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Revista Centroamericana de Administración Pública, (86) Enero / junio 2024
Identificar buenas prácticas a nivel internacional
y nacional resulta necesario en el proceso de
fortalecimiento del marco orientador del SEVRI
del INAMU. Para este fin, a nivel internacional
se identificaron modelos y normas ISO sobre
valoración de riesgos y, a nivel nacional,
se realizó una revisión de distintos marcos
normativos elaborados por otras instituciones.
En cuanto a las buenas prácticas internacionales
identificadas, destacan las siguientes:
a) Modelo COSO 2013: este modelo
tiene la finalidad que las organizaciones
puedan “desarrollar y mantener, de una
manera eficiente y efectiva sistemas de
control interno que puedan aumentar
la probabilidad de cumplimiento de los
objetivos de la entidad y adaptarse a los
cambios de su entorno operativo y de
negocio” (COSO, 2013, p. 9)
Este Modelo define los componentes
del control interno, a saber: i) entorno
de control; ii) evaluación de riesgos; iii)
actividades de control; iv) información
y comunicación; y v) actividades de
supervisión.
En lo que concierne al componente
de evaluación de riesgos, este modelo
lo define como un proceso que debe de
ser dinámico y continuo de identificación
y evaluación de los riesgos que pueden
poner en peligro el cumplimiento de los
objetivos. Asimismo, se señala que para
evaluar los riesgos se deben establecer
los niveles preestablecidos de tolerancia,
ya que esto representa la base para
determinar la manera en que los riesgos
se gestionarán.
b) Modelo COSO ERM 2017: el
documento titulado Gestión del riesgo
empresarial - integrando Estrategia y
Desempeño (ERM por sus siglas en
inglés), fue publicado en el año 2017. En
este marco se enfatiza en la importancia
de incorporar prácticas de gestión de
riesgos en toda la organización, ya que
esto permite acelerar el crecimiento y tener
un impacto positivo en el desempeño.
Además, proporciona una serie de
principios que pueden aplicarse tanto al
cumplimiento de los resultados como a la
toma de decisiones estratégicas.
En lo concerniente a la capacidad de
adaptación de las organizaciones se indica
que estas:
deben de adaptarse en mayor
medida al cambio. Han de pensar de forma
estratégica como manejar la creciente
volatilidad, complejidad y ambigüedad
del entorno actual, especialmente en
altas esferas de la organización y en los
consejos de administración, en donde hay
mucho más en juego (COSO, 2017, p. 17)
Asimismo, se destaca la importancia
que tiene la gestión del riesgo en la
planificación estratégica y su integración
en todos los niveles de la organización, ya
que “el riesgo influye y alinea la estrategia y
el desempeño en todos los departamentos
y funciones” (COSO, 2017, p. 6)
c) Norma ISO 31000: esta norma
señala que la administración del riesgo
tiene como objetivo crear y proteger el
valor, mejorar el desempeño, fomentar la
innovación y ayudar a lograr los objetivos.
La norma ISO establece una serie de
principios que se deben considerar cuando
se establece un marco de referencia para
orientar sobre las características de una
gestión del riesgo eficiente y efectiva.
Estos principios le permitirían administrar
y gestionar los efectos de la incertidumbre
sobre los objetivos de la organización.
Los principios que define esta norma para
administrar/gestionar los riesgos son: integrada,
estructurada y exhaustiva, adaptada, inclusiva,
dinámica, mejor información posible, factores
humanos y culturales y, el mejoramiento continuo.
En lo que respecta a las buenas prácticas
nacionales, se revisaron marcos orientadores de
7.2 Buenas prácticas
internacionales y nacionales
sobre valoración de riesgos
Institucional en el año 2013 y en este se incluye la
política para la valoración del riesgo institucional,
estrategia del SEVRI y la normativa. El análisis
del contenido de este marco se abarcará en los
siguientes apartados.
Revista Centroamericana de Administración Pública, (86): 32-46, enero-junio/2024