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El neoinstitucionalismo

y la investigación

en las ciencias

sociales Federico Rivera Romero

EL ANÁLISIS DEL NEOINSTITUCIONALISMO Y LAS INVESTIGACIONES EN LAS CIENCIAS SOCIALES, ABORDA MODELOS, ENFOQUES Y PARADIGMAS QUE IMPLICAN UN DIÁLOGO TEÓRICO EN EL TRABAJO CIENTÍFICO PARA FORTALECER LAS INSTITUCIONES POR MEDIO DE LA IMPLEMENTACIÓN DE UN CENTRO DE INVESTIGACIÓN, PARA PROMOVER FOROS, TALLERES, SEMINARIOS EN LOS TEMAS DE LA GESTIÓN DE LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA, LAS CIENCIAS EMPRESARIALES Y LAS RELACIONES INTERNACIONALES, COMO UN CENTRO ESTRATÉGICO EN LA GENERACIÓN, INNOVACIÓN Y DIFUSIÓN DE PENSAMIENTO PARA LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA. ESTO ES UN DEBER INSTITUCIONAL PARA TENER MAYOR PRESENCIA CON INVESTIGACIONES CIENTÍFICAS, DESCRIPTIVAS Y APLICADAS.

PALABRAS CLAVES: NEOINSTITUCIONALISMO; INVESTIGACIÓN; ENFOQUE; MODELO; PARADIGMA

KEY WORDS: NEOINSTITUTIONALISM; RESEARCH; APPROACH; MODEL; PARADIGM

1Introducción

* Doctor en Gobierno y Políticas Públicas de la Universidad de Costa Rica, UCR. Coordinador del Programa de Doctorado en Gestión Pública y Ciencias Empresariales del Instituto Centroamericano de Administración Pública, ICAP.

Recibido: 14 de enero del 2013.

Aceptado: 22 de marzo del 2013.

El nuevo institucionalismo in-cide en el cambio estratégico de una institución y este enfoque del neoins-titucionalismo analiza con carácter constringente las instituciones, los actores, y su comportamiento racio-nal. El autor Peters (2003, p. 46)

sostiene que “los actores políticos no son individuos fragmentados que reflejan su socialización y constitu-ción psicológica, y actúan para maximizar el beneficio personal, sino individuos que reflejan fuertemente los valores de las instituciones a las que están vinculados. No obstante, se supone que siempre por la gama completa de sus vínculos organiza-cionales y, por ende, no pueden ser los individuos autónomos, utilitarios y totalmente racionales que las teorías de la elección racional suponen. Desde el punto de vista del institu-cionalismo normativo los individuos deben escoger entre diversas in-fluencias e interpretar el significado de sus compromisos institucionales.”

Las investigaciones de las ciencias sociales se refleja en el aumento de los tratados sobre la política y particularmente, en los estudios sobre la legislatura, el go-bierno local, la legislación pública, la economía política, la cultura política, la determinación política pública, la elección racional y las élites políti-cas. Para Rivas (2003, p. 39) el nue-vo institucionalismo es como un en-foque funcional-descriptivo que concede un papel más autónomo a las instituciones y es producto del encuentro entre la historia con la teoría de las organizaciones. Además, lleva implícito una metodo-logía institucional-descriptiva, que en los años noventa se proyecta como enfoque apoyándose en la política comparada. El neoinstitucionalismo, paralelo a concebir un papel más autónomo de las instituciones políti-cas, no niega al mismo tiempo la importancia y el rol llevado a cabo por los actores individuales, el Esta-do, incluso los procesos sociopolíti-cos de socialización, participación y afines.

El papel y los roles de la in-vestigación en las ciencias sociales de las instituciones políticas son fundamentales, a la hora de explicar la estabilidad, el cambio o incluso, la inestabilidad de un determinado sistema político y de la propia políti-ca. En este sentido cabe señalar que dentro del neoinstitucionalismo, una cuestión que ha demandado aten-ción, se refiere al “cambio institucio-nal”, partiendo de que éste último delinea la forma en que la sociedad evoluciona en el tiempo, siendo a la vez, la clave para entender el cam-bio histórico. En el análisis de la teoría del neoinstitucionalismo, el autor North (1993, p.13) señala que “las instituciones son las reglas del juego en una sociedad o, más for-malmente, son las limitaciones idea-das por el hombre que dan forma a la interacción humana. Las institu-ciones conforman no solo la base de cualquier sistema político sino, además, es innegable que afectan el desempeño de la economía, reducen la incertidumbre por el hecho de que proporcionan una estructura a la vida diaria y constituyen una guía para la interacción humana.”

El neoinstitucionalismo desta-ca en primer lugar, como es natural, la importancia de las instituciones partiendo que éstas conforman el cemento de la sociedad. En segundo lugar, el neoinstitucionalismo preten-de combinar las teorías económicas y de las instituciones, con el propósi-to de analizar las interacciones sistémicas entre ambas. En tercer lugar, pretende romper y trascender los límites más estrechos de los modelos tradicionales, Rivas (2003, p. 40), y dentro del neoinstituciona-lismo económico, la estabilidad re-presenta el resultado de la obedien-cia a conjuntos de reglas, que norman la actividad económica; es decir, se puede dar un cambio pero de manera incremental.

Para el autor Rivas (2003, p. 42) el cambio se produce a fin de ajustar las exigencias con determi-nadas instituciones, organizaciones

y ciertas reglas de juego, en función naturalmente para maximizar las ganancias y los intereses particula-res. De manera tal, que las institu-ciones dentro de esta vertiente del neoinstitucionalismo económico, no significa otra cosa que los grandes marcos y referencias, a través de los cuales se desarrolla la economía, se reproducen las relaciones en función de los intereses, las preferencias, el consumo y la satisfacción. La racio-nalidad guía las conductas y los propios procesos productivos y la reproducción social, incluyendo el cambio institucional.

1. ICAP. Plan Estratégico del ICAP, 2011-2015.

Objetivo general

Analizar el concepto del neo-institucionalismo y la importancia de las investigaciones de las ciencias sociales para fortalecer las institu-ciones por medio de la implementa-ción de un Centro de Investigación, para promover foros, talleres, semi-narios en los temas de la gestión pública, las ciencias empresariales y las relaciones internacionales, a nivel nacional e internacional como un centro estratégico en la genera-ción, innovación y difusión de pen-samiento para la administración pública.

Justificación de un Centro

de Investigación

La especialista Ayuso (2011), manifiesta que el Centro de Estudios

y Documentación Internacionales de Barcelona, CIDOB, fue evolucionan-do hasta llegar a conformarse en un centro de investigación consolidado en España y ha llegado a consoli-darse como un centro de investiga-ción de renombre después de casi diez años de fomentar la investiga-ción. Las investigaciones requieren presupuesto, debe ser auto sosteni-ble y el CIDOB participa en consor-cios con otros entes para acceder a fondos europeos para grandes pro-yectos de investigación. La investi-gación debe ser un componente transversal en una institución, pero que no se tengan investigadores por Área de Trabajo para no crear “islas investigativas”. Este proceso debe de iniciar con un investigador princi-pal y llevar investigadores asociados que no serían planilla de la institu-ción, sino de otras universidades que estén dispuestas a realizar investi-gaciones conjuntas y que generen proyectos que permitan la consecu-ción de fondos.1 En estos procesos es un riesgo financiero mantener investigadores con el presupuesto institucional.

El especialista en Administra-ción Pública, Ramió (2011), reco-mienda iniciar el proceso de desarro-llo de la investigación con aquellas que se generen producto de las te-sis, y contar con un investigador principal. Posteriormente, una vez consolidado el Centro de Investiga-ción, en tres años contratar con dos investigadores más que sean docen-tes e investigadores. La recomenda-ción es uno en el campo de la Ges-tión Pública y otro en el campo de las Ciencias Empresariales. Tam-bién, reforzar alianzas con los inves-tigadores de las universidades con las que tengan convenios la institu-ción, de tal manera, que se desarro-llen investigaciones conjuntas. El especialista advierte en no caer en el error de crear un Centro de Investi-gación propio sin haber consolidado algún programa doctoral, por cuanto esta práctica puede ser excesiva-mente onerosa y convertirse en ver-daderos “elefantes blancos” insoste-nibles financieramente que incluso terminan menoscabando los recur-sos de otras áreas prioritarias de la institución.

La especialista Ysa (2011), manifiesta que: “El desarrollo del proceso de la investigación es un proceso gradual, que requiere ini-cialmente el desarrollo de investiga-ción básica producto de las mismas investigaciones de los estudiantes de doctorado. La consolidación de un centro de investigación requiere tiempo y dinero, pues la investiga-ción debe ser autosostenible.” En el caso del Instituto de Gobernanza y Dirección Pública, de la Univerisdad Ramón Llull (ESADE), ha participado en grandes proyectos conjuntamente con otros entes, para financiar las investigaciones con proyectos patro-cinados por la Unión Europea, UE.

La gestión del nuevo conoci-miento, el fortalecimiento institucio-nal, las nuevas demandas de los ciudadanos y las instituciones, la gobernabilidad democrática, el desa-rrollo y el bienestar antes los proce-sos del perfeccionamiento de las democracias, la modernización de los Estados y de integración cen-troamericana, inciden en la imple-mentación del Centro de Investiga-ción para dar solución a los problemas de la globalización económica y política, apoyar los avances tecnológicos, TICs, y desarrollar nuevo conocimiento. El objetivo de un Centro de Investiga-ción es de poder participar a nivel regional y en lo posible a nivel lati-noamericano con investigaciones aplicadas de las maestrías y del doctorado en los seminarios, foros, talleres y en los proyectos con las instituciones públicas de la región centroamericana y extenderse con las redes de los Centros de Investi-gación de Latinoamérica, Europa y Norteamérica. Los institutos de in-vestigación a nivel internacional han participado en grandes proyectos conjuntamente con otros entes, para financiar las investigaciones.

Diálogo teórico

en la investigación

El autor Ávila (2006) señala que Thomas S. Kuhn (1971) analiza el avance de la ciencia en su libro “La Estructura de las Revoluciones Científicas”, sugiere que la ciencia avanza por revoluciones y describe que todo el campo de la investiga-ción está representado por paradig-mas, que sirven para explicar un fenómeno o una parte de la realidad, pero debido al acelerado avance científico dejan de ser funcionales al no cumplir con su objetivo. No obs-tante, cuando ya no es suficiente la explicación que proporciona un pa-radigma, consecuentemente es su-perado y sustituido por nuevos para-digmas. En el campo de las ciencias del comportamiento el paradigma del condicionamiento clásico de Pavlov sirvió para provocar respuestas en organismos vivos en base al esque-ma Estímulo-Respuesta, con los nuevos descubrimientos de Skinner surge un nuevo paradigma conocido como el condicionamiento operante que invierte el esquema del condi-cionamiento clásico pidiendo primero la respuesta y si ésta es adecuada entonces se proporciona el estímulo, por ejemplo; es el paradigma de Tolomeo que se amplía con la astro-nomía. Sin embargo, cuando se añaden conocimientos al paradigma la ciencia está en su estado normal y empiezan a surgir problemas, por qué se encuentran fenómenos que contradicen al paradigma y si los investigadores dan una explicación Ad Hoc (criterio personal) entonces están eludiendo el problema. Además, si la cantidad de fenóme-nos que contradicen al paradigma es enorme, éste se vuelve más comple-jo; así empieza el avance de la cien-cia, por ejemplo; Copérnico estable-ce que el paradigma de Tolomeo es equivocado y pone al sol como cen-tro del sistema solar, posteriormente Kepler empieza a construir un nuevo paradigma encontrando que las órbi-tas no son circulares sino elípticas, por ejemplo; en el que se puede apreciar la postura de Kuhn (1971) se encuentra en el ámbito de la ad-ministración. La teoría de la gestión de la calidad en las empresas (Gu-tiérrez, 1998, p. 23) ha reformulado o desechado varios de los conceptos de la administración y ha llevado a replantear, incluso, el concepto mis-mo de empresa.

La teoría de la gestión de la calidad se debe a Deming, autor que desarrolla un nuevo marco referen-cial que facilita la comprensión de cómo funcionan las cosas y de cuá-les factores o elementos generan calidad en las organizaciones. La gestión de la calidad de las empre-sas (Hill y Jones, 1998) es toda una filosofía en el mundo de los negocios que señala cómo administrar una organización mediante la calidad, por ejemplo; más en el campo de la planeación estratégica, está repre-sentado por las diversas conceptua-lizaciones del término estrategia. El enfoque tradicional establece que la estrategia es resultado de la planea-ción racional de la organización.

Sin embargo, ante este enfo-que surge una nueva perspectiva expuesta por Mintzberg (1994) autor que establece que las estrategias surgen también del interior de una organización sin que exista necesa-riamente una planeación formal. En este enfoque las estrategias repre-sentan una respuesta emergente a situaciones circunstanciales o impre-vistas. En este contexto, Minzberg (1994) define la estrategia como “un modelo en una corriente de decisio-nes o acciones”. Objetivos de la ciencia

Los objetivos centrales de la investigación científica consisten en:

Descubrir respuestas y solu-ciones a problemas de inves-tigación mediante la aplicación de procedimientos científicos.

La descripción, explicación, predicción y control de fenó-menos: Uno de los objetivos básicos consiste en la identifi-cación de problemas y en descubrir las relaciones entre las variables que permitan describir, explicar, pronosticar y controlar fenómenos, para ello descubre leyes científicas y desarrolla teorías científicas.

La investigación social

El autor Ávila (2006) mani-fiesta que la investigación puede definirse como “la aplicación del método científico al estudio de un problema,” (D”Ary et al., 1982, p. 20), una definición similar pero más explícita es la que ofrece Leedy (1993), sugiere que la investigación puede conceptualizarse como “un proceso mediante el cual se intenta encontrar de manera sistemática y con hechos demostrables la res-puesta a una pregunta de investiga-ción o la solución de un proble-ma,”. En el ámbito de las ciencias sociales la realidad se circunscribe a grupos o categorías de personas con sus respectivas características, con-ductas o interacciones en un deter-minado contexto. El autor Briones (1995) considera que la investiga-ción es “un proceso de creación de conocimientos acerca de la es-tructura, el funcionamiento o el cambio de algún aspecto de la realidad”.

En el esquema No.1, se ob-serva el proceso de investigación científica, y en este sentido el autor Therese Baker (1997) afirma que la actividad científica tiene dos carac-terísticas centrales: la observación científica y un sistema de reglas lógico-racionales. Toda investigación científica requiere por necesidad de la observación del aspecto o aspec-tos de la realidad que se investiga, es decir, la investigación es empíri-ca. Lo anterior es verdaderamente importante porque en cuanto a la ciencia se refiere, del tamaño de la afirmación debe ser la evidencia que la respalda. La ciencia depende de un conjunto de reglas lógico-racionales sistematizadas que se aplican, tanto al pensamiento como al lenguaje científico, es decir, aque-llo que se está investigando debe ser definido con claridad y precisión para determinar si se ha logrado realizar algún tipo de descubrimiento. Las reglas lógico-racionales están consti-tuidas, tanto por el método inductivo como por el deductivo. El inductivo es una aproximación a la realidad en la que el investigador establece una serie de argumentos que van de aspectos particulares a las generali-zaciones, se sustenta en la compila-ción de evidencia empírica.

El método deductivo facilita la derivación de hipótesis de teorías con el objetivo de probar la teoría contra la evidencia empírica. Lo an-terior, indica que el carácter de la ciencia es, tanto empírico como lógi-co-racional, esto implica la observa-ción como técnica científica para la compilación de evidencia. El estudio de la evidencia le da carácter empí-rico a la ciencia. El autor Arnau (1980) establece que en todo el pro-ceso de investigación científica está presente la observación, técnica que constituye el inicio de cualesquier investigación que se desarrolle.

Las condiciones básicas que requiere un proceso de observación científica son dos: a) la objetividad, y b) la comprobabilidad. En la presen-tación de resultados de cualesquier investigación es requisito imprescin-dible que se indique de manera prescriptiva las condiciones bajo las que se desarrolló la observación científica, esto facilita la reproducibi-lidad de la investigación y garantiza la comprobabilidad de la misma. En este sentido Arnau (1980) sintetiza la observación en tres puntos centra-les: ¿qué deberá ser observado?, ¿cómo deberá ser observado? y ¿qué técnicas de observación o re-gistro deberán ser utilizadas?. Esto implica el diseño y objetivación de instrumentos y técnicas de medición. En una investigación se observan y se miden variables. La medición permite explicar el comportamiento de las respuestas de las variables. La observación de las variables pue-de reflejar un comportamiento de variación de las mismas y la ciencia tiene como objetivo descubrir esas variaciones mediante repetidas observaciones determinando el gra-do de variación que pudieran mostrar.

ESQUEMA No.2

EL MÉTODO CIENTÍFICO

Fuente: Información recopilada de http://www.edukanda.es

En el esquema No.2, se ob-serva que la investigación científica es un proceso que utiliza el método científico para contrastar (aprobar o desaprobar) hipótesis. El método científico (DAry, et al., 1982) fue desarrollado por Galileo en el rena-cimiento, Darwin lo aplica directa-mente haciendo una combinación de los procesos lógicos de inducción y deducción.

La ciencia como explicación racional y objetiva de la realidad De Gortari (1985) ayuda a comprender, tanto el mundo natural como social aplicando el razonamiento a las ob-servaciones. Toda observación científica requiere de la explicación lógico-racional. Así por ejemplo; en algún tipo de estudio, deberá anali-zarse el cambio en el patrón de comportamiento de las variables estudiadas y la explicación lógico-racional facilita establecer el grado de asociación entre las variables, o bien, establecer el cambio de las variables asociado con el grado de cambio (si hay un incremento, un decremento, o no hay cambio) en otra variable.

El desarrollo de teorías cientí-ficas es otra característica de la lógi-ca y la racionalidad de la investiga-ción científica. La ciencia tiene como objetivo ir más allá de la observación y de las mediciones de una investi-gación determinada, es decir, se interesa por reunir las observacio-nes, desarrollar explicaciones por asociaciones y construir teorías. Entre las diversas definiciones de la teoría científica que se localizan en la literatura técnica, destacan las siguientes: Baker (1997, p. 45) esta-blece que “una teoría es una expli-cación propuesta para dar dirección a sucesos coordinados o interrela-cionados,”, esto significa que las teorías son argumentos lógicos que se utilizan para probar las relaciones y supuestos en que se sustenta con-trastándolos con la evidencia empíri-ca. Los autores D´Ary, Jacobs y Razavieh (1982) consideran que la función de la teoría es facilitar el establecimiento de hipótesis que “establezcan los resultados espera-dos de una situación concreta”. En esta situación un investigador intenta descubrir sistemáticamente la posi-ble relación entre las variables dentro del contexto teórico estable-cido para así determinar si la evi-dencia empírica apoya o no a la hipótesis y consecuentemente a la teoría. La definición suministrada por Kerlinger es de mucha relevancia, autor que coincide también en que el objetivo de la ciencia es la teoriza-ción o desarrollo de explicaciones de amplio alcance que reciban el nom-bre de teorías. Kerlinger (1983) defi-ne la teoría científica como: "un con-junto de construcciones hipotéticas (conceptos), definiciones y proposi-ciones relacionadas entre si, que ofrecen un punto de vista sistemático de los fenómenos, al especificar las relaciones existentes entre las varia-bles, con objeto de explicar y prede-cir los fenómenos".

Por su parte Yurén (1982) afirma que no existe ciencia si no hay teoría científica, es decir, una investigación adquiere el estatus de

ciencia siempre y cuando haya cons-truido teorías, de tal modo que si se presentan problemas, hipótesis, etc. aislados no constituyen una ciencia. Son ejemplos de teorías en el ámbito de la educación y la psicología, la del refuerzo, la de la disonancia cognoscitiva, la transaccional, en el ámbito de las finanzas internaciona-les la teoría de la paridad del poder de compra y la de la paridad de las tasas de interés, entre otras. En conclusión las anteriores definicio-nes establecen que la función de la teoría científica es la descripción, explicación, predicción y control de fenómenos naturales y sociales.

En términos generales la cau-salidad se puede explicar bajo el esquema de que a todo efecto co-rresponde una causa. Hernández, Fernández y Baptista (1994) descri-ben que el objetivo de una investiga-ción causal implica explicar el por qué se presenta un fenómeno y bajo qué condiciones ocurre. La causali-dad trata de explicar la razón por la que dos o más variables se asocian entre sí, por ejemplo; en una investi-gación se puede tratar de determinar el efecto de una campaña publicita-ria dirigida a disminuir la demanda de dólares, se quiere saber si X (campaña publicitaria) trae como consecuencia Y (menor demanda de dólares), en donde X es la variable independiente, frecuentemente con-trolada por el investigador y Y es la variable dependiente que va a ser observada y medida. Una investiga-ción diseñada para establecer cau-salidad, necesita contemplar las características de la investigación ya explicadas en secciones anteriores del presente capítulo: la observación y la explicación racional. El estable-cimiento de causalidad requiere de satisfacer al menos las siguientes condiciones:

Que un cambio en la variable dependiente puede ser prece-dido por uno en la variable dependiente, por ejemplo, la relación entre desarrollar un esfuerzo por un grupo de tra-bajadores para recibir un estímulo o incentivación.

Debe existir una fuerte corre-lación entre las variables de-pendiente e independiente, es decir, que a un cambio en la variable independiente corres-ponde uno en la variable de-pendiente y que sea suscepti-ble en la economía porque se puede desarrollar un estudio correlacional entre el tipo de cambio peso-dólar y el volu-men de importaciones y ex-portaciones del sector manu-facturero del país, mediante un análisis econométrico.

Determinar si otras variables independientes compiten entre si para generar una respuesta en la variable dependiente, es decir, un cambio en el com-portamiento de una variable dependiente puede estar siendo producido por más de una variable independiente. Por ejemplo, al medir la pro-ductividad total de una empre-sa (variable dependiente)
puede ocurrir que un incre-mento o decremento de la misma esté siendo ocasiona-da por los indicadores de pro-ductividad total de insumos: humano, materia prima, capi-tal, energía y otros gastos.

La versión moderna del méto-do Popper muestra una representa-ción circular del proceso de investi-gación científica, la que está representada por dos modelos: a) la Rueda de Wallace (1971), y b) la Espiral de Leedy (1993).

El modelo científico:

Rueda de Wallace

El autor Ávila (2006) señala que el desarrollo de una investiga-ción requiere la aplicación de un modelo científico, que incluya como elementos centrales del proceso de investigación: teorías, observacio-nes, generalizaciones, compilación de datos, entre otros. El proceso científico usualmente aplica, tanto la inducción como la deducción. La primera es un proceso lógico que significa desarrollar generalizaciones basadas en un limitado pero impor-tante conjunto de datos a cerca de una clase de eventos para desarro-llar una generalización. La deducción en el proceso de investigación per-mite derivar hipótesis de una expli-cación generalizada o teoría. En la práctica es muy difícil separar ambos procesos, en un proyecto de investi-gación la deducción apoya en la formulación de hipótesis y la induc-ción permite obtener evidencias que respalden o no a la hipótesis me-diante la observación. El modelo lógico-racional representa a la inves-tigación como un proceso cíclico en el que las diversas fases son interdependientes. El modelo del proceso de investigación científica de Wallace se ha utilizado y adaptado para describir el ciclo de investigación.

ESQUEMA No.3

EL MODELO DE WALLACE

Fuente: Therese L. Baker (1997) Doing Social Research. 2ª. ed. Ma Graw Hill. USA, p. 54.

En este modelo se identifican los componentes centrales de la información, que a su vez, son con-siderados como los elementos bási-cos de la ciencia: observaciones, generalizaciones, teorías e hipótesis. El esquema No.3, resalta también los métodos que se definen como las rutas o caminos que sirven para desplazarse de una etapa a otra durante el proceso de investigación científica. En algunos tipos de estu-dios científicos, el investigador pue-de desplazarse de la observación hasta la generalización, mientras que en otro se requiere un despla-zamiento por todo el ciclo de investi-gación, el modelo de Wallace hace énfasis en la prueba de hipótesis, para determinar si se acepta o se rechaza.

Es importante el hecho de que si una hipótesis es comprobable en principio, también lo es en la prácti-ca, es decir, si es factible la obten-ción de los datos entonces se cono-cen los métodos y técnicas para colectarlos y probar la hipótesis. El modelo especifica que los resultados de la investigación pueden estimular el planteamiento de nuevas hipótesis o el desarrollo de nuevas teorías. En este círculo Wallace inicia con las observaciones como principal com-ponente de la información, no obs-tante, las observaciones no se pue-den considerar independientes de las ideas, las hipótesis y los diagra-mas de pensamiento establecidos. Al desarrollar un experimento o una encuesta se producen observacio-nes de manera directa. En la de-ducción las teorías desarrolladas son utilizadas para generar hipótesis que pueden ser probadas con nue-vas observaciones.

El modelo científico:

Espiral de Leedy

El modelo de Leedy específica que el proceso de investigación tiene una naturaleza circular. El ciclo de investigación se puede describir más adecuadamente como una hélice o espiral de investigación. La investi-gación es un proceso circular conti-nuo que construye una capa o etapa sobre otra.

ESQUEMA No.4

EL MODELO DE LEEDY

Fuente: Paul D. Leedy (1993) Practical Research. Planning and Disign. 5ª. ed. McMillan. Estados Unidos. p. 18.

En el esquema No.4, se ob-serva que la investigación empieza a partir de datos observados o cono-cimientos ya adquiridos, surgiendo una duda que ocasiona un problema de investigación. Una vez que se adquiere conciencia del problema de investigación se procede a dividirlo en subproblemas y posteriormente a integrar datos preliminares que pue-den conducir al planteamiento de hipótesis de investigación, conti-nuando posteriormente con la búsqueda de evidencia empírica. Cuando se han obtenido los datos se procede a su análisis e interpreta-ción, actividad que conduce al des-cubrimiento de su significado. Si una hipótesis es soportada por la eviden-cia empírica se llega a la solución del problema, completando el ciclo de investigación. La secuencia esta-blecida en el modelo de Leedy, refle-ja que la resolución de un problema revela problemas de investigación adicionales, en otras palabras, el modelo establece que la investiga-ción científica es la búsqueda conti-nua del nuevo conocimiento.

El enfoque cuantitativo

Para el autor Sampieri (2010) el enfoque cuantitativo en las cien-cias sociales se origina en la obra de Auguste Comte (17981857) y Émile Durkheim (18581917), con la in-fluencia significativa de Francis Ba-con (15611626), John Locke (16321704) e Immanuel Kant (1724–1804). Es decir, el “abuelo” de tal enfoque es el positivismo. A me-diados del siglo XIX, el racionalismo iluminaba la actividad científica, la revolución iniciada por Isaac Newton se encontraba en plena consolida-ción, particularmente por los avan-ces científicos y tecnológicos alcan-zados en la época. Con la publicación en 1849 del Discurso sobre el espíritu positivo, de Auguste Comte, se inició en las ciencias so-ciales un paradigma denominado “positivista”. Cabe señalar que, en términos sencillos, un “paradigma” es una manera de concebir al mun-do; un conjunto de creencias y pre-misas respecto a la naturaleza de éste (Greene, 2007). Esta visión proclama, entre otras cuestiones, que la realidad es una sola y es ne-cesario descubrirla y conocerla. Asimismo, el sentido de la percep-ción resulta la única base admisible del conocimiento humano y del pen-samiento preciso. Las ideas esencia-les del positivismo provienen de las denominadas ciencias “exactas”, como la Física, la Química y la Bio-logía; por tal motivo, los positivistas se fundamentaron en científicos como Galileo Galilei (15641642), Isaac Newton (16421727), Nicolás Copérnico (14731543), Thomas Robert Malthus (17661834) y Char-les Darwin (18091882). Así, “el mundo social puede estudiarse de manera similar al mundo natural” (tal como se investigan los átomos, las moléculas, los planetas y los inver-tebrados; se pueden analizar los patrones de conducta de los trabaja-dores, las razones de las enferme-dades mentales, los efectos de un método educativo sobre el aprendi-zaje o las migraciones humanas) y

existe un método exclusivo para indagar ese mundo social, que es libre de los valores del investigador. Por ello, para el positivismo, la obje-tividad es muy importante, el investi-gador observa, mide y manipula variables; además de que se des-prende de sus propias tendencias (la relación entre éste y el fenómeno de estudio es de independencia). Lo que no puede medirse u observarse con exactitud se descarta como “ob-jeto” de estudio. Además, éste se encuentra determinado por leyes y axiomas.

El positivismo solamente acepta conocimientos que proceden de la experiencia, esto es, de datos empíricos. Los hechos son lo único que cuenta. Es decir, los positivistas establecen como fundamental el principio de verificación: una propo-sición o enunciado tiene sentido solo si resulta verificable por medio de la experiencia y la observación. Todo debe ser comprobable y esta condi-ción es válida para cualquier ciencia. Asimismo, este paradigma considera que es posible establecer generali-zaciones libres del contexto y del tiempo, así como vínculos causales (causas reales que preceden tempo-ralmente a los efectos). La experi-mentación constituyó la forma princi-pal para generar teoría.

El positivismo (muy rígido) fue remplazado por el “pospositivismo”, fundamentado en el paradigma ante-rior, pero más abierto y flexible. Tal visión comienza a gestarse hacia fines del siglo XIX, pero realmente se consolida hacia la mitad del siglo pasado. La germinación la inician las obras de autores como Wilhelm Dilthey (18331911) y William James (18421910). Karl Popper (19021994) lo impulsa de forma notoria. Además, en cada campo o disciplina, diversos autores lo desarrollan. Sus propuestas esencia-les se pueden resumir en los si-guientes puntos:

Existe una realidad, pero so-lamente puede ser conocida de manera imperfecta debido a las limitaciones humanas del investigador (Mertens, 2005). Por tanto, tal realidad es facti-ble descubrirla con cierto gra-do de probabilidad.

El observador no se encuentra aislado de los fenómenos que estudia, sino que forma parte de éstos, lo afectan y él, a su vez, influye en ellos.

Las teorías y explicaciones se consolidan y eliminan otras posibles teorías y explicacio-nes rivales.

La investigación es influida por los valores de los investigado-res y por la teoría o hipótesis en que se apoyen éstos. La objetividad es solamente un estándar que guía la investi-gación, por lo que el investi-gador debe estar atento y tra-tar de permanecer neutral para prevenir que sus valores o tendencias influyan en su estudio, además de seguir ri-gurosamente procedimientos prescritos y estandarizados.
La experimentación en el labo-ratorio es una forma central para probar hipótesis, pero no la única. Por ello, se desarro-llaron los diseños cuasiexpe-rimentales (Mertens, 2005).

Los conceptos de las teorías consideradas y las hipótesis a probar deben tener referentes empíricos y consecuentemen-te, es necesario medirlos, aunque estas mediciones nunca son “perfectas”, siem-pre hay un grado de error.

La diferencia esencial entre el paradigma positivista y el pospositi-vista se ubica en su concepción del conocimiento. En el segundo, se supera el esquema que considera la percepción como simple reflejo de las “cosas reales” y el conoci-miento como “copia” de esa reali-dad. Éste, en cambio, se visualiza como el resultado de una interac-ción, de una dialéctica, entre el co-nocedor y el objeto conocido. El pospositivismo es una especie de “padre” del enfoque cuantitativo y le otorga tres principales elementos que lo caracterizan:

Recolectar datos en la forma de puntuaciones (que se origi-na en las matemáticas). Es decir, los atributos de fenóme-nos, objetos, animales, perso-nas, organizaciones y colecti-vidades mayores son medidos y ubicados numéricamente.

Analizar tales datos numéricos en términos de su variación.
La esencia del análisis implica comparar grupos o relacionar factores sobre tales atributos mediante técnicas estadísticas (en el caso de las ciencias del comportamiento, mediante experimentos y estudios cau-sales o correlacionales).

El enfoque cualitativo

En relación al enfoque cualita-tivo, Sampieri (2010) señala que diferentes autores ubican sus oríge-nes en distintos momentos, por ejemplo, Vidich y Lyman (2002) los sitúan en los siglos XV y XVI con la denominada etnografía temprana, en la que se estudiaba a los pueblos primitivos; o Lincoln y Denzin (2003) fundamentalmente los circunscriben a principios del siglo XX, al igual que Creswell (2005). A nuestro juicio, el enfoque cualitativo realmente se inicia como un proceso investigativo a finales del siglo XIX y sobre todo en el comienzo del siglo XX, aunque algunos arqueólogos realizaron es-tudios inductivos en la mitad del XIX.

El primer problema es que hay diversas visiones que se han consi-derado como tipos de investigación cualitativa (Tesch, 1990, ubica vein-tiséis clases) y las bases episte-mológicas son variadas. Sin embar-go, concordamos con Mertens (2005) en que el constructivismo es tal vez el paradigma que influyó más en el enfoque cualitativo (ciertamen-te muchos diferirán, pero su peso es innegable). Éste tiene sus primeros

cimientos con Immanuel Kant (siglo XVIII), quien señala básicamente que el mundo que conocemos es construido por la mente humana. Las “cosas” en sí mismas existen, pero nosotros las apreciamos del modo como es capaz de percibirlas nues-tra mente. De los postulados de Kant va a surgir el constructivismo, en un intento de conciliar el racionalismo y el asociacionismo. Otro autor clave para esta corriente paradigmática es Max Weber (18641920), quien in-troduce el término verstehen o “en-tender”, reconoce que además de la descripción y medición de variables sociales, deben considerarse los significados subjetivos y la compren-sión del contexto donde ocurre el fenómeno. En este sentido el cons-tructivismo propone que:

No hay una realidad objetiva, la realidad es edificada so-cialmente, por consecuencia, múltiples construcciones men-tales pueden ser “aprehendi-das” sobre ésta, algunas de las cuales pueden estar en conflicto con otras; de este modo, las percepciones de la realidad son modificadas a través del proceso del estudio (Mertens, 2005).

El conocimiento es construido socialmente por las personas que participan en la investiga-ción. La tarea fundamental del investigador es entender el mundo complejo de la expe-riencia vivencial desde el punto de vista de quienes la experimentan, así como com-
prender sus diversas cons-trucciones sociales sobre el significado de los hechos y el conocimiento.

La investigación es en parte producto de los valores del in-vestigador y no puede ser in-dependiente de ellos.

El investigador y los individuos estudiados se involucran en un proceso interactivo. El co-nocimiento resulta de tal inter-acción social y de la influencia de la cultura.

No es posible establecer ge-neralizaciones libres del con-texto y del tiempo.

Entre algunos de los autores que durante el siglo XX influyeron en el desarrollo del constructivismo tenemos a Mary Parker Follett (18681933), en el campo de la Ad-ministración y las organizaciones; Jean Piaget (18961980) y Lev Se-menovich Vygotsky (18961934) en la Educación y John Dewey (18591952) en la Pedagogía; así como Margaret Mead (19011978) en la Antropología.

El constructivismo como uno de los “padres” del enfoque cualitati-vo le otorga los énfasis principales que lo caracterizan:

El reconocimiento de que el investigador necesita encua-drar en los estudios los puntos de vista de los participantes.
La necesidad de inquirir cues-tiones abiertas.

Dado que el contexto cultural es fundamental, los datos deben recolectarse en los lugares donde las perso-nas realizan sus actividades cotidianas.

La investigación debe ser útil para mejorar la forma en que viven los individuos.

Más que variables “exactas” lo que se estudia son concep-tos, cuya esencia no solamen-te se captura a través de mediciones.

El enfoque mixto

En la tercer vía, Sampieri (2010) señala que el enfoque mixto surge como consecuencia de la ne-cesidad de afrontar la complejidad de los problemas de investigación planteados en todas las ciencias y de enfocarlos holísticamente, de manera integral. En 1973, Sam Sieber (citado por Creswell, 2005) sugirió la combinación de estudios de caso cualitativos con encuestas, creando “un nuevo estilo de investi-gación” y la integración de distintas técnicas en un mismo estudio. En 1979 dos trabajos fueron “detonan-tes” clave de los métodos mixtos: Trend (1979) y Jick (1979). El prime-ro hizo un llamado a combinar el análisis de datos cuantitativos y cua-litativos para resolver las discrepan-cias entre los estudios cuantitativos y cualitativos; y el segundo introdujo los conceptos básicos de los diseños mixtos, propuso recabar datos me-diante técnicas cuantitativas y cuali-tativas, e ilustró la triangulación de datos; además de comentar la nece-sidad de obtener “una fotografía más enriquecedora y con mayor sentido de entendimiento de los fenómenos”.

En este sentido señalan Sampieri y Mendoza (2008), dos nociones fueron importantes para la concepción de la investigación mixta: la referente a la triangulación y la de utilización de varios métodos en un mismo estudio para incrementar la validez del análisis y las inferencias. La idea de la triangulación, la que durante años impulsó el enfoque cualitativo al referirse a la triangula-ción de distintas fuentes para verifi-car los datos, fue aplicada a los métodos cuantitativo y cualitativo. En su trabajo titulado: “Mezclando métodos cualitativos y cuantitativos: La triangulación en acción”, Jick (1979) propuso que cuando una hipótesis o resultado sobrevive a la confrontación de distintos métodos, tiene un grado mayor de validez que si se prueba por un único método.

La utilización simultánea de di-ferentes procedimientos de indaga-ción fue “catapultada” en la matriz de multimétodosmultirasgos de Campbell y Fiske (1959), quienes sostenían que el hecho de utilizar varios métodos para medir las varia-bles de interés incrementaba la vali-dez convergente y discriminante del instrumento o instrumentos para

recolectar los datos (Jacobson y Carlson, 1973; Jackson, 1977; Hubert y Baker, 1978). En los años de setenta y ochenta, se manifestó la denominada “guerra de los para-digmas”, tal vez en parte debido a la noción popularizada por Tomas Kuhn (1962) de los “paradigmas en competencia” en su libro La estructu-ra de las revoluciones científicas (Teddlie y Tashakkori, 2009). El caso es que la rivalidad entre los seguido-res del enfoque cuantitativo y cualita-tivo fue abierta, con los argumentos mencionados en el capítulo 1 del texto impreso “Definiciones de los enfoques cuantitativo y cualitativo, sus similitudes y diferencias”. La tesis generalizada fue la de la “in-compatibilidad de paradigmas”. En América Latina el debate resultó muy intenso, al grado que diversas insti-tuciones separaron físicamente a los investigadores de una u otra aproxi-mación.

La discusión se volvió dicotó-mica y se enfatizaron las diferencias entre constructivistas y positivistas en cuestiones filosóficas como la ontología, epistemología, axiología, posibilidad de generalización y vínculos causales (Teddlie y Tas-hakkori, 2009). Hasta algunos auto-res en materia de metodología de la investigación incluyeron tablas que contrastaban al constructivismo y al positivismo (por ejemplo: Lincoln y Guba, 1985). La mayoría de los in-vestigadores se adhirió a un enfoque único y consideró que el constructi-vismo y el positivismo como méto-dos, eran irreconciliables, porque provenían de paradigmas cuya lógi-ca y premisas eran muy distintas, incluso opuestas (Sampieri y Mendoza, 2008). Tal incompatibili-dad se asociaba con la supuesta conexión entre los paradigmas y los métodos de investigación. De acuer-do con esta idea, los paradigmas se vinculaban con los métodos en una especie de correspondencia “uno a uno”. Consecuentemente, si las premisas subyacentes de los para-digmas entraban en conflicto, los métodos relacionados con éstos no podían combinarse (Lincoln, y Guba, 1988; Teddlie y Tashakkori, 2009).

No obstante, en la década de los ochenta, unos cuantos metodó-logos e investigadores siguieron trabajando en la mezcla de ambas visiones a la investigación, por ejemplo: Connidis (1983) y Howe (1988). Greene, Caracelli y Graham (1989), así como Rossman y Wilson (1985) identificaron varios motivos para usar la investigación mixta, tales como: enriquecer la informa-ción, triangular datos, complementar perspectivas, clarificar resultados, iniciar nuevos modelos de pensa-miento, etcétera. Asimismo, el pos-positivismo desplazó al positivismo y ello permitió mayor flexibilidad de algunos investigadores, tanto cuanti-tativos como cualitativos, y la con-ceptualización de la triangulación se expandió (Hernández Sampieri y Mendoza, 2008). Por otro lado, el desarrollo de los métodos mixtos fue posible en parte a:

La introducción de una varie-dad de nuevos instrumentos metodológicos, tanto cuantita-tivos como cualitativos.
La vertiginosa evolución de las nuevas tecnologías para ac-cesar y utilizar las herramien-tas metodológicas más fácil-mente (hardware y software e Internet).

El incremento en la comunica-ción a través de las distintas ciencias y disciplinas.

Sin embargo, para la década de los noventa, el debate sobre los modelos mixtos “amainó” en el pano-rama internacional, pero en Ibero-américa fue sumamente conflictivo y se polarizaron opiniones: rechazo y aceptación, las que desafortunada-mente se mantienen al comenzar el tercer lustro del presente siglo, más por desconocimiento de los detracto-res de la visión mixta que por otras cuestiones. Entre 1990 y el 2000, en el mundo anglosajón, comenzó la institucionalización del enfoque mixto (Teddlie y Tashakkori, 2009). Este hecho no hubiera ocurrido sin el surgimiento de un sustento filosófico de los métodos mixtos: el pragma-tismo (Sampieri y Mendoza, 2008), el que representó una vía alternativa ante el pospositivismo y el construc-tivismo, ya que:

Rechaza la dicotomía entre dualismos tradicionales (ra-cionalismo versus empirismo, realismo en contraposición al antirrealismo, libre albedrío vs. determinismo, etc.) (Teddlie y Tashakkori, 2009). El pragma-tismo objeta la visión de que debe escogerse entre las dos
categorías de la dicotomía sobre el contexto, va en con-tra, tanto de que los resulta-dos sean completamente es-pecíficos de un contexto en particular, como de que los re-sultados son una instancia de algún conjunto de principios generalizados (Hernández Sampieri y Mendoza, 2008).

Concibe a los paradigmas no solamente como visiones glo-bales del mundo (entendi-mientos comunes sobre la “realidad” que afectan cada aspecto de la indagación científica), posturas episte-mológicas (sistemas de creen-cias que influyen la manera como son elaboradas y con-testadas las preguntas de in-vestigación) y sistemas de creencias compartidos por los miembros de un área del co-nocimiento (consenso sobre qué preguntas son las más significativas y qué procedi-mientos son los más apropia-dos para responderlas); sino también como “ejemplos mo-delo de investigación”, flexi-bles respecto a la forma en que debe inquirirse en un campo determinado del que-hacer científico (Hernández Sampieri y Mendoza, 2008).

Considera que el conocimien-to es construido pero que también se basa en la realidad del mundo que experimenta-mos y en el que vivimos (Teddlie y Tashakkori, 2009). Se orienta a la “acción” más que a la discusión filosófica (Teddlie y Tashakkori, 2009).

Endosa a la “teoría práctica”, a lo que funciona.

Refuerza el pluralismo y la compatibilidad (Johnson y Onwuegbuzie, 2004). Este pa-radigma toma diversas ideas de John Dewey (1859–1952), William James (18421910) y Charles S. Peirce (18391914), entre otros. Es-tas concepciones de lo que son los paradigmas provienen de Morgan (2008); así como Neal, Hammer y Morgan (2006).

Adopta una aproximación hacia la investigación explíci-tamente orientada a valores, que se deriva de los valores culturales.

Este crecimiento de los méto-dos mixtos en la década de los no-venta fue vertiginoso:

El autor Patton (1990) en el campo de la evaluación señaló las siguientes combinaciones de métodos:

Diseño experimental, datos cualitativos y análisis de contenido cuantitativo y cualitativo.

Diseño experimental, datos cualitativos y análisis es-tadístico.
Indagación naturalista (cualita-tiva), datos cualitativos y aná-lisis estadístico.

Indagación naturalista, datos cuantitativos y análisis es-tadístico.

Morse (1991) delineó dos ti-pos de triangulación: simultánea y secuencial. Para esta autora, la triangulación simultánea (CUAN + CUAL o CUAL + CUAN) representa-ba usar al mismo tiempo métodos cualitativo y cuantitativo, con una interacción limitada entre las dos fuentes de datos al momento de la recolección de datos, pero en el momento de interpretar los descu-brimientos ambos métodos se pod-ían complementar. Asimismo, la triangulación secuencial (CUAN CUAL o CUAL CUAN) era utiliza-da cuando los resultados de un en-foque resultaban necesarios para planear el método subsecuente. También, Janice Morse concibió el sistema utilizado hoy en día para simbolizar los diseños mixtos y pro-puso modelos. Steckler et al. (1992) propusieron cuatro modelos:

Modelo 1: métodos cualitativos para desarrollar medidas cuantitativas.

Modelo 2: métodos cuantitativos para reforzar descubrimientos cua-litativos.

Modelo 3: métodos cualitativos para explicar descubrimientos cuan-titativos.

Modelo 4: métodos cuantitativos y cualitativos para ser usados por igual en paralelo.

Los autores Dzurec y Abra-ham (1993), así como Sechrest y Sidana (1995), fortalecieron las ra-zones para utilizar los métodos mix-tos y agregaron otras, como facilitar el monitoreo de los datos recolecta-dos, reducir la complejidad para entender los fenómenos bajo estu-dio, innovar, obtener mayor signifi-cado de los datos, etcétera. En 1997 Richard Grinnell visualizó diseños específicos, al igual que Creswell (1998). Tashakkori y Teddlie (1998) proporcionaron otras posibilidades para análisis en los diseños mixtos y revisan la reciente historia de los métodos mixtos. Durante esta déca-da el enfoque mixto se aplica en diversos campos, como la Educa-ción, la Comunicación, la Psicología, la Medicina y la Enfermería. Se rea-lizan varios congresos para debatir el tema. Denzin y Lincoln (2000) presentaron una amplia discusión sobre la triangulación (El término triangulación proviene de la ciencia naval militar como un proceso que los marineros utilizan, y consiste en tomar varios puntos de referencia para localizar la posición de un obje-to en el mar (Jick,1979).

Los autores Creswell, Plano Clark, Guttman y Hanson (2003) proponen una tipología de diseños mixtos. Tashakkori y Teddlie (2003) efectúan una revisión del estado del arte en la materia. En el 2004 y el 2005 se realizan diversas revisiones de las posibilidades del enfoque mixto (Creswell, 2005; Mertens, 2005; Grinnel y Unrau, 2005). Mer-tens (2005, pp. 8 y 9) compara los paradigmas presentados en el pre-sente capítulo, haciéndose las si-guientes preguntas:

La pregunta relativa a la reali-dad (ontológica): ¿cuál es la naturaleza de la realidad? (¿cómo se concibe?).

La pregunta sobre la naturale-za del conocimiento y la rela-ción entre el investigador y el fenómeno estudiado (episte-mológica): ¿cómo son conce-bidos el conocimiento y la re-lación entre el investigador y el fenómeno estudiado?

La pregunta sobre el método: ¿de qué manera el investiga-dor obtiene el conocimiento deseado y comprende el fenómeno?

TABLA No.1

PRINCIPALES PARADIGMAS EN LA INVESTIGACIÓN

Caracterís-ticas y supuestos

Pospositi-vismo

Construc-tivista

Transformativo

Pragmático

-Etiquetas asociadas con el para-digma.

-Supuesto de Realidad.

-Supuesto del conoci-miento y re-lación entre el investi-gador y el fenómeno.

-Supuesto metodoló-gico.

-Experimental

Cuantitativo

Causal

Comparativo.

- Una realidad conocida en términos de probabilidad.

- La objetivi-dad es impor-tante, el inves-tigador obser-va, mide y manipula va-riables; trata de despren-derse de sus tendencias.

- Básicamente

cuantitativo e intervencio-nista.

-Naturalista

Fenomenológico

Hermenéutico

Interaccionista simbólico (inter-activo)

Etnográfico

Cualitativo

- Múltiples reali-dades construi-das socialmente.

- El conocimien-to es interactivo,

producto del

vínculo entre el

investigador y los participantes o fenómeno. Los

valores y ten-dencias de todos los involu-crados son hechas explíci-tas, generan descubrimien-tos.

-Básicamente cualitativo, hermenéutico y dialéctico.

-Teoría crítica Neomarxista Fe-minista Participati-vo Emancipatorio.

-Múltiples rea-lidades formadas por el contexto social, político, económico, cultu-ral y étnico.

-El conocimiento es interactivo, producto del vínculo entre el investigador y los participantes o fenómeno. Se sitúa social e históricamente.

- Con bases cuali-tativas, pero pue-den utilizarse mé-todos cuantitativos y mixtos. Los factores históricos están incluidos.

-Métodos y mode-los mixtos o híbri-dos.

- Lo que es útil para explicar integralmente un fenómeno es lo verdadero.

- Las relaciones

entre el investiga-dor y el fenómeno o participantes del

estudio, están

determinadas por lo que el investi-gador considera como apropiado para cada estudio en particular y por el contexto.

- El método de-pende del plan-teamiento especí-fico del estudio.

Son válidas las técnicas cuantita-tivas, cualitativas y mixtas.

Fuente: Hernández Sampieri Roberto. (2010). Metodología de la investigación, p.18.

No obstante, en octubre de 2003, la prestigiada publicación Bri-tish Educational Research Journal editó un número especial para cele-brar e incluir “algunos de los mejores estudios recientes” en el campo de la investigación educativa, ocho en total, de los que seis eran mixtos (Scott, 2007). Asimismo, en el 2007 se comenzó a publicar la revista Journal of Mixed Methods Research. En años recientes (2008 a 2010), el incremento en los textos de metodo-logía mixta ha sido considerable, los nombres de los pioneros en esta materia, como John Creswell, Abbas Tashakkori, Alan Bryman, Donna Mertens, Janice Morse, Michael.

2. Idem, p. 103.
3. Idem, p. 103.

En América Latina, la pro-puesta de los métodos mixtos ha provenido desde 1993, de algunos autores y se ha consolidado en el trabajo de Hernández Sampieri y Mendoza (2008). El siglo XX inició con un enfoque principal, el cuantita-tivo, y culminó con dos enfoques fundamentales: cuantitativo y cualita-tivo. No es el caso de que uno susti-tuyera al otro, sino que el segundo se agregó al primero. El siglo XXI comenzó con una tercera vía (que se vino gestando desde décadas atrás): el enfoque mixto. Los próximos años son fundamentales para que este adolescente (o híbrido) siga consolidándose.

Conclusiones

La investigación debe ser un componente transversal de una insti-tución. El desarrollo del proceso de la investigación es un proceso gra-dual y de años para consolidar un renombre para fomentar la investi-gación, que requiere inicialmente el desarrollo de investigación producto de las mismas investigaciones de las maestrías y los doctorados.

El Centro de Investigación de-be de participar en consorcios, redes de institutos de investigación para acceder a fondos para grandes pro-yectos de investigación en la innova-ción y fortalecimiento institucional, el diseño de las estrategias de profun-dización y transformación de las administraciones públicas centroa-mericanas y de intervención trans-versal para la modernización de la gestión pública.2

La innovación y el fortaleci-miento institucional está focalizada en la formación a nivel de maestría y doctorado, la implementación de un programa de innovación de herra-mientas tecnológicas, la incubación de programas de educación superior en universidades centroamericanas y la investigación para generar nue-vo conocimiento.3

La formación a nivel de maestría y doctorado para la amplia-ción y la mejora de la calidad y pro-fundización de la oferta académica está focalizada en la revisión y ac-tualización de programas académi-cos, estructuras curriculares y admi-

nistración de la docencia, en la aper-tura del programa de maestría en gestión ambiental y desarrollo local, en la apertura de un doctorado con una cobertura regional y la creación de convenios marco o específicos con universidades públicas y priva-das de Latinoamérica, Europa y Nor-teamérica, para fortalecer los pro-gramas, la cobertura ampliada y desconcentrada de los programas a nivel nacional para tener una apertu-ra de programas en las regiones.4

En la investigación, la imple-mentación y fortalecimiento de un Centro de Investigación estará defi-nido por los ejes estratégicos de la institución con sus líneas de investi-gación, la creación de la plataforma con investigadores nacionales e internacionales. Además, la delimita-ción de campos de estudio para los estudiantes de los programas de maestría y doctorado, según espe-cialidades y la incorporación de re-curso humano para la ejecución de actividades de investigación de la institución.5

4. Idem, p. 103.
5. Idem, p. 103.

Bibliografía

Libros

Ávila Baray, H.L. (2006). Introduc-ción a la metodología de la investigación Edición electró-nica.

www.eumed.net/libros/2006c/2 03/

Bernal Cesar. (2010). Metodología de la investigación. Editorial Pearson. Tercera edición. Colombia.

Guy Peters. (2003). El Nuevo Institu-cionalismo. La teoría institu-cional en ciencia política. Pri-mera edición. Editorial Gedisa S.A., Barcelona, España.

Hernández Sampieri Roberto. (2010). Metodología de la in-vestigación. Editorial Mc Graw Hill. Quinta edición, México.

North Douglas. (1993). Instituciones, cambio institucional y desem-peño económico. Fondo de Cultura. Económica. México.

Rivas Leone, José Antonio. (2003). El neoinstitucionalismo y la revalorización de las institu-ciones. Reflexión Política año 5 No. 9. Junio. UNAB. Colombia.

Entrevistas

Dr. Carles Ramió. (2011). Especialis-ta en administración pública. Ex director de la Escuela de Administración Pública de Ca-taluña y profesor e investiga-dor de la Universidad Pompeu Fabra (UPF), Barcelona, Es-paña el 3 de octubre.

Dra. Tamyko Ysa. (2011). Investiga-dora del Instituto de Gober-nanza y Dirección Pública de la Universidad Ramón Llull, quien fue designada por el Sr. Francisco Longo Universidad Ramón Llull, ESADE, Barce-lona, España el 3 de octubre.

Dra. Ana Ayuso. (2011). Investigado-ra asociada al CIDOB y espe-cialista en relaciones interna-cionales de la Universidad Autónoma de Barcelona. Cen-tro de Investigación y Docu-mentación de Barcelona, CIDOB, Barcelona, España el 4 de octubre.

Páginas web

-http://www.edukanda.es

- www.eumed.net

ESQUEMA No. 1

PROCESO DE INVESTIGACIÓN CIENTÍFICA

Fuente: Bernal Cesar. (2010). Metodología de la investigación. Editorial Pearson. Tercera edición. Colombia.