ICAP-Revista Centroamericana de Administración Pública (70): 196-227, junio 2016
altas y medianas y selvas bajas
(Moguel 1995; Moguel y Toledo,
1999), identificándose incluso en 14
áreas prioritarias de conservación
declaradas por la Comisión Nacional
para la Conservación de la Biodiver-
sidad (CONABIO) (Moguel, Toledo y
Muñozledo, 2014). En el caso del
cacao, los estudios sobre los ecosis-
temas donde se desarrolla esta acti-
vidad revelaron que originalmente se
trataba de bosques tropicales, el
cual cambió hacia sistemas produc-
tivos bajo sombra, en muchas oca-
siones combinando la producción
con otros frutales, maderables, le-
guminosas y restos de selva (Salga-
do, 2007).
Estudios específicos sobre los as-
pectos ambientales en las plantacio-
nes de cacao evidencian la impor-
tancia que tienen estos espacios
para el alojamiento de aves migrato-
rias y que, mediante una diversifica-
ción de las especies usadas para
sombra, podrían aumentar su posibi-
lidad de servir como reservas para el
alojamiento de un número mayor de
especies animales (Greenberg et al,
2000). Incluso, una buena calidad de
sombra en estos espacios ofrece
oportunidades para reducir la ero-
sión de los suelos, capturar carbono,
reducir el uso de agroquímicos y
promover mayor biodiversidad (Rice
y Greenberg, 2000), dicha cobertura
ofrece protección de vientos, de
suelos mejorando la aireación, infil-
tración y drenaje de los suelos (Oga-
ta, 2007). Cuando se realiza median-
te prácticas orgánicas, los
indicadores de sustentabilidad se
presentan valores mayores que en
sistemas convencionales, principal-
mente relacionado con aspectos de
adaptabilidad, equidad y autogestión
(Priego-Castillo et al, 2009).
Al igual que en el caso del cacao,
pero con mayor efectividad, han
encontrado las ventajas ambientales
de la producción de café bajo som-
bra en aspectos relacionados con la
biodiversidad, protección de suelos,
captura de agua, estabilidad del
clima, entre otros (Perfecto et al,
1996; Moguel y Toledo, 1999; Mo-
guel, Toledo y Muñozledo, 2004;
López-Gómez et al, 2008). El conte-
nido orgánico de los suelos cuenta
con un aumento en sus niveles en
plantaciones de café (y cacao) (Beer
et al, 1998), además que la presen-
cia de mayor biodiversidad permite
la mejor polinización de las plantas,
logrando con ello mayores volúme-
nes de producción de frutales (Ver-
gara y Badano, 2009).
Particularmente, un estudio que ana-
lizó diferentes esquemas de certifi-
cación de café bajo sombra identificó
que los predios caracterizados como
rústicos cuentan con una mejor co-
bertura forestal, cumpliendo cabal-
mente con las certificaciones del
SMBC (amistoso con las aves) así
como la de Rainforest Alliance y la
ECO OK (Mas y Dietsh, 2004).
Algunos efectos notorios de las afec-
taciones climáticas en dichas regio-
nes productoras, se manifestaron
con las plagas que han afectado en
grandes superficies dichas planta-
ciones, llevándolas a reducir su im-
portancia y generando incentivos