el icap en
centroamérica
Acto de inauguración del año
conmemorativo de la trayectoria
del “ICAP: 60 años sirviendo
a la Región”* Rethelny Figueroa de Jain**
SE PRESENTA LA RESEÑA HISTÓRICA Y EVOLUTIVA DEL ICAP, CON MOTIVO DE LA CELEBRACIÓN DEL 60 ANIVERSARIO DE FUNDACIÓN DEL INSTITUTO CENTROAMERICANO DE ADMINISTRACIÓN PÚBLICA, ICAP, 1954-2014, REALIZADA EL 24 DE OCTUBRE DEL 2014, EN EL MUSEO DE JADE, EN SAN JOSÉ, COSTA RICA.
PALABRAS CLAVES: ADMINISTRACION PUBLICA; INTEGRACION REGIONAL; AMERICA CENTRAL
KEY WORDS: PUBLIC ADMINISTRATION; INTERNATIONAL RELATIONS; CENTRAL AMERICA
1Hoy el Instituto Centroameri-cano de Administración Pública, ICAP, cumple 60 años de su funda-ción. Su origen se remonta a los tempranos años de la década de los cincuenta. Su desarrollo y evolución
lo ha convertido en un adulto mayor, con gran experiencia acumulada y sabiduría, tal y como acontece con las personas que llegan a esa edad.
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** Máster en Administración Pública, Coordinadora Técnica y Directora Subrogante del Instituto Centro-americano de Administración Pública, ICAP.
Correo electrónico:
Recibido: 24 de octubre del 2014.
Aceptado: 30 de octubre del 2014.
Un breve recorrido por su tra-yectoria nos lleva a indicar que es un organismo que ha vivido junto con la región, la historia moderna, sus vici-situdes, sus peligros y sus desafíos. Así, el ICAP nació en los albores del Estado Desarrollista, en un momento en el que Centroamérica se debatía ante ese gran desafío de construir un Estado Moderno. Acababan de ocurrir hechos políticos y sociales complejos que tematizaban la demo-cracia y el Estado Social. Algunas naciones estaban reconfigurando su carta constitucional, mientras que otras experimentaban tirantez entre la construcción de un Régimen Polí-tico democrático o la continuidad de la inestabilidad y de la exclusión. Eran tiempos de postguerra en el mundo, en el cual las ideas keyne-sianas se consolidaban en Europa con el surgimiento de los Estados de Bienestar y, a la vez, nacía un blo-que de Estados Socialistas en el que la planificación social y económica se imponía frente al mercado. Tiem-pos en los que surgieron las tesis desarrollistas esgrimidas por Raul Prebisch y en el que la mayoría de los Estados en América Latina, co-mienzan a robustecerse en el con-texto de fuertes tensiones producto de la pobreza y el subdesarrollo.
El ICAP nació en este contex-to convulso, pero al mismo tiempo lleno de utopías y complejidades. No fue una circunstancia, más bien, su fundación fue deliberativa, hija de una época, en la cual había que prepararse para que la región en-frentara las transformaciones que traía la segunda mitad del siglo XX. Al analizar este hecho tan importante para la integración centroamericana, no se puede dejar de lado las moti-vaciones y reconocimiento de esa significativa decisión, tomada por los mandatarios de la época. Y es que el mundo de la postguerra ya anuncia-ba una nueva fase. En ella, el Esta-do tenía un papel primordial, como agente activo, al que se le otorgó esa misión de fortalecer el desarrollo económico, al mismo tiempo que la integración social.
La administración pública emergió entonces como ese espacio necesario para el desarrollo de una burocracia, que le otorgara sistema-ticidad, orientación y legalidad a la acción del Estado, ejercida con prin-cipios básicos como el mérito, la igualdad y la probidad. En el campo del conocimiento, la teoría weberia-na fue un faro que abrió un debate en las ciencias políticas y que le otorgó a la administración pública un estatus particular. Era eso, la admi-nistración de lo público. Los manda-tarios tuvieron esa claridad: institu-cionalizar la instrumentación que le otorgara a los Estados centroameri-canos, enfrentar esa realidad tan compleja de administrar el desarrollo económico y social.
Al comienzo, el ICAP se llamó Escuela Superior de Administración Pública América Central, ESAPAC, básicamente porque se le otorgó la función de contribuir a formar admi-nistradores/as públicos. Un papel estratégico en un momento de en-sanchamiento relativo del Estado. Junto al Instituto de Nutrición de
Centroamérica y Panamá, INCAP, y al Consejo Superior Universitario Centroamericano, CSUCA, la ESAPAC inauguró la institucionali-dad centroamericana. Podemos advertir que son tres instituciones estratégicas.
ESAPAC fue fundada en el contexto del apoyo de la Organiza-ción de las Naciones Unidas, ONU, a la región. Un dato que no es menor, pues muestra el alineamiento de la región a la dinámica mundial. Esta institución es una de las cinco orga-nizaciones de este tipo, que en ese entonces, la ONU, contribuyó a for-mar en los países en desarrollo, de las cuales, la única que sobrevivió exitosamente fue ESAPAC.
La ESAPAC dio lugar al ICAP, mediante un Tratado Internacional entre Naciones Unidas y los Go-biernos de Centroamérica, que in-corporó el Plan de Operaciones para la Transformación de la ESAPAC en ICAP, un cambio que fue más que nominal y muestra no solo la transi-ción de un organismo regional, sino del Estado propiamente en Cen-troamérica. En efecto, este cambio se da en el momento en que la inte-gración centroamericana adquiere una fisonomía económica, con el incipiente proceso de modernización e industrialización, en buena medida estimulado por el desarrollo del Mercado Común Centroamericano, MCCA. Otros organismos regionales como la Secretaría de Integra-ción Económica Centroamericana, SIECA, el Banco Centroamericano de Integración Económica, BCIE, y el Consejo Monetario Centroa-mericano, CMCA, también surgen en esta época y con propósitos similares.
El ICAP en ese entonces, apoyó desde la administración públi-ca, el proceso de desarrollo eco-nómico y social basado en la llama-da industrialización sustitutiva de importaciones. En primer lugar, deja de ser exclusivamente una Escuela para convertirse en un Instituto es-pecializado en el conocimiento de la administración pública. En segundo lugar, se inserta de manera más intensa en los procesos de forma-ción y consolidación de instituciones públicas de diversa naturaleza. Y, en último término, se torna en un espa-cio de estudio y debate sobre los horizontes de la administración pú-blica, su relación con el desarrollo y la integración centroamericana.
El Estado Centroamericano como en el resto de América Latina, deviene un Estado Inconcluso, de modo que su crecimiento no solo es limitado territorialmente, dejando amplios espacios geográficos sin su presencia, sino que social y políti-camente le ha sido difícil cristalizar como una voluntad colectiva. Ello ha tenido huellas en la administra-ción pública, pues su capacidad estratégica es limitada para atender demandas crecientes, pero sobre todo, exigencias democráticas de inclusión.
Esta realidad se expresó en otra etapa que ha vivido la región: una profunda crisis del Modelo de
Estado y del Modelo de Desarrollo, el cual, a pesar de los esfuerzos de modernización, estos solamente permearon a algunos sectores de la sociedad, mientras que otros siguie-ron experimentando la pobreza y la exclusión. Estas falencias tan evi-dentes como profundas llevaron a Centroamérica a la inestabilidad. En efecto, a finales de los años setenta y mediados de los ochenta, la mayo-ría de las naciones centroamerica-nas sufrieron crisis políticas y socia-les, que llevaron en algunos casos a la guerra civil o a enfrentamientos armados.
Mientras ocurría esto, el ICAP siempre estuvo presente para coad-yuvar a los procesos gubernamenta-les regionales. En ese período, jugó un papel importante dilucidando las causas que condujeron a esta for-mación estatal, así como continuó construyendo un enfoque de mejo-ramiento de la administración públi-ca, que convocara a la democracia y a la inclusión social. Fueron momen-tos duros para la región, pero mo-mentos de un intenso y profundo estudio que permitiera explicar la formación social de las administra-ciones públicas en Centroamérica.
Coincidió este ciclo con un momento en el que, tanto en Europa como en Estados Unidos, surgió el pensamiento neoconservador, el cual puso en tela de juicio el Estado keynesiano y abrió una discusión acerca del tamaño y el rol de la ad-ministración pública, debate que adquirió forma en los años noventa con el nacimiento de una corriente dominante en las Ciencias de la Administración Pública que plantea-ba abiertamente la reducción del Estado y la incorporación de nocio-nes del “management” privado en la gestión pública.
En América Latina, la crisis de la deuda de los años ochenta es abordada desde enfoques mone-taristas, que luego van tomando forma en lo que se denominó poste-riormente, neoliberales, y cristalizan-do en el llamado “Consenso de Washington”. Este es un período en el que se redefinen los conceptos de Administración Pública y aparece con toda fuerza el predominio del mercado y la propuesta de redimen-sionamiento del Estado. Es un mo-mento oscuro para la Administración Pública, tanto a nivel de la disciplina como de la praxis. Lo fue también para el ICAP, que con firme convic-ción continuó defendiendo los valo-res y preceptos de “lo público”, apegado a su mandato de fortaleci-miento de la administración guber-namental y de la integración cen-troamericana, y prosiguió formando servidores públicos y siendo un refe-rente en los aspectos más técnicos en este campo.
En este período en Centroa-mérica se acuerda la paz y comienza a forjarse la institucionalización de-mocrática. Los noventas fueron años de paradojas, con vientos de recon-ciliación, y el nuevo siglo trajo aires distintos para el Estado y la Adminis-tración Pública, la ortodoxia es supe-rada gracias a lo que Giddens ha llamado el surgimiento del “equilibrio
reflexivo”. Nace un enfoque hetero-doxo en el que se plantea un diálogo más fructífero entre el mundo estatal y el mundo privado. Diálogo que es alimentado por el fortalecimiento del proceso de globalización, el cual transforma culturalmente el mundo.
En este contexto, la región vi-ve una época de revitalización en el campo de la integración centroame-ricana. El Sistema de la Integración Centroamericana, SICA, se institu-cionaliza poco a poco, gracias a la suscripción de algunos tratados, entre otros, del Protocolo de Teguci-galpa, el Tratado de Integración Económica y el Tratado de Integra-ción Social, instrumentos jurídicos de particular importancia para el ICAP, porque en ellos, el Instituto tiene un espacio distintivo. El ICAP forma parte de un engranaje regional que lo fortalece y le permite construir un horizonte promisorio en términos de cumplir con sus mandatos fundacio-nales. Este es un momento de re-novación del ICAP, los tiempos de pensamiento único quedan en el pasado, para abrir espacio al planteamiento de una administra-ción pública que facilite alcanzar la equidad, fortalecer la democracia, y garantizar los derechos de la ciudadanía.
Para cumplir con este desafío que asume la nueva época que vivi-mos, se requiere algo más que un Centro de Formación, Capacitación y Asistencia Técnica. Se necesita un Centro de Gestión del Conocimiento, tarea en la que el ICAP ya ha cimen-tado sus bases, para que contribuya con una administración pública de excelencia en la región. Un lugar donde confluya y se distribuya el pensamiento que se genera en el mundo y en la región. Una organiza-ción que coadyuve a identificar las áreas débiles de las administracio-nes públicas; propicie, tanto el inter-cambio de conocimiento entre las naciones que integran el SICA, como la cooperación sur-sur; promueva enfoques y tecnologías de punta para fortalecer una administración pública en el contexto de la profundi-zación de la democracia y de la par-ticipación ciudadana, e impulse la formación de talentos y capital hu-mano que coadyuven a mejorar la aplicación de conocimiento, para dar respuesta a las necesidades ciuda-danas de forma efectiva y pertinente.
En estos nuevos tiempos, el ICAP estrecha lazos de colaboración y alianzas estratégicas aunando esfuerzos con las universidades para que cumplan su rol de formadores; con las Agencias de Naciones Uni-das para contribuir a generar capa-cidades sostenibles en el Estado y en los servidores públicos; con los órganos del SICA para coadyuvar a que desde sus mandatos particula-res, podamos mejorar las capacida-des gerenciales de la institucionali-dad regional, ya que: ¡Juntos podemos hacerlo realidad!, tal como reza el lema de nuestro Plan Estra-tégico 2011-2015.
Es así como hoy, hemos lle-gado a los 60 años. Hemos sido un hijo de un período complejo y desa-fiante de la región. Hemos contribui-
do en la medida de nuestras posibili-dades y hemos tenido que atravesar por aguas sinuosas y peligrosas, alcanzando logros en el campo aca-démico, gubernamental, de desarro-llo del talento humano, de genera-ción de conocimiento propio; logros que son unos más importantes que otros, de acuerdo a las circunstan-cias y al contexto de la Región y del mundo, en que se desenvuelven las dinámicas organizacionales. Hemos revisado nuestro legado y delineado un horizonte explicitado en nuestro Plan Estratégico y sus estrategias. Contamos con una institución actua-lizada, con diferentes áreas sustanti-vas, con personal competente, que ha sido capaz de formular nuevas e innovadoras propuestas estratégi-cas. También contamos con lideraz-gos renovados en varios de los paí-ses de la región y tenemos la convicción que la voluntad política se concretice en el fortalecimiento de los órganos superiores del Instituto: su Junta General y su Dirección, aspectos en los que ha trabajado constantemente esta Dirección Su-brogante, para continuar cumpliendo con nuestro sagrado mandato de fortalecer la administración pública de los Estados que integran el SICA, tal como lo ha venido realizando hasta ahora.
Así, a partir del 2011 y aten-diendo el mandato de los Jefes de Estado del SICA estipulado en la Cumbre Extraordinaria para el relanzamiento del proceso de la Integración Centroamericana, en San Salvador, El Salvador, el 20 de julio del 2010, el ICAP se ha abo-cado al cumplimiento del mandato aludido, para constituirse en un Centro de Excelencia Regional, es-pecializado en administración públi-ca e integración centroamericana, entendido como un centro de creci-miento inteligente, sostenible e inte-grado, que permita generar y apli-car pensamiento propio, para coadyuvar al bienestar de las pobla-ciones centroamericanas.
Es por eso que hoy podemos decir, Señor Presidente, señores de la mesa principal, señores y señoras presentes: que el ICAP, está prepa-rado para abordar los desafíos ac-tuales de una sociedad globalizada, más democrática pero con enormes brechas y desigualdades, y que es el firme propósito de este Instituto, contribuir a los esfuerzos guberna-mentales, regionales, nacionales y locales, desde el conocimiento y con conocimiento, para abordar conjun-tamente, los retos que enfrenta la sociedad centroamericana, afanes en los que el ICAP perdura.
Asimismo, quiero señalar que la conmemoración del 60 Aniversario se celebrará durante el año 2014-2015, en el que se realizará un pro-grama de actividades que comparti-remos con ustedes, incluyéndose la inauguración de la Cátedra Cen-troamericana “Edelberto Torres Ri-vas”, que se llevará a cabo el próxi-mo 28 de octubre del año en curso, en ciudad de Guatemala. Asimismo, estamos lanzando nuestra página web y estamos transmitiendo este evento a todos los países de Cen-troamérica, vía livestream. Otras
actividades se efectuarán, tanto du-rante el resto del año como en el próximo, expresión de ese Centro de Excelencia Regional, estratégico en la generación de conocimiento.
Antes de concluir, quisiera ex-presar en nombre del Instituto Cen-troamericano de administración Pú-blica, ICAP, de su personal y del mío propio, nuestro profundo agradeci-miento a todos los presentes, por acompañarnos a compartir la con-memoración del 60 aniversario del ICAP sirviendo a la Región.
Agradecer a todos los funcio-narios del ICAP que han laborado en algún momento de los 60 años de existencia del Instituto por su contribución a forjar el ICAP, una institución sólida y con futuro promi-sorio, desde las diferentes posicio-nes que han desempeñado: acadé-micos, profesores, investigadores, expertos, consultores y posiciones administrativas.
Muchas gracias! ◊