LOS MILENARIOS
DE AMÉRICA LATINA
INSTITUCIONAL
Investigador*
Andrés Vedova Arias
Los milenarios son la generación de personas nacidas entre princi
pios de los 1980 y el año 2000. América Latina es una región donde
los milenarios son el segmento de edad más cuantioso de la po
blación total (30%), con aproximadamente 176 millones de personas.
La rápida proliferación del Internet y la conectividad tecnológica
masiva durante su juventud ha acelerado el ritmo en el cual esta
generación se desempeña a nivel profesional, académico y perso
nal. En América Latina, las reformas institucionales deben apuntar a
una dependencia reducida en un ya debilitado centralismo políti
co, así como el fortalecimiento de mecanismos que identifiquen y
castiguen la corrupción. Las políticas públicas también deben re
forzar la flexibilización y diversificación de la economía; el impulso
de tecnologías que faciliten el emprendimiento y el intercambio de
conocimientos; el respeto a las libertades individuales y una con
fianza renovada en el estado de derecho, particularmente a través
de la gestión autónoma de gobiernos sub-nacionales.
Milenarios, América Latina, conectividad tecnológica, emprendi
miento, innovación, política pública, conocimiento, economía.
The millenials are the generation of people born between early
1980’s and the year 2000. Latin America is a region where the
millennials are the segment of an age-larger number of the total
population (30%), with approximately 176 million of people. The rapid
proliferation of the Internet and the massive technological connec
tivity during their youth has accelerated the pace at which this
generation is performing at a professional, academic and personal
level. In Latin America, institutional reforms should aim for a redu
ced reliance on already weakened political centralism, as well as the
strengthening of mechanisms to identify and punish corruption.
Public policies should also enhance the flexibility and diversifica
tion of the economy; the promotion of technologies that facilita-
te entrepreneurship and knowledge sharing; respect for individual
freedoms and a renewed confidence in the rule of law, particularly
through the autonomy of sub-national governments.
Millenials, Latin America, technological connectivity,
entrepreneurship, innovation, public policy, knowledge, economy.
En los medios de comunicación de Norteamérica y
Europa, la “generación de milenarios” (millennials) sue
le ser el término aplicado a las personas nacidas entre
principios de la década de 1980 y el año 2000. Aunque
aplicar etiquetas a un segmento de edad es una tarea
sumamente relativa, es una práctica a la que no es
tamos acostumbrados en América Latina. Además de
tener que generalizar características que abarcan mi
llones de individuos de distintas edades y niveles de
madurez, en muchos casos se simplifican las condicio
nes de distintas razas, nacionalidades, etnias, religiones
y estratos socioeconómicos, lo que inexorablemente
resulta en una ciencia inexacta. Sobra decir que el ries
go de incurrir en estereotipos injustos o designacio
nes infladas es constante. No obstante, el objetivo de
estas designaciones es sumar observaciones sobre el
contexto histórico en el que nos toca nacer y crecer,
así como evaluar contrastes con poblaciones mayores
o menores y la relación con el entorno actual.
Por lo tanto, no es una sorpresa que incluso en lugares
con mucho más investigación sobre particularidades
generacionales sea poco común contar con un con
senso concreto respecto al orden cronológico de las
generaciones que siguieron a los baby boomers, ofi
cialmente catalogados por el censo estadounidense
como aquellos nacidos entre 1946 y 1964, donde se
dio una explosión poblacional en el mundo industria
lizado tras la Segunda Guerra Mundial. Dado que cada
generación acapara un conjunto de aproximadamente
20 años, sociólogos y demógrafos anglosajones sue
len diferir sobre el momento preciso en que terminaron
de nacer las personas de la Generación X (finales de los
1970 o principios de los 1980) y cuándo exactamente
inicia la generación de milenarios, usualmente también
llamada “Generación Y”, aunque este término ha perdi
do vigencia.
No obstante, la teoría más desarrollada sobre los mile
narios es la de los investigadores William Strauss y Neil
Howe, historiadores y autores sobre varios libros de
dicados a cada generación. Su libro Millennials Rising (“El
Ascenso de los Milenarios”) fue publicado en el 2000 y
definió el “año de origen” de los milenarios como 1982.
En el 2012, Howe precisó que el el año final para esta generación fue el 2004.1 Como resultado, es una gene
ración moldeada por la convergencia de la masividad
virtual del Internet con la realidad posterior a la Guerra
Fría, por lo que no es una exageración afirmar que los
milenarios provienen de un ciclo histórico que les ha
facilitado cantidades colosales de información y los
hace adversos a estar desactualizados.
¿Qué diferencia a los milenarios de sus padres baby
boomers o de sus tíos, hermanos y primos de la Ge
neración X? En el 2003, cuando los primeros milena
rios empezaban sus estudios universitarios, Strauss y
Howe manifestaron las siguientes observaciones sobre
esta población: es una generación que se siente espe
cial e importante, por haber sido niños muy queridos y
protegidos por sus padres. Cada hito en sus vidas fue
marcado con celebraciones y alabanza, por lo que sue
len sentir que “merecen lo mejor”, anhelan la atención
de otros y tienen una expectativa de retroalimentación
positiva frecuente. Como parte de su preparación es
colar, han sido inmersos en una cultura de actividades
extracurriculares, voluntariado y servicio comunitario.
Son motivados, competitivos y al poseer la expecta
tiva de obtener un título universitario, esperan que la
universidad ayude a lanzarlos a la grandeza. Strauss y
Howe afirman que “prefieren el liderazgo igualitario, en
vez de jerarquías” y sienten que están aquí para resol
ver problemas del mundo que generaciones anteriores
no han podido resolver.2
estudios y sondeos
Con el paso del tiempo, las descripciones sobre mile
narios se han proliferado, notablemente en cuanto a sus
comportamientos interpersonales y profesionales. En
Estados Unidos, la encuestadora Pew Research Center
publicó un estudio sobre esta población en el 2010,3
justo cuando las primeras camadas de milenarios se
estaban enfrentando a las secuelas de la crisis econó
mica internacional más fuerte desde la Gran Depresión.
1 Bump, P. (2014). Here is when each generation begins
and ends, according to facts. The Atlantic.
2 Howe, N., & Strauss, W. (2003). Millennials go to college.
ted. Open to Change. Pew Research Center, 24.
El estudio mostró un sobresaliente “excepcionalismo
tecnológico” entre los milenarios, no solamente por
consumir y poseer más aparatos, sino también por
la forma en que fusionan su vida social con ellos. Por
ejemplo, tres cuartas partes de los milenarios habían
creado un perfil en una red social, en comparación con
el 50% de la Generación X, 30% de los baby boomers
y 6% de ciudadanos de tercera edad. Los milenarios
también indicaban que “la tecnología hace la vida más
fácil y ayuda al acercamiento de amigos y familia” con
mayor frecuencia que las demás generaciones.
Estudios posteriores de Pew, también han señala
do que el matrimonio y la formación de una familia
siguen siendo una prioridad para los milenarios, algo
consistente con generaciones anteriores. La diferencia
está en que los milenarios no se apresuran al altar, y
se toman mucho más tiempo en evaluar sus opcio
nes u oportunidades: sólo el 26% de esta generación en
E.E.U.U. está casada. Cuando tenían la misma edad que
los milenarios tienen ahora, el 36% de la Generación X,
48% de los baby boomers y el 65% de la generación an
terior estaban casados.4 Los milenarios estadouniden
ses son en su mayoría solteros (69%) y expresan que les
gustaría casarse, pero muchos, especialmente aquellos
con menores niveles de ingresos y educación, carecen
de lo que consideran ser un requisito previo: una base
económica sólida y confiable.
Otro detalle curioso de los estudios de Pew es que a
pesar de ser mucho más racialmente diversos, dos ter
cios de los milenarios encuestados dijeron que “no se
puede ser demasiado cuidadoso” cuando se trata de
lidiar con otras personas, probablemente un resultado
de tener padres protectores, crecer durante la nueva
era del terrorismo o experimentar una cultura mediática
que se centra en los peligros cotidianos.5 En términos
profesionales, The Economist afirma que tal descon
fianza significa una “generación de individualistas, no
colaboradores”, ya que según una encuesta de la con
sultora CEB en el 2015, 37% de los milenarios estadou
nidenses dicen que no confían plenamente en el aporte
de sus colegas en el trabajo; para otras generaciones,
4 Taylor, P., Doherty, C., Parker, K., & Krishnamurthy, V. (2014).
Millennials in adulthood: Detached from institutions, networked
with friends. Pew Research Center, Washington, DC.
5 Taylor, P., & Keeter, S. (2010). Millennials: Confident. Connec
ted. Open to Change. Pew Research Center, 24.
el promedio fue de 26%.6 Asimismo, 58% admitió com
parar su rendimiento con sus pares frecuentemente,
frente al 48% de otras generaciones. Consecuentemen
te, se considera que los milenarios son más competi
tivos en el ámbito laboral: 59% de ellos, en la última en
cuesta, dijo que la competencia es “lo que los levanta
por la mañana”, en comparación con el 50% de los baby
boomers.7
Por consiguiente, una alta desconfianza en la política es
otra característica de los milenarios estadounidenses.
Al mostrar una marcada ambición académica y profe
sional durante un momento de recuperación económi
ca y polarización política en ese país, datos recientes
sobre las actitudes de los milenarios en Estados Uni
dos respecto a la labor del gobierno muestran crecien
tes niveles de apatía y desdeño. En general, sólo uno
de cada nueve jóvenes universitarios se imaginan en
un cargo público.8 El desprecio de la juventud es aún
más aguda cuando se les pregunta sobre el Congre
so y el gobierno federal. Pero los gobiernos locales o
municipales tampoco son inmunes: al medir su opinión
favorable de 20 profesiones posibles, los estudiantes
calificados situaron “alcalde de una ciudad o pueblo” en
la casilla #17, por encima de “miembro del Congreso”,
pero por debajo de carreras poco populares en este
momento, como el periodismo. The Economist tam
bién indica que en la década de 1970, casi tres cuartas
partes de los estudiantes estadounidenses hablaban
regularmente sobre política con sus padres, mientras
que ahora las tres cuartas partes rara vez lo hacen. El
tema se considera de mal gusto, citando el caso de
un estudiante joven que dice que entre los amigos, la
política “mata el estado de ánimo”.9
Es posible que una marcada desilusión hacia la políti
ca y la economía tradicional se traduzcan también en
que los jóvenes profesionales milenarios se interesen
mucho más en trabajos fuera de compañías conven
cionales, o aquellos que les permitan desarrollar su di
namismo emprendedor. En otras palabras, estamos
6 Myths about millennials (2015, 1ero de agosto). The Econo
mist.
7 Idem.
8 Not running, but fleeing (2015, 16 de mayo), The Economist.
experimentando el auge de una generación trabaja
dora que no necesariamente prefiere las horas labo
rales tradicionales y busca implementar la tecnología
en su productividad, por lo que nuevas modalidades
como flex time (tiempo flexible) y home office (ofi
cina en casa) están obteniendo popularidad, en gran
parte para también evitar la congestión vehicular y la
saturación del transporte público en horas pico, lo que
resulta en más tiempo libre para otras actividades. En
un reciente sondeo mundial de milenarios realizado por
Deloitte, a un 75% de los milenarios le gustaría comenzar
a trabajar con mayor frecuencia desde casa o en otros
lugares donde se sientan más productivos. Esto es casi
el doble de la proporción que en la actualidad lo hacen
(43%).10 Para aquellos jefes que consideran a los milena
rios como distraídos, ingenuos o poco estratégicos en
el trabajo, estos resultados merecen atención.
Sería natural concluir que tras vivir la “Gran Recesión”
del 2008-2009, muchísimos jóvenes tengan opinio
nes encontradas sobre grandes corporaciones y ban
cos, pero el sondeo de Deloitte del 2016 afirma que los
milenarios a nivel mundial tienen una opinión positiva
de los negocios. Casi tres cuartas partes de los mi
lenarios encuestados (73%) sostienen que los negocios
tienen un impacto positivo en la sociedad en general.11
Sin embargo, los milenarios buscan contribuir a que los
negocios tengan un impacto positivo en la sociedad,
y al hacerlo, desean seguir siendo fieles a sus valo
res personales. Existe una fuerte indicación de que los
milenarios eligen trabajos que reflejan o respetan sus
valores, un concepto reforzado por el hallazgo de que,
a nivel mundial, el 56% de los milenarios ha “descartado
trabajar para una organización en particular debido a su
valores o normas de conducta”.12
10 Deloitte Touche Tohmatsu. (2016). The 2016 Deloitte Millen
nial Survey: winning over the next generation of leaders. En ht
tps://www2.deloitte.com/content/dam/Deloitte/global/Documents/
About-Deloitte/gx-millenial-survey-2016-exec-summary.pdf
11 Idem.
12 Idem.
América Latina
Comparado a Estados Unidos, existen menos inves
tigaciones y sondeos sobre milenarios en el contexto
latinoamericano, que es indudablemente mucho más
complejo y heterogéneo, particularmente al presentar
una población de alrededor de 590 millones de perso
nas en países muy distintos entre sí. Sin embargo, en
años recientes diversas consultoras han llevado esta
tarea a cabo, máxime en una región donde los mile
narios son el segmento de edad más cuantioso de la
población total.
Según un informe de Tendencias Digitales de marzo
del 2014, en América Latina los milenarios de entre 13 y
28 años de edad son el mayor segmento de edad de
la región (30%).13 Esto significa que dentro de casi 600
millones de latinoamericanos, hay más de 176 millones
de milenarios. Asimismo, esta generación está acom
pañada por amplias poblaciones de personas de menos
de 50 años: según el mismo informe, 27% de la pobla
ción total tiene entre 29 y 48 años, y 26% tiene menos
de 12 años. Apenas un 13% son baby boomers (49 a 68
años) y 4% son mayores a los 69 años, por lo que la
juventud de la región es mucho más pronunciada que
en la mayoría de los países industrializados. Esta es una
situación muy distinta a la de Estados Unidos y mu
chos países de Europa occidental, en donde los baby
boomers que comienzan a retirarse son más o igual
de cuantiosos que los milenarios, y por ende ejercen
mucho más presión sobre la población trabajadora en
términos de pensiones y programas de salud.
Los milenarios latinoamericanos están tan digitalizados
como aquellos en otras partes del mundo, o incluso
más. En el 2014, un 78% de los milenarios en América
Latina poseía un smartphone (móvil inteligente), un 37%
tablet y un 70 % laptop, usando estas combinaciones
tanto para socialización como para trabajo y entre
tenimiento.14 Además, el 88% poseen un perfil en redes
sociales y 45 % admite que no podría estar un solo día
13 Jiménez C. (2014, 6 de marzo). Conecta tu marca con los
millennials. Tendencias Digitales.
sin su smartphone.15 Facebook es la red social predi
lecta utilizada mediante estas herramientas: 90% de los
milenarios en México, Argentina y Colombia usan Fa
cebook todos los días, superando aquellos que diaria
mente utilizan un buscador (87%) o ven televisión (72%).16
Uno de los sondeos más exhaustivos de milenarios en
la región es uno realizado por la multinacional Telefó
nica durante los primeros meses del 2013, con las si
guientes observaciones: los milenarios de América La
tina pasan alrededor de 7 horas de su día en línea, cifra
igual a la de Norteamérica, pero una hora más que Asia
y dos más que Europa Occidental. El informe indica que
los milenarios en la región son más propensos a decir
que la tecnología hace más fácil conseguir un trabajo,
superar barreras del idioma y crear más oportunidades
económicas para la mayoría de las personas. Mientras
que en Norteamérica los milenarios sienten que los te
mas más importantes son la economía y educación,
en América Latina las mayores preocupaciones son la
inequidad social y la educación. 70% de los milenarios
latinoamericanos piensan que el cambio climático es
un gran problema, comparado a 36% en Norteamérica y
49% en Europa.17
Comparativamente, las percepciones de los milena
rios sobre temas económicos varían según la región.
Mientras que a nivel mundial, la mitad de los milenarios
encuestados dicen que su economía regional va por
buen camino, en América Latina esta cifra es del 38%,
comparado a 43% en Norteamérica y 65% en Asia (los mi
lenarios europeos son aún más pesimistas, con un 34%).18
Razonablemente, los milenarios latinoamericanos son
más enfáticos que los de otras regiones al afirmar que
es difícil hacer la transición del estudio al trabajo. La se
paración entre ámbitos académicos y profesionales to
davía suele ser rígida e inflexible a través la región, por
lo que no es de extrañar que esto es una queja común
entre muchos jóvenes, aunada a la notoria presencia de
la informalidad y desigualdad en el continente.
15 Idem.
16 The Mobile Lives of Millennials in Latin America (2015, 28 de
mayo). Facebook Insights. En http://insights.fb.com/2015/05/28/
millennials-in-latin-america/
17 Telefónica. (2013). Telefónica Global Millennial Survey: Latin
America Results. En http://survey.telefonica.com/wp-content/
uploads/2013/11/TEF-LATAM-PPT_11.18.13.pdf
18 Idem.
El estudio de Telefónica también destaca un sorpresi
vo nivel del optimismo entre los milenarios latinoame
ricanos. A pesar de que el 63% dicen que el gobierno
no refleja sus valores y creencias, un sorprendente 71%
afirma que los mejores días de su país están por venir,
comparado a 47% en Norteamérica y 41% en Europa,
siendo la segunda región más optimista después de
Asia (79%). Un 82% de milenarios latinoamericanos con
sidera que pueden lograr una diferencia a nivel local, y
62% siente que pueden hacerlo a nivel mundial, la región
con la respuesta más positiva del estudio. 58% piensa
que la participación individual tiene un impacto en el
sistema político.19
Las expectativas económicas de los milenarios en
América Latina también demuestran actitudes cam
biantes, según un estudio del 2013 de Deloitte sobre
innovación y negocios.20 En los países encuestados
(Brasil, Argentina, Chile, Colombia y Perú) se manifiesta
que liderar la innovación, mejorar la sociedad y facili
tar el progreso son los tres propósitos principales de
la empresa privada, por encima de generar ganancias
o producir bienes y servicios. La “contribución a co
munidades locales” también fue una tarea ampliamente
mencionada por estos países en comparación al pro
medio mundial.
Las nuevas realidades de la movilidad laboral represen
tan otro indicador que sobresale en la región latinoa
mericana. En el sondeo mundial de milenarios de Deloi
tte del 2016, la mayoría de los milenarios encuestados
con trabajo anticipan irse de sus actuales organiza
ciones antes del año 2020. A nivel regional, América
Latina muestra el nivel más alto de esta percepción de
movilidad (71%) y Europa Occidental el más bajo (60%).21
Asimismo, los valores personales también son de gran
importancia para los profesionales jóvenes de la re
gión. Casi la mitad (49%) de los encuestados internacio
nalmente han “elegido no llevar a cabo una tarea en el
trabajo, ya que iba en contra de sus valores personales
o su ética”. Geográficamente, este nivel de “rechazo”
19 Idem.
20 Deloitte Touche Tohmatsu. (2013). Millennial (Generation
Y) Innovation Survey: Latin America Findings. En http://www2.
deloitte.com/content/dam/Deloitte/global/Documents/About-De
loitte/dttl-millennial-innovation-survey-ltam2013.pdf
En http://www2.deloitte.com/global/en/pages/about-deloitte/arti
cles/millennialsurvey.html
oscila entre un 20% en Japón a 71% en Colombia, y es
generalmente alto en América Latina.22 Estos datos
resultan llamativos, perfilando una mayor curiosidad y
conciencia sobre el impacto del trabajo en la sociedad
y en la vida personal.
Adicionalmente, estas tendencias se están dando den
tro de un movimiento socioeconómico de gran im
portancia para las mujeres: En 2020, se estima que 35
millones de personas de bajos ingresos en la región
-en su mayoría mujeres- se trasladará a la clase me
dia.23 Las mujeres milenarias latinoamericanas son cada
vez más educadas, activas en el mercado laboral y con
un poder adquisitivo considerablemente mayor, por lo
que esto será de gran importancia para la economía,
demografía, y pluralismo del continente en las próxi
mas décadas.
gobernabilidad
El mundo de hoy en día hace a los milenarios exigir
una mayor confiabilidad y transparencia al relacionarse
con otras personas, servicios o entidades. La hiper
conectividad ha llegado para quedarse, y acelerado el
ritmo en el cual nos desempeñamos a nivel profesional,
académico, y particularmente, el personal. La cultura
de trabajo y expectativas económicas apuntan a una
mayor competitividad, pero también a un énfasis en
la calidad de vida, el emprendimiento, la flexibilización
de los horarios y la participación remota. La globaliza
ción de los smartphones ha permitido que millones de
personas de bajos recursos accedan a las redes y a la
exorbitante cantidad de información y oportunidades
generadas, cuando a fines de la década anterior proba
blemente ni siquiera poseían una computadora.
¿Están los gobiernos equipados apropiadamente para
todo lo que conlleva esta coyuntura? ¿O ha llegado
una nueva oportunidad –y obligación- de actualizar la
gestión institucional como la conocemos?
22 Idem.
23 Salazar-Ortegón, L. (2015). Latin America: Low-Income
Millennials Present Big Market Opportunities. Forbes. En http://
www.forbes.com/sites/skollworldforum/2015/08/04/latin-ameri
ca-low-income-millennials-present-big-market-opportunities/
Pese a que más del 80% de los habitantes de la región
tienen menos de 50 años, son personas superiores
a esta edad las que todavía dominan la política y las
principales instituciones en América Latina. A la hora de
entregar el poder a las nuevas generaciones, los mo
delos gubernamentales existentes corren el riesgo de
ser no solo disfuncionales, sino obsoletos. El panorama
ideológico cuenta con más matices que nunca, mien
tras que el acelerado desgaste de la política tradicional
genera un gran peligro de apatía hacia el sector público
y la legitimidad de la participación ciudadana en las de
mocracias del continente.
Es por eso que mediante la creciente descentralización
de la gobernabilidad impulsada por la tecnología, estas
tendencias requieren de un enfoque estratégico para
garantizar un desarrollo efectivo y la participación ciu
dadana de jóvenes profesionales en miles de comuni
dades en toda la región. Es claro que cada país debe
continuar trabajando para afianzar la educación técni
ca, la inclusión social y el cuidado del medio ambiente,
pero también existe un gran potencial para mejorar las
capacidades de los gobiernos sub-nacionales (provin
ciales, regionales, estatales, municipales o locales) en
cada país. Estos gobiernos ahora poseen un papel más
importante en el fortalecimiento de la educación, las
oportunidades de empleo en sus comunidades, la im
plementación de la política ambiental y la formalización
de las condiciones para emprendedores y pequeñas
empresas: en el país en desarrollo promedio, están a
cargo de una quinta parte del gasto público.24
Sin embargo, una mayor descentralización de la go
bernabilidad requiere de reformas drásticas en la ges
tión fiscal autónoma. Un estudio del Banco Interame
ricano de Desarrollo señala que “los ingresos locales
cubren sólo un 30% del gasto total de los gobiernos
sub-nacionales en América Latina, en comparación con
alrededor del 60% en los países de la OCDE y 75% en
las economías emergentes de Asia”.25 Por lo tanto, el
apoyo para reformas estructurales que reduzcan la
dependencia en las transferencias del gobierno central
24 Giugale, M. (2015). Has Decentralization Worked? Hemisphere, Volume 24. Florida International University.
25 Fretes Cibils, V., Ter-Minassian, T., Scrofina, J.S., Ortega,
Martínez-Vázquez, J., Sepúlveda, C. & Canavire-Bacarreza, G.
(2015). Decentralizing Revenue in Latin America: Why and How.
Inter-American Development Bank.
(y aumenten la autonomía para recaudar y gestionar
ingresos) son de suma importancia para fortalecer la
administración descentralizada en América Latina. Esto
fomentaría el potencial para asociaciones innovadoras
que implementen servicios de educación y salud de
calidad, así como la aplicación de la tecnología para
una mayor transparencia, responsabilidad y confiabili
dad en la prestación de servicios.
Si el marco institucional latinoamericano también de
sea ampliar la diversificación y formalización econó
mica, se deben redoblar los esfuerzos para el avance
del emprendimiento y la pequeña empresa. 60% de los
empleados latinoamericanos trabajan para una empre
sa con cinco empleados o menos,26 y varios países
ya han lanzado programas que fomentan el empren
dimiento de alta tecnología, como Startup Chile y En
deavor Colombia. Pero aun teniendo una marcada cul
tura empresarial, cinco de los diez primeros países del
mundo en el que los empleadores tienen más dificultad
para cubrir puestos son en América Central y América
Latina, particularmente debido al déficit de especia
listas en telecomunicaciones e ingeniería de software
profesionales.27 Aunque se prevé que América Latina
podría aumentar la conectividad de banda ancha en 32%
durante los próximos cinco años, esta proyección es
más baja que la media mundial del 43%.28 Por lo tan
to, además de infraestructura de alta tecnología, los
países deben trabajar en la atracción y retención de
capital humano preparado en el extranjero para ro
bustecer el intercambio de capacidades, así como la
reducción de la tramitología y otros obstáculos para
iniciar negocios. Si bien estas iniciativas favorecerían al
emprendimiento de alta tecnología, serían sumamente
propicias para empresas en una multitud de activida
des económicas.
Por último, pocos temas son tan imprescindibles para
esta generación como la lucha contra la corrupción en
todos los niveles de gobierno. Pese a ser un agravante
26 Costa, G. (2016, 7 de mayo). The Rise Of The Latin
American Entrepreneur. The Next Web. En http://thenex
tweb.com/la/2016/05/07/rise-latin-american-entrepreneu
r/#gref
27 Coleman, G. (2016, 16 de junio). Why Latin American En
trepreneurs Are Ready For The Revolution. World Economic
Forum. En https://www.weforum.org/agenda/2016/06/why-la
tin-american-entrepreneurs-are-ready-for-the-revolution/
28 Idem.
histórico para la región, la combinación del acceso a la
información, la maduración de la sociedad civil y el cre
cimiento económico de la clase media en muchos paí
ses ha resultado en una demanda sin precedentes por
transparencia y la rendición de cuentas en la función
pública.29 La noción de que el político o funcionario que
“roba, pero hace” ya no es aceptable para los latinoa
mericanos jóvenes, conscientes de los costos y los
obstáculos al desarrollo ocasionados por la corrupción,
el clientelismo y los privilegios desmedidos para gru
pos de presión. En términos de política pública, entida
des autónomas contra la corrupción -como la CICIG en
Guatemala y el nuevo Sistema Nacional Anticorrupción
(SNA) de México- son desarrollos necesarios en sus
respectivos esquemas, con la posibilidad de ser repli
cados en otros países. Sin embargo, la independencia
y probidad del poder judicial, complementados por la
libertad de prensa y expresión de la sociedad civil, son
elementos esenciales para una valoración constante y
permanente de la integridad institucional.
La esperanza latinoamericana radica en la innovación e
iniciativa de parte de muchísimos de sus emprende
dores, educadores, activistas, y líderes profesionales.
Asimismo, conforme los milenarios latinoamericanos
comienzan a ejercer y participar de lleno en la adminis
tración pública, también existe una nueva oportunidad
para denunciar y combatir la corrupción institucional,
así como reforzar el rendimiento y desempeño de los
gobiernos sub-nacionales. Estos esfuerzos administra
tivos van de la mano con políticas que promuevan la
calidad de la educación, la actividad económica inclu
siva y el intercambio de conocimientos, particularmen
te en las zonas más marginadas de la región.
No hay que dejar de lado que las poblaciones actuales
todavía están superando el legado de la Guerra Fría,
cuando en América Latina se solía pensar de una forma
mucho más binaria: capitalismo o comunismo; fascis
mo o terrorismo; dependencia o soberanía; estatismo
o privatización. En los 1990, se logró mayor apertura
y liberalización económica, pero una persistente des
igualdad acarreó una profunda polarización política,
culminando en que medio continente girara hacia el
29 Stop stealing (2016, 7 de mayo). The Economist.
neo-socialismo bolivariano del siglo XXI. La Gran Rece
sión de 2008-2009 sí golpeó a América Latina, pero
mucho más suavemente, gracias al ímpetu económico
de China y otras grandes economías emergentes, vo
races por materias primas y negocios en la región.
Hoy en día, las secuelas de esta agotada trayecto
ria indican un creciente descontento con la corrup
ción impune, la inercia burocrática y el clientelismo
económico. En México, una serie de escándalos y el
controvertido manejo de incidentes violentos (como
la desaparición de 43 estudiantes en Iguala en el 2014)
han perjudicado la credibilidad del gobierno de Enri
que Peña Nieto ante la sociedad civil. En Guatemala, se
dio la renuncia del presidente Otto Pérez Molina a fines
del 2015 por un grave caso de corrupción, donde las
redes sociales y el descontento ciudadano jugaron un
papel importante. En Brasil, se desenvuelve una crisis
política con la suspensión de la presidenta Dilma Rous
seff, precedida por un declive económico y protes
tas multitudinarias contra la corrupción endémica en el
aparato gubernamental. Venezuela está al borde de una
crisis humanitaria tras el rotundo fracaso del modelo
bolivariano. Y en Argentina, la llegada de Mauricio Macri
a la presidencia ha expuesto la dificultad de impulsar
reformas tras las divisorias políticas kirchneristas que
han dominado el país desde el 2003.
En estos casos y con menor agitación, en el resto del
continente- es evidente que las instituciones que velan
por el orden social están lidiando con serios aprietos
estructurales que se han acumulado durante décadas,
sumados a un tremendo desfase respecto a la paulati
na influencia de la generación milenaria y su inédita for
mación tecnológica. Se podría afirmar que en cualquier
país latinoamericano en el 2016, los jóvenes no confían
en el gobierno central de la misma forma que lo hicieron
sus padres o abuelos. Si bien sería ingenuo declarar que
los paradigmas tradicionales de América Latina están
encaminados a un desastroso final, sus desafíos frente
al auge de la generación milenaria vislumbran ajustes
sustanciales durante las próximas décadas.
Consecuentemente, las aspiraciones de los milenarios
requieren no solo de una dependencia reducida en un
ya debilitado centralismo político, sino también de ins
tituciones democráticas renovadas que identifiquen,
castiguen y prevengan la corrupción. Las políticas pú
blicas deben apuntar a la flexibilización y diversifica
ción de la economía; el impulso de tecnologías que
faciliten el emprendimiento y el intercambio de cono
cimientos; el respeto a las libertades individuales y
una mayor confianza en el estado de derecho. De lo
contrario, el cambio institucional podría ser aún más
brusco y confuso para aquellas generaciones por venir.
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