≤ 2.5%.

Razón Deuda Pública Total (interna y externa) a PIB 50.0.

En adición a la valoración pe-riódica de la convergencia macro-económica regional, se incluyen elementos relacionados con la liber-tad en el mercado cambiario, la de-terminación de las tasas de interés y la evolución de las respectivas tasas de encaje legal requeridas a los de-pósitos bancarios.

Un ejemplo de las plantillas de valoración de convergencia se inclu-ye en el Cuadro 1.

CUADRO 1

PLANTILLAS DE REPORTE DE CONVERGENCIA REGIONAL

Y MEDICIÓN DE ESFUERZO RESPECTO DE PARÁMETROS

DE REFERENCIA

Ejemplo con datos de 2005

Variable

Pará-

metro

Costa Rica

El Sal-vador

Guate-mala

Hondu-ras

Nica-ragua

R. Domi-nicana

CA + RD

C

E

C

E

C

E

C

E

C

E

C

E

C

E

PIB

=4%

+

+

+

+

IPC

=6%

+

+

+

+

+

Ti

0-5

+

n.a.

+

n.a.

+

n.a.

+

n.a.

n.a.

n.a

+

n.a

ITCER

95-105

+

n.a

+

n.a

n.a.

+

n.a

n.a

n.a

n.a

RIN/BM

=100

+

+

+

+

+

+

+

DCC

=3.5%

+

+

+

+

+

+

+

DSP

=2.5%

+

+

+

+

+

+

+

+

DPT

=50%

+

+

+

+

% de casos +

50

50

63

33

63

50

38

33

13

67

38

33

50

33

NOTACIÓN C Cumplimiento Si cumple pero con esfuerzo

E Esfuerzo No cumple pero esfuerzo es +

Fuente: Secretaría Ejecutiva del Consejo Monetario Centroamericana, SECMCA.

Asimismo, el CMCA identificó a finales de la década de los noventa otras áreas donde se buscaría la armonización regional, específica-mente en cuanto a favorecer el uso de las monedas centroamericanas en el pago de las transacciones co-merciales intrarregionales; y en re-ducir gradualmente el flujo neto de financiamiento del gasto público por parte de los bancos centrales, o el realizado a través de inversiones obligatorias de los bancos comercia-les u otras entidades financieras.

A la fecha, la valoración de la convergencia regional se realiza con menor frecuencia, puesto que las condiciones originales han variado sustancialmente. La batería de indi-cadores es más amplia por medio de un Reporte Económico Mensual, el cual permite un análisis más abierto y detallado de las condiciones eco-nómicas regionales y está disponible al público en la siguiente dirección de Internet:

http://www.secmca.org/Informes.html

Enfoque de integración

financiera regional

La visión de integración finan-ciera regional se fundamentó en la coordinación regional de políticas macroeconómicas, orientada a tras-ladar a los mercados y sus usuarios una mejor calidad en los servicios financieros (Gráfico 4).

La premisa del CMCA para la integración financiera parte del reco-nocimiento que las políticas macro-económicas acertadas y sólidas, deben complementarse con un sis-tema financiero estable, sólido y solvente; y, importante subrayarlo, con el apoyo y la coordinación de los responsables de la supervisión y vigilancia del sistema financiero. Así, en 1995 el CMCA y el Consejo Cen-troamericano de Superintendentes de Bancos, Seguros y Otras Institu-ciones Financieras establecieron una normativa mínima, armonizada re-gionalmente, en las áreas de super-visión prudencial aplicable a bancos, mercado de valores, fondos de in-versión y en la negociación en mer-cado secundario de títulos valores emitidos por gobiernos y bancos centrales centroamericanos.

Elementos relevantes

de la Normativa Prudencial

Para el sistema bancario, se armonizó la clasificación de activos de riesgo crediticio; los principios y políticas contables y de divulgación de información para garantizar la transparencia en la operación de los bancos y otras instituciones financie-ras; los requerimientos de capital, determinados en función de la pon-deración del riesgo de los activos; las regulaciones para prevenir la excesiva concentración de riesgo; y los requisitos de capital mínimo para el establecimiento de nuevas institu-ciones bancarias y financieras. Estos principios no solamente reflejaron las mejores prácticas del mercado, sino también los desarrollos particulares del Comité de Banca de Basilea.

GRÁFICO 4

VISIÓN DE INTEGRACIÓN FINANCIERA REGIONAL

Fuente: Secretaría Ejecutiva del Consejo Monetario Centroamericana, SECMCA. 1995.

De la misma manera, se adop-taron para los mercados de valores un conjunto de normas para armoni-zar el concepto de oferta pública de valores; los requisitos mínimos para la inscripción en bolsa que deben observar las entidades emisoras y los títulos valores; los requerimientos para los auditores de las entidades emisoras de títulos; la normativa contable y para la armonización de los procedimientos de liquidación y compensación de operaciones; las obligaciones de información al públi-co inversionista; y las pautas para el establecimiento de Centrales de Depósito de Valores, Clasificadoras de Riesgo y Casas de Corredores de Bolsa.

Las normas mínimas de su-pervisión de los Fondos de Inversión fueron aprobadas en 1997 y conci-bieron estos fondos como una forma para dinamizar y dar liquidez a los mercados financieros de los países centroamericanos y facilitar al mayor número de personas el acceso al beneficio del ahorro y la inversión. Se adoptaron lineamientos comunes para la definición de los tipos de fondos de inversión; los requisitos mínimos de funcionamiento de las Sociedades Operadoras y para ins-cribir fondos de inversión; las nor-mas mínimas sobre las políticas de inversión; las formas de solucionar conflictos de interés; los mecanis-mos de liquidez de los Fondos Abier-tos; la necesidad de valuar periódi-camente el Fondo y los títulos de participación; los sistemas contables del Fondo y de la Operadora; la cus-todia de los títulos valores; la infor-mación que debe suministrarse a la Entidad Reguladora y al público; los principios que regirán la publicidad; y la aplicación de un régimen de sanciones.

Instructivos centroamericanos: También el CMCA adoptó en Mayo de 1997 un instructivo regulando la negociación en mercado secundario de títulos valores emitidos por go-biernos centrales y bancos centrales, procurando facilitar e impulsar la negociación de esos títulos en el mercado secundario de las bolsas de valores, en cualquier país cen-troamericano.

Desarrollos recientes

La integración financiera cen-troamericana es un proceso en mar-cha, cuyo avance en buena medida no depende exclusivamente de las decisiones de los gobiernos de la región, pero que puede ser influida de manera determinante por estos. La expansión internacional de la banca comercial y su diversificación revelan una tendencia hacia la con-formación de un solo espacio finan-ciero regional, dominado principal-mente por entidades bancarias.

Desde el 2006 se produjo en Centroamérica un cambio relevante en el proceso de consolidación de su sistema bancario. Antes de ese año las consolidaciones eran el producto de quiebras y fusiones o adquisicio-nes que se dieron en el ámbito in-

terno propio de la región; su principal distintivo fue el surgimiento y desa-rrollo de grupos bancarios que co-menzaron a operar muy activamente a escala regional, bajo un esquema de organización basado principal-mente en arreglos y alianzas locales, bajo los cuales la propiedad se man-tuvo dominantemente nacional.

Posteriormente a ese año, el carácter y alcance del proceso de consolidación cambió radicalmente debido al prominente ingreso de bancos internacionales, que adqui-rieron los principales bancos del área, tanto por su tamaño, como por la escala de sus operaciones en toda la región; en algunos países, la ban-ca internacional ha llegado a ser propietaria de más del 90% de los activos bancarios ya en el 2007. Por otra parte, la magnitud de los montos involucrados en las adquisiciones bancarias realizadas entre el 2006 y el 2007, evidenciaron también un cambio importante del proceso de consolidación que se venía obser-vando desde el 2000, el cual refleja ahora una mayor orientación hacia la internacionalización y el aprove-chamiento de los instrumentos co-merciales de mayor apertura eco-nómica. (Gráfico 5)

GRÁFICO 5

NÚMERO DE BANCOS EN CENTROAMÉRICA

1990-2013

Fuente: Calculado por el autor en base a datos Superintendencias de Bancos de la región y Secretaría Ejecutiva del Consejo Monetario Centroamericano, SECMCA.

El principal factor de estímulo para la entrada de nuevos partici-pantes financieros en la región fue la concreción de un tratado de libre comercio con los Estados Unidos de América; ello, junto al desarrollo de la unión aduanera regional y el acuerdo de asociación de Centroa-mérica con Europa, son elementos que favorecen la bancarización y su desarrollo a partir de plataformas regionales comunes. La concreción de un espacio financiero regional más integrado en Centroamérica es posible dadas esas condiciones, pero requiere también de un mayor desarrollo de instancias regionales que complementen las estrategias abiertas e integradoras que son pro-pias de la banca internacional que participa hoy en el medio bancario centroamericano.

La consolidación bancaria es un fenómeno que se ha dado pre-dominantemente en los últimos siete años en Centroamérica, y hasta el 2006 reflejó principalmente la co-rrección de dificultades financieras en entidades bancarias nacionales; después de ese año, el ritmo de la consolidación fue menor y creció significativamente en cuanto a su valor. No hay evidencia de que el proceso haya elevado significativa-mente la concentración de los acti-vos de la banca a escala regional y se mantiene en niveles de concen-tración moderada.

Se estima que el proceso de consolidación continuará en los pró-ximos años, como resultado de la reacción de la banca nacional ante la presencia de la banca internacional operando en toda el área, así como los acomodos por la adquisición de banca colombiana de las inversiones de HSBC en la región, principalmen-te. Los beneficios de la más reciente etapa de consolidación aún no son visibles, pues los bancos internacio-nales se encuentran en la etapa de introducción de sus propios estánda-res de operación y plataformas tec-nológicas; asimismo, no se descarta que otros participantes internaciona-les puedan acceder al mercado re-gional, pero orientándose hacia ser-vicios financieros especializados, como seguros, pensiones, pequeña empresa y micro finanzas.

El potencial de efecto favora-ble en la bancarización es muy alto; esta se ha visto tradicionalmente a partir de dos vertientes: por un lado, el apoyo que brinda en la prestación de servicios bancarios a todos los sectores, especialmente los de me-nor ingreso o escala pequeña y microempresa, consumidores, crédi-to de vivienda, etc.-; y por otro, en cuanto a la prestación de servicios de pagos a la comunidad.

Infraestructura financiera

regional

En la primera etapa de la inte-gración regional, los bancos centra-les constituyeron una Cámara de Compensación Regional, CCC, junto a un fondo de estabilización para apoyar desequilibrios temporales en la balanza de pagos (Focem).

La Cámara de Compensación Centroamericana CCCA fue creada en 1961 como un sistema de apoyo al comercio intrarregional, basado en un mecanismo multilateral de com-pensación de los pagos derivados del comercio. Funcionó a partir de líneas de crédito bilaterales entre los bancos centrales participantes, bajo el principio de plena convertibilidad de las monedas nacionales dentro del sistema y efectuando las liquida-ciones de los saldos con divisas fuertes cada cuatro o seis meses.

La CCCA se desempeñó con flexibilidad y eficacia en sus primeros años, habiendo aumentado el monto de sus operaciones en una propor-ción extraordinaria, llegando a mane-jar hasta el 99% de los pagos por comercio intrarregional; en algunos años incluso tramitó pagos de otra índole diferente a la comercial. Entre 1961 y 1990 permitió que la región se beneficiase de un ahorro de apro-ximadamente US$10,000 millones en divisas, debido a su sistema de compensación multilateral.

No obstante, la crisis econó-mica y política que afectó a los paí-ses centroamericanos a finales de la década de los setenta y durante los ochenta propició la acumulación de saldos insolutos de algunos países. Asimismo, la sobrevaluación de los tipos de cambio y la existencia de controles de cambio generó problemas de valoración de las transacciones, lo que finalmente obligó a la suspensión de sus opera-ciones. A partir de entonces, el co-mercio intrarregional se comenzó a compensar y liquidar de forma priva-da y con uso predominante del dólar estadounidense.

En 1990 se procuró relanzar el sistema regional de pagos con la creación del Sistema Centroameri-cano de Pagos, SCP, con el apoyo logístico y financiero de la Comuni-dad Europea, que aportó ECU 40 millones (US$43 millones) para su desarrollo. El SCP solo operó un año, alcanzando a compensar el 20% del comercio intrarregional. Las razones de su cierre fueron variadas, pero predominó la desconfianza entre los bancos centrales por las limitaciones en sus posiciones na-cionales de divisas y el temor por nuevas acumulaciones de deudas bilaterales insolutas.

En resumen, los principales problemas estructurales de la CCCA (1961-1990) y del SCP (1990-91) fueron los siguientes:

Alto riesgo de crédito y de liquidez, asociado a las dificul-tades en balanza de pagos de la mayoría de los países parti-cipantes que favoreció la acumulación de deudas.

Riesgo sistémico que propició arbitrajes y desconfianza en la operación del sistema.

Sistema Regional de Pagos

En el 2003 el CMCA aprobó la ejecución de un proyecto orientado a conferir seguridad jurídica a los ci-clos de pagos y aprovechar los

avances en la tecnología de pagos, especialmente de los sistemas de liquidación bruta en tiempo real. Se consideró un sistema de enlace de los sistemas de pagos nacionales basado en liquidación bruta en tiem-po real, ausencia de riesgo crédito (no crédito entre participantes del sistema) y la utilización de las plata-formas de pagos ya existentes en los países.

Así, entre el 2004 y el 2008 el CMCA, con apoyo del Banco Inter-americano de Desarrollo, BID/Fomin, logró avances significativos hacia la implementación de dicho sistema:

Se promovió la suscripción por parte de los Estados miem-bros del “Tratado sobre Sis-temas de Pagos y de liqui-dación de valores de Centroamérica y República Dominicana” ( http://www.secmca.org/SIP_D OCUMENTACION.html ), cuyo propósito principal es dotar a los sistemas de pagos nacio-nales o regionales, presentes o futuros, de mayor seguridad jurídica, así como reforzar las competencias de vigilancia sobre ellos, con la finalidad de velar por su buen funciona-miento, seguridad y eficiencia, requisito básico para mante-ner y promover la estabilidad financiera incluso en momen-tos de crisis de alguna de sus entidades participantes. Este Tratado incorpora los estánda-res jurídicos internacionales más relevantes sobre la mate-
ria, ajustándolos a la reali-dad y necesidades de los paí-ses de la región, con el objeti-vo de evitar el riesgo sistémico y permitir la interconexión re-gional de los sistemas nacio-nales.

Se reconoció la existencia de un importante mercado poten-cial de pagos regionales.

Se identificó el diseño de un enlace regional basado en la liquidación bruta en tiempo real, administrado por un ges-tor independiente con fortale-za financiera para operar el sistema y ofrecer financia-miento intradía, y con el CMCA asumiendo el rol de vi-gilante del sistema.

Orientación del Programa

Regional de Pagos

La situación general del pro-grama regional de pagos impulsado por el CMCA, tiene dos grandes fases. La primera está vinculada al desarrollo de los sistemas de liqui-dación bruta en tiempo real naciona-les (LBTR) y su enlace regional, a partir de un servicio básico de com-pensación y liquidación. En una se-gunda fase se estarían integrando otros servicios, en particular los vin-culados a la compensación y liquida-ción de valores.

La visión general parte de un conjunto de insumos primarios: el marco jurídico común o armonizado;

la constitución de un LBTR nacional; la identificación de estándares na-cionales para alto valor y regionales para alto valor transfronterizo; y el régimen de vigilancia, monitoreo de liquidez y gestión del riesgo. Estos insumos constituyen la infraestructu-ra básica que debe sostener el sis-tema de enlace regional de los LBTR nacionales. El diseño funcional que se identificó en noviembre de 2005 por el Grupo Regional de Pagos tomó en cuenta que algunos países no contaban con LBTR operativos, para lo cual incluyó en el diseño del sistema de enlace regional un pro-ceso especial de vinculación de estos, con los otros que sí lo poseen.

La estructura para el desarro-llo del “Sistema de Interconexión de Pagos Regionales”, SIP, contiene cinco componentes:

Jurídico

Fundamentado en los princi-pios contenidos en la Ley Modelo sobre sistemas de pagos, el CMCA propuso a los Estados de la Región la suscripción del Tratado sobre Sistemas de Pagos ya citado, que otorga seguridad jurídica al más alto nivel normativo a los sistemas de pagos actuales y futuros, sean na-cionales o regionales, y que actual-mente se encuentra vigente en cinco países de la región. Para comple-mentar esta normativa, durante el 2008 el CMCA elaboró y propuso a los bancos centrales miembros algu-na normativa derivada del Tratado en aquellos temas que el mismo instrumento internacional exige desarrollo reglamentario. En concre-to, aprobó dos resoluciones: un con-junto de recomendaciones para la definición de los momentos de irre-vocabilidad y firmeza de las órdenes de pago, núcleo central de la protec-ción jurídica establecida en el Trata-do a favor de los sistemas de pagos (Resolución CMCA/RE-10-252/08 de 26 de junio de 2008); y recomenda-ciones para la definición de los re-quisitos y procedimiento para el re-conocimiento de los sistemas de pagos con importancia sistémica de la región (Resolución CMCA/RE-11-253-08 de 9 de diciembre de 2008).

Institucional

Se refiere al modo de organi-zación del SIP dentro de la estructu-ra de los bancos centrales de la re-gión, así como a la modalidad de operación y su propiedad. Conforme al SIP aprobado, se pretende apro-vechar la naturaleza operativa de los LBTR para evitar la concesión de créditos bilaterales entre bancos centrales a efecto de minimizar el riesgo crédito; gestión independiente del sistema mediante la figura de gestor del SIP; y utilizando tecnolo-gía simple de enlace de los LBTR locales.

Diseño funcional

Fue identificado como Sistema de Interconexión de Pagos Regiona-les, SIP, e incluye un diseño funcio-nal, un sistema de gestión del riesgo y los requerimientos para intercone-xión. (Ver Gráfico 6)

GRÁFICO 6

DISEÑO FUNCIONAL DEL SIP

Fuente: Banco Central de Nicaragua: Diseño funcional del Sistema de Interconexión de Pagos Regionales, SIP.

Tecnológico

Parte del diseño funcional del SIP contiene sus propios requeri-mientos funcionales para hacer ope-rativa la interconexión de los LBTR locales, además de los sistemas de seguridad, vigilancia y mensajería involucrados en el servicio básico de la primera fase.

Organización y funcionamiento

Temas referidos a la modali-dad de organización administrativa del SIP, así como a los aspectos de mercado y el plan de negocio.

Adicionalmente, se atendieron los aspectos de mercado y plan de negocio, así como fortalecer los re-querimientos mínimos para el enlace regional de los LBTR nacionales. En particular, el estándar único de cuen-ta bancaria que facilitará el servicio de pago de persona-a-persona en tiempo real, el que fue aprobado por el CMCA en su 251 Reunión (Reso-lución CMCA/RE-09-251-08 de 22 de febrero de 2008).

El énfasis de la visión al final del programa se centra en avanzar en plataformas de servicios integra-les que dependan del desarrollo de los LBTR nacionales, y no en sepa-rar el alto valor del bajo, pues con los avances en la tecnología de sis-tema de pagos esa separación ya no es relevante y más bien permite concentrarse en los sistemas de pagos sistémicamente importantes.

El SIP sería administrado y operado por un banco central que funja como gestor institucional y podría ser utilizado por los bancos centrales miembros del SIP y por los administradores de sistemas de pa-go o de liquidación de valores debi-damente autorizados. Operaría bajo la modalidad de liquidación bruta en tiempo real, por lo que las operacio-nes de pagos serían liquidadas una a una y en forma instantánea en el gestor, siempre que el participante que origina el pago disponga de los fondos suficientes en su cuenta en el banco central gestor. La liquidación de cualquier operación en el SIP quedaría efectuada una vez realiza-da la transferencia y el registro de los fondos entre las cuentas de los participantes involucrados. La liqui-dación sería firme, definitiva e irre-vocable y no podría ser anulada, revocada, revertida o modificada por el participante que origina el pago.

Estándar de cuenta

Un componente importante del SIP es el estándar adoptado para cuentas bancarias, el cual se basa en uno internacional reconocido para pagos transfronterizos y que facilita la interconexión de sistemas y el pago persona-a-persona una vez que se ha implementado completamente.

Adicionalmente, promueve la eficiencia, al brindar mayor seguri-dad a los procesos de intercambio de bienes, con menores costos de transacción, mayor rapidez y garan-tía de liquidez. El estándar aprobado por el CMCA es el siguiente:

IBAN = PPVVEEEENNNNNN….NNNNN

Donde:

PP: Código país, según estándar ISO-3166.

VV: Dígito verificador, según estándar ISO-7064.

EEEE: Código de entidad, según estándar ISO-9362 (BIC-SWIFT)

(Opcional, cuando no se incluye dentro del estándar de cuenta nacional).

NNN…NN: Número de cuenta, máximo 26-30 posiciones, dependiendo del estándar nacional.

Adicionalmente, se cuenta con un modelo tarifario cuya base de cobro sigue el principio de que se cobrará exclusivamente a la entidad que origine una transacción. Las tarifas del SIP son competitivas den-tro del mercado nacional y regional y deberían garantizar, a la vez, la sos-tenibilidad financiera de su platafor-ma de negocios, incluido el costo de los nuevos desarrollos que se reali-cen para promover la eficiencia y seguridad del sistema.

El modelo adoptado incorpora un sistema de vigilancia de los pa-gos regionales basado en el Tratado sobre Sistemas de Pagos y en los siguientes principios:

Transparencia. Se darán a conocer los objetivos, están-dares y criterios de vigilancia, así como los resultados de la vigilancia;

Estándares internacionales. Se utilizarán los principios in-ternacionales para evaluar los
sistemas de pagos de impor-tancia sistémica y los de liqui-dación de valores. Asimismo, se tendrán en cuenta dichos principios en el diseño y mejo-ra de los sistemas;

Poderes efectivos y capaci-dad. Se deberá contar con los recursos necesarios para rea-lizar la vigilancia en el ámbito definido, así como contar con las facultades legales necesa-rias para ello.

Consistencia. La vigilancia se realizará de manera consis-tente a todos los sistemas de pagos vigilados. Asimismo se promoverá la neutralidad en el acceso de los participantes y en la prestación de los servi-cios; y,

Cooperación con otras autori-dades. Se establecerán los mecanismos necesarios para asegurar la efectiva coope-ración con las autoridades relevantes.

Finalmente, cabe destacar que el esfuerzo actual de moderni-zación del sistema regional de pagos subsana las dificultades estructura-les de la desaparecida CCCA por-que:

Elimina el riesgo de crédito, debido a que opera sobre una base de liquidación bruta en tiempo real y la expo-sición potencial no es mayor a la que permite el fondo o in-versión de respaldo del gestor institucional.

Descarta el riesgo de liquidez, porque el gestor institucional utiliza diariamente la inversión de respaldo, para financiar únicamente operaciones intra-día y la liquidación al cierre diario de operaciones.

Reduce el riesgo sistémico.

En adición, presenta las si-guientes ventajas:

2

1. Esta sección se basa en documentos públicos de la SE-CMCA.
Todas las órdenes del sistema se hacen bajo el principio de pago contra pago, eliminando riesgo desde el origen.

Utiliza las propias plataformas de los bancos centrales, redu-ciendo con ello el monto de inversión inicial requerido para la adopción del sistema.

Mayor seguridad en las ope-raciones; y,

Permite fortalecer la vigilancia sobre operaciones regionales.

Consideraciones sobre Unión

Monetaria1

Antecedentes de la unión

monetaria centroamericana

La moneda única centroame-ricana o unión monetaria fue una intención que surgió en la década de los sesenta en el contexto del proceso de integración económica regional y como un complemento conveniente para el eficiente funcio-namiento de la Zona de Libre Co-mercio que se estaba organizando. En el curso de 1962 y 1963 el am-biente político de Centroamérica se tornó más propicio al proceso de integración económica, dando lugar a que el Consejo Económico Cen-troamericano y la Reunión de Presi-dentes se pronunciaran pública y abiertamente en favor de la unión monetaria.

En respuesta a ese acontecer político y económico de la época, los representantes de la banca central centroamericana suscribieron en febrero de 1964 el "Acuerdo para el Establecimiento de la Unión Moneta-ria Centroamericana", el cual tenía por objeto "promover la coordinación y armonización de las políticas mo-netarias, cambiarias y crediticias de los países centroamericanos y crear

progresivamente las bases de la Unión Monetaria Centroamericana" (Artículo I). En el Artículo II de ese Acuerdo se prescribía que sería un proceso gradual y de largo plazo, debido a la complejidad para crear las condiciones monetarias y finan-cieras necesarias para la constitu-ción y funcionamiento de la Unión Monetaria Centroamericana.

En la práctica, la intención de avanzar hacia la moneda única cen-troamericana no prosperó, debido, fundamentalmente, a que las condi-ciones macroeconómicas no fueron propicias para alcanzar esa meta y, además, tampoco existió la suficien-te voluntad y el respaldo político indispensable para viabilizar esa iniciativa.

Con la reactivación del proce-so de integración económica a prin-cipios de los años noventa, después de los Acuerdos de Paz de Esquipu-las, el Protocolo de Guatemala al Tratado General de Integración Eco-nómica Centroamericana de octubre de 1993 (Protocolo de Guatemala), fundamento económico básico de la nueva integración regional, excluyó el objetivo de la unión monetaria e incluyó el de integración monetaria.

En efecto, el Artículo 19 del Protocolo de Guatemala establece que la integración monetaria y finan-ciera se realizará progresivamente, para lo cual los Estados “propiciarán la armonización de las políticas ma-croeconómicas, especialmente la monetaria y fiscal, para asegurar, alcanzar y mantener la estabilidad interna y externa de las economías”; y que “en tanto se logra ese objetivo, los Estados perfeccionarán la inte-gración monetaria y financiera cen-troamericana, de acuerdo a sus respectivas legislaciones nacionales y mediante acciones como las siguientes:

Mantener una irrestricta liber-tad de pagos dentro de la zo-na y permitir el uso de diferen-tes medios de pago.

Promover el uso de las mo-nedas nacionales de los Esta-dos Parte en los pagos intra-rregionales y facilitar su libre negociación.

Facilitar la libre transferencia de capitales y promover el desarrollo y fortalecimiento del mercado de capitales cen-troamericano.

Fomentar la integración finan-ciera y de los mercados de capitales de los Estados Parte facilitando el establecimiento y operación de bancos y asegu-radoras, sucursales, subsidia-rias y otras entidades financie-ras nacionales entre los Estados Parte y la vinculación de las bolsas de valores.

Prevenir y contrarrestar movi-mientos financieros de carác-ter especulativo.

Actuar coordinadamente en las relaciones monetarias in-ternacionales e impulsar la
cooperación financiera con otras entidades regionales e internacionales”.

Congruente con lo establecido en dicho Protocolo, el Acuerdo Mo-netario Centroamericano, AMCA, vigente, el cual regula la actividad del Consejo Monetario Centroameri-cano, no establece la unión moneta-ria, pues las competencias asigna-das por el Protocolo de Guatemala al CMCA se restringen a “proponer y ejecutar… las decisiones necesarias para lograr la coordinación, armoni-zación, convergencia o unificación de las políticas monetaria, cambiaria, crediticia y financiera de los Estados Parte” (Artículo 47). En tal sentido, el Artículo 1° del AMCA establece que “El presente Acuerdo regula, dentro del proceso centroamericano de integración económica, lo relativo a la coordinación, armonización, con-vergencia o unificación de las políticas monetarias, crediticias, cambiarias y financieras de los Esta-dos centroamericanos, con la finali-dad de realizar gradual y progresi-vamente la integración monetaria y financiera regional.”

De lo planteado en la sección anterior se concluye que la adopción de una moneda centroamericana requiere la suscripción y aprobación de un Tratado Regional de Unión Monetaria. Cabe señalar que si bien existe desde hace varias décadas el “Peso centroamericano”, es como unidad de cuenta y únicamente para fines de la unidad y uniformidad arancelaria.

Etapas para la unión monetaria

Avanzar hacia la unión mone-taria es un proceso gradual que re-quiere pasar por distintas etapas de integración económica, tal y como lo hizo la Unión Europea, UE, en su oportunidad. Las etapas “teóricas” que deben completarse para avan-zar en esa dirección se presentan en el cuadro 2 como referencia para la región.

En ese enfoque mecánico, al perfeccionamiento de la Zona de Libre Comercio debe seguirle la con-formación de una Unión Aduanera; luego establecer la libre movilidad de personas y capitales para construir un Mercado Común. De este se pa-saría a la Unión Económica median-te el seguimiento de un proceso vinculante u obligatorio de coordina-ción de las políticas macroeconómi-cas, centrado en metas de cumpli-miento obligatorio, en un horizonte predefinido, para variables como tasa de inflación, tipo de cambio, tasa de interés, déficit fiscal y en-deudamiento público, que permita alcanzar el nivel mínimo necesario de convergencia macroeconómica y de sostenibilidad fiscal entre los paí-ses participantes. Simultáneamente se deberá trabajar en completar la organización institucional indispen-sable, que consiste básicamente en un sistema de bancos centrales y de un banco central regional. Finalmen-te, se procedería a la fijación irrevo-cable entre sí de las monedas na-cionales y su sustitución por la moneda común.

CUADRO 2

VISIÓN DE ETAPAS TEÓRICAS (BALASSA) DE LA INTEGRACIÓN

Y COMENTARIO SOBRE ESTADO DE LA REGIÓN

Fuente: Barboza, J. Notas sobre Integración Regional.

De lo anterior se deduce que la adopción de una moneda cen-troamericana o unión monetaria es un proceso complejo y de largo al-cance para que la moneda común sea convertible y estable y se consti-tuya en un factor de estabilidad mo-netaria, que permita mantener una tasa de inflación baja y estable, as-pecto fundamental para el desarrollo de las actividades productivas y el mantenimiento del poder adquisitivo de los ingresos de la población. Además, es indispensable un amplio consenso de los principales sectores políticos de los países para poder aprobar el Tratado Regional que requiere su instrumentación.

Estado actual del proceso

de Integración Económica

Regional

El avance de la región en el cumplimiento de las acciones de las distintas etapas es, en general, bajo. En efecto, a lo largo de los casi cin-cuenta años de haberse iniciado el proceso de integración económica centroamericana, la región ha pasa-do por muy diversas etapas, con avances y retrocesos significativos, debido a diversas causas, algunas políticas y otras económicas, tanto internas como externas. Eso ha inci-dido en que se encuentren avances que pueden ubicarse en las distintas etapas, pero realmente ninguna ha sido completada conforme a los re-querimientos técnicos de las mis-mas, ni siquiera la “Zona de Libre Comercio”, que es la primera.

No obstante, en términos ge-nerales, se podría concluir que la región está en una fase intermedia hacia la “Unión Aduanera”, aunque algunos países se encuentran más avanzados que otros o sus gobier-nos quieren lograr un avance más acelerado en ese campo, como es el caso de Guatemala y El Salvador, que suscribieron un Acuerdo de Unión Aduanera en enero de 2009.

Nótese también que el grado de integración bancaria es importan-te, debido a que en los últimos años se ha dado un acelerado proceso de integración financiera en la región, en el cual sobresalen las adquisicio-nes de bancos locales que han reali-zado mega bancos como el HSBC (Grupo Banistmo-incluye a Banex en Costa Rica, el Salvadoreño en El Salvador, BGA en Honduras y del Istmo en Panamá y Nicaragua-); el Citibank (Grupo Cuscatlán y la red UNO); el General Electric Consumer Finance (red BAC); el Scotiabank (Interfin en Costa Rica, Banco del Comercio en El Salvador; y Finarca en Nicaragua); y el Bancolombia (Agrícola Comercial en El Salvador).

Se prevé que ese proceso de regionalización bancaria, y de otras actividades financieras, continúe en el futuro, buscando consolidar las posiciones regionales para aprove-char las economías de escala, por lo cual el Consejo Centroamericano de Superintendentes de Bancos, Segu-ros y Otras Instituciones Financieras, CCSBOIF, viene realizando un arduo trabajo de armonización de la regu-lación y de supervisión consolidada

transfronteriza de entidades financie-ras con operaciones regionales. Para atender debidamente este pro-ceso y con el objetivo de crear un espacio financiero regional único que permita el desarrollo eficiente de las entidades financieras, evitando el arbitraje regulatorio, es necesario darle personalidad jurídica interna-cional y mayores potestades regula-torias al CCSBOIF mediante un Convenio Regional de Integración Financiera.

Situación contraria se ha ob-servado en la construcción de un mercado regional de capitales. En general, existe bastante consenso en que este es un paso importante para mejorar la eficiencia en la asig-nación de recursos, reducir los cos-tos del financiamiento y recomponer la estructura de financiamiento de las empresas, a favor del aumento del capital y en detrimento del en-deudamiento. Además, de que los países de la región individualmente son economías muy pequeñas para aspirar a desarrollar mercados de capitales eficientes y profundos. No obstante, los avances en este campo son muy limitados.

Para tratar de subsanar esa condición, el CMCA desde el 2001 viene impulsando una iniciativa para armonizar los mercados de deuda pública doméstica bonificada, con la intención de construir paulatinamen-te un mercado regional, con la con-vicción de que un mercado de deuda pública profundo y líquido contribuirá significativamente a facilitar la con-formación del mercado regional de capitales. Este esfuerzo continúa su marcha, pero se ha demostrado que los obstáculos que deben superarse son enormes y de la más diversa índole, por lo cual el avance debe ser paulatino y de largo plazo.

Por otra parte, desde 1995 el CMCA ha desarrollado un ejercicio de coordinación de las políticas ma-croeconómicas, adoptando una refe-rencia centroamericana denominada “Marco Macroeconómico de Refe-rencia Centroamericana, MCA”, que contiene metas indicativas de se-guimiento periódico para ocho indi-cadores de convergencia macroeco-nómica: tasa de crecimiento del PIB real; tasa de inflación; déficit en cuenta corriente de la balanza de pagos respecto del PIB; déficit del sector público total respecto del PIB; saldo de la deuda pública total res-pecto del PIB; respaldo de la base monetaria en reservas internaciona-les netas del banco central; y, dos bandas de fluctuación para el tipo de cambio efectivo real bilateral y la tasa pasiva real promedio.

Sin embargo, este ha sido un proceso no vinculante, reconociendo precisamente que las discrepancias macroeconómicas entre los países si bien se han logrado reducir en los últimos años, aún son muy relevan-tes. En consecuencia, un proceso obligatorio en esa dirección no es prudente llevarlo a cabo todavía pues sería insostenible, siendo in-dispensable primero continuar redu-ciendo esas diferencias.

Asimismo, para avanzar en un proceso de coordinación y conver-gencia macroeconómica también es deseable alcanzar primero un estado avanzado de armonización regional de las estadísticas macroeconómi-cas. El CMCA ha desplegado desde hace muchos años un enorme es-fuerzo en esa dirección, logrando avances importantes, especialmente en las estadísticas monetarias y financieras, con la cooperación téc-nica del Fondo Monetario Internacio-nal, FMI. No obstante, aún falta mu-cho por hacer para adaptar las estadísticas de cuentas nacionales, de balanza de pagos y las fiscales a las nuevas versiones de los manua-les internacionales aplicables y su armonización regional.

Con ese propósito, está en marcha un proyecto de largo plazo, cuya duración no será inferior a diez años.

Por su parte, la sostenibilidad fiscal de mediano y largo plazo es un tema de particular importancia, pues es indispensable contar con el com-promiso de los países participantes de seguir una política fiscal con-gruente con la estabilidad y converti-bilidad de la moneda regional res-pecto de las divisas internacionales (US dólar, Euro, Yen), que permita la sostenibilidad externa de la balan-za de pagos regional. Por la relevan-cia de esta condición, el compromiso también debería surgir de un Conve-nio Regional de Responsabilidad Fiscal, como lo hizo la UE en su momento.

Ventajas y desventajas

de la unión monetaria

La unión monetaria, al igual que otros esquemas monetarios, tiene beneficios y costos que con-viene tener presentes. Los principa-les beneficios son los siguientes:

Reduce el riesgo de trans-misión y contagio de los desequilibrios entre los países y no afecta la actividad eco-nómica, el nivel de precios y las balanzas comerciales.

Disminuye significativamente el riesgo cambiario y la volati-lidad del tipo de cambio y de las tasas de interés, contri-buyendo a reducir la incerti-dumbre en los mercados y mejora el clima para la inver-sión, evitando que los movi-mientos de capitales intrarre-gionales provoquen presiones especulativas.

Consolida la estabilidad ma-croeconómica de los países.

Restringe los costos de ope-ración y de transacción aso-ciados al funcionamiento de varias monedas inestables. La incertidumbre e inestabilidad cambiaria obliga a dedicar in-gentes recursos para prote-gerse de los riesgos cambia-rios y de tasas de interés. También significa mayores costos en las transacciones en divisas (diferencial cambiario,
comisiones por operaciones internacionales de pago y dife-renciales en tasas de interés, entre otros).

Mejora la transparencia e in-tegración de los mercados na-cionales, reduciendo los dife-renciales de precios y la necesidad del uso de divi-sas en las transacciones in-trarregionales.

Los costos más importantes son los siguientes:

Se renuncia a la soberanía relativa de las políticas mone-taria, cambiaria y, en buena medida, la fiscal, pues en su diseño y ejecución deben considerarse los compromisos regionales de coordinación macroeconómica.

La pérdida de la independen-cia cambiaria puede resultar importante por cuanto la deva-luación es un poderoso meca-nismo de ajuste ante choques externos (variación en térmi-nos de intercambio, cambios en flujos de capital, alzas en tasas de interés, etc.) y ante choques internos (espe-cialmente por desequilibrios fiscales).

Se renuncia a la moneda pro-pia y al beneficio individual del señoreaje o los ingresos que obtiene el gobierno inherente a la emisión monetaria.
En el caso de países cuyos ciclos económicos no son si-milares, existe el riesgo de que las medidas de política monetaria tomadas en forma multilateral (y las consecuen-tes decisiones de política eco-nómica relativas a la produc-ción y el empleo) puedan no ser congruentes con la situa-ción macroeconómica de al-gunos países, por lo que se tendría menos autonomía para el ajuste de los desequilibrios internos.

La unión monetaria continua siendo una desiderata de la región, no obstante, son las condiciones reales de la región las que determi-narán su impulso y desarrollo. Una manera alterna de lograr algunas de las mejores ventajas de la unión monetaria es por medio de la inter-conexión de sistemas de pagos. Esta permite identificar una moneda de liquidación común para la región, puede facilitar pagos directos perso-na a persona en sistemas de liquida-ción bruta en tiempo real, así como admite un mecanismo seguro y efi-ciente para grandes pagos por co-mercio, inversiones, remesas, com-pensación interbancaria regional para grandes pagos derivados de operaciones de tarjetas de crédito y liquidación de valores.

En ese sentido, la intercone-xión de sistemas de pagos es una segunda mejor alternativa que per-mite avanzar en profundizar, tanto la integración económica de la región, como su vertiente financiera.

El CMCA es una institución regional que mantiene un sitio de información pública en su sitio Inter-net ( www.secmca.org ) que facilita el acceso directo y libre, a una variada y detallada información sobre temas y estadísticas vinculados a aspectos macroeconómicos, bancarios, de sistemas de pagos y jurídicos, de la región centroamericana y de Repú-blica Dominicana. (Cuadro 3)

CUADRO 3

DIVULGACIÓN DEL CONSEJO MONETARIO

CENTROAMERICANO, CMCA

Fuente: Secretaría Ejecutiva del Consejo Monetario Centroamericano, www.secmca.org

El sitio se ha diseñado con-forme las mejores prácticas y están-dares en divulgación documental y estadística. Incluye al menos doce informes periódicos sobre temas de coyuntura, estabilidad bancaria, tipos de cambio, inflación y políticas ma-croeconómicas; así como un detalla-do apartado de documentos legales referidos, tanto a la región, como a cada uno de los países miembros del CMCA. La divulgación del CMCA incluye un detalle de su plataforma regional de pagos, SIP.

Incorpora una base de datos armonizada para los sectores real, externo, fiscal, monetario y bursátil de la región, junto a una base de estadísticas monetarias y bancarias armonizadas. Adicionalmente, facilita la divulgación de notas, estudios e investigaciones de expertos de sus bancos centrales miembros y de su secretaría técnica.

Este desarrollo en divulgación ha facilitado la cooperación interinsti-tucional y es un facilitador efectivo de las iniciativas de coordinación de política regional.

Conclusión

La integración regional es un proceso con el cual se guarda un compromiso fundamental por parte de los países. Su dinámica no sigue necesariamente las líneas de los modelos formales de integración, sino que se va construyendo paulati-namente; no obstante, su base insti-tucional es central para su desarrollo coordinado y es la base para definir estrategias y políticas comunes.

En la actualidad, los distintos comités de trabajo y comisiones especializadas son los mecanismos por los cuales se facilita la coopera-ción y coordinación en las distintas áreas y sus resultados se reflejan en la adopción de estándares comunes, visiones compartidas y, sobre todo, funcionamiento de infraestructura financiera fundamental para la inte-gración en general.

Asimismo, esa base institucio-nal permite la ampliación de la cooperación en política macroeco-nómica y financiera, necesaria cuan-do los modelos de negocio se fun-damentan en la operación de grupos transfronterizos, cuyos centros de estrategia de negocio se encuentran en jurisdicciones distintas a las regionales.

Finalmente, las innovaciones tecnológicas, la gran movilidad de los recursos, el mayor peso de los agregados financieros en la actividad económica global, y las crecientes interdependencias de procesos, serán claves para el formato de la integración regional. Tales desarro-llos confieren mayor relevancia a la vigilancia, la adopción de estándares y principios, y, sobre todo la profun-dización de la cooperación multidis-ciplinaria e internacional