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Revista Centroamericana de Administración Pública (87) Julio / Diciembre 2024
Transformaciones organizacionales
y políticas en Ciencia Tecnología e
Innovación (CTI) en Centroamérica:
tendencias históricas regionales
y el impacto de la globalización y
(des)globalización
Organizations and transformations in Science
Technology and Innovation (STI) Policies in Central
America: Regional historical trends and the impact of
globalization and de-globalization
Resumen
David Chavarría Camacho1 Ronny J. Viales-Hurtado2
Este artículo analiza la evolución histórica y el estado actual de las políticas de CTI en América Central.
Examina la transición de un enfoque de desarrollo interno durante las décadas de 1960 y 1970 a un
modelo neoliberal orientado al mercado global a partir de los años 1980, insertando la discusión en
los conceptos de globalización y (des)globalización. Este cambio ha influido significativamente en la
competitividad y sostenibilidad regionales, centrándose en la inversión en Investigación y Desarrollo
(I+D) y en la transformación organizacional de instituciones públicas y privadas. El estudio destaca la
importancia de adaptarse a las tendencias globales, promover la colaboración intersectorial y aumentar
la inversión en CTI para fortalecer el desarrollo económico y social de la región. Además, subraya la
necesidad de una gestión efectiva del cambio a nivel organizacional para afrontar los desafíos de un
entorno global dinámico.
Palabras clave: TECNOLOGÍA, CENTROAMÉRICA, COMPETITIVIDAD, EMPRESA, GLOBALIZACIÓN, INNOVACIÓN, CAMBIO
ORGANIZACIONAL.
1Universidad de Costa Rica San José, Costa Rican, posee una Maestría en Historia por la Universidad de Costa Rica (UCR) y es estudiante del Doctorado en Gestión Pública y Ciencias
Empresariales del Instituto Centroamericano en Administración Pública (ICAP) y del doctorado en Historia (UCR). Actualmente labora como investigador en el Centro de Investigaciones Históricas
de América Central (CIHAC) y como profesor interino en la UCR. Posee diversas publicaciones en el campo de la historia de la ciencia y la tecnología, en historia ecológica y ambiental y en historia
de la edición y las editoriales en Iberoamérica. Email: david.chavarriacamacho@ucr.ac.cr
2Universidad de Costa Rica San José, Costa Rica, catedrático de la Universidad de Costa Rica (UCR). Docente de la Escuela de Historia y del Posgrado en Historia, Director del Centro de
Investigaciones Históricas de América Central. M.Sc. en Historia por la UCR. Máster en Historia Económica y Doctor en Historia por la Universidad Autónoma de Barcelona. En 1998 obtuvo el
Premio Nacional de Historia “Aquileo J. Echeverría”, otorgado por el Ministerio de Cultura, Juventud y Deportes de la República de Costa Rica; en 2003 el Premio Cleto González Víquez, otorgado
por la Academia de Geografía e Historia y en 2012 el “Premio al Investigador, Área de Ciencias Sociales” de la UCR. Email: ronny.viales@ucr.ac.cr
Recibido: 6 de julio del 2024 Aceptado: 29 de octubre del 2024 DOI: 10.35485/rcap87_6
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This article examines the historical evolution and current state of STI policies in Central America. It
analyzes the transition from an inward development approach in the 1960s and 1970s to a neoliberal
model focused on the global market from the 1980s onward, incorporating discussions on globalization
and de-globalization. This shift has significantly impacted regional competitiveness and sustainability,
emphasizing investment in Research and Development (R&D) and the organizational transformation
of public and private institutions. The study underscores the importance of adapting to global trends,
fostering cross-sector collaboration, and increasing investment in STI to enhance the region’s economic
and social development. Additionally, it highlights the necessity of effective change management at the
organizational level to meet the challenges of a dynamic global environment.
Abstract
Keywords: TECHNOLOGY, CENTRAL AMERICA, COMPETITIVENESS, BUSINESS, GLOBALIZATION, INNOVATION, ORGANIZATIONAL
CHANGE.
Como citar:
Chavarría, D. y Viales, R. (2024). Transformaciones organizacionales y políticas en Ciencia Tecnología e Innovación (CTI) en Centroamérica:
tendencias históricas regionales y el impacto de la globalización y (des)globalización. Revista Centroamericana de Administración Pública,
(87), 122 - 141. DOI: 10.35485/rcap87_6
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En América Central, se han producido cambios significativos en las políticas científicas y
tecnológicas, pasando de un enfoque de desarrollo “hacia adentro” propio de las décadas de
1960 y 1970 a uno “hacia afuera”, debido a la crisis económica a partir de los años 1980.
Esta transformación ha llevado, en las últimas décadas, a una mayor influencia de organismos
internacionales y una orientación económica de competitividad en detrimento de aspectos
sociales. En este último aspecto, la evolución de las políticas de ciencia y tecnología en América
Central es un interesante reflejo de cómo los procesos globales y transnacionales pueden influir
y moldear las políticas locales, especialmente en campos tan dinámicos y cruciales como la
ciencia, la tecnología y la innovación (Viales-Hurtado et al., 2021).
El primer periodo de desarrollo “hacia adentro”, también conocido como el desarrollismo cepalino,
abarcó desde 1950 hasta 1980. Durante esta etapa, el papel del Instituto Centroamericano de
Investigación y Tecnología Industrial (ICAITI) fue fundamental. Este instituto no solo representó un
pilar en la promoción y desarrollo de políticas científicas y tecnológicas en la región, sino que también
se convirtió en un símbolo de la integración y colaboración latinoamericana en estos campos.
Las políticas impulsadas por el (ICAITI) estaban profundamente arraigadas en las realidades y
necesidades específicas de América Central, reflejando una comprensión aguda de los contextos
locales. Estas políticas se vieron reforzadas por una cooperación internacional significativa, lo
que permitió una amalgama de influencias y recursos que enriquecieron el panorama científico
y tecnológico de la región. Esta época se caracterizó por un enfoque en la industrialización y el
desarrollo económico, donde la ciencia y la tecnología eran vistas como herramientas clave para
el progreso y la autonomía regional (Viales-Hurtado, 2021, Transnacionalización…).
Posteriormente, la región experimentó un cambio significativo hacia el pensamiento neoliberal.
Este segundo periodo se distingue por la creciente influencia de tanques de pensamiento y
organizaciones, tanto locales como internacionales, en la formulación y ejecución de las políticas
de (CTI). Este enfoque neoliberal trajo consigo una serie de nuevas prioridades y metodologías.
Se puso un mayor énfasis en la eficiencia, la competencia y la integración al mercado global,
considerando la (CTI) como medios para lograr estos objetivos. Las políticas impulsadas en esta
fase se caracterizaron por una mayor alineación con los intereses y prácticas globales, reflejando
una tendencia hacia la liberalización económica y la apertura de mercados. Este cambio también
se asoció con una reconfiguración en la manera en que la ciencia y la tecnología se vinculaban
con la sociedad, pasando de un enfoque más colectivo y orientado al desarrollo, a uno más
centrado en el mercado y la individualización (Viales-Hurtado et al., 2021).
Estos dos periodos ilustran la complejidad y la dinámica de las políticas de ciencia y tecnología
en América Central. Muestran cómo, a lo largo del tiempo, estas políticas han sido influenciadas
tanto por factores internos como por tendencias globales, reflejando la interacción entre diferentes
enfoques económicos y políticos. La historia de la ciencia y la tecnología en esta región es, en
esencia, la historia de cómo los procesos locales y globales se entrelazan y coexisten, a veces
en armonía y otras veces en tensión, para configurar el panorama científico y tecnológico. Este
fenómeno pone de manifiesto la importancia de comprender las políticas (CTI) no solo como
productos de decisiones internas, sino también como resultados de un complejo entramado de
influencias y relaciones transnacionales.
Introducción
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Diversos estudios (Viales-Hurtado et al., 2021; Padilla, 2013) han identificado que las nuevas
formas de producción de conocimiento en la región han abierto oportunidades para replantear
las políticas (CTI) y buscar estilos de innovación más equitativos. A esta lógica contemporánea
también ha apuntado el sector empresarial vinculado a la innovación. De esta manera, el cambio
en las políticas (CTI) en América Central, desde el desarrollismo cepalino hasta el auge neoliberal,
ha subrayado a la necesidad de una gestión del cambio efectiva a nivel de las organizaciones. De
esta manera, se considera aquí que las instituciones y empresas de la región deben adaptarse
a estos cambios políticos y económicos, siendo capaces de reestructurarse y adoptar nuevas
estrategias para mantenerse relevantes y eficientes. Esta adaptabilidad es crucial para sobrevivir
en un entorno en constante evolución, donde las políticas exteriores y las tendencias globales
pueden tener un impacto significativo en el ámbito local.
La ciencia, la tecnología y la innovación están adquiriendo cada vez más relevancia en la agenda
de política exterior de los gobiernos a nivel mundial. En América Central, se han analizado las
capacidades institucionales en CTI, con el fin de determinar su potencial en materia de diplomacia
científica y de cooperación en general. Sin embargo, existen disparidades institucionales debido
a las asimetrías en desarrollo humano en la región. Se reconoce la necesidad de integrar
adecuadamente la ciencia y la política exterior, promoviendo la participación e incidencia de las
instituciones nacionales a nivel regional e internacional (Padilla, 2013).
En el contexto de influencia de las corrientes transnacionales actuales, el entorno externo
puede dictar las necesidades de competitividad y adaptación empresarial. Las organizaciones
deben, entonces, entender y analizar este entorno para desarrollar estrategias que les permitan
no solo sobrevivir sino también prosperar. Esto implica una comprensión profunda de cómo las
tendencias globales afectan el mercado local y la capacidad de anticipar y responder a estos
cambios. Vinculado a esto, y debido a que la innovación es un componente crítico en el desarrollo
de la CTI en América Central, las organizaciones deben estar atentas a las tendencias emergentes
de innovación, no solo para adoptar tecnologías avanzadas sino también para implementar
soluciones gerenciales innovadoras. Esto incluye la adopción de nuevos modelos de negocio,
prácticas de gestión avanzadas y estrategias de mercado que puedan capitalizar los avances
tecnológicos y científicos (Padilla, 2013)
El marco institucional en Ciencia, Tecnología e Innovación (CTI) en la región
centroamericana
Tal como se señaló párrafos atrás, durante las décadas de 1960 y 1970, dentro de la región
centroamericana se llevó a cabo una promoción de la participación estatal con el objetivo de
implementar programas para impulsar las industrias nacionales como estrategias de desarrollo
económico mediante el modelo de industrialización por sustitución de importaciones (ISI) o
desarrollo “hacia adentro”.
La orientación política de América Central durante esas décadas tuvo un fuerte componente
cepalino y desarrollista. En este contexto, la ciencia y la tecnología comenzaron a ocupar un
lugar cada vez más prominente en las narrativas del desarrollo en América Central (Guerrero,
2016). Con la llegada de la crisis económica de finales de la década de 1970 y principios de
1980, los países latinoamericanos, en general, cambiaron su enfoque hacia un tipo de desarrollo
caracterizado por una vinculación “hacia afuera”, donde una lógica neo-aperturista apostó por
otro estilo de crecimiento basado en las exportaciones. Esto implicó una reformulación sustantiva
del patrón de intervención estatal, con el predominio de una fuerte conexión entre las élites
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nacionales e internacionales, así como con las empresas transnacionales.
A partir de la implementación de este estilo de desarrollo, las políticas científicas y tecnológicas
en América Central fueron promovidas cada vez más por organismos internacionales, enfocándose
en la apertura al mercado internacional y la asociación con capitales extranjeros. Como resultado
de lo anterior, se produjo una transformación de los intereses científicos y tecnológicos, así
como de las instituciones públicas y de las universidades estatales. Las políticas científicas
se homogeneizaron y adoptaron un enfoque de innovación, creando fondos de incentivos y
generando una tendencia guiada por la economía de la innovación, que ha relegado aspectos
sociales del desarrollo científico y tecnológico, conllevando a una comprensión limitada de la
innovación (Albornoz, 2013, Guerrero, 2016)
Comprender las estructuras de implementación y caracterizar históricamente las políticas
científicas en América Central, permite distinguir dos modos de producción de conocimiento.
El primero modo es el tradicional y jerárquico, en el cual los científicos definen y resuelven
problemas, y el segundo, más orientado por intereses sociales y económicos, y caracterizado
por la interdisciplinariedad y la heterogeneidad. Esto ha estimulado la generación de instituciones
encargadas de producir conocimiento fuera de los espacios tradicionales, generando entornos
científicos más complejos e interconectados (Viales-Hurtado et al., 2021, Jarquín-Solís & Mauduit,
2021, Viales-Hurtado et al., 2022). Este segundo modo, permite replantearse y proponer nuevas
formas de hacer política en CTI para la región, buscando estilos de innovación más equitativos.
Tal como ha afirmado Albornoz (2013) la posibilidad de alcanzar una mayor equidad social a
través de la dinámica de la innovación requiere la exploración de nuevos desarrollos teóricos y
enfoques conceptuales.
Las estructuras de implementación que han caracterizado las políticas científicas son
determinadas por condicionantes históricas. En el caso de América Central, las transiciones
hacia la democracia luego de los conflictos armados en la región de la década de 1980
plantearon desafíos a las élites políticas y económicas, ya que debieron superar un pasado
bélico e insertarse en un mundo globalizado a través de la estabilización democrática, marcada
por procesos de democratización diversos (Viales & Cortés, 2018). Insertos ya en el modelo de
liberalización económica, se promovió la creación de nuevos arreglos institucionales centrados
en la producción de conocimiento científico y tecnológico y en la concepción de una economía
basada en el conocimiento y la innovación que priorizó en el enfoque económico del desarrollo
(Viales-Hurtado et al., 2021, Viales-Hurtado et al., 2022)
De esta manera, la institucionalización de los llamados sistemas nacionales de ciencia y
tecnología en los países centroamericanos hasta 1990, fue estimulada mediante la promulgación
de una serie de regulaciones que sentaron las bases para la organización y planificación del
sector. Esto llevó a una reconfiguración de las estructuras institucionales existentes, generando
una transición política y estatal en la región mediante la creación de nuevos ministerios y entidades
gubernamentales encargados de la planificación en el campo de la ciencia y la tecnología. Se
establecieron regulaciones para reestructurar este sector y promover áreas estratégicas, formular
políticas nacionales, modernizar diversos sectores productivos, difundir y promover la ciencia y
la tecnología, así como potenciar espacios para la integración regional en este ámbito (Viales-
Hurtado, 2021)
Esta construcción de los sistemas nacionales de CTI se materializó mediante tres niveles
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de articulación, establecidos para la creación de organismos complementarios con funciones
específicas de apoyo a la gestión. El primer nivel estuvo encargado de la planificación de políticas
y estuvo constituido por un Consejo Nacional presidido por el ministro correspondiente o, por
un funcionario designado. El segundo nivel estaba compuesto por los programas que fueron
establecidos por dichas políticas científicas. El tercer nivel, era encargado de la ejecución, y se
conformó por otras instituciones adheridas al sistema, tales como centros de investigación y
organizaciones no gubernamentales encargadas de llevar a cabo la actividad de investigación y
desarrollo (I+D) (Viales-Hurtado, 2021)
En el caso de Costa Rica, por ejemplo, la Ley de Promoción del Desarrollo Científico y Tecnológico
(Ley 7169, del 26 de junio de 1990) tuvo como objetivo primordial apoyar la transformación y
modernización de los programas en el sector productivo. Esto resultó en el respaldo estatal a las
empresas dedicadas a la I+D, tanto para aumentar su competitividad en los mercados nacionales
e internacionales como para fomentar la creación de nuevas empresas basadas en tecnología
(Viales-Hurtado et al., 2021). De la misma manera, otros gobiernos de América Central mostraron
disposición para llevar a cabo reformas en el campo de la CTI.
Sin embargo, no todos lograron establecer completamente un sistema formal consolidado. En
los casos particulares de Honduras, Nicaragua y Panamá, se optó por emitir decretos ejecutivos y
sus marcos institucionales no se completaron hasta bien entrado el nuevo milenio. En Honduras,
por ejemplo, se estableció el Consejo Hondureño de Ciencia y Tecnología (COHCIT) en 1992 que
funcionó como el organismo rector en el ámbito del desarrollo científico y tecnológico, mientras
que Nicaragua creó en 1995 el Consejo Nicaragüense de Ciencia y Tecnología (CONICYT) y
en Panamá se creó en 1997 la Secretaría Nacional de Ciencia y Tecnología (SENACYT). En lo
relativo a la creación de instituciones dedicadas a la ciencia y la tecnología, Costa Rica es el
único país que cuenta con un Ministerio de Ciencia y Tecnología, mientras que El Salvador tiene
un Viceministerio de Ciencia y Tecnología dentro del Ministerio de Educación. Se observan, a la
vez, diferencias en la creación y el enfoque llevado a cabo por estas instituciones en diferentes
momentos históricos.
Así, la evolución de los consejos científicos en la región ha llevado a la existencia de una
estructura compleja, donde algunas entidades fueron reemplazadas o transformadas en las
décadas siguientes. Estos consejos científicos son responsables de la CTI en cada país, y su
estructura y funciones varían en cada caso (Jarquín-Solís & Mauduit, 2021, Viales-Hurtado et
al., 2021, Viales-Hurtado et al., 2022). La mayoría de los consejos científicos en los países
del Sistema de la Integración Centroamericana (SICA) fueron creados en la década de 1990, a
excepción de Costa Rica, que estableció su Consejo Nacional para la Investigación Científica y
Tecnológica (CONICIT) en 1972, pero con una concepción muy centrada en el fomento de las
ciencias naturales sin considerar la relación con otras ciencias.
Jarquín-Solís y Mauduit (2021) destacan dos ejemplos de enfoque de doble dirección en los
sistemas de CTI de algunos países. Guatemala cuenta con el Consejo Nacional de Ciencia y
Tecnología (CONACYT) en 1992, encargado de formular políticas de CTI, y la Secretaría Nacional
de Ciencia y Tecnología (SENACYT), responsable de la ejecución y aplicación de las decisiones
políticas. En El Salvador, se creó el Viceministerio de Ciencia y Tecnología y el Consejo Nacional
de Ciencia y Tecnología (CONACYT) con roles específicos relacionados con las políticas de
tecnología de la información y la comunicación en la educación. Costa Rica tiene una estructura
similar con el Ministerio de Ciencia, Tecnología y Telecomunicaciones (MICITT) y el CONICIT.
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En este país, más recientemente, se creó en 2021 la Promotora Costarricense de Innovación e
Investigación, (Ley 9971) que sustituyó al CONICT y la Agencia Espacial Costarricense (AEC) (Ley
9960), ambas con un enfoque de economía de la innovación y empresarial y la AEC como un ente
público no estatal.
En cuanto a las academias nacionales, Costa Rica, Guatemala, Honduras y Nicaragua cuentan
con academias oficiales que desempeñan un papel importante en los ecosistemas de CTI. El
financiamiento de estas academias varía según el país. Costa Rica y Honduras, por ejemplo,
reciben fondos públicos directamente de instituciones gubernamentales, mientras que en
Guatemala la academia fue creada por una universidad pública y en Nicaragua es una asociación
civil sin fines de lucro. En términos generales, el balance histórico de los procesos de construcción
de los sistemas nacionales de ciencia, tecnología e innovación destacan que, mientras que Costa
Rica y Guatemala han logrado consolidar sus sistemas debido principalmente a la continuidad de
sus instituciones, otros países de la región aún se encuentran definiendo ciertos aspectos de su
estructura institucional (Jarquín-Solís y Mauduit, 2021)
Balance general de la inversión en Investigación y Desarrollo (I+D) en la región
centroamericana
La inversión en Investigación y Desarrollo (I+D) ha emergido como un pilar fundamental para el
crecimiento sostenible y la productividad en la región. A lo largo de las décadas, ha habido un
reconocimiento creciente por parte de los gobiernos, la academia y el sector privado sobre su
importancia central como motores del crecimiento a largo plazo. Sin embargo, a pesar de este
reconocimiento y de los avances en el marco institucional y el fortalecimiento de las capacidades de
los actores nacionales, subsisten debilidades significativas que se traducen en una baja actividad
innovadora en comparación con lo que se observa en economías pequeñas desarrolladas e
incluso en otros países latinoamericanos (Padilla Pérez, 2013)
La I+D de la región es una de las más bajas de América Latina. A pesar de las diferencias en
las estadísticas disponibles, el gasto entre 1990 y 2007, nunca superó el 1% del Producto Interno
Bruto (PIB) regional. Los mejores indicadores en ese aspecto se registraron en los años 2000,
2014 y 2017, cuando la inversión total alcanzó un 0,83% del PIB regional (Viales-Hurtado, Sáenz
y Garita, 2022). Se observa, también, una disparidad en los presupuestos destinados a la CTI
entre los propios países de la región. Mientras que instituciones como la SENACYT de Guatemala
y el CONICYT de Nicaragua disponen de presupuestos anuales muy reducidos, Costa Rica, por
ejemplo, ha asignado sumas mucho más significativas para impulsar la CTI.
En este sentido, es esencial destacar que la CTI es un elemento central para un cambio estructural
que conduzca a un mayor desarrollo económico y social. Este cambio estructural, caracterizado
por un tránsito hacia actividades y sectores más intensivos en conocimientos tecnológicos y
un mayor dinamismo de la productividad, permitiría a las economías centroamericanas crecer a
tasas más elevadas y sostenibles (Padilla, 2013)
Otro aspecto crucial por considerar es que la mayor parte de la inversión en CTI en América
Central ha sido financiada y ejecutada por universidades, en su mayoría públicas, y por instituciones
estatales. En años recientes, ha habido un esfuerzo por crear programas de CTI orientados a
cultivar capacidades en actores nacionales y a fortalecer las relaciones regionales. Inicialmente,
el enfoque estuvo en fortalecer la infraestructura para la formación de recursos humanos. Sin
embargo, con el tiempo, se incorporaron preocupaciones relacionadas con la necesidad de
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articular la producción de conocimientos con el desarrollo de nuevas tecnologías que condujeran
a procesos innovadores y al crecimiento de los sectores productivos (Guerrero, 2020). Como
se señaló anteriormente, a lo largo de la última década la inversión en CTI muestra tendencias
variadas en los países de América Central.
Según datos del Banco Mundial, se observan diferencias notables en la inversión en CTI
como porcentaje del Producto Interno Bruto (PIB) entre los países de la región. Costa Rica, por
ejemplo, ha mostrado una inversión constante en CTI, reflejando su compromiso con el desarrollo
tecnológico y la innovación. Por otro lado, países como Honduras y Nicaragua han tenido
inversiones más fluctuantes, reflejando desafíos económicos y políticos. Los datos recopilados
por el Banco Mundial, proporcionan una visión detallada sobre el gasto en CTI en América
Latina, y al analizarlo, se puede discernir la posición de América Central en este panorama.
De esta manera, el gasto en Investigación y Desarrollo (I+D) como porcentaje del PIB es un
indicador crucial que refleja la inversión de un país en actividades de innovación tecnológica.
Estas inversiones, a menudo impulsadas por los gobiernos, son fundamentales para promover el
crecimiento industrial y mejorar el nivel de vida de la población (Banco Mundial, 2023)
Dentro de los indicadores relevantes presentados por el Banco Mundial, los artículos de
publicaciones científicas y técnicas destacan como un reflejo de la actividad investigadora y
la producción de conocimiento en un país o región (Banco Mundial, 2023). Por otro lado, las
exportaciones de alta tecnología indican la capacidad de un país para producir y exportar bienes
de alta tecnología, lo que puede ser un reflejo de su capacidad innovadora y su posición en
la economía global. Además, las regalías y derechos de licencia pueden ser indicativos de la
capacidad de un país para monetizar sus innovaciones y proteger sus derechos de propiedad
intelectual, mientras que las patentes son un indicador directo de la actividad innovadora (Banco
Mundial, 2023).
La importancia de la CTI en políticas públicas es innegable. Las políticas que promueven la
I+D pueden conducir a avances tecnológicos que, a su vez, pueden impulsar el crecimiento
económico, crear empleos y mejorar la calidad de vida. Además, la inversión en CTI puede ayudar
a los países a abordar desafíos globales, como el cambio climático, la salud pública y la seguridad
alimentaria. Por lo tanto, para América Central, es vital aumentar la inversión en CTI y adoptar
políticas que fomenten la innovación y la investigación. Estas inversiones no solo impulsarán el
crecimiento económico, sino que también ayudarán a la región a enfrentar desafíos globales y
mejorar la calidad de vida de sus ciudadanos. Es imperativo que las políticas públicas y científicas
se diseñen teniendo en cuenta estos indicadores y variables, asegurando que la región esté bien
posicionada para el futuro en el ámbito global de la CTI.
Para concluir este análisis, la I+D ha sido identificada como una fuerza motriz esencial para
el desarrollo sostenible y la productividad en América Central. A pesar de los avances en la
institucionalidad y el fortalecimiento de las capacidades nacionales, la región aún enfrenta desafíos
significativos en comparación con otras economías desarrolladas y latinoamericanas. A pesar de
la creciente conciencia de la importancia de la CTI, la inversión en la región centroamericana
sigue siendo una de las más bajas de América Latina. La inversión en I+D rara vez ha superado
el 1% del PIB regional, lo que indica una falta de compromiso financiero con la innovación.
Existe una notable disparidad en la inversión en I+D entre los países de América Central.
Costa Rica lidera la región en términos de inversión, mientras que países como Guatemala y
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Nicaragua tienen presupuestos significativamente más bajos. Esta disparidad refleja las diferentes
prioridades y capacidades de los países en la región.
La mayoría de la inversión en I+D en América Central ha sido financiada por universidades,
principalmente públicas, y por instituciones estatales. Aunque ha habido esfuerzos recientes para
fortalecer las capacidades nacionales y las relaciones regionales, aún queda mucho por hacer
para alinear la producción de conocimientos con el desarrollo tecnológico y la innovación. Tal
como se evidencia, Costa Rica se destaca como líder en la región en términos de inversión en
I+D y exportación de productos de alta tecnología. Sin embargo, a pesar de su liderazgo regional,
aún se encuentra por detrás del promedio latinoamericano. Honduras y Nicaragua han mostrado
inversiones fluctuantes, reflejando desafíos económicos y políticos internos.
El Salvador ha mostrado signos prometedores de crecimiento en la inversión en capital humano
especializado en I+D, lo cual sugiere un esfuerzo por fortalecer su capacidad de innovación.
Guatemala, a pesar de un aumento inicial en la inversión en I+D, ha enfrentado desafíos
para mantener y aumentar su base de investigadores. Panamá, aunque comenzó con cifras
prometedoras, ha experimentado fluctuaciones significativas en su inversión, lo que podría indicar
cambios en las prioridades de inversión o desafíos en la formación y retención de investigadores.
Finalmente, los indicadores presentados por el Banco Mundial (Banco Mundial, 2023), como
las solicitudes de patentes y los cargos por el uso de propiedad intelectual, reflejan la capacidad
de un país para innovar y su posición en la economía global. Aunque algunos países de América
Central han mostrado avances en ciertos indicadores, la región en su conjunto aún se encuentra
por detrás del promedio latinoamericano. La inversión en I+D es esencial para abordar desafíos
globales y mejorar la calidad de vida. Para América Central, es crucial aumentar esta inversión y
adoptar políticas que fomenten la innovación. Así, mientras que América Central ha reconocido
la importancia de la CTI para el desarrollo sostenible, la inversión en I+D sigue siendo insuficiente
en comparación con otras regiones. Por lo que es esencial que los países de la región adopten
políticas que fomenten la innovación y la investigación para asegurar un crecimiento sostenible a
largo plazo.
Innovación y liderazgo estratégico en Centroamérica: un análisis de las tendencias
actuales y el impacto en la transformación regional
La dinámica entre organizaciones (públicas y privadas) y su vínculo con el entorno es fundamental
para fomentar la competitividad y adaptación. Sin embargo, en la región SICA esta relación se ve
profundamente afectada por varios factores críticos que influyen en la eficacia y eficiencia de las
políticas y estrategias de CTI para posibilitar estos vínculos.
En primera instancia, un informe publicado por la CEPAL (Padilla, 2013) señala que las
organizaciones públicas encargadas de la formulación y ejecución de políticas de CTI, a menudo
se encuentran limitadas por la escasez de recursos financieros y humanos. Esta falta de recursos
no solo limita su capacidad operativa, sino que también restringe su habilidad para implementar y
evaluar políticas e iniciativas de manera efectiva. Este desafío se agrava por la falta de continuidad
en las políticas públicas debido a la ausencia de consensos sólidos entre los sectores público y
privado, lo que hace que estas políticas sean susceptibles a cambios con cada nuevo gobierno,
es decir, que están sometidas a ciclos electorales. Según dicho informe, esta inestabilidad política
y la falta de una visión a largo plazo son obstáculos significativos para la creación de un entorno
propicio para la CTI (Padilla, 2013)
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La CEPAL señala que, en países como Honduras y Nicaragua, la dependencia del apoyo
internacional es notablemente alta. Esta dependencia plantea serias preguntas sobre la
sostenibilidad a largo plazo de las iniciativas de CTI, ya que las actividades operativas de los
organismos públicos en estos países tienden a depender en gran medida de la cooperación
internacional. Además de esto, la falta de coordinación efectiva entre las distintas instancias
gubernamentales a menudo conduce a la duplicidad de programas y esfuerzos, resultando en un
uso ineficiente de los ya limitados recursos disponibles (Padilla, 2013)
La relación entre los sectores público y privado es fundamental para el desarrollo de un
entorno que favorezca la competitividad y la adaptación empresarial. Sin embargo, esta relación
a menudo se ve obstaculizada por la falta de diálogo y cooperación efectiva, lo que impide la
creación de sinergias entre estos sectores. Por lo tanto, para mejorar la competitividad y la
adaptación empresarial en América Central, es esencial fomentar una colaboración más estrecha
y constructiva entre los sectores público y privado, lo que a su vez requerirá un cambio significativo
tanto en la mentalidad como en las prácticas actualmente existentes.
La competencia y la capacidad de adaptación de las empresas en la región están directamente
influenciadas por estos desafíos. Las organizaciones, por lo tanto, deben maniobrar en un
entorno donde las políticas de CTI son inestables y los recursos son limitados. Esto requiere
no solo resiliencia empresarial, sino también una estrategia coordinada que involucre a todos
los actores relevantes del ecosistema de CTI. La colaboración, la planificación a largo plazo y el
diálogo constructivo entre los sectores público y privado son cruciales para superar los desafíos
existentes y aprovechar al máximo las oportunidades disponibles en América Central (Padilla,
2013)
Por otro lado, si se hace referencia a las tendencias de innovación en Centroamérica y sus
aplicaciones y soluciones gerenciales, se revela un panorama diverso y desafiante. A pesar de los
esfuerzos significativos para impulsar la CTI, varios factores limitan la capacidad de innovación y
la aplicación de soluciones gerenciales efectivas en las organizaciones empresariales de la región.
Un aspecto crítico que afecta la dinámica de innovación en Centroamérica, según el informe
de la CEPAL (Padilla, 2013), es la baja capacidad de inversión de las empresas locales en
innovación. Esta limitación se debe en parte a la falta de respaldo del sector financiero, lo que
dificulta aún más el desarrollo de proyectos innovadores. La banca comercial, aunque ofrece
créditos, generalmente lo hace a tasas altas, lo que representa una barrera adicional para las
pequeñas y medianas empresas que buscan invertir en innovación. Este escenario plantea un
desafío significativo para el crecimiento y la competitividad de las empresas en la región.
La cooperación internacional, que se ha señala como un factor característico y determinante
en el contexto histórico de las políticas CTI actuales en la región, ha desempeñado un papel
central específico en el financiamiento de actividades científicas y tecnológicas, especialmente en
universidades y centros de investigación. Esta dependencia del apoyo internacional, aunque ha
sido beneficiosa en muchos aspectos, también sugiere una falta de inversión y esfuerzos locales.
Esta situación destaca la necesidad de una mayor inversión local y esfuerzos coordinados para
fomentar la innovación y la competitividad en las organizaciones empresariales de Centroamérica
(Padilla, 2013)
En términos de aplicaciones y soluciones gerenciales, las organizaciones centroamericanas
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enfrentan el reto de adaptar e implementar prácticas innovadoras en un entorno económico y
tecnológico en constante cambio. La adopción de nuevas tecnologías y la integración de procesos
innovadores requieren no solo recursos financieros, sino también una gestión estratégica y una
planificación a largo plazo. Las empresas deben ser capaces de identificar oportunidades de
innovación, gestionar el riesgo asociado con la inversión en nuevas tecnologías y desarrollar un
entorno que fomente la creatividad y la experimentación.
Las variables tecnológicas e innovadoras están en una etapa crítica de desarrollo, con avances
significativos y desafíos persistentes que definen el panorama actual CTI en la región. A lo largo
de la última década, ha habido un creciente reconocimiento por parte de los gobiernos, la
academia y el sector privado de la importancia fundamental de la CTI como motor de crecimiento
incluyente y de largo plazo. Este reconocimiento también se enfrenta a una serie de desafíos
notables. Además de la insuficiencia de inversión de recursos, a una vinculación limitada entre
los actores clave del sistema de innovación. Estas debilidades se reflejan en una actividad
innovadora relativamente baja y un incremento insuficiente de la productividad en comparación
con otras economías pequeñas desarrolladas y algunos países latinoamericanos más avanzados
en el ámbito de la CTI.
La colaboración entre las universidades y las empresas, aunque presente, tiende a centrarse
más en el ámbito de la capacitación y las pasantías profesionales que en proyectos conjuntos
de I+D o en la implementación de tecnologías avanzadas. Esta limitación en la colaboración
representa una oportunidad perdida para impulsar la innovación a través de una mayor sinergia
entre el conocimiento académico y las necesidades prácticas del sector empresarial. Además,
el sector financiero local no respalda adecuadamente la inversión en innovación, lo que plantea
un desafío adicional para las empresas, especialmente para las pequeñas y medianas empresas,
que buscan invertir en tecnologías y procesos innovadores. En este contexto, la integración
regional se presenta como una oportunidad estratégica para unir esfuerzos en CTI.
Esta integración puede aprovechar economías de escala, buscar complementariedades y
beneficiarse de externalidades intrarregionales, lo que es particularmente importante en países
pequeños y en desarrollo como los de Centroamérica. La construcción de capacidades locales,
complementada por la integración regional, es esencial para obtener mayores beneficios del
proceso de integración y para hacer un aporte real a dicho proceso. Las políticas públicas
desempeñan un papel clave en el fortalecimiento de la integración, y es necesario evaluar el
impacto y la eficiencia de estas políticas para determinar su diseño óptimo.
Además, las empresas en la región deben abordar la necesidad de formar y retener talento
capaz de impulsar la innovación. Esto implica no solo la contratación de personal calificado,
sino también la inversión en su desarrollo y formación continua. La gestión del conocimiento y
la promoción de una cultura organizacional que valore la innovación y la mejora continua son
aspectos fundamentales para el éxito de cualquier estrategia de innovación.
Los esfuerzos de la Secretaría General del Sistema de Integración Centroamericana (SG-SICA,
2022) en los últimos años en temas vinculantes a CTI, se destacan aspectos como el estado de
la innovación en los países miembros de la región. En lo que respecta a la interrogante, sobre
si Centroamérica pudiera ser considerada una región avanzada en innovación, es importante
resaltar sus avances más significativos. Iniciativas como la creación de un centro de innovaciones
por el Banco Centroamericano de Integración, respaldadas por la Secretaría, son fundamentales
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para impulsar la cooperación científica y una mayor integración y creación de redes con regiones
tecnológicamente avanzadas como Estados Unidos y la Unión Europea (SG-SICA, 2022)
Los informes (SG-SICA, 2022) señalan que las universidades de Centroamérica están mejorando
su posición en los rankings internacionales, lo que podría sugerir un avance hacia una región más
innovadora. No obstante, se considera que la región aún enfrenta desafíos importantes, como la
modernización de infraestructuras y la creación de laboratorios de investigación que funcionen
de manera continua y una gestión regional de las patentes científicas.
Esto indica que, aunque se ha progresado, queda mucho camino por recorrer para consolidar
a Centroamérica como una región líder en innovación. En este sentido, los países miembros del
SICA han implementado estrategias de ciencia e innovación con resultados mixtos y dispares entre
los países. Sin embargo, se enfrentan a retos considerables generales que limitan su capacidad
para reformular políticas que alcancen objetivos socioeconómicos, ambientales y culturales (SG-
SICA, 2022)
Entre estos desafíos, aparece como especialmente preocupante la limitada inversión en
investigación, la falta de oportunidades para el desarrollo de habilidades y la infraestructura
innovadora insuficiente. Esto se refleja, como se vio páginas atrás, en los bajos niveles de inversión
en CTI en la región, que apenas alcanzan el 0.13% del PIB. Además, estos desafíos se extienden
a la institucionalidad regional centrada en CTI, que avanza lentamente en articular intereses
regionales e implementar acciones efectivas en los países miembros del SICA (2022)
Aunque hay progresos notables, se percibe que la región todavía enfrenta importantes desafíos
en términos de modernización de infraestructuras y la creación de laboratorios de investigación
operativos permanentemente. Por lo tanto, es fundamental seguir trabajando para superar estos
obstáculos y lograr que Centroamérica se posicione como una región líder en innovación. Se
considera que Centroamérica está empezando a entender la importancia crucial de la tecnología
y la innovación para su desarrollo futuro.
La creación de centros de innovación y tecnología, así como el enfoque en ciencias emergentes
y sistemas de innovación abierta (vinculado con los datos abiertos), son pasos fundamentales
hacia el aprovechamiento de las nuevas tecnologías de la información y la tecnología como
recursos vitales en el mundo moderno (SG-SICA, 2022)
En este contexto, se debe destacar que la región ha visto la instauración de un Centro
Regional de Prospectiva e Inteligencia Competitiva, el cual ha logrado avances significativos en
la exploración detallada de oportunidades que brinda la convergencia tecnológica. El uso de
sistemas de apoyo a las decisiones, el análisis de big data, las simulaciones, y los sistemas de
inteligencia colectiva, así como los índices y sistemas participativos de gobernanza electrónica,
son indicativos de un progreso notable que son impulsados por los organismos regionales.
Esta estrecha relación entre la educación de alto nivel y el desarrollo de tecnologías emergentes,
junto con la adopción de sistemas de ciencia e innovación abierta, facilita efectivamente la
cooperación interna entre los países de Centroamérica y mejora la articulación con potencias
globales. De la misma manera, también se presentan desafíos significativos, como el posible
aumento del desempleo si no se adoptan medidas adecuadas.
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Respecto a las tendencias de innovación en una región centroamericana cada vez más
asimétrica, se observa un crecimiento y desarrollo dispar entre los países miembros del SICA.
Mientras algunos avanzan en la formación de talento humano y la cooperación en tecnologías
emergentes, otros enfrentan brechas significativas en acceso y desarrollo. Esto podría llevar a
incrementar la asimetría regional, afectando la integración y cooperación general. La respuesta
a estos desafíos incluye fortalecer la cooperación regional y la articulación con países líderes en
innovación, pero también requiere un enfoque en reducir las desigualdades internas y mejorar la
resiliencia frente a las condiciones socioeconómicas (SG-SICA, 2022)
Para finalizar este análisis, es importante incluir los resultados más importantes de un
estudio titulado “Panorama de la innovación en México y Centroamérica 2023”, publicado por
la organización global KPMG (2023). Este estudio aporta una perspectiva enriquecedora al
contexto de innovación en Centroamérica, resaltando tendencias y estrategias gerenciales clave,
proporcionando una visión amplia de cómo las organizaciones en la región están abordando la
innovación y las tecnologías emergentes.
En primera instancia, manifiesta una creciente importancia de las tecnologías emergentes,
particularmente las de Data analytics (Análisis de datos) y la inteligencia artificial analítica en
el desarrollo empresarial de la región centroamericana. Estas tecnologías no solo representan
avances tecnológicos significativos, sino que también son catalizadores de una transformación
estratégica y operativa en las empresas.
La analítica de datos se ha consolidado como una herramienta esencial para las empresas
en la región, con la adopción de un 77% en Centroamérica, reconociendo su impacto crucial
en el futuro cercano. Esta tendencia evidencia un enfoque estratégico hacia el aprovechamiento
de los datos para tomar decisiones informadas, personalizar los servicios y explorar nuevas
oportunidades de mercado. La capacidad de analizar y utilizar los datos de manera efectiva se
está convirtiendo en un diferenciador competitivo clave en un mercado cada vez más orientado
hacia la información (KPMG, 2023)
En paralelo, la inteligencia artificial analítica, estrechamente ligada al análisis de datos, se
destaca también como una tecnología crítica, con un 51% de adopción entre las empresas
centroamericanas encuestadas, destacando su gran relevancia. Esta tecnología no solo optimiza
el análisis de datos, sino que también facilita la automatización de procesos, mejora la experiencia
del cliente y respalda el desarrollo de nuevos productos y servicios.
La IA analítica está emergiendo como una herramienta esencial para el análisis predictivo, la
optimización de las operaciones y una toma de decisiones basada en perspectivas profundas y
aplicables. La adopción de estas tecnologías en Centroamérica está redefiniendo el panorama
de innovación. No se trata solo de impulsar la toma de decisiones basada en datos o la eficiencia
operativa, sino de reorientar las estrategias empresariales hacia un enfoque más ágil y proyectado
hacia el futuro. Su influencia abarca numerosas áreas de negocio, desde marketing y ventas
hasta gestión de la cadena de suministro y experiencia del cliente, convirtiéndolas en elementos
fundamentales para las empresas que buscan mantenerse competitivas y adaptativas en un
entorno empresarial en constante evolución y lleno de desafíos (KPMG, 2023)
El informe de KPMG igualmente revela importantes retos y avances en la cultura de innovación
en la región centroamericana, destacando tanto los desafíos existentes como el progreso en
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la adopción de prácticas innovadoras. Este análisis pone de relieve la complejidad del entorno
empresarial actual y la necesidad de una cultura de innovación robusta y efectiva. Uno de los
principales desafíos identificados a través del presente ensayo, es precisamente un presupuesto
insuficiente para la innovación.
En este sentido, las empresas de la región a menudo enfrentan limitaciones financieras que
restringen su capacidad para invertir en nuevas tecnologías y procesos innovadores. Esta
limitación presupuestaria es crucial, ya que afecta negativamente no solo el desarrollo de proyectos
innovadores, sino también la capacidad de atraer y retener talento especializado en áreas clave. A
pesar de estos desafíos financieros, se ha observado un progreso notable en la adopción de una
cultura de innovación adecuada. Las organizaciones están empezando a reconocer la importancia
de la innovación como un componente clave de su estrategia y operaciones, reflejándose en un
cambio hacia la valoración de la creatividad, el fomento del pensamiento crítico y el apoyo a un
ambiente que promueva la experimentación y el aprendizaje continuo (KPMG, 2023)
Para que la cultura de innovación se arraigue efectivamente, es necesario un cambio de
mentalidad a nivel de liderazgo y en toda la organización. Este cambio implica pasar de una actitud
reactiva a una proactiva con respecto a la innovación, promoviendo activamente la búsqueda de
nuevas ideas y respaldando la toma de riesgos calculados. El compromiso y la participación de la
alta dirección son fundamentales para establecer la innovación como una prioridad estratégica en
toda la empresa. Además, la colaboración interna y externa juega un papel vital en el fomento de
la innovación. Las alianzas con universidades, centros de investigación y otras empresas pueden
ofrecer nuevas perspectivas y recursos que enriquecen el proceso innovador. Internamente, es
esencial fomentar un ambiente colaborativo que permita la comunicación y el intercambio de
ideas entre diferentes departamentos y niveles jerárquicos para generar una cultura de innovación
sólida (KPMG, 2023)
Igualmente, cabe resaltar la importancia del liderazgo y la responsabilidad en los proyectos de
innovación, subrayando que el éxito de estas iniciativas en la región centroamericana depende en
gran medida de cómo las organizaciones aborden estas dos áreas clave. La participación activa y
el compromiso de la alta dirección son fundamentales para el éxito de los proyectos de innovación.
Esta implicación directa de los líderes de nivel superior asegura que las iniciativas de innovación
reciban la atención, los recursos y el apoyo necesarios para su desarrollo y prosperidad.
En la región, se observa que los ejecutivos de nivel C están asumiendo un papel activo en la
conducción de proyectos de innovación, marcando un cambio hacia una gestión más integrada
y estratégica de la innovación, en la que esta se considera una prioridad central del negocio y no
una tarea aislada. Cuando los proyectos de innovación son impulsados desde la alta dirección, se
alinean más estrechamente con los objetivos estratégicos generales de la empresa. Esto facilita
la integración de la innovación en todas las áreas de la organización y promueve un enfoque
holístico y coherente.
Los líderes de alto nivel pueden influir significativamente en la cultura organizacional, fomentando
un entorno que valora y apoya la innovación, lo cual es crucial para superar la resistencia al cambio
y promover una mentalidad abierta a nuevas ideas y enfoques. Sin embargo, la implementación
de esta visión de liderazgo en la innovación no está exenta de desafíos. Las organizaciones
enfrentan dificultades en alinear los proyectos de innovación con la estrategia empresarial global,
asignar adecuadamente los recursos y gestionar el cambio organizacional necesario para adoptar
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nuevas tecnologías y procesos. La manera en que los líderes abordan estos desafíos determina
en gran medida el éxito o fracaso de los esfuerzos de innovación (KPMG, 2023)
Por otro lado, las empresas en la región están enfocándose actualmente en mejorar la
satisfacción del cliente y la productividad a través de la innovación. Este enfoque responde a la
necesidad de adaptarse a un entorno empresarial competitivo y en constante evolución, donde
entender y satisfacer las necesidades del cliente se ha vuelto crucial para el éxito empresarial. La
satisfacción del cliente se ha convertido en una prioridad para las empresas en Centroamérica.
La innovación en productos, servicios y experiencias del cliente está siendo impulsada por un
análisis profundo de las necesidades y expectativas de los clientes. Utilizando las tecnologías
emergentes, las empresas están personalizando sus ofertas y mejorando la experiencia del
cliente para fortalecer la lealtad y la retención. Este enfoque centrado en el cliente permite a
las empresas diferenciarse en mercados saturados y responder de manera más efectiva a las
tendencias cambiantes del mercado. Además, la productividad es un enfoque clave, donde la
innovación en procesos y tecnologías está permitiendo a las empresas ser más eficientes y ágiles.
La adopción de soluciones tecnológicas como la automatización y la inteligencia artificial
está transformando los procesos de negocio, reduciendo los costos operativos y mejorando
la eficiencia del trabajo. Esta innovación en la gestión de procesos y la adopción de nuevas
tecnologías permiten a las empresas adaptarse rápidamente a los cambios del mercado y mejorar
su competitividad (KPMG, 2023)
Este enfoque en la satisfacción del cliente y la productividad está llevando a un cambio en la
estrategia empresarial en la región. Las empresas están rediseñando sus modelos de negocio
y estrategias operativas para incorporar la innovación como un componente fundamental.
Este cambio estratégico implica no solo la adopción de nuevas tecnologías, sino también una
transformación cultural hacia la mejora continua y la adaptabilidad. Las empresas que integran
exitosamente la innovación en su estrategia y operaciones están mejor posicionadas para
satisfacer las necesidades de los clientes y mantener su competitividad en un mercado dinámico
(KPMG, 2023)
Por último, se debe señalar que este informe aporta una dimensión adicional al análisis de
las tendencias de innovación y las aplicaciones y soluciones gerenciales en Centroamérica. Se
resalta la importancia de la adopción de tecnologías emergentes como la analítica de datos y
la inteligencia artificial, el progreso en la cultura de innovación, el aumento en la inversión en
innovación, la relevancia del liderazgo en la alta dirección para los proyectos de innovación, y el
enfoque en la satisfacción del cliente y la productividad como beneficios clave de la innovación.
Estos elementos son cruciales para entender el panorama actual de innovación en la región y las
estrategias que las empresas están adoptando para mantenerse competitivas y adaptativas.
Navegando los desafíos de la globalización y la (des)globalización en Centroamérica
Como eje temático transversal, se debe resaltar cómo la globalización, impulsada por avances
tecnológicos como la IA y el análisis de datos, redefine el panorama empresarial global. En
este contexto, la era de transformación tecnológica presenta tanto desafíos como oportunidades
para Centroamérica. La integración de estrategias innovadoras es crucial para mantener la
competitividad y relevancia en un mercado global interconectado. La capacidad de analizar y
utilizar datos de manera efectiva se está convirtiendo en un diferenciador competitivo clave, y la
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IA analítica optimiza el análisis de datos y facilita la automatización de procesos.
Esta tendencia evidencia un enfoque estratégico hacia el aprovechamiento de los datos para
tomar decisiones informadas, personalizar los servicios y explorar nuevas oportunidades de
mercado.
La innovación y el liderazgo estratégico en Centroamérica, específicamente en el análisis de
las tendencias actuales y su impacto en la transformación regional, destacan como elementos
cruciales para el desarrollo económico y social en la región. Las políticas CTI han sido moldeadas
por un contexto global y regional en constante cambio, lo cual se refleja en esta investigación. Tal
como se ha señalado, durante las décadas de 1960 y 1970, la región centroamericana se enfocó
en un desarrollo “hacia adentro”, promoviendo la industrialización y el crecimiento económico
interno con el apoyo de instituciones como el Instituto Centroamericano de Investigación y
Tecnología Industrial (ICAITI). Este enfoque inicial, influenciado por el desarrollismo cepalino,
subrayaba la importancia de fortalecer las capacidades científicas y tecnológicas locales para
impulsar la autonomía regional.
En este contexto histórico, la (des)globalización se presenta como una reacción contra la
globalización excesiva, donde los países buscan reducir su dependencia económica externa
y priorizar sus intereses nacionales (Witt, 2019). Así, la desglobalización refleja una pérdida de
apoyo político a la interdependencia económica. Este fenómeno es particularmente relevante
para Centroamérica, donde las políticas de CTI deben ser adaptadas estratégicamente para
enfrentar un entorno global en constante cambio. La desglobalización no solo implica un
cambio en la política económica, sino también una revalorización de las capacidades internas
y regionales. En lugar de depender exclusivamente de las dinámicas globales, la región puede
beneficiarse al fortalecer sus propias estructuras científicas y tecnológicas, promoviendo una
mayor autosuficiencia y resiliencia económica (Witt, 2019)
La crisis económica de la década de 1980 condujo a un cambio hacia políticas neoliberales
orientadas al mercado global, impulsadas por una creciente influencia de organismos
internacionales. Este cambio marcó una nueva etapa en la cual la CTI se convirtió en una
herramienta para mejorar la competitividad y la eficiencia en el mercado global, aunque a menudo
a expensas del desarrollo social.
Esta transición refleja cómo los procesos globales pueden influir en las políticas locales,
alineando los intereses con una liberalización económica más amplia. Sin embargo, de debe
destacar que los cambios en los intereses nacionales pueden llevar a los países a optar por
reducir la interdependencia económica, promoviendo políticas que prioricen la autosuficiencia y
protejan las economías nacionales de las fluctuaciones globales (Witt, 2019)
Centroamérica enfrenta el desafío de equilibrar la necesidad de integrarse en la economía global
con la protección y desarrollo de sus capacidades internas. Las políticas CTI deben ser diseñadas
no solo para mejorar la competitividad global, sino también para fortalecer la resiliencia interna y
la capacidad de innovación regional. Esto requiere una estrategia que combine la inversión en I+D
con la promoción de una cultura de innovación y adaptación, capaz de responder proactivamente
a las tendencias globales.
De esta manera, la innovación, más que un proceso creativo, se convierte en una respuesta
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necesaria a los desafíos del mercado y los avances tecnológicos, subrayando la importancia de un
liderazgo efectivo que promueva la agilidad y la flexibilidad organizacional. En términos generales,
la región ha mostrado dinamismo en sus políticas CTI, pero enfrenta desafíos significativos
relacionados con la adaptación a un contexto global en constante cambio. La innovación, más
que un proceso creativo, es una respuesta necesaria a los desafíos del mercado y los avances
tecnológicos.
La narrativa tradicional de la globalización a menudo pasa por alto la importancia de la
regionalización. Así, en lugar de una verdadera globalización, muchas veces se ha presenciado
una creciente regionalización, donde las economías y mercados regionales se han integrado
de manera más profunda. Este enfoque regional podría ser particularmente beneficioso para
Centroamérica, permitiendo a los países capitalizar sus fortalezas compartidas y mitigar las
debilidades individuales a través de una mayor cooperación e integración regional (O’Neil, 2022)
Conclusiones
Al finalizar este análisis, se debe subrayar, en primera instancia, la importancia vital de la innovación,
la gestión del cambio y la adaptabilidad en el contexto de los desafíos globales, regionales y la
cuarta revolución industrial. Para América Central, esto se traduce en un enfoque estratégico
centrado en fortalecer sus políticas CTI, promover una cultura de innovación y adaptación, y
responder proactivamente a las tendencias globales para asegurar un desarrollo económico y
social sostenible y competitivo.
La gestión del cambio y la innovación en América Central, tal como se revela a través del
análisis de las políticas de ciencia, tecnología e innovación (CTI) y la inversión en I+D, se erigen
como un pilar estratégico indispensable para el éxito y la sostenibilidad organizacional. Esta
región, marcada por un dinamismo particular en sus políticas CTI, resalta la importancia crítica
de adaptarse y evolucionar en un contexto global en constante cambio. La innovación, más que
un mero proceso creativo, se convierte así en una respuesta necesaria a los desafíos impuestos
por las fluctuaciones del mercado y los avances tecnológicos.
En este escenario, el liderazgo efectivo juega un papel crucial, no solo en la gestión de la
resistencia al cambio, sino también en la promoción de un entorno empresarial caracterizado
por la agilidad y la flexibilidad. La incidencia de la cuarta revolución industrial en la región
centroamericana, con su fuerte énfasis en tecnologías como la IA, redefine el panorama empresarial
global. Para América Central, esta era de transformación tecnológica presenta una dualidad de
desafíos y oportunidades.
La globalización, impulsada por estos avances tecnológicos, exige de las empresas una mayor
resiliencia y capacidad de adaptación. Asimismo, la integración de estrategias innovadoras se
convierte en un imperativo para mantener la competitividad y relevancia en un mercado global
crecientemente interconectado.
En el ámbito de la innovación y el gerenciamiento empresarial, las tendencias actuales como
el análisis de datos y la IA están remodelando la gestión empresarial. En el contexto regional, es
esencial mantener una vigilancia tecnológica activa y una perspectiva prospectiva para mantenerse
al día con estas tendencias. Este enfoque permite no solo una toma de decisiones estratégicas
más informada, sino también fomenta el crecimiento sostenible y una responsabilidad social
corporativa más profunda (O’Neil, 2022). Igualmente, la gobernanza efectiva de la innovación es
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clave en este entorno de cambio rápido.
En América Central, esto implica un enfoque integrado que abarca la innovación en la gestión
pública, la ciudadanía digital y conceptos emergentes como los metaversos. Las organizaciones
inteligentes y las empresas unicornio ejemplifican la transformación radical que la innovación
puede provocar en los modelos de negocio y las prácticas organizacionales.
La pandemia de COVID-19 ha servido como un catalizador inesperado para la innovación y la
adaptación organizacional. América Central, al igual que otras regiones, ha enfrentado desafíos
significativos debido a la crisis, pero también ha encontrado en ella oportunidades para reformular
la gestión de la innovación empresarial. La crisis ha acelerado la adopción de nuevas tecnologías
y modelos de negocio, destacando la relevancia de la innovación en tiempos de incertidumbre.
Este enfoque integral hacia la innovación y el liderazgo estratégico es esencial para que las
organizaciones en Centroamérica no solo sobrevivan, sino que prosperen en un mundo cada vez
más interconectado y competitivo. Adaptarse a las tendencias globales, aumentar la inversión
en CTI y promover la colaboración intersectorial y regional son pasos cruciales para fortalecer el
desarrollo económico y social en la región. Esta adaptabilidad y capacidad de respuesta rápida a
las tendencias emergentes posicionan a Centroamérica en una ventaja estratégica, asegurando
su relevancia y competitividad a largo plazo.
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