María del Pilar Sánchez Muñoz (2016). Puntos centrales de la relación entre el desarrollo soste-
n ble y la gestión integral de residuos sólidos domiciliarios
ICAP-Revista Centroamericana de Administración Pública (70): 228-241, junio 2016
228
Puntos centrales de la relación
entre el desarrollo sostenible
y la gestión integral
de residuos sólidos
domiciliarios* María del Pilar Sánchez Muñoz**
SE RESEÑAN ALGUNOS FUNDAMENTOS QUE SUSTENTAN LA PROBLEMÁTICA DEL
MANEJO DE RESIDUOS SÓLIDOS, TENIENDO EN CUENTA ASPECTOS SUSTANCIALES
COMO LAS INSTITUCIONES FORMALES E INFORMALES, EL TERRITORIO Y LA
GOBERNANZA LOCAL. SE RESALTA QUE, TANTO LOS CIUDADANOS COMO QUIENES
TOMAN LAS DECISIONES DE POLÍTICA PÚBLICA DEBEN ADOPTAR POSTURAS
RESPONSABLES CON EL DESARROLLO SOSTENIBLE. ADEMÁS, SE REQUIERE UNA
MAYOR PARTICIPACIÓN CIUDADANA EN LA CONSTRUCCIÓN DE ESTRATEGIAS PARA
MITIGAR PROBLEMAS RELACIONADOS CON EL MEDIO AMBIENTE.
PALABRAS CLAVES: DESARROLLO SOSTENIBLE; INSTITUCIONES; TERRITORIO;
GOBERNANZA LOCAL; MANEJO DE RESIDUOS SÓLIDOS DOMICILIARIOS.
IN THIS PAPER THE FUNDAMENTAL PRINCIPLES UNDERLYING THE SOLID WASTE
MANAGEMENT ARE ANALYZED, ALSO SUBSTANTIAL ASPECTS SUCH AS FORMAL AND
INFORMAL INSTITUTIONS, THE TERRITORY AND THE LOCAL GOVERNANCE. AS A
CONCLUSION BOTH CITIZENS AND PUBLIC POLICY MAKERS SHOULD ADOPT
RESPONSABLE POSITIONS WITH THE SUSTAINABLE DEVELOPMENT. IT ALSO
REQUIRES GREATER CITIZEN PARTICIPATION IN THE CONSTRUCTION OF
STRATEGIES TO MITIGATE PROBLEMS ASSOCIATED WITH THE ENVIRONMENT.
KEY WORDS: SUSTAINABLE DEVELOPMENT; INSTITUTIONS; TERRITORY; LOCAL
GOVERNANCE; HOUSEHOLD SOLID WASTE MANAGEMENT.
Introducción
Para analizar el manejo de re-
siduos sólidos domiciliarios se debe
partir de la idea que los materiales
Documento presentado en el Simposio
Retos de los Encadenamientos
Globales y del Desarrollo en América
Latina el 13 de julio en el 55 Congreso
Internacional de Americanistas.
celebrado en San Salvador, El Salvador
en la Universidad Francisco Gavidia,
del 12 al 17 de julio, 2015.
en todo el proceso (desde su extrac-
ción hasta convertirse en dese-
chos”), desde la lógica natural, recir-
_____________________________
** Postulante a Doctora en Desarrollo
Sostenible y Magíster en Economía.
Investigadora del Grupo de
Investigación Economía y Desarrollo
Humano de la Universidad de La Salle,
Bogotá, Colombia.
Correo electrónico:
madpilarsanchez@gmail.com
Rec bido: 1° de febrero del 2016.
Aceptado: 4 de abril del 2016
ICAP-Revista Centroamericana de Administración Pública (70): 228-241, junio 2016
229
Culan. Por lo anterior, se hace impe-
rante construir un concepto de resi-
duo sólido desde la Economía Eco-
lógica a partir de la construcción de
una fundamentación que tenga en
cuenta aspectos sustanciales para el
desarrollo sostenible, tales como: a)
las instituciones formales e informa-
les; b) el territorio que se desea; y c)
la Gobernanza Local que ejercen los
ciudadanos.
En este documento se presen-
ta una breve reseña de los elemen-
tos fundamentadores del manejo de
residuos sólidos domiciliarios, a tra-
vés del análisis teórico y utilizando la
técnica descriptiva. Para esto, se
realizó una revisión de los preceptos
básicos sustentados en algunos
autores tales como Daly (1980), Sen
(2001), Nussbaum (2007), Leff
(1995, 2010), Morin (2002), North
(1993), entre otros.
Esta revisión teórica es clave
para entender la relación entre la
ciudad como un espacio ecológico y
los residuos sólidos domiciliarios, el
medio ambiente y el desarrollo, el
Estado y la ciudadanía, las institu-
ciones y la calidad de vida de los
habitantes.
De esta forma, en la parte ini-
cial del documento, se parte de al-
gunas consideraciones teóricas tales
como el desarrollo sostenible, la
gobernanza y las instituciones y que
se relacionan con la Economía Eco-
lógica para comprender la conexión
entre la naturaleza y las actividades
antrópicas. La segunda parte pre-
senta una breve descripción de los
lineamientos teóricos en torno al
desarrollo sostenible. La tercera
parte muestra la importancia de la
gobernanza local para la transforma-
ción de las acciones ciudadanas en
el territorio. La cuarta, presenta los
aspectos fundamentales de la Nueva
Economía Institucional. En la quinta
y última parte se presentan las con-
clusiones.
¿Por qué la Economía Ecológica?
La Economía Ecológica es el
punto de partida de este análisis,
dado que propone “volver a conectar
el sistema económico con el sistema
ecológico que lo sustenta […] cues-
tionando los fundamentos y axiomas
sobre los que reposa la economía
neoclásica y tratando de desarrollar
un nuevo marco conceptual y meto-
dológico de análisis que refleje e
incorpore los costes físicos de la
actividad económica (Gómez-
Baggethun & De Groot, 2007, pág.
5).
Uno de los precursores de la
Economía Ecológica es Daly (1980),
quien propone seis criterios operati-
vos para garantizar la sostenibilidad
de las funciones ambientales, dentro
de los que se encuentra el principio
de la emisión sostenible, el cual im-
plica que “las tasas de emisión de
residuos deben ser iguales a las
capacidades naturales de asimila-
ción de los ecosistemas, lo que im-
plica emisión cero de residuos no
biodegradables” (Castiblanco, 2007,
pág. 13), razón por la cual, para
estudiar la gestión integral y sosteni-
ble de los residuos lidos domicilia-
ICAP-Revista Centroamericana de Administración Pública (70): 228-241, junio 2016
230
rios se debe partir de esta escuela
del pensamiento.
Para lograr el principio plan-
teado por Daly (1980), es indispen-
sable reconocer a los actores involu-
crados en el ciclo del manejo de los
residuos sólidos domiciliarios. Por un
lado, la industria transforma los re-
cursos naturales en bienes y servi-
cios finales; por otro, los hogares, a
través de su consumo generan los
residuos sólidos; los recicladores
ayudan en el proceso de separación
y selección de material potencial-
mente reciclable; también están las
empresas prestadoras de la recolec-
ción y transporte, las cuales pueden
ser públicas y/o privadas; y, final-
mente, las empresas que se encar-
gan del tratamiento para devolver los
residuos al proceso productivo
(transformados en materia prima) o
para su disposición final, bien sea en
relleno sanitario o a través de incine-
ración (Figura 1). Todos estos ciu-
dadanos deben tener una conciencia
ambiental que les permita tomar las
mejores decisiones dentro de la ca-
dena de materiales.
FIGURA 1
PROCESO CIRCULAR DE LOS MATERIALES
Fuente: http://labasuramateriaprima.blogspot.mx/2011/04/blog-post.html
ICAP-Revista Centroamericana de Administración Pública (70): 228-241, junio 2016
231
Los actores anteriormente
descritos tienen cada uno un papel
decisivo en el metabolismo social
para reducir la cantidad de residuos
que se disponen en el relleno sanita-
rio. Se requiere, entonces, contex-
tualizar teóricamente los elementos
esenciales de ese metabolismo para
la construcción de un concepto de
los residuos como materiales y de
un sistema de manejo de residuos
eficiente.
Adicionalmente, visto desde la
Economía Ecológica, los residuos
sólidos son la pérdida de calor del
ecosistema si se analiza a la ciudad
como un espacio ecológico urbano,
“con una infinidad de componentes
tanto biofísicos como socioeconómi-
cos interrelacionándose mutuamen-
te” (Carrasco, 2010, pág. 76) y su
disposición final representa la capa-
cidad que tienen los ecosistemas, en
este caso urbanos, para absorberlos.
Por lo anterior, se requiere de
la responsabilidad conjunta de todos
y cada uno de los actores (Estado,
empresa privada, consumidores,
recicladores y sociedad civil en ge-
neral); la configuración de una insti-
tucionalidad que incentive la con-
ciencia en el consumo, los procesos
de producción limpia, la creación de
bienes y servicios finales amigables
con el medio ambiente y cuya vida
útil no esté programada; y la planea-
ción territorial acorde con las necesi-
dades de la comunidad, en donde la
naturaleza no se vea como una mer-
cancía o como meramente la provi-
sión de factores de producción.
El desarrollo sostenible
y los residuos sólidos
En los últimos años ha surgido
un debate en torno al concepto de
desarrollo. En la década de los se-
senta, siguiendo los preceptos de
Keynes, se planteaba que el desa-
rrollo se medía por el crecimiento
anual del PIB per cápita. Sin embar-
go, a finales del siglo veinte, se in-
cluyeron en el análisis del desarrollo,
variables relacionadas con el en-
torno, el ambiente, las relaciones
entre los individuos, entre otros. En
este sentido, Couto (2012, pág. 18)
anota que “el desarrollo humano se
relaciona con esferas que incluyen la
participación [democrática, como
activo de la ciudadanía], la seguri-
dad, la sostenibilidad, la garantía de
los derechos humanos, todas estas
necesarias para gozar de respeto
por sí mismo y tener la posibilidad de
pertenecer a una comunidad”.
Dentro de las estrategias plan-
teadas para alcanzar el desarrollo
humano y sostenible, en el Consen-
so de Washington celebrado en
1990 se planteó la necesidad de
priorizar aquellos sectores que favo-
rezcan el crecimiento, y servicios
para los pobres, como educación,
salud pública, investigación e infra-
estructuras y servicios públicos.
Además, desde el Informe
Bruntland, se estableció que “el
desarrollo sostenible es aquel que
satisface las necesidades presentes
sin comprometer las futuras genera-
ciones” (Comisión Mundial sobre
ICAP-Revista Centroamericana de Administración Pública (70): 228-241, junio 2016
232
Medio Ambiente y el Desarrollo,
1987). Así, “el término sostenible
hace referencia a que el acceso a
las oportunidades de las generacio-
nes actuales no puede sacrificar la
disponibilidad de recursos a las ge-
neraciones futuras” (López, et al.,
2006, pág. 81).
En este sentido, Morin (2002)
considera que el desarrollo es un
concepto multidimensional y que “la
idea del desarrollo sostenible […]
introdujo la idea del porvenir del
planeta, del porvenir de los seres
humanos, y también de la necesidad
de la salvaguardia vital de los huma-
nos” (p.143) como una consideración
ética.
Adicionalmente, Leff (1995,
2010) sostiene que es indispensable
incorporar criterios culturales y tec-
nológicos a un paradigma alternativo
de producción que vaya mucho más
allá de la racionalidad económica
dominante. “El desarrollo sostenible
encuentra sus raíces en condiciones
de diversidad cultural y ecológica.
Estos procesos singulares y no re-
ducibles dependen de las estructu-
ras funcionales de ecosistemas que
sustentan la producción de recursos
bióticos y servicios ambientales; de
la eficiencia energética de los proce-
sos tecnológicos; de los procesos
simbólicos y formaciones ideológicas
que subyacen en la valorización
cultural de los recursos naturales; y
de los procesos políticos que deter-
minan la apropiación de la naturale-
za” (1995, pág. 61).
En este sentido, la prestación
eficiente de los servicios públicos es
una oportunidad para que los ciuda-
danos vivan bien y se fomente el
desarrollo, es decir, “estos servicios
son importantes no solo para la vida
privada (como llevar una vida sana y
evitar la morbilidad evitable y la
muerte prematura), sino también
para participar más eficientemente
en las actividades económicas y
políticas” (Sen, 2001, pág. 58). De
esta forma, el manejo adecuado de
residuos sólidos podría constituirse
en un factor determinante para mejo-
rar las condiciones medio ambienta-
les de las ciudades, con repercusio-
nes favorables no solo para el
ambiente sino para todos los agen-
tes económicos involucrados en esta
actividad.
Por lo anterior, Villanueva
plantea que la gestión de los servi-
cios públicos en el siglo XXI en el
marco de las sociedades democráti-
cas conlleva necesariamente la im-
plantación de formas de trabajo que
promuevan la información, la toma
de conciencia y el posicionamiento
de los ciudadanos y ciudadanas
respecto a los problemas generados
por nuestro modelo de consumo y
las decisiones que han de arbitrarse”
(2011, pág. 29).
En el caso del manejo de resi-
duos sólidos domiciliarios, se debe
propender por la prestación de un
servicio ambiental y no por prestar
un servicio logístico de traslado de
materiales del sitio donde se gene-
ran los desechos a su disposición
final. Además, es necesario adquirir
ICAP-Revista Centroamericana de Administración Pública (70): 228-241, junio 2016
233
conciencia de un consumo respon-
sable, que respete el equilibrio de las
actividades antrópicas y sus efectos
en la naturaleza.
Por lo anterior, el planteamien-
to de María Novo cobra vigencia al
preguntarse cuál es la responsabili-
dad de los ciudadanos miembros de
la comunidad biótica del planeta. En
palabras de la autora, “es la pregun-
ta sobre el sentido de la vida y
de nuestras vidas, un sentido que
consiste no solo en vivir sino en
compartir” (Novo, 2011, g. 11). En
consecuencia, “debemos cambiar
radicalmente nuestra actitud hacia
los aspectos socioambientales. Esta
actitud debe ser activa, participativa,
coherente y responsable. Los ciuda-
danos debemos ser protagonistas de
esta nueva cultura” (Dueñas, 2011,
pág. 17).
Para lograr lo anterior, se ha-
ce necesario enfatizar en la educa-
ción ambiental para todos los ciuda-
danos. Una educación ambiental que
dialogue entre las necesidades no
satisfechas de los individuos, la pre-
servación de los recursos naturales y
el logro de un verdadero desarrollo.
En otras palabras, la educación am-
biental está llamada a:
“…develar las contradicciones
sociales y ecológicas que ha-
cen insostenible el actual mo-
delo de desarrollo perpetuan-
do las condiciones de de-
sigualdad e injusticia social;
reorientar la satisfacción de
las necesidades básicas y de
los indicadores sociales, eco-
nómicos y culturales que defi-
nen la calidad de vida; reela-
borar los objetivos, los
contenidos, la organización
social del trabajo y los proce-
sos productivos con criterios
sociales y ambientales; articu-
lar un marco alternativo de
valores, centrado en la equi-
dad y la solidaridad redistribu-
tiva para compartir las cargas
y los beneficios ambientales;
incentivar procesos de desa-
rrollo comunitario que ejempli-
fiquen modelos sociales sos-
tenibles, que sirvan de
experiencia para hacer más
comprensibles las conexiones
globales entre la crisis ecoló-
gica y el modelo de sociedad
subyacente” (Caride, 2012,
pág. 86).
Igualmente, Nussbaum (2007,
pág. 88-89) propone un enfoque
alternativo para analizar el
desarrollo, definiendo diez capacida-
des básicas humanas que a manera
de lista, buscan establecer los dere-
chos sociales mínimos, compatibles
ICAP-Revista Centroamericana de Administración Pública (70): 228-241, junio 2016
234
con diferentes respuestas para las
cuestiones de justicia
1
y decencia.
2
1. Vida: toda persona debería
ser capaz de llevar una vida
de una duración normal.
2. Salud física: tener adecuadas
condiciones de salud, alimen-
tación y vivienda.
3. Integridad física: gozar de
libertad de movimientos y
seguridad.
4. Sentidos, imaginación y pen-
samiento: recibir una educa-
ción que permita desarrollar
estas capacidades y un am-
biente de libertad para mani-
festar gustos y creencias.
5. Emociones: capacidad de
amar, de estar agradecido en
1. La justicia es un acuerdo sobre la distribu-
ción equilibrada de bienes básicos que los
seres humanos necesitan para desarrollar
sus proyectos; cuya utilidad está relacio-
nada con las circunstancias físicas y psi-
cológicas en las que un individuo se pue-
de encontrar. La justicia solo tiene sentido
cuando se da una escasez moderada pe-
ro no extrema, los seres humanos son li-
mitadamente generosos y capaces de
controlar su conducta. (Nussbaum, 2007)
2. Hace referencia a habilidades de exami-
narse a uno mismo y pensar de forma crí-
tica, de pensar en los problemas sociales,
pero estando bien informado sobre la his-
toria y variedad cultural, para entender
como se aprecia el mundo a través de los
ojos de gente que es diferente, habilida-
des que una sociedad debe integrar, para
de esta forma permitir a los ciudadanos el
desarrollo de las capacidades hasta un ni-
vel mínimo adecuado. (Nussbaum, 2012)
las diversas formas de aso-
ciación humana.
6. Razón práctica: ser capaz de
formular una concepción del
bien y un plan de vida.
7. Afiliación: capacidad de vivir
con otros, de establecer rela-
ciones sociales, de ser respe-
tado y no discriminado.
8. Otras especies: ser capaz de
respetar a los animales, las
plantas y demás especies del
mundo natural.
9. Juego: ser capaz de jugar,
reír y disfrutar de actividades
recreativas.
10. Control sobre el propio am-
biente: gozar de oportunida-
des de participación política,
derechos de propiedad y del
trabajo.
De las anteriores capacida-
des, la gestión de los residuos sóli-
dos se enmarca en la de “Control
sobre el propio ambiente” y se re-
quieren establecer los elementos
esenciales de un Modelo Sostenible
de Gestión Integral de Residuos
Sólidos domiciliarios en la ciudad,
que garanticen los derechos sociales
básicos de justicia y decencia para
todos los ciudadanos.
En este sentido, se requiere
entonces de “un nuevo paradigma
de ciudad que tenga como propósito
destacar el ámbito de la sostenibili-
dad. En tanto, se debe plantear en
ICAP-Revista Centroamericana de Administración Pública (70): 228-241, junio 2016
235
principio un hecho que vincule al
mundo físico de la economía, siem-
pre y cuando se rescate el valor que
tiene, tanto el capital natural como
humano” (Carraco, Ribot, &
Calderón, 2014, pág. 129) y, por ello,
la importancia de ahondar en los
postulados de la Economía Ecológi-
ca como sustento básico de análisis.
De acuerdo con la Organiza-
ción Panamericana de la Salud
(OPS), “en el entorno internacional,
la preocupación de organismos y
países, se ha centrado en el control
de la emisión de los gases de efecto
invernadero, base de ello, es el
acuerdo de Kyoto en donde se esta-
blece la política, mecanismos e ins-
trumentos tecnológicos y financieros,
para atender la problemática de este
fenómeno, responsable del calenta-
miento global y cambio climático
(Organización Panamericana de la
Salud, 2003, pág. 19). Es claro que
un manejo inadecuado de residuos
sólidos, contribuye a la generación
de gases efecto invernadero, por lo
cual se hace necesario encontrar un
sistema de disposición que sea ami-
gable con el medio ambiente.
Una alternativa viable para re-
ducir las emisiones de este gas, es
su utilización en la generación de
energía eléctrica, lo cual ya se lleva
a cabo en diversos países desarro-
llados, como Estados Unidos donde
existen más de 300 plantas de gene-
ración de energía eléctrica con bio-
gás. Para impulsar esta alternativa
en países en vías de desarrollo, el
Banco Mundial (BM) a través del
Global Environmental Facility (GEF),
ha promovido proyectos piloto en
Letonia y Uruguay (Organización
Panamericana de la Salud, 2003,
pág. 19).
Además, el adecuado manejo
de residuos sólidos puede no solo
ayudar a reducir los efectos negati-
vos sobre el medio ambiente, sino a
generar empleo y reducir la pobreza
que vista desde Sen (2001) incluye,
tanto la satisfacción de necesidades
sicas insatisfechas como el acce-
so a oportunidades que le permitan a
las familias que hacen parte de este
mercado desarrollarse dignamente.
Los impactos ambientales y
[sus efectos] en la salud hu-
mana debido al inadecuado
manejo y disposición de los
residuos sólidos, ha llevado a
establecer estrategias [en la
mayoría de países] las cuales
incluyen la definición de un
marco normativo que permita
un control más eficiente de la
contaminación al ambiente, el
desarrollo de políticas para
reducir su generación, estimu-
lar su reutilización y reciclado
de materiales, el fortaleci-
miento a las instituciones in-
volucradas con el manejo y
operación de los residuos; y
la búsqueda de esquemas de
financiamiento adecuados a
las capacidades de pago de
los municipios (Organización
Panamericana de la Salud,
2003, pág. 7).
En resumen, Claro (2011)
plantea tres actividades para alcan-
ICAP-Revista Centroamericana de Administración Pública (70): 228-241, junio 2016
236
zar la sustentabilidad. La primera,
consiste en establecer barreras des-
de la política para limitar el consumo
y la destrucción de la biodiversidad;
la segunda, mejorar las técnicas
para aumentar la eficiencia en el uso
de los recursos; y la tercera, a través
de la cultura, promover la idea que el
progreso no es indefinido y que solo
a través de los cambios de compor-
tamiento y de decisiones consientes
en favor del medio ambiente, será
posible satisfacer las necesidades
de las generaciones futuras sin dete-
riorar la biodiversidad.
Gobernanza local y territorio
En la actualidad se discute
sobre las transformaciones que se
han evidenciado en las formas como
se gobierna y se toman decisiones,
dándole el nombre de gobernanza al
análisis de “cómo los actores socia-
les y políticos encuentran mecanis-
mos de negociación para responder
a problemas comunes, vinculando
distintas formas de participación y
representación en sistemas decisio-
nales públicos y privados” (Vergara,
2014, pág. 89).
El concepto de gobernanza
local toma relevancia en el contexto
de la gestión de los residuos sólidos
dado que se parte del análisis de las
unidades micro (individuos, organi-
zaciones sociales) y el análisis de la
ciudadanía como ejes del desarrollo
bajo una mirada integral y sosteni-
ble; y no en cabeza de los gobiernos
de manera individual. Es decir, este
concepto prescribe la construcción
de política pública, dándole un papel
preponderante a la participación de
los diferentes actores.
Desde el enfoque de la gober-
nanza, el mercado debe ser analiza-
do teniendo en cuenta la gestión y
negociación generada por una serie
de actores (privados y públicos) que
permite la optimización de procesos
y la obtención de resultados, en un
contexto complejo, generalmente
vinculado a la dinámica económica.
De acuerdo con Albino (2015),
en la amplia dimensión de la econo-
mía urbana la lógica del Estado debe
estar encaminada no solo a estable-
cer su poder político, jurídico y nor-
mativo, también debe participar en
actividades económicas estratégicas
y promover una institucionalidad
capaz de generar una libre movilidad
de factores económicos que propen-
dan por el desarrollo sostenible.
Además, es necesario hacer
partícipe a los actores del proceso,
empoderándolos a través de los
espacios de participación ciudadana
y trasladando la ejecución y adminis-
tración de servicios que permitan la
protección de sus derechos (Baque-
ro y Rendón, 2011). En este sentido,
Jolly (2002) declara que no es el
ejercicio de un poder central efecti-
vo, por el contrario es la existencia
de gobiernos locales capaces, autó-
nomos, que aseguran la mediación
entre la sociedad civil y el Estado”
(citado por Otálora y Vivas, 2011, p.
86), en otras palabras, todas las
ICAP-Revista Centroamericana de Administración Pública (70): 228-241, junio 2016
237
instancias sociales deben participar
y decidir en los distintos espacios de
decisión, antes definidos únicamente
para los Estados.
Ahora bien, se requiere no
solo la interacción entre los actores
para alcanzar los objetivos. También
es necesario que se una “buena
gobernanza” para el logro de las
metas propuestas en la política pú-
blica. “[…] Buena gobernanza signi-
fica que el gobierno está bien admi-
nistrado, que es inclusivo, y que
obtiene resultados satisfactorios. Los
principios de la buena gobernanza
pueden ponerse en práctica median-
te la equidad, la eficiencia, la trans-
parencia y la rendición de cuentas, la
sostenibilidad, la subsidiariedad, la
participación cívica y la seguridad.”
(FAO, 2007, pág. 8).
Todo lo anterior, desarrollado
en el marco de una territorialidad
porque “no es un hecho aislado co-
mo debemos analizar la estructura
de la ciudad y del aspecto territorial,
basta con que las relaciones que se
encuentran en el entramado de las
partes del territorio, las relaciones
sociales, económicas, políticas e
ideológicas sean las que incidan y se
entrelacen para caracterizar y com-
prender las manifestaciones reales
de la ciudad” (Carrasco, 2007, pág.
80).
Entonces, lo que resulta fun-
damental es la adopción de unas
políticas públicas locales en donde la
gobernabilidad se obtenga con la
coordinación del Estado y la cultura
ciudadana. “Coordinación a la que le
serviría, de manera privilegiada, la
figura de la planificación concertada,
puesto que la simple coordinación (a
lo mejor llevada desde “fuera”) no
basta” (Yory, 2013, pág. 66)
Instituciones
Otro soporte teórico que valida
el estudio de la gestión de los resi-
duos sólidos es la Nueva Economía
Institucional (NEI), porque permite
“entender la forma en que se rela-
cionan los agentes económicos que
conforman el sector de los servicios
públicos domiciliarios, como organi-
zaciones del Estado, empresas pri-
vadas o mixtas y la comunidad re-
ceptora” (Sánchez & Usaquén, 2012,
pág. 34).
Para North (1993) las institu-
ciones corresponden a las reglas del
juego tanto formales (leyes o nor-
mas) como informales (acuerdos y
códigos de conducta) que guían la
actuación de los individuos. Adicio-
nalmente, “[...] aceptar una regla
implica preseleccionar un conjunto
de acciones que están en concor-
dancia con las reglas, pero al mismo
tiempo excluir aquellas alternativas
de acción que no forman parte de
este conjunto” (Gandlgruber, 2010:
18). Tener unas instituciones claras
a la hora de gestionar el manejo de
residuos sólidos permitiría que los
objetivos de política pública para
favorecer el desarrollo sostenible se
puedan cumplir.
ICAP-Revista Centroamericana de Administración Pública (70): 228-241, junio 2016
238
En palabras de Quadri de la
Torre (2012), la calidad de las insti-
tuciones influyen en el desarrollo
económico, y también, en las capa-
cidades de una sociedad para en-
cauzarse por caminos de sustentabi-
lidad ambiental a través de diversos
mecanismos de decisión colectiva,
como los procesos político-
electorales, los mercados y las ac-
ciones colectivas autónomas por
parte de grupos sociales o comuni-
dades” (pág. 123).
Además de las fuerza del
mercado como una institución, este
tiene fallas, las cuales deben ser
corregidas a través de la interven-
ción del Estado, quien con sus políti-
cas busca mejorar la calidad de vida
de los ciudadanos. Es aquí donde
los planteamientos de la Nueva Eco-
nomía Institucional toman fuerza y
más aún cuando se está hablando
de la prestación de servicios públi-
cos y en este caso particular el ma-
nejo integral de los residuos sólidos
en una ciudad.
Conclusiones
No se puede afirmar que el
paradigma actual de producción a
través del capitalismo sea por
mismo la causa de los desequilibrios
entre la satisfacción de necesidades
humanas y los debacles en los que
está sumergida la naturaleza.
No obstante, se hace necesa-
rio cambiar las acciones humanas
para que las generaciones futuras
puedan vivir en armonía con la natu-
raleza y puedan desarrollar sus ca-
pacidades y habilidades que les
permita garantizar su calidad de
vida. Para ello, tanto los ciudadanos
como quienes toman las decisiones
de política pública deben adoptar
posturas diferentes frente a estas
problemáticas.
Se requiere con urgencia un
cambio de conciencia y una mayor
participación ciudadana en la cons-
trucción de estrategias para mitigar
problemas relacionados con el cam-
bio climático, el manejo de los recur-
sos naturales, los niveles de degra-
dación, entre otras. Esto con el fin de
alcanzar el desarrollo sostenible de
las comunidades.
Mirar hacia atrás, aprender la
historia y tomar esos aprendizajes y
ajustarlos a las condiciones actuales
es una tarea que se debe hacer por-
que los ancestros nos enseñan su
manera de respetar la naturaleza y
de convivir con ella.
Los problemas de conurbación
y desarrollo de los municipios, basa-
do en actividades informales y terce-
rización de la economía generan
impactos económicos, sociales y
ambientales. Aunque la comunidad
tiene formas de adquirir ingresos y
se han recuperado algunas zonas
con parques, plazas, centros comer-
ciales e instituciones de educación,
aún falta que la comunidad integre
sus dinámicas con propuestas que
propendan por un verdadero desa-
rrollo sostenible y no por el simple
ICAP-Revista Centroamericana de Administración Pública (70): 228-241, junio 2016
239
crecimiento económico. Manejar los
residuos sólidos de forma integral y
con la vinculación de todos los acto-
res del proceso es una tarea que se
debe realizar en el corto plazo para
reducir los efectos negativos que su
mal manejo están generando.
Los aprendizajes adquiridos
permiten abordar las problemáticas
desde otra perspectiva. Y queda una
tarea ardua para construir y recons-
truir no solo el concepto del desarro-
llo sostenible sino de residuo sólidos
domiciliario, y para desarrollar pro-
puestas de investigación encamina-
das a la transformación de las
comunidades en sus realidades de
pobreza, desigualdad, contamina-
ción, solo por nombrar algunas
dificultades.
Bibliografía
Albino, F. (2015). La economía
urbana y el desarrollo eco-
nómico sin sustentabili-
dad. México D.F. Confe-
rencia presentada en el
Seminario Doctoral Desa-
rrollo Sostenible.
Baquero, M. y Rendón, J. (2011).
Desarrollo humano local: la
alternatividad para el buen
vivir. En: Revista de La
Universidad De La Salle No.
54 (enero – abril), p. 67 – 86.
Caride, J. (2012). El complejo
territorio de las relaciones
educación-ambiente-desa-
rrollo. En É. González
(coordinador), Educación,
medio ambiente y susten-
tabilidad (págs. 73-92).
México D.F.: Siglo XXI
Editores, Universidad
Autónoma de Nuevo León.
Carrasco, R.. (2007). Región-
Territorio: Planeación y
“Desarrollo Sostenible. Mé-
xico: Instituto Politécnico
Nacional.
__________________. (2010). La
susten-tabilidad y las ideas...
oníricas. México D.F.: Plaza
y Valdés S.A.
Carrasco, R., Ribot, P., & Calderón,
H. (2014). El problema
urbano y el proceso de
ordenamiento territorial
insostenible. En F. Carreño,
& D. Iglesias, Sustenta-
bilidad urbana: visiones y
contradicciones (págs. 109-
132). Toluca, Estado de
México: Universidad Autó-
noma del Estado de México.
Castiblanco, C. (diciembre de 2007).
La economía ecológica: una
disciplina en busca de autor.
Revista Gestión y Ambiente,
10(3), 7-22.
Claro, R. (2011). El desarrollo, entre
el simple crecimiento y el
buen vivir. Santiago de
Chile, Chile: LOM Ediciones.
Comisión Mundial sobre Medio
Ambiente y el Desarrollo.
ICAP-Revista Centroamericana de Administración Pública (70): 228-241, junio 2016
240
(1987). (Comisión Bruntland)
Nuestro Futuro Común.
Oxford, United Reino: Oxford
University Press.
Couto, S. (2012). Los retos del
desarrollo humano en el
territorio: experiencias en
Brasil y Colombia. Revista
Equidad & Desarrollo(17), p.
9 – 30.
Daly, H. (1980). Economía, Ecología,
Ética: ensayos hacia una
economía en estado
estacionario. México D.F.:
Fondo de la Cultura
Económica
Dueñas, J. C. (2011). El papel de la
educación ante el desarrollo
sostenible. Transatlántica de
educación, 6 (9), 16-19.
FAO. (2007). Buena gobernanza en
la tenencia y la admi-
nistración de tierras. Roma:
FAO
Gandlgruber, B. (2010). Institu-
ciones, coordinación y
empresas. Análisis eco-
nómico más allá del
mercado y estado. España:
Anthropos.
Gómez-Baggethun, E., & De Groot,
R. (2007). Capital natural y
funciones de los ecosis-
temas: explorando las bases
ecológicas de la economía.
Ecosistemas 16 (3), sep-
tiembre , 4-14.
Leff, E. (1995). ¿De quién es la
naturaleza? Sobre la
reapropriación social de los
recursos naturales, Gaceta
Ecológica 37, 58-64.
_________________. (2010). Saber
ambiental: sustentabilidad,
racionalidad, complejidad,
poder. México: Siglo XXI
editores.
López, A., et al. (2006). El desarrollo
humano sostenible (DHS):
Bases teóricas y prácticas
para la implementación en la
Universidad de La Salle.
Revista de la Universidad de
La Salle, 41, p. 79-87.
Morin, E. (2002). ¿Estamos en un
Titánic? Ética y Desarrollo.
Buenos Aires: El Ateneo-
BID.
Novo, M. (2011). La educación
ambiental en tiempos de
crisis. Transatlántica de
Educación , 6 (9), 8-13.
North, D. (1993). Instituciones,
cambio estructural y desem-
peño económico. México:
Fondo de Cultura Eco-
nómica.
Nussbaum, M. (2007), Las Fronteras
de la Justicia. Barcelona,
Paidós Ibérica S.A.
__________________. (19 de Mayo
de 2012). Martha Nussbaum
la filosofía para crear un
mundo más humano.
ICAP-Revista Centroamericana de Administración Pública (70): 228-241, junio 2016
241
(TORRES, Marta. Entre-
vistador)
Otálora, A.; Vivas, O. (2011).
Aproximación cultural a las
políticas públicas: burocra-
cia, descentralización y
ciudadanía. Revista Equidad
& Desarrollo, 15, 69-99,
enero-junio, Bogotá: Univer-
sidad de La Salle.
Quadri de la Torre, G. (2012).
Políticas públicas, sustenta-
bilidad y medio ambiente.
México D.F., México: Miguel
Ángel Porrúa.
Sánchez, M., & Usaquén, M. (2012).
Economía de los servicios
públicos domiciliarios, más
allá del mercado y del
Estado. Revista Equidad &
Desarrollo 17, 31-56.
Sen, A. (2001). Desarrollo y Libertad.
Bogotá D.C.: Planeta.
Vergara, R. (2014). Debates Con-
temporáneos sobre Go-
bernanza: Aproximaciones
Prácticas en Bogotá, D. C.
(1991-2014). En: Rendón, J.
(Compilador). (2014). Estu-
dios sobre Desarrollo y
Planeación en Colombia.
Mímeo.
Villanueva, C. (2011). Educación
Ambiental para la respon-
sabilidad. Transatlántica de
Educación, 6 (9), 29-35.
Yory, C. (2013). El desarrollo
territorial integrado: una
estrategia sostenible de
construcción social del
territorio, en el contexto de la
globalización, a partir del
concepto de Topofilia. Bo-
gotá, Colombia: Universidad
Piloto de Colombia.