Revista Centroamericana de Administración Pública, Julio-Diciembre/2021, No. 81

Análisis sobre la nueva realidad internacional frente al COVID - 19: el caso de las bibliotecas públicas de Costa Rica y de la Escuela de Bibliotecología y Ciencias de la Información de la Universidad de Costa Rica

Investigadora: Iria Briceño Álvarez[1]

Resumen:

En forma generalizada las bibliotecas públicas en Costa Rica y la Universidad de Costa Rica, brindaban sus servicios bajo una modalidad presencial antes de marzo del 2020, mes en el que por la pandemia del COVID-19 tuvieron que cerrar sus puertas en forma presencial y su personal fue enviado a trabajar desde sus casas.  Ante esta nueva realidad, estas organizaciones debieron de cambiar sus servicios y la manera en que los brindan, así mismo tuvieron que educar, en forma virtual, a sus usuarios y/o estudiantes para que pudieran acceder a los mismos.  En este análisis se presentan los principales cambios que se llevaron a cabo a partir de la declaratoria de emergencia en marzo del 2020.

Palabras clave:

Bibliotecas Públicas - Universidades Públicas - Costa Rica - COVID-19

Abstract

In general, public libraries in Costa Rica and the University of Costa Rica, provided their services under a face-to-face modality before March 2020, a month in which due to the COVID-19 pandemic they had to close their doors in person and their staff were sent to work from their homes. Faced with this new reality, these organizations had to change their services and the way they provide them, likewise they had to educate, in a virtual way, their users and / or students so that they could access them. This analysis presents the main changes that took place after the declaration of emergency in March 2020.

Key words

Public Libraries- Public universities- Costa Rica- COVID-19

 

Recibido: 16 de setiembre de 2021

Aceptado: 18 de noviembre de 2021

DOI: 10.35485/rcap81_8

1. Introducción

El propósito de este artículo es mostrar los cambios que se han debido de llevar a cabo en las bibliotecas y en las aulas universitarias costarricenses provocados por la pandemia del COVID-19.  Específicamente es el rescate de la experiencia de la Biblioteca Pública de Hatillo como representante del sistema nacional de bibliotecas públicas costarricenses, así como el de la Escuela de Bibliotecología y Ciencias de la Información (EBCI) de la Universidad de Costa Rica (UCR).

En un momento en que la información es de vital importancia para la toma de decisiones, para el avance en la investigación científica y social, entre otras cosas, las diferentes unidades de información tuvieron que cerrar sus puertas debido al estado de emergencia que decretó Costa Rica el 18 de marzo del 2020.  Si bien es cierto, en Internet se puede encontrar mucha información no todo es confiable, además las bibliotecas brindan servicios diversos que van más allá de la búsqueda y préstamo de documentos.  Por otro lado, las instituciones de educación superior costarricense de igual manera cerraron sus puertas a la presencialidad e iniciaron un proceso de enseñanza desde la virtualidad.

Esta situación trajo consigo una serie de cambios en el manejo de estas instituciones, por lo que se tuvieron que reinventar en cuestión, muchas veces, de semanas y hacer grandes esfuerzos para seguir cumpliendo con sus objetivos, sus nuevos servicios incluso con la aplicación de nuevas técnicas que hasta ese momento estaban siendo subutilizadas.

Es ahí cuando el personal de las bibliotecas y los docentes de las universidades comenzaron a idear formas de comunicarse y de transmitir tanto información como conocimiento.

Alonso y Federico (2020) señalan que “La pandemia de la COVID-19 ha producido un punto de inflexión en el campo de la educación y de la cultura, el cual finalmente nos puede hacer actuar frente al reto de repensar drásticamente los modelos existentes de enseñanza” (pág. 1), trayendo consigo retos en la metodología utilizada en las universidades que hasta ese momento impartían los cursos de manera presencial.

Para este fin, el presente documento presenta una serie de conceptos importantes para establecer la relación entre la información y las unidades de información, así como los servicios tradicionales de estas instituciones.  Como segundo apartado se presenta una descripción de los antecedentes que llevaron a que se hiciera necesario este cambio organizacional, continuando con la presentación de la experiencia de la Biblioteca de Hatillo y de la EBCI-UCR.

2. Conceptualizaciones

La información se puede considerar como un conjunto de datos estructurados y que en forma conjunta tienen un significado para la persona que lo lee. Según Chiavenato (2006)

es un conjunto de datos con un significado, o sea, que reduce la incertidumbre o que aumenta el conocimiento de algo. En verdad, la información es un mensaje con significado en un determinado contexto, disponible para uso inmediato y que proporciona orientación a las acciones por el hecho de reducir el margen de incertidumbre con respecto a nuestras decisiones. (pág. 110)

El uso de la información depende de las personas que la buscan y la van a utilizar, sin embargo generalmente produce un nuevo conocimiento, por lo que se hace necesario que sea fidedigna, para lo cual se deben de utilizar fuentes confiables, que es la información que ha sido publicada por instituciones y/o personas bajo un proceso de calidad y exhaustividad en cuanto a datos veraces.  Esto ha tomado mayor importancia en el mundo digital.

Por tanto, en la actualidad, se hace necesario para las personas y las instituciones contar con acceso a información clara y veraz, por lo que una de las formas más eficaz de obtenerla es a través de las diferentes unidades de información.

Al respecto, una biblioteca es una colección de diferentes soportes que contienen información, tales como libros, vídeos, recursos digitales, juegos, entre otros, para ser utilizados por los usuarios y que puedan resolver las necesidades de información de las personas e instituciones.  Estas colecciones de documentos están ordenadas según algún criterio específico de clasificación que permita su acomodo y localización.

Para Carrión (1990) las bibliotecas son

una colección de libros debidamente organizada para su uso.  He aquí las tres notas básicas del concepto de biblioteca: colección, organización y disponibilidad para el uso.  Formar la colección, organizarla de forma adecuada y ponerla en servicio son, pues, las tareas fundamentales que justifican la existencia de una biblioteca. Con la colección, el conocimiento se hace accesible a una multitud de demandas individuales; con la disponibilidad, el conocimiento social es participado. De esta manera, la biblioteca entra en el flujo creativo de la comunicación. (pág. 23)

De acuerdo a esta definición se puede establecer que para que se esté ante la presencia de una biblioteca, no solo debe de existir una colección de libros, sino que estos deben de ser puestos al servicio de los usuarios, con la finalidad de que puedan utilizar la información para el traspaso de conocimientos.  Para este momento, las bibliotecas cuentan dentro de sus colecciones con material impreso o bien digital, que son puestos al servicio de las personas y organizaciones de igual forma.

Las bibliotecas como tal, brindan diferentes servicios de acuerdo al tipo de unidad de información, así como, de los usuarios a los que atiende.  Entre los principales se pueden mencionar:

      Búsquedas de información

      Préstamo de material a sala y a domicilio

      Orientación a sus usuarios

      Elaboración de bibliografías

      Campañas de fomento a la lectura, investigación y cultura

      Integración curricular

      Procesamiento técnico de la información para brindar un acceso adecuado a la misma

      Charlas

      Talleres

      Capacitaciones

Las bibliotecas han tenido que transformarse debido a los cambios tecnológicos al que se ha enfrentado el mundo entero, con la evolución de las tecnologías y la aparición de Internet han tenido que estar en constante evolución, mejorando constantemente los servicios a los que se estaba acostumbrado y creando nuevas formas de llegar a su usuario.  El mundo se abrió para la generación de nuevos sistemas de unidades de información, acordes a las necesidades de su comunidad de usuarios, los cuales se incrementaron al recibirlos desde diferentes partes del orbe.  Las bibliotecas se convirtieron en espacios de convivencia y de difusión del conocimiento tanto científico como social.

Las diferentes unidades de información se han ido transformando, adaptando sus espacios tanto físicos como virtuales, reestructurando su visión, misión, así como, los objetivos con los que opera y mejorando, ampliando e innovando sus servicios para continuar presentes en la nueva sociedad de la información.

Defelipe (2019) apunta que las bibliotecas en tiempos de transformación digital deben estar a cargo de

personas que sepan resolver la cuestión de potenciar las bibliotecas en creación a partir de la cultura digital, que sepan de gestión del conocimiento, de ciencia de datos (donde son protagonistas los ingenieros, pero los bibliotecarios le dan la humanidad al asunto); que reconozcan los esquemas de comunicación y masificación de los mensajes de hoy, que sean capaces de determinar cuándo una información es confiable, es decir que sea alfabetizado meditativamente.

Todos estos cambios están enmarcados dentro de la Revolución 4.0, que tuvo su origen en Alemania y ha sido utilizada para la relación entre la industria y la inteligencia artificial.  En el caso de las bibliotecas, Alvarado-Arévalo y Quinde-Cordero (2021) mencionan que las unidades de información tienen grandes posibilidades a la hora de capacitar y formar a sus usuarios utilizando laboratorios de aprendizaje que potencien la innovación y creatividad de las personas. Sobre todo brindando información y formación en el uso de las tecnologías de la información.

2. Antecedentes

La pandemia del COVID-19 ha producido un cambio significativo en organizaciones que gestionan información, como bibliotecas y universidades públicas, que cambiaron de forma ágil y drástica, la estructura, organización, ordenamiento y servicios a los usuarios de estas instituciones.

A nivel de las bibliotecas, se hizo necesario repensar el rol de la información en la sociedad actual y por ende el papel que juegan los bibliotecólogos en este mundo donde abunda la información, pero que a su vez es de vital importancia tomar en cuenta que ésta debe ser tomada de fuentes confiables.

De igual forma, la información en este momento se puede encontrar en soportes impresos y digitales, y si bien es cierto muchas bibliotecas ya se encuentran en proceso de adaptación de sus servicios y acervos a esa realidad, con el aislamiento y el cierre de todas las instituciones de educación y gubernamentales, a partir de marzo del 2020, también tuvieron que reinventar sus servicios que hasta el momento se brindaban en forma presencial.

En el caso de Costa Rica, por ejemplo, a nivel gubernamental se tienen alrededor de mil (1000) bibliotecas en centros educativos de primaria y secundaria del Ministerio de Educación Pública, 60 bibliotecas públicas en todo el territorio nacional, así como en San José (capital del país) se cuentan con 7 bibliotecas municipales y en cada Universidad Pública nacional tiene su propio sistema de bibliotecas institucional. En la Sede Central de la Universidad de Costa Rica, que es la casa de enseñanza de educación superior más grande del país, hay 9 bibliotecas centrales, más las que se tienen en las diferentes facultades, sedes y recintos. Como se puede observar con estos ejemplos se cuentan con importantes unidades de información dentro de las instituciones educativas y gubernamentales públicas.

Ahora bien, sobre el COVID-19, en el país, el primer caso se reportó el 6 de marzo del 2020 y para el 18 de marzo de ese año se decretó Estado de Emergencia, lo que provocó que todos los centros educativos, públicos y privados, así como las instituciones gubernamentales, tuvieran que trasladarse hacia el teletrabajo.   A partir de ese momento inicia un torbellino de cambios a nivel mundial.

3. Bibliotecas Públicas

Las bibliotecas públicas costarricenses son parte del Sistema Nacional de Bibliotecas (SINABI), el cual se encuentra conformado por;

La Dirección General, la Dirección de Bibliotecas Públicas (con sus 60 bibliotecas públicas y el servicio de Bibliobús), la Dirección de Biblioteca Nacional (con sus diferentes secciones), y las unidades Administrativo Contable, Automatización, Proyectos de Construcción, Unidad Técnica (con la Agencia Nacional ISBN-ISSN), el Archivo Central y el Taller de Conservación y Restauración. Garmendia Bonilla (2017) pág. 1

En el caso de las bibliotecas, con la declaración de la pandemia y la declaración de emergencia nacional, se inicia un proceso de reorganización en su administración presencial, así como de sus servicios y actividades para lo cual priorizaron el uso de las redes sociales, especialmente de Facebook y de la aplicación de chat para teléfonos móviles WhatsApp.

Muchas de  las Bibliotecas Públicas del país ya contaban con herramientas de comunicación adecuadas como páginas de Facebook, que se utilizaban como espacios de promoción de actividades o de información general.

Esta situación es muy parecida a la que se experimentó en países como Brasil, en las cuales según Alonso y Frederico (2020).

Con el cierre de las bibliotecas, la comunicación con las comunidades ha pasado a ser exclusivamente digital, especialmente a través de las redes sociales. El análisis de las entradas en las páginas de Facebook de las bibliotecas revela que hubo un momento inicial de semiparalización en el que estos canales fueron usados principalmente para informar del cierre de las actividades, difundir información oficial sobre la pandemia e indicar a los usuarios dónde buscar información sobre la COVID-19 en fuentes oficiales. Con el paso del tiempo, las bibliotecas pasaron a realizar parte de su programación en línea y a desarrollar nuevas maneras de actuar. (pp. 246-247)

En Costa Rica para abril del 2020 las bibliotecas públicas pertenecientes al SINABI,  como por ejemplo la Biblioteca Pública de Hatillo empiezan a brindar servicios y talleres virtuales desde sus redes sociales, entre los que se pueden mencionar:

1)    Aprender jugando, taller impartido a menores de edad los días sábados a través de vídeos con actividades para que los niños puedan desarrollar sus habilidades junto a sus familiares.  La promoción se llevó a cabo a través de Facebook, tal y como lo podemos ver en la imagen adjunta.

Imagen 1. Actividades en la Biblioteca Pública de Hatillo

Fuente: Biblioteca Pública de Hatillo, 2020

2)    Talleres de cómputo para principiantes, intermedio y avanzados, en donde la comunidad de Hatillo se matricula por medio del correo electrónico y recibe sus clases a través de la plataforma Zoom.

3)    Talleres de inglés y francés, dirigidos para la población de usuarios de Hatillo, estos cursos cuentan con la ayuda del estudiante de Trabajo Comunal Universitario TC-689 Proyección social de las unidades de información a partir de la gestión de la información, la alfabetización digital y el fomento de la lectura, la investigación y la cultura, de la Escuela de Bibliotecología y Ciencias de la Información (EBCI) de la Universidad de Costa Rica (UCR).

4)    Talleres de matemáticas, entre otros.  Igualmente organizados para la población de Hatillo, en estos cursos se les brinda apoyo para materias como matemáticas, español, entre otros a estudiantes de escuelas, colegios y universidades.

De igual forma iniciaron con publicaciones especiales, por día, desde Facebook y su canal de YouTube, entre las que se encuentran:

1)    Lunes de ciencias

2)    Miércoles de literatura

3)    Viernes de receta

4)    Sábado de película

5)    Domingo de huerta

Imagen 2. Actividades en la Biblioteca Pública de Hatillo

Edificio con letrero en frente y tienda al lado

Descripción generada automáticamente

Fuente: Biblioteca Pública de Hatillo, 2020

 

Imagen 3. Actividades en la Biblioteca Pública de Hatillo

Fuente: Biblioteca Pública de Hatillo, 2020

Estos servicios han venido a innovar la forma en que se difunden e imparte el conocimientos en las diferentes comunidades en que se encuentran ubicadas las bibliotecas públicas, de tal manera que incluso han tenido actividades en forma conjunta, como por ejemplo el Maratón de Cuentos Infantiles, en el que en dos ocasiones diferentes los bibliotecólogos de las diferentes unidades de información cuentan cuentos en vivo, a través de la página de Facebook de la Dirección de Bibliotecas Públicas de Costa Rica (https://www.facebook.com/dbp.sinabi.mcj.cr) la última entrega de esta actividad fue el 09 de septiembre, día en el que Costa Rica celebra el Día de las Niñas y los Niños.

Para principios del 2021 las diferentes bibliotecas públicas del país inician la prestación de sus servicios de forma presencial, con un aforo reducido, sin embargo, siguen brindando los servicios que iniciaron a raíz de la pandemia desde sus redes sociales, los cuales parecen que llegaron para quedarse y brindar nuevas oportunidades tanto a los bibliotecólogos como a la comunidad en la que se encuentran inmersos.

4. Universidad de Costa Rica

En el caso de las Universidades públicas y privadas, también debieron de cerrar sus aulas en forma presencial y cambiar hacia una educación virtual. Araya Leandro (2020) menciona “En un proceso inédito logramos el traslado de la oferta académica a espacios virtuales, la totalidad de los cursos de naturaleza teóricos tanto durante el primer y segundo ciclo se ofrecieron mediante esta modalidad.” (pág. 3)

En la UCR, de la misma forma que el resto del país al declararse el Estado de Emergencia cierra todos sus campus a nivel nacional el 16 de marzo, cuando estaba en la primera semana de clases del I Semestre 2020 y, se les solicita a los docentes que inicien con las clases virtuales en forma inmediata, para lo cual se brindan dos herramientas: el Aula Virtual y la plataforma Zoom.

De esta forma todas las carreras impartidas en la Universidad de Costa Rica (UCR) entran en una transformación en las estrategias metodológicas, para Araya Leandro (2020) “más de 5 mil cursos de naturaleza teórica mediante entornos virtuales. Además, un alto porcentaje de las unidades académicas de la UCR que imparten laboratorios ofrecieron estos por medio de simuladores digitales y laboratorios remotos.” (pág. 4)  Sin embargo, para algunas carreras el efecto de esta virtualidad está causando que algunos estudiantes no puedan continuar con algunos cursos prácticos, como por ejemplos las carreras que tienen que ver con el Sector Salud, por lo que fueron los primeros en volver a la presencialidad para el II Semestre 2021.

De la misma forma, la UCR tuvo que adaptar todos sus procesos, por ejemplo, la forma en que entregaba los certificados de finalización de un grado académica, debido a que antes de la pandemia se acostumbraba a realizar grandes actos de graduación en que los graduando con al menos 2 invitados iban a recogerlo en alguno de los auditorios de los campus universitarios.  Este proceso no se ha detenido por lo que de acuerdo con lo que menciona Araya Leandro (2020)

Para la entrega de los diplomas respectivos a las personas graduandas, en primera instancia, en el mes de abril 2020 se utilizaron los servicios de Correos de Costa Rica vía convenio con la Oficina de Correo de la UCR. Para el resto de las graduaciones del año, los títulos fueron entregados por funcionarios universitarios de la Secciones de Transportes y Correo de la Oficina de Servicios Generales utilizando la flotilla de transportes de la UCR. (pág. 10)

Por otro lado, la Universidad de Costa Rica, a la fecha ha emitido una serie de lineamientos y protocolos para el trabajo desde la virtualidad, así como para el desarrollo, nuevamente, de actividades de acción social, investigación y docencia en forma presencial.  Dichos protocolos, lineamientos y guías son de carácter obligatorio por parte de todas las instancias universitarias.

5. Escuela de Bibliotecología y Ciencias de la Información de la Universidad de Costa Rica

En el caso de la Escuela de Bibliotecología y Ciencias de la Información (EBCI), debió variar su oferta de la presencialidad total a la virtualización de todos sus cursos, utilizando las Aulas Virtuales destinadas para este fin y la plataforma Zoom para las clases sincrónicas.

El Aula Virtual de la UCR, se encuentra en la plataforma Moodle y se viene desarrollando desde el año 2010, sin embargo, para este momento no eran todos los cursos los que estaban inscritos.  Una vez que iniciaron las clases virtuales y debido a la inscripción de la mayoría de los cursos, el sistema colapsó y fue necesario hacer reformas urgentes para poder abarcar todas estas nuevas necesidades.  Esta situación es resuelta dividiéndola en varias instancias que distribuyen la carga de cursos y personas usuarias, brindando a la comunidad universitaria una plataforma de trabajo en línea, que permite y facilita la interacción entre el docente y los estudiantes.

La otra herramienta utilizada es la plataforma Zoom, que en el momento de la implementación a cursos virtuales la EBCI contaba con 3 licencias de uso para aproximadamente 30 cursos, lo que hizo necesario que las clases sincrónicas fueran de corta duración y no todas las semanas, sin embargo, una vez más la UCR actualiza sus convenios de tal forma que pocos meses después todos los docentes cuentan con una licencia ilimitada para impartir las clases sincrónicas.

Durante este proceso se ha tenido que ir resolviendo los impedimentos de estudiantes y docentes, en ese sentido hubo que enfrentar dos hechos más, por un lado, habían personas que no tenían el equipo tecnológico mínimo para las clases y por otro lado algunas personas no tenían la conexión necesaria.  De acuerdo a esta realidad, la EBCI decide prestar el equipo de cómputo que tiene para trabajo en clase a sus funcionarios y estudiantes, resolviendo de esta forma esta carencia.  Así mismo, la UCR empieza a comprar tablets que presta a los estudiantes, los cuales además tienen un chip para resolver aspectos de conectividad.  Además, se hace un convenio con la empresa Kolbi del Instituto Costarricense de Electricidad para que el acceso a los sitios de la Universidad no le genere gastos adicionales a la comunidad universitaria.

Es importante mencionar, que todo el personal de la Universidad empezó a trabajar en la resolución de las consecuencias de los cambios generados, desde los aspectos técnicos hasta aspectos sociales, psicológicos y físicos, entre otros, ya que las consecuencias de la pandemia han sido muchas y muy variadas.  Hay que recordar que hasta ese momento:

las instituciones de educación superior eran espacios de socialización regulados por normas y códigos sociales, y modelados por el ambiente universitario; los integrantes poseen una participación activa a nivel socio-cultural y experimentan una convivencia de grupos fuera de las aulas donde alimentan vínculos y estímulos con otros participantes, los cuales posiblemente modelarán su personalidad, seguridad emocional y desempeño académico (Cruz Zúñiga, 2020, pág. 11)

Unido a lo anterior, es importante mencionar que según los Objetivos de Desarrollo Sostenible se establece en el objetivo 4 que se debe “garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad y promover las oportunidades de aprendizaje durante toda la vida para todos”, específicamente el 4.3 dice que se debe de “asegurar el acceso igualitario de todos los hombres y las mujeres a una formación técnica, profesional y superior de calidad, incluida la enseñanza universitaria”, por lo que era imperioso que la UCR buscará la forma de ofrecer y seguir brindando una educación de calidad igual o mejor a la que se brindó hasta el momento en que inició la pandemia.

La Escuela de Bibliotecología y Ciencias de la Información es parte de la Facultad de Educación, cuenta con 4 ofertas académicas: Bachillerato en Bibliotecología y Ciencias de la Información, Bachillerato en Bibliotecología con énfasis en Bibliotecas Educativas, Licenciatura en Bibliotecología y Ciencias de la Información, Licenciatura en Bibliotecología con énfasis en Bibliotecas Educativas.  Las primeras tres carreras cuentan con el certificado de acreditación.

Al igual que el resto de la UCR, la comunidad educativa de esta Escuela se vió en la necesidad de brindar los cursos desde la virtualidad, así como continuar ofreciendo la posibilidad de cumplir con las 300 horas de Trabajo Comunal Universitario (TCU), con la asesoría y defensa de los trabajos finales de graduación (TFG) con la finalidad de que los estudiantes se graduaran de las dos licenciaturas.  De igual manera, los docentes debían seguir con sus trabajos de investigación y acción social.

Según Andrade (comunicación personal, 2021) para el I Semestre del 2020 la EBCI tenía 481 alumnos matriculados en 30 cursos, todos bajo una modalidad presencial.  Luego de la declaratoria de emergencia nacional, la totalidad de los cursos fueron virtualizados y finalizaron bajo esta modalidad, pero con un alto porcentaje de clases sincrónicas.  Durante los años 2020 y 2021, los docentes y estudiantes han tenido que aprender nuevas estrategias didácticas para aplicar desde la virtualidad y a generar herramientas que faciliten el aprendizaje de sus estudiantes.

De esta forma han implementado estrategias, tanto las personas docentes como los estudiantes, tales como:

      Elaboración de videos

      Utilización de videos en línea

      Elaboración de podcast

      Mapas mentales, de conocimiento

      Infografías

      Estrategias lúdicas desde diferentes aplicaciones

      Búsquedas de información

      Utilización de las herramientas que brinda Moodle en las Aulas Virtuales universitarias.

      Visitas virtuales a diferentes tipos de bibliotecas, donde son recibidos por las personas encargadas, a través de Zoom, para impartirles charlas, actividades y visitas a las instalaciones, entre otras.

Cada docente ha ido incursionando en la educación desde la virtualidad, para lo cual tanto la Universidad de Costa Rica como la EBCI ha buscado la capacitación constante de su personal, brindando cursos de herramientas tecnológicas que les facilitará la creación de materiales digitales, la incorporación de juego como metodología pedagógica, la elaboración de guías de trabajos en las cuales los estudiantes puedan aprender y aplicar con herramientas tecnológicas, entre otras.

En cuanto a las defensas de los Trabajos Finales de Graduación para mediados del 2020 se inicia el proceso de defensa pública en forma virtual utilizando la plataforma Zoom para estos efectos y por medio de la cual se conectan en forma simultánea los estudiantes que presentan el trabajo, así como los docentes miembros del Comité Evaluados.  La EBCI llevó a cabo una guía en la cual, siguiendo los lineamientos de la Universidad para las defensas de tesis lo adecua al nuevo sistema de defensa virtual.

Es así como, en forma individual o grupal, para el caso de los Seminarios los estudiantes exponen su tema de tesis, luego de este proceso los docentes proceden a realizar sus comentarios, observaciones y realizan las preguntas que consideran pertinentes para los sustentantes, los cuales responden a éstas.  Una vez que finalizan este periodo los estudiantes se retiran a una Sala diferente y el Comité delibera para posteriormente dar sus conclusiones y evaluaciones al trabajo.  Todo este proceso queda grabado y es transmitido en vivo por medio de las redes sociales de la EBCI.

Entre los requisitos que los estudiantes de la universidad tienen que cumplir para finalizar sus estudios de bachillerato, es que deben de cumplir con 300 horas de Trabajo Comunal Universitario, el cual se rige por el Reglamento del Trabajo Comunal Universitario (2018), el cual establecer en su artículo 3 como objetivos los siguientes:

a) Desarrollar un proceso académico multidisciplinario e interdisciplinario que integre las actividades sustantivas de la Universidad.

b) Vincular a estudiantes y personal de la Universidad de Costa Rica, de manera solidaria, con grupos sociales y comunidades vulnerables.

c) Promover una conciencia crítica con respecto a la realidad nacional, a partir de reflexiones éticas, sociales y políticas.

d) Contribuir con las transformaciones que la sociedad necesita para el buen vivir, potenciando las capacidades de los grupos con los que se trabaja e incidiendo en la solución de problemas.

e) Fortalecer el quehacer universitario mediante el intercambio y diálogo de conocimientos entre las personas de las comunidades y la Universidad.

Durante todo este periodo de pandemia el TC-689 Proyección Social de las Unidades de Información a partir de la gestión de la información, la alfabetización digital y el fomenta de la lectura, la investigación y la cultura continuó trabajando con los estudiantes desde la virtualidad, para lo cual realiza labores en diferentes bibliotecas como las Biblioteca Pública de Hatillo, la Biblioteca Pública de Golfito, las Bibliotecas Municipales de la San José, la Biblioteca Nacional, la Unidad Técnica del SINABI, la Biblioteca Digital del MEP, la Biblioteca de la Facultad de Educación de la UCR, entre otras instituciones.

Este trabajo se ha podido continuar realizando debido al compromiso de estas instituciones, de las docentes a cargo del mismo y de los estudiantes matriculados que han buscado estrategias de acercamiento a los usuarios de la comunidad de cada una de estas bibliotecas.

Este es el panorama de una de las Escuelas que conforman la Universidad de Costa Rica, el resto tienen sus propias experiencias, sin embargo todas ellas en la búsqueda de continuar con el proceso de aprendizaje de sus estudiantes y de brindar profesionales aptos para su profesión.

6. Conclusiones

A pesar de las circunstancias imprevistas presentadas por la pandemia, toda la fuerza laboral del sistema educativo ha tenido la resiliencia necesaria para adecuarse a una nueva realidad.  A pesar de no contar con todos los equipos, software y capacitación, el compromiso con la educación ha sido el motor que ha impulsado a todo el personal administrativo, técnico y docente a buscar la manera de continuar dando su apoyo y conocimientos en pro del mantenimiento de una educación de calidad y equitativa para su comunidad educativa.

Las bibliotecas en Costa Rica han evolucionado sus servicios para seguir brindándoles a sus comunidades, de la mejor forma posible y tratando de acercar la información a quienes la necesiten.  Así mismo, realizan un trabajo constante en el fomento a la lectura, la investigación y la cultura.

La emergencia provocada por la pandemia del COVID-19 ha venido a demostrar que las bibliotecas tienen la capacidad de innovación para seguir adelante de acuerdo a la realidad nacional, utilizando para ello las herramientas tecnológicas que tienen a su mano.

De igual forma, las Universidades públicas costarricenses han podido cambiar sus ofertas académicas para favorecer a sus estudiantes, por medio de una estrategia pedagógica virtual.

No ha sido un proceso fácil, sin embargo por el trabajo de cada una de los sectores y de sus protagonistas se ha ido saliendo avante, de una manera cada vez más disruptiva, para lo cual ha sido necesario el compromiso de todas las partes.

Es importante que todos los involucrados en estos procesos estén en capacitación constante y obtengan la ayuda financiera y de personal para poder seguir avanzando y brindando servicios de calidad.

Los cambios que han generado esta pandemia han producido servicios y productos que deberían de continuar brindándose una vez que se vuelva al 100% de presencialidad.

Estos procesos de cambios deben de ser tema de estudio en procura de ser publicados para plasmar las diferentes experiencias de cada sector.


 

Referencias bibliográficas

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[1] Investigadora. Estudiante del Doctorado en Gestión Pública y Ciencias Empresariales, ICAP.  Máster en Planificación Curricular, Universidad de Costa Rica. Bachiller y Licenciada en Bibliotecología.  Docente de la Escuela de Bibliotecología y Ciencias de la Información, Universidad de Costa Rica.