Un acercamiento a la experiencia
panameña en innovación
tecnológica, participación
ciudadana y responsabilidad
social Nicolás Jerome
DESTACA LA IMPORTANCIA DE LAS TECNOLOGÍAS DE LA INFORMACIÓN, TIC’S EN LA GESTIÓN PÚBLICA PARA PROMOVER LA PARTICIPACIÓN CIUDADANA Y LA RESPONSABILIDAD SOCIAL, HACIENDO ALUSIÓN EN ALGUNOS CASOS, A LAS SITUACIONES DE AVANCE QUE HA EXPERIMENTADO PANAMÁ, INDICANDO A LA VEZ, LA NECESIDAD DE CONTINUAR PROFUNDIZANDO ESTA LÍNEA DE TRABAJO.
PALABRAS CLAVES: ADMINISTRACION PUBLICA SOCIEDAD TECNOLOGIA PARTICIPACION SOCIAL
KEY WORDS: PUBLIC ADMINISTRATION CIVIL SOCIETY TECHNOLOGY POPULAR PARTICIPATION
1“Promover una administra-ción más eficiente, eficaz y transpa-rente por parte de los gobiernos a todo nivel, mediante el ofrecimiento en línea de información a los ciuda-danos, mecanismos de control de gestión, servicios, trámites y contra-tación estatal de bienes y servicios a través de las redes digitales” fue el compromiso asumido por los gobier-nos latinoamericanos en la Confe-rencia de Florianápolis, Brasil, efec-tuada en el año 2000.
* Post-Grado en Supervisión del Currículo CASE-1992; Maestría en Economía del Trabajo; Post Grado en Relaciones Económica-Universidad de la Habana. Decano, Facultad de Administración Pública de la Universidad de Panamá.
Recibido: 29 de junio del 2012.
Aceptado: 3 de agosto del 2012.
Un gran camino se ha recorri-do desde entonces, pero todavía los países de nuestro continente no han logrado el desarrollo acorde con “la sociedad del conocimiento y la in-formación” denominada así por Naisbitt y Drucker, entre otros auto-res de nuestra época.
Las experiencias en innova-ciones tecnológicas destacan los avances fundamentalmente en los procesos del e-gobierno, los que han facilitado la transparencia y el se-guimiento de asuntos que interesan en la ciudadanía; sin embargo, que-da aún un gran espacio para ade-cuar un aparato público que pro-mueva la participación ciudadana y la responsabilidad social, apoyándo-se precisamente en las innovaciones tecnológicas.
De allí, el énfasis otorgado al gobierno abierto, como una visión que prioriza la participación ciudada-na como el objetivo y prioridad, la innovación tecnológica como el ins-trumento para asegurarla y la res-ponsabilidad social como la vía para concitar el compromiso y acción del sector privado y de las organizacio-nes de la sociedad civil, como partí-cipes y en apoyo a la gestión guber-namental. Calderón afirma que los gobiernos deben tener la capacidad para conversar con las personas y evolucionar desde un Gobierno Electrónico hacia uno donde la cola-boración, la participación y la trans-parencia sean los ejes centrales en la elaboración de las políticas públi-cas (CEPAL, 2012: 8).
Los principios establecidos pa-ra esta nueva visión se resumen en tres, a saber: la transparencia o sea la oferta de información clara y ac-tualizada en formatos abiertos, estándar y reutilizables; la participa-ción ciudadana que se refiere a la intervención de la ciudadanía en todas las actividades del Gobierno; y el empoderamiento de la ciudadanía, es decir, dar poder a la ciudadanía en la solución de los problemas, porque éstos le atañen directa o indirectamente. Estos principios fueron recogidos en la 5ª Conferen-cia Ministerial sobre Administración Electrónica de noviembre de 2009. Este proceso que se presenta de manera muy sintética continúa pro-fundizándose con la adopción en el 2009, el concepto de gobierno abier-to por parte de los Estados Unidos (2009), seguido por varios esfuerzos similares en países latinoamericanos como Uruguay (2010) y Chile (2011) y otros gobiernos del continente que hayan desarrollado sus propias es-trategias. No obstante, el punto culminante ocurre en el sexagésimo sexto período de sesiones de la Asamblea de las Naciones Unidas, al lanzarse la iniciativa denominada Open Government, liderada por los Estados Unidos y Brasil, en octubre del 2011 con el respaldo de cuarenta y seis países, entre ellos diez países de nuestro continente. En este mar-co los países se comprometen a elaborar sus planes de acción pero sujetos éstos a mecanismos, tanto en línea como presenciales, pero de consulta pública (CEPAL, 2012: 7).
Esta panorámica histórica se ha presentado con el propósito de resaltar que una de las considera-ciones fundamentales que hay que tener presentes al abordar el tema que nos ocupa es que el elemento clave de estas discusiones es el servicio a la ciudadanía y la partici-pación de ésta en los procesos públicos. Por lo tanto, una primera pregunta que surge naturalmente es hasta dónde están preparados nues-tros sistemas de administración pública para asumir este reto? Los funcionarios públicos tienen claridad sobre esa visión de la importancia de la ciudadanía, a la que deben su esfuerzo y la entrega de un servicio eficiente y de calidad? Están los procesos de modernización e inno-vación tecnológica al servicio de los procesos técnicos solamente? O al servicio de los intereses y preocupa-ciones de la ciudadanía?
La modernización se define en general como “el conjunto de cam-bios en la esfera política, económica y social que ha caracterizado los últimos dos siglos” (Bobbino, 2002). Sin embargo, la revisión de las expe-riencias de innovación tecnológica indican que ésta se explica más por ser el producto de los líderes que la promueven, que como resultado de valores favorables al cambio por parte de las mismas organizaciones. De allí, la importancia de un lideraz-go que no solo tenga una visión es-tratégica clara y acorde con los prin-cipios del gobierno abierto y la innovación tecnológica, sino que también esté compenetrado con las demandas de los distintos sectores del país, así como con las políticas de desarrollo, basadas en los intereses y necesidades de los dis-tintos grupos sociales, a las que el Estado debe responder, en función precisamente de otorgarle su priori-dad principal a la ciudadanía. Un liderazgo que sume y no que reste a los actores sociales, en función de la responsabilidad social, que a cada uno le cabe.
Adentrándonos propiamente en la experiencia en innovación tec-nológica se puede señalar que la “nueva economía” se centra en la TRANSFORMACIÒN TECONOLO-GÌCA Y ORGANIZATIVA que esta-blecen procesos sociales e institu-cionales, la base de nuestra convi-vencia y de nuestras vidas. Hoy se habla de Economía del Conocimien-to la que se caracteriza por tres grandes rasgos interrelacionados:
Es así que no enfrentamos a una economía más compleja donde destaca la base tecnológica de in-formación y comunicación micro electrónica cuya forma central de organización cada vez mayor es la Internet. Las empresas, los gobier-nos, funcionan con y a través de Internet. Se organizan en torno a la red de relaciones que está estre-chamente conectada y basada en la información.
Vemos así que se redefinen los modelos organizacionales, trans-formando el conocimiento de los individuos, de sus relaciones de trabajo, el papel del Estado como regulador. En este nuevo contexto las fronteras estatales son inexisten-tes y se ha debilitado la posición del ciudadano quien tiene una mayor dificultad para reclamar y hacer va-ler, de modo efectivo, sus derechos y libertades, acentuándose esta fra-gilidad en el campo de la integración social. De allí la necesidad de su empoderamiento y de entender que
el servicio público se debe a la ciudadanía.
Los gobiernos han introducido las nuevas tecnologías de la infor-mación y la comunicación en el pla-neamiento de las políticas públicas y en el propio ejercicio del gobierno. Ello ha producido cambios en diver-sas instancias sociales: seguridad; educación; justicia; relaciones per-sonales; economía; etc.
Las nuevas relaciones entre el gobierno, los ciudadanos y las em-presas, así como los cambios per-manentes en el escenario social, el contexto mundial globalizado, las modificaciones que acompañan a la implantación de las tecnologías de información y comunicación, llevan a buscar maneras de comunicar, en este caso, mediante un sitio electró-nico de gobierno, procurando gene-rar procesos de transparencia y par-ticipación ciudadana.
Se trata de un instrumento de gobierno que se concreta a través de una plataforma tecnológica interco-nectada a una red mundial de datos, donde la red permite generar espa-cios de participación social mediante servicios, temas e informaciones que incumben a la ciudadanía; en una interrelación entre gobierno y ciuda-danos, gobierno y empresas, ciuda-danos entre sí, gobierno y emplea-dos y gobiernos entre sí. Tiene por objeto conseguir una forma de go-bierno más participativa, ágil, eficien-te, donde se promueve el desarrollo de capacidades, en fin con el resul-tado de organizaciones inteligentes.
Su permanente evolución (las Nuevas Tecnologías del Conoci-miento, NTIC) permite desarrollar nuevas y mejores formas en la prestación del gobierno y surge el gobierno electrónico, (e-gobierno) ya que el sitio está disponible 24 horas al día, 365 días del año, proporcio-nando infinidad de información, dis-minuyendo costos de prestación de servicios y redundando en procesos de transparencia, eficiencia y mayor posibilidad para el usuario/cliente, hablándose así, de la Democracia Electrónica.
Ahora se suma el gobierno móvil (m-gobierno), donde se em-plea la comunicación e información móviles/inalámbricas en el sector público: teléfonos celulares móviles, computadoras portátiles y asistentes personales digitales, conectados a las redes locales inalámbricas.
El e-gobierno (e-Government) que impone niveles de exigencias a la gestión organizacional, necesitan-do, por su evolución, de una conti-nua adaptación y modernización en lo que se refiere a los procesos tec-nológicos. Estas tecnologías facili-tan, agilizan procesos, permiten la prestación en tiempo útil, la flexibili-zación de horarios, interactuar con los ciudadanos, reducir costes, favo-recer el ambiente ecológico permi-tiendo la eficiencia y la eficacia, sur-giendo así modelos, aplicados a servicios y a relaciones que incorpo-ran las tecnologías de información y de innovación orientados a la satis-facción de los clientes ciudadanos.
La administración pública, en su afán de acompañar esta evolu-ción, se moderniza, existiendo una preocupación y una tendencia hacia el e-gobierno, siendo cada vez más los servicios que disponen de porta-les web, en el caso de Panamá te-nemos que a través de la Autoridad Nacional para la Innovación Guber-namental, proyectos de Moderniza-ción de Gobiernos Locales: Proyecto MuNeT, auspiciado por la Organiza-ción de Estados Americanos, OEA, y la Agencia Canadiense de Desarrollo Internacional, ACDI.1
De hecho, al integrar portales web y Servicios Online se busca crear un canal de información y co-municación o de prestación de servi-cios, para satisfacer a todos los ciudadanos.
En el sector público, además de lo expuesto, se deben considerar, otros factores en donde la innova-ción tecnológica contribuya a apor-tar mejoras significativas, a saber:
Los ciudadanos, clientes in-ternos y externos, conscientes de sus aportaciones y pago de impues-tos se vuelven cada vez más exigen-tes y solicitan la adecuación de los servicios, su modernización e innovación.
En torno a lo expuesto pode-mos preguntarnos:
En Panamá la estrategia de gobierno digital, por ejemplo, tam-bién conocido como e-gobierno constituye un componente importan-tes y así tenemos el Proyecto 3-1-1 de Atención Ciudadana 24/7.
Frente a lo expuesto vemos que la sociedad actual, cada vez más virtual, presenta nuevos retos basados en la tecnología de la in-formación y la innovación, en esta sociedad expresiones como “capital intelectual”, “gestión del conocimien-to”, “calidad de servicios”, ganan una nueva dimensión. La disponibilidad de servicios y productos a través de la red web es una realidad hoy en día, en que las tecnologías de infor-mación se reafirman como caracteri-zadoras y dinamizadoras del cre-ciente escenario económico y social.
Esto ha dado origen a nuevos niveles de exigencias y calidad por parte de la ciudadanía, obligando así a la gestión organizacional a evolu-cionar, necesitando así de un conti-nuo adaptarse, modernizarse e inno-varse en lo que se refiere a los procesos tecnológicos (transforma-ción de las estructuras organizacio-nales, tradicionales en virtuales).
La Administración Pública en su afán de evolucionar se moderni-za, existiendo una preocupación y una tendencia hacia el e-gobierno, siendo cada vez más los servicios que disponen de portales web, aun-que en el caso de algunos países la disponibilidad de servicios online es todavía limitada.
Lo planteado hasta aquí nos lleva a señalar que el tema de la innovación, cuando de innovación en la gestión pública se trata, no se limita únicamente a la “innovación tecnológica”, sino que requiere que esta innovación comprenda aspectos tales como la descentralización y desconcentración, el fortalecimiento de la gestión local (municipal) permi-tiendo así una elevada participación ciudadana, pudiendo señalar que el fortalecimiento de la gestión pública local es el verdadero punto de parti-da de la innovación. En este proce-so se requiere un mejoramiento en la gestión del recurso humano, adapta-bilidad, flexibilidad y óptimo finan-ciamiento. Obviamente, esto ameri-ta dinamizar la ley sobre la descentralización aquí en Panamá.
Estas tecnologías brindan oportunidad en múltiples aspectos:
Es decir que la modernización y la innovación tecnológica contribu-yen a la calidad del funcionamiento estatal y por ende a la calidad de la democracia en una ciudadanía cada vez más consciente de tener información que satisfaga sus requerimientos.
Con respecto al eje de la res-ponsabilidad social, ésta se ha con-solidado en la última década como la política ética que toda institución debe promover en sus actividades. La responsabilidad social articula todas las partes orgánicas del Esta-do con el propósito de contribuir y superar las debilidades en materia de innovación tecnológica, permi-tiendo el acceso a la sociedad de la información. El propósito es cerrar la brecha digital que se constituye en una limitante del desarrollo de las comunidades afectadas. De ahí la promoción de las info-plazas en Panamá país.
No solo corresponde esta res-ponsabilidad a las empresas, sino que el Estado como tal debe enfren-tar el desafío urgente y contribuir a través de todas sus instituciones a su solución.
Queremos terminar con una reflexión de Enrique Cusba en el documento sobre Gobierno Abierto, auspiciado por la CEPAL cuando advierte:
La colaboración es vista como una forma de práctica partici-pativa, como un cambio en la forma en que se gestionan los intereses públicos; ya no solo se hacen cosas entre institu-ciones públicas, ahora se hace un llamado a los ciuda-danos a compartir lo que sa-ben y a generar soluciones en las áreas donde tienen cono-cimientos. Por ello, este tipo de colaboración tiene como eje principal la innovación, ya que es lo que permitirá atraer a actores de diversos sectores a participar. Esta innovación no es posible sin una gama de datos abiertos que serán la base de esta nueva cultura participativa donde destacan la co-creación para entender necesidades de usuarios, el uso de la opinión pública para ordenar ciertos datos y la creación de nuevos métodos de financiamiento.
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