en este número
artículos
Poder, responsabilidad
y ética pública
p. 9
Acceso a la información pública: El principio es la publicidad y el secreto la excepción
p. 31
Sociedad, organización y poder.
El liderazgo: Una visión
epistemológica predominantemente individualista
p. 99
Las tendencias de la gestión
de la innovación en la
función pública: El caso de Costa Rica
p. 123
Experiencias de incorporación de emprendedurismo en Instituciones de Educación Superior
p. 171
Reforma y modernización
del Estado en Costa Rica 1982-2004: Antecedentes, desarrollo
y perspectivas
p. 183
Gestión pública
para el desarrollo
p. 207
Amalia Bernardini
Reflexiona sobre los fundamentos éticos de la teoría y práctica administrativa pública y su ubicación en la realidad.
Lester Ramírez Irías
Analiza el fenómeno del acceso a la información desde diferentes perspectivas: desarrollo internacional, ordenamientos jurídicos, institucionalización, incidencia en la democracia, etc.
Juan Huaylupo Alcázar
Discierne sobre los implícitos epistemiológicos, teóricos e históricos de la concepción predominante del liderazgo, como expresión del poder.
Juan C. Bermúdez Mora
Discute los resultados de investigación sobre algunas de las tendencias de gestión de la innovación en la función pública de Costa Rica.
Miguel Ángel Guevara Agüero
Oscar Gamboa Calderón
Presenta un primer avance del estudio sobre el tema del emprendedurismo en las Instituciones de Educación Superior a nivel centroamericano, ilustrándolo con el caso del Instituto Tecnológico de Costa Rica.
Justo Aguilar
Evalúa el proceso de Reforma del Estado y la Administración Pública costarricense, durante el período comprendido entre 1982-2004.
Cristina Rojas R.
Analiza los desafíos de la nueva gestión pública para el desarrollo, sugiriendo algunas herramientas de utilidad en este campo.
Continúa…
…viene
Alcances y dilemas
de las transformaciones
de la administración pública
del Estado-Nación
p. 235
cifras
El estado actual de la disciplina
de la Administración Pública
en Centroamérica, Panamá
y República Dominicana
p. 263
documentos
Chile: Probidad, transparencia
y acceso a la información
pública para una gestión de calidad
p. 307
Experiencias de gestión
de calidad en la Administración Pública de República Dominicana
p. 321
Coaching ontológico:
La Gestión Administrativa
de las Sociedades
del Entendimiento y el Conocimiento
p. 327
José G. Vargas Hernández
Analiza los alcances y dilemas de las transformaciones de la Administración Pública del Estado-Nación a partir del modelo patrimonialista, pasando por el burocrático y las reformas de la administración pública, en el marco de la globalización y las tecnologías de la información y la comunicación.
Rethelny Figueroa de Jain
Pamela Chavarría Robles
Sandra Fallas Zeledón
Muestra avances preliminares de la investigación a nivel de la Región Centroamericana, Panamá y República Dominicana, sobre el estado actual de la disciplina de Administración Pública y sus especialidades.
María Alejandra Sepúlveda T.
Expone la Agenda de Transparencia, Probidad, Modernización del Estado y Calidad de la Política, impulsada en Chile, así como la experiencia obtenida hasta el momento de esta materia.
María del Carmen Lugo
Describe la experiencia de República Dominicana a cargo de la Secretaría de Estado de Administración Pública, SEAP, sobre la introducción de la gestión de calidad y el Premio Nacional a la Calidad.
Manuel Enrique Rovira
Aborda desde un enfoque inductivo, la promoción y el desarrollo de la creatividad y la innovación en las organizaciones.
…viene
El papel de la fiscalización
y otras formas de control
en la Gestión del Talento Humano en la Función Pública. El caso de la Dirección General de Servicio Civil de Costa Rica
p. 335
Carta Iberoamericana de Calidad en la Gestión Pública
p. 363
Estudio de valoración económica por la posible afectación
del Proyecto Hidroeléctrico
Toro 3 sobre el Centro Turístico Recreo Verde
p. 389
el icap
en Centroamérica
Premio Especial “Excelencia para la Gestión del Conocimiento Compartido” otorgado al ICAP por Naciones Unidas
p. 419
referencias
p. 423
Lineamientos para los colaboradores de la Revista
Centroamericana de Administración Pública del ICAP
p. 427
Bernal Robles Robles
Estudia el tema del control aplicado a la gestión de recursos humanos, referenciándolo a la experiencia de la Dirección General de Servicio Civil y a las instituciones cubiertas por el régimen de mérito.
CLAD
Incluye los objetivos, principios, deberes y derechos de los ciudadanos para acceder a una gestión pública de calidad.
Dora Carías Vega
Edwin Zamora Bolaños
Documenta los resultados de la investigación concerniente al estudio de impacto ambiental, EsTIA, del Proyecto Hidroeléctrico Toro 3 sobre el Centro Turístico Recreo Verde, aplicando la técnica de experimentos de selección.
ICAP
Premio Especial para los miembros de la Red de Administración Pública de las Naciones Unidas, UNPAN, otorgado al ICAP.
ICAP
Incluye referencias relevantes sobre el tema de esta revista.
ICAP
Instrucciones para los colaboradores de la Revista Centroamericana de Administración Pública que edita el Instituto Centro-americano de Administración Pública, ICAP.
Revista Centroamericana
de Administración Pública
♦ La Revista Centroamericana de Administración Pública es una revista abierta a todas las corrientes del pensamiento administrativo y público que aboga por el desarrollo de la dis-ciplina en Centroamérica.
♦ Esta publicación es editada cada seis meses o bien dos números anuales, por el Instituto Centroamericano de Administración Pública, ICAP, organismo intergubernamental al servicio de la región centroamericana con sede en San José, Costa Rica.
♦ Los artículos que publica son de la exclusiva responsabilidad de sus autores y no tradu-cen necesariamente el pensamiento del ICAP.
♦ La Revista permite la reproducción parcial o total de sus trabajos a condición de que se mencione la fuente.
♦ Esta publicación ha sido impresa en el Departamento de Publicaciones del Instituto Centroamericano de Administración Pública, ICAP, en el mes de febrero del 2009, en San José, Costa Rica.
INSTITUTO CENTROAMERICANO DE ADMINISTRACIÓN PÚBLICA – ICAP
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A partir de la década de los ochenta, el tema de la reforma del Estado se convirtió en un as-pecto central de la agenda mun-dial, surgiendo una nueva ola de carácter económico, orientada hacia el mercado, cuyo resultado preponderante fue una corriente más gerencial de la administra-ción gubernamental. Este movi-miento vino acompañado además, de una oleada de demo-cratización en cuanto a amplitud, extensión geográfica y durabili-dad; de un proceso de liberaliza-ción guiado por la apertura económica, la institucionalización de la Nueva Gestión Pública, NGP, y la integración de la eco-nomía mundial.
La tendencia de transfor-mación de la NGP rearticula las relaciones Estado-Sociedad, ofre- ciendo no solamente la oportuni-dad para la modernización del aparato del Estado, sino también, el fortalecimiento de la misma sociedad y la generación de un crecimiento económico basado en la productividad, competitividad, equidad y sustentabilidad ambien-tal. Consecuentemente, la NGP persigue la creación de una admi- nistración eficiente y eficaz, que
Revista Centroamericana
de Administración Pública
Número 56-57
Enero-Diciembre 2009
♦ Director
Hugo Zelaya Cálix
♦ Editora
Rethelny Figueroa de Jain
♦ Comité Editorial
Rethelny Figueroa de Jain
Coordinadora Técnica, ICAP
Alan Henderson García
Área de Gerencia Social, ICAP
Fremi Mejía Canelo
Área de Gestión de Políticas y
Negociaciones Internacionales, ICAP
Ramón Rosales Posas
Área de Gerencia de Proyectos, ICAP
♦ Coordinación Programa Editorial
Rethelny Figueroa de Jain
♦ Departamento de Publicaciones
Efraín Quesada Vargas
info@icap.ac.cr
Web site: http://www.icap.ac.cr
editorial
cretizadas en la reforma del empleo público, financiera-presupuestal y la desregula-ción, pasando por la sim-plificación administrativa, el perfeccionamiento de herra-mientas de dirección y con-trol, mediante la introducción de técnicas privadas de carácter gerencial, hasta la innovación tecnológica orien-tada a un gobierno digital.
La Administración Pública Centroamericana ha emprendido esfuerzos en el marco de la insti-tucionalización de la NGP. Algu-nos de los resultados que se han obtenido como producto de los avances de la implementación de esta nueva corriente de moderni-zación de la Administración Públi-ca, alimentan esta edición de la Revista Centroamericana de Ad-ministración Pública, que hoy nos congratulamos en ofrecer a la comunidad académica y de profe-sionales de la Región.
satisfaga las necesidades reales de los ciudadanos al menor costo posible, favoreciendo para ello la introducción de mecanismos de competencia, elección por parte de los usuarios, y el desarrollo de servicios de mayor calidad. Todo este accionar basado en sistemas de control que faculten una plena transparencia de los procesos, planes y resultados, para que por un lado, se perfeccione el sistema de elección, y por otro, favorezca la participación ciudadana.
Las principales trayecto-rias de estas transformaciones se pueden agrupar de la siguiente manera:
Poder, responsabilidad
Amalia Bernardini** y ética pública*
PRETENDE CONSTITUIR UN MOMENTO DE REFLEXIÓN SOBRE LOS FUNDAMENTOS ÉTICOS DE LA TEORÍA Y PRÁCTICA ADMINISTRATIVA PÚBLICA Y SU UBICACIÓN EN LA REALIDAD DE HOY EN DÍA.
PALABRAS CLAVES: FUNCIÓN PÚBLICA / ÉTICA / TRANSPARENCIA / FUNCIONARIOS PÚBLICOS
“Asfixia ética”1
* Conferencia dictada en el marco de la realización de la Pasantía Regional ICAP-Países Beneficiarios, dedicada al tema “La gestión por resultados como instrumento estratégico para la transpa-rencia y rendición de cuentas: Su impac-to en las finanzas públicas”, y llevada a cabo en San José, Costa Rica, del 17 al 21 de noviembre del 2008,
** Doctora en Filosofìa. Profesora de la Universidad de Costa Rica, UCR.
Recibido: 12 de noviembre del 2008.
Aceptado: 6 de febrero del 2009.
En un momento, como el ac-tual, en que las prácticas empresa-riales y administrativas están vincu-ladas básicamente con la relación costo-beneficio, y en que, por lo que a administración pública se refiere, entra en crisis la definición del Esta-do y de sus funciones, es importante
insistir sobre la idea de mirar normas jurídicas, decisiones administrativas y sistemas organizacionales a la luz de los valores éticos, presentes o ausentes en ellos.
La manera de entender la administración pública está profun-damente enraizada en concepcio-nes del hombre, de su ser social, de sus derechos y deberes, de la participación democrática y del sentido y destino de las diferentes instituciones.
No se pretende reiterar, aquí, normas y preceptos de ética en la administración pública, y que cimien-tan las diferentes legislaciones en materia. Nuestra perspectiva no será preceptística, (una ética “material”, como dirían Kant y Max Scheler) sino crítica: la razón de ser, los prin-cipios primeros y las actuales condi-
ciones de aplicación de las normas. Por otra parte, el principal propósito de una visión crítica sobre la ética, en esta sede, no es el de un dis-curso erudito, sino el de favorecer un compromiso ético y moral más co-herente y sólido. Una expresión en latín nos recuerda “nulla lex sine moribus”: a saber, la inconsistencia de leyes y normas, si no existe la convicción, la voluntad y hábitos arraigados de cumplimiento. Tam-poco es nuestra tarea hacer una casuística, o referirnos a datos e indicadores presentes en estudios de nuestras sociedades, tan presti-giosos, a veces, como los Estados de la Región, aunque una reflexión interpretativa de nuestra realidad esté subyacente en nuestro discur-so. Un pensador contemporáneo habla de:
“Un sentimiento generalizado de ‘asfixia ética, que afecta la sociedad contemporánea” (E. Morín, 2004, p.190).
Indiferencia del Estado y de sus instituciones hacia la ciudadanía; ensanchamiento exagerado de la brecha social; desintegración o debi-litamiento de las instituciones fun-damentales, comenzando por la familia; desprestigio de la política; falta de modelos de vida valiosos y atractivos; pobreza espiritual y humana de la sociedad consumista: la sociedad contemporánea, tan avanzada en ciencia y tecnología, sigue siendo sumamente inculta en convivencia humana.
Sólo un compromiso ético es capaz de garantizar la sostenibilidad de los sistemas sociales. Desafortu-nadamente, es parte de nuestra sociedad lo que, en expresión popu-lar se llama la "cultura del chorizo", a saber, la creencia no confesada de que es muy inteligente no cumplir las normas; cuando, en cambio, es sólo fruto de ignorancia y superficialidad el no ver que, la mayoría de las ve-ces, se puede obtener lo que se necesita respetando las leyes.
El egocentrismo y la voluntad de obtener "todo", "para mi" y "ya" rigen demasiadas actuaciones, públicas y privadas.
No se duda en hacer todo lo que se puede y quiere. El poder hacer algo, se convierte en norma de hacerlo. Si puedo apoderarme de recursos públicos lo hago; si puedo obtener un puesto o cargo para el que no tengo suficiente formación, opto por él; si puedo, en mis accio-nes prácticas, olvidarme de por qué estoy trabajando y el sentido de la institución o empresa donde trabajo, lo hago; si puedo no rendir cuenta del uso de recursos sensibles para la sociedad, no sólo lo hago, sino que me opongo a que se me exija; si las circunstancias permiten que pueda desacatar ordenes judiciales o burlar leyes, lo haré, etc.
Empresas que compran políti-cos y administradores de las institu-ciones; políticos y administradores de la cosa pública que reciben bene-ficios inconfesables a cambio de sus favores y concesiones, o trasladan beneficios a familiares, tanto como a allegados e incondicionales. Además de la corrupción, en la ad-ministración de la cosa pública, cabe hablar de la ineficiencia administrati-va, debida al hecho que, a veces, no son los mejores los que manejan la administración pública. El desperdi-cio; los pésimos resultados en mu-chos ámbitos, por ejemplo, en infra-estructura; servicios, programas y actuaciones de instituciones de bienestar o sistemas de salud one-rosísimos para los “obligados a la solidaridad” que los sustentan, con una administración lenta e ineficien-te; una educación pública que, mu-chas veces, parece más bien seguir la agenda oculta de producir ciuda-danos incapaces de pensar, o tecnó-logos que sólo saben de lo suyo. Tal parece que los ciudadanos somos unos tristes clientes que reciben unos servicios que son una ofen-sa a nuestra dignidad y a nuestros derechos y que, para peores, le sa-len carísimos a los erarios públi-cos y a los bolsillos de los que nor-malmente no se pueden sustraer de contribuirles.
En nuestros países mucha gente, con la impresión de no impor-tarle a sus gobernantes y adminis-tradores, se siente acosada por el medio social; traicionada por los políticos y descorazonada ante el futuro.
Se debe reconocer, aunque el tema educativo no sea objeto en este momento, que la educación tiene su responsabilidad por la situación.
Ahora bien: son las decisiones y las actuaciones de la conducción pública las que inciden en la forma-ción de jóvenes generaciones capa-ces o no de pensar. ¿Conviene, a caso, que no se piense en nuestros países?
El deterioro de la educación puede arrastrar a la ruina la demo-cracia, vgr. la costarricense, cuya fuerza se ha basado en lo educativo. Una educación deficiente produce escaso desarrollo mental; saberes no interiorizados; inadecuado domi-nio sobre pasiones individuales y colectivas; vulgaridad y mezquindad; indefensión hacia la manipulación; escaso nivel de autonomía.
El sistema educativo adecua-do para una sociedad que busque desarrollo humano es formar ciuda-danos reflexivos y críticos, amplios en conocimientos, inteligentes, pro-bos, capaces de resolver creativa-mente problemas y también de en-frentar adversidades; de mente y conciencia abiertas, capaces de superar prejuicios, ignorancia y fanatismo, de sobreponerse a las emociones y pasiones individuales y colectivas; capaces de apre-ciar, proponerse y realizar valores; con un sentido, bien desarrollado, de lo comunitario, la equidad y la solidaridad.
Ahora bien, hay que recordar que formar la capacidad de pensar constituye no sólo el resultado de una formación de la inteligencia, sino también la base de la autonomía y solidez de la conciencia moral.
De modo que, como se ve, se constituye un círculo que puede ser virtuoso o vicioso: la educación es una de las responsabilidades de la administración pública, y los inte-grantes de ésta son, en su gran ma-yoría, los resultados de la educación en su país.
Sin querer afirmar que todos nuestros males sociales provienen de la globalización neoliberal, cons-tatamos que un dogma de la compe-titividad económica y la apertura de mercados ha sido la reducción del Estado, de sus funciones y de sus recursos. ¿Por que no cuestionarse si apertura y competitividad econó-micas no podrían conciliarse con un nivel aceptable de Estado social, como, asimismo, el desarrollo con la sostenibilidad ambiental, social y cultural?
Tal vez baste remozar el concepto de bien común (pero, por favor, sin convertirlo en otra fórmula hueca y perversamente distorsionada).
Es contribuir al bien común, por ejemplo, el trabajar con compe-tencia y responsabilidad; atender bien a los usuarios; construir bien las carreteras; manejar con honradez, responsabilidad y eficiencia el dinero público; respetar las leyes, desde el fondo del corazón y no burlarlas. “Bien común” son instituciones públi-cas que muestren sensibilidad hacia las legítimas exigencias del pueblo, que incluyen el respeto de la digni-dad personal, y que no se conviertan en gruesos “muros de hule”, impene-trables para la ciudadanía, cuyas llamadas y reclamos no hacen más que rebotar.
Costa Rica en los últimos se-senta años aproximadamente ha sido un país de instituciones: de bienestar, salud y seguridad social, combate de la pobreza, desarrollo y educación, producción de energía y comunicaciones, etc. Sin embargo, hoy parece que grandes institu-ciones han perdido la percepción de sus fines y, muchas veces, usan su fuerza legal y prestigio para fines políticos o para beneficio de quienes, de alguna manera, pueden usufructuarlo.
¡Qué importante si institucio-nes, empresas, partidos y comuni-dades se preocuparan ya no sólo de repartir el poder, sino de situar las personas adecuadas, por competen-cia y sentido del deber, en los pues-tos que las necesitan!
Nuestro discurso pretende dar su contribución a una nueva cultura organizacional y sentido de la ‘res-ponsabilidad social’ de instituciones, empresas y organizaciones, final-mente, a lo que se ha venido a refor-zar: la Gestión por Resultados. Tal parece que, a la base de una gestión pertinente, transparente y eficaz, se sitúa una ética que no se queda en bellos enunciados y en la proclama-ción de valores, sino que pretende que los hermosos principios, unidos con ciencia administrativa y legal, se convierten en experiencia concreta y en vida cotidiana.
Ahora bien, podríamos pre-guntarnos: ¿Para qué una ética?
¿Por qué no, simplemente, admitir como datos fácticos, la volun-tad de poder; la corrupción del políti-co, la utilidad sin límites; la investi-gación sin escrúpulos éticos y humanitarios; la irresponsabilidad ambiental; la miseria extrema de un sexto de la humanidad? ¿Nos esta-mos refiriendo a problemas dema-siado amplios? Pues, a eso nos conduce, precisamente, la sociedad global e interdependiente en la que, para bien o para mal, estamos viviendo.
Entonces, enunciemos el pro-blema más amplio de todos ¿Para qué hacer el bien y no el mal?
¿Para qué: altruismo; toleran-cia; no violencia; honestidad del empresario, del funciona-rio, del sindicalista y, en gene-ral, del responsable de una entidad colectiva; conciencia de los derechos humanos de parte del científico; incondicio-nalidad en el reconocimiento de derechos humanos, por parte de sujetos individuales, grupales, nacionales, transna-cionales etc.?1
1. Cfr. Kung, Hans, 1992, p.44-45.
Pretendemos:
Así, pues, analizaremos los fundamentos de la responsabilidad ético-social que le compete a la ad-ministración pública.
Quedan como supuestos:
Un cambio de conciencia
Por suerte, está generalizán-dose la conciencia de la necesidad de la ética, que, dicho sea de paso, no es lo mismo que la conciencia de la necesidad de ser éticos, o de practicar la ética en primera persona, singular o plural. En esta ligera dis-tinción estriba el que el clamor actual por la ética no se convierta en simple moda. Decía Thomas Hobbes, el más antiguo de los contractualistas modernos, que la agresividad y la “guerra de todos contra todos” hacen imposible no solo la convivencia, sino la misma vida humana. Hoy nos estamos dando cuenta que la no vivencia de la ética y de la moral mina desde sus fundamentos el “contrato social”, porque, la norma constantemente burlada o desvirtua-da, produce consecuencias peores que si no existiera. En el Estado de derecho, la ley pone las reglas del juego; es evidente que la violación de la ley, sobre todo cuando es ge-neralizada y, diríamos, sistémica, pone en peligro el mismo Estado de derecho.
Se está generalizando, asi-mismo, la conciencia de que la polí-tica y la administración pública tie-nen que basarse en la ética, lo que es muy positivo, en vista de que, hasta hace poco, llamaba la atención que los políticos, eran juzgados por la población solo desde la eficacia de sus acciones en vista del poder. En cuanto a los administradores públicos, es más tradicional que las legislaciones los sometan a normas y procedimientos estrictos, que, sin embargo, en visiones menos rígidas y más modernas y sistémicas, han derivado en principios como transpa-rencia, rendición de cuenta, servicio al cliente, responsabilidad social, nuevos principios de liderazgo, aprendizaje en equipo, o en princi-pios como la Gestión por Resulta-dos, GPR, etc., los que, sin embar-go, podrían terminar desvirtuados o desteñidos, si no se alimentan cons-tantemente de valores. Finalmente, la administración pública como cien-cia y como institucionalidad, además que como profesión, y, en fin, como asunto de seres humanos, no es una torre de marfil, sino que está inmersa en una sociedad, algunos de cuyos aspectos con respecto a la ética ya hemos enunciado.
Estamos enfrentados a la posibilidad de un completo relativis-mo, que, desde el punto de vista ético y de la convivencia humana, es disociador.
Por otra parte, de este carác-ter disociador del relativismo esta-mos tomando conciencia cada vez más hoy en día, después que no sólo el actuar concreto de individuos y sociedades lo ha manifestado y lo manifiesta; sino que ha habido im-portantes esfuerzos en la cultura y el pensamiento modernos para afir-mar el relativismo también teórica-mente: disociando la política de la ética; proclamando la amoralidad de la creación cultural; afirmando la neutralidad ética de la ciencia y la tecnología; estableciendo la eco-nomía en lo cuantitativo e ignorando lo cualitativo de los valores; “sospe-chando” de las normas éticas y mo-rales como “moralina”, como someti-das al poder socio-económico o como represoras de impulsos vitales; finalmente, proclamando su relativi-dad, como productos históricos.
¿Dónde y cómo encontrar una máxima, o una fundamental orientación ética? Y, podremos encontrarla?
Más allá de la fundamentación religiosa de la ética, en la moderni-dad fue la razón la encargada de constituirse en su fundamento. Sin embargo, la razón moderna, en las últimas cuatro décadas aproxima-damente, ha sido cuestionada por la llamada posmodernidad, y ha sido cuestionada por sus grandes reali-zaciones socio-culturales: una cien-cia y una tecnología todopoderosa desligadas de toda ética; una indus-tria de impacto medioambiental y una democracia cada vez más di-fundida por el orbe, pero sólo jurídi-co-formal.2 Además, y cada vez más, tomamos conciencia de la insuficien-cia de una economía, incluso públi-ca, preocupada únicamente del costo-beneficio y neutra con respec-to a los valores.
2. Véase H. Küng, Hans, 1992, p. 28-29).
¿Cómo, entonces, fundar una obligatoriedad ética general e incon-dicional? Varios autores como Mc Intyre, Rorthy, Foucault, han pro-puesto, así, prescindir de normas universales y se han remitido a usos diferentes en tiempos y sociedades, lo que, sin embargo, constituiría una fundamentación demasiado precaria. Otros, como Habermas y Apel, han propuesto una “ética discursiva”, basada sobre el consenso y el dis-curso racional.
No se crea que estamos haciendo cavilaciones teóricas. En vista de que, muchas veces, a la base de prácticas defectuosas, hay problemas teóricos sin resolver, se puede tomar una expresión de H Küng para enunciar el nuestro: “¿Quién nos dirá qué hacer en un tiempo en que podemos más de lo que debemos?” (1992 p. 65).
¿Universalidad?
Por otro lado, bien sabemos que el absolutismo valorativo puede conducir y ha conducido a dogma-tismo, intolerancia y autoritarismo. De modo que la construcción de un universalismo axiológico no dogmá-tico es un problema abierto.
Parece evidente que la mayor preocupación sobre la posibilidad de universalizar valores se da en el campo ético (que incluye el cívico, según la manera aristotélica de con-siderar ética y política como ciencias “de fines”). En la actualidad, hay proble-mas planetarios y universales, cuya dimensión y respuestas éticas hay que descubrir y hacer reales. Tales problemas son los de la pobreza, la desigualdad cada vez más acentua-da, las carencias materiales, de edu-cación y seguridad que sufren gran-des masas humanas y, por otra parte, la acumulación fabulosa de riquezas por personas y grupos po-derosos, o criminales. Algo, en parti-cular, que nos preocupa a los pre-sentes: instituciones políticas y sociales cada vez más desvirtuadas, reducidas a poco más que las decla-raciones vacías de sus principios fundadores. Aquí estamos precisa-mente, para “redescubrir” y remozar las instituciones en las que trabaja-mos y nuestra dedicación a ellas. Otros grandes problemas: los dere-chos humanos cada vez menos res-petados en los hechos; los recursos naturales cada vez más escasos y codiciados, u objeto de intereses en contraste; la vida del planeta ame-nazada; un mundo de economía globalizada y de incomprensiones, conflictos e intolerancias cada vez más agudos.
Por otra parte, se hacen cada vez más perceptibles exigencias como: una relación equitativa y armónica entre los seres humanos y de unidad y armonía de cada ser humano en sí mismo; el amor y el respeto hacia la vida en todas sus manifestaciones, o, al menos, un uso reflexivo de los recursos del planeta; el que las organizaciones políticas y sociales remocen su ser y quehacer de acuerdo a su sentido y a sus res-ponsabilidades; una economía ar-monizada con la ética y una ciencia y tecnología al servicio de la huma-nidad y no sencillamente del poder; finalmente, un desarrollo humano ético, equitativo y sostenible, que implique la liberación del miedo y de la necesidad.
Indudablemente, la filosofía, y, en particular, la ética, poseen una doble misión: la crítica y la propuesta de sabiduría. Sin olvidar la primera, que es garantía de lucidez, creemos que, hoy, una de las tareas (y retos) más importantes y urgentes del filo-sofar es proponer concepciones y valores éticos y morales universales, a saber, no basados en un sistema doctrinario específico, sino en nocio-nes y principios no excluyentes y comprensibles universalmente.
¿Existirá una base segura, aunque frágil, de una nueva estima-tiva, o ciencia de los valores que sea universal? Podría tal vez ser el humanismo, este criterio antiguo y siempre nuevo para afirmar y propo-ner valores. Sin embargo, el con-cepto de humanismo se ha prestado para ser relativizado. Además, las definiciones que demos de él desde diferentes doctrinas (humanismo cristiano, renacentista, socialista, liberal, existencialista, etc.), no nos quitan del todo la inquietud que nos provoca la diferencia entre predicar, conocer y practicar el humanismo. Incluso, no es lo mismo conocer y practicar el humanismo que creer conocerlo y practicarlo, con conse-cuencias, a veces, anti-humanistas.
Otros autores mencionan, co-mo orientación básica para nuestro mundo del siglo XXI, los derechos humanos, a saber, el reconocimiento del hombre por el hombre, sin otra trascendencia que la voluntad de colocar a nuestros semejantes en la posibilidad de una vida adecuada a la dignidad de todo ser humano. Sin embargo: ¿Hay universalidad de criterios en el reconocimiento de los derechos humanos?
Hoy cabe una posición menos perpleja y más “orgánica” a propósito de la formulación de valores objeti-vamente deseables y de una ética universal. El mundo en que vivimos cambia muy rápidamente y la incóg-nita sobre los valores deseables para la sociedad actual se podría estar despejando ya, o en un futuro no lejano. Esta aldea global, con sus comunicaciones tan fáciles y efecti-vas, podría ya estar sugiriendo a la reflexión axiológica propuestas váli-das y universalmente aceptables.
Situaciones complejas, como las graves responsabilidades de la tecno-ciencia y la situación ambien-tal, han hecho que autores connota-dos hayan formulado o estén tratan-do de formular los principios de una ética universal.
Así pues, el filósofo Hans Jo-nas (1903-1993) exige una concien-cia ética aplicada a la ciencia y a la tecnología, y considera que el des-comunal poder que en la actualidad el hombre ha alcanzado sobre la naturaleza exige un principio nuevo en cuanto a su sujeto y a su objeto: el de responsabilidad. La responsa-bilidad está orientada no sólo al pre-sente sino al futuro y deberá garanti-zar la supervivencia de una humanidad no desfigurada en medio de una naturaleza que debe ser con-servada porque tiene su propio valor y finalidad. Tal responsabilidad se traduce en auto-moderación del hombre y de sus libertades actuales en aras de su supervivencia futura, finalmente, en uso responsable de su descomunal poder, superando la codicia y el deseo sin límites.
En un sentido que involucra más a fondo lo epistemológico, lo antropológico y lo cosmológico, los llamados “paradigmas emergentes”, están proponiendo valores para toda la humanidad.
Desde este terreno que, al te-ner como base una visión sistémica, presenta una perspectiva de integra-ción, E. Morin, el autor de la Teoría de la Complejidad, considera nece-sario superar la crisis de la ética más allá del nihilismo y del moralismo. Propone que el pensamiento adquie-ra la conciencia de lo complejo, lo sistémico y lo global. Propone, a nivel individual, la autoconciencia y la lucidez, que nos lleva a preocu-parnos por las motivaciones profun-das y las consecuencias futuras de nuestros actos y decisiones (“auto-ética” y “eco-ética”). Propone, además, lo que podríamos llamar un sentido de “pertenencia”: a la espe-cie humana, a la sociedad; finalmen-te, una conciencia planetaria. Todo eso lleva a una “ética de religación” que significa: comprensión, solidari-dad, compasión, respeto, inclusión, tolerancia, amor, responsabilidad y lleva a una regeneración ética de la ciencia y de la política.
Desde el paradigma holístico y hologramático y la “ecología profun-da”, se propone el sentido de perte-nencia a la tierra, a la “trama de la vida” y al universo. Se trata de una visión de re-ligación que incluye, además, el sentirse parte de la humanidad, la visión de la unidad cuerpo-alma, la paz, el respeto a la dignidad humana; una ética de la vida y la solidaridad planetaria. De estas concepciones, surge también una nueva experiencia de lo sagra-do, no institucional ni dogmática, en donde conspiran la visión sistémica de la ciencia y la espiritualidad.
Hans Küng manifiesta la ne-cesidad de una ética mundial, sin la cual, afirma, no hay orden mundial. No bastan las leyes, si una gran parte de los ciudadanos no está dispuesto a cumplirlas y, en muchos casos, tiene medios para seguir manteniendo sus intereses persona-les o de grupo. Por su parte, la co-munidad internacional se ha dotado de estructuras jurídicas transnacio-nales, y transculturales, pero, no tiene sentido un orden mundial sin talante ético obligatorio y obligante para toda la humanidad, sin una ética planetaria. (No tendría sentido que un país impusiera prohibiciones, por ejemplo en prácticas bursátiles o en manipulaciones genéticas, o en explotación ambiental, si se pudieran soslayar por la permisividad de otros países). La humanidad postmoderna no podrá resolver sus grandes pro-blemas sin objetivos, valores, ideales y concepciones comunes, para lo cual considera el autor sumamente importante el acuerdo interreligioso y entre creyentes y no creyentes, para superar el vacío de sentido y de valores, que amenaza igualmente a creyentes y no creyentes, por lo que es necesario enfrentar en común la pérdida de tradiciones e instancias orientativas. Incluso una democracia carente de consenso pre-jurídico, o sea, de valores, normas y actitudes, compartidos por la sociedad, adole-ce de falta de legitimación real y, dentro de ella, se vuelve imposible la convivencia.
Por otra parte, la visión sisté-mica de las organizaciones sociales propone que éstas adquieran la inte-ligencia de “pensar en sistemas”; su responsabilidad social y ambiental; la unión de la ética con las activida-des económicas, administrativas y de servicio; nuevos conceptos de liderazgo; formas más participativas de convivencia, de democracia y de disponibilidad de los bienes, tangi-bles e intangibles.
Por último, unas orientaciones éticas y educativas que simpatizan con el posmodernismo, o comparten la crítica a la modernidad, promue-ven, en oposición a una razón autori-taria y homogeneizadora, los valores de la tolerancia activa; el respeto a las diferencias (culturales, raciales, étnicas, religiosas, de género y de opción sexual) y, por consiguiente, la inclusividad.
Lo aquí enunciado no es to-davía un sistema ordenado de valores, pero sí representa la emer-gencia (concepto, por cierto, in-herente a la noción de los “sistemas vivos”) de intuiciones, sensibilidades, orientaciones intelectuales, que su-gieren un nuevo panorama cultural y axiológico.
Por su parte, los nuevos para-digmas aluden, en el campo intelec-tual, a una nueva manera de cono-cer: separada del racionalismo reductivista mecanicista, disciplinario y especializado y claman por un conocimiento “sistémico”, “complejo”, “holístico”, de conjuntos y no parceli-zado, inter-, multi- y trans-disciplinario adecuado a una realidad unitaria e integrada.
El problema del uso del poder
Analicemos brevemente lo que está en la base de muchas disfun-ciones de nuestra sociedad y, en particular, de nuestras instituciones públicas, responsables de tantos aspectos importantes de nuestras sociedades. Si el pueblo siente que la clase política, después de haber asumido el poder, lo abandona; si los políticos terminan en una relación viciosa de “te debo, me debes” con incondicionales y serviles; si los pre-supuestos para bienestar social y obras públicas no se ejecutan; si las concesiones se otorgan a contrapelo del interés de la sociedad; si se gas-ta más inteligencia para desvirtuar las normas que en las funciones propias del cargo y todo esto es demasiado frecuente y generaliza-do, hay alguna traba, error concep-tual o problema. Problema que no se sitúa solo en los altos rangos de la política o de las instituciones, sino a nivel de todos los rangos y funcio-nes; de los poderes del Estado; de los municipios, de los líderes comu-nitarios y vecinales; de los mandos medios y funcionarios “rasos”; final-mente de los miembros de la ciuda-danía: ofreciendo y aceptando comi-siones y mordidas; haciendo su trabajo sin diligencia ni eficacia; atendiendo a los usuarios con displi-cencia y poca competencia; o es-cudándose detrás del “no” y “no se puede” por agresividad pasiva (el poder de la impotencia); intercam-biando favores indebidos; disimulan-do las malas actuaciones ajenas con el pacto tácito que los otros disimu-len las mías. La razón de ser de poderes del Estado, ministerios, centros educativos, municipalidades, centros de salud, etc., se desvirtúa y se burlan las reglas del juego, en lugar de aplicar el “fair play”. Los ejemplos podrían constituir una lista larga y prácticamente infinita.
El problema abarca todos los rangos de la sociedad, las funciones y las clases sociales e impregna profundamente el tejido y las estruc-turas de la sociedad.
El problema en la base es de uso del poder, ese poder grande o mínimo, pero que se ejerce hasta donde llega el deseo, sin filtrarlo a través de principios éticos y morales, sin saber, o sin pensar, que el usar el poder a todo lo ancho de nuestra voluntad, nos conduce directo a des-truir el contrato social y nuestra con-dición de ciudadanos.
Además de político, por tener que ver con quien legisla, manda y juzga dentro de la sociedad, y con quien representa la soberanía del pueblo (a veces confundiendo su función con la de un “reyezuelo”), el problema del poder es social, en cuanto que tiene que ver con su pertenencia, función y uso dentro de la sociedad. Es cultural en cuanto que, en nuestras sociedades, tiene que ver con la cultura, difusa, de considerarse más allá, por encima o por debajo de las normas, con el propósito, confesado o no, de evadir-las. Es, por último, moral, al tener que ver con las intenciones, los valo-res, la inteligencia, la voluntad y la libertad propios de las personas. Por mucho tiempo se ha hablado de clases, estructuras y sociedades como si fuesen los únicos sujetos éticos. Hoy redescubrimos la impor-tancia y protagonismo de las perso-nas en la concreción de los valores.
¿Qué es el poder?
Más allá de una realidad polí-tica, social cultural e incluso, moral, el poder es una realidad antropológi-ca, a saber, algo que tiene que ver con nuestra misma constitución de seres humanos. En este sentido, tiene un carácter universal y es una expresión inmediata de la existencia humana. Algunos filósofos modernos hablaban del “conatus vitae”, a sa-ber, el esfuerzo para seguir existien-do y ser y tener más.
Escribe Romano Guardini (1963, pp. 32-34):
“Es manifiesto que toda ac-ción, toda creación, toda po-sesión y todo goce producen inmediatamente el sentimiento de tener poder. Lo mismo ocu-rre con todos los actos vitales. (…) También podemos afirmar esto mismo con respecto al conocimiento. (…) El que co-noce experimenta como ‘se apodera de la verdad’, y esto se transforma a su vez en el sentimiento de ‘ser dueño de la verdad’.(...) La sumisión a la verdad se transforma aquí en un sentimiento de dominio so-bre ella, en una especie de le-gislación espiritual. (…) Todo acto, todo estado e incluso el simple hecho de vivir, de exis-tir, está directa o indirectamen-te unido con la conciencia del ejercicio y del goce del poder”.
Así como en su forma positiva el ejercicio y el goce del poder se convierten en “empoderamiento”, a saber, en conciencia de disponer de sí mismo y de tener fuerzas, iniciati-va, autoestima; en su aspecto nega-tivo se convierten en soberbia, sumi-sión del otro, desprecio de las normas, vanidad, etc.
Por sí mismo el poder no es ni bueno ni malo. Sólo adquiere sentido por la decisión de quien lo usa, de modo, que, por la libertad humana, puede estar al origen de cosas bue-nas y positivas o malas y destructi-vas. Hablamos de la libertad perso-nal en el modo de usar el poder; sin embargo, estamos conscientes que, con frecuencia, el ejercicio del poder se hace anónimo; organizaciones estatales, económicas, financieras, burocráticas, tecno-científicas, fenómenos de cultura de masas, etc. tienden, a veces, a suprimir el carác-ter de responsabilidad y desligar el ejercicio del poder de la persona. Normalmente, el poder así desper-sonalizado es causa de efectos alie-nantes y desastrosos.
Poder y responsabilidad
Coincidimos con autores como R. Guardini, H. Jonas, y H. Küng que el problema fundamental de la época actual, con respecto al poder huma-no, sea este personal, social o colec-tivo, no es el de su aumento, sino el de su dominio y del ejercicio moral de éste. Escribe Guardini:
“El sentido central de nuestra época consistirá en ordenar el poder de tal forma que el hombre, al usarlo, pueda se-guir existiendo como tal” (1963, p.17).
Por su parte, Jonas, como se ha visto, establece los fundamentos de una nueva ética, la de la respon-sabilidad, necesaria ante los alcan-ces y las implicaciones del poder humano sobre la naturaleza y sobre sí mismo. También Hans Küng con-sidera que la máxima para la ética del tercer milenio es la responsabili-dad y una responsabilidad planeta-ria. El autor considera que, en com-paración con la de responsabilidad, es insuficiente una ética de intencio-nes, porque no se preocupa por las consecuencias de las acciones; ig-nora la complejidad de las situacio-nes históricas, así como la compleji-dad de las estructuras sociales y las relaciones de poder. Hoy en día, la ética vuelve a ser un asunto público, porque es asunto público el bien y la supervivencia de la humanidad.
Aquí nosotros, al enfatizar el vínculo entre el poder y la responsa-bilidad, no estamos pensando en posibilidades apocalípticas como una hecatombe atómica, o una catástrofe medio-ambiental o huma-na, sino, en la sobrevivencia de nuestra convivencia social y política, amenazada por la corrupción y la inclinación infractora de las normas, o por la indiferencia, que trata las manifestaciones desviadas del poder como hechos irresistibles. No visua-lizamos una apocalipsis, pero esta-mos seguros que las amenazas al contrato social producidas por la irresponsabilidad en el uso del poder y la ingobernabilidad derivada, son tan graves en sus consecuencias, que bien justifican una “heurística del temor”, como diría H.Jonas.
Considera Guardini que la época moderna, que tanto ha acre-centado el poder humano en lo pro-ductivo, lo económico, lo científico, lo social y lo político, lo ha hecho con mala conciencia y no ha desarrolla-do un ethos del poder y del dominio.
Ahora bien, nosotros podría-mos formular la pregunta ¿En qué consiste un ethos del poder? y tratar de responderla.
Un ethos del poder tiene que ver con los valores con que se lo ejerce, que podrían ser:
Hoy más que nunca sabemos que todos los aspectos del mundo están en manos de la libertad y el poder humano. Por ello sentimos responsabilidad por ellos. Y también amor. Un amor especial determinado por el hecho de que el mundo y to-das las existencias finitas se encuen-tran amenazados.
Nos vemos conducidos a re-tomar un antiguo concepto cristiano y también de otras elevadas tradi-ciones morales: el ejercicio de la autoridad y del poder no como domi-nación, sino como servicio, lo que implica valores como la generosidad, la nobleza, la magnanimidad.
Entre las virtudes de quien gobierna o decide debería encon-trarse la prudencia, virtud que Aristó-teles ya definía como la cuidadosa operación de encontrar los medios adecuados para los fines. Relacio-nado con el ethos del poder está también el sentido de la dignidad propia y ajena, el no estar dispuesto a dejarse manejar por el poder, ni a manipular a los demás (el no ser ni amo, ni esclavo, de rousseauniana memoria), pero, sí saber mandar y obedecer, cuando está salva la dig-nidad de las personas y cuando hay un fin objetivo (por ejemplo, ligado con las tareas y los deberes propios de una organización) que hay que cumplir. El que manda por servicio sabe que no hay dominio alguno que no implique al mismo tiempo el do-minio de sí mismo; y no hay tal do-minio de sí que no suponga un auto-conocimiento (“Conócete a si mismo”, como decía la antigua sabi-duría griega plasmada en el templo de Delfos).
La empatía, como disposición y capacidad de escuchar con sensi-bilidad al otro, poniéndose en su lugar y satisfacer sus necesidades objetivas está también relacionada con el estilo de poder del que esta-mos hablando. Tal estilo implica, al mismo tiempo, fortaleza y compasión y repudia la violencia, la brutalidad y la humillación del otro, que se origi-nan en la inseguridad personal y pobreza de corazón.
“La fuerza de que nosotros hablamos – escribe R. Guar-dini (op. cit., p. 129) procede del espíritu, de la libre dona-ción del corazón; por este mo-tivo, de esta fuerza puede bro-tar todo lo que llamamos respeto, audacia, bondad, ter-nura, intimidad”.
El manejar, resolver y prevenir los conflictos que con tanta frecuen-cia se presentan en nuestras organi-zaciones, y ,en general, en nuestras relaciones humanas, tendría una base positiva en la vivencia de los valores mencionados y relacionados con el uso del poder, en la conside-ración que los conflictos constituyen una energía y que en nosotros está o bien avivarlos, o bien encauzarlos hacia la paz y la justicia, con creati-vidad y capacidad de diálogo.
La responsabilidad social
de las organizaciones
Una vez concluido lo anterior, mucho mal se podría evitar y mucho bien se podría hacer mediante un uso responsable del poder, vamos a reflexionar sobre cómo las organiza-ciones, en cuanto a sujetos colecti-vos, pueden ser éticas y socialmente responsables, si se enfocan al servi-cio de la sociedad mediante un com-promiso cada vez más coherente y sólido.
En medio de una visión de la realidad conformada de conjuntos interrelacionados y complejos, de causalidades no lineales y de energ-ías que se influyen recíprocamente; en una concepción cognitiva en que el sujeto es también parte del objeto, un gobierno auténtico, o una admi-nistración eficaz, tendrá que tomar en cuenta tal complejidad para po-der hacerse responsable de la reali-dad en cualquiera de sus aspectos.
Además, la realidad es plásti-ca y cambiante y, en nuestros días, los cambios son cada vez más rápi-dos y también imprevisibles. Por esto, la adaptación al cambio, es una actitud, al mismo tiempo, de flexibili-dad, aprendizaje y creatividad (“li-derar el cambio”), es lo que se re-quiere al ser humano de hoy, en la vida personal y en el trabajo y consti-tuye parte de lo que se llama “nueva cultura organizacional”.
El concepto de “organización” usado por importantes teóricos y maestros del mundo administrativo, como Peter Drucker y Peter Senge, tiene, sobre todo en el segundo, una concepción sistémica como trans-fondo, mientras que, ambos, relacio-nan organización con aprendizaje (“las organizaciones que aprenden”, de P. Senge) y con “la era del cono-cimiento” (P. Drucker).
En los años setenta se aborda sistemáticamente el análisis sobre la responsabilidad social de las empre-sas y sobre la gestión como profe-sión. Las preocupaciones por las consecuencias sociales de las ac-tuaciones empresariales llevaron a formular el concepto de Responsabi-lidad Social de la Empresa, RSE. Muy importante es el paso, que se dio, de la persona a la organización como sujeto de responsabilidad. Este cambio se hace desde el su-puesto de que existe un contrato social implícito entre la sociedad y la empresa u organización. Los años setenta fueron un período de expan-sión de la reflexión sobre las obliga-ciones de las empresas hacia los diversos grupos sociales, lo mismo que sobre la relación entre el desa-rrollo humano y el crecimiento económico.
Como escribe Ronald Wood-bridge (La Responsabilidad Social de las Empresas, inédito, 2005), ciertamente, hacia finales de los años setenta e inicios de los ochen-ta, aparecieron nuevas perspectivas y preocupaciones que fueron conso-lidando la ética empresarial como especialidad disciplinaria. A partir de entonces, la producción académica comenzó a crecer y a sistematizarse formalmente. En cuanto a publica-ciones, aparece, en 1981, Business and Professional Ethics Journal, editada por el Centre for Applied Ethics de la Universidad de Florida; en 1982 el Journal of Business Ethics que ha llegado a ser la revista especializada de referencia en el campo de la ética empresarial; y en 1991, la Business Ethics Quarterly editada por la Society for Business Ethics. Como se puede observar, en la década de los ochenta el movi-miento fuerte de la ética empresarial se dio en los Estados Unidos de América. En Europa se dio el debate sobre los valores empresariales de-bido a la crisis de las ideologías al final de la década de los ochenta, y parece que el interés por la empresa y sus valores vino a ocupar el lugar que dejaron vacío las ideologías. En 1987 se creó en Europa la European Business Ethics Group, con la inten-ción de potenciar las relaciones entre el mundo académico y el em-presarial y de propiciar, tanto publi-caciones como la creación de redes en diversos países: Inglaterra, Italia, Francia, Alemania, Holanda, entre otros. Aparecieron las revistas Etica degli affari e delle professioni en 1987 y Business Ethics. A European Review, editada por la London Busi-ness School en 1992. En los prime-ros años del siglo XXI, los escánda-los financieros de grandes corporaciones han mostrado la gra-vedad de una gestión sin valores éticos, lo que ha producido un ma-yor interés por el cultivo de valores éticos en el mundo empresarial.
Actualmente la ética empresa-rial se mira como un puente hacia el futuro de la organización, vivida como una cultura donde todos sus miembros encuentran un sentido a la vida y al trabajo, frente a los de-safíos globales. También se mira como una respuesta a las condicio-nes cambiantes del mundo de hoy, y al problema de como combinar la eficiencia económica con las liberta-des y garantías individuales, la equi-dad social y el respeto por los valo-res humanos.
La ética no sólo es aplicación de las normas y valores morales como la honestidad, la justicia, la transparencia, el respeto, sino que también actúa como herramienta para superar las barreras que impi-den la comunicación y aplicación de los mismos. La ética empresarial implica que la empresa cumpla por medio de códigos morales con los requerimientos legales, y que el per-sonal se adhiera a las normas y re-gulaciones internas, tanto como re-querimiento de la organización, como por convencimiento de que la vida empresarial con conciencia de valores y con un clima ético idóneo es la mejor inversión para un verda-dero desarrollo empresarial. Los valores éticos de la empresa (u or-ganización) son complementarios a los establecidos por la ley; dentro de la empresa, sobrepasan la normativa legal; surgen de principios y regula-ciones que han sido codificados y aprendidos voluntariamente, por medio de la comunicación humana y el consenso, y señalan la forma de comportarse de colaboradores, pro-veedores, accionistas, gerencia, en los diferentes escenarios donde van a actuar. La ética de la empresa es una herramienta de manejo geren-cial que contribuye al mejoramiento de la competitividad, como asimismo de las condiciones de vida de los grupos de interés que interactúan con ella, tales como clientes, pro-veedores, empleados, miembros de la sociedad, favoreciendo así la construcción de una empresa com-prometida con el bien común, la probidad y la transparencia y, por lo tanto, generadora del bienestar pro-pio y de la sociedad.
En realidad, nosotros usamos una aplicación y una extensión, para las instituciones públicas, de concep-tos y principios que fueron forjados para las empresas a partir de los años setenta e inicio de los ochenta, con alguna adaptación de términos, por ejemplo: “organización” y no “institución”, ni “empresa”; “excelen-cia”, en lugar de “competitividad”; “usuario”, en lugar de “cliente” (a propósito de una cultura de “servicio al cliente”); “contribuyente” en lugar de “accionista”. Incluso, la extensión del tema de la ética organizacional a las instituciones públicas, de algún modo resuelve el problema de cierta dificultad y necesidad de mediación que pudiera sentirse al querer rela-cionar ética y lucro. En las institucio-nes públicas hay menos peligro, que el definirlas como “éticas”, pudiera sonar ideológico y legitimador del sistema capitalista, al ser vista la ética empresarial (y sí lo ha sido) como el nuevo “opio del pueblo”.
La ética de las instituciones es una necesidad sentida para un desarrollo sostenible y para el forta-lecimiento de la democracia, el res-peto por el ser humano y la utiliza-ción óptima de los recursos públicos en la misión propia de cada una de las instituciones. La práctica ética no constituye sólo una ventaja com-petitiva para las empresas, sino también una legitimación de las insti-tuciones públicas en una era de pri-vatización. La práctica ética y la res-ponsabilidad institucional inciden positivamente también sobre el am-biente interno de trabajo, sobre todo al practicar criterios de responsabili-dad hacia los empleados y entre ellos: motivación, empoderamiento, comunicación, prevención y resolu-ción alterna de conflictos.
Como decíamos arriba, pa-rece natural vincular institucionalidad pública y bien común. Ahora bien, al esbozar una ética de bien común para las organizaciones públicas, mencionaríamos los siguientes valo-res: Transparencia, Rendición de cuentas, Responsabilidad; Pruden-cia; Humanismo, Objetividad, Mate-rialidad, Calidad en los servicios, Moralidad.
Mientras que la Transparencia y la Rendición de cuentas, como asimismo la Prudencia o la Precau-ción en la utilización de los bienes públicos, son virtudes que se practi-can fundamentalmente de cara a la sociedad, la Responsabilidad es, de alguna manera, de doble vía, en cuanto que las organizaciones así como hoy se las entiende, son res-ponsables del desarrollo personal de sus miembros, tanto como del desa-rrollo económico-social y cultural de las sociedades donde operan, y de su sustentabilidad. Entendemos por Humanismo la vivencia cotidiana del respeto hacia la dignidad del ser humano y su característica de fin y nunca de medio, cualquiera que sea su condición. Un aspecto particular del humanismo, y también de la nueva cultura organizacional, es la atención puesta en el usuario (clien-te), tanto externo como interno, y en el ofrecerle un servicio de calidad. Recordemos que el cliente interno de una organización es representado por las personas o departamentos de la misma, cuyo trabajo y desem-peño depende del servicio de otros de la misma organización. Definire-mos la ‘Objetividad’ a partir de la exigencia que cada organización encarne valores y respete derechos de acuerdo con la especificidad de su actividad y sus bienes internos. También relacionaremos la Objetivi-dad con la alineación de quienes trabajan en la organización con su misión, sus valores y sus metas compartidas. Desde el punto de vista de los integrantes de la organiza-ción, Objetividad es comprender que su trabajo es importante, ya que contribuye al bienestar social. La ‘Materialidad’ se refiere a la necesi-dad que los principios éticos no se reduzcan a letra muerta o a retórica, y más bien se materialicen en la experiencia de todos los días y ten-gan una incidencia civil. La Calidad de los servicios es otra noción multi-direccional, ya que, a parte los indi-cadores de calidad total en lo es-pecífico de cada institución, asegura: el uso adecuado de la información para la toma de decisiones; buena administración de los recursos dis-ponibles; dedicación y entrega de los servidores; excelencia en relaciones humanas y en comunicación, intra y extra-institucionales; información transparente. Por último, la ‘morali-dad’ es la vivencia de valores de parte de cada persona, ya que, tanto en una visión personalista, como en una sistémica, no hay cambios y mejoras en la totalidad, sin que los haya en las personas.
Para vivir estos valores, las organizaciones requieren formar cultura y visión de largo plazo, pero la consecuencia es grandiosa: con-tribuyen a producir ciudadanos como miembros leales de una comunidad en cuyas instituciones confían, como se verá, al hablar de ciudadanía y ética pública.
3. “La Nación”, 15-11-2008, p. 8ª.
En cuanto a los destinatarios, de la responsabilidad social orga-nizacional de las instituciones públicas, mencionaremos todas las partes sociales y el entorno involu-crados (stackeholders), a saber:
los contribuyentes; los usua-rios; los servidores (emplea-dos); los proveedores; el en-torno social; el medioambiente (cfr. K. Blanchard-M O’Connor, Dirección por valores, Barce-lona, Ed. Gestión 2000, 1997).
Ética pública, ciudadanía
y democracia
Introduciremos este apartado conclusivo reflexionando sobre una noticia aparecida en nuestros días en nuestro principal matutino: “Res-paldo a democracia pierde terreno en el país”.3 Sobre la base de datos de opinión, el Latinobarómetro, con-cluyó que en el país hay una pérdida porcentual de confianza en la demo-cracia con respecto a otros de Amé-rica Latina. Interesantes son las per-cepciones de los encuestados, que en democracia las desigualdades no mejoran y que tampoco mejoran la solución de problemas como sumi-nistro de agua potable, salud, edu-cación, control de precio de alimen-tos, razón por la cual más ciudadanos estarían dispuestos a aceptar un gobierno autoritario con tal que los resolviera.
Nada más quisimos mencionar un dato sintomático para señalar que los valores éticos de las instituciones públicas, aquellos que mencionamos como transparencia, rendición de cuentas, uso eficaz de recursos, humanismo, calidad de los servicios, etc., tienen una profunda incidencia civil, en la creación de ciudadanos como miembros leales de una co-munidad en cuyas instituciones conf-ían. El nivel ético de las instituciones públicas y de sus responsables, influye profundamente en la ética ciudadana y en su apego a los valo-res democráticos.
Desde un punto de vista jurídi-co, la ciudadanía es la condición de los nacionales de un Estado, que gozan de los habituales derechos civiles y políticos. Sin embargo, si extendemos este concepto al ámbito político (que es donde finalmente surgió, por obra del contractualismo moderno), tenemos que hacer refe-rencia a un ejercicio pleno de dere-chos y deberes, garantizado eficaz-mente por los poderes públicos y hecho posible por una condición de equidad socio-económica y educati-va. Es muy difícil el ejercicio real y concreto de la ciudadanía en situa-ciones de autoritarismo, de discrimi-nación, o cuando la brecha social es demasiado marcada, o el acceso a bienes y servicios fundamentales (alimentos, salud, agua potable, educación, información, seguridad, etc.) se hace demasiado difícil para demasiados ciudadanos.
Parece, muchas veces, que las situaciones reales de los ciuda-danos van a contrapelo con una exigencia, que se va abriendo cami-no, de una democracia más parti-cipativa, y que, si no es satisfecha con mecanismos establecidos de consulta, diálogo, control y partici-pación ciudadana, puede degenerar en manifestaciones inconsultas y violentas.
Una democracia participativa se manifiesta a través de una ciuda-danía corresponsable de diagnósti-cos de la realidad, decisiones tras-cendentales, solución de problemas nacionales y locales y vigilante del puntual cumplimiento de la clase política y, en general de la adminis-tración de bienes y servicios a los cuales contribuye económicamente. Estamos hablando de una “sociedad civil” interlocutora del Estado.
En este contexto, si por un la-do, en la sociedad postcapitalista, las organizaciones son llamadas a ser “sistemas de valores” y a consti-tuir una cultura corporativa en que el individuo pueda sentirse integrado (v. Cortina, Adela, 2000, p.37), la ciudadanía, por su parte, para ejer-cer con responsabilidad sus dere-chos y deberes, deberá también hacerse acreedora a una ética “cívi-ca” o “ciudadana”. Es esta una ética derivada del contrato social moder-no, teorizado desde finales del siglo XVII por Locke y Spinoza, y que convirtió los súbditos en ciudadanos. Ética que supone los valores de libertad, igualdad, solidaridad (trans-formación socialista, según la autora citada, del valor de la “fraternidad”). A éstos, se agregan valores muy de nuestros días, como la autonomía, a saber, el concepto, kantiano y cons-tructivista, de que la norma no surge del pensar por encargo, sino de la propia conciencia; la tolerancia acti-va, la inclusividad, la actitud de diá-logo, la conciencia, muy viva, de los derechos propios y del deber de respetar los ajenos.
¿"Ética de Mínimos"? (A. Cor-tina, 2000, p. 38), sí, en la medida que se compartan las preocupacio-nes, propias de la autora, por un Estado laico y pluralista, y no, en la medida en que los valores indicados son, no impuestos, sino, vividos por personas, de las que se espera que, en las diversas experiencias y cir-cunstancias, los enriquezcan de la mayor profundidad humana de que sean capaces.
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Acceso a la información
pública: El principio
es la publicidad y el secreto
Lester Ramírez Irías* la excepción
ANALIZA EL FENÓMENO DEL ACCESO A LA INFORMACIÓN Y SU RESPECTIVA COMPRENSIÓN DESDE LA PERSPECTIVA DEL DESARROLLO JURÍDICO E INTERNACIONAL, SU INSTITUCIONALIZACIÓN, LOS DIFERENTES ORDENAMIENTOS JURÍDICOS EXISTENTES EN LATINOAMÉRICA, Y EL PAPEL QUE PODRÍA TENER EN LA DEMOCRATIZACIÓN DE LOS REGÍMENES POLÍTICOS.
PALABRAS CLAVES: ACCESO A LA INFORMACIÓN / DERECHO A LA INFORMACIÓN / DERECHOS DE LOS CIUDADANOS / DEMOCRACIA
No es de extrañar, entonces, que en las sociedades alrededor del mundo la idea de “confianza” haya cambiado drásticamente, ya sea en el go-bierno, el sector privado, en las profesiones, en los medios o la sociedad civil. La gente ya no acepta el dictado: “No tengan dudas. Pueden confiar en mi”. Tan frecuentemente aislada de la información, tan a menudo con-fundida y tan asiduamente engañada, la gente ahora tiende a responder: “¡Demuéstremelo! ¡Debo cerciorarme!”. La transparencia ha llegado a sustituir a la confianza.
Jeremy Pope. Global Corruption Report. 2003.
Transparency International.
Introducción
* Doctor en Gobierno y Administración Pública.
Recibido: 2 de febrero del 2009.
Aceptado: 11 de febrero del 2009.
En un mundo globalizado, donde la información fluye a una velocidad sin precedentes, las pala-
bras: publicidad, transparencia, ren-dición de cuentas y acceso a la in-formación, son cada vez más utiliza-das por la ciudadanía. Estos concep-tos no solamente se están utilizando en el argot de las relaciones repre-sentados–representantes o principal-agente como mecanismos de con-trol, sino que a medida que la pres-
tación de servicios públicos se en-cuentran cada vez más en la órbita del mercado y las sociedades cada vez más son heterogéneas, comple-jas y sobre todo sofisticadas, la ciu-dadanía (en su calidad de contribu-yente, cliente o usuario) requiere conocer más a detalle los procesos, instancias, recursos y las formas como la gestión de lo público puede o afecta el desarrollo de sus proyec-tos de vida y la de su entorno social, político y económico.
El acceso a la información pública es un pilar del desarrollo de la autonomía personal y el ejercicio ciudadano, no obstante, las deficien-cias estructurales e institucionales de los gobiernos no permiten que la información fluya libremente o cuan-do logra llegar, se presenta con gra-ves asimetrías que limitan o imposi-bilitan su apropiada utilización. Por otro lado, se percibe que la informa-ción cada vez se administra a través de entes privados, llámense institu-ciones financieras o crediticias, ase-guradoras, gestoras de salud o so-ciedades de la información, y que el Estado presenta serios limitantes en la regulación de estas nuevas inter-acciones, ya sea por su novedoso carácter jurídico, o por la pérdida de su capacidad para influir en la eco-nomía nacional como producto de la misma globalización.
Para afrontar estos retos, es necesario repensar las formas de intervención por parte de la ciuda-danía, y considerar tomar una ruta hacia la liberalización de la informa-ción pública. Liberalización, no en el sentido de dejar al mercado actuar sin un marco regulatorio e institucio-nal sólido, sino más bien, a través de la construcción de una verdadera conciencia de rendición de cuentas, transparencia y apertura por parte de los estamentos burocráticos, políti-cos y el empoderamiento del derecho por parte de la sociedad. Se trata de un proceso de educación y socialización, presentado en dos dimensiones:
Semejante cambio cultural lle-va inevitablemente a una actitud más crítica hacia las tareas de la clase política y de las burocracias: el re-presentado o principal ya no perma-nece como un sujeto pasivo, sino que asume un rol de monitoreo acti-vo. Para esto, es necesario hacer efectivos aquellos principios constitu-tivos de todas las democracias, que debido a las trayectorias históricas de los sistemas políticos latinoameri-canos han permanecido ausentes o en desuso. En primer lugar, es de enfatizar que el derecho al acceso a la información, al ser un complemen-to del derecho a la libertad de expre-
sión, es un derecho humano y sin perjuicio de otros derechos funda-mentales, ha de primar jerárquica-mente por sobre cualquier derecho positivo. Un segundo postulado de-mocrático es el principio republicano de publicidad, la que obliga, tanto a los servidores y funcionarios públi-cos, como a las autoridades electas de actuar de forma transparente y dar cuenta de sus actos en el ejerci-cio del poder. En ese sentido, brin-dar información desde la autoridad estatal no es una buena o mala polí-tica pública decidida por el gobierno de turno, sino una exigencia que se desprende de la misma razón repu-blicana y democrática del Estado de Derecho.
Como se ha mencionado ante-riormente, este derecho de acceso a la información pública, se ha venido ejercitando de una manera muy limi-tada, debido, entre otros factores, a que muchos marcos legales, prove-nientes de una época que aún no era testigo del enorme cambio so-cial, económico, tecnológico y de-mocrático que hoy se experimenta, no contemplaban otros escenarios de peligro más que aquellos que limitaban la expresión o la libre emi-sión del pensamiento. Por su parte, desde la perspectiva de la acción colectiva, la implementación del de-recho de acceso a la información pública en un país, conlleva una serie de modificaciones trascenden-tales en la forma de operar del Esta-do. Tradicionalmente, el uso exclusi-vo y secreto que los gobiernos (servidores públicos, autoridades y representantes electas), han hecho de la información un instrumento del ejercicio discrecional y vertical del poder, y de los recursos y patrimonio público. Esta condición, sumado a la falta de elementos coercitivos, gene-ra los incentivos para no divulgar información, y consecuentemente el incumplimiento e irrespeto del derecho.
Como se documentará en el presente trabajo, el reconocimiento del derecho al acceso a la informa-ción, es el primer elemento que ayu-da a que la transparencia y la rendi-ción de cuentas pueda traducirse en la reducción de la discrecionalidad de los agentes públicos, para deter-minar qué información es pública y cuál es confidencial. Obviamente, en el desarrollo de una estrategia de transparencia y acceso a la informa-ción, habrá que considerar la oposi-ción no sólo de fuerzas dinámicas (intereses privados, redes de corrup-tela, etc.), sino que también pueden existir fuerzas inerciales, como por ejemplo, la combinación perversa entre incompetencia administrativa y reglas informales que pueden minar la efectividad de las instituciones formales, e incluso, valores cultura-les (capital social negativo, anomia cívica, alta desconfianza interperso-nal, baja autonomía personal, etc.), que en la práctica pueden obstaculi-zar el debido ejercicio del derecho de acceso a la información.
El presente trabajo buscará argumentar a favor del derecho al acceso a la información, como un derecho fundamental que debe pri-mar en las relaciones Estado-ciudadanía de las democracias re-publicanas liberales contemporáne-as, y en consecuencia se ha de cul-tivar una cultura de rendición de cuentas y transparencia en las ad-ministraciones públicas, no solamen-te para que la ciudadanía pueda controlar o evaluar a sus represen-tantes, sino para promover una me-jor eficiencia y eficacia en la gestión de lo público. Bajo la hipótesis que el acceso a la información y su respec-tiva comprensión puede influenciar en los hábitos de los individuos o de las instituciones, procedimientos, inversiones y cálculos gerenciales sobre el mejoramiento de la eficien-cia, se buscará estudiar el fenómeno del acceso a la información; su desa-rrollo jurídico e internacional, su insti-tucionalización, los diferentes orde-namientos jurídicos existentes (con especial énfasis en América Latina), y el papel que puede tener en la democratización de los regímenes.
En un primer plano, se bus-cará ilustrar los antecedentes del derecho al acceso a la información, su trayectoria desde la perspectiva internacional. Se ilustrarán los avan-ces en la institucionalidad interna-cional, y algunas incidencias que se han convertido en estándares inter-nacionales a cumplir por parte de las legislaciones internas. Además, se analizará las conceptualizaciones pertinentes, doctrina relevante y los preceptos jurídicos en que se fun-damenta. Al buscar conceptualizar, se hará hincapié en diferenciar el concepto de derecho a la informa-ción con el derecho al acceso a la información, considerándose este último como un prerrequisito para hacer uso o concretar otros dere-chos, ya sea de índole política, so-cial o económica. Finalmente, se brindará una serie de conclusiones dentro del contexto del desarrollo del derecho al acceso a la información, y el impacto que las normativas han tenido en la ciudadanía, en las ad-ministraciones públicas y en los pro-cesos democráticos.
El trabajo de investigación se encuentra estructurado en cinco partes globales. Cada una está sub-dividida en capítulos. Asimismo, a lo largo del documento hay notas al pie de página que amplían, precisan, matizan o pretenden enriquecer al-gunos de los aspectos que se deta-llan. Además, las notas al pie de página sirven para indicar la fuente de la que fue extraída una norma en específico, sea un tratado interna-cional, convenio, ley, reglamento o acuerdo, como ciertas fuentes se-cundarias que complementan el contenido e idea que se pretende expresar.
Desarrollo del Derecho
a la Información Pública
Antecedentes
El punto de partida, al estudiar una realidad jurídica, es aquella rela-tiva al origen y a la forma en que se ha configurado a lo largo del tiempo. Habitualmente son factores políticos, económicos, sociales y culturales, además de los que la oportunidad y el ingenio humano aportan, los que intervienen en la consolidación de un área del derecho y como se apre-ciará a lo largo del presente trabajo, el derecho a la información y su pos-tulado operativo: el derecho al acce-so a la información pública, no se distancian de dicho axioma.
1. Con la Revolución Liberal, jurídicamente, se generaliza la fórmula de lo que después se llamará Estado de Derecho y sociológi-camente significa el paso de una sociedad estamental, compuesta de tres órdenes o estamentos: el clero, la nobleza y el Tercer Estado o estado llano, a una sociedad cla-sista, representada por la razón y las leyes naturales. Para mayor información acerca del desarrollo histórico del derecho a la in-formación, ver Cendejas Jáuregui, M. (2007). Evolución Histórica del Derecho a la Información. Revista Derecho Compa-rado de la Información. No. 10. Institucio-nes de Investigaciones Jurídicas. UNAM. México.
Aún cuando se puede estudiar el derecho a la información desde varios puntos de vista, la presente sección buscará presentar un breve recuento histórico de los avances que se ha tenido en materia de este derecho, a partir de la Revolución Liberal del Siglo XVIII hasta llegar a los instrumentos jurídicos universa-les de la Organización de las Nacio-nes Unidas, ONU, y el cuerpo jurídi-co internacional que se ha desarrollado en los últimos años.
La Revolución Liberal
del Siglo XVIII
Durante la mayor parte de la historia, la libertad de expresión del individuo ha sido obstaculizada por
totalitarios y el status quo del régi-men. En todas las sociedades y cul-turas han existido distintos credos políticos y religiosos que han cons-treñido la razón humana y el cono-cimiento, porque se consideraba que determinados valores, normas y pensamientos debían ser incuestio-nables. Este absolutismo ideológico, que operó históricamente con un marcado carácter religioso y tiránico, obligaba a que todos se manifesta-sen, mediante la palabra o el escrito, con arreglo a los cánones estableci-dos. La censura representaba un instrumento de control social de la expresión pública de ideas, opinio-nes o sentimientos que contuvieran algún elemento de ataque a la auto-ridad del gobierno, o al orden social y moral, que esa misma autoridad estaba obligada a proteger.
En términos políticos, el punto de partida es la separación entre el Estado y la Sociedad. La filosofía que late en torno a esta temática no era una filosofía puramente histórico-sociológica o histórico-política, sino una filosofía que servirá de base para dar justificación teórica al régi-men representativo, y subsecuen-temente, el surgimiento de los parlamentos como órganos repre-sentativos, deliberativos, y públicos por excelencia, en el que la Socie-dad encuentra su punto de anclaje, su protección política. De esta forma, los antecedentes próximos del dere-cho de la información se sitúan a finales del siglo XVIII, con la ruptura del sistema implantado por el Anti-guo Régimen en manos del Movi-miento Liberal.1 El principio clave de todos los cambios que se van a dar será la idea de que todos los hom-bres tienen iguales derechos, y de que éstos son anteriores a la consti-tución de los Estados (Azurmendi, 2001: 24). Es a partir de este movi-miento filosófico cuando la idea de que la difusión de información, ya sea oral como escrita, se convierte en derecho del hombre, una libertad, un espacio inherente al ciudadano, garantizado por el mismo Estado.2
2. No debe olvidarse el papel pionero y fun-damental que, en la defensa de las liberta-des, corresponde al sistema jurídico inglés, a través del Petition of Rights de 1628, el Habeas Corpus Act de 1679 y la Declara-tion of Rights de 1689. Para ampliar más sobre el desarrollo de las lbertades indivi-duales a lo largo de la historia, visitar http://www.aidh.org/uni/Formation/00Home_e.htm
3. Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano del 26 de agosto de 1789.
4. La Declaración de Derechos del Buen Pueblo de Virginia del 12 de junio de 1776 promovida por Thomas Jefferson en su condición de Gobernador de Virginia, es considerada como la declaración más re-presentativa de derechos de los nuevos Es-tados Unidos de América, y servirá de mo-delo para las constituciones estatales de la unión americana (Azurmendi, 2001:21).
5. Artículo 4, Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano del 26 de agosto de 1789: La libertad consiste en poder hacer todo aquello que no perjudique a otro: por eso, el ejercicio de los derechos naturales de cada hombre no tiene otros límites que los que garantizan a los demás miembros de la sociedad el goce de estos mismos derechos. Tales límites sólo pue-den ser determinados por la ley. Para am-
Entre esos derechos estará el de libertad de expresión y de prensa, consagrados en cartas magnas for-jadas en la Revolución Francesa3 y Americana,4 los que servirán de
pliar más sobre el lberalismo del siglo XVIII, visitar: http://www.aidh.org/uni/ Formation/00Home_e.htm
antesala para el actual derecho a la información. A partir de la Revolu-ción Liberal, se da comienzo al fenómeno denominado "constitucio-nalización de la libertad de expre-sión": La difusión de información se concibe como una libertad, es decir, como una facultad propia del ser humano en la que el Estado debe abstenerse de intervenir. Junto a la noción de libertad aparecen insepa-rablemente las de restricción legal y abuso de derecho. Se establece que una norma sólo puede restringir un derecho fundamental si tiene carác-ter constitucional, o sí la restricción está basada en una norma de rango constitucional. Las libertades públi-cas, en la medida en que son reco-nocidas en un ámbito de convivencia social, no podrán ser ilimitadas.5
Es indudable la influencia que tuvieron las declaraciones de Virgi-nia y la francesa en el reconoci-miento de las libertades de expre-sión y de prensa. Sin embargo, aunque su trascendencia superó el primitivo ámbito local de su origen, estos textos no eran universales. Habría que esperar el desarrollo y masificación de las tecnologías de la información, y de la dinámica inter-nacionalista en la comunidad de las naciones, para poder hablar de tex-tos jurídicos universales.
La información pública como
generadora de opinión pública
en el siglo XIX
6. Sartori, G. (1997) en “Homo Videns: La Sociedad Teledirigida” afirma, que mientras que el principio formal de legitimación de la democracia representativa es la soberanía popular, el principio real subyacente y pre-supuesto en ésta última es la opinión, que le proporciona sustancia y operatividad.
7. Para autores neomarxistas como Haber-mas (2001), el surgimiento del Estado de Bienestar del siglo XX provocó nuevas transformaciones del espacio público. La función crítica del periodismo pasa a se-gundo plano ante el auge de la publicidad, del espectáculo y de las relaciones públi-cas. La opinión pública ya no es el producto de un discurso racional, sino que se fabrica con la ayuda de la publicidad y de la mani-pulación mediática. De este modo, con la crisis del Estado, la fragmentación de lo público, los nuevos movimientos sociales y la disponibilidad de las nuevas tecnolog-ías de la comunicación, comienzan a entre-verse nuevas condiciones históricas de la existencia de un espacio público.
Tras la Revolución Francesa se produjo en toda Europa una reac-ción conservadora y se impuso de nuevo el absolutismo, por lo que los medios impresos liberales tuvieron que dirigir sus esfuerzos a luchar contra las limitaciones impuestos al ejercicio de los derechos individua-les. A la par de ese absolutismo, se experimentará un desarrollo sustan-cial de los medios impresos, el que ha de responder a la necesidad de información por parte de una socie-dad cada vez más letrada, a los avances económicos y tecnológicos de la era, por ejemplo, el desarrollo del ferrocarril favoreció la rápida difusión de los periódicos y el telé-grafo fue utilizado por las agencias
de noticias para difundir informacio-nes, y a las nuevas formas de go-bierno representativo que se instau-ran. Con el ingreso de los medios masivos de comunicación y su in-corporación a nivel planetario la situación cambia. No sólo es el público de la esfera pública el que se amplía sino sus posibilidades de participación.
Es de esta manera, que se produce un fenómeno sociopolítico caracterizado por generar un proce-so psicológico de interpretación co-lectiva, denominado opinión pública, elemento clave en las democracias para el reconocimiento del poder político.6 La opinión pública se con-vierte en el rasgo distintivo más im-portante del régimen político esta-blecido por el liberalismo, convertido en un régimen de opinión, que con-siste en un sistema de gobierno que se legitima por la opinión pública.7
Paralelo a los avances en li-bertad de prensa y de expresión, el poder social y político que adquiere el desarrollo de la prensa le hace asumir funciones de interés público, lo que obligó al legislador de la épo-ca a regular jurídicamente una rela-ción cada vez más estrecha entre sociedad, poder político y medios de comunicación. Tras el triunfo del liberalismo, todos los países occi-dentales reconocieron, hacia 1881, la libertad de expresión y dictaron leyes de prensa. No obstante, estas leyes aparecen apegadas a los vai-venes políticos, liberales o conser-vadores, con modelos permisivos o limitadores, que tomaban en cuenta las prevenciones ante los abusos de la prensa, resaltándose la dificultad de impedirlos sin atentar contra el contenido fundamental de la libertad de expresión, lo que dio lugar a las leyes antilibelo que buscaban prote-ger a los sujetos de derecho de los daños morales que pudiese producir la difamación escrita.
Tomando en cuenta los avan-ces tecnológicos en materia de difu-sión de información que han de in-fluir en la manera de concebir el derecho a la información, el término “información”, en su faceta de “dere-cho a ser informado” (Mena Vázquez, J. 2006:34) vendrá a susti-tuir, y en algunos casos a comple-mentar, las libertades de prensa y de expresión, los que han de quedar insuficientes para afrontar los cam-bios políticos, sociales, económicos, tecnológicos y culturales del siglo XX. Con la universalización del de-recho a la información se apreciará un interés jurídico y moral en garan-tizar el derecho a ser informado so-bre lo “público”, con el propósito de achicar las distancias políticas y económicas de los individuos y las sociedades, y de esta forma ha de guardar una estrecha y simbiótica relación con otros derechos funda-mentales. Tal como expresa Toby Mendel (2003a:41):
“La libertad de información ha sido reconocida no sólo como un elemento crucial para una democracia participativa, de transparencia y buen gobier-no, sino también como un de-recho humano fundamental, protegido bajo ordenamientos internacionales y disposicio-nes constitucionales”.
El Derecho a la Información
en el Sistema Universal
de Derechos Humanos
Partiendo desde la doctrina jurídica clásica, el derecho interna-cional en su momento de génesis fue concebido como un ordenamien-to que pretendía regular las relacio-nes entre Estados como sujetos de derecho. Sin embargo, a medida que las relaciones interpersonales y las que éstos mantienen con los Esta-dos se propiciaban en estadios transnacionales, se va abriendo pa-so una tesis de cierta subjetividad del individuo en el marco del dere-cho internacional, pues es él, en definitiva, el destinatario directo de la norma. Sumado a tal condición, se van dando situaciones en que el propio Estado incumple las normas internacionales en perjuicio de las personas, y éstas se ven imposibili-tadas en recurrir ante las instancias internacionales debido al vacío legal existente; siendo el propio Estado, el único legalmente competente para activar los mecanismos de protec-ción y salvaguarda en el marco del derecho internacional.
En esta fase del derecho in-ternacional, la protección de los de-rechos humanos quedaba encomen-dada a los Estados y, sólo en casos excepcionales, el derecho interna-cional contemplaba mecanismos de protección a la persona como el derecho de asilo o la intervención por causa de humanidad.protección a la persona como el derecho de asilo o la intervención por causa de humanidad.protección a la persona como el derecho de asilo o la intervención por causa de humanidad.
8. En el marco del Sistema de las Naciones Unidas, la libertad de expresión es un derecho fundamental reconocido en la Declaración Universal de Derechos Humanos, la Resolución 59(I) de la Asamblea General de las Naciones Uni-das, la Resolución 104 adoptada por la Conferencia General de la Organización de las Naciones Unidas para la Educa-ción, la Ciencia y la Cultura, UNESCO, el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos.
9. Aunque la Declaración Universal no constituye un documento legal vinculante entre las partes signatarias, ha inspirado a más de sesenta instrumentos sobre derechos humanos, los que configuran el estándar internacional de derechos humanos. Para conocer el texto en su to-talidad de la Declaración Universal, visitar: http://www.unhchr.ch/udhr/ miscinfo/carta.htm
10. Otros argumentan que el retraso en la tutela del derecho se debe a la misma evolución de las formas de gobierno de-mocrático: mucho se debe a que los pun-tos de vista que todavía permanecían en los círculos gubernamentales pos Se-gunda Guerra Mundial, aún mantenían conceptos y nociones de las democra-cias representativas del siglo XIX: con-ceptos como participación ciudadana, transparencia y rendición de cuentas no se habían desarrollado. En ambos ca-sos, es recurrente el fenómeno evolutivo, ya sea a través de su desarrollo tecnoló-gico o los modelos de gobierno.
cia inexcusable en las relaciones entre los Estados, y que se plasma en una serie de declaraciones y con-venios, ampliamente reconocidos en el ámbito internacional.
La Declaración Universal
de Derechos Humanos
de la ONU8
Indiscutiblemente, el punto de partida del derecho a la información en los cuerpos jurídicos, ya sean internacionales como nacionales, es la Declaración Universal de Dere-chos Humanos del 10 de diciembre de 1948.9 Autores como Jorge Mena Vázquez (2006:35) aducen que el motivo que el derecho a la información no se logra tutelar hasta 1948, se debe a la misma progresión histórica del derecho y de la misma Sociedad:
“Mientras la comunicación in-terpersonal fue la única forma de comunicación humana, el derecho a la libertad de opi-nión era el único derecho a la comunicación. Mas adelante con la invención de la impren-ta, se añadió el derecho a la expresión. Y más tarde, a me-dida que se desarrollaban los grandes medios de comunica-ción, el derecho a buscar, re-cibir y difundir información se convirtió en la preocupación fundamental”.10
El Artículo 19 de la Declara-ción Universal de Derechos Huma-nos expone esta progresión históri-ca-evolutiva: opinión, expresión e información:
11. El derecho a la lbertad de expresión puede ser entendido, a través de dos in-terpretaciones: La primera, se refiere a la libertad de expresión asociada al ejerci-cio de la autonomía personal. Es decir, la posibilidad de expresar las ideas, pers-pectivas y puntos de vista del individuo, y la segunda, interpretando lbertad de ex-presión como un derecho que implica no sólo la protección de quién se expresa, sino que también aspira a asegurar a los receptores la posibilidad de apreciar la más diversa variedad de puntos de vista posibles en torno a un tema determinado (Saba, R. 2004: 152).
“Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión; este derecho inclu-ye el no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informacio-nes y opiniones, y el de difun-dirlas, sin limitación de fronte-ras, por cualquier medio de expresión”.
El contenido de este artículo, constituye la primera manifestación universal del derecho a la informa-ción al expresar en su texto que el derecho se gozará y ejercerá “sin limitación de fronteras”. A su vez, previene los avances tecnológicos que han de sufrir los medios tradi-cionales de expresión del pensa-miento. El artículo no es, en este sentido, restringido sino abierto, tanto a la comunicación entre perso-nas como a las posibilidades de comunicarse “por cualquier medio”.
Sin embargo, al no distinguir con claridad el concepto de derecho a la información, el Artículo 19 con-tinúa adscrito a los conceptos anti-guos de las libertades de expresión y de opinión del liberalismo del siglo XVIII. Será hasta que el derecho logre su efectividad a través del de-recho positivo internacional, tratados vinculantes, y/o derecho positivo interno, leyes, decisiones judiciales y prácticas nacionales, que realmente se establecerá una diferenciación entre ambos preceptos. No obstante, no se puede negar la relación intrín-seca que existe entre acceso a la información y la libertad de expre-sión. Mientras la libertad de ex-presión como manifestación de la autonomía no parece requerir direc-tamente del derecho al acceso a la información, la libertad de expresión como precondición al proceso de toma de decisiones en un sistema democrático se asocia indiscutible-mente con la libertad de acceso a la información.11
Sistema Interamericano
de Promoción y Protección
de los Derechos Humanos
Desde su creación en 1948, la Organización de Estados America-nos, OEA, ha venido desarrollando el Sistema Interamericano de Pro-moción y Protección de los Derechos Humanos, el que ha permitido homo-logar y comunicar a los distintos sistemas jurídicos nacionales de América, criterios comunes en torno a la observancia de los derechos fundamentales con una relevante actuación en el campo de las liberta-des públicas. En esa línea, el reco-nocimiento del derecho a la libertad de pensamiento y de expresión apa-rece en el Artículo 13; numeral I de la Convención Americana sobre Derechos Humanos (suscrita en América, criterios comunes en torno a la observancia de los derechos fundamentales con una relevante actuación en el campo de las liberta-des públicas. En esa línea, el reco-nocimiento del derecho a la libertad de pensamiento y de expresión apa-rece en el Artículo 13; numeral I de la Convención Americana sobre Derechos Humanos (suscrita en América, criterios comunes en torno a la observancia de los derechos fundamentales con una relevante actuación en el campo de las liberta-des públicas. En esa línea, el reco-nocimiento del derecho a la libertad de pensamiento y de expresión apa-rece en el Artículo 13; numeral I de la Convención Americana sobre Derechos Humanos (suscrita en América, criterios comunes en torno a la observancia de los derechos fundamentales con una relevante actuación en el campo de las liberta-des públicas. En esa línea, el reco-nocimiento del derecho a la libertad de pensamiento y de expresión apa-rece en el Artículo 13; numeral I de la Convención Americana sobre Derechos Humanos (suscrita en América, criterios comunes en torno a la observancia de los derechos fundamentales con una relevante actuación en el campo de las liberta-des públicas. En esa línea, el reco-nocimiento del derecho a la libertad de pensamiento y de expresión apa-rece en el Artículo 13; numeral I de la Convención Americana sobre Derechos Humanos (suscrita en América, criterios comunes en torno a la observancia de los derechos fundamentales con una relevante actuación en el campo de las liberta-des públicas. En esa línea, el reco-nocimiento del derecho a la libertad de pensamiento y de expresión apa-rece en el Artículo 13; numeral I de la Convención Americana sobre Derechos Humanos (suscrita en América, criterios comunes en torno a la observancia de los derechos fundamentales con una relevante actuación en el campo de las liberta-des públicas. En esa línea, el reco-nocimiento del derecho a la libertad de pensamiento y de expresión apa-rece en el Artículo 13; numeral I de la Convención Americana sobre Derechos Humanos (suscrita en
12. Para obtener el texto completo de los Principios sobre Libertad de Expresión, visitar: http://www.cidh.oas.org/Basicos/ Basicos13.htm
13. Desde el 2003 la Asamblea General de la OEA, bajo amparo de los Principios sobre la Libertad de Expresión ha emiti-do cuatro resoluciones específicas sobre el acceso a la información, en las que resalta su relación con el derecho a la li-bertad de pensamientos y de expresión. Para mayor información sobre las Reso-luciones de la Asamblea General, ver: http://www.oas.org/DIL/esp/resoluciones_asamblea_general.htm
14. Caso No. 12.108. Marcel Claude Reyes y otros v. Chile- 2006.
15. Relatoría Especial para la Lbertad de Expresión (2007) “Estudio sobre el De-recho de Acceso a la Información”. Co-misión Interamericana de Derechos Humanos, Organización de Estados Americanos. Washington D.C. p. 8-10, 15.
1. "Toda persona tiene dere-cho a la libertad de pensa-miento y de expresión. Este derecho comprende la libertad de buscar, recibir y difundir in-formaciones e ideas de toda índole, sin consideración de fronteras, ya sea oralmente, por escrito o en forma impresa
o artística, o por cualquier otro procedimiento de su elección".
En octubre del 2000, la Comi-sión Interamericana de Derechos Humanos aprobó la Declaración Interamericana de Principios sobre la Libertad de Expresión,12 conside-rado el primer documento oficial vinculante sobre libertad de informa-ción en la OEA.13 Amparándose en tales Principios, el 8 de julio del 2005 la Comisión Interamericana de De-rechos Humanos presentó una de-manda ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos, CIDH, la que tenía como fundamento fáctico la negativa del Estado en brindar a las victimas toda la información que requerían sobre un proyecto de de-forestación con impacto ambiental en Chile.14 La Comisión sostenía que esta negativa de información, así como la falta de un recurso judi-cial efectivo para impugnarla, gene-raban la responsabilidad internacio-nal del Estado por la violación del derecho a la libertad de pensamiento y de expresión, y del derecho a la protección judicial. En sentencia del 19 de setiembre del 2006, la CIDH falla reconociendo el derecho de acceso a la información en poder del Estado. La sentencia de la OEA constituye el primer fallo judicial internacional, reconociendo el dere-cho a la información como un dere-cho fundamental, sentando prece-dente a nivel internacional, y en el proceso generando jurisprudencia para futuros casos de violación al derecho fundamental de acceso a la información pública.15 El Sistema Europeo
de Derechos Humanos
16. Para conocer más sobre el funciona-miento interno del Consejo de Europa, visitar su página: http://www.coe.int/t/ es/com/about_coe/
17. Para el texto completo de la CEDH, ver: http://conventions.coe.int/treaty/EN/ Treaties/html/005.htm
18. En el análisis de derecho comparado que realiza Toby Mendel (2003b:11) de la normativa internacional en materia de acceso a la información, existen tres sentencias judiciales de la Corte Euro-pea de Derechos Humanos donde no consideraban que la garantía de libertad de expresión comprendiera el derecho de “buscar” información. Para reconocer la existencia de una obligación de sumi-nistrar información por parte del Estado, el criterio de la Corte es que se acredite la vinculación o afectación de otro dere-cho, como el de la vida privada o familiar.
La Convención Europea de Derechos Humanos, CEDH, fue adoptada por el Consejo de Europa16 en 1950 y entró en vigor en 1953, teniendo por objeto proteger los de-rechos humanos y las libertades fundamentales, de acuerdo a la De-claración Universal de Derechos Humanos de la ONU. El numeral 1 del Artículo 10 de la CEDH, garanti-za la libertad de expresión como derecho humano fundamental, y el numeral 2 estipula las limitaciones del derecho en función a considera-ciones internas de los Estados sig-natarios y el conflicto que puede tener con otros derechos fundamen-tales.17
Cabe hacer la observación que el Artículo 10 de la Convención
Europea difiere de las garantías consagradas en los Artículos 19 de la Declaración Universal y del Artículo 13 de la Convención Ameri-cana sobre Derechos Humanos, al solamente garantizar los derechos a “recibir y difundir”, omitiendo el dere-cho a “buscar” información como condición de la libertad de expre-sión: Artículo 10:
“Toda persona tiene derecho a la libertad de expresión. Este derecho comprende la li-bertad de opinión y la libertad de recibir o de comunicar in-formaciones o ideas sin que pueda haber injerencia de au-toridades públicas y sin consi-deración de fronteras. El pre-sente artículo no impide que los Estados sometan a las empresas de radiodifusión de cinematografía o de televisión a un régimen de autorización previa.”18
No solamente la necesidad de consolidar los derechos políticos comunitarios han promovido el desa-rrollo del derecho a la información en la Unión Europea, UE, también las preocupaciones ambientales han favorecido la noción, o más bien la exigencia, del derecho de acceso a la información. Los ambientalistas han advertido que el ejercicio del derecho de acceso a la información es de crucial importancia para llevar a cabo la labor de control de la acti-vidad pública y privada que pudiese poner en riesgo al medio ambiente. Como éste resulta ser de interés general, un “patrimonio común”, es normal que su manejo reclame la democratización. En ese sentido, el 17 de febrero del 2005, el Consejo de la Unión Europea aprobó la “Con-vención sobre el acceso a la infor-mación, la participación del público en la toma de decisiones y el acceso a la justicia en asuntos de medio ambiente” o Convenio de Aarhus.19
19. El Convenio de Aarhus se basa en la idea de que una mejora del acceso del público a la información y a la justicia, así como una mayor participación en la toma de decisiones en materia de medio ambiente, redundarán en una aplicación más adecuada del Derecho medioam-biental, y consecuentemente una mejor protección del medio ambiente. Decisión 2005/370/CE del Consejo, del 17 de fe-brero del 2005. Para conocer el texto completo del Convenio de Aarhus, ver. http://europa.eu/scadplus/leg/es/lvb/l28056.htm
20. Para conocer el texto de la Convención Europea de Acceso a Documentos Ofi-ciales, visitar: http://www.conventions. coe.int/Treaty/EN/Treaties/Html/Access Doc.htm
El pasado 27 de noviembre del 2008, los Estados Miembros del Consejo de Europa suscribieron la Convención Europea para el Acceso a la Información de Documentos Oficiales,20 cuyo texto se considera el primer ordenamiento jurídico in-ternacional que garantice el derecho al acceso a la información pública, a través de cualquier soporte y en poder de autoridades públicas. La Convención establece que el dere-cho al acceso a “documentos oficia-les” puede ser ejercido por todas las personas sin la necesidad de de-mostrar un interés particular en torno a la información requerida, sin nin-gún cobro por la tramitación y entre-
ga de los documentos solicitados. En otras palabras, el acceso debe ser la norma y su denegación, la excep-ción, para todos los ciudadanos, sin que tengan que demostrar ningún interés personal concreto.
Si bien ha habido un avance en el desarrollo de un cuerpo jurídico internacional vinculante, la Conven-ción Europea para el Acceso a la Información de Documentos Oficia-les tiene sus detractores, específi-camente en lo que se refiere al al-cance. Las ramas judiciales y legislativas solamente están obliga-das a publicar documentos relacio-nados con sus “funciones adminis-trativas”, igual consideración reciben las entidades privadas que gestionen recursos públicos. La Convención también obvia el derecho de apelar al “silencio administrativo” al momen-to que se solicite información públi-ca, y tampoco define los plazos para hacer entrega de información.
Aproximación conceptual
Derecho a la información
¿Qué es el derecho a la infor-mación? Se puede afirmar que no existe un concepto uniforme y uni-versalmente aceptado, sin embargo, existen diversos elementos que permiten construir una definición compatible con las definiciones recu-rrentes formadas desde la doctrina jurídica clásica. Para tal fin, es opor-tuno tomar como punto de partida el texto del Artículo 19 de la Declara-ción Universal de Derechos Huma-nos de 1948, para encontrar una conceptualización universalmente aceptada. En tal sentido se reconoce como una garantía fundamental que toda persona posee para: investigar, recibir y difundir información.
Estructura interna del derecho
a la información
Según Azurmendi (2001:31), el derecho a la información en su calidad de derecho humano puede desglosarse a partir de tres categor-ías, que constituyen su estructura interna:
Características del derecho
a la información
Derecho a la información:
‘lato senso y estricto senso’
De acuerdo al concepto inspi-rado en el pensamiento liberal del siglo XVIII y operacionalizado a través de la Declaración Universal de Derechos Humanos, el derecho a la información en su sentido amplio o lato sensu, se refiere al derecho fundamental que posibilita el acceso a la información libremente y sin restricciones (salvo las que la ley prevé) a todas las personas (Villa-nueva, 2003: XVIII). El derecho a la información en este sentido se pre-senta como un derecho individual que ha de cumplir una función que maximice el campo de autonomía personal, posibilitando el ejercicio de la libertad de expresión en un con-texto de mayor diversidad de datos, voces y opiniones (Abromovich y Courtis, 2000:2).
En base al principio de indivi-dualidad, el acceso y uso de la in-formación es un acto individual, de-bido a que las necesidades varían de persona a persona, incluso la misma información podría tener dife-rentes usos en distintos entornos o momentos. No obstante, se puede afirmar, que esa misma información interpretada en el ámbito social, puede funcionar como un mercado social de ideas, en el que cada indi-viduo, expresando su propia opinión de la información asimilada y con-frontándola con la opinión de los demás, puede dar lugar a que se genere una especie de verdad colec-tiva u opinión pública. afirmar, que esa misma información interpretada en el ámbito social, puede funcionar como un mercado social de ideas, en el que cada indi-viduo, expresando su propia opinión de la información asimilada y con-frontándola con la opinión de los demás, puede dar lugar a que se genere una especie de verdad colec-tiva u opinión pública. afirmar, que esa misma información interpretada en el ámbito social, puede funcionar como un mercado social de ideas, en el que cada indi-viduo, expresando su propia opinión de la información asimilada y con-frontándola con la opinión de los demás, puede dar lugar a que se genere una especie de verdad colec-tiva u opinión pública.
21. Con la finalidad de argumentar este postulado, es conveniente remitirse a la jurisprudencia costarricense. El Voto No. 03074-2002, de la Sala Constitucional de la Corte Suprema de Justicia de Costa Rica, desarrolla en forma importante lo que es el derecho a la información, al re-solver que: “El derecho a la información es uno de los derechos del ser humano y está referido a una libertad pública indi-vidual cuyo respeto debe ser propiciado por el propio Estado. Este derecho, a la vez, un derecho social cuya tutela, ejer-cicio y respeto se hace indispensable pa-ra que el ciudadano tome parte activa en las tareas públicas y pueda así participar en la toma de decisiones que afectan a la colectividad. En ese sentido, es un de-recho inalienable e indispensable en la medida en que se parte de que informa-ción significa participación. De esta manera, si la información es requisito para que el ciudadano individualmente considerado adopte decisiones, informar, a la vez, es promover la participación ciudadana....”
22. Según Dahl, la democracia parte de un principio, el de que todos los miembros de la comunidad política deben ser trata-dos -bajo la Constitución- como si estu-vieran igualmente cualificados para par-ticipar en el proceso de toma de decisiones sobre las políticas que vaya a seguir la asociación (Villoria, M. 2006:134 ).
23. De acuerdo al jurista hondureño, Leo Valladares Lanza (2007), el derecho a la información es el “sustantivo”, que expli-ca en qué consiste; en cambio, el dere-cho de acceso a la información pública
es el “verbo”, porque establece las ma-neras de hacer, realizar y garantizar el derecho a buscar, recbir y difundir informaciones.
Al argumentar que la opinión pública es producto de un proceso social de asimilación e interpretación de la información, el derecho a la información en su sentido estricto o estricto sensu, se considera como un derecho colectivo.21 Tal derecho se considera fundamental para el mejo- ramiento de una conciencia ciuda- dana que contribuirá a que las per- sonas se encuentren mejores calificadas para tomar decisiones; requerimiento esencial para el desa- rrollo político, económico y social de éstas, y para la consecución de una democracia de calidad en términos de Dahl (véase gráfico No. 1).22
Derecho al acceso
a la información pública
El derecho al acceso a la in-formación pública, se puede definir como: “la prerrogativa que goza toda persona para acceder a datos, regis-tros y todo tipo de información en poder de entidades públicas y em presas privadas que ejercen gasto público y/o cumplan funciones de autoridad, con las excepciones taxa-tivas que establezca la ley (Villanue-va, E. 2003: XXIV).23
El derecho al acceso a la in-formación pública es un derecho fundado en una de las característi-cas principales del gobierno republi-cano, que es el de la publicidad de GRÁFICO No. 1
DERECHO A LA INFORMACIÓN EN SUS DOS INTERPRETACIONES:
A) SENTIDO AMPLIO, ID. EST., DERECHO INDIVIDUAL QUE POSIBILITA
EL ACCESO A LA INFORMACIÓN LIBREMENTE Y SIN RESTRICCIONES
(SALVO LAS QUE LA LEY PREVÉ), Y B) SENTIDO ESTRICTO,
ID. EST. DERECHO AL ACCESO A LA INFORMACIÓN PÚBLICA
Fuente: Elaboración propia.
los actos de gobierno y transparen-cia en la administración. Esta carac-terística se explica a partir de los propios cimientos del ejercicio del gobierno representativo: la incorpo-ración democrática tiene carácter temporal, y las funciones públicas que ejercen los delegados o gober-nantes estarán abiertas al escrutinio de los representados o gobernados. El acceso a la información sobre la cosa pública y su consecuente com-prensión, posibilita a las personas a participar con propiedad, contribu-yendo de tal modo al debate público de las ideas, lo que constituye una garantía esencial del sistema de-mocrático (Sartori, G. 1997).
24. La Ley Modelo ha sido diseñada con el propósito de asistir a países que están considerando adoptar legislación en ma-teria de acceso a la información. La Ley contiene muchas de las estructuras y provisiones de legislaciones del Com-monwealth Británico que se consideran efectivas e innovadoras en la promoción del derecho a la información, así como otros elementos considerados por la or-ganización en el Artículo 19.
Para conocer el texto completo de la Ley Modelo, ver: http://www.article19.org/ work/regions/latin-america/FOI/pdf/ Modelolei.pdf
Estructura del derecho
al acceso a la información
pública
La conceptualización del ac-ceso a la información como derecho es aún incipiente, y ha sido hasta años recientes que se han iniciado discusiones sobre la justificación y los alcances de este derecho, los
que aún no han adquirido un perfil definitivo en términos jurídicos como en su implementación. Dentro de esa línea, autores como Ernesto Villanueva (2003) buscan describir la estructura del derecho al acceso a la información pública, y se encuentran justamente con las diferentes nocio-nes, interpretaciones y alcances que se tienen sobre el derecho, primor-dialmente influenciado en gran me-dida por la cultura jurídica como por el desarrollo institucional de cada país.
Al tratar de distinguir a profun-didad quien es el “sujeto acti-vo” del derecho, algunas legis-laciones consideran a las personas jurídicas, mientras otras se refieren a las natura-les. A la vez puede quedar la incertidumbre, sobre sí la titu-laridad del derecho debe re-caer únicamente sobre los ciudadanos o cualquier perso-na residente en el país. En to-do caso la tendencia interna-cional, liderada por la Ley Modelo de Acceso a la Infor-mación24 y los 10 Principios del Derecho al Acceso a la In-formación Pública (10 Princi-ples on Right to Know); busca uniformar las legislaciones al dejar por sentado que el dere-cho de acceso a la informa-ción es de naturaleza tal que puede ser reclamado por cualquier persona, sin necesi-dad de demostrar nacionalidad y justificación.25
25. Para mayor información, véase: 10 Principles on Right to Know. Ver: http://www.justiceinitiative.org/Principles/ index
26. Así lo establece el Artículo 1º de la Ley Modelo de Acceso a la Información Ad-ministrativa para la Prevención de la Co-rrupción de la OEA: Artículo 1º: Derecho de Información y de Acceso a los Expe-dientes y Actas de carácter administrati-vo. “Toda persona tiene derecho a solici-tar y a recibir información completa, veraz, adecuada y oportuna, de cual-quier órgano perteneciente a la adminis-tración central, descentralizada de entes autárquicos, empresas y sociedades del Estado, sociedades anónimas con parti-cipación estatal mayoritaria, empresas e instituciones autónomas, órganos des-concentrados de la administración, y en todas aquellas otras organizaciones em-presariales donde el Estado tenga parti-cipación en el capital o en la formación de decisiones societarias; así como del Poder Legislativo y Judicial, salvo dispo-sición en contrario, en cuanto a su activi-dad administrativa..”Para conocer el tex-to completo de la Ley Modelo de Acceso a la Información Administrativa para la Prevención de la Corrupción de la OEA http://www.oas.org/juridico/spanish/ preventivas/guate_docs/dr_alfredo_ chirino_s%C3%A1nchez.htm
En lo que concierne al sujeto pasivo, inicialmente las leyes lo limitaban al Poder Ejecutivo, no obstante, en la actualidad buena parte de las legisla-
ciones nacionales, abarcando las latinoamericanas, incluyen como sujeto pasivo a los tres poderes y a empresas priva-das o entidades del Tercer Sector que ejercen gasto público.26
27. De esta manera, la información debe entenderse en un sentido amplio que abarque los procedimientos: recolectar, almacenar, tratar, difundir, recibir; así como los tipos de información: hechos, noticias, datos, opiniones, ideas; y sus diversas funciones (Villanueva. 2003:XVII).
pública: una herramienta
para un fin y no el fin
en sí mismo
La vinculación entre el dere-cho del ciudadano al acceso a la información y el ejercicio de otros derechos constitucionales no es casual: precisamente la garantía del acceso resulta ser el fundamento básico para el ejercicio libre y res-ponsable de otros derechos funda-mentales y el desarrollo de la vida pública y privada de las personas. Esto resulta particularmente claro cuando se tiene en cuenta que sí un ciudadano no recibe información amplia, veraz, actualizada, completa y comprensible sobre los asuntos que le interesan, no podrá tomar decisiones mejores calificadas.
En ese sentido, la información funciona como presupuesto de la posibilidad de una decisión racional por parte del titular de un derecho. En muchos casos, las personas se ven afrontadas por un abanico de posibilidades de acción o elección, el ejercicio efectivo del derecho sólo tendrá sentido en la medida de la existencia de información previa que haga posible una verdadera y ade-cuada elección. El derecho al voto, es el ejemplo paradigmático de esta situación (aunque además de infor-mación también necesita asimilar estos datos dentro de un proceso cognoscitivo), pero también se pue-den considerar ejemplos en el dere-cho del consumidor, en el que, la información está dirigida a determi-nar las preferencias del consumidor, y de esta manera decidir con un conocimiento mejor cualificado las cualidades y atributos de los produc-tos o servicios en el mercado.
Todos los derechos antes mencionados requieren diversos niveles de información para poder adquirir un cierto rango de ejecutivi-dad y, por supuesto, la carencia de los datos y valoraciones que requie-re podría provocarle disfunciones en el ejercicio de sus derechos, o inclu-so el temor o miedo a su realización:
“Un ciudadano que enfrenta vacíos y lagunas de informa-ción sobre asuntos públicos tampoco tendrá oportunidad de expresar su pensamiento sobre dichos asuntos, lo que socavaría los principios fun-damentales de toda democra-cia: el control popular y la igualdad política”. (Villoria, M. 2006:110).
Conforme a tal aserción se puede concluir que el afianzamiento del derecho al acceso a la informa-ción es condición sine qua non para la consecución de otros derechos y consecuentemente la debida partici-pación ciudadana en el proceso de-mocrático y en el desenvolvimiento social y económico.
El acceso a la información
pública y la consolidación
democrática
Según la Teoría Normativa de la Democracia de Robert Dahl (1999:7), existen cinco criterios de un gobierno democrático, a saber:
28. El estudio efectuado por el Open Socie-ty Justice Initiative buscó descubrir cómo las oficinas y agencias gubernamentales de catorce países respondían a las soli-citudes específicas de información. De estos países incluidos en el estudio, sie-te (Armenia, Bulgaria, Francia, México, Perú, Rumania y Sudáfrica) poseían le-yes de acceso a la información en el momento del monitoreo. Los tres restan-tes (Argentina, Chile y España) poseían disposiciones sobre acceso a la informa-ción en diversos textos jurídicos, pero aún no habían adoptado una legislación plena sobre el acceso a la información. Cuatro de los países monitoreados (Ghana, Kenia, Macedonia y Nigeria) no poseyeron leyes de acceso a la informa-ción de ninguna clase. (Macedonia adoptó una ley de acceso a la informa-ción después del estudio, en el 2006).
Conforme a estos criterios, si las autoridades públicas, de manera deliberada y dolosa retie-nen, retrasen o manipulen la infor-mación pública para vedar la posibi-lidad de que la ciudadanía pueda participar libre y objetivamente en la formación de la voluntad general, en el proceso de toma de decisiones y en el control popular, incurrirán en una violación a un derecho funda-mental y sobre todo se estará violen-tando los principios democráticos republicanos (Villoria, M. 2006).
El concepto de la democracia se funde sobre un principio básico: el poder reside en la ciudadanía y es ésta la que elige a sus representan-tes para que lo ejerzan. Con el voto, los ciudadanos delegan el poder para la administración del Estado, sin renunciar al derecho de conocer qué es lo que se hace en nombre de ellos. De esta forma, el sistema de-mocrático liberal supone dos princi-pios fundamentales:
El reconocimiento del derecho al acceso a la información es el pri-mer elemento que ayuda a que la transparencia y la rendición de cuen-tas pueda traducirse en la reducción de la discrecionalidad de los agentes públicos, para determinar qué infor-mación es pública y cuál es confi-dencial. Prueba de esto se evidencia en el estudio de monitorio denomi-nado “Transparencia y Silencio”, llevado a cabo por The Open Society Justice Initiative en catorce países de diversos sistemas jurídicos y ad-ministrativos en el 2004.28 De acuer-do a los resultados obtenidos, se logró evidenciar que en los países con leyes de acceso a la informa-ción, las solicitudes de información a las entidades gubernamentales ob-tuvieron respuestas con un 20% más de frecuencia, en comparación con aquellos sistemas legales caren-tes de una ley de acceso a la información. La rendición de cuentas y transparencia en la gestión pública no son elementos aislados, pero no deben confundirse. El gobierno debe rendir cuentas para reportar y expli-car sus acciones, y debe ser trans-parente para demostrar sus acciones y ser objeto de escrutinio público. Con esto se asegura que los funcio-narios se responsabilicen de sus actos ante la misma administración pública, el sistema legal o la propia sociedad. Con la transparencia se garantiza que los gobernantes se desenvuelvan conforme unos princi-pios éticos y morales o marcos lega-les aceptados y reconocidos por la ciudadanía. Con la rendición de cuentas el agente se justifica ante su principal, y con la transparencia el principal puede conocer si el agente está actuando de acorde a la norma-tiva (Guerrero, 2002:13-14).
Con la transparencia los go-bernantes se comprometen a la dis-cusión abierta. Con la rendición de cuentas los representantes manifies-tan el grado de receptividad ante las demandas ciudadanas, y conse-cuentemente se les evalúa su desempeño, ya sea en el voto, verti-cal electoral accountability, o por la misma deslegitimación de su manda-to-social accountability- (Peruzzotti y Smulovitz. 2006:8). En ese sentido, la rendición de cuentas es una herramienta útil para castigar gober-nantes ineficaces o deshonestos y premiar a quienes atienden los in-tereses de sus electores. No obstan-te, estos mecanismos acarrean un precio. Al defender la transparencia y la rendición de cuentas, la ciuda-danía debe asumir costos económicos, sociales y políticos, pues las instituciones y autoridades públicas deben tomar la nueva tarea de dar a conocer información que anteriormente no divulgaban, (impli-ca una reorganización y reordena-miento administrativo en términos estructurales, operativos y cultura-les) y en el ínterin; las burocracias (acostumbradas a la opacidad admi-nistrativa), y las élites que controlan la información para fines particularis-tas, contraatacarán toda iniciativa que busque modificar sus compor-tamientos y nichos de poder.
A continuación se pretende ilustrar el rol del acceso a la informa-ción pública como herramienta para el control popular y una mejor ges-tión pública. Se vincularán los con-ceptos “transparencia” y “rendición de cuentas” con el derecho de acce-so a la información en el contexto de las administraciones públicas. Se delimita de esta manera, en vista que la acción de la Administración Pública, AP, no sólo incide sobre las instituciones del mercado y de la democracia, sino porque la adminis-tración pública tiene una influencia directa en las percepciones y grado de confianza que la ciudadanía tiene del gobierno, especialmente si to-mamos en cuenta la naturaleza clientelar y patrimonialista de nues-tros gobiernos.
Transparencia
Un concepto que guarda es-trecha relación con el derecho al acceso a la información pública es el de transparencia; en palabras de Nuria Cunill Grau (2005:7): “Induda-blemente al referirse a transparencia es referirse a la información”.
29. Existe enorme consenso por parte de los medios de comunicación y por la ciuda-danía en general, en asociar clientelismo y corrupción como sinónimos. La razón principal de su asociación se encuentra en que el clientelismo, en ocasiones, puede ser un instrumento al servicio de la corrupción, y ésta a su vez, puede ser consecuencia del clientelismo. Otro mo-tivo, se debe a que, tanto en el cliente-lismo como en la corrupción, se produce un intercambio. No obstante, esta carac-terística no es suficiente como para equipararlos, aunque se recalca la pare-cida función instrumental que tienen, -en cuanto a que privatizan la vida política y tratan a los bienes públicos como ele-mentos divisibles, excluyentes y a los que se les otorga un precio-, no se desenvuelven dentro de los mismos parámetros de la legalidad, ni de lealtad (Corzo, S. 2002:10-11).
30. Manuel Villoria (2006: 104) realiza una diferenciación de la corrupción en fun-ción al bien esencial dañado. En el caso de la corrupción administrativa, el bien esencial sería “la eficacia en la consecu-ción de los intereses generales”. Para el caso de la corrupción política, el bien esencial sería la propia “política”, al olvi-darse la razón de ser de la misma e incumplirse los principios en que se fun-damenta este instrumento de concerta-ción y dialogo para la resolución de los problemas comunes. Para ampliar más sobre el tema de Corrupción Política, ver Villoria M. (2006) La Corrupción Política. Edit. Síntesis. Madrid.
rencia se puede entender como: “aquella cualidad de los gobiernos democráticos consistente en dejar ver al público sus estructuras, fun-cionamientos y procesos de toma de decisiones.”
En términos generales, trans-parencia significa fundamentalmen-te, que las actuaciones del poder deben ser limpias y públicas, que nada debe permanecer oculto: que debe abolirse el secreto en el ejerci-cio del poder y en la administración del Estado. Es la necesidad de que todos los procedimientos del Estado se apeguen a la ley y al principio de publicidad, que aseguren la correcta ejecución de los recursos públi-cos, y que puedan ser revisados sin obstáculo alguno por cualquier ciudadano.
Muchos expertos y no exper-tos coinciden con la noción en torno a la transparencia como instrumento efectivo en la lucha contra la corrup-ción. No es nada nuevo comprender que al publicar y divulgar los datos de la administración, se limitan las vías y medios para cometer irregula-ridades y monopolizar los recursos de la administración pública. Accio-nes como la publicación de los sala-rios y declaraciones patrimoniales de los funcionarios públicos, los proce-sos de licitación, los concursos a puestos o los presupuestos adminis-trativos, pueden inhibir la concesión de privilegios individuales, la comi-sión de sobornos, fraude o prácticas clientelares,29 que atenten contra la consecución del interés general.30 No obstante, la transparencia no es un elemento que surge por simple autopoiesis en las instituciones, ésta requiere de la existencia de normas y mecanismos que garanticen que en todo momento los ciudadanos puedan conocer lo que sucede en la gestión de lo público, es decir, un derecho a la información y uno al acceso a la información garantizado por instituciones sólidas, imparcia-les e impermeables que desincenti-ven el apropiamiento personal de la información.
31. Un buen ejemplo al respecto lo propor-ciona Costa Rica, a través del Sistema Nacional de Evaluación, SINE, imple-mentado desde 1996. Esta experiencia sugiere que en ausencia de incentivos materiales que fomente una cultura de gestión orientada a resultados, la rendi-ción de cuentas en foros públicos puede constituirse en un incentivo moral para motivar el uso de las evaluaciones en la
mejoría de la gestión. De hecho, el reco-nocimiento público de los niveles de desempeño institucional y sectorial, constituye el principal mecanismo con que cuenta el SINE, para comprometer y estimular a los gerentes con el cumpli-miento de las metas sectoriales, plasma-das en el Plan Nacional de Desarrollo de Costa Rica.
http://www.eclac.org/publicaciones/xml/7/7777/SesionXII.pdf
Otro punto loable de discu-sión, es la correlación directa exis-tente entre eficiencia y transparen-cia. Se puede argumentar que mayor transparencia, genera un incentivo para que exista una mayor producti-vidad en el funcionamiento de la administración del Estado. En otras palabras, la transparencia de los resultados obtenidos por los distintos organismos públicos, fomenta la competencia entre éstos, por conse-
guir aprobación social. De esta for-ma, los directivos y funcionarios en general se comprometen y se esti-mulan con el cumplimiento de metas, de manera que los organismos de la administración pública mejor califi-cados, en un año se ven estimulados a continuar realizando esfuerzos para mantenerse en las posiciones de avanzada, mientras que los entes públicos mal evaluados se esfor-zarán el doble para abandonar los últimos lugares.31
A la vez, la transparencia pue-de convertirse en un incentivo a la mejora del desempeño, vía la pre-sión social. Motta en Grau (2005:33) en su estudio sobre “Ansiedad y miedo en el trabajo; la percepción del riesgo en las decisiones adminis-trativas” detalla que la publicidad sobre los resultados obtenidos por una organización puede constituirse en un sistema eficaz de incentivos para los dirigentes, sobre todo si se tiene en cuenta que los gestores públicos informan preocuparse más por las reacciones políticas y a los cuestionamientos sociales sobre un posible uso arbitrario de los recursos públicos, que a las críticas de la clientela sobre la calidad de los servicios.
Los atributos que convierten
a la información
en transparencia
Según el Banco Mundial, BM, los atributos que convierten a la in-formación en transparencia son: a) fácil acceso; la información debe ser comprensiva; b) dotada de relevan-cia, y finalmente debe c) ser de cali-dad y confiable.
33. Por otro lado, la Internet se ha convertido en una herramienta de gran utilidad para reducir la corrupción en las contratacio-nes públicas, permitiendo publicar los llamados a licitación, hacer un segui-miento de todas las compras públicas y ofrecer los resultados de las mismas on line. Brasil y Chile, al establecer Com-prasnet (www.comprasnet.gov.br) y ComprasChile (www.compraschile.cl) respectivamente, se convirtieron en los pioneros de la región sudamericana (Transparencia Internacional. Global Co-rruption. 2003).
La información que la ciuda-danía necesita en particular puede verse inmersa en una avalancha de datos irrelevantes. ¿Qué se gana al recibir información que carezca de relevancia o que no sea comprensi-va para la ciudadanía? La previsión más clara es que hay que “ciudada-nizar” la información, lo que interesa a la ciudadanía no necesariamente es lo que concierne a los gestores o a los políticos, es decir, que la infor-mación debe estar asociada en for-ma directa a su utilidad para la ciu-dadanía referida. En otras palabras, para tener la facultad de decidir, los padres deben conocer más que la dimensión del presupuesto educativo del Estado; deben poder identificar con exactitud el presupuesto de la propia escuela de sus hijos, de lo
contrario, las posibilidades de des-cubrir preferencias en la tramitación de peticiones y recursos, o desvia-ciones en el desembolso de los fon-dos, se verán constreñidas.
Unos de los retos más impor-tantes que plantea el ejercicio del derecho al acceso a la información es lograr que sea de fácil acceso. En las zonas rurales de nuestros países en desarrollo, la importancia del derecho de acceso a la información se relativiza, si para obtener esta información la persona debe viajar grandes distancias hacia los lugares donde se entrega la información. En este caso particular, no se trata del derecho a la información limitado en su campo de acción por garantías individuales o la prerrogativa estatal concerniente a temas de seguridad nacional, sino la disyuntiva que exis-te entre las exigencias de informa-ción por parte de la ciudadanía y las capacidades administrativas y técni-cas de producir y hacer llegar la información.32
No cabe duda que la creación de páginas de Internet en las que las personas puedan fácilmente conse-guir la información, constituye un mecanismo sencillo para los Esta-dos, de forma tal que puedan facilitar el acceso y cumplir con la obligación de regirse por los principios de máxima divulgación, publicidad y transparencia para garantizar el de-recho de acceso a la información en poder del Estado.33 En otras pala-bras, la creación, mantenimiento y actualización de una página web es un mecanismo más que tiene el Es-tado para cumplir con su obligación de colectar, guardar y diseminar la información que se encuentra en su poder, pero de ninguna manera pue-de ser el único, considerando el limi-tado acceso o desconocimiento en el manejo de las Tecnologías de la Información y de las Comunicacio-nes, TIC, por parte de grandes sec-tores de la población.
34. Las entidades responsables a nivel estatal de garantizar el derecho de acce-so a la información recurrieron a utilizar, como principal indicador del impacto de las leyes, el número de solicitudes de in-formación presentadas. Flores Trejo, E. (2005) Perfeccionamiento y clasificación de las leyes de transparencia y acceso a la información. X Congreso Internacional del Centro Latinoamericano de Adminis-tración para el Desarrollo, CLAD, sobre la reforma del Estado y la Administración Pública. Santiago, Chile.
Dentro del contexto de fácil acceso de la información, no sola-mente se debe tomar en cuenta “qué” información se hace accesible al público, sino “cómo”. Investigacio-nes como la de Eduardo Flores-Trejo (2005) sobre la efectividad de la Ley Federal de Transparencia y Acceso a la Información Pública de México (ex post 2 años), demostraron que el número ascendente de solicitudes de información era más bien el refle-jo de sistemas pobres de divulgación de información pública, y no necesa-riamente de signos de mayor apertu-ra.34 En este sentido, parece ser que transparentar la gestión pública re-presenta inevitablemente una nueva forma de organización de las institu-ciones públicas. No solamente se trata de una nueva lógica en la ges-tión de los archivos, sino una reor-
ganización de las estructuras y pro-cedimientos, con la finalidad de que la función de gestión de la informa-ción sea efectivamente cumplida.
Rendición de cuentas
En América Latina, a medida que han evolucionado los sistemas políticos, cada vez es mayor la de-manda ciudadana por información precisa y comprobable de la admi-nistración pública, tanto de sus re-cursos cómo de la toma de decisio-nes y de los resultados de la gestión gubernamental. Por otro lado, con el advenimiento de la competitividad electoral que trajo consigo las transi-ciones democráticas, los gobiernos divididos y la alternancia en el poder, rendir cuentas se ha vuelto una prio-ridad de los gobiernos, de los cuer-pos legislativos y de los demás es-tamentos gubernamentales (Aguilar Villanueva, L. 2006). En ese sentido, la rendición de cuentas es el ele-mento central de las democracias representativas de la región latinoa-mericana, ya que en su realización se encuentra uno de los principales instrumentos para controlar el abuso del poder, y garantizar que los go-bernantes cumplan con transpa-rencia, honestidad, eficiencia y efi-cacia el mandato otorgado por la ciudadanía.
Andreas Schedler (1999:46), al conceptualizar rendición de cuen-tas, menciona que el concepto pre-senta dos dimensiones, por un lado, la obligación de los políticos y fun-cionarios públicos de informar y justi-ficar sus actos, answerability, y, por el otro, la capacidad para imponer sanciones negativas a los funciona-rios y representantes que violan ciertas normas de conducta, enfor-cement. Answerability implica el derecho ciudadano de recibir infor-mación y la obligación de los funcio-narios de proveerla, pero de manera paralela significa también contar con los mecanismos para supervisar los actos del gobierno. Enforcement, simboliza hacer cumplir la ley y san-cionar a los gobernantes y represen-tantes que incumplan su mandato, con el propósito de que paguen las consecuencias de sus actos y se active un mecanismo de control preventivo.
35. Rendición de cuentas es una traducción inexacta de la palabra anglosajona “ac-countability”, que según la definición brindada por el diccionario de la lengua inglesa Merriam-Webster significa: ser sujeto a la obligación de reportar, expli-car, justificar algo; ser responsable ante alguien de algo. (“Accountability: an obli-gation or willingness to accept responsi-bility or to account for one's ac-tions.”)http://www.merriam-webster. com/dictionary/accountability
37. Entiéndase Social Accountability como un mecanismo no-electoral, sin embargo, vertical de control sobre las autoridades políticas, a través de las múltiples accio-nes llevadas a cabo por asociaciones cívicas, movimientos sociales y medios de comunicación. Estas múltiples accio-nes tienen como objeto el monitoreo de los actos de las autoridades públicas, denunciar irregularidades en la gestión de lo público, logrando catalizar las agencias de accountability horizontal (Peruzzotti, E. y Smulovitz, C. 2006:10).
A pesar de este precepto de-mocrático, América Latina presenta serios problemas de rendición de cuentas o “accountability”.35 En gran parte debido a los graves déficits institucionales: ausencia de sistemas efectivos de pesos y contrapesos, una administración de justicia caren-te de independencia, corrupción sistémica en todos los niveles de la administración pública, y las actuales prácticas electorales, han puesto en entredicho el propio ejercicio de la rendición de cuentas y los peculiares mecanismos tradicionales de ac-countability (Peruzzotti y Smulovitz. 2006: 3).36
Como respuesta a esos défi-cits institucionales, ha surgido un nuevo estadio político, ocupado por una variedad de actores sociales y redes de Organizaciones No Guber-namentales, ONG, que exigen y monitorean la legalidad de las accio-nes gubernamentales, y por otro lado, medios de comunicación que a través de sus esfuerzos periodísticos han investigado y denunciado la corrupción. Este nuevo estadio polí-tico se ha traducido en “social ac-countability”;37 donde actores socia-les, no solamente incorporan nuevos recursos a los clásicos repertorios electorales e institucionales de con-trol gubernamental, sino que pueden compensar muchas de los déficits internos que presentan los meca-nismos de rendición de cuentas tradicionales.38
38. Para Guillermo O’Donnell (1999, 2004), los mecanismos tradicionales de accoun-tability se pueden clasificar en dos gru-pos: 1) accountability horizontal, versa sobre el sistema de separación de pode-res, de frenos y contrapesos, y de debido proceso; y 2) accountability vertical, corresponde a la función disciplinaría que supone la existencia de elecciones periódicas y competitivas, considerados como controles externos.
39. Para mayor información sobre el concep-to de registro que maneja el United Na-tions Public Administration Network, UNPAN. Ver: Access to Information, Transparency and Accountability.
Semejante cambio cultural lle-va inevitablemente a una actitud más crítica hacia las tareas de la clase política: el representado ya no per-manece como un sujeto pasivo sino que está asumiendo un rol de moni-toreo más activo y participativo. Esta nueva interpretación del contrato representativo enfatiza el estableci-miento de mecanismos y recursos para monitorear y disciplinar a los representantes políticos. Ya no se trata simplemente de delegar la con-fianza o responsabilidad en las diz-que cualidades personales de un líder, sino que existe una preocupa-ción por complementar el acto de autorización política con el fortaleci-miento de una red impersonal de dispositivos institucionales de super-visión y control del poder.
La pregunta central que hay que responder, en torno al concepto de rendición de cuentas, es preci-samente: ¿cómo regular y reducir el margen entre el representante y el representado, y simultáneamente, preservar la diferenciación entre autoridades políticas y la ciudadan-ía? Se puede considerar que ante más accountability habrá mayor di-suasión para realizar actividades contrarias al mandato conferido. No obstante, para lograr el efecto disua-sivo es importante fortalecer dos elementos esenciales: por un lado, las agencias asignadas deben tener la suficiente autonomía, autoridad y compromiso para realizar sus fun-ciones, sin que sean intervenidas o manipuladas por intereses particula-res (para esto se debe abogar por mecanismos más transparentes y participativos en los procesos de nominación y nombramiento de los encargados políticos de las agencias de accountability horizontal; y un segundo elemento, se requiere de una ciudadanía más participativa, organizada y exigente, capaz de movilizarse y no perpetuarse en la anomia.
La gestión y manejo
de la información
para una mejor rendición
de cuentas
En muchos de los países en desarrollo el sistema formal de regis-tros es débil, está por colapsar o ha colapsado.39 La falta de personal capacitado y el poco énfasis que se presta en la importancia y necesidad de la rendición de cuentas, tanto por el gobierno, como por la sociedad, son considerados como las mayores causas de la ineficacia en los siste-mas de administración de informa-ción. A la par de esta triste realidad, aparecen sistemas informales de gestión de información y que al igual que su contraparte formal, presentan deficiencias estructurales, producto de la administración que improvisan en vez de gestionar. Los sistemas informales que aparecen, producto de reglas poco claras sobre el mane-jo de información pública, en muchas ocasiones debido a la propia ausen-cia de reglas, generan los incentivos y oportunidades para manipular arbi-trariamente los datos, lo que produce un sentimiento de informalidad en la actividad burocrática, que conlleva a desigualdades en la prestación de los servicios, dificultades en el moni-toreo y evaluación, incrementa el costo administrativo y es criadero de prácticas corruptas.
La fuerza más grande detrás de la necesidad y urgencia de siste-mas de registros adecuados, recae en el impacto de la revolución digital sobre la capacidad de gestión de los gobiernos. Con la computarización se espera que los gobiernos brinden mayores y mejores servicios públi-cos, acompañados con mayor trans-parencia y “accountability”. Desafor-tunadamente, en muchos de los países en desarrollo, el excesivo énfasis puesto en las TIC como herramientas de manejo de informa-ción, en vez de la oportuna gestión de la información, ha venido a agra-var la situación. Iniciativas para so-breponer sistemas computarizados, para remediar los colapsados regis-tros en soporte físico, ha conllevado a gastos excesivos y sistemas de registro, tanto físicos como electróni-cos pocos confiables. Lo recomen-dable es que la transición hacia el soporte electrónico se haga de ma-nera gradual, con el debido cui-dado para asegurar la autenticidad, confiabilidad y veracidad de los registros.
En realidad todos los gobier-nos aún llevan a cabo la mayoría de sus operaciones en soporte físico, y por lo visto, continuarán utilizando estos formatos como apoyos indis-pensables en sus operaciones coti-dianas, ya que todavía constituyen un medio confiable y seguro, en contraposición a los riesgos que conllevan mantener registros electrónicos. De esta manera, las administraciones del Estado deben asegurarse que sobre los datos electrónicos que se recopilen, exista documentación física original que certifique la veracidad de éstos. Dentro de esta recomendación es de considerar: los registros personales, de pensión, préstamos hipotecarios, propiedades inmobiliarias, contratos públicos y procesos de tomas de decisión de políticas públicas. Hasta que se determine que los registros y archivos electrónicos puedan ser preservados y mantenidos durante el tiempo de forma confiable y auténti-ca, los aplicativos TIC deberían complementar, en vez de suplantar los ya existentes en soporte físico. El precio de la transparencia
y la rendición de cuentas
Una de las lecciones que ofre-ce la experiencia, es que la transpa-rencia y la rendición de cuentas constituyen un proceso cuyo desa-rrollo no puede dejarse librado a la discrecionalidad de las propias auto-ridades, sino requiere de un aborda-je multifacético que incluya a actores sociales, económicos y políticos. La razón de fondo es que la transpa-rencia y la rendición de cuentas afectan los balances de poder y, por lo tanto, requiere del desarrollo de una estrategia que obligue a quienes detentan la información oficial a con-ceder ese poder. Como menciona Schedler en Grau (2005:40): “la transparencia nunca es absoluta: hay que contar siempre con cierta opacidad de poder”.
40. Ley de Transparencia de Acceso a la Información Pública de Honduras: Decre-to Legislativo 170-2006 del 30 de di-ciembre del 2006, regula el acceso a la información pública de los tres poderes de la Republica y sobre el sector privado que gestiona fondos o servicios públicos.
Los países latinoamericanos manifiestan sistemas legales alta-mente codificados y administracio-nes sumamente verticalizadas y jerárquicas, que han seguido con frecuencia la vía más ineficaz y cos-tosa para que sus gobiernos rindan cuentas. Se han creado innumera-bles controles administrativos para limitar la corrupción, pero estos con-troles internos sólo han dado lugar a
altos costos burocráticos y trativos y, en ocasiones, han gene-rado más corrupción, al haber más documentos que llenar, más infor-mes que entregar y más obstáculos que evadir, surgen “rentseekers” que se aprovechan del ambiente legal, la excesiva tramitología, y el monopolio de la información, logrando un bene-ficio económico particularista.
La idea de la transparencia como recurso para promover la ren-dición de cuentas se encuentra, con una paradoja. En muchos países con legislación reciente, las leyes de transparencia han funcionado para detener los datos que, de facto, se conseguían con la simple noción compartida de que la información pública es pública y ya está. A los pocos días de la entrada en vigencia de la Ley de Transparencia y Acceso a la Información en Honduras,40 quedó en esta patología: la ley obs-taculiza el acceso a la información al establecer nuevos procedimientos y nuevos actores en el manejo de ésta. Se puede invertir enormes cantidades de recursos en la crea-ción de instancias burocráticas que vigilen a los poderes públicos y a la administración del Estado, para des-cubrir después que necesita otra instancia burocrática para vigilar a ese vigilante. Y la cadena se puede hacer infinita sin producir resultados. Las leyes pueden obligar a los go-bernantes a informar de sus actos, pero si resulta difícil comprobar esa información o si las sanciones en caso de incumplimiento son de difícil aplicación, el sistema de rendición de cuentas es ineficaz. De esta for-ma, un diseño político o institucional deficiente de rendición de cuentas, puede volver demasiado oneroso controlar el abuso de poder y llamar a cuentas a los gobernantes.
Además del costo burocrático-político, es importante el reconoci-miento a la eficiencia administrativa. Así, si un ciudadano solicita informa-ción sobre determinado tema y logra acceder a ésta sin ningún tipo de problema, pero la información que le fue entregada es poco confiable, ¿de qué le sirve? La propia eficacia del número de solicitudes de informa-ción para medir el impacto de las leyes de información es puesta en discusión en este sentido. Como ejemplo, se puede retomar el estudio realizado a las solicitudes interpues-tas ante el IFAI de México, en la que se demostró empíricamente que el número alto y ascendente de solici-tudes de información, era reflejo de sistemas pobres de manejo y entre-ga de información pública. En este caso se da a entender que sí la in-formación fuera más fácilmente ac-cesible y confiable, no sería necesa-rio que la ciudadanía tuviera que preguntar por ella de forma constan-te, y la AP no desperdiciaría sus limitados recursos en trabajos repeti-tivos de poco valor.
41. Para Giovanni Sartori (1997) es “como distribuir permisos de conducir sin preguntarse si las personas saben conducir.”
El acceso a la información
pública dentro del contexto
institucional de América Latina
Muchas constituciones lati-noamericanas reconocen formas de democracias semidirectas que ase-guran a la ciudadanía mecanismos de participación en los procesos de toma de decisiones, e.g.; el derecho al voto, el referéndum, presupuestos participativos, etc. Sin embargo, estas formas de participación resul-tan ilusorias si la ciudadanía no cuenta con un acceso asegurado a la información que obra en poder del Estado para poder analizar sus op-ciones. ¿Qué sentido tiene invitar al ciudadano a participar en una au-diencia pública para debatir acerca de un tema de agenda si no se le brinda la posibilidad de contar con la información con que cuentan las autoridades? ¿Qué objeto tendría convocar a plebiscitos o referéndum, si para contestar a los interrogantes propuestos, la ciudadanía requiera conocer los datos a los que sólo el gobierno tiene acceso y no hace públicos?
La proclamación e implemen-tación de la democracia participativa resulta incompleta sin el reconoci-miento del derecho de acceso a la información. Dar poder a la ciuda-danía para que decida cuestiones públicas sin darle la posibilidad de conocer toda la información necesa-ria para decidir, conduce a un proce-so de toma de decisiones imperfecto que puede arrojar resultados contra-producentes (Sartori, G. 1997).41 Analizando el estudio sobre “Transparencia y Silencio” realizado por The Open Society Justice Initiati-ve en el 2004, uno de los hallazgos más importantes obtenidos fue que la participación activa de la sociedad civil, logró contribuir al cumplimiento de las leyes de acceso a la informa-ción. El estudio reveló que las solici-tudes de información realizadas en países como México, solamente el 21% no fueron atendidas y en Perú el 39%, se debe en parte a que las ONG estaban involucradas en pro-mover y asegurar la implementación de las leyes; interponiendo numero-sas solicitudes de información, y asumiendo litigios estratégicos en respuesta a la imposibilidad o nega-ción por parte de las entidades gu-bernamentales de proveer la infor-mación solicitada, conllevando a recibir más respuestas que las solici-tudes de información efectuadas en otros países en donde la sociedad estuvo menos involucrada.42
42. El caso contrario lo ejemplifica Francia, donde se obtuvieron resultados por de-bajo a los esperados de una democracia madura (51% de las solicitudes no fue-ron atendidas). Una evaluación del régi-men de acceso a documentos en Fran-cia, así como también entrevistas realizadas antes y después de este es-tudio, indicaron que existe un nivel de conocimiento relativamente bajo de las disposiciones legales del país entre los periodistas y los activistas de ONGs, dos grupos cruciales que podrían hacer que se preste atención a las cuestiones de transparencia del gobierno.
Es de esta manera que se re-conoce el papel fundamental de la
participación pública como elemento de construcción de la ciudadanía, y la importancia del acceso a la infor-mación como condicionante de esta participación. Así por ejemplo, Put-nam et. alia. (1983: 66) propone la idea de que una importante dimen-sión de la democracia es aquella relativa a la democratización del sentido cívico ciudadano, y a la (re)construcción de redes sociales que contribuyen a fomentar la con-fianza, el capital social, la disposi-ción y el involucramiento cívico. Concluye, manifestando que las diferencias en el desarrollo entre los países o regiones no se deben tan sólo a la calidad de los gobiernos, ni a los diseños institucionales, ni al carácter de los grupos políticos; por el contrario, los factores que las ex-plican de mejor manera son aquellos relativos a la cultura cívica, espe-cialmente la densidad de redes so-ciales y participación.
Por otro lado Manuel Villoria (2006:156), hace mención de la con-fianza intersubjetiva producto de esa cultura cívica, como elemento que favorece la existencia de votantes bien informados, participación y preocupación en la política, implica-ción ciudadana en la elaboración de las leyes, respeto al derecho y con-trol del poder político y de la admi-nistración. En conclusión, a medida que se logre acceder a información, mayor será el grado de democracia participativa e igualmente, ante ma-yor participación, mayores serán las posibilidades de generar los meca-nismos e incentivos para modificar las conductas opacas de las admi-nistraciones públicas.43
43. La ampliación del argumento se encuen-tra en el informe de Torres, N., Braguins-ky, E. y Araujo, M. (2005: 120) Primer In-forme del Mecanismo de Cumplimiento del Reglamento General de Acceso a la Información Pública en el Poder Ejecuti-vo. Centro de Implementación de Políti-cas Públicas para la Equidad y el Creci-miento, CIPPEC. Buenos Aires, Argentina.
44. Peruzzotti y Smulovitz. (2006:10). en Enforcing the Rule of Law, Social Ac-countability in the New Latin American Democracies, brindan una sucinta con-ceptualización del término “asociación cívica”: como una red de asociaciones y ONG ciudadanas altamente profesionali-zadas, y que se ubican en lo que podría denominarse los sectores de élite de las sociedades civiles latinoamericanas. Ge-neralmente, los programas, iniciativas y propuestas de estos grupos están guia-das por una visión sistémica que apunta a generar respuestas para problemas que son percibidos como estructurales o de larga data.
45. En el análisis que brinda Francisco Escobedo (2007) sobre la participación del Grupo Oaxaca, la coyuntura política y social ocasionada por la alternancia de gobiernos, el Gobierno de Fox, represen-ta el fin del Partido Revolucionario Insti-tucional, PRI, como partido hegemónico, conlleva a nuevas oportunidades que hace posible que el tema del acceso a la información, logre posicionarse en la es-fera pública mexicana.
La experiencia mexicana:
el Grupo Oaxaca y la Ley
Federal de Acceso
a la Información Pública
Indiscutiblemente, el verdade-ro hito del movimiento popular de acceso a la información en América
Latina lo establece la asociación cívica44 “Grupo Oaxaca”, el que sur-gió de una conferencia sobre “El Derecho a la Información y la Re-forma Democrática”, celebrada en Oaxaca, en mayo del 2001, entre periodistas, abogados, académicos y ONG, donde resolvieron formar una comisión técnica que promoviera una legislación federal sobre acceso a la información. En su origen, sólo se pretendía que el Gobierno Fox cumpliera con enviar la iniciativa de la ley prometida en campaña políti-ca, no obstante, la Comisión Técnica se convirtió posteriormente en el elemento catalizador de la moviliza-ción de opinión pública que puso en marcha la coalición de medios, pe-riodistas y académicos que se articu-laron en el Grupo Oaxaca (Escobe-do, F. 2007: 66).
Este grupo aprovechando la coyuntura política y social,45 buscó incidir en el espacio público, a través del proceso de agenda setting y el posicionamiento del acceso a la información en el argot cotidiano, conciente que podía influenciar la opinión pública ante un gobierno muy al tanto de las apreciaciones que podían tener los medios de co-municación, las encuestas y los vo-tos. De esta forma, en octubre del 2001, el Grupo Oaxaca presenta al Congreso de México su propio pro-yecto de ley, siendo la primera vez que un grupo de la sociedad civil mexicana había elevado un pro-yecto de ley de manera unilateral, sin el apadrinamiento político de los partidos. Ambas cámaras del Poder Le-gislativo finalmente consensuaron y aprobaron el proyecto de ley en abril del 2002, creándose de esta manera la Ley Federal de Transparencia y Acceso a la Información Pública Gubernamental, LFTAI. La normativa mexicana se ha convertido en una poderosa herramienta para la trans-parencia y, en este sentido, se ha constituido en un referente, tanto nacional como internacional. Mas allá de establecer el carácter público de prácticamente toda la información que posee y genere el gobierno, la Ley dispone de un listado de obliga-ciones de transparencia que cada dependencia y entidad debe obser-var para su cumplimiento. Por otro lado, la legislación llena el vacío institucional, a través del IFAI, al garantizar el acceso a la informa-ción, proteger los datos personales y fomentar una cultura de transpa-rencia y rendición de cuentas de los servidores públicos.46
46. Un logro importante del IFAI, en lo que concierne a la reducción de obstáculos burocráticos que limitan el ejercicio del derecho a solicitar información, ha sido a través del portal de Internet denominado: Sistema Integrado de Solicitudes de In-formación, SISI. Se trata de una herra-mienta que sirve de enlace entre las dife-rentes administraciones o gobiernos locales y estatales, y la instancia coordi-nadora a nivel federal, el IFAI.
Para mayor información acerca del IFAI remitirse al Marco Teórico Metodológico y al Manual de Acceso a la Información, Transparencia y Rendición de Cuentas para el fortalecimiento de Organizacio-nes Civiles. México. Instituto Federal de Acceso a la Información Pública, IFAI.
Combatiendo la opacidad
en las administraciones del Estado
a través de reglas formales
Pese al reconocimiento consti-tucional del derecho a solicitar infor-mación al Estado, se vuelve impera-tivo contar con una ley que altere los incentivos que parece tener hoy las burocracias públicas (al mencionar “burocracias públicas” en la presente sección, se refiere a las administra-ciones de los tres poderes del Esta-do y las agencias descentralizadas del Estado), para negar la informa-ción solicitada por una persona. Par-tiendo del presupuesto de que la burocracia estatal buscará siempre el modo, la excusa o la razón para no brindar información que se le requiere, una ley que reglamente adecuadamente el derecho al acce-so a la información pública puede modificar los comportamientos, cos-tumbres y valores de las burocracias públicas.
Dos son las razones por las cuales es importante una ley de ac-ceso a la información:
Para materializar esta norma-tiva, es de considerar oportuno el establecimiento de canales expedi-tos que permitan que el derecho pueda ser reclamado, toda vez que las autoridades públicas intenten violarlo. A tales efectos, cobra relevancia la creación de un órga-no administrativo independiente de revisión, control y fomento, que complemente a los mecanismos judiciales y administrativos tradi-cionalmente establecidos.
La AP, al responder a una so-licitud de información o un reclamo de denegatoria de la misma, tiende a responder negativamente a los re-querimientos presentados. La razón que motiva tal conducta, general-mente tiene que ver con comporta-mientos habituales de la burocracia a no brindar información que obre en su poder, por temor a poner en ries-go o peligro el cargo público, cuando se cuestione esta decisión por un superior, o al exponer conductas o prácticas que pueden levantar sos-pechas. En ese sentido, cada ley de acceso a la información ha de ser única y dependerá del contexto en el que se ponga en práctica. Por ejem-plo, en países con una larga tradi-ción de autoritarismo y ocultamiento, serán necesarias disposiciones lega-les más explícitas con respecto al papel y las responsabilidades de los servidores públicos, e incluso será necesario contar con reglamentación específica sobre los procedimientos concretos para proveer la informa-ción. De igual manera, en aquellos países donde exista un sistema de archivos y registros menos desarro-llados, el texto de la ley y los regla-mentos deberán hacer énfasis en estos temas.
Junto al desarrollo de las leyes de acceso a la información, ya sea para luchar contra la corrupción, acrecentar la participación pública, o brindar a las personas las herra-mientas necesarias para ejercer sus derechos humanos fundamentales, se debe incrementar el conocimiento respecto a las disposiciones sobre el alcance e implementación de las leyes.
Si nada obliga a la autoridad o funcionario público a brindar la in-formación solicitada, y la negativa no acarrea ninguna sanción moral o legal, la autoridad o funcionario no cuenta con ningún incentivo para responder positivamente al requeri-miento y, en cambio, cuenta con todos los incentivos para negar la información.
Obviamente, en el desarrollo de esta estrategia hay que conside-rar que se pueden oponer al acceso a la información no sólo fuerzas dinámicas, (tales como intereses privados, redes de corruptela, etc.), sino que también pueden existir fuerzas inerciales, como por ejem-plo, la combinación perversa entre incompetencia administrativa y ca-rencia real o reglas informales opa-cas que conviven junto con las for-males, e incluso, valores culturales (capital social negativo, anomia cívica, desconfianza interpersonal, baja autonomía personal, etc.), que en la práctica atentan contra la transparencia. rencia real o reglas informales opa-cas que conviven junto con las for-males, e incluso, valores culturales (capital social negativo, anomia cívica, desconfianza interpersonal, baja autonomía personal, etc.), que en la práctica atentan contra la transparencia. rencia real o reglas informales opa-cas que conviven junto con las for-males, e incluso, valores culturales (capital social negativo, anomia cívica, desconfianza interpersonal, baja autonomía personal, etc.), que en la práctica atentan contra la transparencia.
47. Tras la caída del muro de Berlín en 1989, Hungría se convirtió en el primer país post-comunista en adoptar una ley de acceso a la información pública en 1992. Para mayor información ver Men-del, T. (2003a) “Libertad de información: derecho humano protegido internacio-nalmente” en Revista de Derecho Com-parado de la Información del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, 1 (1): 41-78.
48. Se otorgó mayor ímpetu al movimiento de acceso a la información a nivel euro-peo, con el éxito de los activistas am-bientales en asegurar la adopción de la Convención de Aarhus, que conecta el acceso a la información ambiental con la participación ciudadana en el gobierno. A la vez, a nivel de la ONU se encuentra el Principio 10 de la Cumbre de Río, de ju-nio de 1992, el que garantiza el acceso a la información, la participación y la justi-cia en la toma de decisiones medio-ambientales.
El derecho al acceso
a la información
en los ordenamientos
jurídicos internos
El derecho de acceder a la in-formación en poder de los organis-mos públicos se ha convertido en el referente del desarrollo democrático. Según Helen Darbishire de Access Info Europe (2008), al menos 76 países alrededor del globo poseen
actualmente leyes que establecen mecanismos para que el público solicite y reciba información en poder del gobierno. Desde 1992 hasta el 2007 se han promulgado cuarenta y cuatro leyes de acceso a la informa-ción alrededor del mundo (véase gráfico No. 2). Europa Central y del Este es la región pionera en los últi-mos años en consagrar el derecho de acceder a la información en sus ordenamientos jurídicos, seguido por América Latina, Asia y África. Esta situación se debe a las coyunturas que ha creado el advenimiento de las nuevas democracias que produjo el colapso de la guerra fría,47 la in-corporación a organismos suprana-cionales, los movimientos ambienta-listas,48 y la necesidad u obligación de los países, cualesquiera que sea su nivel de desarrollo, en formar parte del movimiento globalizador actual (véase, mapa No. 1).
Las fuerzas que han impulsa-do a los gobiernos y las legislaturas en promover leyes de acceso a la información abarcan desde campa-ñas de la sociedad civil, inspiradas por los movimientos pro-libertad de expresión del gremio periodístico, a presiones por parte de organizacio-nes intergubernamentales y donan-tes multilaterales, que buscan pro-mover el fortalecimiento democrático de los países en desarrollo. Ha sido durante los últimos veinte años que la mayor parte de los cuerpos legis-lativos vigentes a nivel mundial han sido promulgados, y la tendencia global es que más países se incor-poren al reto de la transparencia y el acceso a la información pública.
MAPA No. 1
LEGISLACIONES EN MATERIA DE ACCESO A LA INFORMACIÓN
2007
|
Ley de Access a la Información vigente |
|
Regulaciones sobre acceso a la información vigente |
|
Legislación sobre acceso a la información en proceso |
|
No existen disposiciones legales sobre acceso a la información |
Fuente: Privacy International
Sin embargo, la proliferación de las leyes de acceso a la informa-ción conlleva algunos riesgos: es posible que los Estados con el ánimo de demostrar sus avances en la consolidación democrática ante la comunidad internacional, adopten leyes por debajo de los estándares o principios. Incluso en lugares donde las leyes son excelentes en papel, pueden implementarse deficiente-mente en la práctica. En respuesta a tal situación es necesario un monito-reo continuo por parte de la ciuda-danía en su condición de titulares del derecho (ya que no se les puede garantizar). No sólo se debe verifi-car sí las leyes nacionales cumplen con los estándares internacionales, sino también, si se implementan de acorde a los principios que rige al derecho de acceso a la información. Sin el debido monitoreo, realmente no se podría efectuar los ajustes internos necesarios para asegurar el cumplimiento de las disposiciones enmarcadas en la ley.
GRÁFICO No. 2
DESARROLLO CRONOLÓGICO DE LAS LEYES DE ACCESO
A LA INFORMACIÓN PÚBLICA A NIVEL MUNDIAL
Fuente: Helen Darbishire (2008), http://www.access-info.org
El desarrollo de leyes
de acceso a la información
pública en las legislaciones
europeas y anglosajonas
49. La Ley de Libertad de Prensa de Suecia de 1766 fue la primera en introducir el Principio de Publicidad de los documen-tos oficiales.
50. La aprobación de la US Freedom of Information Act de 1966 produjo la crea-ción del Freedom of Information Clearing House. Por primara vez se crea un orga-nismo regulatorio al que se le asigna la tarea de velar por la eficacia práctica de la aplicación de la Ley. La Ley sólo per-mite acceso a “registros”, que deben ser identificados por el solicitante, y no cubre algunas ramas del gobierno, incluidos el Poder Legislativo, los tribunales federa-les, o aquellas partes del Poder Ejecutivo o de la administración que responden al Presidente.
Aunque la libertad de expre-sión concebida en el liberalismo del siglo XVIII era considerada benefi-ciosa para aquellos que divulgaban información como los que la re-cibían, la noción de que los ciudada-nos tenían el derecho a acceder a la información era considerada “taboo” en las primeras democracias moder-nas. Esta situación se ejemplifica en los comentarios de autores como el americano Walter Lippman (1889-1974), quien consideraba que las obligaciones del funcionario público estaban circunscritas al gobierno en turno y no al electorado: “where mass opinión dominates govern-ment, there is a morbid derangement of the functions of power”.
En esa misma línea, el siste-ma británico de democracia parla-mentaria estaba basado en el razo-namiento, que era responsabilidad únicamente del Parlamento inquirir sobre las acciones del gobierno y no la del público. En palabras de Walter Bagehot (1826-1877), el principal teórico del sistema parlamentario británico del siglo XIX; (la democra-cia solamente puede funcionar si sus verdaderos gobernadores se en-cuentran protegidos de pesquisas vulgares), (“democracy could only work if its real rulers are protected from vulgar enquiries”). A pesar de los obstáculos que ha afrontado la codificación del derecho al acceso a la información en los últimos 250 años, se puede decir que este dere-cho tuvo su primer reconocimiento a través del ordenamiento sueco.49
Es de adelantarse, hasta 1966, con el Freedom of Information Act- FOIA (Ley de Libertad de Infor-mación) de los Estados Unidos de América, donde se retoma la necesi-dad de regular el acceso a la infor-mación.50 La tendencia estadouni-dense de apertura en el acceso a la información que es iniciada en 1966, se revierte a raíz de las restricciones a diferentes libertades y derechos impuestas por la Administración Bush como producto de los ataques terroristas del 11 de setiembre del 2001. Durante el 2001, la Adminis-tración Bush incrementó en 20% el número de documentos clasificados. (Pérez y Makowiak. 2004). El costo del secreto es alto; el Gobierno Fe-deral gastó 9.2 billones de dólares para mantener secreta información
pública en el 2005, logrando un in-cremento del 13% sobre el año anterior.51
51. Doyle. K (2006, agosto). “Activistas buscan crear en los Estados Unidos un organismo similar al IFAI”, Trabajo pre-sentado en la Tercera Semana Nacional de Transparencia, Instituto Federal de Acceso a la Información, IFAI, México D.F.
52. Freedom of Information Act, 1982. http://www.austlii.edu.au/au/legis/cth/ consol_act/foia1982222/
53. Access to Information Act, 1985. http://www.justice.gc.ca/en/ps/atip/index.html
54. Official Information Act, 1982.
http://www.privacy.org.nz/the-official-information-act-and-privacy-new-zealand-s-story/
En la década de los ochenta, otros países del derecho común anglosajón como Australia,52 Ca-nadá53 y Nueva Zelanda54 continua-ron la línea retomada por los Esta-dos Unidos veinte años atrás, al promulgar leyes de acceso a la in-formación, y designar funcionarios u organismos reguladores que asegu-rasen el cumplimiento de la normati-va. Por su parte, el Reino Unido aprobó el Freedom of Information Act en el 2000, que enmendó la Pro-tection Act de 1998 y Public Records Act de 1958. Estas leyes consagra-ron uno de los principios fundamen-tales del derecho de acceso a la información que estaba surgiendo: que los solicitantes no necesitan justificar su interés en la información buscada. Por el contrario, cualquier
ciudadano puede solicitar cualquier clase de información en poder de organismos públicos, como parte inherente de la rendición de cuentas de los gobiernos de forma periódica.
En el caso de Europa Conti-nental, durante la década del setenta y ochenta se adoptaron una serie de leyes sobre acceso a documentos oficiales: Noruega aprobó su ley en 1970; y Francia y Holanda acredita-ron leyes similares en 1978, las que tipificaron los procedimientos admi-nistrativos para brindar información al público, y se concentraron en los organismos administrativos más que en los del Poder Ejecutivo, Legislati-vo y Judicial, mientras tanto, Grecia, Malta, Chipre, Luxemburgo y España son los únicos países de la Unión Europea, UE, que no tienen una ley de acceso a la información pública.55
Legislación en materia
de acceso a la información
pública en América Latina
El desarrollo del derecho al acceso a la información en las Amé-ricas se ha producido, tanto en res-puesta a las violaciones de los dere-chos humanos de la década de los ochenta, los constantes problemas de corrupción, haciéndose acompa-ñar por las presiones de las organi-zaciones intergubernamentales y donantes multilaterales, en lo con-cerniente a mayor transparencia en la gestión de lo público, como los movimientos sociales en torno a pronunciamientos pro-libertad de
expresión y accountability social, en respuesta al déficit institucional pre-sente. En general, se ha venido desarrollando en conjunto con la apertura democrática que los países latinoamericanos han experimentado en los últimos treinta años (véase Mapa No. 2).56
A nivel internacional, como se documentará en la sección “Acceso a la información pública”, la OEA ha tenido un papel preponderante en el desarrollo de iniciativas legislativas que han sido adoptadas por las Es-tados Signatarios.57 Por otro lado,
56. En este sentido, Luis F. Aguilar Villanue-va (2007:6) brinda una interesante expli-cación sobre el impacto de la ola demo-cratizadora en América Latina, la cual puede ayudar a comprender la necesi-dad de fortalecer las instituciones para favorecer mejores y más eficientes me-canismos de accountability legal: “En el contexto de las democracias en consoli-dación, la ingobernabilidad es también escenario probable debido a que la de-mocratización fue entendida y practicada como “transición” (de un régi-men/gobierno autoritario a uno democrá-tico), de modo que se puso mayor énfa-sis en la necesidad de elecciones legales y ciertas para asegurar los derechos políticos de los ciudadanos y favorecer la “alternancia” al mando del Estado, pero no la necesidad de construir el or-den político propio y esencial del go-bierno democrático para que esté en ap-titud de gobernar. El resultado es que, en la mayor parte de nuestros países, los gobiernos democráticos no poseen en modo suficiente las capacidades reque-ridas (legales, fiscales, administrativas, de diseño de políticas, de autoridad polí-tica) para dirigir efectivamente a sus sociedades…”
57. Ejemplo de la participación de la OEA en el desarrollo del derecho de acceso a la información pública es la Convención In-teramericana contra la Corrupción,
CICC, adoptada en 1996. Su contenido cubre un amplio espectro de obligacio-nes en cuanto al acceso a la información por parte de los ciudadanos: desde la obligación de reglamentar declaraciones juradas para los funcionarios públicos, hasta la cooperación entre Estados Sig-natarios sobre las normas del secreto bancario, transparentar el régimen de compras del Estado, y tipificar como deli-tos determinadas acciones de oculta-miento.
58. La Corte Suprema de Justicia de Costa Rica ha señalado en sus fallos que el acceso a la información pública es un “derecho humano inalienable e indispen-sable” recalcando que “…entes públicos están llamados a ser verdaderas casas de cristal en cuyo interior pueden escru-tar y fiscalizar, a plena luz del día, todos los administrados.”(Darbishire, H. 2006: 260).
algunas legislaciones que carecen de una ley específica de acceso a la información, han subsanado tal defi-ciencia a través de la creciente juris-prudencia basada en disposiciones constitucionales sobre libertad de información y el derecho de presen-tar peticiones ante las autoridades (véase cuadro No. 1). En Costa Ri-ca, por ejemplo, periodistas y ciuda-danos han colaborado con la Corte Suprema de Justicia para transfor-mar las disposiciones constituciona-les relativas al derecho de petición (Artículo 27) y el derecho a informa-ción administrativa (Artículo 30) en un sólido cuerpo de jurisprudencia que impone un alto nivel de trans-parencia al gobierno.58
MAPA No. 2
ACCESO A LA INFORMACIÓN PÚBLICA EN AMÉRICA LATINA
No hay ley de acceso a la información pública.
|
|
|
Legislación de acceso a la información pública en proceso de adopción.
Legislación de acceso a la información pública vigente (Leyes o Decretos Ejecutivos).
Fuente: Article XIX.
CUADRO No. 1
ESTADO DE RESULTADOS DE LA LEGISLACIÓN DE TRANSPARENCIA
Y ACCESO A LA INFORMACIÓN EN AMÉRICA LATINA
País |
Ley de Acceso a la Infor- mación vigente (Si/No) |
Toda persona sin justi- ficación (Si/No) |
Tres Poderes del Estado (Si/No) |
Solicitu- des orales |
Días hábiles para responder solicitud |
Costo (qué se exige pagar) |
Silencio (-/+) |
Excep- ciones definidas (Si/No) |
Prueba interés público (Si/No) |
Publica- ción proactiva (Si/No) |
Oficial de informa- ción (Si/No) |
Órgano indepen- diente Regula- dor (Si/No) |
Apelación (Si/No) |
Argentina* |
No |
No |
No |
No |
30 cal. |
Copias |
- |
Si |
N/A |
N/A |
Si |
No |
N/A |
Bolivia* |
No |
Si |
No |
No |
15 |
Copias |
N/A |
Si |
No |
Si |
No |
No |
Si |
Chile* |
No |
No |
No |
No |
2 – 20 |
Copias |
+ |
N/A |
N/A |
Si |
N/A |
No |
Si |
Colombia |
Si |
No |
No |
No |
10 |
Copias |
- |
Si |
N/S |
Si |
No |
No |
Si |
Costa Rica* |
No |
No |
Si |
No |
10 |
Copias |
+ |
Si |
N/A |
N/A |
N/A |
Defen- sor |
Si |
Ecuador |
Si |
Si |
Si |
No |
10 |
Copias |
- |
Si |
Si |
Si |
No |
Defen- sor |
Si |
El Salvador* |
No |
No |
No |
No |
10 |
Copias |
N/A |
Si |
N/A |
Si |
N/A |
No |
Si |
Guatemala* |
No |
Si |
No |
No |
30 |
Copias |
N/A |
Si |
No |
Si |
Si |
No |
Si |
Honduras |
Si |
Si |
Si |
No |
10-20 |
Copias |
N/S |
Si |
Si |
Si |
Si |
Comi- sionado |
Si |
México |
Si |
Si |
Si |
Si |
20 |
Copias |
+ |
Si |
Si |
Si |
Si |
Comi- sionado |
Si |
Continúa…
…viene
País |
Ley de Acceso a la Infor- mación vigente (Si/No) |
Toda persona sin justi- ficación (Si/No) |
Tres Poderes del Estado (Si/No) |
Solicitu- des orales |
Días hábiles para responder solicitud |
Costo (qué se exige pagar) |
Silencio (-/+) |
Excep- ciones definidas (Si/No) |
Prueba interés público (Si/No) |
Publica- ción proactiva (Si/No) |
Oficial de informa- ción (Si/No) |
Órgano indepen- diente Regula- dor (Si/No) |
Apelación (Si/No) |
Nicaragua |
Si |
Si |
Si |
Si |
15 |
Copias |
+ |
Si |
Si |
Si |
No |
No |
Si |
Panamá |
Si |
Si |
Si |
No |
30 |
Copias |
Prohibido |
Si |
No |
Si |
No |
Defen- sor |
Si |
Paraguay* |
No |
Si |
Si |
No |
N/S |
Copias |
N/S |
No |
No |
No |
No |
No |
Si |
Perú |
Si |
Si |
Si |
No |
7 - 12 |
Copias |
- |
Si |
No |
Si |
Si |
No |
Si |
República Dominicana |
Si |
Si |
Si |
No |
15-25 |
Copias |
- |
Si |
Si |
Si |
No |
No |
Si |
Uruguay* |
No |
Si |
No |
No |
N/S |
Copias |
N/S |
Si |
No |
No |
No |
No |
Si |
Venezuela* |
No |
Si |
No |
Si |
N/S |
Copias |
- |
N/S |
N/S |
No |
No |
No |
Si |
* Representa países que no han promulgado una Ley de Acceso a la Información (Decreto Legislativo). Para fines de la presente investigación se ha remitido a otras normas del derecho positivo interno (Constitución Política, Decreto Ejecutivo, Reglamento, Ley de Procedimientos Administrativos, Ley de Simplificación Administrativa, Ley de Sistema Nacional de Archivos, etc.) que toman en cuenta algunos principios del derecho al acceso a la información.
N/A = No aplica.
N/S = No sabe.
Fuente: Elaboración propia con base con documentos oficiales.
Colombia fue el primer país en adoptar una ley de acceso a la in-formación, a través de la Ley sobre Publicidad y Documentos Oficiales (Ley 57 del 5 de julio, 1985).59 En el 2002, la región se vio marcada por una serie de reformas democráticas impulsadas por la actividad de la sociedad civil, y concentrada en la promoción de mayor transparencia gubernamental. Como producto de este movimiento se promulgan las leyes de acceso a la información pública en México, Panamá y Perú. Posteriormente en el 2004, Ecuador y República Dominicana promueven sus propias leyes en la materia, en el 2006 lo hace Honduras y más re-cientemente Nicaragua en el 2007 (véase Mapa 2).
59. Para mayor información ver Mendel, T. (2003) “Libertad de información: derecho humano protegido internacionalmente” en Revista de Derecho Comparado de la Información del Instituto de Investigacio-nes Jurídicas de la UNAM, 1 (1): 41-78.
60. Actores como Helmke y Levistky (2006:34) son de la opinión que el éxito chileno en su desempeño democrático a partir de su transición, se debe en gran medida a las instituciones informales que han logrado coexistir con las sólidas ins-tituciones establecidas desde tiempos autoritarios. En ese sentido, las reglas in-formales reducen los elevados poderes presidenciales formalmente estipulados, activando mecanismos de pesos y con-trapesos que coartan el establecimiento de redes de corruptela.
Argentina, Bolivia y Guatemala han emitido Decretos Ejecutivos que regulan el acceso a la información, sin embargo, no han de considerarse leyes per se. Existen dos problemas subyacentes al emitir un decreto ejecutivo: primero, como su nombre
lo dice, solamente es aplicable a la esfera de competencias del Poder Ejecutivo, quedando por fuera los otros dos Poderes de Estado, y de-más entidades que gestionan o reci-ben fondos públicos; y segundo, es susceptible a modificación unilateral por parte del Poder Ejecutivo: un Decreto Ejecutivo siempre es sus-ceptible de ser derogado por el go-bierno de turno, sin más trámite y sin justificación alguna, por lo que lo ideal sería la emisión de la respecti-va ley.
En lo que concierne a Chile, su legislación ha incorporado regula-ciones generales en materia de ac-ceso a la información, como el caso de la Ley de Procedimiento Adminis-trativo del 29 de mayo del 2003 (Ley Nº 19.880), que establece y regula las bases del procedimiento adminis-trativo de los actos de la administra-ción del Estado, y que consagra el principio de Transparencia y Publici-dad. En 1999 se promulga la Ley de Probidad que busca ordenar la apli-cación del principio de probidad y transparencia, y además, estableció la declaración de intereses, definida como la individualización de las acti-vidades profesionales y económicas en que participe un funcionario pú-blico, formalizada por escrito y bajo juramento por el propio funcionario.
En Chile, si bien el índice de corrupción de Transparencia Inter-nacional del 2007 le designa la posi-ción veintiocho de 180 países,60 según el estudio “Transparencia y Silencio” del Open Society Justice Initiative, el 69% de las solicitudes
de información presentadas ante la administración pública chilena no fueron atendidas, logrando obtener el segundo puesto más alto de los catorce países estudiados, solamen-te detrás de Ghana.61 Las entrevis-tas con funcionarios públicos confir-maron que la falta de respuestas en Chile se originaba, en parte, debido a la inadecuación de la legislación actual de acceso a la información, enfatizando la necesidad de clarifi-car, armonizar y racionalizar los pla-zos de respuesta para las solicitudes de información. Además los datos y experiencias del estudio, lograron evidenciar que el reclamo de infor-mación por parte del público chileno permanece bajo, lo que contribuye poco a promover el desarrollo de mejores sistemas internos como externos.
61. Open Society Justice Initiative (2005). Transparencia y Silencio. Open Society Institute. New York, NY.
62. Ley No. 6 del 22 de enero del 2002 que dicta Normas para la Transparencia en la Gestión Pública, establece la Acción de Habeas Data y otras disposiciones.
63. Ley de Transparencia de Acceso a la Información Pública de Honduras: Decre-to Legislativo No. 170-2006 del 30 de di-ciembre del 2006.
64. Ley de Acceso a la Información Pública de Nicaragua (Ley No. 621 del 16 de mayo del 2007).
65. Acuerdo Gubernativo de Normas Gene-rales de Acceso a la Información Pública de observancia para el Organismo Eje-cutivo y sus dependencias del 8 de di-ciembre del 2005 (Acuerdo 645-2005).
66. Para mayor información ver Ortega, J. (2003) “Marco Jurídico del Derecho de Acceso a la Información Pública en Costa Rica”, ponencia presentada en la celebración del XVI Congreso Archivísti-co Nacional. San José, Costa Rica.
De los países restantes del cono sur: Uruguay, Paraguay y Ve-nezuela, adolecen de normativa alguna en materia de acceso a la información pública, sin embargo, se han iniciado procesos por parte de la sociedad civil organizada para movi-lizar opinión pública a favor de una ley de acceso a la información públi-ca, específicamente por los capítulos nacionales de Transparencia Inter-nacional.
El acceso a la información
pública en Centroamérica
Para el caso de los países de la región centroamericana, Pana-má,62 Honduras63 y Nicaragua64 han promulgado leyes de acceso a la información pública en el 2002, 2006 y 2007, respectivamente. Mientras que El Salvador, Guatemala65 y Cos-ta Rica66 todavía no han promulgado legislación específica en materia de acceso a la información pública.
En lo que concierne a la nor-mativa panameña, la Ley No. 6 del 22 de enero del 2002 que dicta “Normas para la Transparencia en la Gestión Pública”, establece la Acción de Habeas Data y otras disposicio-nes. Como punto negativo a la inicia-tiva propuesta por el Defensor del Pueblo de Panamá, al poco tiempo de promulgarse la Ley No. 6, varias de las dependencias estatales, argu-yendo la ausencia de reglamenta-ción, se negaron a brindar informa-ción, que la misma ley definía cómo de carácter público y de libre acceso.
Ante esta negativa, se interpusieron por parte de los solicitantes, los re-cursos contemplados en la Ley, para el caso de funcionarios renuentes a facilitar la información. Cabe desta-car que algunos magistrados del Poder Judicial se han pronunciado a favor de la obligación de las depen-dencias estatales a suministrar la información definida como de carác-ter público y de libre acceso.
67. En octubre del 2005, dieciséis organiza-ciones sociales se unen para coordinar y ejecutar los esfuerzos en pro de la regu-lación del derecho al acceso a la infor-mación a través de la coalición “Alianza 72”. La coordinación de la “Alianza 72” (nombre inspirado en el Artículo 72 de la Constitución de Honduras que consagra Libertad de Expresión) recayó inicial-mente en cinco organizaciones: Centro de Investigación y Promoción de los De-rechos Humanos, CIPRODEH, Federa-ción de Organizaciones Privadas de De-sarrollo de Honduras, FOPRIDEH, Foro Social de la Deuda Externa de Hondu-ras, FOSDEH, la organización humanita-ria COFADEH y C-Libre.
La Ley de Transparencia y Acceso a la Información Pública, LTAI, de Honduras (Decreto Legisla-tivo No. 170-2006 del 30 de diciem-bre del 2006) nace como una pro-mesa electoral del Presidente Manuel Zelaya Rosales (2006-2010), después de que el Congreso Nacio-nal congelara desde el 2004 un pro-yecto presentado por Alianza 72.67 Sin duda alguna ha sido unos de los logros más importantes por parte de la sociedad civil en función a la ca-pacidad de incidir en las políticas públicas, en su capacidad de movili-zar opinión pública como en su co-ordinación interna. La LTAI se inspi-
ra en su contenido y objetivos en la Ley de Acceso a la Información Pública de México, y actualmente el Instituto de Acceso a la Información Pública, IAIP, de Honduras, recibe asesoría y capacitación técnica de su homólogo mexicano.
En su Artículo 66 la Constitu-ción Política Nicaragüense reconoce el principio de petición y queja, que faculta al ciudadano dirigirse a los poderes públicos para solicitar una información determinada, y éstos a la mayor brevedad posible están obligados a dársela. En el 2007 se logra garantizar el cumplimiento de este principio, junto a los de transpa-rencia, publicidad y acceso a la in-formación a través de la Ley de Ac-ceso a la Información Pública (Ley No. 621 del 16 de mayo del 2007).
Costa Rica no ha promulgado una ley de acceso a la información pública, sin embargo, se ha presen-tado ante la Asamblea Legislativa el Anteproyecto de Ley No. 15.079 del 22 de diciembre del 2002. Para lo-grar materializar esta legislación, se debe buscar la sistematización y uniformidad con las normas ya exis-tentes (Ley del Sistema Nacional de Archivos, Ley General de Policía, Ley General de Administración Pública, etc.), con el objeto de hacer operativo y efectivo el ejercicio de tal derecho.
El Salvador no tiene una ley de acceso a la información, ni tam-poco se ha propuesto un proyecto para tal fin, al no existir un consenso generalizado de que una normativa
de este tipo sea necesaria.68 Desde el punto de vista jurídico, la Consti-tución Política de El Salvador ofrece derechos complementarios que son necesarios para acceder a la infor-mación gubernamental, como por ejemplo el de petición. A nivel local, hay indicios para promover mejores condiciones de acceso a la informa-ción. El Artículo 125b del Código Municipal, establece que los ciuda-danos tienen derecho a solicitar in-formación por escrito a los concejos municipales y a recibir respuesta de manera clara y oportuna, ser infor-mados de las decisiones guberna-mentales que afecten al desarrollo local, y conocer el funcionamiento del gobierno municipal y del manejo de su administración.
68. Por ejemplo en febrero del 2004, cuando era candidato el ahora presidente, Elías Antonio Saca, declaró que “en libertad de expresión, la mejor ley es la que no existe, y lo que tiene que haber es volun-tad política del mandatario y de todos sus funcionarios, para abrir las puertas de la información a todos los medios". Saca agregó: "No creo en una ley para regular la información... este tipo de le-yes terminan restringiendo la libertad de información" López, J. (2006). Perspec-tivas de la libertad de información en El Salvador. Recuperado el 13 de enero del 2008 de Red Probidad en http://www. revistaprobidad.info/tiki-index.php?page= PerspectivasLibertadInformacionEl Salvador
En lo que respecta a Guate-mala, desde el 2002, el Congreso ha conocido varias iniciativas de ley de libre acceso a la información. Sin embargo, las propuestas de ley no han encontrado el apoyo suficiente
entre los diputados para materiali-zarse en una ley de acceso a la in-formación pública que abarque los tres poderes del Estado. El 8 de diciembre del 2005, el Gobierno de Oscar Berger emitió el Acuerdo Gu-bernativo de Normas Generales de Acceso a la Información Pública de observancia para el Organismo Eje-cutivo y sus dependencias (Acuerdo 645-2005 y reformado a través del Acuerdo 535-2006). Este Acuerdo, instruye a los ministerios publicar informes sobre sus gastos, contrata-ciones, honorarios pagados, viáticos para viajes y otros desembolsos. Además, define un plazo para la entrega de la información de no más de treinta días, el que coincide con el derecho de petición, también consti-tucionalmente garantizado. Una de-bilidad manifiesta en el Acuerdo es la inexistencia de sanciones para el funcionario que deniegue la informa-ción, incluso no toma en cuenta un mecanismo de reclamo por la vía administrativa.
Los elementos de una ley
de acceso a la información
pública
Para lograr el establecimiento de un régimen efectivo de transpa-rencia, se debe tomar en cuenta tres fases durante la elaboración de una ley de acceso a la información públi-ca: aprobación, implementación, y
cumplimiento de la ley.69 Dentro de cada una de estas fases, igualmente se deben de considerar ciertos ele-mentos estructurales de toda ley, a saber:
69. Estos elementos han de constituir el “triángulo de transparencia” Para mayor información acerca de los mínimos que debe contener una ley de acceso a la in-formación, ver Neuman, L. (2004) Leyes de Acceso a la Información: piezas de un rompecabezas. Centro Carter.
70. Ley Modelo sobre Libertad de Infor-mación de la Organización Article XIX (Model Freedom Of Information Law), los resultados del trabajo de monito-reo que realizó la organización Open Society Institute en catorce países en el 2004, y el trabajo de sistematización rea-lizado por la OEA a través del “Estudio Especial sobre el Derecho al Acceso a la Información”.
A continuación se presenta una descripción de los principios fundamentales y elementos míni-mos, necesarios para una ley de acceso a la información íntegra y efectiva, siguiendo los estándares internacionales70 y algunas expe-riencias legislativas relevantes en el ámbito latinoamericano, específica-
mente de los sistemas legales donde se han promulgado e implementado leyes de transparencia y acceso a la información pública: México, Ecua-dor, Perú, Honduras, Nicaragua, República Dominicana y Panamá.
Objetivos y principios
fundamentales
El principio general de toda ley deberá ser el de máxima divulga-ción, que establece que toda la in-formación en poder de organismos públicos está sujeta a publicidad (sin perjuicio de las exenciones que esti-pule la ley). El papel del Estado se restringe a salvaguardar y adminis-trar la información para las personas. En tal sentido, el punto de partida debería estar basado en que:
El acceso a la información de-be de ser garantizado a “todas las personas” sin limitaciones de raza, ciudadanía, lugar de residencia, género, clase social, edad, etc., y su efectividad no debe estar condicio-nada a justificación o motivo para
acceder a la información pública.71 No obstante, determinados tipos de información se excluyen del principio de máxima divulgación: la protección de secretos patrimoniales, la privaci-dad general, la seguridad nacional, la seguridad pública o personal, da-tos confidenciales del gobierno, y la autonomía del Estado en la investi-gación, prevención y detección de delitos, como en los procesos judi-ciales e intereses económicos públicos.
71. Un ejemplo de esta clara disposición se encuentra en la Ley Federal de Transpa-rencia y Acceso a la Información Pública, LFTAI, de México en el Artículo 4, al es-tablecer como primer objetivo de la Ley: “Proveer lo necesario para que toda per-sona pueda tener acceso a la informa-ción mediante procedimientos sencillos y expeditos;”. En contraste, la legislación de República Dominicana, contiene un pequeño requisito que atenta con el espíritu de la misma Ley, al exigir que los solicitantes, manifiesten la “motivación de las razones por las cuales se requieren los datos e informaciones solicitadas”.
72. Principio II del Derecho a la Información Pública: Derecho aplicable a todas las instituciones que realicen funciones públicas. Open Society Institute (2005) 10 Principles on Right to Know. http://www.justiceinitiative.org/Principles/ index
Aún cuando divulgar informa-ción perjudicara a uno de estos in-tereses, de cualquier modo sería posible publicarla si el hacerlo bene-ficiara el interés público. El funda-mento para rechazar una solicitud de información sólo debiera ser la exis-tencia de un legítimo interés público para no suministrar los documentos. Si hay una negativa para comunicar información, suponiendo que fuera
pertinente a las categorías antes mencionadas, cualquier denegación debe aprobar la siguiente prueba dividida en tres partes:
Alcance de la ley
En esta sección de la ley se debe estipular el alcance de las re-gulaciones sobre las entidades públicas y privadas, por ejemplo, los derechos y obligaciones de los suje-tos del derecho.
Como se explicó el objetivo de una ley de acceso a la información pública es garantizar que todas las personas, puedan solicitar informa-ción y hacer uso de sus prerrogati-vas, como titular del derecho, para hacerlo efectivo. En el caso de la obligación de divulgar, el principio que debe regir es que la ley se apli-que a todas las instituciones que realicen funciones públicas, o que dispongan de fondos públicos para la prestación de servicios delegados por el aparato estatal.72 No sola-mente se debe considerar las ac-ciones de las administraciones públi-cas, sino el compromiso adquirido por los poderes públicos; sus órga-
nos y dependencias descentraliza-das, los contratistas del Estado y organizaciones del Tercer Sector que ejercen gasto público.
Los estándares internaciona-les establecen lineamientos con respecto a la información que el sector empresarial debe divulgar, con el objeto de no incurrir en una intromisión no justificada de la priva-cidad (respeto a la propiedad priva-da), garantizar seguridad jurídica en las transacciones y libre competen-cia de mercado. En el caso mexica-no y el hondureño, ambas leyes de acceso a la información pública, consideran como “información reser-vada” la relacionada a los secretos comerciales, industriales, fiscales, bancarios, fiduciarios u otros que disponga la ley.
Publicación automática
73. La experiencia del estudio de Eduardo Flores-Trejo (2005) sobre la efectividad de la ley de acceso a la información pública en México, demostró que cuánto mayor sea la información que se pone automáticamente a disposición del ciu-dadano, sin la necesidad de una toma de decisión individual para cada solicitud, menor será el costo del proceso.
El enfoque publicación au-tomática o de oficio, según el cual los gobiernos proactivamente publi-can tanta información como sea posible, es importante para aumen-tar la transparencia y reducir los costos, tanto para el Estado como para el solicitante.73 Al desarrollar un esquema de publicación automática, debe tomarse en cuenta ciertas va-
riables en torno a su implementa-ción, entre ellas: el tiempo necesario para identificar la información dispo-nible automáticamente; el diseño de procedimientos y sistemas para la difusión de la información; y la capa-citación de los servidores públicos responsables en la prestación del servicio público.
Durante la implementación de la Ley de Acceso a la Información Pública de Honduras, se estableció un plazo de un año para facilitar la adecuación gradual de las nuevas exigencias en torno a la generación, sistematización y divulgación de información. Al margen del año para implementar efectivamente la Ley, se estableció que cierta información esencial debía hacerse accesible para todas las personas a través de los portales de Internet de las institu-ciones públicas, específicamente, datos generales relativos a la orga-nización (organigrama, normativa, recursos humanos y procedimien-tos), ámbitos de actuación, gestión financiera y adquisición de bienes y servicios, (incluyendo montos, pro-veedores contratados, cantidad y calidad de los bienes y servicios).
Por otra parte, la legislación nicaragüense establece obligaciones para las entidades privadas someti-das bajo la ley de acceso a la información, entre estos deberes se encuentra la publicación de: conce-siones, contratos, subvenciones, donaciones, exoneraciones u otros beneficios o ventajas otorgadas por el Estado; contratos suscritos por el Estado; los tipos de servicios que prestan al Estado y las tarifas que
cobran por éstos; procedimientos establecidos para el reclamo de los servicios, y toda aquella información que permita a los ciudadanos, com-probar el grado de cumplimiento de los objetivos públicos convenidos entre el Estado, así como el uso que hace de los bienes, recursos y bene-ficios fiscales u otras concesiones o ventajas otorgadas por el Estado.74
74 Indiscutblemente, estos avances son un reflejo de la participación del sector pri-vado en el manejo de recursos públicos, y en la provisión de servicios que el Es-tado en su momento ha buscado dele-gar. La legislación en esta materia es loable, no obstante: ¿a quién le corres-ponde garantizar el cumplimiento de las obligaciones del sector privado y cómo se impondrán las sanciones? En el caso particular de la ley en mención, deja un vacío importante que posiblemente un ente independiente regulador podría subsanar, situación que tampoco previe-ne la Ley.
75. A nivel latinoamericano solamente dos sistemas jurídicos permiten que las soli-citudes sean interpuestas de forma oral: México y Nicaragua. En los sistemas de recepción oral, el Estado registra la soli-citud realizada de forma oral y se trans-crbe, tomando especiales medidas para garantizar que personas en situaciones especiales, por ejemplo, que no saben leer o escribir, que no conocen el idioma o que sufren algún tipo de discapacidad, puedan acceder a la información que so-licitan (Open Society Justice Initiative, 2005).
Procesos y procedimientos
Los procesos de solicitud y provisión de información han de resultar los más determinantes en lo referente al valor y efectividad de la ley. Por lo tanto, deben establecerse pautas claras y prácticas con el pro-
pósito de asegurar que el derecho a la información sea accesible y com-prensible a todas las personas. Al desarrollar procesos y procedimien-tos en una ley, se deben de tomar en cuenta las siguientes circunstancias:
Solicitud de información
El requerimiento de informa-ción no debe consignar el motivo por el que se solicita la información, aunque las personas que la solicitan deben otorgar su nombre, una direc-ción, medio o formato por el cual pretende que la misma sea entrega-da; detallar con claridad lo que se solicita. La legislación debería obli-gar a los solicitantes a describir la información requerida con suficiente detalle para facilitar la identificación de la misma por parte de la oficina gubernamental. Los requerimientos que obligan a presentar las solicitu-des en un formato específico, o ante una persona en particular dentro del organismo en cuestión, pueden pro-vocar obstaculizaciones innecesa-rias al ejercicio del derecho a la información.
Con respecto a la forma en que se puede presentar la solici-tud de información, las prácticas internacionales estipulan que las mismas pueden ser interpuestas por escrito, ya sea presencialmente o por medios electrónicos, y algunas leyes han incluido la recepción oral como una opción para garantizar el acceso a la información a todas las personas.75 En todos los casos, la legislación debe precisar que las solicitudes de información se presen-
ten con los suficientes detalles (ob-viando barreras artificiales y requisi-tos formales), para facilitar la identifi-cación y entrega de la misma.
Respondiendo a las solicitudes
de información
76. Artículo 21- Ley de Transparencia y Acceso a la Información Pública de Hon-duras (Decreto No. 170-2006).
77. Helen Darbishire de Access Info Europe (2006:265) ha estudiado más de 40 le-yes de acceso a la información a nivel mundial y encuentra que un periodo re-comendable para tramitar solicitudes es de 14 días hábiles.
78. La Recomendación 2002(2) del Consejo de Europa sobre el Acceso a Documen-tos Oficiales establece en el Principio VI.4 que: “Si la autoridad pública no po-see el documento oficial requerido, de-bería, cuando sea posible, derivar al so-licitante a la autoridad pública competente.” El objetivo de responsabili-zar a la entidad pública, sirve para aliviar el fenómeno “ping-pong” de mantener al solicitante de una agencia a otra sin en-contrar respuesta a su solicitud (Neu-man, L. 2004:6).
Las leyes de acceso a la in-formación deberían establecer cla-ramente el procedimiento que deben seguir las entidades públicas al res-ponder a las solicitudes de informa-ción, y la manera en que el funciona-rio público debería suministrarla. Esta sección de la ley debe estable-cer los plazos precisos para respon-der a las solicitudes, incluyendo la posibilidad de una extensión por causas justificadas, y las circunstan-cias en las que una solicitud puede ser transferida a otra entidad dentro del marco de la ley.
En lo que respecta a la defini-ción de plazos de entrega, una ley
muy ambiciosa con plazos cortos e imposibles de satisfacer de manera consistente, puede socavar la efecti-vidad de la norma, y la pérdida de credibilidad en la política de transpa-rencia y acceso a la información. La LTAI de Honduras, considera que diez días es un plazo razonable para tramitar una solicitud de información, pudiendo ser prorrogable por un período de igual duración, según se justifique las circunstancias.76 En la práctica, el cumplimiento con un tiempo abreviado puede ser difícil, considerando las limitantes en infra-estructura técnica y recurso humano capacitado, sin olvidar las constric-ciones presupuestarias y la trayecto-ria histórica de la administración pública.77
Además de referirse a los pla-zos, la ley debe incluir un procedi-miento específico y obligatorio para la transferencia, (donde la solicitud es internamente redirigida dentro de la misma entidad) o derivaciones (cuando la información se encuentre en poder de otra agencia y se orien-ta al solicitante hacia esta agencia) de solicitudes. Actualmente, no exis-te una norma o estándar internacio-nal que defina qué hacer en caso de transferencias y derivaciones, situa-ción que se refleja, tanto en la nor-mativa hondureña como mexicana. En el ámbito hondureño, se estipula que la institución que reciba la solici-tud solamente debe orientar al solici-tante ante la instancia competente. Mientras tanto, la legislación mexi-cana dispone que la entidad que recibe la solicitud, lleve la carga ad-ministrativa de transferir la solicitud a la agencia estatal correspondiente.78
Denegación de información
79. Principio V del derecho al acceso a la información pública: las denegaciones de información deben ser y estar justifica-das. Open Society Institute (2005) 10 Principles on Right to Know. http://www.justiceinitiative.org/Principles/ index
80. Para el caso de la ley peruana, el Artícu-lo 13, establece que la denegatoria debe ser fundada en las exenciones que la ley establece y por escrito, pero previamente en el Artículo 11 deja por sentado que la omisión de la administración pública de hacer entrega de la información dentro de los plazos establecidos, se conside-rará automáticamente como una res-puesta negativa.
El derecho de toda persona a toda la información que se encuentre en poder del Estado, no es un dere-cho absoluto, cuyo ejercicio no admi-te limitantes. En ese aspecto, todas las leyes de acceso a la información deben establecer un procedimiento para denegar solicitudes de informa-ción según las exenciones aplica-bles.79 Las mejores prácticas, dictan que las solicitudes de información sean rechazadas solamente con base a una exención específica en-marcada en la misma ley, y que la denegación se proporcione por escri-to. Disposiciones legales que esta-blezcan que los rechazos por silen-cio no son admisibles, pueden servir para incentivar a las administracio-nes públicas a divulgar la informa-ción (Darbishire, H. 2006: 266).80
En México, la Ley Federal de Transparencia y Acceso a la Infor-mación interpreta el silencio adminis-
trativo relativo a solicitudes de infor-mación como una respuesta positiva por defecto, lo que significa que el organismo público acordó en princi-pio divulgar la información. Los soli-citantes que no tienen noticias del organismo público dentro de los veinte días hábiles, pueden apelar directamente a la Comisión de In-formación de México del IFAI, que se encarga del seguimiento del orga-nismo en cuestión para solicitarle la divulgación de la información. En la práctica, esto significa que la agen-cia debe otorgar prioridad a respon-der las solicitudes que no fueron previamente respondidas, y divulgar la información siempre que sea posible. En todo momento que el IFAI interviene por esta razón, el organismo público en cuestión debe asumir los costos de reproducción y entrega, que son por lo gene-ral responsabilidad del solicitante, y los funcionarios públicos involu-crados pueden estar sujetos a penalidades conforme al derecho administrativo.
Responsabilidad y sanciones
La ley de acceso a la informa-ción debe revertir los incentivos habi-tuales que un servidor público tiene para negar información. La imposi-ción de sanciones frente a la negati-va de dar información, puede per-suadir a los funcionarios públicos a responder en forma afirmativa el requerimiento de información. En algunas legislaciones hay castigos de tipos administrativos, civiles y
penales para quien cometa infrac-ciones a la normativa, de acuerdo a la gravedad y tipificación otorgada.81 Además, resulta interesante resaltar que las sanciones y asignaciones de responsabilidad también pueden operar como un “refuerzo legal y administrativo” del empleado o fun-cionario, que teniendo disposición para dar información se sienta cons-treñido por órdenes o instrucciones superiores, o por las reglas informa-les presentes dentro de la institución pública (Saba, R. 2004).
81. Para el caso de la ley ecuatoriana, se establecen una serie de sanciones según la gravedad de la falta, y sin per-juicio de las acciones civiles y penales correspondientes. Las penas van desde multas, suspensión de funciones sin go-ce a sueldo, hasta destituciones del car-go. Para mayor profundización sobre la legislación ecuatoriana, ver: Ley Orgáni-ca de Transparencia y Acceso a la In-formación Pública: Ley No. 2004-34 del 18 de mayo del 2004. Artículo 23: De las Sanciones.
82. Considerando los gastos legales que los solicitantes incurrirán al interponer ac-ciones, y el tiempo que ha de invertirse en un proceso judicial, sin olvidar la car-ga que puede generar en el sistema judi-cial, es provechoso disponer de un órga-no independiente que pueda resolver los reclamos de manera expedita, previo a recurrir a una instancia judicial.
A tales efectos cobra relevan-cia la creación de un órgano admi-nistrativo independiente de revisión, control y fomento, que complemente a los mecanismos judiciales y admi-nistrativos tradicionalmente estable-cidos.82 En un segundo plano, la designación de un Oficial de Infor-mación deberá ser uno de los prime-ros pasos para una implementación
adecuada de la Ley de Acceso a la Información. La legislación debe establecer las atribuciones y obliga-ciones del Oficial, tales como la res-ponsabilidad por la operación e im-plementación del esquema de publicación automática, así como ver que las solicitudes de información sean resueltas en tiempo y forma, sin olvidar la importancia de armoni-zar los procedimientos de manejo de la administración, con el propósito de mantener cierta consistencia en el procesamiento de las solicitudes.
Costos
El derecho de acceso a la in-formación supone también el dere-cho de realizar copias en el formato que sea técnicamente posible. Las prácticas internacionales consideran no estipular costo alguno por la tra-mitación de la solicitud de informa-ción, con el ánimo de no desincenti-var el ejercicio del derecho, aunque sí es posible establecer cobros razo-nables para compensar los costos de reproducción del material reque-rido y cánones más elevados para diligencias comerciales, como un medio de subsidiar las solicitudes de información de interés público.
Sistema de archivo y registros
El establecimiento de sistemas de archivo y registro resulta ser el paso más engorroso y costoso, es-pecialmente si no hay una práctica
consuetudinaria, normas y procedi-mientos definidos o recurso humano calificado. Para facilitar el manejo adecuado de los sistemas de archi-vo, las prácticas internacionales recomiendan la unificación de nor-mas y guías procedimentales o la aprobación de legislación, que esta-blezca, entre algunos parámetros: la obligación de mantener registros bajo el principio de publicidad, el manejo de archivos reservados o confidenciales, la baja de documen-tos clasificados y la manipulación de documentos electrónicos.83
83. El caso ecuatoriano brinda un buen ejemplo de tal previsión al armonizar la Ley del Sistema Nacional de Archivos con la Ley de Acceso a la Información, y al delegar en el Sistema Nacional de Ar-chivos la capacitación pertinente de los funcionarios públicos. Para mayor infor-mación véase, Ley Orgánica de Transpa-rencia y Acceso a la Información Pública: Ley No. 2004-34 del 18 de mayo del 2004. Disposición Transitoria: Sexta.
84. En el caso latinoamericano, solamente las leyes de México, Ecuador, Panamá y Honduras contienen disposiciones de esta índole.
Informe anual
Los informes anuales permiten a los gobiernos identificar los resul-tados positivos y negativos en la implementación y ejecución de la normativa, identificando aquellas áreas que necesitan más recursos o atención. Los informes, como ins-trumentos de rendición de cuentas, facilitan también a los ciudadanos en el monitoreo de los esfuerzos y cumplimiento del gobierno con la ley.
En ese sentido, las leyes de acceso a la información deben contener disposiciones relativas al seguimien-to que debe hacer el ente regulador a las instituciones obligadas y la exigencia que tiene éste de rendir cuentas del trabajo realizado dentro de un determinado período de tiempo.84
Exenciones
El derecho de toda persona a toda la información que se encuentre en poder del Estado, no es un dere-cho absoluto, cuyo ejercicio no admi-te limitantes algunas. El límite al ejercicio del derecho de acceso a la información radica en el ejercicio de otros derechos fundamentales de las personas, y en motivos de orden público relacionados con la seguri-dad nacional e interés público general.
Uno de los principales proble-mas en no definir claramente con-ceptos como “Confidencial”, “Reser-vado”, “Legítimo interés público”, etc., es que esta práctica puede conducir a la comisión de abusos. Puede darse situaciones en las que los funcionarios públicos al no respe-tar el espíritu de la ley, o en los me-jores de los casos, simplemente en la mala interpretación de los concep-tos, se dediquen a generar mayores obstáculos a la transparencia, es-tampando “reservado” o “confiden-cial” en cualquier documento, sin dedicar la suficiente atención a revi-sar si la información realmente cabe
o no en la categoría de exención, y sin verificar si la divulgación de la información causaría algún daño.
85 Una posible alternativa para evitar entrar en ambigüedades interpretativas, podría ser el establecimiento de un órgano re-presentativo integrados por miembros parlamentarios, que a través de una vo-tación calificada, defina el secreto. Ejemplo de tal opción lo presenta Chile, al incorporar en el 2005 un nuevo articu-lado en su Constitución Política (Artículo 8º), que consagra el principio de la transparencia y la publicidad de los ac-tos, estableciendo que sólo una Ley de Quórum Calificado puede establecer la reserva o secreto.
Las exenciones deben ser cla-ras y debidamente especificadas, y definen explícitamente el interés público que se está protegiendo (y el daño público que se pretende evitar) al negar la entrega de información. Si bien la estrategia de enumerar en una sección especial las exenciones, es la más utilizada en las normas latinoamericanas analizadas, cabe mencionar que ésta se basa primor-dialmente en el grado de precisión con que se describe la información que puede denegarse. Dado que es prácticamente imposible evitar una mediana indeterminación en esa descripción, es recomendable com-binar el señalamiento de la informa-ción “denegable” con un procedi-miento especial y exigente que conduzca a la determinación del secreto de manera objetiva y con-sensuada (Saba, R. 2004: 182).85
Procedimientos de apelación
Así como la implementación, los mecanismos para hacer cumplir la ley (el tercer lado del triángulo) deberán ser plenamente tomados en consideración durante la redacción de la ley. Si existiera una creencia generalizada en una posible inob-servancia a las normativas de la ley, el supuesto derecho a la información pierde todo sentido. La debilidad e ineficacia de los mecanismos desti-nados a garantizar el cumplimiento de la ley pueden llevar a negaciones arbitrarias, o bien fomentar el “efecto avestruz”, según el cual no existe una negación explícita, pero sí una situación en la que las agencias gubernamentales de manera figura-da meten sus cabezas bajo tierra y hacen caso omiso de la ley. Por lo tanto, resulta crucial la estipulación de un mecanismo apropiado de revi-sión externa para garantizar la efica-cia general de la ley.
En este punto, se debe resal-tar que se reconoce que la pro-blemática de la falta de acceso de información en poder del Estado no sólo proviene de su normativa o de la falta de ella, sino también de la cultura del secretismo y las otras instituciones informales comúnmente presentes en las administraciones públicas. En este aspecto, la reticen-cia de los funcionarios de entregar información puede minar incluso las legislaciones más progresistas en la materia. Por ello, para lograr modifi-car las prácticas estatales, se debe
adoptar, como medida indispensable de lucha contra el secretismo, el silencio y la arbitrariedad; programas de capacitación a los órganos, auto-ridades y agentes públicos encarga-dos de atender las solicitudes de información. Además, los Estados deben garantizar la efectividad de un procedimiento administrativo ade-cuado para la tramitación y resolu-ción de las solicitudes de informa-ción, fijando plazos para resolver y entregar información.
Los organismos independien-tes de fiscalización, llámense Institu-to de Acceso a la Información, De-fensoría del Pueblo, Ombudsman, etc., desempeñan un papel funda-mental en cuanto a educar a la so-ciedad y a los funcionarios públicos y en garantizar la eliminación de todos los obstáculos al libre flujo de la in-formación. Estos procesos pueden dar lugar a un fortalecimiento institu-cional de las entidades gubernamen-tales, vía el sistema de pesos y con-trapesos que la propia ley de acceso a la información pública ha estable-cido. No obstante, todavía existen carencias en torno a órganos inde-pendientes dedicados especialmente a la supervisión y promoción de la ley, hecho que puede generar des-conocimiento del derecho entre el público e incluso en el gobierno mismo.
Por último se encuentra la la-bor de monitoreo y evaluación que se le debe hacer al cumplimiento de la ley. Un hallazgo importante que surgió del análisis realizado por el Open Society Justice Iniciative a través del estudio “Transparencia y Silencio” en catorce países, es que los elevados niveles de cumplimiento con las leyes de acceso a la infor-mación dependen de los procedi-mientos consistentes en el procesa-miento de solicitudes de información. En este caso particular el objetivo del monitoreo fue evaluar no sólo si las leyes nacionales satisfacían los estándares internacionales, sino también si se implementaban de conformidad con los requerimientos formales que dictan los parámetros internacionales.
Conclusiones
Dentro del amplio universo de los derechos humanos, el derecho a la información se ha constituido en fechas recientes, como uno de los ámbitos centrales de la discusión en torno a la amplitud y sentido de la acción estatal y a la relación Estado-ciudadanía. Al seno de esta prerro-gativa se encuentran otros derechos y libertades, vinculadas entre sí y que no pocas veces parecen contra-ponerse. Sin posibilidad de acceso a la información, simplemente no se puede participar en el control popular de las autoridades públicas, en el debate nacional sobre la política económica del gobierno, sobre la calidad de los servicios que brindan las administraciones públicas, ni obtener la información imprescindi-ble para desarrollarse en el entorno
societal, sólo por dar algunos ejemplos.
El derecho al acceso a la in-formación pública no es sólo un refe-rente para combatir la corrupción, lograr mayor rendición de cuentas y transparencia por parte de las insti-tuciones gubernamentales, sino, es más que eso: una herramienta para mejorar la calidad de vida, si se con-sidera que la eficacia de las decisio-nes tomadas dependen de la acce-sibilidad, relevancia, calidad y confiabilidad de información disponi-ble. Por tal razón, junto al afianza-miento del derecho, es de suma importancia incluir el eje “educación” en la configuración de una cultura ciudadana de la información, pues sin este elemento sería imposible que las personas conozcan el tipo de información que deben solicitar y posteriormente qué hacer con la misma.
Uno de los fundamentos más frecuentemente utilizados para justi-ficar el derecho a la información es el que lo asocia con la libre expre-sión de las ideas. Mientras la libertad de expresión como manifestación de la autonomía no parece prestar atención al derecho al acceso a la información, la misma como precon-dición al proceso de toma de deci-siones en un sistema democrático lo asocia indiscutiblemente con la liber-tad de acceso a la información. Sin la libertad de expresión no hay in-formación y sin ésta no hay demo-cracia, entendida como un sistema de autogobierno ciudadano. En su-ma, se protege la libertad de expre-sión con la finalidad de proporcionar a la ciudadanía la mayor cantidad de información posible para que tome las mejores decisiones de auto-gobierno.
No obstante, el derecho a la libertad de expresión como instru-mento que hace posible el acceso a la información, no es suficiente para justificar la existencia de un derecho a exigir información que se encuen-tra en poder del Estado. La “teoría democrática de la libertad de expre-sión” puede ser utilizada por los tribunales como una estrategia útil para evitar la censura o limitar a los medios de comunicación, pero no parece ser suficiente para exigir al Estado que libere o publique infor-mación que se encuentre en su po-der. De este modo se podría decir que el derecho al acceso a la infor-mación como producto de la libertad de expresión, posibilita la discusión de un derecho ciudadano a exigir información, pero no parece ser un argumento completamente sustenta-ble para exigir que las administracio-nes públicas, los parlamentos o la justicia reconozcan un derecho de acceso.
Para lograr materializar este derecho ciudadano a exigir informa-ción, se debe analizar el acceso a la información pública a través de dos supuestos interconectados entre sí:
En ese sentido, la información funciona como presupuesto de la posibilidad de una decisión racional por parte del titular de un derecho. En muchos casos, las personas se ven afronta-das por un abanico de posibi-lidades de acción o elección, el ejercicio efectivo del dere-cho sólo tendrá sentido en la medida de la existencia de in-formación previa que haga po-sible una verdadera y adecua-da elección. Nuevamente el derecho al voto, es el ejemplo paradigmático de esta situa-ción, pero también se pueden considerar ejemplos en el de-recho del consumidor, en el cual, la información está dirigi-da a racionalizar las opciones del consumidor, y tiene por ob-jetivo la transparencia, es de-cir permitirle enterarse para decidir con conocimiento fun-dado las cualidades y atributos de los productos o servicios puestos a disposición.
Hacer pública la información en poder del Estado no es, un acto condescendiente de aquellos que se encuentran ocasionalmente en el poder, sino una obligación exigida por toda Constitución que estable-ce un sistema republicano. El acceso a la información, cons-tituye un mecanismo de con-trol que no puede ser activado a instancia y arbitrio del con-trolado (en este caso el go-bierno), razón por la cual no puede ser el gobierno el que, frente a cada requerimiento, decida cuándo y cómo la in-formación que obra en su po-der ha de ser divulgada o quien será el destinatario de esa información. Si así fuese, la herramienta de control ca-recería de efectividad y propó-sito alguno. En síntesis, el ac-ceso a la información como mecanismo de control del go-bierno, solo será efectivo si se considera un derecho de todos los ciudadanos, y no como una posibilidad cuya efectiva realización depende de la discreción de la autoridad pública.
Una vez reconocido la exis-tencia del derecho humano y consti-tucional de exigir acceso a la infor-mación, la siguiente interrogante que nace versa sobre la necesidad de una ley que proteja y vele por el cumplimiento efectivo del acceso a la información. A simple vista y to-mando en cuenta que ya el acceso a la información pública se garantiza por ser un derecho humano inalie-nable y ratificado por las mismas constituciones políticas, puede darse la impresión que una ley de acceso a la información pública simplemente vendrá a sumarse a los extensos cuerpos jurídicos latinoamericanos que gozan de desuso, y entorpecen el ejercicio del derecho que regula, una ley per se no garantiza el estric-to cumplimiento o ejercicio efectivo del derecho. Las normas nunca re-suelven el problema instantánea-mente, sino más bien son una invita-ción a la realización de un sinnúmero de tareas y desafíos para la Adminis-tración del Estado y la ciudadanía en general.
Sin embargo, es posible sos-tener que sin la existencia de una ley, el derecho se torna de difícil ejercicio y cumplimiento en la prácti-ca. Una ley de acceso a la informa-ción pública proporciona un instru-mento para el ejercicio y potencial reclamo administrativo o judicial del derecho, de la misma manera que las normas de protección al consu-midor no impiden que existan abu-sos, no obstante, establecen los procedimientos de reclamo ante la autoridad competente, como el tipo de sanción a imponer en caso de incumplimiento de la ley.
A menudo los procesos de so-licitud y provisión de información resultan más determinantes que cualquier otra disposición en lo refe-rente al valor y la efectividad de la ley. Una ley de acceso a la informa-ción, debe establecer en forma clara y taxativamente aquellos casos en los que el Estado no sólo está obli-gado a brindar información, sino aquellos en los que debe haber ex-cepciones a la publicación (protec-ción de la intimidad, seguridad na-cional, secretos comerciales, etc.). Pese a la amplitud con que pueden interpretarse estas excepciones, la cantidad de información que no en-cuadra dentro de éstas, y que habi-tualmente se niega o simplemente no se publica automáticamente es vasta. Información relativa a proce-sos de licitación o contratación pública, listados del personal de las administraciones del Estado, presu-puestos de agencias gubernamenta-les, etc., en muchos casos no son conocidos por el público.
Es de conocimiento generali-zado, que el establecimiento del secreto sobre materias tales como seguridad nacional u orden público, son habituales en las leyes de acce-so a la información, pero también es de práctica común, que bajo tales conceptos imprecisos, los gobiernos deniegan una considerable cantidad de información que podría brindar sin la necesidad de arriesgar el legí-timo interés público. Tomando en cuenta la trayectoria de las adminis-traciones públicas latinoamericanas
y la naturaleza misma del derecho en cuestión, se puede afirmar que una ley de acceso a la información pública que establezca con claridad los requisitos que deben darse para brindar o negar información solicita-da, es absolutamente necesaria e imprescindible.
Para tal fin, una ley de acceso a la información pública debe invertir los incentivos habituales que un empleado o funcionario público tiene para negar la información. La impo-sición de sanciones frente a la negativa de dar información puede persuadir a los empleados y funcio-narios públicos a responder en forma afirmativa el requerimiento de infor-mación. Además, resulta interesante resaltar que las sanciones y asigna-ciones de responsabilidad también pueden operar como un “refuerzo legal y administrativo” del empleado o funcionario que teniendo disposi-ción para dar información se sienta constreñido por órdenes o instruc-ciones superiores, o por aquellos valores presentes que imponen las instituciones informales dentro de una organización pública.
Con respecto al cumplimiento de los principios de acceso a la in-formación, se ha demostrado que los gobiernos tienen mayores probabili-dades de respetar el derecho de un individuo a solicitar información, y entregar la información solicitada en países que poseen leyes de acceso a la información que en países que no poseen estas leyes. Además de la referencia hecha a favor de una ley como instrumento para garantizar el efectivo respeto y cumplimiento del derecho, es importante resaltar la necesidad de llevar a cabo procesos de monitoreo y evaluación, tanto por parte de la sociedad civil organizada como por los gobiernos. El objetivo del monitoreo es evaluar no sólo si las leyes nacionales cumplen con los estándares internacionales, sino también si se implementan de con-formidad con los requerimientos formales que dictan los parámetros internacionales. Sin el debido moni-toreo, realmente no se podría efec-tuar los ajustes internos necesarios para asegurar el cumplimiento de las disposiciones enmarcadas en la ley.
Si muchos son los ciudadanos que utilizan una ley de acceso a la información, se podrá ir afinando paso a paso los mecanismos para la recepción, provisión y sistematiza-ción de la información, e ir avanzan-do de este modo hacia sociedades participativas e instituciones más sólidas y transparentes. Sumada a tal propuesta, se encuentra la volun-tad política, los esfuerzos conjuntos de los gobiernos y de la participación ciudadana, destinados a crear y promover espacios de acceso a la información, una actitud ética en los servidores públicos dispuesta a combatir la cultura del secreto, y a la vez, se logre fomentar en la ciuda-danía la conciencia de la existencia de un derecho que les permite estar bien informados acerca del funcio-namiento, proyectos y ejercicio pre-supuestal de sus gobiernos.
Para concluir, el acceso a la información pública en muchos de
los países del mundo se encuentra en su etapa incipiente, y con los avances tecnológicos, económicos, políticos y sociales vendrá mayor demanda de información por parte de las personas. Como es común, la codificación del derecho se mantiene varios pasos atrás de los aconteci-mientos que influyen presión sobre éste. En el desarrollo de esta estra-tegia hay que considerar que se pueden oponer al acceso a la infor-mación no sólo fuerzas dinámicas (tales como intereses privados, re-des de corruptela, etc.), sino que también pueden existir fuerzas iner-ciales, como por ejemplo, la combi-nación perversa entre incompetencia administrativa y reglas informales opacas que conviven junto con las formales, e incluso, valores cultura-les (capital social negativo, anomia cívica, desconfianza interpersonal, baja autonomía personal, etc.), que en la práctica pueden atentar contra los principios del acceso a la información.
Ante estos obstáculos estruc-turales, institucionales y culturales, se puede afirmar que la función del acceso a la información es producir, tanto presiones económicas, socia-les como políticas para inducir cam-bios. El acceso a la información puede influenciar en los hábitos de los individuos o de las instituciones, elección de empleos, inversiones y cálculos gerenciales sobre el mejo-ramiento de la eficiencia. Los indivi-duos o grupos pueden utilizar la información para influenciar acciones de sus representantes electos, en los votos, en las decisiones adminis-trativas y en general en la gestión de lo público.
Es por tal razón, que hay que seguir apostando por mecanismos transparentes y deliberativos, consti-tuidos a través de sinergias entre una sociedad civil participativa y un Estado representativo y receptivo. Está será la única forma de lograr transformar administraciones públi-cas lentas, rígidas, verticales y pa-trimonialista a uno eficiente, eficaz y profesional, que responda tanto a las necesidades de una ciudadanía ca-da vez más compleja, diversa y exi-gente, como a un mercado cada vez más globalizado y competitivo.
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Sociedad, organización y poder.
El liderazgo: Una visión
epistemológica
predominantemente
Juan Huaylupo Alcázar* individualista
ANALIZA LOS IMPLÍCITOS EPISTEMOLÓGICOS, TEÓRICOS E HISTÓRICOS DE LA CONCEPCIÓN PREDOMINANTE SOBRE EL LIDERAZGO. LA VISIÓN INDIVIDUALISTA DEL LIDERAZGO ESTÁ ASOCIADA CON FORMAS PARTICULARES DE INTERPRETACIÓN DE LA HISTORIA Y LA SOCIEDAD, ASÍ COMO, CON LA CONSERVACIÓN Y REPRODUCCIÓN DEL PODER EN LAS ORGANIZACIONES Y LA SOCIEDAD. EL LIDERAZGO, COMO EXPRESIÓN DEL PODER, ES UNA RELACIÓN SOCIAL QUE REPRESENTA LAS NECESIDADES, SENTIMIENTOS, INTERESES Y ASPIRACIONES DE COLECTIVIDADES ORGANIZADAS, LUEGO NO SE ENCUENTRA DESARRAIGADO DEL DEVENIR DE LA ORGANIZACIÓN, NI DEL MEDIO SOCIAL E HISTÓRICO DE LAS SOCIEDADES.
PALABRAS CLAVES: LIDERAZGO / PODER SOCIAL / ORGANIZACIÓN
Introducción
* Catedrático, Escuela de Administración Pública, Facultad de Ciencias Económi-cas y Sistema de Estudios de Posgrado, Universidad de Costa Rica.
Recibido: 20 de marzo del 2009.
Aceptado:4 de mayo del 2009.
La comprensión de la actua-ción de los individuos en las or-ganizaciones, ha sido una preocupa-ción permanente a lo largo de la historia, tanto en el quehacer de las organizaciones empresariales, como en la práctica política de los gobiernos. Asimismo, ha sido objeto de exploración en las ciencias socia-
les, y particularmente en el pensa-miento y práctica administrativa y organizativa.
Los análisis efectuados en torno al liderazgo tienen una regula-ridad que deriva de una cosmovisión liberal e individualista propia de las tradiciones occidentales. Ella actúa como el contexto legitimador de una época que se conserva y reproduce. En el pasado, el agotamiento de las formas organizativas que fundamen-taban el poder en las sociedades, significaba también la pérdida de vigencia de interpretaciones, donde lo divino o lo inexplicable constituía el principio ordenador del mundo y
de la vida en sociedad. La confor-mación de nuevas formas sociales era también la emergencia simultá-nea de nuevas visiones, de este modo la concepción del mundo y del poder perdía su divinización para hacerse terrenal y se destacaba la voluntad y la acción de individuo concreto, el hacedor de las relacio-nes sociales, las organizaciones y las sociedades. Esta visión indivi-dualista no ha desaparecido, en parte, por las relaciones sociales que fundaron originariamente el sistema imperante.
Las revoluciones burguesas del siglo XVIII transformaron las sociedades y liquidaron las concep-ciones que validaban sus formas sociales y políticas, a la vez que se impusieron otros fundamentos ide-ológicos, políticos y también econó-micos. El liberalismo formalizó, ma-terializó e hizo suya la aspiración colectiva por la libertad e igualdad de las personas que sufren opresión en sus sociedades. La liberación de las formas de opresión ha constituido hitos en la historia de la humanidad como utopías de sociedades igualita-rias. La constitución burguesa logró la formalización de la igualdad jurídi-ca de las personas y entre las per-sonas, sin duda una revolución que superaba el pasado, pero también conformaba nuevos mitos y fan-tasías en correspondencia con for-mas de apropiación individual de riquezas y recursos generados co-lectivamente. Esa época no termina, aún se reconoce la necesidad de su continuidad propositiva y transfor-madora, la que alcanza niveles de intensificación y masificación sin precedente alguno en el pasado. Sin embargo, ello no implica el análisis y reconocimiento de la inconsistencia interpretativa de su praxis social.
Los procesos de desigualdad social alcanzados en el presente, evidencian la necesidad de superar la impronta individualista de la liber-tad y de la propiedad en las relacio-nes predominantes, así como la de hacer más integral la explicación del desempeño de las organizaciones en las sociedades.
El mito del individuo
hacedor del mundo
y su destino
La revolución francesa y la americana son los momentos consti-tutivos que marcaron el fin de una época que impregnaba las relacio-nes de poder en los países y en las relaciones internacionales. Fueron acontecimientos derivados de con-tradicciones y acciones colectivas internas, pero que no fueron total-mente extrañas a los acontecimien-tos y formas de poder en las relacio-nes monárquicas y coloniales en otras formaciones sociales, como tampoco lo fueron las formas organi-zativas adoptadas posteriormente en otros espacios. Las historias nacio-nales son parte de la historia de las sociedades del mundo, conforman épocas o construyen continuidades y comunidades históricas entre socie-dades particulares.
El descubrimiento de la capa-cidad colectiva de transformación, liberó de la creencia que todo estaba controlado y predeterminado por la voluntad de un ser superior omnipo-tente, sapiente y presente. Desde ese momento, se asumió que eran los individuos quienes tenían la ca-pacidad para autoconservarse y definirse a sí mismo, a la vez que condicionar a los otros y a la natura-leza, para ponerla al servicio de su decisión e interés. Esto fue, la ruptu-ra con el pasado, y significó simultá-neamente la asunción de una con-ciencia, saber y razón,1 para despojar de poderes a los aristócra-tas, terratenientes y colonialistas, a los que no se les reconocía tener las nuevas facultades o poderes de una época naciente. La facultad de trans-formar la sociedad, la naturaleza y el ambiente, hacedor de mercancías y la apropiación de valores generados colectivamente, era la fuente del nuevo poder, del nuevo dios. Así, la capacidad autopoiética del homo faber, fue el fundamento para la construcción del poder individual, que pretendidamente todos tenían la facultad para desarrollarla, pero po-cos quienes lo lograban. Estas con-sideraciones del pasado guardan continuidad con los postulados y prácticas liberales contemporáneas, aún cuando:
1. La razón actuaba como el “desencanta-miento del mundo” (Weber, 1983) del que estaba sumido por las concepciones religiosas.
“Ninguna clase de vida huma-na, ni siquiera la del ermitaño en la agreste naturaleza, re-
sulta posible sin un mundo que directa o indirectamente testifica la presencia de otros seres humanos.
Todas las actividades huma-nas están condicionadas por el hecho de que los hombres viven juntos, si bien es sólo la acción lo que no cabe ni si-quiera imaginarse fuera de la sociedad de los hombres. La actividad de la labor no requie-re la presencia de otro, aun-que un ser laborando en com-pleta soledad no sería humano, sino un animal labo-rans en el sentido más literal de la palabra.” (Arendt, 2005: 51).
La magnificación de la libertad e igualdad formal de los individuos, se constituyó en un controversial, paradójico e irresoluble modelo pa-radigmático, porque se instauraba en un contexto que recreaba desigual-dad, explotación y esclavitud real para individuos y sociedades. Pero esta visión exclusiva y excluyente no es nueva, es previa a la instauración ideológica liberal. Platón (428 a C. - 347 a C.) sustenta el individualismo al suponer que el individuo se crea a sí mismo. El universo escla-vista de esa libertad individual plató-nica, es vista por Aristóteles (384 a C. – 322 a C.), como el resultado natural del nacimiento de esclavos y esclavistas.
A lo largo de la historia, las sociedades excluyentes no han teni-do suficientes artificios para mimeti-zarse en discursos igualitarios y democráticos. La individualización está integrada en las relaciones ca-pitalistas desde su génesis (Fromm, 1987), a pesar de haber sido el sis-tema que usa, extensa e intensiva-mente, el trabajo colectivo como una extraordinaria fuerza productiva y que ha articulado el trabajo producti-vo e improductivo en el inmenso proceso de valorización del capital.
En el individualismo es trans-parente la separación y discrimina-ción social, siendo la postulación de la igualdad, libertad y democracia un recurso formal e ideológico, como en tiempos de la Grecia esclavista. Por ejemplo, no es posible postular igualdad ni democracia, cuando las personas en ese entonces como en el presente, no tienen garantizados sus derechos civiles ni políticos (Sen, 2000), lo que era evidenciado por Horkheimer y Adorno en 1944, ante la decepción de las promesas benefactoras, mostrando la domina-ción de los individuos, las colectivi-dades y el control concentrado y centralizado de las propiedades y recursos de la sociedad (Horkheimer y Adorno, 2004).
Asimismo, la relativa comuni-dad social en cada época de la histo-ria, hace referencia a la unidad en las relaciones internacionales, pero también de las heterogeneidades y polaridad entre países, proceso que se ha fortalecido y profundizado en la globalización del presente. La desigualdad en las relaciones entre individuos y sociedades, reproducen inequidades y provoca antagonismos y resistencias sociales contra las pretensiones de imposición de igual-dades mecánicas en el dominio de poderes exclusivos, la producción o el consumo estandarizado. La pola-ridad y exclusión social actual no está referida a contextos locales o nacionales, es mundial, lo que hace del individuo un ser social complejo, directamente referido a sus relacio-nes en cada época y cada sociedad global.
La conmoción iluminista del siglo XVIII-XIX que trasladó la fe religiosa a la divinización del indivi-duo y sus cualidades como ser ra-cional, objetivo y pragmático, así como en la igualdad, justicia, libertad o democracia, como derivación sim-ple y simplificada de la acción indivi-dual, aún extiende su impacto en las sociedades del siglo XXI, las que reproducen de manera matizada sus creencias y prácticas. Sin embargo, las loas al individuo y sus capacida-des, han sido y son, la reducción de éste a sus productos, a su conver-sión en instrumento de intenciones en apariencia propias, que lo aliena y subordina.
Esto es, la individuación signi-ficó la destrucción de un mito, para sustentarse en otro. La construcción del imaginario colectivo magnificó al individuo en medios complejos e interdependientes, lo que es una visión que representa los prejuicios de una época que ha tenido que objetivar las experiencias de una sociedad en transformación. Sin embargo, es relativa la magnificación al individuo, pues éste es apreciado y ponderado en tanto que posesio-nario, pero también a condición de haber materializado el uso medios e instrumentos para el logro de deter-minados y absolutos resultados,2
2. Son innumerables las afirmaciones del pasado y del presente donde se privilegia a la técnica, como la creadora de bienestar y desarrollo, o dicho de otra manera, la con-dición de los individuos y sociedades, son en esa perspectiva, como productos, se-cuelas o efectos de las aplicaciones instru-mentales.
3. Tales son los casos de las pautas existen-tes en la fijación de las tasas de interés, in-flación, precios de las divisas o en la valori-zación del capital, así como aplicaciones técnicas para la inversión, la producción, el mercadeo, e incluso para la realización de investigaciones científicas.
“El Homo faber, el hombre fa-bricador, crea también mitos delirantes. Da vida a dioses fe-roces y crueles que cometen actos bárbaros. […] Aunque producidos por los humanos, los dioses adquieren una vida propia y el poder de dominar a los espíritus. Así la barbarie humana engendra dioses crue-les que, a su vez, incitan a los humanos a la barbarie. […]
Como las ideas, las técnicas nacidas de los humanos se vuelven contra ellos. Los tiem-pos contemporáneos nos muestran una técnica que se desata y escapa a la humani-
dad que la ha producido. Nos comportamos como aprendices de brujos. Además, la técnica aporta su propia barbarie, una barbarie del cálculo puro, frío, helado, que ignora las realida-des afectivas propiamente humanas.” (Morin, 2007: 14-15).
De esta manera, las relacio-nes económicas y sociales en gene-ral, fueron vistas como reguladas por procedimientos, en donde el indivi-duo, por la fetichización de las técni-cas o métodos, es sólo el medio para el logro de resultados. Esto es, la individuación de las relaciones sociales, alienó y distorsionó la com-plejidad de las relaciones sociales.
“La enfermedad de la razón –afirma Horkheimer- tiene sus raíces en su origen, en el de-seo del hombre de dominar la naturaleza, y la “convalecen-cia” depende de una com-prensión profunda de la esen-cia de la enfermedad, y no de una curación de los síntomas posteriores.” (Horkheimer, 1969: 184).
El uso de las técnicas o méto-dos ata a los individuos a la aplica-ción fiel y mecánica de procedimien-tos asumidos como exactos y absolutos, no sólo tiene incidencia en el ámbito económico, incide en todo el quehacer social.
Pero, la constitución del mito de la individuación, también se funda en la representación simbólica de sí mismomismomismo
4. La fuerza social de una construcción colec-tiva que no acaba de modo automática ni inmediata, imposibilita la sustitución de un ente omnipresente y omnipotente, por otro constituido por la totalidad integrada de los individuos que comparten una historia y cul-tura. En este sentido, el mito de la indivi-duación es ruptura y continuidad de un pro-ceso social y de la construcción de conocimiento, símbolo de una época que no ha concluido.
5. Bacon presenta a la naturaleza como el reto del individuo al que debe domesticar para constituir el Reyno del Hombre (Regnum hominis) sobre la tierra. En este sentido, a la ciencia general y en particular a la economía, administración y algunas ciencias naturales, le ha sido adjudicado, el proporcionar los conocimientos para domi-nar la realidad y ponerla al servicio de los intereses de un sistema que ha sacralizado la posesividad de la propiedad y los medios que garantizan la riqueza, como fuente de poder.
El reconocimiento de las limi-taciones de las visiones que antepo-nen la interpretación a la exploración de la realidad, como el formalismo (Castells y De Ipola, 1983) y la ma-temática (Kant, 1942; Huaylupo, 2006a), se han dado en distintos momentos de la historia, aún cuando no son masivos ni extensivos. Sin
embargo, no ha sido suficiente para asumir la complejidad y la interde-pendencia en las relaciones socia-les, el ambiente y la naturaleza. El poder, la ideología, la cultura, las condiciones cotidianas de vida, los prejuicios o estereotipos, entre otros aspectos, constituyen auténticas barreras para la comprensión en su complejidad a las sociedades, orga-nizaciones y actores.
La constitución originaria de la sociedad occidental, al sacralizar la libertad del individuo, lo hizo creyen-te de una vida y un destino autóno-mo, que se expresa en una posesión ajena al individuo, pero que lo repre-senta. En ese horizonte de visibili-dad, las organizaciones y la socie-dad, sólo son expresiones de sus integrantes. El individuo y la colecti-vidad no tienen distinción alguna. La inextricable unidad de la parte y el todo, es inexistente en esa concep-ción. El individuo es, absurda y si-multáneamente, su contexto históri-co, social y ambiental.5 Así, ninguna entidad social o natural podía ser comprendida más allá de la volun-tad, interés y actuación de los indivi-duos, o de los objetos y productos que supuestamente representa la acción individual.
La sociedad concebida como un conjunto agregado de individuos, no tiene estatuto científico, esta es una creencia empirista e individualis-ta metodológica (Pereyra, 1979), que disuelve la sociedad en los indivi-duos, como si ésta fuera la concre-ción de la “teoría” de los conjuntos de la matemática. Sin embargo, esa ponderación del individuo, también es metamorfoseada, al estar cir-cunscrita a la condición de propieta-rio o posesionario de recursos y riquezas con alta valoración social. Esto es, la negación-exclusión a los otros, como colectividad, son quie-nes crean la subjetividad de la épo-ca, donde paradójicamente el indivi-duo está indiferenciado en la totalidad social de la sociedad de masas y del trabajo colectivo.
La sociedad para el individua-lismo posesivo, es metafísica con existencia solo formal, así como aprecia a la libertad individual como concreta y pragmática para fortale-cer y ampliar las facultades preten-didamente gestadas por el individuo (sujeto) y dirigidas a otros individuos (objetos). La cosificación de la liber-tad individual, es la separación tan-gible con los otros, así como, es la conversión de las propiedades o cosas, en la representación simbóli-ca del poder de los individuos libres.
En esa perspectiva, los indivi-duos libres sin posesiones es una contradicción, los individuos despo-seídos serán subordinados, sin ca-pacidad para ser libres. Sin embar-go, la pretendida libertad del individuo posesionario, es la de estar alienado a cosas que determinan sus grados de libertad. Ello se evi-dencia en una sociedad mercantili-zada, donde la posesión de recursos y propiedades, es una condición para el ejercicio de una libertad pau-tada para la sobrevivencia, el creci-miento o la expansión, cuyos límites están determinados por la significa-ción mercantil de estas posesiones, sobre las que no tiene el control ni el dominio.
Pero, el mito de la individua-ción es una condición social que se impone a los individuos. No es una creencia que se toma o apropia a voluntad, es una fuerza colectiva que se impone a todos los individuos posesionarios o no. Este poder posi-bilita el respeto a las facultades arrogadas por los propietarios, así como la sumisión y el dominio en los desposeídos. El mito, como toda creencia arraigada social, cultural e históricamente, será una fuerza que destruirá o combatirá ideas, creen-cias o prácticas que lo cuestionen (Freud, 1981). La preservación de un estilo de vida y de sociedad, es tam-bién la conservación de creencias míticas. La reproducción de una sociedad que pregona libertad, justi-cia e igualdad para todos, como medio para la conservación de privi-legios, supone e implica contradic-ción, antagonismo y violencia gene-ralizada, ya sea por el control social cotidiano, el imperio de la ley, de la autoridad, o de la fuerza coactiva privada y estatal, nacional o trasna-cional (Huaylupo, 2006b).
Contemporáneamente la pérdida de democracia es vista co-mo una necesidad para la mayor libertad y poder de las empresas globales (Sen, 2000), así como la destrucción de la organicidad de los desposeídos, como un medio que violenta derechos laborales y huma-nos, para el incremento de la renta-bilidad,6
6. En el Perú el antagonismo de comuneros locales contra el proyecto minera Majaz-Río Blanco, en el 2005, hizo que el jefe del campamento minero, en colusión con la po-licía, detuviera y torturara a veintinueve comuneros que no cedieron su tierra en la-bores agrícolas para la explotación minera (Prado, 2009, Álvarez, 2009).
“Es cierto que Adam Smith y David Ricardo concebían la libertad en términos de libre empresa. Según las ideas de Adam Smith, el progreso so-cial conduciría a los hombres a ser iguales en lo que res-pecta a sus bienes económi-cos. Los obreros, como con-secuencia de una ley de la naturaleza, tendrían salarios y remuneraciones cada vez más altos, mientras que la que se denominará poste-riormente «clase capitalista» vería sus ingresos cada vez más reducidos en virtud de otra ley natural. Es dudoso que estos augurios descri-ban una situación social real;
lo que resulta incontroverti-ble es que los filósofos del li-beralismo económico eran humanistas en sus creen-cias, en la libertad ejercida desde el control estatal. No es sorprendente que Marx, en su deseo de igualdad, fuese discípulo y seguidor de Adam Smith y David Ricardo en este sentido. Es cierto que la libertad concebida de este modo puede, en la práctica esclavizar al hom-bre, alienarlo y reducirlo a la categoría de objeto, como sucede cuando el propietario reduce su ser al tener, o cuando los desposeídos son utilizados como medio, no como seres humanos que tienen un fin en sí mismos.” (Fromm, 2007: 48).
El individualismo, tradicional y liberal está arraigado a la interpreta-ción que cree que es inmanente al individuo, el poder del liderazgo, así como la facultad de crear todos los procesos sociales, las organizacio-nes, las sociedades y los Estados. La necesidad del poder para el po-der posesivo, ha conformado una visión funcional en todas las relacio-nes sociales predominantes. Los órganos mediáticos, los patrones morales, la educación formal, las leyes y la práctica cotidiana, son los medios como se reproduce la con-cepción individualista del mundo, la que limita y encubre las relaciones sociales desiguales e inequitativas, así como obstruye otras interpreta-ciones de la realidad. La simplifica-ción en lugar de la complejidad, la ignorancia frente al saber científico crítico, ha tenido una gran regulari-dad a lo largo de la historia.
En la actualidad ante la crisis financiera mundial, son muchos quienes creen que el triunfo de Ba-rak Obama en Estados Unidos de Norte América, modificará las ten-dencias recesivas en su país y por efecto, también las eliminará al mundo.7 La visión individualista no posee capacidad explicativa frente a los fenómenos completos de las organizaciones, sociedades ni de las relaciones internacionales. La actual crisis es la agudización de las con-tradicciones de un sistema-mundo, que le impide crecer y expandirse. Mientras que las relaciones creadas colectivamente, no puedan ser expli-cadas de manera integral, no se podrá comprender la complejidad, ni adoptar decisiones y acciones con-secuentes. La crisis es la expresión del fracaso de la razón instrumental que predomina en las relaciones sociales desde el siglo XVIII al pre-sente. Asimismo, mientras no se reconozca el papel y significación social y económica de los desposeí-dos, en la historia y cultura de los pueblos, así como en el consumo, en el trabajo, la producción, en la productividad o en su actuación creadora de riqueza y capacidad
7. La revista de Gestión de Negocios promo-cionándose afirma: “El innovador líder demócrata que transformó la política en un juego diferente y ahora con Estados Unidos en sus manos revolucionará al mundo”. http://www.mx.hsmglobal.com/contenidos/ gestionhome.html (enero, 2008).
reproductora de las sociedades, posiblemente seguiremos creyendo en líderes omnipresentes, omnipo-tentes y omnisapientes, con lo que se reafirma una contrarrevolución teórica y científica, que niegan que las relaciones construidas social e históricamente, constituyen el princi-pio ordenador-transformador de las sociedades.
El liderazgo ¿expresión
de la individualidad?
La socialidad de los individuos no es un atributo que pueda ser omi-tido en el pensamiento y actividad de las personas. La particularidad del individuo está profundamente arrai-gada a su vida social, así como a la cultura e historia de una sociedad, o dicho de otra manera, está articulado con una organicidad que le pertene-ce y trasciende a su propia existen-cia. Así, las relaciones sociales no son extrínsecas al individuo, les son inherentes en una interacción pauta-da socialmente. Esto es, todo indivi-duo es un producto social, donde el comportamiento y el pensamiento, están moldeados por una intersubje-tividad de una colectividad, lo que de ninguna manera supone una estan-darización mecánica o robótica en la actuación de los individuos.
“La vida anímica individual, aparece integrada siempre, efectivamente, el «otro», como modelo, objeto, auxiliar o ad-versario, y de este modo, la psicología individual es al mismo tiempo y desde un principio, psicología social, en un sentido amplio, pero ple-namente justificado.” (Freud, 1996: 2563)
“La psicología –que persigue los instintos, disposiciones, móviles e intenciones de los individuos, hasta sus actos y en sus relaciones con sus se-mejantes-, llegada al final de su labor y habiendo hecho la luz sobre todos los objetos de la misma, vería alzarse ante ella, de repente, un nuevo problema. Habría, en efecto, de explicar el hecho sorpren-dente de que en determinadas circunstancias, nacidas de su incorporación a una multitud humana que ha adquirido el carácter de «masa psicológi-ca», aquel mismo individuo al que ha logrado hacer inteligi-ble, piense, sienta y obre en un momento absolutamente inesperado.” (Freud, 1996: 2564).
“La tesis individualista extre-ma, es decir, la teoría de que cada individuo es plenamente autónomo y que podría existir como una persona totalmente independiente respecto de los colectivos a los que pertene-ce, es un reflejo de la teoría de que las relaciones que una persona tiene con sus colecti-vos son completamente exter-nas y en consecuencia total-mente contingentes. Esta teoría tampoco puede ser consistentemente sostenida.” (Harré, 1982: 103).
La acción y pensamiento de las personas están pautados colecti-vamente, en ellas convergen las determinaciones sociales y son la condensación de las relaciones cul-turales e históricas de las socieda-des a las que pertenecen. Las con-dicionalidades culturales y morales constituyen regulaciones en el que-hacer y prácticas particulares de cada individuo. Nadie en una socie-dad es impermeable ni puede abs-traerse a los condicionamientos so-ciales, así como tampoco la sociedad es la agregación de indivi-duos, ni sus contradicciones y con-flictos son resultados de acciones individuales (Pereyra, 1984).
La socialidad del ser humano es inherente a su existencia e inclu-so es previa a su evolución como especie homo sapiens, ni puede ser liberada de sus condicionamientos hereditarios. Independientemente de la conciencia individual, los patrones sociales forman parte de la identidad y pertenencia del individuo a una colectividad. El dinamismo de una vida compartida permite la integra-ción a las formas de vida, acción y pensamiento de una colectividad, así como también orienta y posibilita el desarrollo de las capacidades individuales.
La visión simplificadora y au-tosuficiente cree erróneamente que el individuo puede controlar y deter-minar individualmente sobre los acontecimientos sociales, así como su inserción a una comunidad e inci-dir en las relaciones con los otros (Fischman, 2000a). Sin embargo, ninguna colectividad es un conjunto amorfo, sin consistencia, por el con-trario, las relaciones sociales están reguladas social, histórica y cultu-ralmente. Esto es, toda colectividad supone e implica organicidad. La socialidad humana se expresa en su capacidad organizativa. La comple-jidad o simplicidad de las organiza-ciones, las dimensiones o las canti-dades de ellas, están en correspondencia con las relaciones sociales de sus colectividades.
La división del trabajo para la convivencia y la reproducción de las poblaciones implican la labor de individuos, grupos y clases sociales, para el desempeño de distintas acti-vidades definidas necesarias e im-prescindibles para la conservación o reproducción de las formas de vida social existente. El poder, así como su ejercicio, supone e implica tantas formas organizativas de la sociedad, como culturales, de interés, trabajo, etc., que abrigan las sociedades, las que conforman complejas redes de interacción organizacionales que se implican, complementan o antagoni-zan en el tejido de la sociedad.
Los poderes en una sociedad u organización son un producto so-cial, diversos y dinámicos, como heterogéneas y desiguales son los espacios de las relaciones sociales. De ninguna manera son cosas, mer-cancías o patrimonios privados. Los fetiches o las materializaciones de la época, construidos por el imaginario colectivo y los poderes validados socialmente, se han convertido en parte consustancial de un sistema que usufructúa privadamente lo ges-tado y logrado colectivamente.
La homogeneidad del poder en las organizaciones, Estados o sociedades, es tan sólo aparente, por la diversidad de intereses y con-ciencias, así como de las situaciones y condiciones materiales de los acto-res sociales. Esta característica fun-damenta la potencialidad de trans-formación de los cuerpos sociales. La denominación de hegemonía es la expresión gramsciana, hace men-ción a este fenómeno, el que no hace referencia a la unicidad del poder, sino a una diversidad de po-deres que en circunstancias particu-lares están subordinados por deter-minadas relaciones que gestan, sustentan o inviabilizan un determi-nado poder.
El poder es una relación so-cial, la interacción conflictiva y/o funcional entre actores sociales en espacios delimitados, constituyen ámbitos organizativos del poder. No es ajeno ni extraño a las relaciones cotidianas entre individuos, grupos o clases, como tampoco son manifes-taciones alejadas de las creencias y prácticas cotidianas de los individuos o colectividades en un espacio so-cial. Esto es, en el poder todos los actores están representados, aun cuando no de manera igualitaria, equitativa ni democrática, en el sis-tema de relaciones existentes en ámbitos históricos particulares. El poder es la manifestación de la capacidad organizativa de cada ente social. La forma como se mate-rializa el poder guardará correspon-dencia con la red de relaciones in-ternas y externas en cada espacio social. Sin embargo, en las visiones preponderantes de la individuación del poder, éste se objetiviza en prácticas, actitudes y estilos de comportamiento, independientemen-te de los individuos que lo detentan y de las organizaciones y sociedades donde puedan ser funcionales tales prácticas. De este modo, el poder es fetichizado en determinadas actitu-des o en otros casos es apreciado como una cosa tangible susceptible de ser tomada, desplazada o trans-ferida, como la búsqueda de la toma del poder de grupos políticos, de los atributos conferidos ante designa-ciones divinas de reminiscencias feudales o de las cosificaciones del individualismo posesivo.8
8. De este modo, se estaría haciendo una diferencia del poder real, como una relación social, del poder que es conferido por una autoridad formal reconocida, así como del poder que nace de la propiedad privada de una organización empresarial.
Gran parte de los estudios so-bre las múltiples expresiones de los poderes en las organizaciones, han sido ponderados desde el poder dominante, en razón de sus efectos, por los individuos que encabezaron estas formas o de los contenidos ideológicos, políticos o militares de tales manifestaciones. Si bien los fenómenos sociales requieren pers-pectivas distintas para comprender su complejidad, los estudios sobre el
poder necesitan interpretaciones que analicen las relaciones sociales que inciden directamente en la gestación, instauración y en el ejercicio tangible de sus formas particulares. Las ex-periencias fascista y stalinista, apre-ciadas como patológicas (Foucault, 2008), invisibilizan las historias y culturas de los pueblos, de sus vi-siones y organizaciones, así como ocultan las tensiones y antagonis-mos en las relaciones sociales. No es posible satanizar de sanguinarios los gobiernos, como únicos respon-sables culpables de la violencia como ejercieron el poder, sin apre-ciar la violencia cotidiana y acumula-da en las relaciones sociales, que son los referentes de una actuación estatal, dominante o hegemónica en una formación social, así como no es posible comprender una radical transformación del Estado o de los poderes sin haber apreciado el na-cimiento y consolidación de una nueva voluntad colectiva (Gramsci, 1999). Así, el antisemitismo alemán no nació ni se liquidó con la derrota nazifascista, como seguramente no desaparecerá fácilmente las tensio-nes en las organizaciones y políticas palestinas contra los israelíes, ante la ocupación y destrucción de su espacio social por parte del Estado judío.
La conducción o dominio de un poder posibilita la reproducción de las condiciones sociales que lo conformaron, de esta manera se propicia la continuidad de su influen-cia y privilegios, pero no será una garantía absoluta ni idéntica, por el dinamismo de la sociedad, grupos u organizaciones, así como por la ac-ción contestaría, disidente o antagó-nica de actores internos o globales. El poder tiene una relación recíproca con específicas relaciones sociales en ámbitos dinámicos, complejos e incluso contradictorios, que inciden en su naturaleza, manifestación y transformación. No existe poder autónomo de las uniones sociales que lo gestan y sustentan, como tampoco existen relaciones que pe-rennicen poderes particulares.
La democracia o la dictadura, no le pertenece a los gobiernos y menos aún a gobernantes benefac-tores o tiranos, son las condiciones sociales nacionales las que lo permi-ten y dan sostenibilidad a las prácti-cas políticas de los Estados, como también serán las relaciones en las organizaciones las que posibilitan el surgimiento de líderes, así como la delimitación de su actuación en las colectividades organizadas. Sin or-ganización social, no hay poder ni lideres. La disgregación de la pobla-ción en unidades familiares sin inte-gración entre sí, no es lo caracterís-tico de la vida social del ser humano, desde tiempos lejanos en la historia, menos aún en el mundo capitalista, que ha integrado a las sociedades, organizaciones e individuos, como nunca antes en el pasado.
Si bien la organización es un requisito para el liderazgo, sin embargo, no todas los entes consti-tuidos formalmente, tienen la posibi-lidad de crearse ante la desintegra-ción social en entidades grandes, jerarquizadas o por procesos de trabajos individualizados y competiti-vos entre sus integrantes, como es el caso de empresas privadas e in-cluso en entidades públicas.
“La diversificación de las acti-vidades en la sociedad capita-lista ha implicado la multiplica-ción de organizaciones, de intereses y de poderes que in-teractúan complementándose o disputándose espacios de influencia, aun cuando no ne-cesariamente la creación de organizaciones supone la po-sibilidad del surgimiento de líderes. Las organizaciones estables con regularidad en el cumplimiento de sus fines y estructuradas con jerarquías y divisiones sociales del trabajo estandarizadas, se convierten en “máquinas” despersonali-zadas que no son permeables al surgimiento de nuevos in-tereses y voluntades grupales, con lo que limitan, impiden o reprimen la existencia de re-presentantes que amparen, negocien u orienten la acción de una colectividad. […]
El dinamismo de las relacio-nes sociales de la sociedad contemporánea, implica fluc-tuaciones en los espacios de su poder y en las formas de ejercerlo, por la interacción con otras fuerzas sociales en la organización o con otras en-tidades orgánicas. De este modo, la escisión y la contra-dicción, es una posibilidad la-tente en toda organización, en donde la actuación del grupo y sus líderes podrían ser acto-res protagónicos.” (Huaylupo, 2006b: 125-126)
La organización es la expre-sión de la socialidad de las personas y poblaciones, es la unidad de pen-samiento, cultura y visión de mundo, así como la de acción y la de cons-trucción de un destino compartido. La organización es la unidad social que funda lo que es común a una colectividad determinada. De ningu-na manera, la organización es la amalgama de intereses y prácticas individuales, es la integración para la consecución de propósitos que los unen, a pesar de la diversidad de aspectos y otras aspiraciones dife-renciales entre los individuos en una organización.
La organización es el punto de partida para la constitución de lo público, de lo que es común a todos sus integrantes. La organicidad de las poblaciones en los espacios ur-banos, crearon las condiciones para la gestión urbana autónoma y la conquista de la ciudadanía y lo público en la sociedad moderna. Las ciudades son centros multiplicadores de organizaciones, por la diversidad de trabajos y ocupaciones, creando una extensa red de lazos de interde-pendencia en la producción y mer-cados, así como en las relaciones sociales, políticas y militares. Asi-mismo, las organizaciones formal-mente igualitarias en la estructura social en las ciudades, han sido for-jadoras de las más diversas formas de democracia, ante la pluralidad de intereses y su convergencia en un espacio compartido con relaciones interdependientes e incluso, ha sido en las ciudades donde lo público trascendía a una dimensión nacio-nal, creándose las condiciones para la constitución del Estado Nacional o Estado Social.
En una sociedad desigual la organización condensa y potenciali-za la voluntad y actuación individua-les. De este modo, la organización es una fuerza otorgada por la repre-sentación de la voluntad colectiva, integrada y unificada en torno de propósitos compartidos. Esto es, la integración social de un grupo humano brinda las condiciones para la actuación del líder, sin integración, grupo u organización (Browne, 1958), sólo se tendrá individuos que se auto representan y sin poder. El líder al interactuar con los otros ex-ternos a la organización, lo hará con facultades de convocatoria y nego-ciación de una organización con capacidad propositiva y de acción colectiva. El líder no sustituye a la organización. Esto es, cada unidad orgánica marca límites a la acción individual de sus miembros y del líder, así como en el establecimiento de alianzas y de acción complemen-taria con otras organizaciones, o ante potenciales o reales contrapo-deres en cada contexto social parti-cular, porque toda relación de poder en democracia, genera también re-sistencia y posibilidades alternativas de decisión y de acción.
La validación social del interés y voluntad colectiva, tiene en la or-ganización su ente originario que legitima y construye lo común o público en una organización, así como la igualdad y la democracia entre sus miembros, lo que es posi-bilitado por una atmósfera social y orgánica con la que interactúa coti-dianamente.
Los individuos están insertos en espacios sociales estructurados e integrados en específicas relaciones en el poder y con el poder prevale-ciente. Así, ningún individuo puede abstraerse del tiempo-espacio de su ubicuidad en una sociedad, menos suponer que sea la fuente del poder de una colectividad, con indepen-dencia incluso de las relaciones so-ciales y de poder existente en una estructura social determinada.
9. El estudio del liderazgo ha sido una parte central e importante de la literatura sobre gerencia y conducta organizacional por va-rias décadas. Los libros, capítulos y artículos sobre el tema se cuentan hoy día por varios miles y la publicación de nuevos manuscritos continúa a una alta tasa. El área es verdaderamente interdisciplinaria. Las publicaciones sobre liderazgo pueden ser encontradas en una gran variedad de revistas académicas y aplicadas en varias disciplinas, incluyendo gerencia, psicología, sociología, ciencias políticas, administra-ción pública, y administración educativa. "Leadership Quarterly", una nueva revista dedicada exclusivamente al tópico del liderazgo, fue iniciada en 1989. (Yukl, 1990: 442).
La consideración del liderazgo como el ejercicio de poder por un individuo en una colectividad organi-zada, ha llevado a innumerables definiciones e interpretaciones, las que privilegian las cualidades del
individuo,9 pero invisibilizan las de-terminaciones organizacionales y sociales en la designación y en la delimitación de su actuación del líder.
“El liderazgo ha sido definido en términos de rasgos indivi-duales, conducta del líder, pa-trones de interacción, relacio-nes definidas por roles, percepciones de los seguido-res, influencia sobre los se-guidores, influencia sobre los objetivos de la tarea, e in-fluencia sobre la cultura orga-nizacional. La mayor parte de las definiciones de liderazgo implica un proceso de influen-cia, pero las numerosas defi-niciones de liderazgo que han sido propuestas tienen poco más en común. Dichas defini-ciones difieren en muchos respectos, incluyendo impor-tantes diferencias en términos de quien ejerce influencia, el propósito de los intentos de influenciar y, la manera a través de la cual se ejerce la influencia. Las diferencias no son solamente un caso de mi-nuciosidad académica. Ellas reflejan profundo desacuerdo acerca de la identificación de los líderes y de los procesos de liderazgo.” (Yukl, 1990: 443).
El imaginar que el liderazgo pueda actuar y condicionar el deve-nir de una organización o sociedad, como si estuviera en un universo vacío de todo contenido social o desprovisto de toda capacidad de condicionamiento, sin duda es una ilusión sin referente empírico alguno. Sin embargo, esta es una creencia que prevalece en medios académicos e incluso políticos. Así, se asume, enseña y divulga que con el cumplimiento de determinados requisitos, así como el control y ma-nejo de ciertos medios, se convierte a las personas en líderes (Hughes, 2007; Maxwell, 2007a; Lussier y Achua, 2005; Scholtes, 1999; desprovisto de toda capacidad de condicionamiento, sin duda es una ilusión sin referente empírico alguno. Sin embargo, esta es una creencia que prevalece en medios académicos e incluso políticos. Así, se asume, enseña y divulga que con el cumplimiento de determinados requisitos, así como el control y ma-nejo de ciertos medios, se convierte a las personas en líderes (Hughes, 2007; Maxwell, 2007a; Lussier y Achua, 2005; Scholtes, 1999; desprovisto de toda capacidad de condicionamiento, sin duda es una ilusión sin referente empírico alguno. Sin embargo, esta es una creencia que prevalece en medios académicos e incluso políticos. Así, se asume, enseña y divulga que con el cumplimiento de determinados requisitos, así como el control y ma-nejo de ciertos medios, se convierte a las personas en líderes (Hughes, 2007; Maxwell, 2007a; Lussier y Achua, 2005; Scholtes, 1999;
El suponer que iguales cuali-dades personales son requisitos para ser líder en cualquier orga-nización, es creer que todas las or-ganizaciones son iguales, o que sus peculiaridades no importan o que son intrascendentes para el reco-nocimiento y aceptación del líder (Maxwell, 2006). Sin embargo, no existe un líder ni organización estándar.
“En el quehacer académico y empresarial se ha ignorado la determinación de las organi-zaciones como prácticas so-ciales diferenciadoras de lo cotidiano, así como del deve-nir político de las sociedades. Las organizaciones públicas y privadas han sido apreciadas como expresiones unitarias, independientes y hasta autár-quicas. Por ello se ha criticado con acritud unas veces al Es-tado y otras a las empresas privadas nacionales y mundia-les. En otras ocasiones, los periodistas, los políticos y los académicos han interpretado a las organizaciones como mani-festaciones de los individuos. Así, han magnificado el rol del dirigente, del presidente, del gerente y del líder para negar o hacer invisibles a las colecti-vidades, culturas y socieda-des. Los premios al gerente del año, las encuestas sobre los individuos, gobernantes, delincuentes o futbolistas, así como la abundante literatura administrativa sobre cómo ser individuos exitosos, son las manifestaciones superficiales y falaces para comprender las sociedades, los Estados, las empresas y el propio compor-tamiento de los individuos.” (Huaylupo, 2001: 104-105).
El privilegio al individuo sobre la organización o sociedad, no sólo es una práctica común en la interpre-tación de las historias nacionales, también es un recurso empleado por el poder para su legitimación. Así, se asume que el liderazgo, es impo-nerse a la voluntad colectiva, como se afirmó al finalizar el proceso elec-toral costarricense en el 2006:
“Este proceso no ha sido fácil porque hemos defendido te-mas que no son necesaria-mente populares, pero el lide-razgo consiste en hacer algo impopular en algo popular.” (Alvarado, 2006: 5A).
El poder del individuo o lide-razgo, como una expresión del poder social, supone e implica particulares relaciones sociales directamente vinculadas con las características y peculiaridades de la organización en cada formación social. No puede existir liderazgo sin organicidad de un grupo o una población, sin que exista un espíritu ni una voluntad colectiva unitaria y compartida, los que son atributos que deberá encar-nar un líder (Stogdill, 1958), a la vez que constituirán pautas que delimi-tan la actuación y representación de su poder.
Un individuo ajeno a los in-tereses y voluntad colectiva, y que imponga su criterio interesado extra-ño a una organización, quizás será un autócrata o tirano, pero jamás podrá ser su líder, como tampoco existen líderes para cualquier orga-nización ni para cualquier tiempo social ni sociedad. La designación o reconocimiento del liderazgo de una persona, es efectuada en todos los casos por una colectividad de una organización, formalizada o no, en razón de la representación, com-promiso y acción del individuo con las intencionalidades, propósitos y espíritu de la organización. Esto es, no son las cualidades o característi-cas de una persona, valorada en sí mismas las que están incidiendo para convertirse en un líder, sino cuando estas cualidades, identidad y actuación individual, son valoradas y reconocidas por los integrantes de una organización, como un fiel re-presentante de la voluntad colectiva de la organización. Por ello, el lide-razgo es un poder legítimo porque representa democráticamente a una colectividad orgánica.
Esto es, de ninguna manera es posible afirmar que el líder es líder de sí mismo o que sea un arte como cree Peiró (2008), así también se interpreta que se es líder quien persuade, motiva y conduce a una colectividad, en razón de su perso-nalidad y trato personal (Goleman, Boyatzis y McKee, 2003), o se llega a imaginar paradójicamente que se es líder, aun cuando no logra la con-fianza ni se ejerce liderazgo en una población (Fairholm, 1994), e incluso se cree que un individuo es líder porque tiene una estructura neuronal particular que lo hace seguir siendo líder aún cuando es “disonante” o un disociador de los miembros de una organización (Goleman, Boyatzis y McKee, 2003). Estas interpretacio-nes monistas, simplistas e indepen-dientes de grupo humano, son simi-lares a las empleadas por programas contrasubversivos, como la Alianza para el Progreso (1961-1970), apli-cado en América Latina por el De-partamento de Estado de Estados Unidos, el que entre otras activida-des detectaba líderes en las comu-nidades agrarias para capacitarlos o adoctrinarlos fuera del país, dado que creían que eran ellos quienes podrían orientar la acción de las comunidades por otros caminos políticos, pero ocurrió que cuando fueron reincorporados esos “lideres” en sus lugares de origen, simple-mente habían dejado de ser líderes, porque eran extraños, ya no repre-sentaban las necesidades, preocu-paciones, intereses ni aspiraciones de sus comunidades.
“Es así como poder y organi-zación están ligados entre sí de manera indisoluble. Los ac-tores sociales no pueden al-canzar sus propios objetivos más que por el ejercicio de re-laciones de poder, pero al mismo tiempo, no pueden ejer-cer poder entre sí más que cuando se persiguen objetivos colectivos cuyas propias res-tricciones condicionan en di-recta sus negociaciones.” (Crozier y Friedberg, 1990: 65). “Es así como poder y organi-zación están ligados entre sí de manera indisoluble. Los ac-tores sociales no pueden al-canzar sus propios objetivos más que por el ejercicio de re-laciones de poder, pero al mismo tiempo, no pueden ejer-cer poder entre sí más que cuando se persiguen objetivos colectivos cuyas propias res-tricciones condicionan en di-recta sus negociaciones.” (Crozier y Friedberg, 1990: 65). “Es así como poder y organi-zación están ligados entre sí de manera indisoluble. Los ac-tores sociales no pueden al-canzar sus propios objetivos más que por el ejercicio de re-laciones de poder, pero al mismo tiempo, no pueden ejer-cer poder entre sí más que cuando se persiguen objetivos colectivos cuyas propias res-tricciones condicionan en di-recta sus negociaciones.” (Crozier y Friedberg, 1990: 65).
10. En el pensamiento económico hay una precaria o nula apreciación de las rela-ciones sociales del pasado en la eco-nomía del presente. El pasado en la vi-sión neoclásica, se simplifica con cantidades, las que pueden ser modifi-cadas sin ninguna otra determinación. Asimismo, Keynes al afirmar “… a largo plazo estamos todos muertos” (Keynes, 1981), renuncia a comprender las ten-dencias del pasado y presente sobre el futuro, pero también guarda continuidad con el formalismo neoclásico, al suponer el control y manipulación del presente para transformar la realidad por la acción individual. De ninguna manera se sus-tenta la determinación fatalista del pasa-do sobre el presente, pero tampoco, es posible validar la indeterminación de las relaciones sociales ni el control individual en la complejidad de las relaciones del presente.
La designación de un líder no es por un acto electoral, aunque éste podría confirmar el poder del líder, convirtiéndolo también en autoridad. Pero, en todos los casos el liderazgo es el resultado de un proceso de-mocrático del grupo humano u orga-nización. El liderazgo, es el resultado de una relación social cotidiana entre
los individuos de una organización, en donde la colectividad destaca la labor de un individuo en la consecu-ción de las acciones y orientaciones de la organización en un tiempo determinado. El líder materializa la identidad entre el individuo y la co-lectividad organizada en un tiempo o coyuntura determinada, pues no es posible imaginar un líder eterno, pues no existe entidad colectiva que sea incólume a los cambios en un mundo dinámico, aun cuando la conversión de líder en tirano, no es extraño en la historia de las organi-zaciones, pueblos o sociedades en Latinoamérica y el mundo.
La autosuficiencia individualis-ta y de la concepción predominante sobre el liderazgo, supone el control de todas las circunstancias de un peculiar presente, el que es conce-bido como una hechura de indivi-duos, autónomos y sin antecedentes ni historia que los condicione (Fischman, 2000b). De manera simi-lar, el futuro en esa visión, sólo es apreciado como una prolongación del presente, susceptible de la mani-pulación individual. Dicho de otro modo, la individuación asume una vida social sin pasado ni futuro, sólo es un incesante presente. Esta vi-sión es también compartida con el pensamiento económico10 y las prácticas económicas y las técnicas administrativas del presente.
La visión individualista del lide-razgo es transhistórica, sin tiempo ni espacio, a la vez que reduce la com-prensión del fenómeno del poder en la organización social a una interpre-tación simplista y mecanicista. Asi-mismo, revela estar sustentado en un epistemológico idealista, incapaz de comprender un mundo complejo y multideterminado.
En consecuencia, la pondera-ción individualista del pasado, pre-sente y futuro, no podría ser más que la inevitable sucesión caótica de prácticas individuales, en sociedades desiguales y contradictorias. En tal sentido, la pretendida racionalidad de las prácticas individuales, supo-nen un mundo armónico, alejado de contradicciones y antagonismos, lo que es una interpretación weberiana y funcionalista de la acción racional, en donde la disfuncionalidad y el conflicto es apreciada como irracio-nal y anómica, o como una interven-ción patológica de individuos (Fromm, 1970).
“La presunción de que sea posible hablar de racionalidad sólo cuando se aplican ciertos criterios y determinados méto-dos, fijados a priori, no puede sino ser fruto de cierto dogma-tismo. Un auténtico pensa-miento crítico debe, por el con-trario, inducirnos a admitir que la racionalidad se puede expli-car de manera siempre nue-va.” (Geymonat, 1980: 82).
“En general vivimos con una imagen falsa de lo que es la acción organizada. Sobreva-luamos demasiado la raciona-lidad del funcionamiento de las organizaciones, lo cual nos conduce, por una parte a ad-mirar desconsideradamente su eficacia o, por lo menos, a creer que ésta está implícita en ellas, y por otra, a manifes-tar temores exagerados ante la amenaza de opresión que podrían representar para los hombres.” (Crozier y Fried-berg, 1990: 35).
El privilegio al individualismo está inscrito en un sistema predomi-nante que legitima su privilegio en un sistema patrimonialista y de linajes (Braudel, 1985), como en el sistema feudal, que niega la igualdad y sata-niza las ideas y actuación de actores sociales distintos o contrarios al po-der prevaleciente. En ese contexto, el poder se ejerce autocráticamente, en una atmósfera social que lo vali-da, pero de ninguna manera es la representación colectiva y democrá-tica de un líder en su organización. Esto es, la individuación del poder, no es equivalente de liderazgo, sólo es aparente la interpretación indivi-dualizada del poder de autócrata o tirano.
Suponer que los líderes nece-sariamente son promotores o conti-nuadores del poder, creencia o ideo-logía dominante, más allá de la posición de la organización a la que se pertenece, es la negación de la posibilidad de construcción de una identidad social orgánica, distinta, contradictoria o antagónica con el poder centralizado. Sin embargo, la complejidad y diversidad organizati-va en la sociedad, admite y requiere el disentir ideas y prácticas distintas al poder político, como una condición para la construcción de una demo-cracia y de un futuro compartido o interdependiente.
“Todos sabemos cómo es un líder: triunfador, exitoso, agre-sivo, dinámico;… […]
La mayoría de las personas sabemos perfectamente que los líderes son visionarios; tie-nen una elevada capacidad para resolver problemas; sa-ben motivar, trabajan en equi-po, son fuertes de carácter, asumen riesgos.” (Borghino, 1998: 15).
“Este cambio de la administra-ción al liderazgo es principal-mente de punto de vista y acti-tud. El liderazgo nos mueve de la rigidez a la flexibilidad. Per-mite que nos adaptemos a un entorno más incierto, nos lleva a asumir responsabilidades, tomar la iniciativa, hacer lo correcto y, en consecuencia a ser excelentes.
No debe sorprender que el li-derazgo dinámico esté arra-sando con las “normas socia-les” familiares y tradicionales que se establecieron en la era de la administración jerárquica estable. […] Las empresas necesitan menos administra-dores y más líderes, …” (Goldsmith, 2001: 15).
Las caracterizaciones omnipo-tentes atribuidas al liderazgo, en ocasiones son concepciones intere-sadas que enmascaran propósitos muy distintos a la comprensión del poder en las organizaciones, para ponderar prácticas que emanan de poderes posesivos y autocráticos. Así, incluso se llega a desarraigar la noción de liderazgo a las personas y las relaciones sociales en sus orga-nizaciones, para denominar a las empresas globales y las tecnologías como líderes, cuando éstas contro-lan monopólica o cuasi monopólica-mente los mercados, con lo que se transfigura la relación social entre el líder con la organización, para aso-ciarlos con procesos políticos de dominación en las relaciones mer-cantiles (Aaker y Joachimsthaler, 2006). El liderazgo no es una técnica ni es una organización, como tam-poco es una potencia política, militar o económica. La denominación de liderazgo a las prácticas desde el poder posesivo y privado, encubre el poder excluyente de personajes, empresas y naciones, niega la de-mocracia y violenta los derechos individuales y sociales, lo que es contrasentido del poder que emana de la voluntad de una colectividad en cada organización (liderazgo). Asi-mismo, en una perspectiva similar se cree que todo éxito en las organi-zaciones es obra de los líderes que las han conducido (Barnes, 1997; Rothschild, 1993; Businessweek, 2007), lo que oculta a los integran-tes, las organizaciones con las que interactúa y las condiciones del con-texto que han posibilitado un even-tual éxito.
El estudio del liderazgo ad-quiere importancia particular en el presente, por la ausencia de repre-sentación democrática en los proce-sos organizativos de la sociedad, y por la pérdida de organicidad de los sectores subalternos de la sociedad contemporánea, lo que ha concedido espacio para que poderes autocráti-cos y posesivos, privaticen las cate-gorías y el análisis, así como el in-terés general y representación de la sociedad. Rescatar el poder como una relación social es la valorización del estado actual del conocimiento científico, así como analizar el lide-razgo como una expresión democrá-tica con cada colectividad orgánica, es la ponderación de la democracia como el mejor medio para lograr la libertad, igualdad y la justicia social.
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Las tendencias de la gestión
de la innovación en la función
pública: El caso
Juan C. Bermúdez Mora** de Costa Rica*
DISCUTE LOS RESULTADOS DE INVESTIGACIÓN SOBRE ALGUNAS DE LAS TENDENCIAS DE GESTIÓN DE LA INNOVACIÓN EN LA FUNCIÓN PÚBLICA DE COSTA RICA, DESDE LA ECONOMÍA Y LA ADMINISTRACIÓN DE LA TECNOLOGÍA, Y ESPECÍFICAMENTE, DESDE EL ENFOQUE DE LA NUEVA GESTIÓN PÚBLICA, NGP, QUE CONSIDERA A LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA COMO UN ACTIVO NACIONAL QUE DINAMIZA EL DESARROLLO ECONÓMICO, SOCIAL Y POLÍTICO DE UN PAÍS.
PALABRAS CLAVES: TENDENCIAS MODERNAS / GESTIÓN DE LA INNOVACIÓN / FUNCIÓN PÚBLICA / COSTA RICA
Si el rol de la función pública no es la de una empresa privada que lucra para obtener utilidades y dividendos para sus accionistas, cuya sobrevivencia depende de su capacidad para mantenerse en mercados globales y cada vez más competitivos que la obligan a hacer algo nuevo o mejorado, y su propia naturaleza de lo público supone una contradicción del concepto de innovación tecnológica, entonces valdrá la pena cuestionarse ¿cuáles son las tendencias de gestión de la innovación en el sector público de Costa Rica?
Introducción
* Existen fallos del Estado que obstaculi-zan el dínamo innovador en Costa Rica, derivado del estudio realizado por el Ins-tituto de Estudios Sociales en Pobla-ción, IDESPO, de la Universidad Nacio-nal en el 2005, en el que según la población costarricense, el Estado no provee las condiciones que favorecen los procesos de innovación en las orga-nizaciones.
En este artículo se presenta un aporte teórico-empírico sobre los
nuevos conocimientos acerca del fenómeno de la gestión de la inno-vación en el sector público de Costa Rica, y que como un campo de estu-dio de ciencias sociales en la admi-nistración pública y la economía de la tecnología, constituye un punto de partida que permite resolver los pro-
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** Académico, Programa Gestión de Pro-yectos, Vicerrectoría de Investigación, Universidad Nacional.
Recibido: 10 de setiembre del 2008.
Aceptado: 8 de diciembre del 2008.
blemas de conocimiento planteados para la toma de decisiones eficiente y efectiva de los responsables de la administración de la ciencia y la tec-nología a nivel central, regional o local.
El aporte metodológico de la investigación no se enfocó en la técnica utilizada, sino en la unidad de análisis. A diferencia de los estu-dios realizados en el país en torno a la investigación, desarrollo e innova-ción, I+D+i, que han examinado la innovación tecnológica en las em-presas y las unidades de investiga-ción de las universidades públicas, esta investigación llena el vacío teó-rico-empírico sobre la gestión de la innovación no tecnológica en el eco-sistema del sector público.
La principal conclusión a la que se llega consiste en que existen fallas sistémicas en la función públi-ca, Estado, con orientación en el proceso de construcción del Sistema Nacional de Innovación, SNI, costa-rricense. Esto justifica la creación de programas específicos para fortale-cer la gestión de la innovación en el sector público. Dado que la finalidad para innovar en el sector público es diferente a la del sector privado, cuya principal falla detectada, es la inexistencia de una filosofía de ad-ministración total de la innovación en la función pública.
Economía y administración
de la innovación
La adopción, la adaptación y la creación de tecnología se consti-tuyen en el motor tecnológico de un país, y a su vez dinamizan su transi-ción de una economía caracterizada por la transferencia tecnológica hacia una de la innovación tecnoló-gica y no tecnológica.
Dado que, los fenómenos de adquisición, adaptación y desarrollo de tecnología son complejos, los mercados no evidencian serias fa-llas, la transmisión de la información y de los conocimientos es imperfec-ta, y las empresas del sector público actúan con racionalidad acotada. Por tanto, hoy en día, desde la eco-nomía, los estudios en torno a la I+D+i, y su impacto en la competiti-vidad de un país, es abordado desde la visión de las teorías económicas evolucionistas.
El enfoque lineal
Hasta mediados de los años setentas la hipótesis que explicaba la innovación fue de linealidad. Se concebía como un proceso en el que el conocimiento científico básico y aplicado, era el resultado de las eta-
pas de investigación, invención, in-novación y difusión. El principal indicador del nivel o grado de la acti-vidad económica fueron los inputs de la I+D, según el Manual de Frascati de la Organization of Economic Cooperation and Development, (OECD, 2005), las patentes registra-das en la Oficina de Patentes de Estados Unidos, la Organización Mundial de la Propiedad Industrial, OMPI, y de la Oficina Europea de Patentes; e indicadores bibliométri-cos, que reagrupan las publicaciones y citas científicas a partir, fundamen-talmente, de la base de datos elabo-rada por el Institute for Scientific Information, ISI, de Philadelphia, Estados Unidos.
La principal desventaja de este set de indicadores se debe a que los datos de I+D no reflejan los resultados de la innovación y subes-timan la actividad innovadora de las pequeñas empresas, ya que nume-rosas empresas innovan con éxito y relativamente con pocos recursos para la I+D. Asimismo, los datos sobre patentes son limitados, no sólo porque no todos los países y las empresas tienen políticas en materia de protección de la propiedad inte-lectual, sino porque las patentes se refieren a la invención y no a la co-mercialización y su impacto económico. Por último, los indicado-res bibliométricos sólo informan de la investigación básica, pero no del proceso de innovación.
El enfoque lineal se inspira en las teorías económicas neoclásicas, que fundamentalmente estudia el cambio técnico, en el que la innova-ción es un proceso lineal.
Predominantemente aborda las interacciones de la dicotomía de dos grandes instituciones “el merca-do y el Estado”.
En el enfoque lineal, la tecno-logía es externa a la economía, o en otras palabras, es una condición exógena y se adquiere como paque-te tecnológico que está protegido por la legislación de propiedad intelectual.
Asimismo, el conocimiento que es perfectamente codificable es generado por los departamentos de I+D del sector privado, que usan los conocimientos que se generan en las universidades.
En cuanto a las salidas, en este enfoque los resultados de I+D en el sector público, se derraman hacia los usuarios como bienes públicos. En el sector privado se difunden internamente en los pro-cesos de producción y llegan al mer-cado constituyéndose en innovacio-nes tecnológicas de productos y procesos. En términos generales, hace énfasis en la generación de innovaciones.
El enfoque sistémico
Para mejorar este abordaje, en los años ochentas se desarrolla un modelo que implicó cambios radi-cales para la gestión tecnológica de las empresas, o el diseño de la polí-tica tecnológica por parte de las ad-ministraciones públicas.
Este modelo fundamenta su diseño en la lógica de una mayor y continua interacción entre los agen-tes económicos que participan en la economía de la tecnología, desde la etapa de la investigación hasta la de difusión, no quedándose allí, pues al ser continuo el proceso se perfecciona.
Mientras que en el modelo li-neal se destacaban solamente las actividades tecnológicas del depar-tamento de I+D, el modelo dinámico “abarca la capacidad tecnológica de la empresa en general, considerando la gestión empresarial como un pro-ceso estratégico y corporativo en el que tendrá que estar implicada toda la empresa, incluidos sus distribuido-res y clientes. La capacidad tecnoló-gica de una empresa se basa en su "saber hacer" y tiene una dimensión tácita y acumulativa”, (Culebras, 2006).
Este modelo se inspira en las teorías económicas evolutivas. Pre-dominantemente estudia los proce-sos tecnológicos en el que la inno-vación es un proceso dinámico. Aborda las interacciones entre todos los actores: Estado-Universidad-Empresa-Sociedad, bajo el enfoque denominado Sistema Nacional de Innovación, SNI. Para el modelo evolutivo, el conocimiento científico y tecnológico no es perfectamente codificable y su transferibilidad es imperfecta.
La tecnología es una condi-ción endógena, y la generación del conocimiento es interna. Para apro-vecharlo se requiere la acumulación de capacidades para dar lugar a innovaciones incrementales, en cuyo proceso el aprendizaje es una varia-ble crucial. Estas capacidades son científicas, tecnológicas, técnicas, organizacionales, entre otras.
Al respecto Chudnovsky sos-tiene que la noción de capacidades tecnológicas intenta capturar la gran variedad de conocimientos y habili-dades requeridas para comprar, asimilar, usar, adaptar, cambiar y crear tecnologías. Este concepto va más allá de la adquisición de maqui-naria y equipo, y de las nociones tradicionales de ingeniería y know how tecno-productivo, para incluir, tanto el conocimiento de los proce-dimientos y estructuras organizacio-nales, como de los patrones de comportamiento, por ejemplo, de trabajadores o clientes, (Chudnovs-ky, 1998, 6).
Dada la complejidad de la di-mensión epistemológica del conoci-miento en la que éste es tácito y no codificado, que se aprende mediante la observación e imitación, y que es explícito, que se codifica y sistemati-za, así como la complejidad de la dimensión ontológica en que in-teresa el trayecto que recorre el co-nocimiento del individuo al grupo, a la organización, al ámbito inter-organizacional y al social, las nume-rosas interacciones que caracterizan a los procesos innovativos, han sido bien captadas en la literatura neos-chumpeteriana a través del concepto de SNI, descritas por Freeman (1995), Lundvall (1992), Nelson (1993) y Edquist (1997), entre otros.
Según Chudnovsky, el enfo-que basado en el SNI considera a la innovación y al aprendizaje como aspectos cruciales. Si bien las em-presas son la espina dorsal del SNI, éstas no innovan solas. La in-novación es un proceso interactivo y, por ende, el enfoque pone un gran énfasis en la importancia de las in-teracciones entre los distintos acto-res e instituciones que participan en el complejo proceso colectivo. (Chudnovsky, 1998, 7).
Este enfoque basado en el SNI pone tanto o más énfasis en la difusión que en la generación de innovaciones, y permite comprender la especificidad de las actividades innovativas, las fallas en el funcio-namiento de los mercados y de las instituciones públicas o privadas, la ausencia o debilidad de las interac-ciones o retroalimentaciones entre las diversas instituciones.
En conclusión, la construcción del SNI es una responsabilidad de las instituciones del sector público y privado, y en este proceso, la detec-ción y la corrección de las fallas sistémicas en la función pública de la gestión de la innovación, es necesa-ria para potenciar una cultura inno-vativa entre los distintos agentes e instituciones que participan en el SNI.
El modelo de dependencia
de política científica-tecnológica
Desde el modelo de depen-dencia científico-tecnológica del investigador argentino Jorge Sábato, los fallos causan que ciertas fun-ciones de producción pasen al mercado, lo que motiva que el Esta-do se quede con las funciones de regulación que en la actualidad de-penden de las capacidades institu-cionales y las condiciones estructu-rales existentes.
Las funciones de regulación no facilitan que el Estado diseñe y ejecute la política científico-tecnológica, y no favorece la interre-lación fuerte y permanente con el sector de la infraestructura científico-tecnológica, como sector de oferta de tecnología, y el sector productivo, como demandante de tecnología.
A su vez, no facilita la consti-tución de sólidas intra-relaciones entre las diversas instituciones que componen el Estado, lo que causa que no haya debida coherencia entre la política implícita y la explícita, entre los diversos ministerios y orga-nismos autónomos, existiendo inter e intra-relaciones entre las institucio-nes de un sector y extra-relaciones con entidades del exterior, las que dependiendo de su intensidad, éstas serán inversamente débiles o fuer-tes, lo que podría demorar al país en la disminución de su dependencia tecnológica, por lo que no dinamiza la innovación. Su aplicación al caso de Costa Rica sería la de un país con un “static performance” y con un modelo de dependencia de la políti-ca científico-tecnológica.
La nueva gestión pública
En el campo de la administra-ción pública, el Estado tiene un pa-pel estratégico en la promoción de la reforma gerencial para ofrecer mejo-res respuestas a los desafíos de competitividad que trae consigo la globalización, y esto se logra me-diante el fortalecimiento de las capa-cidades institucionales y condiciones estructurales que determinan el dínamo innovador en Costa Rica.
“El cambio del papel del Esta-do en los sectores económicos y sociales es otra tendencia estructural. La actuación del Estado debe orientarse pri-mordialmente hacia el área social, asegurando la univer-salidad de los servicios de sa-lud y educación, y hacia la creación de instrumentos que ayuden a promover el desarro-llo económico, garantizando las condiciones macroeconó-micas favorables a la inversión privada y al aumento de la competitividad sistémica del país, mediante políticas sóli-das en los sectores de ciencia y tecnología y del comercio exterior. La gran modificación del papel del Estado, sin em-bargo, tiene que ocurrir en lo que concierne a la forma de intervención, en el plano económico y en el plano político”, (CLAD, 1998, 8).
“En este sentido, en términos económicos, en lugar de una intervención directa como pro-ductor, el aparato estatal debe concentrar sus actividades en la regulación. Las privatizacio-nes y la creación de agencias reguladoras forman parte de este proceso. Igualmente, el Estado debe desarrollar su capacidad estratégica para ac-tuar junto al sector privado y a la universidad, a efectos de crear un entorno adecuado al aumento de la competitividad de las empresas. Se destaca que el Estado también debe actuar para que los nuevos ci-clos de desarrollo y la eleva-ción de la productividad sean virtuosos en lo que se refiere al uso de los recursos natura-les, al incremento de la base tecnológica y a la distribución de la renta, escapando así del círculo vicioso del “crecimiento empobrecedor” que caracte-rizó a América Latina en el pa-sado”, (CLAD, 1998, 8).
“En el área social, el camino está en fortalecer el papel del Estado como formulador y fi-nanciador de las políticas públicas. Para esto, se torna fundamental el desarrollo de la capacidad catalizadora de los gobiernos en cuanto a atraer a la comunidad, a las empresas o al Tercer Sector, para com-partir la responsabilidad en la ejecución de los servicios públicos, principalmente los de salud y educación básica. Pe-ro debe hacerse un primer llamado de atención para el caso latinoamericano: es ne-cesario mantener el poder de intervención estatal directa, en caso de que no estuviesen dadas las condiciones sociales mínimas para compartir las ac-tividades con la sociedad. Por consiguiente, es preciso dife-renciar las situaciones en las cuales los servicios podrán ser suministrados por más de un proveedor y/o por entidades públicas no estatales, de aquellas situaciones en las que el aparato estatal será el único capaz de garantizar la uniformidad y la realización sin interrupciones de las políticas públicas”, (CLAD,1998, 8).
“Se trata de construir un Esta-do para enfrentar los nuevos desafíos de la sociedad post-industrial, un Estado para el siglo XXI, que además de ga-rantizar el cumplimiento de los contratos económicos, debe ser lo suficientemente fuerte como para asegurar los dere-chos sociales y la competitivi-dad de cada país en el esce-nario internacional. Se busca, de este modo, una tercera vía entre el laissez-faire neoliberal y el antiguo modelo social-burocrático de intervención es-tatal”, (CLAD, 1998,7).
Esta reforma gerencial implica un paradigma organizacional y se refiere al mejoramiento de las capa-cidades de gestión de la innovación tecnológica y no tecnológica del Estado costarricense.
Según el Centro Latinoameri-cano de Administración para el De-sarrollo, CLAD, (1998), el modelo “burócrata-gerencial” se deriva de los cambios organizacionales en el sector privado, en el que la adminis-tración piramidal pasó a ser más horizontal, flexible, y con acento en la autonomía de decisión de los burócratas; de ahí el término geren-cial. En síntesis la administración pública gerencial se enfoca en la rendición de cuentas o los resultados y no en el cumplimiento de procedi-mientos, donde predomina el deber de que los gestores públicos actúen de conformidad con el interés públi-co. Esto garantiza la supervivencia de las instituciones del sector públi-co, en virtud de que los gobiernos se legitiman por la vía democrática, y las empresas del sector privado co-mo resultado de la competencia en el mercado.
Este modelo gerencial tiene un papel importante que desempeñar en el perfeccionamiento de la gober-nabilidad democrática de la ciencia y la tecnología, ya que supone y pro-cura profundizar los mecanismos democráticos de responsabilidad y transparencia de la administración pública.
El modelo gerencial tiene su inspiración en las transformaciones organizacionales ocurridas en el sector privado, las que modificaron la forma burocrático-piramidal de administración, flexibilizando la ges-tión, disminuyendo los niveles jerár-quicos y, por consiguiente, aumen-tando la autonomía de decisión de los gerentes, de ahí el nombre de gerencial. Con estos cambios, se pasó de una estructura basada en normas centralizadas a otra susten-tada en la responsabilidad de los administradores, avalados por los resultados efectivamente produci-dos. Este nuevo modelo procura responder con mayor rapidez a los grandes cambios ambientales que acontecen en la economía y en la sociedad contemporáneas.
Caiden (1991, 88) sostiene que “el gobierno no puede ser una empresa, pero sí puede tornarse más empresarial”. Esto implica una transición de la administración públi-ca burocrática, modelo burocrático weberiano, hacia la administración pública gerencial, reforma gerencial, eficiente, flexible, orientada en las expectativas de los ciudadanos a través de la profesionalización de la burocracia. En otras palabras, que su visión sea la democratización del servicio público.
El modelo gerencial propuesto por el CLAD implica el fortalecimien-to de las capacidades institucionales y las condiciones estructurales de regulación del Estado, “con funciona-rios públicos calificados y permanen-temente entrenados, protegidos de las interferencias políticas, bien re-munerados y motivados”, (CLAD, 1998, 11), así como un cambio de “los incentivos institucionales del sistema, de modo de transformar las reglas burocráticas más generales, lo que permitiría a los administrado-res públicos adoptar estrategias y técnicas de gestión más adecuadas”, (CLAD, 1998, 12).
En otras palabras, lo que se busca es concretar en la realidad, de manera eficiente y efectiva, las deci-siones tomadas a nivel político.
Para lograrlo, no solo es ne-cesaria una inversión en condiciones estructurales, sino capacidades insti-tucionales tales como la definición clara del modelo de gestión coheren-te con las expectativas del contribu-yente, con objetivos organizaciona-les claros, responsables de las metas y conscientes de la misión de su organización, mediante el empo-deramiento y autonomía.
“Este mecanismo altera la forma de la gestión y la cultura organizacional de los integran-tes de la burocracia, que in-clusive podrán sentirse más motivados por un sistema marcado por el aumento del poder individual de decisión y de la responsabilidad ante los objetivos de su organismo público”, (CLAD, 1998, 16).
Según Castells (1998), y el CLAD, la propuesta integral consiste en la adopción del concepto de Es-tado Red, como catalizador de distin-tos intereses sociales y de los pro-venientes del mercado.
Para concluir, la reforma ge-rencial a la que se ha referido esta sección “busca aumentar la eficien-cia, la efectividad y la democratiza-ción del Poder Público, y a partir de esto, fortalecer la capacidad del Es-tado para promover el desarrollo económico y social”, (CLAD, 1998, 20), en la que el aprendizaje conti-nuo y las personas, son variables esenciales.
La gestión de la innovación
Estado del arte
de la investigación sobre
la gestión de la innovación
Existen iniciativas de investi-gación para profundizar en el cono-cimiento de los sistemas de innova-ción y, especialmente, de la relación entre sus agentes. Sus análisis in-cluyen los ámbitos nacionales e in-ternacionales, y prestan especial atención a los entornos legal, admi-nistrativo y social.
Otras analizan el funciona-miento del mercado de la tecnología con objeto de conocer las causas de su ineficiencia. Se presta especial atención a la interacción entre el sistema público de I+D y las empre-sas, la transferencia de tecnología entre ellos y el papel que en ésta deben jugar las organizaciones de intermediación.
Otras determinan la variedad y condiciones que deben tener los recursos necesarios para el éxito de los procesos de innovación, y cono-cer su situación en el sistema de innovación de un país. Se da espe-cial importancia al estudio de las diferentes fuentes y formatos de los recursos económicos, a la disponibi-lidad y la calidad del capital humano, y a la necesidad de gran-des infraestructuras.
Finalmente, se investiga y di-funde la evolución de la gestión, en su sentido más amplio, de las activi-dades de innovación de la empresa. Se ocupa de las bases que hacen a una empresa innovadora, de las operaciones que hacen posible la innovación, y de las prácticas que la valorizan.
En Costa Rica se han realiza-do investigaciones para determinar el inventario de las fuentes y forma-tos de la infraestructura, los recursos económicos y humanos en el SNI para el éxito de los procesos de in-novación tecnológica en las empre-sas, así como las causas de las ineficiencias del mercado de la tec-nología, la I+D pública y la transfe-rencia de la tecnología hacia las empresas o sector privado. Véase Gráfico No. 1.
GRÁFICO No. 1
TIPOS DE INVESTIGACIONES EN TORNO A LA INNOVACIÓN
Fuente: Elaboración propia.
Estado del arte de la
investigación sobre la gestión
de la innovación en el sector
público
Existe una vasta literatura sobre la innovación tecnológica en la administración privada, pero existe un vacío teórico sobre la gestión de la innovación tecnológica y no tec-nológica en la función pública de la administración en las instituciones de gobiernos regionales, nacionales o locales del sector público.
Las investigaciones que se han realizado sobre la innovación en el sector público han tenido una va-riedad de enfoques.
Según (Mulgan, 2007, 31), en los años sesentas los investigadores observaban los rasgos de las orga-nizaciones innovadoras que son más receptivas a las ideas, incluyendo los estudios sobre la difusión de las innovaciones en los EEUU por Walker’s and Gray’s. Asimismo, otros trabajos han sido realizados por Mohr sobre innovación en la política, y otros por Etzioni sobre la burocracia y cómo ocurre el cambio y la innovación. Una de las conclu-siones principales del trabajo de Mohr indicó que los gobiernos más grandes fueron los que resultaron más innovadores.
En los años setentas y los ochentas otros investigadores le dieron un giro, y estudiaron las ca-racterísticas psicológicas de la ges-tión de la innovación, usando el tra-bajo de Bandura sobre la eficacia personal, y de los valores y de las motivaciones del servicio público de H. George Frederickson. Además, existen trabajos significativos que han puesto de manifiesto la diferen-cia entre los patrones totales de la innovación pública Altshuler y de Behn.
En el presente siglo, entre los principales investigadores de la ges-tión de la innovación en la adminis-tración pública se encuentra Everett Rogers (2003), EEUU, quien es uno de los precursores a nivel mundial, y ha realizado múltiples publicaciones de forma continua sobre la difusión de la tecnología.
Sin embargo, en Europa una red de investigadores denominada PUBLIN ha intentado obtener mayor entendimiento sobre la dinámica de la innovación pública, en particular con el trabajo sobre la salud laboral y la creciente importancia de los usuarios en formar el proceso de la innovación. Otros modelos de pen-samiento acerca de la innovación han comenzado a ser utilizados con una perspectiva ecológica.
Por ejemplo, el trabajo recien-te realizado por Greenhalgh et al (2004) es una extensión del trabajo iniciado por Rogers, que intenta pro-fundizar los factores cruciales para el desarrollo del entorno de una orga-nización innovadora.
Canadá ha sido un centro para el estudio, ayudado en años recien-tes por una Red de Innovación y un Diario de Innovación apoyados por el Gobierno, así como varios centros académicos para el estudio de la innovación social.
Sanford Borins (2001) ha em-prendido una de las pocas y signifi-cativas encuestas sobre la gestión de la innovación en el sector público, la que indicó que la mayoría de las veces la innovación se inicia en el personal de mandos bajos y medios (50%); que la gestión de la innova-ción no es una respuesta a una crisis de la organización (70%); que exis-ten bondades transversales en la organización por parte de la gestión de la innovación (60%); y que ésta es motivada más por el reconoci-
miento y el orgullo que por la recom-pensa financiera.
En el Reino Unido, la investi-gación sobre la gestión de la innova-ción en el sector público ha aumen-tado a partir del 2000. La Cabinet Office publicó un informe sobre la gestión de la innovación del sector público en el 2003, con la finalidad de sintetizar el nuevo conocimiento a todo el mundo.
Asimismo, la gestión de la in-novación en el gobierno nacional y local ha sido abordada con seriedad por parte de la National Audit Office y Audit Commission (2006), entre otras entidades gubernamentales y no gubernamentales. Dentro de los hallazgos más relevantes de estas investigaciones subyace el hecho de que las autoridades más innovado-ras no son generalmente las más competentes, y que a la vez, rara-mente tienen necesidad de inno-var, aunado a que éstas han reci-bido mayor presupuesto y apoyo financiero.
Según Mulgan, (2007, 32) Nu-tley ha estudiado el proceso y elabo-ración de las políticas públicas para la gestión de la innovación en el Reino Unido. Ha probado con evi-dencia empírica que existe una gran complejidad a la hora de basar las políticas en programas ya existentes o en programas piloto.
Hartley y Bennington (2006) han mirado en detalle la forma en que se desarrolla la innovación y el grado en el que las organizaciones que adoptan ideas innovadoras están dispuestas a adaptarlas. Han concluido que el paradigma existente en las organizaciones en torno a la adaptación, influye en la disposición que tengan éstas para adoptar ideas innovadoras.
Otra perspectiva de la investi-gación se ha centrado en la geo-innovación, incluyendo el trabajo de Landry (2006) sobre ciudades creati-vas, y Hall (1998) sobre los entornos innovadores. Ambos han sido popu-larizados por Richard Florida.
Finalmente, a finales del 2007 se publica la investigación más re-ciente realizada en el Reino Unido por Audit Commission denominada Seeing the light: innovation in local public services, (National Report, 2007).
Dentro de los principales hallazgos destacan sobre las fallas de la gerencia en el manejo del ries-go, la estimación de la capacidad de innovación, la carencia de la direc-ción estratégica y eficaz, la pobre comunicación organizacional entre el personal, la ausencia o deficiente gerencia de proyectos, los métodos de divulgación inadecuados, las fallas en el uso de consejo o consul-toría externa y la pobre administra-ción de relaciones contractuales.
Conceptos
El sector Administración
“Este sector comprende todos los departamentos, oficinas y
otros organismos que suminis-tran, generalmente a título gra-tuito, servicios colectivos, ex-cepto la enseñanza superior, que no sería fácil ni rentable suministrar de otro modo y que, además, administran los asuntos públicos y la política económica y social de la co-lectividad, (las empresas públicas se incluyen en el sec-tor empresas), y a las Institu-ciones Privadas sin Fines de Lucro, IPSFL, controladas y fi-nanciadas principalmente por la administración, con excep-ción de las administradas por el sector de la enseñanza su-perior”, (Cotec, 2007, 65).
Según la definición dada por el Sistema de Cuentas Nacionales, SCN, (ONU, 1968; CEC et al., 1993) de “productores de servicios otorga-dos por las administraciones públi-cas”, a excepción de los centros de enseñanza superior sometidos a control público, este sector incluye todos los ministerios, servicios y oficinas de las administraciones pú-blicas (centrales, de los Estados de una federación, de las provincias, de los distritos o condados, de los de-partamentos, de las municipalidades, de las ciudades y de los pueblos), que desarrollan una amplia gama de actividades tales como: administra-ción; defensa y mantenimiento del orden público; sanidad, enseñanza, servicios culturales, recreativos y sociales en general; promoción del crecimiento económico y del bienes-tar; y desarrollo tecnológico. Los órganos legislativos y ejecutivos, los departamentos, establecimientos y otros organismos de la administra-ción deben incluirse aquí, indepen-dientemente del tratamiento que se les dé en la contabilidad pública. Los fondos de la seguridad social administrados por el Gobierno tam-bién se incluyen. Resulta irrelevante si sus actividades son financiadas con cargo al presupuesto ordinario, a presupuestos extraordinarios o a fondos extrapresupuestarios.
Este sector comprende igual-mente las IPSFL, no mercantiles, controladas y financiadas principal-mente por la Administración, a ex-cepción de las que son administra-das por los centros de enseñanza superior. Todas las IPSFL no mer-cantiles controladas y financiadas por la Administración se clasifican en el sector Administración, cualesquie-ra que sean las unidades institucio-nales que se beneficien fundamen-talmente de sus actividades. “Controladas” alude a la capacidad de determinar la política general o el programa de las IPSFL gracias a la potestad de nombrar a los respon-sables de la gestión. Estas IPSFL son financiadas principalmente con subvenciones de la Administración, y las cantidades asignadas a ese “apoyo institucional” se publican en informes oficiales o en los presu-puestos del Estado. Las IPSFL fi-nanciadas principalmente por la Ad-ministración se deberán incluir dentro del sector Administración aunque no esté claro si es el Estado el que ejerce el control. Igualmente se clasifican en este sector las uni-dades asociadas al sector enseñan-za superior, y que fundamental-mente están al servicio de la Administración.
La norma internacional utiliza-ble por el sector Administración es la clasificación de las funciones de las administraciones públicas denomi-nada Clasificación Oficial de las Funciones de los Organismos Gu-bernamentales, COFOG, de Nacio-nes Unidas, la que no se considera apropiada para la clasificación de las actividades de I+D. Es por ello que no existen criterios de clasificación por la OECD.
Sin embargo, la OECD se re-fiere a otras subclasificaciones insti-tucionales de las unidades estadísti-cas divididas en tres categorías según el nivel administrativo en el que se sitúan, junto con una cuarta categoría para unidades que no pueden clasificarse por nivel admi-nistrativo. Éstas son:
Investigación y desarrollo
“La investigación y el desarro-llo experimental comprenden el trabajo creativo llevado a cabo de forma sistemática para incrementar el volumen de conocimientos, incluido el conocimiento del hombre, la cultura y la sociedad, y el uso de esos conocimientos para crear nuevas aplicaciones”, (Cotec, 2007, 30).
Las ciencias sociales y las humanidades se tienen en cuenta al incluir en la definición de I+D “el conocimiento del hombre, la cultura y la sociedad”. Incluye la I+D relati-va al conocimiento de la conducta y las organizaciones.
La I+D comprende, tanto la I+D continua (formal) de las unida-des de I+D, como la I+D ocasional (informal) de otras unidades. El interés por la I+D depende cada vez más de los nuevos conocimientos e innovaciones, así como de los efec-tos económicos y sociales que de ellos se derivan, que de la propia actividad.
Existen varios recursos para medir los outputs de la I+D o, en general, de la Ciencia y la Tec-nología, CyT. Las encuestas sobre la innovación constituyen una tentativa de medir los resultados y los efectos del proceso de la innova-ción, en la que la I+D juega un papel importante.
“La I+D está relacionada con otras actividades que se ba-san en la ciencia y la tecnolog-ía. Aunque a menudo esas otras actividades están estre-chamente ligadas a la I+D a través de flujos de información y en términos de funciona-miento, instituciones y perso-nal, tales actividades no deben ser tenidas en cuenta a la hora de medir la I+D. La I+D y esas actividades afines pueden considerarse bajo dos títulos: el conjunto de actividades científicas y tecnológicas y el proceso de innovación científi-ca y tecnológica”, (Cotec, 2007, 16).
“El Sistema de Contabilidad Nacional, SCN, (ONU, 1968) hace una distinción entre los siguientes sectores: socieda-des no financieras, sociedades financieras, administraciones públicas, instituciones sin fines de lucro al servicio de los hogares, y hogares”, (Cotec, 2007, 55).
Se distinguen cinco sectores: empresas, administración pública, instituciones privadas sin fines de lucro, enseñanza superior y extranjero.
La innovación tecnológica
Según la Organización para el Desarrollo y la Cooperación Económica, en el Manual de Oslo para los países desarrollados, existen tres tipos de innovación tecnológica considerados como más relevantes: a) bienes o servicios, b) en procesos y c) en la gestión organizativa.
El primer tipo lo es la innova-ción tecnológica en bienes o servi-cios como resultado de la difusión de conocimientos tecnológicos, o de inversiones en investigación y desa-rrollo que generan novedades en la organización.
Se refiere a la implementación tecnológica de métodos que cam-bien las acciones de la organización, diferentes de los agrupados en el concepto de innovación organizacio-nal que incluye la introducción de cambios en la estructura organiza-cional, la implementación de técni-cas gerenciales avanzadas, y la implementación de cambios (nuevos o sustanciales) en la orientación de la organización.
También se la debe diferenciar de otras variaciones en el trabajo y/o en los procesos, como los cambios que resulten insignificantes o no originales dentro de la organización.
La innovación en bienes o servicios puede tomar dos formas. La primera es como un bien o servi-cio tecnológicamente nuevo, es de-cir, cuyas características tecnológi-cas difieren significativamente de las correspondientes a los bienes o ser-vicios anteriores. Puede implicar tecnologías radicalmente nuevas o la combinación de tecnologías existen-tes con nuevos usos, así como tam-bién, derivarse del uso de un cono-cimiento nuevo, tecnología dura y blanda. La segunda forma es la de un bien o servicio existente que ha sido tecnológicamente mejorado. Esto se puede dar por el uso de recursos, humanos, materiales, fi-nancieros, de gestión administrativa, entre otros, de mejor desempeño, o por un bien o servicio complejo com-puesto de un conjunto de subsiste-mas técnicos, que pudo haber sido mejorado a través de cambios par-ciales en alguno de los subsistemas que lo conforman.
Ocurre con la adopción de métodos tecnológicos nuevos o me-jorados, incluyendo los métodos de trabajo, y puede comprender cambios en equipos, en la organiza-ción de los procesos, o ser una combinación de los anteriores. Pue-de, también, derivarse del uso de un nuevo conocimiento.
Estos métodos tecnológicos pueden ser aplicados para ofrecer bienes o servicios tecnológicamente mejorados, lo que no sería posible usando métodos convencionales de trabajo o, esencialmente, mejorando el trabajo para obtener los bienes o servicios ya existentes.
Las innovaciones tecnológi-cas, tanto en bienes o servicios co-mo en procesos, pueden ser nove-dosas mundialmente o para la organización, así como estar referi-das a los grupos poblacionales de un área geográfica determinada.
El tercer tipo lo son las activi-dades de innovación que “son el conjunto de etapas científicas, tec-nológicas, organizativas, financieras y comerciales, incluyendo las inver-siones en nuevos conocimientos, que llevan o que intentan llevar a la implementación de productos y de procesos nuevos o mejorados. La I+D no es más que una de estas actividades, y puede ser llevada a cabo en diferentes fases del proceso de innovación, siendo utilizada no sólo como la fuente de ideas creado-ras, sino también para resolver los problemas que pueden surgir en cualquier fase hasta su culminación”, (Cotec, 2007, 17).
Por cierto, no todas las activi-dades de innovación resultan en innovaciones efectivas, pero todas las innovaciones reales deben ser vistas como resultado del conjunto de las actividades innovadoras de la organización.
La gestión de la innovación
El concepto de gestión de la actividad innovadora es introducida por el Manual de Bogotá (RICYT, 2001), que es la respuesta homóloga del Manual de Oslo para los países en desarrollo, específicamente los latinoamericanos.
Se desplaza el eje de análisis en el esfuerzo tecnológico o la ges-tión de las actividades innovadoras. Capta los rasgos idiosincráticos que adoptan los procesos innovativos en las instituciones del país, y abarca el conjunto de estrategias organizacio-nales que determinan los esfuerzos de gestión no tecnológica.
Vista la gestión de la actividad innovadora como un proceso, se hace necesario involucrar la dimen-sión organizacional en el análisis de la innovación, ya que la moderniza-ción organizacional aparece como mecanismo esencial de esta recon-versión.
Asimismo, es necesario consi-derar el carácter de la decisión de inversión que tiene la determinación de innovar: las condiciones de la inversión resultan fundamentales para la acumulación de capacidades que requieren los esfuerzos de re-conversión, dentro de los cuales se articula la innovación.
Finalmente, es importante considerar el impacto de las activi-dades innovadoras en términos de objetivos empresariales, tales como el incremento de la productividad o de la competitividad.
Uno de los componentes esenciales de este proceso es el conocimiento, que considera en su abordaje, la dimensión epistemológi-ca; es decir, el conocimiento tácito no codificado, que se aprende me-diante la observación e imitación, y el conocimiento explícito, que es el codificado y sistematizado.
Asimismo, se incluye en el abordaje la dimensión ontológica del conocimiento; es decir, el trayecto que recorre el conocimiento, del individuo, al grupo, a la organización, al ámbito inter-organizacional y al social.
Para finalizar , por tratarse del sector público, y dado que el con-cepto de innovación tecnológica no refleja en forma adecuada gran parte de la innovación en el sector servi-cios, esta investigación tiene como objeto de estudio la gestión de la innovación tecnológica y no tecnoló-gica, que incluye según revisiones de la OECD, la innovación organiza-tiva y en mercadotecnia.
“Con el fin de desarrollar polí-ticas apropiadas en apoyo de la innovación es necesario en-tender mejor diferentes aspec-tos críticos del proceso de in-novación, tales como las actividades de innovación dis-tintas de la I+D, las interaccio-nes entre los agentes, y los correspondientes flujos de co-nocimiento. El desarrollo de políticas también requiere de otros avances en el análisis de la innovación que a su vez se basan en la obtención de una mejor información”, (OECD, 2005, 16).
El ecosistema empresarial
e institucional
En esta sección se describe el modelo de referencia de gestión total de la innovación en las organizacio-nes públicas o privadas que propor-ciona una representación teórica de todos los elementos que intervie-nen en la innovación y en su gestión, así como las relaciones entre los mismos.
Se entiende por ecosistema como una organización ecológica formada por componentes bióticos o vivos y componentes abióticos o no vivos, que interactúan entre sí.
Cuando se aborda la investi-gación de la gestión de la innovación en las organizaciones públicas o privadas, se enfrentan dos paradig-mas. El primero tiene que ver con el problema de concebir la innovación como un fin, cuando en realidad es un medio para ayudar a la organiza-ción a conseguir sus objetivos; y el segundo, tiene que ver con el pen-samiento de que la innovación es responsabilidad de algún departa-mento o área de innovación, cuando es una responsabilidad colectiva.
El modelo seleccionado para estudiar la gestión de la innovación, se le conoce en sus siglas en inglés como COTIM o Cash-Oriented Total Innovation Management para el sec-tor privado, y Citizen-Oriented Total Innovation Management para el sec-tor público.
Los dos conceptos claves del modelo COTIM para el sector priva-do son cash orientation, como res-puesta al primer problema y total management, como solución al segundo.
La diferencia entre estos mo-delos de Administración Total de la Innovación radica en la orientación. En el primero, todos los esfuerzos están determinados por la demanda del cliente y/o mercado. En el se-gundo, los esfuerzos en la gestión de la innovación están determinados por la demanda del ciudadano como contribuyente.
“El primer modelo está orien-tado al sector privado. Lo que busca es un retorno claro del esfuerzo y de la inversión, ubicando la innovación en un enfoque constante de Innova-tion-To-Cash. Véase Gráfico No. 2.
El modelo de relación en el ecosistema empresarial está com-puesto por los clientes, los provee-dores, los competidores, los agentes reguladores en las entradas, los accionistas, el sistema de I+D, el financiamiento público y privado, y la sociedad en su conjunto. En su interior, el ecosistema está com-puesto por la cultura, la estrategia y el modelo de gestión que genera productos y servicios. Este modelo está conformado por las personas y la organización, el conocimiento, los procesos, los sistemas de tecno-logías de la información, la infraes-tructura y el capital financiero.
GRÁFICO No. 2
EL ECOSISTEMA EMPRESARIAL
Fuente: Everis Consulting, España.
El segundo modelo está orien-tado al sector público, tanto en lo que respecta a la innovación en la función pública, considerando a la administración pública como una organización susceptible de innova-ción, como en lo referente a las polí-ticas de innovación que la adminis-tración ofrece a la sociedad, (Cotec, 2007, 135). Véase el Gráfico No. 3.
GRÁFICO No. 3
EL ECOSISTEMA PÚBLICO
Fuente: Everis Consulting, España.
El modelo de relación del sec-tor público es más complejo. En éste la gestión de la innovación en la función pública abarca los servicios públicos, los procesos, las personas y la organización, así como los mo-delos de ejecución presupuestaria.
Como resultado, la política de fomento de la innovación, atiende necesidades de la población, particu-larmente el contribuyente como ciu-dadano, sus necesidades sanitarias, educativas, científicas y tecnológi-cas, industriales y energéticas, me-dio ambientales, de bienestar social, de infraestructura y transporte, entre otras.
En este proceso se involucra la ciudadanía, el sector privado, las Organizaciones No Gubernamenta-les, ONG, el sistema público de I+D, y los inversionistas.
A lo interno del ecosistema público, y en el seno de la institu-ción, el modelo de relación lo deter-mina la ejecución presupuestaria, con la debida articulación entre los contribuyentes, los grupos de lobby socio-económicos y de política insti-tucional, junto con otras administra-ciones públicas, los proveedores, los agentes reguladores y los medios de comunicación.
Así entonces, la administra-ción pública a través de la cultura institucional, las estrategias y las herramientas de gestión proveen los servicios públicos con las personas de la organización, conocimiento, procesos, sistemas de tecnologías de información, equipos e instalacio-nes y presupuestos públicos, entre otros.
En conclusión, el abordaje de la función pública de la gestión de la innovación en el ecosistema institu-cional, es más complejo que el abor-daje de la gestión de la innovación en el ecosistema empresarial.
El modelo de análisis
La representación visual tridi-mensional del modelo de análisis utilizado en esta investigación se denomina Cubo COTIM que en sus siglas en inglés significa Citizen-Oriented Total Management y en español Administración Total de la Innovación Orientada al Contribu-yente, en adelante ATIC.
El modelo ATIC pone al servi-cio de los objetivos empresariales o institucionales, los tres pilares o di-mensiones de la gestión de la inno-vación: a) ejes de innovación, b) los activos para la innovación y c) las acciones de innovación.
En el modelo, los ejes de in-novación determinan qué soluciones ofrece la innovación para conseguir los objetivos empresariales o institu-cionales; los activos para la innova-ción definen todos los elementos internos y externos de la empresa en los que se tiene que apoyar y fijar la gestión de la innovación; y las accio-
nes de innovación describen todas las medidas que se pueden y tienen que lanzar para innovar en el corto, medio y largo plazo. Véase Gráfico No. 4.
La interrelación estrecha y di-recta entre estas dimensiones y en ambos sentidos, garantiza que la innovación se ponga al servicio de la mejora empresarial o institucional para el logro de sus objetivos.
Ahondando en estas relacio-nes, “cada eje impacta en cada acti-vo de forma distinta; cada activo se pone al servicio de cada eje de for-ma distinta; cada eje implica el lan-zamiento de acciones distintas; cada acción impacta en cada eje de forma distinta; cada activo se pone al ser-vicio de cada acción de forma distin-ta; y cada acción impacta en cada activo de forma distinta”, (Cotec, 2007, 137).
A efectos del gráfico No. 4, el ecosistema de la organización que prevalece en el modelo ATIC corres-ponde a la empresa, sin embargo, éste incluye también el ecosistema de la institución del sector público.
Las dimensiones de análisis
Los ejes de la innovación
En concordancia con la distin-ción realizada por el Manual de Oslo, el modelo COTIM considera seis ejes de innovación, entendidos como los distintos tipos de innovación al servicio de los objetivos empresaria-les o institucionales.
Éstos son innovación en:
Los activos para la innovación
Esta dimensión de análisis tie-ne en cuenta los activos de que dis-pone la empresa o institución para innovar. Estos activos pueden ser internos o externos. Cada uno de ellos aporta unos activos al servicio de la innovación, ya sea como motores o dinamizadores, facilitado-res o beneficiarios de la gestión de la innovación.
Los activos internos son todas las capacidades institucionales y condiciones estructurales que tiene una empresa o institución. Éstos son “la cultura, la estrategia, el mo-delo de gestión, las personas y or-ganización, el conocimiento, los pro-cesos, los sistemas y tecnologías de la información, las infraestructuras, el capital financiero y los productos y servicios”, (Cotec, 2007, 138).
GRÁFICO No. 4
MODELO ATIC
Fuente: Fundación Cotec, España.
Los activos externos con los que interactúa y se relaciona la em-presa o institución están conforma-dos por “el modelo de relación, los clientes, los proveedores, los compe-tidores, los agentes reguladores, los accionistas, los centros/sistemas I+D+i, la financiación pública y priva-da y el resto de la sociedad en su conjunto”, (Cotec, 2007, 138).
Aún cuando en el Cubo del Gráfico No. 4 está inserto el eco-sistema empresarial, el modelo de análisis utilizando el ecosistema público es el pertinente para esta investigación.
Con un enfoque en los recur-sos humanos, el modelo ATIC se fundamenta en las personas y la forma en que éstas se organizan en la empresa o institución como uno de los principales activos para la gestión de la innovación. En síntesis las capacidades institucionales son las personas y la organización como activo empresarial o institucional.
Esto se debe a que:
“Las personas son uno de los principales activos de la compañía ya que, aparte de desarrollar la actividad de la empresa, toman las decisio-nes que marcan la ruta a seguir por la empresa, o institución”.
“Las personas no son entes aislados sin orden, sino que forman una organización que define y delimita los niveles de responsabilidad, la dependen-cia jerárquica, y los roles y funciones desempeñados por cada persona dentro del con-junto. Además de las perso-nas, la organización aglutina y ordena muchos de los otros activos de la empresa”, (Co-tec, 2007, 139).
Como activo para la innova-ción, éste incluye “todos los elemen-tos que, aplicados a la gestión de las personas de la compañía, ayudan a fomentar la innovación en la empre-sa; todos los elementos que, aplica-dos al diseño organizativo de la compañía, ayudan a fomentar la innovación en la empresa; la innova-ción propiamente dicha en la gestión de personas de la empresa; y la innovación propiamente dicha en el diseño de la organización de la em-presa”, (Cotec, 2007, 139:140).
Las acciones de innovación
“La dimensión de acciones de innovación se estructura en tres tipos distintos de accio-nes, diferenciándose en cier-tos atributos temporales (cor-to/medio/largo plazo) y organizativos (niveles organi-zativos de la empresa)”, (Co-tec, 2007, 140).
Los tres tipos de acciones de innovación en las empresas o insti-tuciones identifican un tipo de actua-ción estratégica, táctica u operativa, que deriva en un proyecto para alcanzar el objetivo empresarial o institucional.
La gestión de la innovación
en el sector público
Este apartado presenta los re-sultados de estudios exploratorios y descriptivos que han sido realizados por el Instituto de Estudios Sociales en Población, IDESPO, en los años 2005 y 2006, y sirvieron de base para afinar preguntas de investiga-ción en su proceso de interpretación, establecer patrones de comporta-miento y proponer nuevas hipótesis.
En estos estudios, en la fase cualitativa se utilizó la entrevista profunda y estructurada, así como sesiones grupales o grupos de enfo-que, observaciones, revisión de do-cumentos, registros o fuentes se-cundarias, entre otros. En la fase cuantitativa se utilizó la encuesta y como instrumento el cuestionario, el análisis cuantitativo de contenido, así como indicadores o estadísticas existentes de fuentes secundarias.
La unidad declarante son las organizaciones del sector público a la que se aplicaron los elementos de información deseados. La unidad estadística es el informante o perso-na que es mayor de edad, tiene es-tudios universitarios y al menos tres años de laborar en la organización del sector público.
La selección de la muestra probabilística o aleatoria. Los ins-trumentos que se utilizaron se vali-daron con encuestas piloto telefóni-cas y personales para mejorar los constructos. Los datos obtenidos en la aplicación de las encuestas reci-bieron un tratamiento estadístico descriptivo; en particular las res-puestas abiertas se categorizaron para obtener la distribución de fre-cuencias. El error máximo de mues-treo fue del 5%, con un 90% de nivel de confianza.
De las personas consultadas, al momento de la encuesta, el 48,3% informó que trabajaban en el sector público, principalmente en servicios y educación. Véase cuadro No. 1.
CUADRO No. 1
COSTA RICA
DISTRIBUCIÓN RELATIVA DE LA ACTIVIDAD A LA QUE SE DEDICA
LA ORGANIZACIÓN EN LA QUE TRABAJAN
LAS PERSONAS CONSULTADAS
EN PORCENTAJES
Participación |
Sector público Año 2005 (n=145) |
Sector público y privado Año 2005 (n= 300) |
Servicios |
42,1 |
36,0 |
Educación |
37,0 |
21,7 |
Otros |
20,9 |
42,3 |
Total |
100,0 |
100,0 |
Fuente: Instituto de Estudios Sociales en Población, IDESPO, Universidad Nacional.
La primera encuesta se realizó en octubre del 2005 a 300 personas mayores de 18 años que estaban trabajando en la organización tres o más años, tenían estudios universi-tarios y residían en el territorio na-cional. De éstas, 55% eran hombres y 45% mujeres. Véase cuadro No. 2.
Sobre los puestos que las per-sonas consultadas desempeñaban en la organización, un 16% eran directores, gerentes o administrado-res; un 12,7% jefes, coordinadores o encargados; un 10,3% asistentes, auxiliares u oficinistas, un 9,7% in-formaron ser técnicos, analistas de cómputo o electricistas; un 9% dijo ser asesor, vendedor, ejecutivo o agente de ventas, y el restante por-centaje otros puestos.
Dentro de la caracterización, se obtuvo que de las personas con-sultadas, el 34,7% tenía el grado de bachillerato universitario, un 32,3% el de licenciatura, el 9% el de ma-estría, el 1,3% el de doctorado, y el restante porcentaje diplomado.
La segunda encuesta se rea-lizó en octubre del 2006 a sesenta y ocho de los aproximadamente 120 personas que asistieron el primer día al I Encuentro Nacional Universidad-Empresa, organizado por la Comi-
CUADRO No. 2
COSTA RICA
DISTRIBUCIÓN RELATIVA DE LAS PERSONAS ENTREVISTADAS SEGÚN SU EDAD Y SU GÉNERO (n=300)
EN PORCENTAJES
Edad |
Hombres |
Mujeres |
De 18 a 24 |
7,00 |
7,67 |
De 25 a 34 |
17,67 |
15,33 |
De 35 a 44 |
17,67 |
14,33 |
De 45 a 54 |
9,33 |
6,33 |
De 55 o más |
3,33 |
1,33 |
Total |
55,00 |
45,00 |
Fuente: IDESPO, Universidad Nacional.
sión NEXO: Vinculación Universidad-Empresa del Consejo Nacional de Rectores que reúne a las cuatro universidades públicas. Los resulta-dos no son de carácter inferencial.
De las personas consultadas, el 63,2% informó que trabaja en educación, el 26,5% en servicios, y el porcentaje restante en industria y comercio, entre otros sectores.
En relación con el grado académico, el 45,6% de las perso-nas consultadas informaron tener un doctorado, el 22,1% el grado de maestría, un 10,3% el de licenciatura y el restante porcentaje de bachille-rato o diplomado.
De estas sesenta y ocho per-sonas consultadas, el 19% informa-ron ser directores de unidades académicas universitarias, el 17% investigadores, el 14% docentes, el 10% coordinadores de servicios en empresas, el 8% directores de pro-yectos, el 8% dueños o gerentes de empresas, el 5% asesores o consul-tores, el 5% gerentes de operacio-nes, y otro 5% gerentes de ventas, entre otros porcentajes mínimos, otros puestos.
Papel de la administración
pública
Sobre el papel del Estado en torno a su desempeño como actor dinamizador de la innovación en el Sistema Nacional de Ciencia y Tec-nología, SNCT, el 34% de las perso-nas consultadas del sector público señalaron que están a favor de que el Estado provea las condiciones que favorecen los procesos de inno-vación en las organizaciones. Véase cuadro No. 3.
CUADRO No. 3
COSTA RICA
GRADO “DE ACUERDO” DE LAS PERSONAS CONSULTADAS
CON ALGUNAS PROPOSICIONES EN MATERIA DE INNOVACIÓN
EN PORCENTAJES
Proposición |
Sector público Año 2005 (n=145) |
Sector público y privado Año 2005 (n= 300) |
Sector académico Año 2006 (n=68) |
La innovación en la organización es el resultado de una interacción colectiva |
81,1 |
83,0 |
52,9 |
Las universidades se integran en los procesos de innovación de las organi-zaciones |
79,2 |
78,7 |
57,4 |
La organización en la que trabajo es capaz de enfrentar los retos en inno-vación que plantea un Tratado de Libre Comercio, TLC |
53,0 |
65,3 |
34,3 |
El Estado provee las condiciones que favorecen los procesos de innovación en las organizaciones |
34,0 |
32,0 |
5,9 |
Fuente: IDESPO, Universidad Nacional.
Por otro lado, del conjunto de académicos y empresarios reunidos en el I Encuentro Nacional Universi-dad-Empresa, organizado por eL Consejo Nacional de Rectores, CONARE, denominado “Hacia un Sistema Nacional de Innovación”, “el 5,9% de los académicos y empresa-rios consultados, manifestaron estar a favor de que el Estado provea las condiciones que favorecen los procesos de innovación en las organizaciones”.
Estos resultados pusieron de manifiesto el papel deficiente del Estado costarricense como actor dinamizador de los procesos de in-novación. A su vez, y derivado de ambos estudios se observa que para el sector académico la vinculación universidad–organización no es tan fuerte.
A conclusiones similares llegó (Monge et al, 2003) en un estudio sobre las actividades de investiga-ción y desarrollo en las Unidades de Investigación, UI, de las universida-des públicas costarricenses.
Al respecto, los obstáculos más citados por las UI como “para desarrollar mayores vínculos con la empresa privada son la falta de dis-ponibilidad de recurso humano califi-cado en la UI (89,1%), la falta de infraestructura y equipamiento (64%)”.
Hasta aquí, las investigacio-nes antes citadas han coincidido en sus conclusiones. El papel del Esta-do es deficiente. Sin embargo, nin-guna de estas investigaciones han estudiado las oficinas del conjunto de instituciones, entidades y órganos del sector público que forman parte del SNCT, y que también determinan el dínamo innovador en el sector productivo, orientado hacia una eco-nomía basada en el conocimiento en Costa Rica.
Es por ello, que es pertinente preguntarse en este estudio ¿cuáles son las capacidades institucionales y las condiciones estructurales de las oficinas del conjunto de instituciones, entidades y órganos del sector públi-co que forman parte del SNCT, y que dinamizan la innovación en Cos-ta Rica?; ¿cómo contribuir con un conjunto de políticas y estrategias de desarrollo para mejorar la eficiencia del Estado como actor del SNCT, de tal forma que se facilite la transición que realiza Costa Rica hacia una economía del conocimiento, para pasar de una etapa de absorción y adaptación de tecnologías a una de creación de tecnologías?
Al dar respuesta a la interro-gante principal y otras derivadas de ésta, la investigación caracterizará las actitudes, las prácticas y los co-nocimientos que se constituyen en fortalezas, oportunidades, debilida-des y amenazas que tienen las ofici-nas del conjunto de instituciones, entidades y órganos del sector públi-co que forman parte del SNCT, para dinamizar la creación de nuevas tecnologías mediante políticas y medidas de políticas tecnológicas pertinentes en Costa Rica.
Significado de innovación
Con el objetivo de conocer el significado del término innovación en el imaginario de la población costa-rricense, y en particular el sector público, a partir de las experiencias de las personas consultadas de lo que ocurre en el seno de la organi-zación en la que trabajaban al mo-mento de la encuesta del 2005, en esta sección se presentan los princi-pales hallazgos.
Al preguntar qué entienden por innovación, las personas con-sultadas del sector público infor-maron que para la organización en la que trabajaban consistía en la creación e implementación de un nuevo desarrollo técnico o tecnológico; la puesta en marcha de una modificación o cambio para me-jorar y la aplicación diferente de los conocimientos actuales en la solu-ción de problemas, véase cuadro No. 4.
CUADRO No. 4
COSTA RICA
DISTRIBUCIÓN RELATIVA DE LO QUE LA POBLACIÓN COSTARRICENSE DEFINE POR INNOVACIÓN
EN PORCENTAJES
Definición de innovación |
Sector público Año 2005 (n=145) |
Sector público y privado Año 2005 (n= 300) |
Creación e implementación de un nuevo desarrollo técnico o tecnológico |
49,9 |
47,3 |
Puesta en marcha de una modificación o cambio para mejorar |
35,4 |
37,0 |
Aplicación diferente de los conocimientos actuales en la solución de problemas |
12,7 |
10,7 |
Otros |
1,4 |
3,7 |
NS/NR |
0,7 |
1,3 |
Total |
100,0 |
100,0 |
Fuente: IDESPO, Universidad Nacional.
En términos generales la inno-vación es entendida como la crea-ción y puesta en marcha de algo nuevo o mejorado. En este sentido, el 49,9% de las personas consulta-das entienden por innovación la creación e implementación de un nuevo desarrollo técnico o tecnológi-co; un 35,4% la puesta en marcha de una modificación o cambio para mejorar; un 12,7% la aplicación diferente de los conocimientos ac-tuales en la solución de problemas; un 1,4% otros significados, y el 0,7% de las personas no sabían o no respondieron.
Luego de realizar un trata-miento de las respuestas del sector público se observa que el significado de innovación siempre implica la creación y puesta en marcha de algo nuevo o mejorado, con la adición de que es para responder a las necesi-dades de la sociedad y beneficiar la calidad de vida de la ciudadanía. Véase cuadro No. 5.
CUADRO No. 5
COSTA RICA
DISTRIBUCIÓN RELATIVA DE LO QUE LAS PERSONAS
DEL SECTOR PÚBLICO DEFINE POR INNOVACIÓN
EN PORCENTAJES
Definición de innovación |
Sector público Año 2005 (n=145) |
Hacer y aplicar algo nuevo o novedoso que responda a las necesidades de la sociedad |
66,8 |
Hacer un cambio o mejora que beneficie la calidad de vida de la ciudadanía |
29,7 |
Otros |
3,5 |
Total |
100,0 |
Fuente: IDESPO, Universidad Nacional.
Otro de los hallazgos relacio-nados con el significado de la inno-vación para las personas consulta-das del sector público, consiste en que la innovación primero se asocia a mejoras que a nuevas creaciones, y esas mejoras son creativas y de calidad.
Con mayor detalle, las perso-nas consultadas dijeron que están a favor en un 89,6% de que la innova-ción implica mejoras creativas; un 86,6% mejoras en la calidad; un 86,5% que es algo nuevo; y un 78,3% que es algo nuevo o mejora-do; y un 63,5% que es algo mejora-do. Véase cuadro No. 6.
CUADRO No. 6
COSTA RICA
OPINIONES A FAVOR DE LO QUE LA POBLACIÓN
COSTARRICENSE CREE QUE ES INNOVACIÓN
EN PORCENTAJES
La innovación es |
Sector público Año 2005 (n=145) |
Sector público y privado Año 2005 (n= 300) |
Mejoras creativas |
89,6 |
91,0 |
Mejoras en la calidad |
86,6 |
87,3 |
Algo nuevo |
86,5 |
84,0 |
Algo nuevo o mejorado |
78,3 |
66,0 |
Algo mejorado |
63,5 |
81,0 |
Mejoras no significativas |
14,4 |
18,7 |
No hay cambio |
6,0 |
6,0 |
Fuente: IDESPO, Universidad Nacional.
Hasta aquí en conclusión la innovación es entendida por el sec-tor público como la creación o mejo-ra de algo. Más adelante se con-fronta esta definición con las prácticas reales en materia de inno-vación que ocurren en las organiza-ciones del sector público en las que trabajaban las personas consulta-das, al momento de la encuesta.
Orígenes, efectos
y obstáculos de la innovación
Tener información de los orí-genes, efectos y obstáculos para la innovación en el sector público, per-mite orientar las políticas internas implícitas y explícitas de trabajo en las instituciones del Estado.
Los principales hallazgos fue-ron que la innovación se origina principalmente en el interior de la organización (59,5%); las universi-dades no son agentes dinamizado-res, excepto en la opinión del sector académico; y existe una brecha de percepción de la vinculación Univer-sidad-Organización entre los acto-res. Véase cuadro No. 7.
CUADRO No. 7
COSTA RICA
OPINIONES A FAVOR DEL ORIGEN DE LA INNOVACIÓN
EN LAS ORGANIZACIONES
EN PORCENTAJES
Origen de la innovación |
Sector público Año 2005 (n=145) |
Sector público y privado Año 2005 (n= 300) |
Sector académico Año 2006 (n=68) |
Departamentos o empleados dentro de la misma organización |
59,5 |
60,7 |
83,8 |
Congresos, reuniones y revistas pro-fesionales |
46,2 |
41,7 |
51,5 |
Organismos públicos de investigación o centros tecnológicos |
42,7 |
29,0 |
50,0 |
Ferias y exposiciones |
41,6 |
39,3 |
39,7 |
Clientes, usuarios o consumidores |
37,7 |
40,3 |
52,9 |
Competidores y otras organizaciones de su misma rama de actividad |
36,2 |
39,3 |
36,8 |
Proveedores de equipo, materiales, componentes o software |
34,4 |
35,3 |
30,9 |
Universidades u otros institutos de enseñanza superior |
33,7 |
26,0 |
60,3 |
Otro(s) |
7,0 |
7,0 |
- |
Fuente: IDESPO, Universidad Nacional.
A diferencia de las opiniones de la población costarricense en general, esta vez los académicos y los empresarios opinan que la inno-vación es generada en gran medida desde las universidades. Lo que si son similares, son las opiniones en torno a que la innovación proviene del interior de la organización.
Sobre los efectos que produjo la innovación en las organizaciones del sector público, principalmente éstos incidieron en la mejora de la calidad (56,0%), el cumplimiento de normas (53,9%), el aumento de ca-pacidades en la organización (53,2%) y en el aumento de los usuarios, consumidores o beneficia-rios (46,9%). Véase cuadro No. 8.
CUADRO No. 8
COSTA RICA
EFECTOS QUE “SIEMPRE” TUVO LA INNOVACIÓN
EN LAS ORGANIZACIONES
EN PORCENTAJES
Efectos de la innovación |
Sector público Año 2005 (n=145) |
Sector público y privado Año 2005 (n= 300) |
Sector académico Año 2006 (n=68) |
Mejora de la calidad de los productos o servicios |
56,0 |
59,0 |
66,2 |
Cumplimiento de los reglamentos o normas |
53,9 |
54,0 |
33,8 |
Aumento de la capacidad de la orga-nización |
53,2 |
54,0 |
64,7 |
Ampliación de los clientes, usuarios, consumidores o beneficiados |
46,9 |
49,7 |
48,5 |
Desarrollo de la variedad de produc-tos o servicios |
43,1 |
44,3 |
51,5 |
Incremento de los ingresos o benefi-cios |
41,5 |
50,7 |
45,6 |
Avance de la salud y la seguridad |
40,3 |
42,7 |
33,8 |
Menor impacto medioambiental |
31,7 |
35,3 |
29,4 |
Otro(s) |
1,4 |
2,3 |
2,9 |
Fuente: IDESPO, Universidad Nacional.
En relación con la experiencia innovadora, las personas consulta-das manifestaron que se mejoró el talento humano de la organización (22,8%), se satisfizo las necesidades de los clientes y/o contribuyentes (13,9%), se renovó la posición de la organización (13,9%), y se perfec-cionaron los procesos y los métodos de trabajo (13,9%). Véase cuadro No. 9.
Los principales obstáculos para la innovación fueron la forma-ción del recurso humano (85,6%), las normativas (78%), y la legislación en general (76,4%). Véase cuadro No. 10.
CUADRO No. 9
COSTA RICA
RAZONES POR LAS CUALES LAS EXPERIENCIAS RESULTARON INNOVADORAS EN LAS ORGANIZACIONES
PORCENTAJES
Razones |
Sector público Año 2005 (n=101) |
Sector público y privado Año 2005 (n=213) |
Gestión del talento humano |
22,8 |
14,1 |
Implementación exitosa acorde a expectativas del cliente |
13,9 |
17,4 |
Posicionamiento de la organización |
13,9 |
13,1 |
Procesos y métodos de trabajo mejorados |
13,9 |
11,3 |
Aceptación y respuesta del cliente |
10,9 |
14,5 |
Otros |
5,0 |
4,7 |
Utilidades/beneficios en la organización |
4,0 |
6,1 |
Cambio de visión y misión de la organización a nivel nacional e internacional |
4,0 |
4,2 |
Comunicación y educación laboral |
4,0 |
2,8 |
Acceso de productos y servicios |
3,0 |
6,1 |
Calidad de vida en el trabajo |
2,0 |
3,3 |
NS/NR |
2,6 |
2,4 |
Total |
100,0 |
100,00 |
Fuente: IDESPO, Universidad Nacional.
CUADRO No. 10
COSTA RICA
OBSTÁCULOS A LA INNOVACIÓN CONSIDERADOS
“MUY IMPORTANTES” EN LAS ORGANIZACIONES
EN PORCENTAJES
Obstáculos a la innovación |
Sector público Año 2005 (n=145) |
Sector público y privado Año 2005 (n= 300) |
Sector académico Año 2006 (n=68) |
La formación del personal |
85,6 |
87,3 |
80,9 |
Las normativas referentes a medio ambiente, higiene, control de calidad, etc. |
78,0 |
77,7 |
33,8 |
La legislación sobre patentes, dere-chos de autor, etc. |
76,4 |
73,7 |
55,9 |
Los impuestos |
53,7 |
60,7 |
20,6 |
La inversiones en otras actividades menos prioritarias |
49,3 |
51,0 |
47,1 |
Otros |
4,9 |
4,3 |
1,5 |
Fuente: IDESPO, Universidad Nacional.
Solo cuarenta y cuatro de las 145 personas del sector público ma-nifestaron que en las organizaciones en la que trabajaban no habían teni-do experiencias en innovación, de las cuales veinticuatro informaron las razones por las cuales eso ocurrió.
Sólo cincuenta y seis de las 300 personas de ambos sectores manifestaron que en las organiza-ciones en la que trabajaban, no habían tenido experiencias en innovación.
La principal razón por la que no tuvieron experiencias en innova-ción, se debió a que no existía una directriz para innovar (59,0%), y no existía una necesidad (12,5%). Véase cuadro No. 11.
CUADRO No. 11
COSTA RICA
DISTRIBUCIÓN RELATIVA DE LAS RAZONES POR LAS CUALES
LAS ORGANIZACIONES “NO HAN TENIDO EXPERIENCIAS”
EN INNOVACIÓN EN LOS ÚLTIMOS TRES AÑOS
EN PORCENTAJES
Razones |
Sector público Año 2005 (n=24) |
Sector público y privado Año 2005 (n= 56) |
No existe una directriz para innovar |
50,0 |
35,7 |
No existe necesidad |
12,5 |
12,5 |
Otras |
12,5 |
17.9 |
No existe preocupación por los clientes |
12,5 |
12,5 |
No existen recursos económicos |
8,3 |
7,1 |
Existe poco tiempo de la fundación de la organización |
4,2 |
14,3 |
Total |
100,0 |
100,0 |
En relación con las prácticas, la innovación consiste en adaptacio-nes de nuevas tecnologías (82,6%), así como cambios o mejoras de los métodos de trabajo (77,0%). Véase cuadro No. 12.
En términos generales, las acciones de innovación consistie-ron en cambios en las estrategias de trabajo (39,3%), y en la apa-riencia o imagen de los productos y servicios (35,7%). Véase cuadro No. 13.
CUADRO No. 12
COSTA RICA
OPINIONES A FAVOR DE ALGUNAS AFIRMACIONES
SOBRE LAS PRÁCTICAS DE INNOVACIÓN EN LAS ORGANIZACIONES
EN PORCENTAJES
Prácticas |
Sector público Año 2005 (n=145) |
Sector público y privado Año 2005 (n= 300) |
Sector académico Año 2006 (n=68) |
Adapta nuevas tecnologías a las nece-sidades de la organización |
82,6 |
82,7 |
75,0 |
Cambia o mejora los métodos de traba-jo actuales |
77,0 |
82,0 |
80,1 |
Introduce innovaciones de productos y procesos |
75,5 |
77,3 |
79,4 |
Desarrolla productos y servicios nuevos |
70,4 |
72,3 |
78,0 |
Imita a la competencia en materia de innovación |
41,8 |
43,7 |
25,0 |
Fuente: IDESPO, Universidad Nacional.
CUADRO No. 13
COSTA RICA
ACCIONES EN MATERIA DE INNOVACIÓN QUE “SIEMPRE”
SE PONEN EN PRÁCTICA EN LAS ORGANIZACIONES
EN PORCENTAJES
Acciones |
Sector público Año 2005 (n=145) |
Sector público y privado Año 2005 (n= 300) |
Estrategias de trabajo nuevas o muy cambiadas |
39,3 |
40,7 |
Cambia la apariencia o imagen en sus productos o servicios |
35,7 |
37,0 |
Cambia sensiblemente sus estrategias para comerciali-zar productos o servicios |
30,8 |
36,3 |
Estructuras organizativas nuevas o muy cambiadas |
30,3 |
28,7 |
Técnicas de administración avanzadas |
28,2 |
34,0 |
Fuente: IDESPO, Universidad Nacional.
En cuanto a las experiencias en innovación, sólo 101 de las 145 personas consultadas del sector público informaron que si tuvieron experiencias innovadoras. La princi-pal experiencia innovadora estuvo relacionada con inversión en infraes-tructura (24,7%), y la segunda fue en productos y servicios (21,8%). Véa-se cuadro No. 14.
Participación, éxito y fracaso
en la gestión de la innovación
En relación con la participa-ción por género, el principal hallazgo en el sector público indica que las mujeres participaron más en los procesos de innovación. Véase cuadro No. 15.
CUADRO No. 14
COSTA RICA
DISTRIBUCIÓN RELATIVA DE LAS PRINCIPALES EXPERIENCIAS
EN INNOVACIÓN QUE “SI HAN TENIDO” LAS ORGANIZACIONES
EN LOS ÚLTIMOS TRES AÑOS
EN PORCENTAJES
Principales experiencias |
Sector público Año 2005 (n=101) |
Sector público y privado Año 2005 (n= 213) |
Inversión en tecnología dura |
24,7 |
18,3 |
Productos y servicios |
21,8 |
26,8 |
Comunicación y educación |
19,8 |
13,2 |
Procesos productivos y administrativos |
17,8 |
22,6 |
Ferias y promoción de nuevos mercados |
7,0 |
6,1 |
Inversión en tecnología suave |
6,0 |
8,0 |
Otros |
2,9 |
5,0 |
Total |
100,0 |
100,0 |
Fuente: IDESPO, Universidad Nacional.
CUADRO No. 15
COSTA RICA
DISTRIBUCIÓN RELATIVA DE LA PERCEPCIÓN
SOBRE PARTICIPACIÓN POR GÉNERO EN INNOVACIÓN
EN LAS ORGANIZACIONES
EN PORCENTAJES
Participación |
Sector público Año 2005 (n=145) |
Sector público y privado Año 2005 (n= 300) |
Ambos por igual |
45,7 |
44,3 |
Más las mujeres |
34,1 |
27,3 |
Más los hombres |
16,8 |
26,3 |
NS/NR |
3,5 |
2,0 |
Total |
100,0 |
100,0 |
Fuente: IDESPO, Universidad Nacional.
Solo cincuenta y cuatro de 145 personas del sector público manifestaron que sí habían participado en esta experiencia de innovación.
Sólo 125 de 300 personas de ambos sectores afirmaron que sí habían participado en esta experien-cia en innovación.
De las personas que participa-ron, lo hicieron por el trabajo en equipo (25,9%); la responsabilidad del puesto (24,1%); y el interés personal (22,2%). Véase cuadro No. 16.
CUADRO No. 16
COSTA RICA
RAZONES POR LAS QUE “SI PARTICIPARON” LAS PERSONAS
EN EXPERIENCIAS DE INNOVACIÓN EN LAS ORGANIZACIONES
EN PORCENTAJES
Razones |
Sector público Año 2005 (n=54) |
Sector público y privado Año 2005 (n=125) |
Trabajo en equipo |
25,9 |
24,0 |
Responsabilidad del puesto que ocupa en la organiza-ción |
24,1 |
28,8 |
Interés personal y profesional |
22,2 |
22,4 |
Dar respuesta a necesidades y problemas en el servicio |
9,3 |
7,2 |
Por necesidad, oportunidad y supervivencia de la organización |
7,5 |
8,0 |
Otros |
7,3 |
5,6 |
Por intereses publicitarios e imagen de la organización |
3,7 |
4,0 |
Total |
100,0 |
100,0 |
Fuente: IDESPO, Universidad Nacional. |
No fue razón principal la obli-gación de dar respuesta a las nece-sidades de los clientes y/o contribu-yentes y el desarrollo de la organización.
Por otro lado, sólo cuarenta y siete de las 145 personas del sector público manifestaron que no habían participado en esa experiencia en innovación.
Sólo ochenta de las 300 personas de ambos sectores manifestaron que no habían parti-cipado en esa experiencia en innovación.
De estas personas que no par-ticiparon en las experiencias en in-novación, la razón principal se debió a que no le correspondía al depar-tamento en el que trabajaban (66,0%), y porque no se les pidió opinión (12,8%). Véase cuadro No. 17.
CUADRO No. 17
COSTA RICA
RAZONES POR LAS QUE LAS PERSONAS “NO PARTICIPARON”
EN EXPERIENCIAS DE INNOVACIÓN EN LAS ORGANIZACIONES
EN PORCENTAJES
Razones |
Sector público Año 2005 (n=47) |
Sector público y privado Año 2005 (n=80) |
No le corresponde al departamento |
66,0 |
67,6 |
No se pidió la opinión del personal |
12,8 |
10,0 |
Proceso en etapa inicial y no todos están participando |
10,6 |
8,8 |
Otros |
5,6 |
11,2 |
Proyecto a nivel institucional |
2,5 |
1,2 |
Porque trabaja en área de Recursos Humanos |
2,5 |
1.2 |
Total |
100,0 |
100,00 |
Fuente: IDESPO, Universidad Nacional. |
Indicador de percepción
En la escala de 1 a 5, predo-minó el 4 sobre el nivel de gestión de la innovación en el sector privado, y principalmente en los productos o servicios y los procesos; sin distingo. Véase cuadro No. 18.
CUADRO No. 18
COSTA RICA
PERCEPCIÓN SOBRE EL NIVEL DE LA INNOVACIÓN
EN LAS ORGANIZACIONES DEL SECTOR PRIVADO
(1 ES UN NIVEL BAJO Y 5 ES UN NIVEL ALTO)
EN PORCENTAJES
Tipo de innovación |
1 |
2 |
3 |
4 |
5 |
En productos o servicios |
7,95 |
5,30 |
30,46 |
36,42 |
19,87 |
En procesos |
5,96 |
10,60 |
28,48 |
36,42 |
18,54 |
En gestiones |
8,55 |
11,84 |
25,66 |
35,53 |
18,42 |
Fuente: IDESPO, Universidad Nacional. |
En la escala de 1 a 5, predominó el 3 sobre el nivel de gestión de la innovación en el sector público, y principalmente en los pro-ductos o servicios. Véase cuadro No. 19.
CUADRO No. 19
COSTA RICA
PERCEPCIÓN SOBRE EL NIVEL DE LA INNOVACIÓN
EN LAS ORGANIZACIONES DEL SECTOR PÚBLICO
(1 ES UN NIVEL BAJO Y 5 ES UN NIVEL ALTO)
EN PORCENTAJES
Tipo de innovación |
1 |
2 |
3 |
4 |
5 |
En productos o servicios |
9,79 |
8,39 |
45,45 |
28,67 |
7,69 |
En procesos |
8,51 |
7,80 |
37,59 |
36,17 |
9,93 |
En gestiones |
6,94 |
20,14 |
37,50 |
24,31 |
11,11 |
Fuente: IDESPO, Universidad Nacional. |
En conclusión, la Puntuación del Nivel de Innovación, PNI, es mayor en el sector privado que en el público. Parece que en ambos sec-tores el nivel de innovación en las gestiones no predomina.
En el sector privado la gestión de la innovación es mejor puntuada en lo relacionado con los productos o servicios, que con los procesos, y en último término las gestiones. En el sector público la gestión de la innovación es mejor puntuada en los procesos que la que ocurre en los productos o servicios. Véase cuadro No. 20.
CUADRO No. 20
COSTA RICA
PUNTUACIÓN DEL NIVEL DE INNOVACIÓN, PNI
EN LAS ORGANIZACIONES
Tipo de innovación |
Público |
Privado |
En productos o servicios |
3,16 |
3,55 |
En procesos |
3,31 |
3,51 |
En gestiones |
3,13 |
3,43 |
El PNI es un índice de puntuación ponderado basado en la escala de Likert. 1 es un nivel bajo y 5 es un nivel alto. Fuente: IDESPO, Universidad Nacional.
|
Lo que si queda claro es que la gestión de la innovación en los ámbitos organizacionales, por ejem-plo, tiene en ambos sectores la pun-tuación más baja.
En otras palabras, en el sector público la percepción de la gestión de la innovación es en procesos y en el privado en productos. Por lo tan-to, el enfoque es diferente y el abor-daje de las investigaciones en el sector público y el privado deben ser diferentes.
Conclusiones
Una vez realizado el análisis de los datos obtenidos en el estudio sobre la gestión de la innovación en el sector público en Costa Rica, rea-lizado por el IDESPO en el 2005, en el Gráfico No. 5 se muestra una representación gráfica de los obstáculos, orígenes, prácticas, ex-periencias y efectos de la gestión de la innovación en el sector público en Costa Rica.
GRÁFICO No. 5
MODELO DE ANÁLISIS
Fuente: Elaboración propia.
Del mismo se destaca que los principales obstáculos o fallas de la función pública sobre la gestión de la innovación, se refieren al papel del Estado como proveedor de condicio-nes para favorecer los procesos innovativos, la legislación, la forma-ción de recursos humanos, las direc-trices existentes para innovar en la función pública, así como el para-digma de pertenencia de la gestión de la innovación para la función pública.
Esto presupone una hipótesis de que existen fallas sistémicas en la función pública, Estado, con orien-tación en el proceso de construcción del SNI costarricense, y esto justifica la creación de programas específi-cos para fortalecer la gestión de la innovación en el sector público. La principal falla es la inexistencia de una filosofía de administración total de la gestión de la innovación en la función pública, lo que presupone la inexistencia de un enfoque de ges-tión de la innovación en la adminis-tración pública por parte del Estado.
Dado que dentro de los oríge-nes de la innovación en el sector público no destacan la responsabili-dad del puesto y el interés institucio-nal, esto presupone la inexistencia de una idiosincrasia institucional en gestión de la innovación, no siendo ésta última una prioridad de la políti-ca institucional y estatal.
En síntesis, y derivado del análisis del índice de percepción sobre el nivel de la innovación en el sector público, queda claro que la razón para innovar en la función pública es diferente a la que se su-pone en la función privada.
Todas estas conclusiones lle-van al autor a sostener la hipótesis de que existen fallos en la función pública en la gestión de la innova-ción por parte del sector público o la administración pública, que obstacu-lizan el dínamo innovador en Costa Rica.
Dado que esta conclusión in-cide en el modelo de dependencia de la política científico-tecnológica, y que su desempeño no sea dinámico, hasta este punto de la investigación, vale la pena entonces hacerse las siguientes preguntas:
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Experiencias de incorporación
de emprendedurismo
en Instituciones
Miguel Ángel Guevara Agüero* de Educación
Oscar Gamboa Calderón** Superior
PRESENTA UN PRIMER ACERCAMIENTO A UN ESTUDIO DEL ABORDAJE QUE REALIZAN LAS UNIVERSIDADES A NIVEL CENTROAMERICANO SOBRE EL TEMA DEL EMPRENDEDURISMO EN LAS INSTITUCIONES DE EDUCACIÓN SUPERIOR, ILUSTRÁNDOLO CON EL CASO DEL INSTITUTO TECNOLÓGICO DE COSTA RICA, ITCR.
PALABRAS CLAVES: EDUCACIÓN SUPERIOR / EMPRENDEDURISMO / PEQUEÑA Y MEDIANA EMPRESA / DESARROLLO ECONÓMICO
Introducción
* Candidato a Doctor en Dirección de Empresas, Universitat de Valencia. Di-rector del Programa de Educación Técnica, Instituto Tecnológico de Costa Rica y Miembro de la Comisión de Deca-nas y Decanos del Consejo Nacional de Rectores, CONARE.
** Director de Maestrías en Sistemas Mo-dernos de Manufactura del Instituto Tecnológico de Costa Rica
Recibido: 12 de diciembre del 2008.
Aceptado: 24 de febrero del 2009.
En la era de la Sociedad del Conocimiento, los expertos han plan-teado tres formas de ver cómo las universidades abordan el desarrollo del espíritu emprendedor. Como
parte de este nuevo esquema, la universidad, en el mejor de los ca-sos, pasa a formar parte integral del desarrollo económico de las nacio-nes, convirtiéndose en generadoras y difusoras del acervo científico y tecnológico de la sociedad. La difu-sión, por tanto, debe ir más allá de la compleja tarea de formación acadé-mica, y debe ser capaz de llevar ese conocimiento al ámbito empresarial y productivo.
Dados los cambios actuales de la sociedad, es necesario tomar en cuenta la existencia de una si-tuación difícil, relacionada con los niveles de desocupación de los gra-duados universitarios, especialmente
en países en vías de desarrollo. Ante tal situación, algunas univer-sidades han iniciado un proceso dentro de sus recintos para generar nuevas experiencias, es así como han empezado a impulsar la crea-ción de empresas por parte de sus estudiantes.
No obstante, los nuevos em-presarios universitarios se enfrentan a una serie de barreras para la im-plementación de su empresa como lo son, por ejemplo: la falta de capa-cidad instalada, de habilidades de administración y gestión, y la escasa financiación, entre otros.1 Este últi-mo aspecto se considera uno de los más grandes obstáculos en el pro-ceso de creación de empresas, tal como lo destaca el Informe Global Entrepreneurship Monitor Project, GEM. (GEM, 2007).
1. Guevara, 2003; Castro et al, 2001, Cano et al, 2004.
Es necesario por tanto, reali-zar un análisis de los casos exitosos en diferentes universidades, para comprender qué actividades se han desarrollado para establecer un pro-grama victorioso de emprendedores. Acciones que han comprendido en-tre otras, el desarrollo de un plan académico del espíritu emprendedor, un proyecto de promoción de las ideas de negocios y la creación de parques de incubación de empresas.
El presente trabajo pretende a través de la presentación del caso del Instituto Tecnológico de Costa Rica, ITCR, mostrar evidencia de
cómo el abordaje del tema puede realizarse desde varios frentes, siendo la investigación de la univer-sidad, un eje motor del desarrollo del espíritu emprendedor. Este es un primer acercamiento a un estudio del abordaje que realizan las universi-dades a nivel centroamericano sobre el tema.
Para hablar del emprendedu-rismo en las universidades, es nece-sario dar un vistazo a las investiga-ciones que se realizan en estos centros de estudios. Revisar la natu-raleza, antecedentes y efectos del desarrollo a nivel universitario, pue-de mostrar no sólo cómo se aborda el tema, sino la forma en cómo se proyectará dentro de estas casas de estudios. En los últimos veinticinco años, se ha tenido un gran progreso sobre el desarrollo de espíritu em-prendedor y la creación de empre-sas, tal y como se percibe en la lite-ratura especializada. Y en este sentido es necesario que nos haga-mos una pregunta, ¿qué podría haber desencadenado esta evolu-ción en las universidades?
Powers y McDouglas (2005), sugieren dos razones. La primera de ellas, debido a un aumento es-pectacular del uso comercial de la investigación universitaria en los EE.UU. y Europa, que llevó al surgi-miento del fenómeno de transfe-rencia tecnológica. La segunda razón, se refiere al papel de la uni-versidad en los Sistemas Nacionales de Innovación, transformando a la tercera misión de estos entes con respecto al desarrollo económico y social, las que además de una ense-ñanza de la investigación (Etzkowitz et al., 2000; Etzkowitz, 2003) se propone el surgimiento de las uni-versidades empresariales, como resultado de dos revoluciones académicas. La primera se desarro-lla a finales del siglo XIX, haciendo de la investigación en la universidad, una función adicional, además de la tarea tradicional de la enseñanza. Una segunda, logra una transforma-ción de la enseñanza, a partir de la investigación y el desarrollo econó-mico empresarial. miento del fenómeno de transfe-rencia tecnológica. La segunda razón, se refiere al papel de la uni-versidad en los Sistemas Nacionales de Innovación, transformando a la tercera misión de estos entes con respecto al desarrollo económico y social, las que además de una ense-ñanza de la investigación (Etzkowitz et al., 2000; Etzkowitz, 2003) se propone el surgimiento de las uni-versidades empresariales, como resultado de dos revoluciones académicas. La primera se desarro-lla a finales del siglo XIX, haciendo de la investigación en la universidad, una función adicional, además de la tarea tradicional de la enseñanza. Una segunda, logra una transforma-ción de la enseñanza, a partir de la investigación y el desarrollo econó-mico empresarial. miento del fenómeno de transfe-rencia tecnológica. La segunda razón, se refiere al papel de la uni-versidad en los Sistemas Nacionales de Innovación, transformando a la tercera misión de estos entes con respecto al desarrollo económico y social, las que además de una ense-ñanza de la investigación (Etzkowitz et al., 2000; Etzkowitz, 2003) se propone el surgimiento de las uni-versidades empresariales, como resultado de dos revoluciones académicas. La primera se desarro-lla a finales del siglo XIX, haciendo de la investigación en la universidad, una función adicional, además de la tarea tradicional de la enseñanza. Una segunda, logra una transforma-ción de la enseñanza, a partir de la investigación y el desarrollo econó-mico empresarial.
2. Kirby, 2006; Powers y McDouglas, 2005; Bains, 2005.
3. Louis et al., 1989; Klofsten y Jones-Evans, 2000; Laukkanen, 2003.
4. Brennan et al., 2005; Brennan y McGowan, 2006.
Es así como los artículos pu-blicados en las principales revistas especializadas, se enfocan en tres ejes centrales de la investigación:
Varios autores se refieren al enfoque de universidad emprende-dora como la que estudia el proceso de emprendimiento en dos direccio-nes, tanto internamente, como aque-llas actividades que se desarrollan de cara a la sociedad. En el campo interno, se estudian las acciones que la universidad ejecuta con sus estu-diantes y sus docentes, las que pue-den conducir no sólo a la creación de las nuevas empresas, y otras formas de organización; sino que también las actividades de transfe-rencia tecnológica que incluyen, desde la comercialización hasta la relación Universidad-Gobierno-Industria.2
En lo que se refiere al enfoque del Espíritu Emprendedor Académi-co, se hace notar que entra en con-flicto con la visión tradicional de la universidad,3 y por tanto, se produce desde las afueras de la universidad; se centra en la creación de las nue-vas empresas, a partir de los aportes que desde la propiedad intelectual, como fuente del conocimiento, se puedan realizar.
El tercer enfoque por su parte, da un mayor énfasis a la transferen-cia tecnológica desde las universi-dades a las industrias,4 y la necesi-dad de desarrollar más rápidamente los vínculos entre la ciencia y la tec-nología. La utilización de esta línea de investigación ha sido causada, entre otros, por el rápido ritmo de cambio de la tecnología y los ciclos de vida de los productos, los que se están acortando. Este esfuerzo ha generado sinergias para la creación de parques tecnológicos, oficinas de enlace con la industria, incubadoras de empresas y otros bienes y servi-cios que podrían generar, potencial-mente, ingresos para la universidad. Los conocimientos forjados de este tipo de experiencias, pueden tener efectos secundarios a las empresas locales, por su impulso y desarrollo, y la creación de nuevos empleos e industria.
La investigación y el interés por determinar un nivel universitario del emprendedurismo, definitivamen-te hace crecer de cara hacia el futu-ro, debido a una serie de factores, entre los principales se mencionan en la literatura:
La cultura en las universida-des está cambiando hacia una ma-yor aceptación y una actitud más positiva hacia el desarrollo del espíri-tu emprendedor en las facultades y departamentos. De hecho, reciente-mente ha habido un mayor énfasis en el espíritu emprendedor como estrategia de la universidad, espe-cialmente en el fomento de la in-vestigación y la comercialización de la tecnología, y las invenciones desarrolladas por sus estudiantes y/o sus profesores.
Así, como cada uno de ellos concibe una determinada forma de generar investigación, también da una serie de pautas de cómo conce-bir el papel de la universidad en el desarrollo del espíritu emprendedor. Dependiendo del enfoque, así será la orientación del movimiento que en el desarrollo de las investigaciones se genere en la universidad, así también será la dirección que tomará el impulso para el desarrollo del espíritu emprendedor.
En la Sociedad del Conoci-miento y como resultado del proceso de investigación, las universidades pueden asumir una determinada postura, y con ello pretender ser parte del engranaje que contribuya al desarrollo económico de las nacio-nes. Con el aporte de las investiga-ciones que realiza la universidad, se pretende contribuir como generadora y difusora del conocimiento; emisión que va más allá de la compleja tarea de formación, y tiene que reflejarse en avances científicos y tecnológicos eficazmente transmitidos al sistema productivo. Las universidades en algunos de los casos juegan un nue-vo papel, contribuyendo no sólo con la investigación para que se puedan dar las condiciones para la genera-ción de nuevas empresas, sino como promotora de su gestación dentro de su seno, tanto de sus estudiantes como de sus docentes. promotora de su gestación dentro de su seno, tanto de sus estudiantes como de sus docentes. promotora de su gestación dentro de su seno, tanto de sus estudiantes como de sus docentes.
5. Cever y de la Torre, 2004. Rusque, 2004.
6. Castro et al, 2001; Bosma et al., 2008.
En consecuencia, dentro del ámbito universitario, una gran canti-dad de facultades han implementado programas para el fomento del espí-ritu emprendedor, y la creación de empresas en la comunidad universi-taria, especialmente en el estamento estudiantil. Estos bocetos varían de acuerdo con el modelo a emplear, ya sea inclusión de asignaturas relacio-nadas con la creación de empresas, dentro del marco de la oferta académica,5 la institucionalización de oficinas de apoyo y asesoría a la creación de empresas, e incluso, el establecimiento de fundaciones para la cofinanciación de los proyectos productivos, como es el caso de las spin-off académicas (Leiva, 2004).
Producto de estos programas, dentro de las aulas universitarias se genera una gran gama de iniciativas para la creación de nuevas empre-sas de diferente naturaleza y en diferentes sectores económicos, desde las Organizaciones No Gu-bernamentales, ONG, hasta empre-sas de alta tecnología. La mayoría de estas iniciativas corresponden a pequeñas y medianas empresas.
Uno de los principales obstáculos a los que se enfrentan los nuevos empresarios es la consecu-ción de fuentes de financiación, de-bido a la baja o casi inexistencia de
capital de riesgo en países en vía de desarrollo.6 Lo anterior ha hecho que desde las universidades se bus-quen otras alternativas que faciliten el nacimiento de estas empresas. Dada esta circunstancia es que de-ben buscarse opciones que puedan ayudar al desarrollo de estas em-presas desde la fase de gestación, procurando minimizar la mortalidad de ellas.
Las posturas que asuman las universidades para abordar el desa-rrollo del espíritu emprendedor estará de acuerdo con sus expe-riencias. El aprendizaje generado por las investigaciones realizadas, muestran los caminos que asumen las universidades.
Los centros de estudio que abordan el tema bajo el esquema del espíritu emprendedor académico, asumen una postura desde el abor-daje académico del tema. En este caso, la atención se centra en la implementación de uno o dos cur-sos, en los que se pueda abordar la temática. El plan de estudio incluye contenidos tales como:
Los esfuerzos que se realizan bajo esta concepción están orienta-dos a las acciones que se dan dentro de los salones de clase, para que los estudiantes puedan contar con herramientas y hacer frente al esfuerzo de la creación de empre-sas, (Rusque, 2004). Pero, la moti-vación y el esfuerzo necesario para la creación de estas empresas que-da por parte del estudiante, dado que “como universidad, más de allí no se puede hacer”, y este es un argumento que se utiliza por muchas universidades.
En el caso de la universidad emprendedora, como parte de su investigación, reconoce que el es-fuerzo necesario para impulsar la creación de empresas no sólo se cumple con la incorporación de con-tenidos para dotar al estudiante en esta labor. Por el contrario, se re-quiere de una serie de actuaciones adicionales para lograr resultados. Los esfuerzos que se realizan en algunos casos, incluyen a las comu-nidades o los sectores que están en contacto con la universidad, y ésta es parte de la misión de trasladar los conocimientos del centro de estudio a la sociedad (Subotzky, 1999).
Algunas acciones que se emprenden adicionales a la incor-poración de los cursos, están las actividades:
En este caso como en los an-teriores, los cursos dirigidos a los estudiantes serán uno de los ele-mentos iniciales con los que se pue-de dar un primer paso de motiva-ción para que retomen sus ideas, y a partir de ellas, generar una empresa.
Las acciones que llevan a ca-bo las universidades para respaldar este proceso, implican un flujo de recursos para su desarrollo. Accio-nes tales como, feria de promoción de ideas de los emprendedores o concursos, pueden considerarse como un primer paso. La capacita-ción a los emprendedores será una actividad permanente para este tipo de universidades, pero de igual for-ma, los parques tecnológicos, y las incubadoras de empresas, estarán dentro de las aplicaciones con las que se comprometen para el desa-rrollo de nuevos emprendimientos (Kirby, 2006).
Los modelos expuestos en este apartado puede que no se desarrollen estrictamente tal y como se han descrito, pero cada uno de ellos tiene características que nos pueden ayudar a comprender el desarrollo que se da en las universi-dades con relación al tema del espí-ritu emprendedor. Es claro, que de acuerdo con la experiencia, los re-cursos y la misma investigación que realiza la universidad, se facilita la combinación de estos aspectos.
El caso del ITCR es un proce-so que no se puede ubicar exacta-mente en uno de los modelos; su comportamiento de desarrollo es atípico, pero no por ello contrario a lo que podemos encontrar en América Latina. Si bien su inicio pareciera el de una universidad ubicada en el proceso de transferencia tecnoló-gica, esto se refiere sobre todo a su origen y misión. La universidad como un centro de estudio tecnoló-gico, nació con la finalidad de gene-rar procesos que pudieran integrarse a la industria del país. Los primeros pasos en el campo del espíritu em-prendedor no se dieron precisamen-te en el ámbito de la investigación, por el contrario, se inició directamen-te con un trámite de incubación de empresas.
En 1994, se inicia el procedi-miento con la apertura del Centro de Incubación de Empresas, CIETEC, como un centro para la generación de empresas de base tecnológica. Los emprendedores que podían hacer uso del Centro podían provenir del ITCR, ya fueran egresados o estudiantes, incluso funcionarios, tanto administrativos como docentes. De igual forma, estaba abierto para que no profesionales o empresarios pudieran hacer uso de las instalacio-nes y servicios del Centro. Entre los servicios que brinda el CIETEC están la incubación dentro o fuera del Centro, capacitación a empren-dedores y a empresas, asesorías y consultorías.
La capacitación dentro del Centro, incluye que las empresas incubadas comparten ciertas funcio-nes, con el propósito de minimizar los costos y no poner en riesgo el nacimiento de la empresa. Servicios como secretariado, instalaciones, servicio eléctrico y telefónico, entre otros, son puestos a disposición de los emprendedores, ya sea a costos muy bajos o asumidos por la univer-sidad. La intención con la incubación dentro del Centro es recrear un es-pacio físico protegido para la nueva empresa que se esté creando. Du-rante este proceso de formación, los emprendedores son guiados por expertos de la universidad y empre-sarios, con el propósito de llevar a cabo la diligencia en forma exitosa. Pasado cierto tiempo, que se deter-mina de acuerdo con los indicadores financieros, y de mercadeo de la empresa, se puede tomar la deter-minación de "graduar" a la empresa, y por lo tanto, se inicia su proceso para salir del CIETEC.
Por el contrario, las empresas incubadas fuera del Centro, llevan un proceso diferente que implica la reunión cada cierto tiempo, del em-prendedor o emprendedores con diferentes expertos, para ir evaluan-do y dar seguimiento a la empresa. De esta forma se establece un pro-grama en el que se le dará segui-miento a la empresa y capacitación a los emprendedores. Algunas funcio-nes, de secretariado o incluso de instalaciones pueden ser facilitadas para el desarrollo de esta nueva empresa, al igual que si se tratara de una empresa de incubación dentro de las instalaciones del Centro. Después de un tiempo, y si sus indi-cadores dan evidencia de que puede subsistir sin la ayuda del CIETEC, se procede a "graduar" a la empresa.
Otra de las acciones que el ITCR ha desplegado dentro del pro-ceso de desarrollo del espíritu em-prendedor, es el referente al curso de "desarrollo emprendedor". Está orientado a que los estudiantes de último año exploren su creatividad, y consideren algunos de los proyectos desarrollados a lo largo de sus estu-dios para ser retomados como nuevo proyecto, con la finalidad de que se transforme en un producto innovador que pueda ser el inicio de una nueva empresa. En este curso se brinda a los estudiantes la motivación para fomentar la creatividad, y se dan las herramientas necesarias para poder elaborar un plan de negocios, con el que puedan determinar la viabilidad de la nueva empresa.
Junto al curso, se ha desarro-llado una actividad denominada Fe-ria de Ideas de Negocios, en la que los estudiantes de los grupos de esta asignatura muestran durante dos días, sus ideas, tanto a la comunidad universitaria como a la nacional, quienes juzgarán los productos que se ofrezcan. En forma anónima un panel de jueces evaluará las diferen-tes propuestas realizadas por los estudiantes, y se obtendrán las me-jores ideas para ser desarrolladas en el CIETEC. Normalmente, esta acti-vidad se realiza al finalizar el primer semestre del año lectivo.
Así como se tiene la Feria de Ideas de Negocios, en la que partici-pan estudiantes de la universidad, también se cuenta con un proyecto destinado a emprendedores a nivel nacional; esta actividad se llama Concurso Nacional de Emprendedo-res, y es un proyecto mediante el cual emprendedores de todo el país pueden poner a prueba sus ideas para comenzar una nueva empresa. Inicia con un proceso de capacita-ción a los emprendedores o futuros empresarios, mediante el cual desa-rrollarán sus habilidades elaborando un plan de negocios que muestre la viabilidad y el compromiso que tie-nen con su proyecto. Aquellos que concluyan con éxito el proceso de capacitación, expondrán ante una comisión su proyecto, un prototipo de su producto y su plan de nego-cios. El jurado está integrado por empresarios y académicos quienes evaluarán los diferentes proyectos, y decidirán quienes serán los gana-dores, los que iniciarán el proceso de incubación dentro del CIETEC.
Grandes investigaciones en torno al tema de desarrollo del espí-ritu emprendedor nacen posteriores a las tres actividades que se han descrito anteriormente. Actualmente, se realizan estudios que se publican en diferentes revistas, tanto naciona-les como internacionales, así como se dan a conocer a través de con-gresos locales y mundiales. De igual forma, varios de los investigadores del ITCR forman parte de redes de investigadores a nivel nacional y de Iberoamérica. Con lo que se procura que las investigaciones que se hacen en el campo del espíritu em-prendedor puedan, no sólo ser de ayuda a nuestros emprendedores, si no verse fortalecida por el intercam-bio de opiniones y estudios con in-vestigadores de otros centros uni-versitarios y de otros países.
El seguimiento a las investiga-ciones no determina el camino que va a continuar una universidad para poder emprender su proyecto de desarrollo del espíritu emprendedor. Son las mismas búsquedas las que pueden indicar cuáles pueden ser las principales acciones por seguir. Una universidad enmarcada dentro del modelo clásico como tal, y que quiera desarrollar un proyecto en esta temática, se mantendrá dentro de lo que considera más apropiado dentro del modelo académico para desarrollar el proyecto. En este caso, el desarrollo de un curso de corte magistral o taller, podría ser uno de los elementos que implemente, y con ello apelará a la creatividad de los estudiantes para que por iniciativa propia, con las herramientas necesa-rias, puedan desarrollar su propia empresa.
Por el contrario, una universi-dad que apele a su propio empren-dimiento, a desarrollar emprendedo-res internos, que busquen generar sinergias y hacer florecer los proyec-tos dentro de la universidad, impul-sará una serie de actividades en las que intente que sus propios estu-diantes y funcionarios puedan gene-rar pequeñas empresas, y colabo-rará en el nacimiento de las mismas. Será un proceso más dinámico, con una universidad comprometida para el crecimiento de los emprendedores y de sus empresas.
Aquellas universidades que tienen un corte más social, podrán tomar sus innovaciones para llevar-las al mundo empresarial, desarro-llarán dinámicas que no sólo serán para proyectos al interior del centro de estudio, sino para poder acrecen-tar la región o inclusive comprome-terse con el desarrollo nacional. Cur-sos, parques tecnológicos, centros de incubación de empresas, capaci-tación, y otras actividades son las que se pueden encontrar en este conglomerado de universidades, donde el foco de las mismas siempre es el emprendedor.
No por ello podemos decir, que por su actividad de investigación una universidad tenderá a seguir un modelo determinado; por el contra-rio, dependiendo de su desarrollo, de su misión y de lo que concibe como investigación y extensión, puede ir complementando y generando su propio modelo para entender su particular proceso. Asimismo, una universidad puede ubicarse en un solo modelo o bien, sus diferentes escuelas y departamentos pueden crear sus propios tratamientos de desarrollo del espíritu emprendedor.
Este proceso en América Lati-na apenas inicia, por lo que falta mucho por caminar, pero lo impor-tante es saber que no tenemos que marchar solos, sino saber que los mejores procesos de emprendimien-to son aquellos generados en cola-boración, ya sea de universidades, gobiernos locales, empresarios y Gobierno Central. En este sentido, el mejor ejemplo de ellos puede ser en el emprendimiento desarrollado en Medellín, donde universidades públi-cas y privadas, empresarios, gobier-no local y nacional, se unieron para generar y ayudar a las pequeñas y medianas empresas.
No queda más que decir que el presente trabajo, es sólo un aporte de lo que en Centroamérica podría-mos empezar a impulsar: un trabajo conjunto en el que se puedan com-partir las acciones que se estén desarrollando, frutos de los diversos procesos emprendidos por varios sectores, de manera que la investi-gación generada, la capacitación y sobre todo la motivación, nos ayu-den a entender y comprender el proceso mediante el cual cada re-gión puede llegar a desarrollar el espíritu emprendedor.
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Reforma y modernización
del Estado en Costa Rica 1982-2004:
Antecedentes, desarrollo
Justo Aguilar** y perspectivas*
REALIZA UNA EVALUACIÓN DEL PROCESO DE REFORMA DEL ESTADO Y LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA COSTARRICENSE DURANTE EL PERÍODO COMPRENDIDO ENTRE 1982-2004, TANTO A NIVEL DE DISEÑO COMO DE IMPLEMENTACIÓN, IDENTIFICANDO LOS DIFERENTES MOMENTOS DE SU DESARROLLO.
PALABRAS CLAVES: REFORMA DEL ESTADO / COSTA RICA / PROGRAMA DE AJUSTE ESTRUCTURAL
La modernización del Estado
en el marco de la estrategia
del ajuste estructural
y de promoción
de las exportaciones
* Conferencia presentada en el Programa de Pasantías “Tendencias Modernas de la Administración Pública”, celebrado en San José, Costa Rica, del 25 al 29 de abril del 2005 y organizado por el Insti-tuto Centroamericano de Administra-ción Pública, ICAP.
** Director del Instituto de Investigacio-nes en Ciencias Económicas y Profe-sor de la Escuela de Economía de la Universidad de Costa Rica. Es gradua-
La estrategia del ajuste estruc-tural fue promovida por los organis-mos financieros internacionales en particular por el Banco Mundial, BM, y el Fondo Monetario Internacional, FMI, en los países de la región a mediados de los ochentas. Esta
estrategia tenía el propósito de orientar la reestructuración de estas economías para el logro de condi-ciones de crecimiento y de aumentar su capacidad de pagos externos. Bajo este enfoque, los gobiernos adoptaron políticas de desgravación arancelaria, de desregulación de sus mercados internos, de moderni-zación e internacionalización de sus sistemas financieros y de flexibi-lización de los mercados laborales; políticas que se complementaron con la promoción de incentivos de exportación. Además se impulsó un proceso de reforma del Estado para
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do de la Universidad de Connecticut y especialista en las áreas de Finanzas Públicas y Regulación Económica.
Recibido: 4 de diciembre del 2007.
Aceptado: 9 de setiembre del 2008.
adecuarlo a los nuevos requerimien-tos de la internacionalización de sus economías.
1. Para mayor detalle ver el trabajo “Las Políticas de Reforma en Centroamérica y la Nueva Economía Regional” de J. Aguilar y M. Elizondo. Conferencia presentada en el Seminario “El Ajuste Estructural en Centro-américa durante los Noventas” organizado por el Instituto de Investigaciones Económi-cas en el Auditorio de la Ciudad de Investi-gación de la Universidad de Costa Rica en octubre del 2004.
Panamá en 1983 y Costa Rica y Honduras en 1985, fueron los paí-ses líderes de la Región que formali-zaron el ajuste estructural por medio de aprobaciones legislativas y políti-cas públicas. Un segundo grupo de países, Guatemala, El Salvador y Nicaragua entraron en forma tardía al ajuste estructural y de inserción de sus economías en los mercados mundiales. La presencia de conflic-tos militares en estos países (Nica-ragua, 1979; El Salvador, 1982; y Guatemala, 1982) distrajo su aten-ción de la solución de los problemas económicos de sus poblaciones, y ello limitó su capacidad para en-frentar los ajustes requeridos por sus economías en el nuevo entorno de la economía mundial. Debido a ello, el ajuste estructural fue acom-pañado en forma explícita de políti-cas redistributivas.
Costa Rica implementó dos préstamos de ajuste estructural: PAE I y PAE II con el BM en 1985 y 1989, y todavía ejecutó un tercer programa de ajuste estructural a partir de 1995
el que fue financiado con recursos propios, los que fueron apoyados con donaciones de la Agencia Inter-nacional para el Desarrollo, AID, del gobierno norteamericano, y que tu-vieron incidencia directa en refor-mas de tipo institucional. Debe se-ñalarse que para efectos prácticos, las políticas de ajuste estructural adoptadas desde 1985, complemen-taron las políticas de estabilización macroeconómica, apoyadas por el FMI, razón por la cual los resultados observados en el comportamiento de la economía son atribuibles a ambos tipos de políticas.1
La estrategia fue ejecutada por el gobierno costarricense me-diante las siguientes políticas:
2. El proceso de reforma estatal se ejecutó bajo las siguientes modalidades: Plan de Reforma del Estado en Costa Rica (1990) a cargo del Ministerio de Reforma del Estado en su fase inicial y del Ministerio de Planifi-cación Nacional y Política Económica en su fase posterior. Programa de Modernización del Estado en Honduras (1990) bajo la res-ponsabilidad de la Comisión Presidencial de Modernización del Estado de Honduras. Programa de Modernización del Sector Público en El Salvador (1992) ejecutado por el Ministerio de Planificación y Coordi-nación del Desarrollo Económico y Social. Acuerdo Gubernativo N° 151-86 para la Reorganización y Reformas Administrativas del Gobierno de la República, en Guatema-la (1986) bajo la responsabilidad de la Vi-cepresidencia de la República. Programa de Reforma y Modernización del Sector Público en Nicaragua (1994) bajo la coordi-nación del Comité Ejecutivo para la Refor-ma de la Administración Pública, CERAP, y responsabilidad del Ministerio de la Presidencia.
3. Aguilar, J; C. M. Echeverría; W. Jiménez; J. Meoño; M. Murillo; R. Solano; C. Vargas y J. M. Villasuso. Reforma del Estado en Costa Rica. San José: EDICOSTA, 1990.
En Costa Rica, la moderniza-ción del sector estatal fue formaliza-da al extremo de crearse una Comi-sión Consultiva para la Reforma del Estado Costarricense, COREC, con representación bipartidista que for-muló el Plan de Reforma del Estado, el que fue ejecutado por un Ministe-rio de Reforma del Estado creado para ese mismo propósito.3 Sin em-bargo, cuando el plan perdió dina-mismo, el Ministerio de Reforma del
Estado fue eliminado y el Ministerio de Planificación Nacional y Política Económica, MIDEPLAN, asumió las responsabilidades de su ejecución, como parte de sus responsabilida-des en la negociación del tercer pro-grama de ajuste estructural con el BM.
La Reforma del Estado
durante el período 1988-1996
La propuesta de Reforma del Estado de la COREC, fue asumida por la Administración Calderón Fournier (1990-1994) y continuada por la Administración Figueres Olsen de manera formal durante 1995 y 1996, hasta su cierre formal a me-diados de 1996.
Los problemas relevantes
del Estado y la administración
pública
La propuesta de Reforma del Estado de la COREC (1990) consi-deró los siguientes problemas:
Ello se constituyó en un cuello de botella para la profundiza-ción de reformas democráticas en el sistema político, e impo-sibilitó reformas del control ciudadano sobre la gestión pública.
La propuesta de Reforma
del Estado (COREC, 1990)
La Reforma del Estado, se gestó a fines de 1988, cuando el Presidente de la República, Dr. Os-car Arias Sánchez, autorizó la crea-ción de la COREC, como mecanis-mo de orientación y coordinación política para emprender la progra-mación de la reforma del Estado costarricense.4 La propuesta de la COREC propuso:
4. El Plan Global de Reforma Administrativa formulado por OFIPLAN en 1976 constituye el antecedente directo del Plan de Reforma del Estado, dado que ambos fueron prepa-rados bajo la coordinación del Ministro de Planificación y algunos miembros de la COREC que participaron en la formulación de ambas propuestas. Ver J. Meoño, en su trabajo “Evolución, Actualidad y Prospec-ciones del Modelo Político Institucional Costarricense”, en proceso de publicación por el IICE/UCR. p. 86.
Implementación de la Reforma
del Estado
La evaluación del Centro Lati-noamericano de Administración para el Desarrollo, CLAD, sobre el avance de la Reforma del Estado a media-dos de 1996,5 permitió lograr una perspectiva de los logros realizados, los que se comentan a continuación:
En relación con la conducción
5. Aguilar, Justo. Estudio de evaluación de la situación y avances de los procesos de modernización y reforma del Estado: El ca-so de Costa Rica (1989-1994). Centro Lati-noamericano de Administración para el De-sarrollo, CLAD. Julio, 1994.
del Programa y su impacto global
El resultado más importante logrado por el Programa, fue el de dimensionar la Reforma del Estado como una de las políticas estratégi-cas y de mayor relevancia de la Ad-ministración Calderón Fournier du-rante el período 1991-1994. No hay duda que el Programa cuestionó con seriedad los roles económicos del Estado en el marco de una econom-ía globalizada; y que impulsó proyec-
tos específicos para limitar el accio-nar del gobierno a funciones que le son propias, incorporando nuevos instrumentos de gestión para la pro-visión de servicios públicos.
Desde un principio fue claro que la Reforma del Estado debía pasar por la Asamblea Legislativa. Las reformas sujetas a la discrecio-nalidad del gobierno eran mínimas y de poca trascendencia; a su vez, las reformas fundamentales debido a su carácter estructural requerían de autorizaciones de la Asamblea Le-gislativa. Desde esta perspectiva se tomó de la experiencia venezolana, el papel que desempeñan ciertas leyes que tienen un poder desenca-denante, al generar una dinámica propia que permitirían lograr un carácter irreversible del proceso de la Reforma del Estado.
Siguiendo este enfoque, el Programa consideró la formulación de un paquete de proyectos de ley en los campos de: a) concesión de la obra pública, b) la democratización económica, c) el empleo público y d) la formulación presupuestaria, por el impacto global que tendrían sobre la estructura y funcionamiento de la administración pública. Sin embar-go, los efectos de estos proyectos de ley no pudieron valorarse en este análisis, en razón de lo tard-ío de la aprobación de los pro-yectos de concesión de obra pública y democratización económica, y de que el proyecto de empleo público no fue aprobado por la Asamblea Legislativa. En relación con la revisión
de los monopolios estatales
y el fortalecimiento
de la organización de mercados
Uno de los logros más impor-tantes de la Reforma del Estado se dio en el campo de la revisión de los monopolios públicos, la privatización de empresas estatales y el fortaleci-miento de la organización de merca-dos. El Programa logró terminar finalmente, un largo proceso iniciado en la Administración Monge Álvarez (1982/1986) para desmantelar la función empresarial del Estado, con el traslado de las últimas empresas estatales (Cementos del Pacífico, S.A., CEMPASA, y Fertilizantes de Centroamérica, S.A., FERTICA), que formaron parte de la Corporación de Desarrollo, S.A., CODESA, al sector privado.
El Programa generó un espa-cio para la discusión sobre la conve-niencia de abrir a la competencia, los monopolios estatales en las indus-trias de la banca, los seguros, la producción de alcohol y gasolina. Los resultados fueron muy parcos en esta área, los que fueron comple-mentados por la reducción de ciertos factores de intervención estatal en el mercado, tales como la desgrava-ción arancelaria, y la reducción de privilegios fiscales (créditos fiscales y eliminación de transferencias gu-bernamentales al sector privado), acciones que tuvieron el efecto de ampliar la competencia de los mer-cados internos.
Se planteó una revisión pro-funda de la función regulatoria del Estado, en lo que se refiere a regu-laciones de las prácticas monopóli-cas en los mercados, los monopolios estatales. Sobre lo primero, se pro-puso el Proyecto de Ley “Promoción de la libre competencia y defensa efectiva del consumidor”, el que tie-ne el propósito de crear la responsa-bilidad del Estado para regular los mercados dominados por prácticas monopólicas, así como las prácticas comerciales que distorsionan la transparencia de los mercados. Este proyecto quedó en trámite ante la Asamblea Legislativa. Además, se planteó la necesidad de fortalecer la Auditoría General de Entes Financie-ros, AGEF, para ampliar su función regulatoria a todo el sistema finan-ciero; la creación de una superinten-dencia en el sector de los seguros; el fortalecimiento de la Bolsa de Valo-res para garantizar el funcionamiento de los entes responsables por las pensiones complementarias; y final-mente, la ampliación de competen-cias del Servicio Nacional de Electri-cidad, SNE, como el ente regulador de las tarifas públicas.
En relación con la reestructuración
institucional de la administración
pública
La evaluación institucional fue una preocupación constante a lo largo del proceso de la Reforma del Estado, posiblemente porque la misma respondía a un mandato de la Ley de Equilibrio Financiero, cuyo cumplimiento había sido ordenado por la Sala Constitucional. A pesar de ello, la reestructuración institucio-nal sólo se ejecutó en forma parcial en cinco sectores: Salud; Vivienda y Asentamientos Humanos; Agrope-cuario, Transportes; y Ciencia y Tecnología de la Administración Pública. El propósito de esta política fue el de plantear propuestas de reforma en dos direcciones: primero, para enfrentar las deficiencias y pro-blemas propios de cada sector; y segundo, para atender problemas comunes de los sectores, que pudie-ran ser de uso generalizado en la administración pública. Las pro-puestas de reforma sectorial fueron del primer tipo, habiéndose omitido las de uso generalizado.
A pesar de esta limitación, los planes de reformas sectoriales plan-tearon un conjunto de reformas jurí-dicas e institucionales que tienen un patrón común en las siguientes áre-as: el fortalecimiento de los ministe-rios rectores en cada sector; la es-pecialización de las instituciones participantes en lo que se refiere al manejo de sus funciones sustanti-vas; la articulación de los mecanis-mos existentes de coordinación sec-torial; y la revisión de mecanismos orientados a incrementar la eficien-cia en la provisión de servicios. Sin embargo, el Programa se quedó corto en lo relativo a plantear las reformas generales de cobertura global para atender estos problemas sectoriales. Las razones que expli-can en parte estos resultados, están referidos a la complejidad de la re-forma y a la resistencia de la buro-cracia para ejecutar los cambios. El Programa no pudo avanzar en la formulación de Proyectos de Ley para reformar las macroleyes que regulan el funcionamiento de la ad-ministración pública, a saber: la Ley de Administración Pública, la Ley de Administración Financiera, el Re-glamento de Contratación Adminis-trativa, y la Ley de la Contraloría General de la República.
En relación con la reforma
de descentralización
y el fortalecimiento municipal
La propuesta de reforma para descentralizar la administración pública y fortalecer el régimen muni-cipal fracasó aparentemente por dos razones: primero, por la falta de condiciones políticas que favorecie-ran los planteamientos propuestos; y segundo, por el alto grado de com-plejidad que conlleva y que plantea-ba la necesidad de formular un programa de reforma de mayor en-vergadura. El Programa formuló una propuesta de descentralización bajo un enfoque técnico-administrativo, omitiendo su verdadera dimensión política, lo que motivó una resisten-cia pasiva de la élite política del país.
En relación con la función pública
Los estudios de la COREC fueron concurrentes en la necesidad de contar con una ley marco de em-pleo público, que permitiera unificar las políticas y los criterios de la ad-ministración de los recursos huma-nos para el Poder Central y las insti-tuciones del sector descentralizado; así como de reestructurar la Direc-ción General de Servicio Civil, DGSC, y de descentralizar la gestión de recursos humanos en las institu-ciones del Estado.
Sobre lo primero, el Programa formuló el Proyecto de Ley del Régimen de Empleo Público como una propuesta apropiada que permi-tiría articular para todas las institu-ciones de la administración pública, las bases administrativas y laborales del empleo público, el que todavía está archivado en la Asamblea Le-gislativa. Segundo, no se planteó la reestructuración de la DGSC, a pe-sar de que en el último decenio se presentaron a la Asamblea Legislati-va, dos proyectos de ley para refor-marla, y de que hay estudios que indican que el proceso de descon-centración realizado por la Dirección en los últimos años, no mejoró la situación de deterioro de su gestión como ente tramitador.
En relación con la reforma
presupuestaria
Se formuló una propuesta para reformar el proceso de la for-mulación presupuestaria y su articu-lación con la planificación del desa-rrollo institucional y la política económica. A pesar de las bonda-des de esta reforma, la misma no tuvo el beneplácito de la Contraloría General de la República, CGR, y la Presidencia de la República no la consideró prioritaria durante su ges-tión de gobierno.
La movilidad laboral
La movilidad laboral como mecanismo para descongestionar la estructura del empleo público no fue aparejada en el nivel institucional, con reajustes organizacionales ni se acompañó inmediatamente de los instrumentos de gestión privada para restaurar su capacidad en la presta-ción de servicios. Ello le restó efec-tividad a la reestructuración institu-cional promovida por el Programa y provocó tensiones innecesarias en-tre sus coordinadores. Esta situa-ción podría tener su aplicación en que la condición de complementa-riedad de estas reformas no fue ob-jeto de una cuidadosa programación, lo que redundó en forma directa en que ciertas metas, como las descri-tas no pudieran alcanzarse.
Avance de las reformas
específicas (1996-2004)
Aún cuando la Reforma del Estado como política pública formal fue abortada prematuramente por la Administración Figueres Olsen en 1996, la inercia del proceso continuó manifestándose en un conjunto de reformas que tenían una prioridad específica, en particular aquellas de contenido económico. Incluso a finales de esta misma Administración de Gobierno se presentó una Pro-puesta de Ley de Planificación Na-cional para reestructurar el sistema de planificación, y crear la Oficina de Planificación como una instancia adscrita al Despacho de la Presiden-cia de la República, la que al 2004 todavía no ha sido aprobada. A continuación se detallan estas reformas.
Reforma de la Administración
Financiera
6. Aguilar, Justo. Estudio de evaluación de la situación y avances de los procesos de modernización y reforma del Estado: El ca-so de Costa Rica (1989-1994). Caracas. Centro Latinoamericano de Administración para el Desarrollo, CLAD. Julio, 1994.
7. Arlina Gómez; William Solís y Maritza Sanabria. Avances Recientes en los Proce-sos de Reforma de la Administración Fi-nanciera Integrada en Costa Rica. En Avances de los Sistemas de Administración Financiera Integrada: Una Perspectiva Comparada. San José: ICAP-DSE, 2001, pp. 424-425.
En el contexto de la reforma del Estado, el Ministerio de Hacienda inició a mediados de los noventas una reforma presupuestaria con el apoyo del BM, la que culminó en 1998, con el desarrollo del Sistema Integrado de la Gestión Financiera, SIGAF, y su implementación a partir del 2003. Los antecedentes se re-montan a la propuesta fallida de reforma presupuestaria de 1992, la que fue diseñada por funcionarios del MIDEPLAN con el apoyo finan-
ciero y técnico del BM.6 En la misma se determinaron los siguientes problemas:7
Con base en ello se optó por un proceso de reforma integral de la administración financiera que permi-tiera lograr los siguientes objetivos: primero, un marco legal actualizado para la gestión financiera; segundo, una estructura organizativa funcional en el Gobierno Central para dar so-porte a la modernización de la ges-tión financiera; y tercero, un sistema financiero integrado para mejorar la eficacia de la acción gubernamental y facilitar su transparencia ante la sociedad civil. Esta reforma fue responsabilidad del MIDEPLAN, institución responsable por el diseño e implementación de la Reforma del Estado. porte a la modernización de la ges-tión financiera; y tercero, un sistema financiero integrado para mejorar la eficacia de la acción gubernamental y facilitar su transparencia ante la sociedad civil. Esta reforma fue responsabilidad del MIDEPLAN, institución responsable por el diseño e implementación de la Reforma del Estado. porte a la modernización de la ges-tión financiera; y tercero, un sistema financiero integrado para mejorar la eficacia de la acción gubernamental y facilitar su transparencia ante la sociedad civil. Esta reforma fue responsabilidad del MIDEPLAN, institución responsable por el diseño e implementación de la Reforma del Estado.
8. Arlina Gómez. Et., Al. Op. Cit., pp. 427-429.
9. Entrevista con el Lic. Carlos Pravia Pichardo. Abril, 2002.
10. Op. Cit.
No fue sino hasta 1996, cuando se gestó el Proyecto de Mo-dernización de la Administración Financiera con el apoyo técnico del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, PNUD, que tenía el propósito de cumplir con los obje-tivos ya mencionados. Se definieron dos orientaciones en este proyecto que fueron determinantes en accio-nes posteriores: la centralización normativa y desconcentración opera-tiva, así como un procesamiento distribuido de la información financie-ra del sistema. Los objetivos especí-ficos del Programa se definieron en relación con las siguientes áreas básicas:8 primero, gestión de proce-sos financieros y de sus recursos humanos; segundo, normativa para poner en marcha un nuevo marco jurídico para la administración finan-ciera del Estado; y tercero, el desa-rrollo del SIGAF, con base en una concepción integrada y metodolog-ías informáticas de avanzada, así como mejoras en los sistemas in-
formáticos complementarios de la administración financiera.
Durante el período 1997-1998 se rediseñó el Sistema de Planillas o Pagos y se contrató a la empresa de consultoría SONDA para el diseño conceptual del sistema de gestión financiera. Sin embargo, la entrega del informe coincidió con el inicio de la Administración Rodríguez Eche-verría (1998-2002), lo que retrasó la implementación del proyecto en razón de que se tomó la decisión de rediseñar la propuesta. Además, se negoció el préstamo BID-1030 para apoyar el subcomponente de “Forta-lecimiento del Sistema de Adminis-tración Financiera”, y complementar los recursos limitados del Ministerio de Hacienda en la ejecución de este proyecto.9
El proyecto se gestó finalmen-te durante la Administración Rodrí-guez Echeverría (1998-2002). Los trabajos consideraron la propuesta técnica preparada por la empresa de consultoría SONDA y que había sido entregada en 1997.10 En el 2002, el proyecto experimentó atrasos en relación con la licitación de la com-pra de equipos de computación (ser-vidores y estaciones de trabajo), situación que fue resuelta en no-viembre del 2002 y su instalación finalizada en febrero del 2003. El desarrollo del sistema culminó en el mes de julio de ese mismo año, y en setiembre se creó un grupo de traba-jo paralelo responsable de la formu-lación de un modelo integrado pre-supuestario para los Poderes del Estado al SIGAF en ambiente Micro-soft (Legislativo, Judicial, Elecciones, Defensoría).
Con la aprobación de la nueva ley de administración presupuesta-ria, se incorporaron los elementos esenciales que facultan la gestión financiera integrada, aún cuando será necesaria una modificación para autorizar la firma electrónica. También operó un grupo de trabajo que integró funcionarios del proyecto de las unidades del Ministerio de Hacienda y la CGR con el propósito de agilizar los pasos procedimenta-les, de lo cual resultó la determina-ción de 112 pasos en materia de contratación. La cobertura del Sis-tema incluyó a diecisiete ministerios y oficinas financieras de los Poderes (Legislativo, Judicial, Elecciones y Defensoría) y 400 usuarios (120 del Ministerio de Hacienda y el resto corresponde a los ministerios y poderes).
Los atrasos experimentados por la licitación del equipo de soporte informático pospuso el arranque del Proyecto SIGAF para los primeros meses del 2003. Ello permitió desarrollar la capacitación del per-sonal que estaría a cargo del siste-ma para los meses de diciembre, enero y febrero del 2003. El cierre del presupuesto correspondiente al 2002 se realizó en el sistema viejo, pero los compromisos de pago y transferencias fueron trasladados al Sistema SIGAF con el propósito de realizar los pagos de proveedores y acreedores durante el 2003.
Reformas al empleo público
Como parte del proceso de la Reforma del Estado ejecutado du-rante la Administración Calderón Fournier (1990-1994) se planteó la necesidad de modificar el Régimen de Servicio Civil, y establecer un marco legal claro y definido de gestión de la función pública para el sector descentralizado. El MIDEPLAN como ente responsable de la Reforma del Estado, formuló el Proyecto “Ley del Régimen de Em-pleo Público” (1993), el que fue di-señado por un grupo de especialis-tas costarricenses con el apoyo de los consultores Dr. Gerard Timsit (consultor francés) y el Dr. Bruce Periman (consultor norteamericano). Sin embargo, el mismo no recibió el respaldo necesario por parte de la Asamblea Legislativa para su apro-bación durante esa Administración de Gobierno. Con posterioridad en 1998, la Asamblea Legislativa puso a discusión este mismo proyecto, pero con modificaciones importantes que resultaron de las discusiones previas del trabajo de sus comisio-nes, aún cuando al 2004 no había sido aprobado.
La Reforma Regulatoria
en las áreas de Fallos
del Mercado y de los Servicios Públicos
El nuevo modelo económico asume que el Estado es responsable por la regulación de fallos del mer-cado para alcanzar los niveles acep-tables de competencia, así como para regular los servicios públicos del tipo monopolios naturales.
Sobre lo primero, la Reforma del Estado propició la creación de una institucionalidad especializada para atender los problemas de orga-nización y funcionamiento de merca-dos que presentan problemas de competencia y de información asimétrica. En este sentido, se se-ñala la creación de los siguientes órganos desconcentrados del Estado en el sector financiero: primero, la Superintendencia General de Enti-dades Financieras, SUGEF, en 1995, con la responsabilidad de re-gular y fiscalizar el funcionamiento del sistema financiero nacional; se-gundo, la Superintendencia General de Valores de 1997, para regular los mercados de valores y protección de los inversionistas; y finalmente, la Superintendencia de Pensiones, SUPEN, para fiscalizar el funciona-miento de las operadoras de pensio-nes complementarias. La SUGEF permitió la apertura del monopolio bancario estatal y la incorporación de la banca privada en el marco de la Ley No. 7558 de noviembre de 1995.11
11. F. Delgado. La Política Monetaria en Costa Rica. 50 Años del Banco Central. San José, BCCR, 2000. p. 387.
Segundo, la Ley No. 7593 del 7 de agosto de 1996 reestructuró la organización y funcionamiento del sector de servicios públicos bajo el marco regulatorio de la Autoridad Reguladora de Servicios Públicos,
ARESEP. La organización institu-cional de regulación del país está formada por los ministerios que go-zan de la rectoría de los sectores económicos y sociales y cuyas polí-ticas orientan el desarrollo de las industrias en que operan los entes prestatarios, así como de la ARESEP, el ente regulador de la totalidad de los servicios públicos que están a cargo de prestatarios públicos y privados en las industrias de telecomunicaciones, energía, agua potable, transportes y servicios municipales.
El proceso regulatorio de los servicios públicos opera bajo los siguientes principios: independencia de su organización institucional, definición legislativa de los servicios definidos como de interés público y de los entes prestatarios de estos servicios, y la fijación tarifaria sobre la base de servicio al costo, com-plementada por subsidios para ga-rantizar el acceso universal de los ciudadanos al disfrute de los servi-cios públicos. Su cobertura incluye al sector de energía eléctrica (gene-ración, transmisión, distribución y comercialización (bajo la rectoría del Ministerio del Ambiente y Energía, MINAE); telecomunicaciones, acue-ductos y agua potable; alcantarillado, recolección, tratamiento y evaluación de aguas negras, residuales y plu-viales; combustibles derivados de hidrocarburos a nivel de distribución y destinados al consumidor final (MINAE); riesgo y avenamiento si es ofrecido por una empresa pública, concesión o permiso (MINAE); transporte público remunerado de personas, excepto el transporte aéreo (MOPT); servicios marítimos y aéreos en los puertos naciona-les (MOPT); transporte de carga por ferrocarril (MOPT); y finalmente la recolección y tratamiento de desechos sólidos e industriales (municipalidades).
Se encuentra bajo discusión en la Asamblea Legislativa un pro-yecto de ley para reestructurar al Instituto Costarricense de Electrici-dad, ICE, y la apertura de los servi-cios de telecomunicaciones y de seguros. Atendiendo una resolución de ARESEP, los prestatarios de agua potable y alcantarillado están estudiando una redefinición de los sistemas de subsidios para focalizar-los hacia los usuarios pobres de estos servicios.
La reforma de descentralización
y fortalecimiento municipal
En concordancia con los plan-teamientos de la Comisión Consulti-va para la Reforma del Estado, la Administración Calderón Fournier planteó la descentralización de ser-vicios públicos a las municipalidades como un componente del Programa de Reforma del Estado. Se planteó un diseño de reformas en lo económico, que permitieran acom-pañar la transferencia de servicios con un incremento de los ingresos de las municipalices por medio de cambios en los instrumentos y me-canismos de financiamiento local. En lo político, planteó la incorpora-ción de reformas estratégicas, como las siguientes: elecciones municipa-les independientes de las elecciones del Presidente y los Diputados; elec-ción de un Alcalde como la cabeza del Municipio, en sustitución del Eje-cutivo Municipal quien actualmente ejerce la administración del Ayunta-miento bajo designación del Concejo Municipal; elección de los Regidores en forma individual en sustitución del método actual de papeleta colectiva.
Esta propuesta de reforma fracasó debido a que las condi-ciones políticas no favorecieron los planteamientos propuestos por el MIDEPLAN dado que nunca estuvo en la agenda presidencial, y de que el alto grado de complejidad de la reforma requería de un planteamien-to político de mayor envergadura que el propuesto. En el ocaso de la Administración Calderón Fournier (1993) y con ocasión del VII Congre-so Nacional de Gobiernos Locales se constituyó la Comisión Bipartidis-ta PLN/PUSC, la que integró a re-presentantes de los dos partidos políticos mayoritarios del país, con el propósito de articular una estrategia de acción política que impulsara la descentralización y la autonomía municipal en el seno de la Asamblea Legislativa, y paliar de esa forma los pobres resultados logrados en este campo. El esfuerzo fue positivo en el sentido de que se logró el consen-so entre ambos partidos para impul-sar las siguientes reformas: primero, el Proyecto de Ley para la elec-ción directa del Ejecutivo Munici-pal; segundo, el Proyecto de Ley para celebrar las elecciones de los regidores a mediados del período presidencial; y tercero, el Proyecto de Ley para trasladar la administra-ción del Impuesto Territorial a las municipalidades.
El primer año de la gestión de Gobierno Figueres Olsen se caracte-rizó por problemas serios de gober-nabilidad reflejados en conflictos con los representantes del partido oposi-tor en la Asamblea Legislativa, y una lentitud de la maquinaria estatal para desarrollar la labor propia de gobier-no. Esta situación retrasó la ejecu-ción del Programa de Reforma del Estado, con la excepción del pro-grama de movilidad laboral y la des-centralización fiscal municipal. El Programa de Reforma del Estado fue trasladado de MIDEPLAN a la Casa Presidencial en abril de 1995 y el mismo empezó a ejecutarse una vez que se suscribió el Pacto Figue-res-Calderón en junio de ese mismo año. El Programa desarrolló un am-plio programa de reestructuración institucional con efectos directos en el Instituto de Fomento y Asesoría Municipal, IFAM, así como un re-planteamiento de las reformas políti-cas municipales.
La reforma tributaria munici-pal fue aprobada por medio de la Ley sobre Bienes Inmuebles No. 7509 de 1995. Esta ley sustituyó la gestión del Impuesto Territorial en el Ministerio de Hacienda por el Im-puesto Inmobiliario que sería admi-nistrado directamente por las muni-cipalidades. Esta reforma consolidó el modelo de financiamiento munici-pal basado en impuestos y tasas gestionadas directamente por los gobiernos municipales, aún cuando sus recaudaciones todavía son relativamente bajas al comparárse-les con los ingresos del gobierno nacional.
El nuevo Código Municipal fue aprobado el 30 de abril de 1998, e incorporó cinco elementos sustanti-vos que permitirían mejorar la orga-nización y funcionamiento de las municipalidades, a saber:
La Asamblea Legislativa aprobó la Ley No. 7755 “Control de las Partidas Específicas con cargo al Presupuesto Nacional” el 16 de fe-brero de 1999, con el propósito de regular la asignación y uso de las Partidas Específicas de las munici-palidades, asociaciones de desarro-llo comunal y otras instancias de interés social que perciben este tipo de recursos del Presupuesto Nacio-nal. Bajo esta ley, las transferencias del Presupuesto Nacional adquirie-ron un uso específico para financiar proyectos de inversión lo-cal/comunitario. El monto global del fondo presupuestario destinado a financiar las partidas específicas es determinado por el MIDEPLAN, y se distribuye proporcionalmente a cada municipalidad con base en criterios de población (25%), extensión terri-torial (25%) y condición de pobreza (50%).
La población cantonal es de-terminada por la Dirección Nacional de Estadística y Censos, la exten-sión geográfica a su vez es certifica-da por el Instituto Geográfico de Costa Rica, mientras que los cálcu-los de un índice de pobreza a nivel de los distritos del país es responsa-bilidad de MIDEPLAN.
Finalmente, y como resultado del I Congreso Nacional de Descen-tralización y Poder Local (31 de agosto del 2000), con participación de representantes de los ochenta y un municipios y las Asociaciones de Desarrollo Comunal, se le planteó a la Asamblea Legislativa y a la Presi-dencia de la República poner en discusión la reforma al Artículo 170 de la Constitución, con la finalidad de trasladar el 10% de los ingresos del Presupuesto Ordinario de la Re-pública a las municipalidades. Esta solicitud fue exitosa, pues el proyec-to de ley correspondiente, presenta-da originalmente por el diputado Oscar Arias en la gestión legislativa 1978-1982, fue aprobado el 5 de setiembre del 2000, aún cuando por modificaciones sugeridas por la Sala Constitucional, su aprobación defini-tiva debió esperar hasta el 25 de octubre del 2000. Esta reforma no se ha llevado a la práctica pues re-quiere de la aprobación legislativa de una ley que permita operacionalizar la distribución de esos recursos con la transferencia de servicios especí-ficos, actualmente bajo gestión de los ministerios gubernamentales.
La Reforma del Estado
de la Administración Rodríguez
Echeverría
La Reforma del Estado tomó un nuevo aire a fines de 1999 cuan-do el Banco Interamericano de De-sarrollo, BID, autorizó un crédito por $12,5 millones para profundizar el proceso de reforma iniciado en 1990 por la Administración Calderón Fournier, y estuvo bajo la responsa-bilidad de la Segunda Vicepresiden-cia de la República. Se revisó el diagnóstico de funcionamiento del Estado y de los logros del proceso anterior. La propuesta aparente-mente fue responsabilidad de dos grupos diferentes de expertos, y el planteamiento final desarrolló pro-yectos de ley que fortalecían el régimen presidencialista vigente, en demérito de la descentralización del aparato institucional del Estado y de mecanismos efectivos de participa-ción de la sociedad civil.12 Esta fase estuvo bajo la responsabilidad de la Segunda Vicepresidencia de la Republica, y se centró en el diseño de una ley marco de la administra-ción pública.
12. Ver el trabajo de J. Meoño. “Evolución, Actualidad y Prospecciones del Modelo Político Institucional Costarricense”. Ciu-dad Universitaria Rodrigo Facio: Instituto de Investigaciones Económicas, Univer-sidad de Costa Rica, 2004. En proceso de publicación. p. 106.
13. Op. Cit., p. 106.
Como proceso político para reestructurar el Estado y acomodarlo a una nueva realidad de la economía globalizada, se planteó de nuevo en 1999.
La Reforma del Estado pro-puesta por la Administración Rodrí-guez Echeverría, y que fuera anali-zada por el MSc. Carlos Serrano, con referencia al Proyecto de Re-forma de la Ley de Administración Pública, el Proyecto de Ley de Administración Financiera y Presu-puestos Públicos y la contratación administrativa.
En relación con el Proyecto de Reforma a la Ley de Administración Pública, el que no ha sido aprobado
por la Asamblea Legislativa, plan-tea tres objeciones importantes: primero, centraliza el modelo políti-co/administrativo del Estado conlle-vando a un fortalecimiento del Poder Ejecutivo y de la Presidencia de la República y del Poder Ejecutivo; segundo, no responde a los cuestio-namientos del ejercicio político y deterioro en la gestión pública en los campos de la moral y la ética, aún cuando si plantea un capítulo satis-factorio de principios generales; y finalmente, incorpora vicios de in-constitucionalidad en el área de las instituciones autónomas.
En lo que se refiere al Proyec-to de Ley de Administración Finan-ciera y Presupuestos Públicos, se plantean los siguientes argumentos: primero, constituye un avance impor-tante en la modernización de la ad-ministración financiera y el manejo del proceso presupuestario; segun-do, facilita una gestión de los recur-sos públicos bajo criterios de eficacia y eficiencia, a la vez que permitiría evaluar el desempeño y las funcio-nes de control, evaluación, supervi-sión y de rendición de cuentas; y tercero, es omisa en proponer avan-ces importantes en el campo de la contratación pública. El Dr. Meoño argumenta que la propuesta pre-sentó un problema fundamental al incumplir “los términos de referencia originales pactados con el BID en cuanto al modelo de Estado a dise-ñar”, así como de haber utilizado “un marco conceptual débil y poco rigu-roso”.13 El proyecto central de la reforma consideró una ley marco de la administración pública, la que fue adversada y al 2004 no ha sido aprobada por la Asamblea Legislativa.
Finalmente, menciona que esta propuesta de reforma del Esta-do no incorporó una reforma a la normativa de contratación adminis-trativa, aún cuando ello es un factor estratégico de la acción pública. Argumenta que el proceso de formu-lación e implementación de la con-tratación administrativa carece en la práctica de una visión sistémica que le dé integración y facilite la unidad organizacional. Esto hace que cada institución tenga sus mecanismos o modalidades de contratación muy particulares, perdiéndose la co-herencia y la unidad que debe tener la gestión pública.
Comentarios finales
Una evaluación del proceso de “Reforma del Estado y la Administra-ción Pública Costarricense” durante el período 1982-2004 muestra el alto grado de dificultad, tanto en su dise-ño como en su implementación. Sobre lo primero, ese problema se dio en razón de que el país estaba experimentando al mismo tiempo una profunda reforma estructural de su organización económica. Segun-do, su ejecución requirió estar en la agenda del Presidente de la Re-pública y de acuerdos entre el Poder Ejecutivo y la Asamblea Legislativa para la aprobación de los proyectos de ley; determinándose que ante la falta de acuerdos entre estas instan-cias de gobierno, algunas de las reformas no pudieran ejecutarse y en otros casos todavía están a la espera de su discusión legislativa.
El proceso de la reforma del Estado tuvo dos momentos estraté-gicos: su diseño integral por parte de la COREC en el bienio 1989/1990, y su implementación en los años que van de 1990 a 1996; y la propuesta de reforma presentada por la Se-gunda Vicepresidencia de la Re-pública en 1999 la que no fue apro-bada. Ese proceso estuvo matizado e influenciado en forma significativa por el desfinanciamiento crónico y sistemático que experimentó el Go-bierno Central como resultado de la desgravación arancelaria promovida por la apertura comercial del ajuste estructural, y de lo limitado de las diferentes reformas tributarias ejecu-tadas por las diferentes administra-ciones. Ello resultó en un déficit fiscal promedio de un 3% del Pro-ducto Interno Bruto, PIB, a lo largo del período 1990-2004, y en un cre-cimiento significativo de la deuda pública que llegó a representar un poco más del 50% del PIB. La crisis fiscal del Gobierno Central limitó la capacidad de gobernabilidad del Poder Ejecutivo y redujo el finan-ciamiento vía transferencias presu-puestarias de las instituciones públi-cas de servicios, lo que se reflejó en un agudo deterioro de las prestacio-nes sociales y servicios públicos a cargo de este nivel centralizado de gobierno.
El especialista del CLAD, Dr. Klisberg, considera que la Reforma del Estado en América Latina de-manda de un proceso innovador alrededor del tema, y de como re-plantear los nuevos desarrollos teó-ricos sobre la administración pública en este proceso. En su visión de este problema, la Reforma del Esta-do se visualiza como una gestión de la complejidad frente al dilema de cómo buscar los balances apropia-dos entre la gestión pública que pro-cura ser eficaz y eficiente en la pres-tación de los servicios públicos, y la participación ciudadana como control social en un régimen de democracia política. Considera que hay un con-junto de ejes fundamentales que deben considerarse en los diseños de un proceso de Reforma del Esta-do: ser parte de una agenda política; integrar reformas en campos nue-vos; facilitar la concertación social y política; tener un enfoque multidisci-plinario; articular la planificación de programas con su presupuestación; valorar los roles propios del Estado, y tener un ámbito territorial que di-mensione lo regional y lo local. Sin embargo, ello requiere de que el Programa de la Reforma del Estado sea posicionado en forma correcta en la realidad histórica por la que atraviesa el país. A continuación se presenta un conjunto de comentarios que evalúan este proceso de refor-ma en relación con los ejes sugeri-dos por Klisberg.
En relación con la agenda
política del gobierno
La decisión del Presidente de la República en un sistema político altamente centralizado como el cos-tarricense es un requisito para la discusión y aprobación de un Pro-grama de Reforma del Estado. De igual manera, la búsqueda de con-sensos en la Asamblea Legislativa para la aprobación de las reformas que requieren de cambios de su normativa. El problema que se pre-sentó en la ejecución de las refor-mas propuestas por la COREC en 1990 tuvo que ver con el horizonte temporal de su formulación, discu-sión y aprobación, lo que trascendió al período de una Administración de Gobierno. Ello se ejemplifica por las reformas de descentralización y for-talecimiento municipal diseñadas en la Administración Calderón Fournier, y ejecutadas parcialmente por la Administración Figueres Olsen (nue-vo Código Municipal y cesión del Impuesto Inmobiliario) y la Adminis-tración Rodríguez Echeverría (Situa-do Constitucional y Ley de Partidas Específicas). Se notó diferencias en los enfoques seguidos por las dife-rentes Administraciones de Gobierno a lo largo del período 1990-2002, lo que motivó discontinuidades de las reformas y cambio en las prioridades asignadas a las diferentes reformas.
En relación con el carácter
integral de la Reforma
del Estado
La Reforma del Estado fue planteada por la COREC como una reforma integral que visualizó refor-mas al sistema político y la adminis-tración pública como parte comple-mentaria de una estrategia de eco-nomía política, para insertar a la economía costarricense en los mer-cados internacionales. Ello explica, la presencia de un conjunto de re-formas de carácter económico en el accionar del Estado costarricense como parte de un proceso integral de Reforma del Estado, que incluyó reformas para el fortalecimiento de la democracia, la reestructuración insti-tucional, reformas jurídicas para el mejoramiento de la administración pública; la reorganización de la ad-ministración pública; y reformas para la gestión financiera del sector públi-co. Aparentemente, a partir de la Administración Figueres Olsen, las reformas económicas del Estado tomaron prioridad en demérito de las reformas políticas y de moderniza-ción de la administración pública.
En relación
con la concertación política
La Reforma del Estado se ini-ció en la Administración Arias Sánchez como un esfuerzo concer-tado de los dos partidos dominantes, Partido Unidad Social Cristiana, PUSC, y Partido Liberación Nacio-nal, PLN, para articular un programa de reformas de largo plazo para adecuar la estructura del Estado a un nuevo ordenamiento de la eco-nomía costarricense y su vinculación con la economía global. Con poste-ridad ese esfuerzo se mantuvo para su implementación: primero por la Administración Calderón Fournier con la COREC2; segundo, por la concertación de sectores en la Ad-ministración Figueres Olsen (1994) y la Administración Rodríguez Eche-verría (1998/1999). Sobra decir que los esfuerzos de concertación de estos dos últimos gobiernos fracasa-ron con implicaciones en reformas estratégicas que se deseaban im-plementar: primero, la reforma tribu-taria de 1994; y segundo, apertura de los monopolios de telecomunica-ciones, energía y seguros en 1998.
En relación
con las competencias propias
del Estado
La reforma del Estado y mo-dernización de la administración pública en Costa Rica fue parte de una estrategia estructural orientada a cambiar el modelo económico. El paradigma económico supone que el Estado tiene competencias propias en las áreas de redistribución de rentas para garantizar el bienestar social bajo criterios de equidad; la regulación de fallos del mercado que requiere de la promoción de compe-tencia y defensa de los consumido-res, la corrección de externalidades con efectos ambientales y de salud publica, la regulación de monopolios naturales orientados a la prestación de servicios, las prestaciones socia-les (salud, educación, seguridad, entre otros), y la construcción de infraestructura económica y social.
Las reformas implementadas en los años noventas tenían el propósito de reestructurar una orga-nización del Estado compatible con la nueva economía. Sin embargo, aquellas reformas relativas a la par-ticipación del gobierno en la eco-nomía estuvieron afectadas por las contradicciones propias de ideo-logías contrapuestas de los partidos dominantes, que abogaron por un mayor gobierno (PLN) o una mayor participación del mercado (PUSC). Esta situación provocó tensiones que retardaron las reformas econó-micas del Estado. Este es el caso de la apertura del monopolio banca-rio cuya reforma fue resistida por la fracción liberacionista en la Asam-blea Legislativa, o del fracaso para aprobar la apertura del monopolio estatal de energía y telecomunica-ciones ante la presión popular de los sindicatos y organizaciones sociales que lo adversaron en forma violenta con manifestaciones populares.
14. El arancel medio disminuyó de un 53% en 1985 a un 6% para el bienio 2001/ 2002. Ver el trabajo de J. Aguilar y K. Carmona. Impacto Fiscal del TLC de Es-tados Unidos con Centroamérica. El Ca-so de Costa Rica. IICE, 2004. p. 6.
En cierta manera puede ar-gumentarse que reformas para crear una institucionalidad estatal a cargo de la regulación del mercado en áreas de competencia (Comisión para la Competencia) y protección al consumidor (Comisión de Defensa del Consumidor), de simplificación de trámites (para la exportación y otros procedimientos comerciales) y la creación de entes responsables por la regulación de actividades económicas (Superintendencia Ge-neral de Entidades Financieras y
la Superintendencia de Pensiones), así como de apoyo al esfuerzo exportador del país (Promotora de Comercio Exterior) fue logrado con relativa facilidad.
Desde otra perspectiva, la apertura comercial impulsada como política central del nuevo modelo económico conllevó una desgrava-ción arancelaria14 que afectó en for-ma significativa el financiamiento tributario del Gobierno Central. A pesar de varias reformas tributarias de tipo parcial, la carga tributaria se mantuvo en un promedio de un 13% del PIB a lo largo de las dos décadas del ajuste estructural. Dado un nivel de gasto mayor que el financiamien-to tributario incidió en un déficit fiscal recurrente y sistemático a lo largo de ese mismo período, lo que debilitó la capacidad del gobierno para atender el financiamiento de los servicios públicos. Resultado de esa situación fue el deterioro de servicios básicos como educación, seguridad ciuda-dana, administración de justicia y la construcción de infraestructura.
En relación con la dimensión
territorial del Estado
costarricense
La Reforma del Estado incor-poró el fortalecimiento de los gobier-nos municipales con una nueva normativa más actualizada a los tiempos y con una mayor delegación de responsabilidades; sin embargo, la reforma crucial de transferirle el 10% de los ingresos corrientes del Presupuesto Nacional fue bloqueada por los partidos políticos, y ello limitó su impacto para generar una estruc-tura de Estado menos centralizada y sujeta al control ciudadano. Aún más, el proyecto de ley propuesto por la Administración Rodríguez Echeverría en el 2000 impulsó una centralización mayor de la adminis-tración pública, que era contrario al fortalecimiento político y económico de los gobiernos municipales.
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J. Aguilar y M. Yong. Propuesta para la Ejecución de un Sis-tema de Tarifas y Subsidios para el Instituto Costarricense de Acueductos y Alcantarilla-dos. Documento presentado en el Seminario “Regulación, Desarrollo y Sostenibilidad del Sector de Agua Potable y Al-cantarillado Sanitario”, cele-brado en el Hotel Radisson de San José, el 21 de abril del 2005. San José, abril, 2005.
Klisberg, Bernardo. “Cómo trans-formar el Estado: un Enfoque del Problema”. CLAD. 1988.
Serrano, Carlos E. Informe sobre el Análisis de la Propuesta del Gobierno para la Reforma del Estado. Escuela de Adminis-tración Pública, Universidad de Costa Rica. 2002 ◊
Gestión pública
Cristina Rojas R.** para el desarrollo*
ANALIZA DIVERSOS REQUERIMIENTOS Y DESAFÍOS DE LA NUEVA GESTIÓN PÚBLICA PARA EL DESARROLLO EN CENTROAMÉRICA Y PANAMÁ, SUGIRIENDO ALGUNAS HERRAMIENTAS DE UTILIDAD EN ESTE CAMPO.
PALABRAS CLAVES: GESTIÓN PÚBLICA / PARADIGMAS / GLOBALIZACIÓN / CENTROAMÉRICA / PANAMÁ
"El desarrollo precisa de la remoción de grandes fuentes de ausencia de libertad: la pobreza tanto como la tiranía; las oportunidades econó-micas limitadas tanto como la marginación social sistemática; el deterioro de las facilidades públicas tanto como la intolerancia o la in-tromisión de estados represivos".
Amartya Sen
(Development as Freedom, 1999, p. 3)
Introducción
* Esta ponencia fue elaborada para ser presentada en el transcurso del Progra-ma de Pasantías Regionales 2008 desa-rrollado por el Instituto Centro-americano de Administración Pública, ICAP: La Gestión por Resultados como Instrumento Estratégico para la Trans-parencia y la Rendición de Cuentas: Su Impacto en las Finanzas Públicas, San José, Costa Rica, Noviembre del 2008.
Los paradigmas tradicionales que rigen, tanto el concepto de desa-
rrollo como los de calidad y eficien-cia en el sector público, han sufrido, en los últimos veinte años, una “mutación acelerada” (B. Kliksberg,
_____________________________
** Abogada Penalista, con amplia expe-riencia judicial. Consultora nacional e internacional en temas relacionados con el Fortalecimiento Democrático, con én-fasis en los Sistemas de Administración de Justicia, la Prevención del Crimen Organizado Transnacional y la Corrup-ción. Asesora Técnica Parlamentaria.
Recibido: 19 de noviembre del 2008.
Aceptado: 8 de enero del 2009.
2000).1 Los desafíos que suponen los procesos de globalización e integración; el impacto de la crisis generada por la recesión económico-financiera y la revolución tecnoló-gica, lo mismo que las nuevas demandas democratizadoras de participación ciudadana en la defini-ción de políticas; de información; transparencia y rendición de cuentas en la gestión pública, han urgido la necesidad de repensar, innovar y reformular los procesos en el sector público, con el propósito de alcanzar los niveles óptimos de eficacia, efi-ciencia y calidad que el desarrollo humano sostenible impone.
1. Kliksberg, Bernardo.- Una Nueva Gerencia Pública para la Modernización del Estado y Afrontar los Desafíos de la Integración;
cbereconomia/carpeta2/la%20gerencia% 20publica.doc
3. Prebisch, Raúl. El Desarrollo Económico de la América Latina y algunos de sus princi-pales problemas, Desarrollo Económico, Vol. 26, No. 103. (Oct.-Dec., 1986) pp.479-502; Publicado por el Instituto de Desarrollo Económico y Social JSTOR;
http://www.links.jstor.org/sici?sici=0046-001X%28198610%2F12%2926%3A103%3C479%3AEDEDLA%3E2.0.CO%3B2-
Del desarrollo económico
al desarrollo humano
La manera en que formulado-res de políticas, estudiosos y académicos han definido el desarro-llo, ha variado y se ha visto enrique-cida a través del tiempo.2
En las décadas de los cin-cuenta y sesenta, el desarrollo era concebido como un proceso de acumulación de capital físico o humano, cuyo objetivo era incremen-tar el ingreso nacional, sinónimo de crecimiento global. A mediados de los sesenta, al pasar a identificarse más con procesos de cambio social y económico, la expectativa de vida, la educación y la erradicación de la pobreza, pasan a ser los verdaderos objetivos del desarrollo.
A fines del decenio de los se-tenta, la prolongada crisis macroe-conómica hizo que la pobreza pasa-ra a un segundo plano, teniendo como consecuencia que la corriente neoliberal que imperó en los años ochenta, subestimara el papel de la distribución y de la pobreza, e insis-tiera en restablecer mecanismos de mercado para promover el creci-miento económico.
Aún cuando en materia económica las ideologías suelen seguir con retraso a los aconteci-mientos, o bien sobrevivirles dema-siado (Prebisch, 1986),3 los concep-tos se modificaron, y ya para el período de los años noventa, se reconoció el gran valor instrumental
Este trabajo tiene como finali-dad analizar diversos requerimientos y desafíos de la nueva gestión públi-ca para el desarrollo en Centroamé-rica y Panamá, y sugerir algunas herramientas que puedan serle de utilidad para asumirlos.
de la atención al contexto social. La economía del desarrollo fue abando-nando paulatinamente las explica-ciones macroeconómicas, para hacer hincapié en los fundamentos microeconómicos.
La noción de pobreza, conce-bida hasta entonces como un nivel particularmente bajo de ingresos y consumo, se amplía bajo la influen-cia decisiva del economista social Amartya Sen. Se afirma entonces que las personas pobres no gozan de las libertades fundamentales para llevar el tipo de vida que desean, suelen carecer de alimentación, vi-vienda, educación y servicios de salud adecuados, y son extremada-mente vulnerables a las enfermeda-des, la violencia, las perturbaciones económicas y los desastres natura-les. Además de recibir mala aten-ción de las instituciones del Estado y la sociedad, en muchos casos no disponen de los medios para influir en decisiones importantes que con-dicionan sus vidas.
Se logra un avance fundamen-tal que vincula, por primera vez de forma conceptual y condiciona entre sí, las nociones de crecimiento económico, distribución y reducción de la pobreza, disminución de las desigualdades, gobernabilidad de-mocrática, imperio de la ley y desa-rrollo, entendiéndose éste en su sentido más amplio.
Es así como emerge el nuevo concepto de desarrollo humano que comprende: la obligación estatal de garantizar que el gasto público no sólo incremente el acceso a servi-cios sociales básicos: educación, salud, agua potable y saneamiento y a bienes públicos como la seguridad; que este acceso sea más equitativo entre regiones, grupos etarios, sexos y etnias; y la expansión de las ca-pacidades y oportunidades que tie-nen las personas para vivir la vida que valoran con dignidad, producti-vidad y creatividad.
Seguridad humana: condición
Sine Qua Non
para el desarrollo humano
El concepto de seguridad humana, bosquejado por primera vez en el Informe sobre Desarrollo Humano 1994, elaborado por el Pro-grama de las Naciones Unidas para el Desarrollo, PNUD, está íntima-mente ligado al concepto de desarro-llo humano, impulsado asimismo por la organización multilateral. Se apo-ya sobre dos pilares: “libertad de temores y libertad de necesidades” (freedom from fear and freedom from want). Comprende la seguridad: económica, alimentaria, salud, am-biental, personal, de la comunidad y política.
A partir de los conceptos desarrollados por el PNUD (1994) Karlos Pérez de Armiño y Marta Areizaga, elaboraron la siguiente tabla, que ilustra didácticamente los conceptos que abarca la Seguridad Humana y sus diferentes amenazas. Veamos:
TIPOS DE SEGURIDAD HUMANA Y SUS AMENAZAS
Tipo de seguridad humana |
Características |
Amenazas/Indicadores |
Económica |
Disponbilidad de ingresos básicos, procedentes del trabajo, el Estado o los mecanismos de ayuda tradicionales (en el ámbito de la familia o comunidad). |
Aumento del desempleo, reducción de los salarios reales, incremento de la inflación, pérdida de los bienes produc-tivos, ampliación de disparidad de ingresos entre ricos y pobres. |
Alimentaria |
Disponbilidad de alimentos y de recursos con los que acceder a ellos. |
Deterioro del consumo, agotamiento de las reservas alimentarias, aumento de los precios de alimentos, descenso de la producción per cápita de alimen-tos, y aumento de la dependencia de importaciones. |
Salud |
Cuerpo sano, entorno en condiciones de salubridad, cobertura del sistema sanitario. |
Crecimiento de insalubridad, propaga-ción de epidemias, deterioro del siste-ma sanitario, empeoramiento del acceso al agua potable. |
Medioambiental |
Equilbrio ecológico, soste-nibilidad del desarrollo. |
Deterioro de los ecosistemas local y mundial, agotamiento de los recursos. |
Personal |
Ausencia de violencia física. |
Incremento de diferentes tipos de violencia física (represión política, agresiones extranjeras, conflictos civiles étnicos o religiosos, delincuen-cia, malos tratos a mujeres y niños), narcotráfico, etc. |
Proporcionada por la comunidad |
Protección dada al individuo por la comunidad, familia o grupo étnico (protección física, ayuda material, sen-timiento de grupo e identi-dad cultural, etc.). |
Prácticas opresivas por parte de co-munidades tradicionales (mano de obra forzada, trato cruel a la mujer, discriminación étnica), deterioro del tejido cívico. |
Política |
Respeto a los dere-chos fundamentales del individuo, garantías de-mocráticas. |
Incremento de la represión política (encarcelamientos, torturas, desapari-ciones, censura), violaciones de dere-chos humanos, y autoritarismo; desin-tegración del Estado-Nación por rivalidades (étnicas, religiosas, políti-cas), escalada del gasto militar. |
Fuente: Elaborado por Karlos Pérez de Armiño y Marta Areizaga a partir de PNUD (1994). Ver: Diccionario de Acción Humanitaria y Cooperación para el Desarrollo; http://dicc.hegoa.efaber.net/listar/mostrar/ 204
A partir de lo anterior, tenemos que son presupuestos básicos e interdependientes del desarrollo humano:
Estos presupuestos imponen una condición de acceso a los servi-cios públicos y la participación social activa.
4. Lahera, Eugenio, "Nuevas Orientaciones para la Gestión Pública", en Revista de la CEPAL, No. 52, abril, (1994) pp: 33-47, Santiago de Chile.
5. De conformidad con el Índice de Desarrollo Humano, IDH, divulgado en diciembre del 2008 por el Programa de las Naciones Uni-das para el Desarrollo, PNUD, con datos del 2006, en la lista de países de todo el planeta, Costa Rica y Panamá ocupan el lugar 50 y 58, en tanto que El Salvador, Honduras, Nicaragua y Guatemala, los puestos 101; 117; 120 y 121 por su orden.
Vale recordar al efecto, que la columna vertebral del desarrollo descansa sobre la calidad y la efi-ciencia de las políticas y la gestión pública, entendiendo por ésta última, la actividad administrativa del Estado que va más allá de la propia estruc-tura organizacional, abarcando el
proceso y resultado de las políticas públicas. (Lahera,1994).4
Desarrollo humano
en Centroamérica y Panamá
Una sociedad alcanza el desa-rrollo humano, conforme la definición propuesta por Naciones Unidas, cuando los procesos de vida de aquellos que la componen, permiten a las personas, contar con opciones de selección en tres grandes áreas:
Medida la condición de vida de los habitantes de la Región Cen-troamericana y Panamá, tomando como base los indicadores de desa-rrollo humano antes indicados, se evidencia que en los países citados, se dista, y por mucho, de vivir en sociedades “libres de temores y li-bres de necesidades”,5 lo anterior de conformidad con los datos que arrojó el IDH del 2006, que fueron divulga-dos el 18 de diciembre del 2008 por el PNUD; y el Informe del Estado de
la Región en Desarrollo Humano Sostenible, 2008,6 Veamos algunos ejemplos:
Los países centroamericanos se han caracterizado tanto por la debilidad de sus políticas públicas limitadas e insuficientes para hacer valer los derechos de las y los ciu-dadanos, que fomentan el autorita-rismo, el clientelismo o la simple inoperancia, como por la poca forta-leza de sus instituciones públicas. En este contexto resulta difícil aten-der y gestionar las demandas en la sociedad, y articularlas de manera que el Estado pueda dar respuestas coherentes y sostenibles, con lo que a su vez, se amenaza la gobernabili-dad de la región.7
6. Programa Estado de la Nación – Región; Informe Estado de la Región en Desarrollo Humano Sostenible, 2008;
http://www.estadonacion.or.cr; http://www.estadonacion.or.cr/estadoregion 2008/regional2008/capitulosPDF/Cap07.pd
7. Op. Cit. Estado de la Nación. p. 306.
A pesar que el cumplimiento progresivo del derecho a la educa-ción y a la salud tiene efectos positi-vos sobre la redistribución del ingre-so, la disminución de la pobreza y el fortalecimiento de las capacidades de los individuos entre otros, y que el ejercicio de estos derechos en con-junto, es una herramienta clave para el fortalecimiento de las democracias centroamericanas, los indicadores globales, ubican a la Región Cen-troamericana, Panamá y el Caribe,
como aquella en que impera una gran inequidad en la distribución del ingreso en el ámbito mundial, a pe-sar del significativo nivel de creci-miento económico que algunos países centroamericanos han alcan-zado, tal como se muestra en el gráfico No. 1.
La repercusión del gasto so-cial en la seguridad humana está íntimamente relacionada con el tema de la equidad y de atención a los sectores más vulnerables. En ese sentido, la incidencia del gasto en salud puede medirse, tanto por el porcentaje total de población con acceso a los servicios de seguro social y salud, como por la propor-ción del gasto público en salud que se dirige a los quintiles más pobres de la población, es decir, a los gru-pos de menores ingresos (incidencia absoluta) y mayor vulnerabilidad.
Las cifras para el 2007 en este campo en los países referidos, tam-poco son muy halagüeñas. El núme-ro de personas sin cobertura del Seguro Social y sin acceso al siste-ma de salud pública muestra, por el contrario, una situación alarmante. Véase cuadro No. 1.
GRÁFICO No. 1
ÍNDICE GINE SOBRE LA DESIGUALDAD DEL INGRESO
Nota: 0 significa Igualdad, 100 significa Desigualdad Perfecta.
Fuente: Reporte sobre Desarrollo Humano 2006.
CUADRO No. 1
CENTROAMÉRICA
POBLACIÓN SIN COBERTURA DEL SEGURO
SOCIAL Y SIN ACCESO AL SISTEMA DE SALUD
2007
País |
Población en el 2007 |
Población sin cobertu-ra del Segu-ro Social |
Población sin ningún acceso al sistema de salud |
Población sin cobertu-ra del Segu-ro Social |
Población sin ningún acceso al sistema de salud |
---|---|---|---|---|---|
Como porcentaje del total |
En términos de ciudadanos |
||||
Costa Rica |
4.618.012 |
13,2 |
0,0 |
609.578 |
0,0 |
El Salvador |
7.104.999 |
84,2 |
41,7 |
5.982.409 |
2.962.784 |
Guatemala |
13.611.646 |
81,7 |
20,1 |
11.120.715 |
2.735.941 |
Honduras |
7.690.040 |
82,0 |
30,1 |
6.305.833 |
2.314.702 |
Nicaragua |
6.091.158 |
92,3 |
27,9 |
5.622.139 |
1.699.433 |
Panamá |
3.148.543 |
35,4 |
20,0 |
1.114.584 |
629.709 |
Centroamérica |
42.264.398 |
72,8 |
24,5 |
30.755.258 |
10.342.569 |
Fuente: Fuentes (2007), para los datos de población se han tomado las proyecciones de pobla-ción estandarizadas y publicadas en el Centro Latinoamericano de Demografía, CELADE. 2000. Boletín Demográfico No. 66. Julio. Los datos de población sin cobertu-ra social y sin acceso al sistema de salud se han tomado de la Organización Panameri-cana de la Salud, OPS, 2007. Salud en las Américas, 2007. Volumen I – Regional. Pu-blicación Científica y Técnica No. 622. Washington, D. C. pp.324-327.
Por otra parte, el acceso ciu-dadano a la justicia, el respeto al derecho de petición y a una justicia pronta y cumplida se encuentran totalmente debilitados, tanto por el exiguo número de operadores judi-ciales por cada cien mil habitantes, como por una distribución desigual de los servicios judiciales en el terri-torio nacional de los diferentes paí-ses centroamericanos y Panamá, como se evidencia en el cuadro No. 2, aunada la situación antes apuntada, a severas limitaciones de infraestructura, y a la escasez de mecanismos de rendición de cuentas y transparencia en los sistemas de justicia.
CUADRO No. 2
CENTROAMÉRICA
NÚMERO DE JUECES, FISCALES Y DEFENSORES PÚBLICOSa/
POR 100.000 HABITANTES
2006
País |
Total |
Jueces |
Fiscales |
Defensores públicos |
Relación fiscales/ defensores |
Costa Rica |
31,5 |
18,0 |
7,7 |
5,8 |
1,3 |
El Salvador |
22,4 |
9,1 |
9,4b/ |
3,9 |
2,4 |
Guatemala |
15,2 |
6,1 |
6,8c/ |
2,3 |
2,8 |
Honduras |
18,6 |
8,4 |
6,9 |
3,3 |
2,1 |
Nicaragua |
13,5 |
7,1 |
4,7 |
1,7 |
2,8 |
Panamá |
12,0 |
7,8 |
2,3 |
1,9 |
1,2 |
a/ Incluye magistrados de la Corte Suprema de Justicia.
b/ En el 2005.
c/ En el 2004.
Fuente: Solana, 2007.
Gestión pública
y desarrollo humano
Los recursos con que cuentan los Estados, determinan su capaci-dad para cumplir con la prestación de los servicios públicos mínimos, que permiten garantizar a los ciuda-danos una vida digna y segura, libre de miedos y necesidades y proteger de tal manera, sus derechos huma-nos fundamentales.
A partir del hecho de que todo Derecho supone un costo y que todo Derecho tiene que tener necesaria-mente una implicación sobre los presupuestos públicos porque de lo contrario, no es un derecho (Suns-tein y Holmes, 1999),8 bien podemos afirmar que los países de la Región Centroamericana y Panamá, enfren-tan un tremendo desafío en este campo. Han declarado derechos, pero no han cumplido con la tarea de
____________________________
8. Op. Cit. Estado de la Nación, p. 305.
asegurarlos brindándoles la sos-tenibilidad jurídica y financiera que requieren. Aún cuando en los últimos cinco años, de conformi-dad con los resultados del Informe Estado de la Región 2008, la asignación presupuestaria desti-nada al sector social ha aumenta-do en todos los países, la carga tributaria vigente continúa siendo insuficiente y la asignación de los recursos regresiva. Esta situa-ción,- como se indicó supra,- no les permite responder efectiva-mente a las necesidades de la ciudadanía relacionadas con la salud, la educación, la vivienda, la seguridad social y el saneamiento entre otros. Véase el gráfico No. 2.
GRÁFICO No. 2
CENTROAMÉRICA
DISTRIBUCIÓN DEL GASTO PÚBLICO SOCIAL,a/
POR QUINTILES DE INGRESOb/
CIRCA 2004
EN DÓLARES
a/ Sectores que incluye: E= Educación, S= Salud, SS= Seguridad Social, AS= Asistencia Social, V= Vivienda, SAN= Saneamiento y O= Otros. Para Costa Rica se incluyen los sectores E, S, SS y AS. Para El Salvador E y S. Para Guatemala E, S, SS y AS. Para Honduras E, S, SS y AS. Para Nicaragua E, S, AS, V, SAN y O y para Panamá E, S, SS y AS.
b/ Para calcular el monto del gasto en cada quintil se multiplicó la proporción del gasto social en cada quintil por el gasto per cápita correspondiente a cada país.
Fuente: Elaboración propia a partir de Fuentes, 2007.
Llama poderosamente la aten-ción la inequidad en la distribución del gasto público social en dos paí-ses, a saber: Costa Rica y Panamá. En ambos, la población comprendida en el quinto quintil, es precisamente, y por mucho, la que recibe la tajada más jugosa del gasto público social, en tanto que en el caso de Costa Rica, es sobre la clase media (quinti-les III y IV) que pesa la carga imposi-tiva más fuerte, amén de ser la me-nos beneficiada en la distribución del gasto público social, con las graves consecuencias que ello importa para la estabilidad del sistema democráti-co en este país.
La precaria asignación presu-puestaria para el cumplimiento de los servicios esenciales a la pobla-ción, obliga, a las administraciones públicas a ser doblemente eficientes y eficaces en la gestión ética de los escasos recursos disponibles. Les impone el reto de reformular y refor-zar las potestades de control de los órganos llamados a ejercerlo, con el objeto de promover el uso adecuado de fondos públicos, y prevenir al mismo tiempo, su desvío por negli-gencia o impericia en su uso, o por actos de corrupción en el ejercicio de la función pública. Sobre este último punto, vale recordar, que estudios del Banco Mundial, BM, calculan que los efectos negativos de la corrup-ción pueden reducir la tasa de cre-cimiento económico de un país hasta en un punto porcentual cada año.
Este reto sólo puede ser afron-tado por una administración pública en general, y unos gestores públicos en particular, absolutamente com-prometidos con el cumplimiento de los objetivos que las instituciones públicas en las que laboran deben alcanzar en pro de la consecución de mejores condiciones de vida para todos. Para ello es necesario que la gestión pública sea informada, no sólo acerca de los tecnicismos y particularidades propios de las tare-as que desempeña, sino también acerca de la realidad del entorno socio-económico en que se desarro-lla.
Es necesario que todos y cada uno de los gestores públicos, sientan e interioricen, la pertinencia de la labor que realizan, que la misma es importante, tanto para sí, como por el impacto que esta labor tiene frente a la sociedad como un todo, por cuanto afecta el desa-rrollo humano de sus conciudada-nos; los afecta a ellos directa y per-sonalmente, y afectará también a sus descendientes.
La reafirmación de una con-ciencia cívica colectiva que permita avanzar sobre grandes acuerdos nacionales, desarrollar proyectos y colaborar en la solución de los pro-blemas a enfrentar, con una visión de largo plazo, sin mezquindades individualistas, pensando en las futu-ras generaciones, se torna, prácti-camente, en un requisito sine qua non de una gestión pública para el desarrollo. Sólo de esta forma, la gestión pública se ejecutará de for-ma planificada, ágil, oportuna, y será capaz de anticipar las situaciones sobrevinientes para implementar
respuestas expeditas, con un enfo-que anti burocrático, flexible y dinámico
Como bien lo manifestó la Presidenta chilena Michelle Bachelet durante su visita oficial a la Asam-blea Legislativa de Costa Rica en noviembre del 2008, los logros de un Gobierno, no son sólo los de ese Gobierno, son logros de todos, son el fruto de la responsabilidad en una tarea superior, de privilegiar la cola-boración en vez de la confrontación, de subordinar, cuando es necesario, los intereses legítimos particulares por el interés superior de la colec-tividad representada en la Nación.
Por ello, es preciso que los funcionarios públicos superando los egocentrismos individualistas y cor-toplacistas, desarrollen su compro-miso ético interno con el proyecto país que importa realizar. Es nece-sario, asimismo, incorporar a la ges-tión pública la medición de indicado-res de calidad, productividad, eficiencia y competitividad con el objeto de alcanzar altos índices de desarrollo humano basados en la responsabilidad individual. (López, 2000).9
9. López, Carlos; La ética empresarial como fuente de ventajas competitivas, 2000, http://www.gestiopolis.com/
canales/gerencia/articulos/no%202/etica. htm
Los gestores públicos com-prometidos con el desarrollo de sus países, deben interiorizar, es decir, incorporar a su propia manera de ser, de pensar y de sentir, la impor-
tancia y el valor de los servicios públicos que prestan. Coadyuvará en ese sentido la realización de pro-gramas institucionales continuos de capacitación orientada a:
Los retos que una gestión pública comprometida con el desa-rrollo humano debe enfrentar hacia el futuro no son fáciles. Vivimos en una era compleja. Azotados por la volatilidad en el precio de los alimen-tos que hará que miles y miles de centroamericanos adicionales, cai-gan por debajo del umbral de la po-breza.10 Abatidos por la crisis económico-financiera global, que ha reducido dramáticamente la inver-sión extranjera en la Región, ha aminorado el ingreso de divisas por exportación de productos y activida-des relacionadas con el sector turís-
10. Para más información sobre este tema, ver proyecciones para el 2008 de la Co-misión Económica para América Latina y el Caribe, CEPAL.
Al efecto vale la pena recordar el lamen-table incidente que se presentó en Costa Rica en el transcurso del 2008 cuando el Gobierno Arias Sánchez se negó a brin-dar la información que se le solicitó en relación con la compra de bonos de deu-da externa costarricense por parte del Gobierno de la República Popular China.
tico, y ha puesto en riesgo el desa-rrollo de proyectos de infraestructu-ra. Lo anterior, ha tenido como con-secuencia, que miles de centroamericanos han sido cesados en sus puestos laborales.
En fin, vivimos en una era no sólo de grandes incertidumbres, sino, al mismo tiempo, de enormes desafíos, de inmensos retos en procura de mantener y fortalecer las oportunidades de desarrollo humano de todas y todos los centroamericanos.
Pero esta tarea no se logra con la promulgación pura y simple de decretos o reglamentos, o de alguna ley o código de ética, o bien a través de mensajes transmitidos por la Intranet institucional, o de unos carteles pegados en las paredes de las oficinas alusivos a los valores declarados y a los compromisos asumidos. Recordemos al efecto que del dicho al hecho, hay largo trecho.
Para que este esquema fun-cione, se requiere el apoyo total y el compromiso claro y consecuente de la dirección y el personal gerencial de las instituciones estatales.
Por otra parte, la responsabili-dad social de los funcionarios públi-cos, entendida ésta como la forma en que su gestión repercute y afecta el desarrollo y la seguridad humana de la sociedad de que se trate, debe ser asumida con todas sus conse-cuencias positivas y negativas. No es posible que los proyectos y las
acciones no se realicen por impru-dencia, negligencia, impericia, culpa, o incluso dolo, y que no se señalen los responsables por tales acciones y/u omisiones. Debe perfeccionarse los procesos de rendición de cuentas y de éstos deben surgir, por una parte, los estímulos para los funcio-narios probos y eficaces; y por otra, las sanciones administrativas, civi-les o penales impuestas a quienes faltaron. El reinado de la impunidad en la gestión pública administrativa debe terminar.
Participación ciudadana
y gestión pública
En el contexto dicho, y con la evolución de la nueva democracia participativa, que constituye el medio por el cual, las personas a través de su voz y su acción determinan sus demandas, las inscriben en la agen-da pública y colaboran en su satis-facción. La sociedad civil pretende ejercer cada día con más fuerza, su derecho a incidir en las orientaciones de las políticas públicas, en los cesos de desarrollo económico y social, y en la adopción de las prin-cipales decisiones o rutas por las cuales deben transitar las socie-dades centroamericanas hacia el futuro.
Pero, los gestores públicos ya no tienen frente a sí a aquellos ciu-dadanos sumisos, desconocedores de sus derechos, que creían que el ejercicio democrático se consumaba con el ejercicio del voto en cada período electoral, y que les dejaban hacer sin cuestionar sus actos, sus obras o los resultados de las mis-mas, si es que éstos se producían.
Desgraciadamente, la opinión ciudadana sobre la calidad del fun-cionamiento de las instituciones públicas en algunos países de la Región, no es la más satisfactoria como se puede apreciar en el gráfico No. 3 que aparece en el Índice de Desarrollo Humano con datos del 2006, publicado por el PNUD, en diciembre del 2008:
GRÁFICO No. 3
OPINIÓN CIUDADANA SOBRE LA CALIDAD
DEL FUNCIONAMIENTO DE LAS INSTITUCIONES PÚBLICAS
2006
P. En términos generales, ¿Cuál diría Ud. que es su opinión sobre el funcionamiento de las instituciones públicas? ¿Ud. diría que funcionan Muy bien, Bien, Regular, Mal o Muy mal? Aquí solo ‘Muy bien’ más ‘Bien’
Fuente: Índice de Desarrollo Humano, PNUD, 2008.
Ahora, los ciudadanos no sólo exigen a los Estados adoptar los cambios organizacionales que per-mitan concretar la democratización en los hechos, sino que además exigen la mejora sustancial en la transparencia de la gestión pública, el cumplimiento cabal del derecho a la información y la rendición de cuentas en la gestión pública.
Esta nueva oleada de partici-pación ciudadana, impone el desafío de revitalizar y renovar la gestión
pública, adaptándola a las nuevas demandas del entorno, con el propó-sito de recuperar la legitimidad de lo público, lo mismo que la confian-za y la credibilidad frente a los admi-nistrados en los diversos servicios que ofertan las administraciones públicas.
Lo dicho, conduce al necesa-rio establecimiento de una nueva relación entre el aparato de la admi-nistración pública y los ciudadanos en la que se visualice a éstos últimos como depositarios del deber y el derecho a la participación en las decisiones esenciales de la sociedad en que viven, lo mismo que en sus roles de usuario-cliente/contribu-yente-beneficiario y como tales, vigi-lantes de su gestión.
La cuestión es, entonces, ¿cómo lograr orientar la gestión pública en esa dirección?; ¿cuál es la mejor forma de atender la legítima preocupación ciudadana acerca de cómo se gestionan los recursos que se ponen a disposición de las admi-nistraciones públicas?
Sin duda la respuesta estará ligada a los altos estándares de cali-dad que puedan tener las institucio-nes y/o departamentos especializa-das en controlar la gestión pública según sea el caso de que se trate; la calidad de los sistemas financieros y contables; acceso a la información; la rendición de cuentas; y la ética en el ejercicio de la función pública.
Estará ligada, asimismo, a la adopción y ejecución de medidas que maximicen la entrega a la ciu-dadanía de información sobre la gestión de las autoridades, la mane-ra en que se negocian contratos con el sector privado, los mecanismos de nombramientos en cargos públicos o de alta responsabilidad, y los proce-dimientos de financiamiento de obras y actividades de relevancia pública.
Transparencia e información:
elementos críticos
de la gestión pública
para el desarrollo
La confianza pública se cons-truye mediante la apertura a brindar información. De esta manera, no sólo se disipan los mitos que rodean las operaciones y los procesos públicos, sino que hay menos chan-ce que informaciones tendenciosas y mal intencionadas puedan llenar los vacíos.
En la actualidad, la transpa-rencia es un tema central en el co-mercio mundial, la gobernabilidad corporativa, la política nacional e internacional, la democracia y el desarrollo en general, y desde luego, en la gestión de la cosa pública en particular, ya que es precisamente lo que nos permite mantener relaciones justas.
La transparencia total no es posible, no es siquiera deseable en algunas instancias como pueden ser las relacionadas con la seguridad
nacional, o en el caso de fórmulas o intereses legítimos en innovación y procesos que las empresas quieran resguardar de sus competidores. Stiglitz (1999:145) sostiene al res-pecto que:
“El único argumento que po-dría tener alguna validez [para mantener en secreto la toma de decisiones] es que, a ve-ces, ocultar información puede proporcionar una ventaja tácti-ca en el juego de la negocia-ción política. Pero […] en ge-neral, proceder en secreto no se justifica ni por la seguridad nacional ni como requisito previo al debate racional y re-flexivo, ni siquiera por una ne-cesidad táctica dentro de una estrategia más amplia, sino que sirve más bien como un manto detrás del cual los grupos particulares pueden imponer mejor sus intereses al margen del escrutinio público”.11
12. Bennis, Warren; D. Goleman, J. O´Toole y P. Ward Bierderman; Transparencia: ¿Cómo los líderes pueden crear una cul-tura de candor?, Editorial Jossey-Bass, San Francisco, CA, 2008.
Las personas por un acto voli-tivo, al igual que las organizaciones, escogen, deciden, si quieren o no ser transparentes, como cuando se
elige si se quiere ser patriota. Igual pasa con la administración pública y sus gestores. Es más esta determi-nación es esencial en la del tipo de gestión imperante.
Los secretos públicos más bien guardados por los gobiernos y las administraciones públicas, son frecuentemente aquellos que tienen que ver con actividades con muy alto potencial dañoso o perjudicial. Un ejemplo notable de lo anterior lo encontramos en los Estados Unidos de América. En este país, de 1982 a 1985, en sólo tres años, Ronald Reagan agrupó quince millones de documentos. La clasificación y el secretismo resurgieron en el Gobier-no de George Bush. Para el 2006, más de 20.6 millones de documen-tos habían sido clasificados, más de seis veces el total de 3.6 millones que se ordenaron bajo Bill Clinton. El balance final en las tres adminis-traciones públicas estadounidenses es ampliamente conocido.
No es de extrañar entonces, que el lema sobre este tema de Reagan fuera “when in doubt clasi-fy…”; en tanto que el de Clinton fuese: “when in doubt, let it out…”.12
El hecho que uno clame que es transparente, no necesariamente quiere decir que uno lo sea. En la actualidad y por la “moda” del tema, Estados y políticos proclaman a los cuatro vientos su transparencia, es tema obligado y de carácter esencial en todos sus discursos, pero, con falta de consecuencia al respecto,
no sólo no facilitan la divulgación de información veraz, sino que, por el contrario, la entorpecen.
En el ámbito regional, lo acae-cido en el transcurso del 2008 en relación con la manera en que se formalizó la compra por parte del Gobierno de la República Popular China de bonos de deuda pública costarricense, y el secretismo con que se intentó por parte de la Admi-nistración Arias Sánchez de manejar la transacción, tuvieron como resul-tado una presión sin precedentes de parte de la ciudadanía exigiéndole al Gobierno develar los pormenores de la transacción. No fue sino hasta que se declaró con lugar un Recurso de Amparo interpuesto por un ciudada-no contra la falta de transparencia en la gestión gubernamental, que el Poder Ejecutivo se vio obligado a develar todos los pormenores del asunto, dejando su imagen sensi-blemente lesionada ante la opinión pública.
Lo supra expuesto vale para recordar que la transparencia se extenderá cuando los líderes y jefes, hagan saber con toda claridad que la apertura es valorada y que será re-compensada. La apertura sólo se da, cuando los lideres comprometi-dos con ella, insisten en que se dé. Las leyes, los reglamentos y los códigos de conducta, pueden ayudar a restaurar algo de la confianza de los ciudadanos en la administración pública, pero nada más. Si existe una cultura de colusión y secretismo en lugar de una de candor, siempre se van a encontrar nuevas maneras de quebrantar las leyes sin importar cuán duras éstas puedan ser.
Y ¿en qué consiste el flujo li-bre de la información? En que la información crítica llegue a la perso-na correcta, en el tiempo correcto y por la razón correcta, en los ámbitos intra y extra institucionales.
Pero la información no fluye de forma automática en las institu-ciones. Todo lo contrario. Para garantizarla, se requiere, tanto de la administración pública en general como el compromiso de quienes ostentan posiciones gerenciales y el de todos y cada uno de los funciona-rios. Sólo de esta forma, los servido-res públicos se sentirán libres de hablar abiertamente a sus jefes de los asuntos que corresponda, y éstos acogerán positivamente tal apertura.
Tsunami tecnológico
impulsor de la participación
ciudadana en el control
de la gestión pública
La información cuyo acceso público exige la ciudadanía, no es cualquier información. Ésta debe ser comprensible, transparente, objetiva, confiable y comparable; y brindada de forma oportuna, expedita y ve-raz. Sin embargo, la administración no siempre está anuente a brindarla.
Hasta hace pocos años los da-tos sensibles se filtraban a la ciuda-danía por medio de informantes que actuaban desde la clandestinidad, los que se expusieron a toda clase de sanciones, humillaciones y des-precios. Algunos fueron sensible-mente estigmatizados, otros despe-didos sin honor, en tanto que otros, arriesgaron sus vidas al extremo de llegar a ser asesinados, con tal que la verdad floreciese en algún asunto de trascendencia en el manejo de la cosa pública. Aún hoy en día, la “venganza administrativa” por sumi-nistrar información, es lo que hace que muchos funcionarios probos se abstengan de divulgar secretos ex-plosivos. Sin embargo, esta situa-ción ha comenzado a cambiar dramáticamente. Veamos:
Este poder ciudadano, no puede ni debe ser ignorado por las administraciones públicas. Es más, todo lo contrario, debería ser apro-vechado como una oportunidad para mejorar la gestión pública general: acelerar trámites y procedimientos hasta ahora lentos y engorrosos; asegurar la transparencia en los procesos de contratación pública (adquisición de bienes y servicios del Estado), entre otros, y como medio para introducir cambios profundos en el acceso, inmediato y en línea, de los ciudadanos a la información a través de los mecanismos de lo que ahora se conoce como e-government, gobierno digital o go-bierno en línea.
Una cultura de candor
para la gestión pública
renovada
En la misma medida en que el poder se ha ido democratizando,
últimamente de forma muy acelerada por la utilización de las TIC´s, en esa misma medida, el estilo de liderazgo en la gestión pública debe renovar-se, para asegurar una mayor transparencia.
En el primer semestre del 2008, los doctores Warren Bennis, Daniel Goleman y James O´Toole publicaron el libro Transparencia: ¿Cómo los Líderes Pueden Crear una Cultura de Candor?13 En él analizan, como fuerzas inconscien-tes, profundamente enraizadas en los seres humanos, relacionadas con sus miedos y deseos; el narcisismo que hace que los jefes pongan oídos sordos a lo que sus subalternos tie-nen que decir,14 y problemas organi-zacionales y estructurales, como por ejemplo, deficientes sistemas de información y comunicación, impiden un adecuado flujo de información intra y extra institucional.
13. Ibidem.
14. Comúnmente, los líderes creen que ellos son más inteligentes que todos los que están a su alrededor. Sobre estiman sus capacidades de liderazgo y eso es peli-groso. Creen que oír a sus subalternos es señal de debilidad.
Por otra parte, a pesar que en cada oportunidad que una organiza-ción adopte una decisión equivoca-da, se debe de realizar una evalua-ción de lo ocurrido con el propósito de determinar lo sucedido para esta-blecer ¿qué fue lo que pasó?, y ¿cómo se puede prevenir hacia el futuro?, la propensión existente en la mayor parte de las organizacio-nes, tiende a cubrir y a esconder sus
errores, y hace que las fallas sisté-micas en los flujos de información, tiendan a permanecer y a volverse crónicas.
En las instituciones tiende a producirse lo que se conoce como mentiras vitales, que constituyen una ficción operativa mediante la que los funcionarios encubren, tapan y es-conden verdades incómodas, que todos conocen, pero que nadie habla de ellas por considerar que pueden ser amenazantes o peligrosas para su estabilidad laboral. Este tipo de regla cultural, profundamente enrai-zada en las instituciones, hace que los funcionarios crean que si se habla lo que no se debe hablar, no sólo se amenaza a la organización misma, sino que se arriesga a que los puedan expulsar de ella. Se cree que se protege al grupo, aparentan-do que se es mejor de lo que en verdad es.
Por otra parte, los secretos or-ganizacionales, distorsionan las re-laciones. Si no se hace que afloren y se analizan los problemas sensi-bles que afectan los grupos de traba-jo, se crea un estado de negación colectivo, que puede acarrear serias consecuencias éticas. En la misma medida en que se forman vínculos muy estrechos entre los que compar-ten el secreto; en esa misma medi-da, se distancian éstos del resto de los funcionarios que están fuera de él. Lo anterior tiene como conse-cuencia que se tergiversa la infor-mación y se propicia el surgimiento de dudas y conclusiones infundadas.
Los funcionarios nunca hablarán con la verdad a quienes ostentan los puestos de poder y dirección institucional, si desconfían de la manera en que éstos habrán de responderles. Hablar con la ver-dad a quienes ostentan puestos de poder, es el más viejo de los retos éticos. A nadie le gusta ser el porta-dor de las malas noticias, por cuanto por ello, comúnmente se paga un precio que se intenta no tener que pagar. En relación con lo anterior, es memorable el caso de Sir Tho-mas Moore, político y humanista inglés, Canciller del Rey Enrique VIII, que por no querer prestar un juramento mentiroso antipapista y sostener por sostener su verdad, fue condenado a muerte por el delito de alta traición, y su célebre frase: “Can I help my King by giving him lies when he asks for truths”?
Según los autores citados, los jefes, frecuentemente ocultan infor-mación a sus subalternos, dándoles con ello el mal ejemplo. Les gusta saber lo que otros no saben, creen que eso les da poder sobre otros, y les hace sentirse importantes, en tanto que los funcionarios por su parte, necesitan información actual y veraz, basada en datos correctos para poder adoptar las decisiones correctas.
15. Ibidem, pp. 20-22.
Ejemplifican su análisis relati-vo al precio que se puede pagar como consecuencia de informacio-nes erróneas o insuficientes, refi-riéndose a la explicación oficial que
el Gobierno de los Estados Unidos ha brindado en relación con lo que motivó el inicio de la guerra en Irak. Comentan como, dos divisiones de la Central de Inteligencia, CIA, a saber, la Dirección de Operaciones y la de Inteligencia, tenían bajo su responsabilidad recabar los datos sobre cuanto acontecía en Irak. Por proteger la identidad de sus fuentes, la División de Operaciones, no re-veló a los tomadores de decisión para que fueran incorporados al análisis situacional, que parte de la información que manejaba la Divi-sión de Inteligencia, provenía de fuentes iraquíes no confiables. Aún cuando se trataba de un dato su-mamente sensible, guardó silencio, y la decisión de ir a la guerra se adoptó, basada en un error crucial de juicio por información insuficiente y equivocada, a pesar que Irak no tenía armamentos de destrucción masiva, ni conexiones con Al Qaeda, tampoco ningún programa de arma-mento nuclear.15
La propuesta conjunta que formulan en la obra arriba citada los doctores Warren Bennis, profesor de MIT y la Universidad de Southern California, connotado experto en el ámbito internacional en temas rela-cionados con el cambio y el lideraz-go organizacional; el experto en Administración Pública de la John F. Kennedy School of Government de la Universidad de Harvard, Dr. Ja-mes O´Toole; y el Dr. Daniel Gole-man, autoridad mundial en temas relacionados con inteligencia social y emocional, para solventar los pro-
blemas de transparencia organiza-cional, tanto en el sector público como en el privado, es la creación de una Cultura de Candor.
Y, ¿qué es el candor? Es sinónimo de sinceridad, de credibili-dad, de veracidad y franqueza, de honestidad e integridad, de ética y claridad. Y, ¿cómo contribuye una cultura de candor a coadyuvar y alcanzar más altos estándares de eficacia y eficiencia en la gestión organizacional? ¿Qué ventajas pue-de ofrecer crear una cultura de can-dor organizacional?
Entre otras, la adopción de una cultura de candor coadyuvará en la mejora de la provisión de los ser-vicios públicos, el cumplimiento de los derechos humanos y el desarro-llo nacional.
Fortalecerá a restaurar la con-fianza entre gobernantes y goberna-dos; entre los gestores públicos y los usuarios de sus servicios; entre jefes y subalternos. Facilitará el cumpli-miento de metas y objetivos de los planes de desarrollo nacional e insti-tucional; fortalecerá los lazos de cooperación entre los funcionarios, y evitará el desvío y la malversación de los recursos públicos.
Al efecto vale recordar que la confianza es el elemento más frágil del liderazgo. Cuesta ganarla y con-servarla, es fácil perderla y es impo-sible recuperarla, y que la confianza, conjuntamente con los supuestos culturales compartidos, es una de las amarras más importantes para unir a los grupos y las personas en general.
La gestión pública será más eficaz y transparente, en los ambien-tes organizacionales en los que pri-ven las relaciones de confianza entre jefes y subordinados. Así, se fomen-tarán la adopción de procesos ge-nuinos de toma de decisiones cole-giadas y colaborativas, a través de la construcción de consensos y la crea-tividad, y se levantará la moral de los equipos de trabajo.
Candor y transparencia se ex-tenderán, cuando los líderes hagan saber con toda claridad, que la aper-tura es valorada y que será recom-pensada. Sin embargo, la apertura sólo se dará cuando los líderes comprometidos con ella insisten en que se dé. Vale recordar, asimismo, que un funcionario público que se desenvuelva en un ámbito de can-dor, será humilde, inclusivo, servicial y respetuoso de los demás.
Las leyes, los reglamentos y los códigos de conducta pueden ayudar a restaurar algo de la con-fianza, pero nada más. Si existe una cultura de colusión y secretismo, en lugar de una de candor, siempre se van a encontrar nuevas maneras de quebrantar las leyes, sin importar cuán duras éstas puedan ser.
Conclusión
La obligación de rendir cuen-tas a la ciudadanía sobre el manejo
de la cosa pública, se ha tornado en un imperativo insoslayable para los gestores públicos a la luz, tanto del ejercicio, cada día más pleno, de los derechos que la democracia partici-pativa otorga a los ciudadanos; como a la luz del impacto que el uso del ciberespacio y las nuevas tecno-logías de información tienen sobre el control de la gestión estatal.
Conforme a lo dicho, aún cuando en los países de la Región Centroamericana y Panamá, la co-bertura cibernética aún no alcanza mayoritariamente a todos los seg-mentos poblacionales, lo cierto es que día con día, las cifras de internautas va en aumento, lo mismo que su conciencia en cuanto a la utilidad de las TIC´s para el control ciudadano.
Costa Rica tuvo la experiencia notable de su extendida utilización en las campañas ciudadanas en pro y en contra de la adopción del Trata-do de Libre Comercio entre Estados Unidos, Centroamérica y República Dominicana, CAFTA. Por otra parte, su uso ha comenzado a expandirse durante el transcurso de las campa-ñas político-electorales.
Consideramos que, con el paso de los días, las TIC´s se con-vertirán en una de las más valiosas herramientas de control ciudadano, al igual que ya están siendo utiliza-das en otras regiones del orbe. Esta situación, como se ha indicado con anterioridad, no puede ni debe ser subestimada por las administracio-nes públicas regionales, sino debe ser asumida como un desafío en pro de la mejora en la calidad de los servicios que brinda.
Por tanto, se estima que en la consecución de una gestión pública eficaz, eficiente, confiable y transpa-rente, requisito sine qua non para alcanzar el desarrollo humano don-de impere la seguridad humana de los ciudadanos, y con ella, el cum-plimiento y respeto de los derechos humanos fundamentales de los ad-ministrados, en la medida que el uso óptimo de los recursos disponibles en los diferentes Estados así lo per-mita, es preciso estimular en la ad-ministración pública, la adopción de una Cultura de Candor.
A fin de adecuarse a lo ante-rior, es conveniente realizar una evaluación de las instituciones públi-cas de la Región Centroamericana y Panamá, con la finalidad de determi-nar: por una parte, las reglas cultura-les que imperan en ellas, e identificar los cuellos de botella en sus proce-dimientos administrativos internos. Y por otra, establecer las falencias de comunicación y transparencia exis-tentes, tanto a lo interno como a lo externo de la organización.
Se sugiere en consecuencia, formular un plan que, de forma holís-tica, estimule la adopción institucio-nalizada en la práctica, de una cultu-ra de candor, que genere a un tiempo relaciones éticas y transpa-rentes, basadas en la honestidad, la confianza y la integridad, tanto a lo interno como a lo externo de la ad-ministración pública de que se trate.
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Alcances y dilemas
de las transformaciones
de la administración pública
José G. Vargas Hernández* del Estado-Nación
ANALIZA LOS ALCANCES Y LOS DILEMAS DE LAS TRANSFORMACIONES DE LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA DEL ESTADO-NACIÓN A PARTIR DEL MODELO PATRIMONIALISTA, PASANDO POR EL BUROCRÁTICO, LAS REFORMAS A LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA, LA PRIMERA GENERACIÓN DE REFORMAS DENOMINADA COMO AJUSTE ESTRUCTURAL Y LA EMERGENCIA DE LA NUEVA GESTIÓN PÚBLICA HASTA ALCANZAR LAS REFORMAS DE SEGUNDA GENERACIÓN, TAMBIÉN CONOCIDAS COMO REFORMAS INSTITUCIONALES, EN EL MARCO DE LOS PROCESOS DE GLOBALIZACIÓN ECONÓMICA Y LA REVOLUCIÓN DE LAS TECNOLOGÍAS DE INFORMACIÓN Y COMUNICACIÓN, TIC.
PALABRAS CLAVES: ADMINISTRACIÓN PÚBLICA / ADMINISTRACIÓN BUROCRÁTICA / AJUSTE ESTRUCTURAL / NUEVA GESTIÓN PÚBLICA / REFORMAS INSTITUCIONALES
* Doctor en Administración Pública de la Columbia States University y Doctor en Economía de la Keele University, Ingla-terra. Profesor investigador miembro del Sistema Nacional de Investigadores, Ni-vel 1. Visiting Scholar, University of Cali-fornia-Berkeley. Profesor-investigador invitado de la School of Public Adminis-tration, Carleton University, Canadá. An-teriormente, profesor-investigador del Centro Universitario de Investigaciones Sociales y de la Facultad de Economía de la Universidad de Colima.
Recbido: 23 de junio del 2008.
Aceptado: 1º de setiembre del 2008.
En la segunda mitad del siglo pasado se sucedieron tres reformas
administrativas del Estado: la admi-nistración burocrática y no patrimo-nialista, las reformas de la primera generación del Estado y las reformas de la segunda generación o institu-cionales. Los países latinoamerica-nos han transitado por estas tres reformas de Estado desde media-dos del siglo pasado en la que han impulsado tres estrategias de desarrollo.
La primera reforma estuvo marcada por el denominado modelo de industrialización por sustitución de importaciones, que se centró en una estrategia de crecimiento económico basado en la protección de los mercados internos, y en una
política social dirigida por el Estado de bienestar mediante una adminis-tración burocrática que pretendió racionalizar los recursos y las políti-cas publicas, para lograr una distri-bución justa y equitativa del ingreso de las personas para lograr mejores niveles de vida.
La inminente crisis fiscal del Estado benefactor propició a media-dos de los ochenta, las reformas denominadas como de “primera ge-neración” que se orientaron a lograr el crecimiento económico mediante una política de liberalización econó-mica, la redefinición de las funciones y reducción de tamaño del Estado, y por ende de sus costos, transfirien-do la responsabilidad de dirección de la nueva estrategia de desarrollo al mercado y a los particulares. Los resultados de estas reformas fueron desalentadores para los gobiernos que las implementaron, porque in-crementaron los niveles de inequi-dad por una más injusta distribución de los ingresos.
Para solventar este déficit, la “segunda generación” de reformas del Estado se propone, desde la segunda mitad de los noventa, lograr el cambio y el desarrollo de las insti-tuciones, aunado a una nueva ges-tión publica que inciden en el perfec-cionamiento del sistema político democrático, del Estado de derecho y de la relación entre Estado y so-ciedad. Administrar el cambio es la administración dinámica (Dowbor, 2001) de un proceso permanente de ajuste de segmentos diferentes de reproducción social. La administra-ción dinámica ajusta el cambio tec-nológico a las nuevas condiciones cambiantes de la globalización a través de una interacción más activa. El cambio tecnológico requiere de una administración dinámica capaz de ajustarse a nuevas situaciones.
Los procesos de globalización afectan el funcionamiento del Esta-do, el que es sometido a una refor-ma de la administración pública. Las discusiones de la reforma empiezan en un punto en el tiempo cuando los procesos políticos, al igual que las preferencias de los actores políticos, están relativamente estructuradas en una manera característica. Los dife-rentes niveles de acción y participa-ción en los procesos políticos, se han expandido más rápidamente en las sociedades más avanzadas y en menor medida en las sociedades emergentes, lo que permite incre-mentar las posibilidades del control popular de las elites cuyas decisio-nes afectan las vidas.
Transformaciones
de la administración pública
del Estado-nación
La administración del Estado puede ser de alguna de las siguien-tes formas: patrimonial, burocrática y la nueva gerencia pública o nueva gestión pública.
Las instituciones de los siste-mas políticos establecidos en Lati-
noamérica, no tuvieron las capaci-dades para el establecimiento de una autoridad efectiva capaz de separar los beneficios privados que proporcionaban de los beneficios de carácter social, con lo que se refor-zaba las conductas patrimonialistas. La sociedad autoritaria limita el al-cance de un orden político basado en la cooperación social, y desarrolla un sistema de intercambio político donde se otorgan derechos y privile-gios por lealtad y apoyo.
Estos problemas incluyen un pronunciado grado de explotación económica, desigualdad social y económica, injusticia social y política que ha caracterizado a la región desde los tiempos en que los indíge-nas, pobladores de estas tierras, fueron subyugados por la fuerza a la dominación colonial europea en el siglo XVI.
El cambio de la administración pública patrimonial a la burocrática apoyó la formación del Estado liberal autoritario, en el siglo XIX, pero el ascenso del Estado social liberal adopta la nueva gestión pública, por lo que se les asocia, como en el caso de los regímenes ultraliberales aunque no necesariamente en los socialdemócratas.
El perfil de las burocracias lati-noamericanas se aleja del modelo racional de burocracia de Weber, para ajustarse a las necesidades del modelo de Estado social democráti-co. En el concepto weberiano, el Estado monopoliza el poder y el uso legítimo de la coerción.
El modelo de desarrollo se ba-saba en la estrategia de creación de polos de crecimiento promovido por organismos regionales. En la década de los setenta del siglo pasado, los procesos de planeación normativa y centralizada, implementados en el paradigma organizacional, se orien-taron hacia el modelo de desarrollo centralizado, basado en un modelo de planificación regional desconcen-trada, pero dirigida y coordinada desde una institución nacional.
La reforma del Estado basada en el modelo racional normativo weberiano, se caracteriza por la racionalización legalista del Estado, que fortalece la administración bu-rocrática de estructuras verticales y una cultura patrimonialista y cliente-lar. Se realizó entre los años cin-cuenta y ochenta.
La reforma administrativa de los setenta se orientó a la búsqueda de la racionalidad instrumental y la neutralidad política.
Las etapas de la reforma de la administración pública comprenden el ajuste estructural orientado a ade-cuar el tamaño y nivel de interven-ción del Estado, para afrontar la crisis financiera y la reingeniería institucional que comprende las ac-ciones e instrumentos para rediseñar el aparato institucional y burocrático del Estado, sus estructuras, proce-sos, tecnologías, comportamientos, etc., es decir, hacia un proceso de reburocratización mediante la adop-ción de métodos, técnicas y siste-mas de gerenciamiento público. Los Estados imperialistas desempeñan un papel importante en la gestión de las crisis financieras y económicas de los Estados menos desarrollados, y de aquellas empresas transna-cionales que entran en problemas financieros.
Las reformas del sector públi-co fueron orientadas por la nueva gestión pública y han sido delimita-das por las medidas de ajuste es-tructural, reducción de funciones y de personal, procesos de privatiza-ción y medidas contra la corrupción.
Las estrategias para la ejecu-ción de la reforma administrativa pueden ser la centralizada y la des-centralizada, en función de las varia-bles cultura nacional e instituciones del país, de acuerdo a las conclusio-nes de Crozier (1998). La descentra-lización tiende a la desaparición progresiva de las fronteras entre la complejidad e interdependencia de lo público y lo privado. No existe información comparativa sólida so-bre el diseño de políticas efectivas de descentralización.
Con las reformas al aparato burocrático del Estado nacional, se disminuye el número de instancias de relación directa con la ciudadan-ía, las que se transfieren a los nive-les de gobiernos locales, mediante procesos de descentralización que tienen un común denominador: el fortalecimiento de instituciones de gobierno que están más cerca de los ciudadanos, para cerrar la brecha entre los procesos de formulación, implementación y control, mediante la administración de sistemas loca-les, capaces de conducir a una ma-yor eficiencia institucional, transpa-rencia y rendición de cuentas en el desarrollo y entrega de servicios sociales. Todo sistema tiene objeti-vos determinados por las necesida-des, deseos e intereses de los sub-sistemas que a su vez requieren de la transformación de insumos, orga-nización y medios de trabajo.
Homogeneidad y rigidez de normas son obstáculos a la auto-nomía de los procesos de descentra-lización, que no permite a los go-biernos locales que avancen en función de sus propias posibilida-des, oportunidades y potencialida-des, definiendo sus propias instan-cias y mecanismos de participación, los que se orientan a la gestión de proyectos y construcción de obras sin otorgar a los ciudadanos el poder de decisión para convertirlos en ac-tores políticos.
La acción pública que corres-ponde a las políticas públicas se organiza bajo la lógica territorial, referida a un centro, y su relación horizontal y multisectorial en varios espacios geográficos, delimitados por un conjunto de normas que in-tentan la cohesión social y que sustentan la gobernabilidad local, mediante formas de gobierno hori-zontales y no jerárquicas. La lógica sectorial referida a la relación dialéc-tica entre lo global y lo sectorial. El ordenamiento vertical de las políticas públicas sectoriales, ponen a prueba la capacidad del Estado, y los proce-sos de reterritorialización tienden a desectorizar la acción del Estado.
Las reformas de la primera generación redefinen sus funciones bajo el modelo de desarrollo basado en la liberalización económica. El individualismo pregonado por Rea-gan y el “evangelio del libre merca-do” que fue enseñado a los pobres e indefensos, alcanzando el proteccio-nismo niveles sin precedentes, y la administración invirtiendo fondos públicos en la industria de la alta tecnología. Las corporaciones nor-teamericanas inspiradas en los “va-lores americanos” lograron estable-cer primacía en los mercados internacionales (Chomsky, 2001). Las acciones de Thatcher en Gran Bretaña constituyen un buen ejemplo para ilustrar los alcances del modelo económico basado en el libre mer-cado. La deriva del sistema financie-ro internacional, en tanto sistema de financiamiento del desarrollo, se produce en 1980-81. Con el movi-miento de liberalización financiera lanzado por el presidente de los Estados Unidos y la primera Ministra Margaret Thatcher, se franquea una nueva etapa.
Las reformas pretenden el fun-cionamiento eficiente del mercado mediante la reducción de los costos de transacción, procesos de descen-tralización y modernización de la administración pública. El análisis de las reformas estructurales se plantean desde los resultados y desde los principios que garanticen los derechos de los agentes económicos. Se desarrolla el con-cepto de políticas públicas orienta-das por el Consenso de Washington, y se profundiza en los procesos de formulación e implementación.
Se presentó una letanía orto-doxa de quejas en contra de las políticas de importación substitutiva, y proclamó el camino del desarrollo marcado por un radicalmente nuevo modelo: el levantamiento unilateral de las tarifas arancelarias, la aboli-ción de los subsidios a los consumi-dores, sacar al Estado fuera de la administración microeconómica, alentar los flujos de capital foráneo en todas sus formas. Este modelo fue promovido por el Banco Mundial, BM, y sus agencias de Estados Uni-dos para el desarrollo internacional. Este manifiesto neoclásico circuló en los países latinoamericanos prove-yendo el razonamiento y la inspira-ción de una creciente banda de re-formadores liberales. En 1985, con el plan Baker, se define el compro-miso de los países latinoamericanos endeudados para adoptar las estra-tegias neoliberales en sus reformas.
La reestructuración de las economías impuesta a los países menos desarrollados, a través de los programas de ajuste estructural, tiene como criterio técnico lograr la eficiencia en sustitución del criterio social, para facilitar los pro-cesos de acumulación y reproduc-ción del capital transnacional. Los flujos internacionales de comercio se incrementan sustancialmente y los mercados financieros en las eco-nomías desarrolladas que están en proceso de integración creciente, elevan las posibilidades de cambios en la severidad de los ciclos interna-cionales de negocios y en su sincro-nización. Inherentes a las prácticas de los sistemas de gestión macroe-conómica es el comportamiento in-cierto, cíclico y caótico que conlleva colapsos y crisis financieras para los principales agentes económicos.
El principal obstáculo era el Estado, que provocaba las inflacio-nes para cubrir su déficit fiscal. El otorgamiento de los créditos a los países pobres llevan como condición que se sometan a un programa de ajuste estructural, que implican me-didas tales como la liberación de controles a las inversiones extranje-ras y a los flujos financieros, desre-gulación de los mercados, privatiza-ción de empresas propiedad del Estado, reducción de las políticas sociales y control salarial, entre otras.
El neoliberalismo alienta como medidas económicas la disminución del gasto público, especialmente la reducción de prestaciones de servi-cios por parte del Estado, particu-larmente a los sectores más pobres de la población. La implantación formal de esta perspectiva en los Estados latinoamericanos fue deno-minada ajuste estructural, y consistió básicamente de siete pasos: la aper-tura unilateral de los mercados forá-neos, privatización extensiva de las empresas del Estado, desregulación de bienes, servicios y mercados laborales, liberalización del mercado de capital, con una privatización extensiva de los fondos de pensio-nes, ajuste fiscal basado en una reducción drástica del gasto público, reestructuración y adelgazamiento de los programas sociales apoyados por el Estado con un enfoque de esquemas compensatorios para los grupos más necesitados, y el fin de la política industrial y cualquier otra forma de capitalismo de Estado y concentración de la administración macroeconómica (Portes, 1997).
Los defensores del modelo económico neoliberal sostienen que si se eliminan las restricciones im-puestas políticamente al desarrollo, y se mejoran la rendición de cuentas y la trasparencia en la administración pública, los actores económicos tendrán libertad y mejores oportuni-dades para buscar retornos eco-nómicos. Las reglas del modelo eco-nómico neoliberal están diseñadas para beneficiar a los países desarro-llados, manteniendo sus ventajas a costa de sacrificar los niveles de desarrollo de los países menos desarrollados. Para mantener sus ventajas, los países desarrollados cancelan las oportunidades y prácti-cas que utilizaron para alcanzar altos niveles de crecimiento económico, y se aprovechan para continuar la explotación mediante la formulación ahistórica de políticas para el desa-rrollo económico.
Las reformas de la primera generación establecieron los cam-bios macroeconómicos para orientar la apertura de las economías. La principal condición impuesta es la reestructuración de las economías mediante programas de corte neoli-beral denominados de “ajuste estruc-tural”, orientados a reducir la inter-vención del Estado en la economía, a la privatización de las empresas del sector público, y a la liberaliza-ción de los flujos comerciales y fi-nancieros internacionales, a efecto de ir ajustando paulatinamente las economías nacionales a la global.
Las reformas estructurales de la política social y laboral alientan la desmercantilización. Simultánea-mente, el capitalismo globalizador relega al Estado el papel de atender a los sectores excluidos por la com-petitividad del mercado laboral, y los sistemas de producción flexible, a través de la hipótesis de la compen-sación de niveles de desigualdad. El Estado adopta varias estrategias desmercantilizadoras, tales como la individualización de los beneficios, aliento de la solidaridad basada en la familia y redes primarias, delegación de las responsabilidades a instan-cias locales, y fomentando la gestión privada del bienestar, para atender a los segmentos en situación de vulne-rabilidad social.
Se argumenta que la gestión del Estado debilita la gestión privada de los individuos y empresas, así como los recursos sociales. La ges-tión privada funciona en organiza-ciones específicas a nivel micro. La administración de las organizaciones ha sido influida por la ética calvinista del trabajo. Los procesos transna-cionales involucran múltiples organi-zaciones o poblaciones de organiza-ciones en industrias y sociedades. El prestigio de la organización es im-portante para impulsar los cambios en cualquier campo organizacional. La adaptación al cambio involucra costos de transacción más bajos y mejores resultados que la reforma.
El Fondo Monetario Interna-cional, FMI, argumenta que “la po-breza habría sido mayor sin las re-formas estructurales” en oposición a los analistas que comentan que “los niveles de pobreza han aumentado en los países que han emprendido reformas estructurales y que se constata la prueba manifiesta del fracaso de estas reformas”. (Larsen, 2002). En términos generales, hay necesidad de fortalecer la sustenta-bilidad de las capacidades individua-les e institucionales de los pobres, para establecer las demandas de acuerdo a sus necesidades.
En los ochenta se transita de la administración a la gerencia públi-ca en la búsqueda de las organi-zaciones gubernamentales más efi-cientes y eficaces mediante el uso de racionalidades instrumentales. La administración del cambio organiza-cional implica una mayor descentra-lización de las decisiones, el uso de sistemas de administración flexible, mayor autonomía de los subsiste-mas organizacionales, estructuras planas con una mayor circulación de la información, etc. El cambio orga-nizacional es más lento para imple-mentarse que el cambio institucional y político.
La administración pública ge-rencial es una etapa más avanzada de la administración pública burocrá-tica, y esta a su vez de la adminis-tración patrimonial del Estado. El viejo modelo de gestión pública bu-rocrática basada en una racionalidad normativa ha cedido paso a un mo-delo de gestión orientado por una racionalidad tecnocrática. La admi-nistración pública burocrática que superó al patrimonialismo, perdió su razón de ser con la reforma del ser-vicio público, más orientada hacia el control procesal.
La Nueva Administración Pública es una respuesta de la eco-nomía neoliberal a la crisis financiera del Estado-nación. El Estado como articulador de la gobernabilidad en las esferas económicas, sociales y políticas, está en constantes trans-formaciones discontinuas conforme a un nuevo diseño neoliberal. La nueva gestión pública orienta las organizaciones del Estado hacia las leyes del mercado, bajo formas dife-rentes de contratación y con un ma-nejo gerencialista. El nuevo geren-cialismo incorpora instrumentos y prácticas gerenciales del sector em-presarial, que separan las funciones administrativas de las políticas, las actividades exclusivas del Estado y de otros agentes, introduce la meto-dología de la reingeniería de proce-sos, sistemas de desempeño atados a incentivos y formas de rendición de cuentas o accountability.
El sistema de medición del desempeño estratégico es uno de los componentes de la Nueva Admi-nistración Pública. Bonaglia, Braga de Macedo y Bussolo (2001) sostie-nen que existe una relación entre globalización que afecta la goberna-bilidad y el desempeño económico. Pero lo que aquí interesa es estudiar la relación existente entre los proce-sos de gobernabilidad y de globali-zación y el desempeño económico, variables que se afectan entre sí debido a la complejidad mutua de sus relaciones.
En un ambiente tan cambiante por su incertidumbre, complejidad y diversidad, algunas técnicas admi-nistrativas de organizaciones priva-das, pueden ser usadas para mejo-rar el desempeño de las instituciones públicas. La aplicación de las mejo-res experiencias en las técnicas, métodos y sistemas de la adminis-tración de empresas, para mejorar el desempeño de la administración pública, es una tendencia que lleva implícita la descentralización de las funciones y el manejo del cambio institucional.
De acuerdo a Bresser-Pereira (2001), la reforma de la administra-ción pública es gerencial, porque extrae su inspiración de la gestión de empresas privadas, y porque adopta una promoción de autonomía y accountability de las agencias públi-cas como estrategia básica para alcanzar más eficiencia y calidad. Es democrática porque presupone a) el gobierno democrático, b) control social por la sociedad civil como una forma principal de accountability política, y c) requiere transparencia de las agencias públicas. Es demó-crata porque afirma el papel del Estado de garantizar la protección eficaz de los derechos sociales. Es social liberal porque cree en el mercado como un agente excelente, aunque imperfecto, en la asigna-ción de recursos, y ve la terceriza-ción de servicios y la competencia administrada como herramientas de accountability.
La democratización del Estado y Nueva Gestión Pública son proce-sos que se correlacionan y se ade-cuan dependiendo de las situaciones diversas de los Estados nacionales.
El nuevo modelo de gestión pública requiere que los procesos de formulación e implementación de las políticas públicas estén estrecha-mente vinculados con las capacida-des del Estado y sus contribuciones al logro de la gobernabilidad de-mocrática. Quizás las corporaciones transnacionales son las únicas que realizan un capitalismo de alianzas y de inversiones conjuntas que refuer-za conductas cooperativas. Sin em-bargo, la propiedad corporativa pue-de ser, además de difusa con un control administrativo rígido, concen-trada en pocos principales capita-listas y en algunos trabajadores in-fluyentes en la corporación. Los acuerdos multilaterales de inversión entre diferentes Estados-nación, siempre tienen como fundamento la participación de las empresas trans-nacionales. Una nueva cultura de la administración viene a dominar el medio ambiente de las corporacio-nes globales que alcanzan niveles altos de expansión, mediante el em-pleo de estructuras multidimensiona-les que les permite alcanzar ventajas competitivas sobre sus principales rivales.
Las estrategias cooperativas y de autogestión en los sistemas de producción, distribución y consumo, no siguen la observancia de proce-sos democráticos, como el modelo de gobernabilidad democrática su-giere, sino los dictados de un grupo de agentes económicos con in-tereses de hegemonía. Los costos de agencia resultan cuando los ad-ministradores persiguen sus propios intereses en detrimento de los de los accionistas. La función de control para monitorear los consejos corpo-rativos de las organizaciones, se deriva directamente de la teoría de la agencia, que describe el potencial para los conflictos de interés que surgen de la separación de la pro-piedad y el control organizacional.
La tendencia de la nueva ges-tión pública, según Echabarría (2000) se orienta a fortalecer las funciones estratégicas de los gobier-nos (coordinación, gestión transver-sal, control y evaluación de resulta-dos), descentralizar y orientar a resultados flexibilizando las estructu-ras y los procedimientos (agencias, sistemas presupuestarios, gestión del rendimiento, delimitación política y gestión), crear competencia y ca-pacidad de elección (mercados in-ternos, contratación de servicios, cobro por prestaciones, privatización y externalización de servicios), pro-porcionar servicios de calidad (mejo-rar la accesibilidad y participación, establecer estándares de servicio e indicadores de desempeño, reducir las barreras administrativas), mejorar la gestión de los recursos humanos (descentralización de la gestión, flexibilizar las condiciones de traba-jo), y optimizar el uso de las tecno-logías de la información (comuni-cación electrónica interna y externa, gestión de procedimientos y automa-tización de oficinas, e información de gestión).
La Nueva Gestión Pública in-cluye los procesos de descentraliza-ción y de devolution en todos los niveles de gobierno, aunque en su implementación no siempre conside-ró las complejidades locales. Con los procesos de devolution la contraloría social se fortalece. La eficacia del control social tiene una relación es-trecha con la fortaleza que el Estado tenga para implementar sus políticas públicas. Por lo tanto, la ciudadanía exige la rendición de cuentas y la adaptación de los servicios públicos, los que pueden ser más eficientes a escala local. No obstante, los proce-sos de devolution no han sido del todo exitosos porque todavía no responden a las demandas popula-res por mejores servicios públicos, bajo el esquema de las reformas estructurales. Faguet (1999) sugiere que la descentralización es un nexo entre las decisiones de inversión pública con las necesidades locales, de tal forma que los procesos de descentralización fiscal se identifican como procesos de descentralización administrativa, que permite a los gobiernos locales definir sus propias políticas de ingreso y gasto mediante la innovación. La lógica de la des-centralización es la territorialización de la política pública. La delimitación de los espacios territoriales que son considerados como regiones, en las que se formulan e implementan las políticas públicas o policies.
Los procesos de descentrali-zación considerados como una es-trategia de las prácticas de la Nueva Gestión Pública con orientación neo-liberal, adapta la administración bu-rocrática a las demandas de la ciu-dadanía, aumentan la participación política y el empleo de mecanis-mos de contraloría social y de accountability o rendición de cuen-tas. Efectivamente, los procesos de descentralización impulsados por el sistema capitalista, son inherentes a su propio desarrollo en las circuns-tancias actuales de trasnacionaliza-ción de la economía y los mercados en el que el Estado-nación, que una vez fue funcional para su expansio-nismo, ahora es el principal estorbo.
La Nueva Gestión Pública busca la eficacia a nivel macro, a través de los cambios estructurales en las relaciones multiorganizaciona-les. La Nueva Gestión Pública se orienta al cambio de las estructuras institucionales en transición, de nor-mas y valores que difiere del cambio de estrategias de los actores indivi-duales. Hasta ahora se establecen estos estándares y normas en forma muy desordenada, en función de sistemas de incentivos que provie-nen de los intereses de una constelación multiforme de actores privados, grandes corporaciones transnacionales, empresas y clusters locales, consumidores, científicos, sindicatos y Organizaciones No Gu-bernamentales, ONG, en el marco de redes de políticas globales, .en procesos de cooperación y conflicto con actores involucrados en situa-ciones en las que las empresas se ven obligadas a adoptar normas debido a la presión de los otros actores.
El principal papel de la gestión pública es regular las condiciones para la provisión de los bienes y servicios, cuya producción deja de ser el monopolio del Estado, para transferir la responsabilidad a las organizaciones sociales orientadas a lograr el beneficio colectivo. La in-corporación de las Organizaciones de la Sociedad Civil, OSC, en los procesos de formulación e imple-mentación de las políticas públicas se establece mediante relaciones que son gobernadas por el “respeto a la independencia y autonomía de las OSC, por el reconocimiento de su identidad especial y por la trans-parencia y la imparcialidad en los tratos” según Martínez Nogueira (2001). Las OSC proyectan y des-pliegan la capacidad de la acción del Estado.
La ciudadanía tiene que parti-cipar en la gestión de los servicios públicos para legitimar las acciones de un Estado ágil, con un gobierno de integración y equilibrio social y que atiende a las demandas socia-les. Algunos mecanismos que con-trarrestan la baja capacidad de los gobiernos locales para la provisión de servicios públicos de calidad, son la concesión y control de gestión de servicios públicos municipales, así como su privatización.
El gobierno puede delegar la provisión de los servicios pero no la rendición de cuentas. En la dimen-sión política, el gobierno no puede delegar la rendición de cuentas como lo hace con la previsión de los servicios, porque debe responder directa o indirectamente como auto-ridad a la población.
Estos procesos de accountabi-lity involucran las formas tradiciona-les de rendición de cuentas, tales como las auditorías, las reglas pro-cesales y la revisión parlamentaria y de nuevas formas, tales como el control social, contratos de gestión y de competencias.
La Nueva Gerencia Pública es un modelo que tiene su sustento en el empleo de técnicas, métodos y sistemas de la administración priva-da y pública orientados a mejorar los procesos, a innovar y al cambio or-ganizacional mediante las denomi-nadas cinco Rs: reestructuración, reingeniería, reinvención, realinea-ción y reconceptualización, con sus respectivas herramientas que se emplean para la gestión guberna-mental de cometidos de la función pública, orientados a lograr la cali-dad y efectividad.
La Nueva Gestión Pública es un proceso de reingeniería y redise-ño de las relaciones entre los acto-res involucrados en la esfera estatal para la creación de valor público, mediante el fortalecimiento de las instituciones que a partir del aumen-to del capital social y el aprendizaje organizacional, promueven espacios de confianza entre el sector público, la ciudadanía y la sociedad civil. Sin embargo, el requisito para un desa-rrollo efectivo es la ciudadanía real, y por tal entendemos una ciudadanía en sentido amplio que comprende, tanto los derechos políticos, económicos y sociales.
En las nuevas formas de ges-tión pública se tiene un mayor con-trol social, de los impactos y la com-petencia en iniciativas que se implementan en un proceso gradual. El control social es un instrumento para lograr una mayor rendición de cuentas, que son prácticas incompa-tibles con las patrimoniales. La auto-ridad es también responsable admi-nistrativamente por la ejecución de tareas en función de criterios de desempeño, probidad moral, res-ponsabilidad, buen juicio de las ac-ciones y prudencia, reforzada por el ethos de la Nueva Gestión Pública.
La implantación de un sistema más eficiente de administración pública gerencial que propicie una rendición de cuentas, supone la exis-tencia de un sistema democrático con reglas de ley bien establecidas. Los procesos de gestión pública necesitan ser democratizados me-diante la consolidación de la partici-pación de los ciudadanos en la búsqueda de alternativas, para una correcta y eficaz toma de decisiones que garantice su aplicación.
La participación de los ciuda-danos en los procesos de formula-ción, iniciativa e implantación de las políticas públicas es limitada, oca-sional y sujeta a procesos débilmen-te institucionalizados. La planeación participativa se sustenta en una se-lección de demandas populares, definición de prioridades y estable-cimiento de mecanismos de gestión popular o participativa, para la for-mulación e implantación de políticas públicas. La emergencia de la parti-cipación política de los grupos socia-les excluidos, que como sujetos polí-ticos colectivos ponen en acción práctica principios democráticos de la política, contradicen y confrontan la democracia representativa institu-cionalizada, cuestionan el orden establecido y muestra su crisis hegemónica.
Por lo tanto, los procesos de la Nueva Gestión Pública se sustraen de los manejos políticos que solo tienden a buscar los beneficios de grupos y facciones políticas en de-trimento del beneficio colectivo. Por naturaleza, la administración pública es altamente intensiva en informa-ción. La administración pública se basa fuertemente en el uso de las tecnologías de la comunicación y la información para colectar, procesar y difundir la información en los domi-nios públicos y privados.
Una nueva gestión pública orientada a servir a lo público, a la colectividad como origen de su desempeño, obliga a repensar y a rediseñar sus funciones y procesos bajo nuevas formas de organización, que propicien la transparencia y rendición de cuentas y tome en consideración las opiniones de los ciudadanos y los involucre en los procesos de toma de decisiones y formulación e implantación de las políticas públicas.
La modernización de la gestión pública propuesta bajo nuevos su-puestos son explicitados en el para-digma de la Nueva Administración Pública, la que se instrumenta en la reforma administrativa, y cuyos re-sultados en lo que se refiere a la prestación de servicios públicos, no han sido del todo positivos (Ramírez Alujas, 2002). Bajo el supuesto del “secuenciamiento”, para entrar a la reforma de la nueva gerencia que promueve una mayor flexibilidad en el empleo público, era necesario haber cubierto completamente la etapa de los servicios públicos que implica el fortalecimiento del servicio civil y la carrera administrativa.
El establecimiento de un sis-tema de servicio civil de carrera con-tribuye a formar administradores profesionales más capacitados y entrenados que procuran hacer más eficiente la administración pública y a darle continuidad en sus progra-mas. El eclecticismo del personal administrativo es responsable de la desprofesionalización de la adminis-tración en ciertos países, agravado en algunos casos por una escasez de personal debido a un rápido cre-cimiento de la economía. El control administrativo es generalmente ejer-citado por los oficiales sobre sus subordinados, ya sea en forma autó-noma o dirigido a su vez por el con-trol judicial. Una administración pública de más calidad, efectividad y estabilidad es sostenida por un sis-tema de servicio civil con mayor profesionalismo y que proporciona coherencia a la continuidad de los programas de gestión gubernamen-tal, a pesar de los cambios electora-les y de las posiciones ideológicas.
A mediados de los noventa se inician las reformas de la segunda generación, con una fuerte orienta-ción a transformar la relación entre el Estado y la sociedad, mediante la instrumentación gerencial de la ad-ministración pública que busca el desarrollo de las instituciones y su perfeccionamiento democrático de un Estado de Derecho y cambios en los patrones sociales y culturales.
Las reformas de la segunda generación están orientadas al desa-rrollo y perfeccionamiento democrá-tico institucional del sistema político burocrático, mediante mecanismos de comunicación entre el Estado, mercado y la sociedad civil. La re-forma del Estado enfatiza las refor-mas institucionales que fortalecen la gobernabilidad, con base en un sis-tema democrático y de libre mercado (Prats, 1998).
Las instituciones son consus-tanciales a la idea de orden económico y se relacionan en torno a las relaciones normativas de la administración pública. En cualquier interacción humana se presenta la incertidumbre estratégica la que puede ser constreñida a la conducta. La función de las instituciones es reducir la incertidumbre a través de importantes elementos, como asegu-rar la propiedad y los contratos de derechos. Las fallas en la prevención y administración del impacto negati-vo de las fuerzas globales, actúan en las realidades locales y encuentran medios culturalmente apropiados para responsabilizar a las institucio-nes en cuanto a mayor democratiza-ción, eficientes y rendición de cuen-tas al público.
Una perspectiva más visiona-ria es la que puede equilibrar las funciones de los mercados, los Es-tados y la sociedad civil, de tal forma que evite los excesos regulatorios y se rediseñen las estructuras para transparentar y normalizar los siste-mas de información y de contabili-dad. La contabilidad institucional identifica a las instituciones tal como son usadas y aplicadas actualmente poniendo especial énfasis en los costos relativos para modificar reglas y los correspondientes mecanismos de aplicación.
Los sucesivos fracasos, la acumulación de críticas, el estanca-miento y creciente deslegitimación de las reformas, inclinaron la balan-za hacia un enfoque cada vez más institucionalista. El nivel institucional, social o de medio ambiente se enfo-ca en los procesos de legitimación. De acuerdo a Cruz (2002), todo pro-ceso de legitimación implica las justi-ficaciones imperativas: (el por qué), procesal-institucional (el quién y cómo en el desarrollo de las políti-cas), el operativo-instrumental (el cómo en la gestión) y la sumativa de valor publico. Así, se tiene que justi-ficar el ejercicio del poder en un acuerdo institucional mediante la aplicación de las políticas públicas.
Para evaluar una institución desde la perspectiva económica se debe tener un modelo de profecías que puede servir como la base para los juicios significativos de bienestar. Los sistemas institucionales pueden limitar los alcances del crecimiento económico y el desarrollo social. Sen (1996) puntualiza que “el hecho de que el desarrollo social por sí solo, no necesariamente pueda generar crecimiento económico, es totalmen-te coherente por la posibilidad, ac-tualmente comprobada a través de muchos ejemplos, de que facilita considerablemente un crecimiento económico rápido y participativo, cuando está combinado con políticas amigables a efectos de mercado que fomentan la expansión económica”.
Basados en los enfoques so-bre capacidad institucional, nuevos sistemas de gestión del gobierno y capital social, se ha intentado re-componer la deteriorada capacidad de regulación del Estado, crear o recrear normas e instituciones que aseguren un funcionamiento más formal y controlado del mercado, y que disminuyan los efectos perver-sos creados por la desregulación de éste sobre la sociedad. De acuerdo con Estefanía (2002) la regulación es la práctica obligada y equivalente, cuando se produce una tendencia a la liberalización de la economía. Liberalización y desregulación con-ducen, como demuestra ab nauseam la última coyuntura al abuso. Des-pués de cada crisis bursátil aumen-tan las capacidades regulatorias. Para prevenirse contra ello, los neo-liberales ya advierten de una 'exube-rancia regulatoria' futura. Se está revisando todo. Se cuestiona la libe-ralización económica como el princi-pal instrumento de la globalización para la promoción del desarrollo, cuya versión radical propone como estrategia un Estado minimalista. La dificultad consiste en guardar el equilibrio conveniente entre Estado y mercado.
La desregulación es la elimi-nación de los obstáculos de gestión y seguimiento gubernamentales que impiden el libre movimiento de bie-nes, servicios y capitales. Estas me-didas benefician a las empresas y a los gobiernos que conceden estos créditos a cargo de los costos socia-les que son muy elevados. Por lo tanto, mientras que los resultados macroeconómicos señalan incre-mento de la productividad por un lado, por el otro, las bajos salarios, el alza de los precios, el aumento de la tasa de desempleo, etc., generan exclusión social y pobreza.
El concepto Hegeliano de una sociedad civil burguesa adquiere vigor y se involucra en el espacio público en forma de opinión pública en las sociedades modernas. Éstas tienen como características la dife-renciación social, la secularización de la cultura política y un sistema político. La opinión pública es la característica que diferencia la so-ciedad civil del Estado, y que repre-senta la voz de la sociedad civil en la esfera política. La sociedad civil es una red asociativa que comprende todos los intereses sociales, y facilita la participación de los ciudadanos que forman parte de un sistema político.
La sociedad civil se expresa en la intencionalidad ética y la res-ponsabilidad social de sus resulta-dos a través de la acción de sus organizaciones. Sin embargo, las diferencias de la densidad de las organizaciones sociales también varían regionalmente, ofreciendo diferentes niveles de oportunidades y posibilidades de organización, expresión y manifestación de los intereses de los individuos, por lo que se puede decir que tanto social como territorialmente, la sociedad civil es desigual. Así, algunos de los problemas que confronta la sociedad civil son las desigualdades estructu-rales que permanecen intocables, la falta de medios para monitorear el impacto de sus acciones y la rendi-ción de cuentas colectiva para reali-zar las nuevas tareas.
Las transferencias de conoci-mientos y experiencias fortalece a la sociedad civil y les otorga capacidad y autonomía para ejercer sus funcio-nes en las nuevas formas de gober-nabilidad. La buena gobernabilidad incrementa la calidad de su capital social, en tanto evoluciona en formas democráticas de gobernabilidad y puede invertir más recursos para construir instituciones que promue-van el desarrollo.
La transformación de capital social en político explica la formación de las políticas públicas con el apoyo instrumental teórico metodológico de la nueva economía institucional, la teoría principal-agente, etc. y por lo tanto, determinan la acumulación del capital social de los diversos actores y su inversión en áreas diferentes, dependiendo de su capacidad para identificar formas más eficientes de transformación de capital.
El capital político se refiere a las actitudes y actividades que in-fluencian al Estado. “En la perspecti-va privada, el capital político (instru-mental) consiste en los recursos que un actor (…) puede disponer y usar para influenciar los procesos de for-mación de políticas y generar resul-tados de interés para el actor (…). En la perspectiva pública, el capital político se refiere a las variables estructurales del sistema político que influencian las posibilidades de los diversos actores políticos para acu-mular capital político instrumental, y que también determinan la efectivi-dad de sus diversos tipos” (Birner y Wittmer, 2000). Los recursos políti-cos instrumentales son utilizados por los actores para sus propios intereses políticos y entran en con-flicto con los agentes quienes mane-jan mejor información para la gestión de los procesos gubernamentales.
Son además instrumentales en relación a los apoyos a las comuni-dades para neutralizar y combatir políticas negativas a la promoción del desarrollo social sustentable de los gobiernos, de grandes corpora-ciones transnacionales y multinacio-nales y de los grandes capitales financieros. Las empresas transna-cionales producen y comercian a través del globo, buscando la ventaja económica con apoyo en una admi-nistración multinacional, sobre una base nacional. Lo hacen mediante la insistencia en la eliminación de las regulaciones de los Estados nacio-nales con el propósito de estable-cer relaciones de poder de los Estados imperiales. Las prácticas administrativas y organizacionales están orientadas a cambiar la cultura para reorientar las instituciones en un enfoque “hacia fuera”. La organi-zación del conocimiento de la comu-nidad, es por sí misma una palanca para el desarrollo. A escala local, las disfuncionalidades institucionales pueden ser mayores por la falta de coordinación con la burocracia del Estado, y la carencia de sensibilidad para detectar las necesidades co-munitarias para administrar progra-mas de desarrollo.
Las disfuncionalidades del Es-tado en el crecimiento económico y desarrollo social conlleva problemas de gobernabilidad. Hasta ahora, las prácticas de las políticas sociales han sido manejadas por las reformas de las políticas macroeconómicas, para cambiar la administración de los servicios sociales a través de la descentralización y la privatización. La política social tal como es aplica-da actualmente puede solventar el impacto negativo de la liberalización del mercado, pero continúa favore-ciendo la principal corriente de efi-ciencia y las consideraciones del mercado en las inversiones sociales. El papel del mercado refuerza más que resuelve, las condiciones que reproducen la desigualdad en el acceso, calidad y uso de bienes públicos.
Los cambios en la política so-cial tienen un impacto desigual en los papeles y responsabilidades del Estado en los diferentes sectores, y un impacto moderado en el éxito del fortalecimiento de la capacidad de administración social de los gobier-nos locales. El nuevo acercamiento a la política social debe examinar las capacidades de los gobiernos loca-les, estatales y nacionales, las orga-nizaciones de la sociedad civil para introducir formas participativas de administración social de los sistemas de políticas sociales.
Los nuevos tiempos requieren de prácticas de la administración social, o el conjunto de condiciones para el desarrollo de las capacida-des individuales e institucionales, para identificar las demandas socia-les, promover el debate público y manejar las respuestas sociales, así como de las innovaciones de política social, o los medios para generar, proveer, financiar y monitorear los servicios sociales. La redefinición de las metas de la política social cam-bian para crear capacidades huma-nas e institucionales rendidoras de cuentas. La reconceptualización del papel de la política social, requiere de un cambio de solución de pro-blemas y administración de crisis a corto plazo, a una agenda de desa-rrollo a largo plazo de prevención de problemas.
Las políticas sociales se fun-damentan en supuestos internos y externos de los valores acerca del desarrollo, crecimiento, necesidades y bienestar humano. Estos supues-tos de las políticas sociales res-ponden a factores normativos que definen las decisiones políticas. Así, el cambio de las políticas sociales de acuerdo con los cambios de las variables macroeconómicas, se ha quedado corto en los objetivos deseados.
El papel fundamental de la so-ciedad civil es constituirse en los agentes del cambio social, mediante la promoción de la democracia y una mayor participación en los procesos de toma de decisiones públicas. Así, la reforma institucional propone una relación directa de fortalecimiento mutuo entre la sociedad civil y la democracia.
Convendría llamar a este tipo de democracia, la democracia económica, porque acepta que la democracia es uno de los requeri-mientos absolutos del desarrollo, es decir, se acepta el supuesto de que la democracia se logra solamente cuando el desarrollo soluciona los problemas materiales de la socie-dad. Una forma de Estado y gobier-no es la democracia política que da sustento a la democracia social y económica. La democracia económi-ca busca una mejor distribución de la riqueza para lograr la igualdad económica, de tal forma, que se persigue el bienestar social. Así, el concepto tradicional de democracia se ajusta a las condiciones de desa-rrollo del sistema capitalista.
La democracia actual es por tanto una democracia del mercado, y se corresponden al modelo de de-mocracia de Schumpeter. Los teóri-cos de la democracia del mercado defienden que es el mejor sistema de ordenamiento de instituciones económicas y sociales para alcanzar mayores niveles de libertad y bienes-tar. Es más realista el enfoque del conflicto entre la democracia y el mercado. Así, la falta de convergen-cia entre democracia y mercado hace que la democracia se subordi-ne al mercado.
Las actividades de la sociedad civil consolidan la democracia a par-tir de formas asociacionistas defini-das por valores liberales. La crea-ción de nuevas estructuras que democraticen los espacios para la participación ciudadana activa, ca-paz de transmitir la agregación de los intereses individuales en forma representativa de la voluntad gene-ral. En la democracia social, el ethos de la sociedad exige la igual-dad de los miembros de la sociedad civil que en posiciones y estructuras horizontales dan sustento a comuni-dades y asociaciones voluntarias.
En este sentido, comunidad y gobierno local se encuentran en un espacio común y trabajan en un campo compartido, en el que a través de la concertación social ga-rantizan la sustentabilidad de los proyectos. La gestión comunitaria de recursos debe crear las condiciones suficientes para la transferencia de funciones del nivel nacional al local, con el soporte estructural de arreglos institucionales que faciliten la partici-pación política en un sistema de-mocrático, de tal forma que reduzca las brechas del crecimiento econó-mico y desarrollo social desigual. Las decisiones en el ámbito comuni-tario local involucran e incrementan el grado de compromiso de los indi-viduos en tareas colectivas, en el resguardo de recursos no renova-bles que aseguran la sustentabilidad del medio ambiente mediante su uso más racional, eficiente y estable, y en el cuidado de los bienes y servi-cios públicos, con una orientación de beneficio social que respeta las di-versidades biológicas, económicas y culturales.
El desarrollo local debe pivotar sobre la base de interacciones co-munitarias solidariamente compro-metidas, en forma activa y continua-da, independientemente de que existe contigüidad territorial y física. Es en las mismas comunidades donde se encuentran grandes reser-vas de organización político social para la promoción del desarrollo local. La estructuración es un proce-so de madurez gradual y especifica-ción de papeles, conductas e inter-acciones de las comunidades organizacionales, cuyas fronteras y patrones de conducta no son siem-pre del todo fijas, sino que están bajo definición y sujetas a revisión y defensa.
La teoría neorganizacional desarrolló un modelo de decisiones organizacionales que articulan los mecanismos de decisión de los acto-res a las creencias culturales de los contextos organizacionales. Las instituciones que dan forma a las acciones organizacionales se involu-cran en una lógica social que especi-fican las oportunidades o restriccio-nes para las acciones de los individuos y las organizaciones. Las limitaciones cognitivas y de ambi-güedad en el ámbito organizacional restringe la capacidad de los indivi-duos y organizaciones para atender las demandas del medio ambiente.
Para Linklater (1998), en las comunidades políticas surgen las luchas por las transformaciones que dan lugar a la inclusión o a la exclu-sión, debido a que a) los grupos dominantes privan a los ciudadanos de sus derechos legales y políticos; b) los grupos menos privilegiados no mejoran su situación si no se acom-pañan de una mejor distribución de la riqueza y el poder; y c) porque se preservan las diferencias culturales entre los ciudadanos.
La naturaleza del poder políti-co que expresa el Estado, se delimi-ta en función del grado de legitimi-dad alcanzado por la participación ciudadana. La formulación e imple-mentación de políticas de participa-ción equitativa, deben promover procesos de negociación de los in-tereses de las diferentes asociacio-nes y agrupaciones, mediante la construcción de nuevas formas de la sociedad civil, con el propósito de que se fortalezcan como uno de los pilares del desarrollo social y huma-no. Como una sola fuerza, la socie-dad civil puede hacer rendir cuentas a políticos y burócratas.
No obstante Finot (1999) con-cluyó que “sólo excepcionalmente se consiguió la participación de los ciu-dadanos en la gestión pública, además de en las elecciones”. Son riesgos negativos de las sociedades civiles, la debilidad de las asociacio-nes, la falta de autonomía y de de-fensa de los intereses y derechos del grupo y la legalidad de su existencia.
La sociedad política legaliza las acciones de la sociedad civil y ordena su funcionamiento con una orientación hacia la esfera pública. La esfera pública no-estatal es el espacio en que comparten el poder el Estado y la sociedad, más cen-trada en las organizaciones sociales que promueven el talento innovador, emprendedor y gerencial bajo for-mas organizativas de cogestión so-cial. Las relaciones entre el mercado y el Estado pueden ser orientadas por la gobernabilidad democrática, que sirve de sustento a la gestión social mediante la cooperación de las instituciones nacionales que re-gulan los mecanismos de distribu-ción equitativa de los recursos. El nuevo modelo de crecimiento económico centrado en el empresa-rio privado que actúa en el mercado, ha desacreditado al Estado, desvalo-rizado la esfera pública y apoyándo-se en la acción dentro de determina-dos límites de la sociedad civil.
Los cambios institucionales impulsados por la nueva gestión pública crearon nuevas formas y arreglos institucionales tales como las agencias ejecutivas y regulado-ras y las organizaciones sociales. Desde la perspectiva analítica, go-vernance tipifica los arreglos institu-cionales de la sociedad y la gestión de actores comprometidos en un liderazgo moral (perspectiva norma-tiva). Las nuevas formas de gobierno institucionales privilegian la colabo-ración entre los líderes que repre-sentan a diferentes grupos de intereses integrados por ciudadanos con distintas expectativas.
La mejora de la infraestructura social y los servicios públicos recla-man con urgencia la participación de la ciudadanía para incrementar los niveles de calidad de vida. La ciuda-danía se adquiere cuando se defien-den los derechos, tal como lo hicie-ron la clase burguesa y media anteriormente y más recientemente los pobres. La ciudadanización de la política construye un discurso alterno al del Estado hegemónico que pre-tende acotar al mismo poder político, vigilando su comportamiento y coad-yuvando en sus tareas a legitimar sus acciones, con pretensiones de que asuman directamente funciones del mismo gobierno, bajo el supues-to de que los limites de la legalidad no son los mimos de lo legítimo.
El cambio institucional de los servicios públicos con una orienta-ción hacia la acción social, centrado en los valores de la cultura cívica y del capital social es muy complejo, debido a la racionalidad instrumental del enfoque de la eficiencia econó-mica. Las instituciones y las normas constituyen la base del funciona-miento interrelacional que determina el grado de racionalidad instrumental entre los diferentes actores del Esta-do (gobiernos, burócratas, políticos, etc.), el mercado (propietarios priva-dos) y la sociedad civil.
La aplicación estratégica en el ámbito de la administración pública de técnicas de gestión de calidad para mejorar su propia actuación y para lograr un uso más eficiente de los recursos, requiere del diseño de estructuras institucionales que aco-moden las demandas de una ciudadanía más participativa y una sociedad más democrática, en am-bientes inestables y turbulentos de los fenómenos de globalización económica.
El enfoque de calidad en los procesos, más que en el cliente o servicio, es el más aceptado y más conveniente. Las respuestas que proporcione la administración pública con soluciones efectivas y de calidad a las demandas sociales, deben además, estar caracterizadas por el interés público más que el privado, honestidad y transparencia, pero sobretodo alcanzar eficientemente los objetivos relacionados con la mejora del bienestar social, a pesar de las limitaciones impuestas por las condiciones macroambientales, las disfuncionalidades del mercado y la práctica de técnicas de gestión pública.
La teoría del interés se divide en la escuela del interés público y el privado. La teoría del interés público se centra en los procesos de reforma para fundamentar las respuestas políticas a las demandas de la ciu-dadanía, que justifica el uso de nue-vas formas de intervención del Esta-do, mediante políticas públicas que dan respuesta a los servicios de-mandados al gobierno.
La acción política tiene como contexto a las instituciones, cuyas estructuras se forman de los arreglos institucionales específicos, que faci-litan las interacciones entre los actores diversos con diferentes in-tereses, y que caracterizan el siste-ma político. El fundamentalismo del mercado asume que la búsqueda colectiva del interés privado resulta en equilibrio y estabilidad económi-ca. Entre las teorías del interés pri-vado sobresale la denominada “Es-cuela de Chicago” que interpreta los procesos de la reforma institucional como un intercambio de políticas y rentas.
La gestión pública se refiere al cambio estructural orientado hacia la transición a un nuevo marco institu-cional. Los procesos de la gestión pública requieren de un rediseño para la creación de nuevas capaci-dades de las instituciones políticas, orientadas a promover la participa-ción y acción de la sociedad civil en los asuntos públicos locales, me-diante la formación de un capital social. El cambio se manifiesta en el papel que juegan los factores políti-cos e institucionales en el desarrollo económico y social. Así pues, la política y las instituciones políticas habrán de adquirir preeminente im-portancia en los años venideros. El fortalecimiento de la sociedad civil se logra a través de la participación ciudadana en los asuntos públicos, y en el involucramiento ciudadano en los ámbitos de gestión pública local.
La administración pública local debe promover la creación de foros para el debate público sobre los problemas de desarrollo local, para lograr el consenso en la formulación e implantación de las políticas públi-cas. Igualmente, la administración pública local debe establecer las estructuras administrativas suficien-temente flexibles y planas para ca-nalizar la participación activa de la ciudadanía en la promoción de los intereses de la sociedad civil. Las instituciones políticas determinan los procesos de formulación e implanta-ción de decisiones y políticas públi-cas, las que a su vez determinan en forma contingente las capacidades de los gobiernos.
Las reformas de organización y gestión estatal se orientan a lograr una mayor flexibilización de estructu-ras y procesos, con la finalidad de resolver los problemas de contin-gencias que los altos niveles de in-certidumbre y complejidad del medio ambiente representan, a involucrar una mayor participación social y a diferenciar los procesos de regula-ción y de gestión de los servicios públicos.
La promoción del buen gobier-no y el fortalecimiento de las capaci-dades legislativas son objetivos es-pecíficos de la Reforma. En la complejidad de las interacciones entre el sistema político y la socie-dad se delimita el “Buen Gobierno”. El “Buen Gobierno” local aprovecha y estimula la eficiencia adaptativa de su comunidad, enriquece su capaci-dad a través de la incorporación de estilos de gestión que privilegian la participación ciudadana.
El concepto de red enfatiza el carácter horizontal e informal de los intercambios entre los actores. Las redes de actores individuales y co-lectivos “representan un nexo sobre-saliente en la relación entre las per-sonas y los sistemas funcionales” (Lechner, 2000). La administración de lo público en el ámbito del go-bierno local se apoya estratégica-mente en las redes de políticas públicas En la lógica territorial, las redes de políticas públicas delimitan las relaciones entre el Estado, el mercado y la sociedad.
La estructuración flexible del Estado-red en el concepto de Cas-tells (1998) combina los principios de subsidiariedad, flexibilidad, coordi-nación, participación ciudadana, transparencia administrativa, moder-nización tecnológica, transformación de los agentes y retroalimentación en la gestión. El e-government o gobierno electrónico incorpora tecno-logías de información y comunica-ción en sus procesos de gestión pública para obtener una mayor efi-cacia y calidad.
De acuerdo con Robinson (2000), un rasgo clave de la globali-zación es la subrogación del Estado nacional como el principio organiza-dor del capitalismo, que perpetua-mente rehace el mundo en nuevas configuraciones, en donde los espa-cios transnacionales suplantan a los nacionales. El Estado transna-cional comprende una red formada por Estados-naciones externamente integrados e instituciones políticas y económicas supranacionales no centralizadas. El Estado nacional transforma sus funciones bajo el influjo de la globalización, virando de la formulación de políticas naciona-les a la administración de políticas formuladas a través de las institucio-nes supranacionales, las que funcio-nan en consecuencia con los Esta-dos nacionales transformados. La estructura espacial de las unidades geográficas en los territorios físicos delimitan las formas de interacciones entre las diversas entidades.
Una gestión pública de calidad alienta la sinergia social orientada a incrementar los servicios a la socie-dad, a través de profundos cambios en las estructuras institucionales del gobierno y del establecimiento de condicionantes como la creación de una sociedad con un ambiente de legalidad, civilidad y cumplimiento de la ley; actualización constante de la normatividad de la administración pública para adecuarse a los cam-bios del entorno, valores, movi-mientos sociales y nuevos procesos políticos, demandas sociales, ten-dencias en la participación y corres-ponsabilidad ciudadana, etc. Los nuevos movimientos civiles defien-den la soberanía, los derechos de los pueblos y el control de las políti-cas domésticas para sobrevivir con dignidad.
Sin embargo, la calidad de la administración pública no siempre es garantía de la aplicación por parte de la política económica. La calidad de las instituciones locales con el desa-rrollo de instituciones sociales y jurí-dicas que contribuyen al incremento de la productividad de la fuerza de trabajo, reducen los conflictos socia-les, etc. La calidad de las institucio-nes económicas, políticas y sociales se relacionan con las facilidades de acceso a la infraestructura educa-tiva, de salud y servicios públicos.
La calidad y eficacia de la ges-tión, depende de la acción del go-bierno y de las redes de actores en el ámbito global. Las redes de políti-cas globales (global policy networks) son redes transnacionales que gene-ran normas y estándares en una economía en proceso de globaliza-ción, independientes de los procesos de negociación intergubernamenta-les y de organismos multilaterales. Estas redes globales de gestión política se caracterizan por constela-ciones transnacionales formadas por agentes privados y públicos hete-rogéneos, que colaboran bajo una diversidad de estructuras de gover-nance, que permiten la multiplicidad de niveles y ámbitos geográficos.
Las estructuras burocrático administrativas de los Estados na-cionales delimitan el ejercicio de la autoridad política y económica transnacional en el sistema emer-gente global, que reproduce las rela-ciones de la clase capitalista trans-nacionalizada. La dinámica de cambio incorpora las organizaciones establecidas y emergentes, y los procesos de poder involucran una contención transgresora y una auto-ridad institucionalizada dentro de la política prescrita.
Se necesita de una revolución cultural para no aceptar las formas de dominación, poder y alineación del capitalismo globalizador y para reconstruir la identidad de las comu-nidades mediante la acción indivi-dual y colectiva que afirme la auto-determinación, independencia y autogestión. La aceptación de la pluralidad política y cultural en pro-cesos de autogestión y solidaridad, facilita las bases morales, políticas y organizativas del desarrollo de las comunidades.
Las tendencias de los proce-sos de globalización no son realida-des inmutables como pregona el modelo neoliberal hegemónico. La irreversibilidad de la globalización no necesariamente implica que paulati-namente se imponga un modelo neoliberal de economía, sociedad, política y cultura como el único posi-ble sin que se consideren otros mo-delos globales alternativos. Estar en contra del modelo neoliberal actual como único camino de los procesos de globalización, no significa estar en contra de la misma globalización. No existe la pretendida universalidad del modelo único de gestión ma-croeconómica, ni tampoco el mismo proceso de integración a la globali-zación que como garantía de éxito puedan recetarse para todos los países.
De hecho, el problema con la democracia global no es un proble-ma de falta de gobernabilidad, como resultado del debilitamiento del papel del Estado por los procesos de glo-balización económica, sino por la desigualdad que está creando entre los diferentes países y entre la po-blación al interior de cada Estado, es pues una democracia de carácter económico. Los niveles de dispari-dad en las tasas de crecimiento, ingreso y distribución se acrecientan.
El capitalismo es una teoría de un sistema económico en el que el control de la producción y la distribu-ción de los recursos reales y finan-cieros están basados en la propie-dad privada de los medios de producción. La propiedad privada es una institución política fundamental del capitalismo que, además, postula la idea de que el Estado debe tener un mínimo involucramiento en la administración de la economía.
El capitalismo puede ser tipifi-cado en formas puras de capitalismo como “capitalismo clásico”, “capita-lismo corporativo orientado al mer-cado”, y “capitalismo corporativo orientado a los bancos”. Estos tipos de capitalismo se alejan del “ espí-ritu capitalista” propuesto por la doc-trina Calvinista que sostenía valores como el ascetismo, puritanismo, frugalidad, ética del trabajo, ahorro, vida austera, etc. Los tipos de capi-talismos posteriores son evoluciones perversas de la doctrina Calvinista. La administración de las organiza-ciones ha sido influida por la ética Calvinista del trabajo. Aunque el capitalismo clásico ya no es el tipo dominante, sin embargo, prevalece en países menos desarrollados.
Cualquier oportunidad para hacer dinero es la esencia del capi-talismo, la que a su vez es la fuerza motivadora detrás de los procesos de liberalización y globalización. Milton Friedman ha dicho que no hay nada nuevo acerca de la globaliza-ción, excepto la palabra y la existen-cia de una más eficiente comunica-ción y transmisión de tendencias. Así que el nombre del juego es capita-lismo. El proyecto político de la glo-balización pretende instaurar este liberalismo transnacional con su consorte, el capitalismo liberal de-mocrático, o neocapitalismo, como el único modelo de desarrollo (Gill, 1995).
La administración del desarro-llo debe superar los viejos esquemas y moldes creados en torno a la dico-tomía entre un modelo de desarrollo centrado en una economía planifica-da, propiedad del Estado, y una economía centrada en el mercado y en la privatización de los medios de producción. El surgimiento de un modelo de desarrollo híbrido debe administrar en todos los niveles de gobierno, en forma flexible, la coor-dinación y armonización de los in-tereses públicos con los privados y los de la comunidad. Este proyecto político de la globalización se sostie-ne en una combinación de libre mer-cado, democracia representativa y pluralidad cultural.
Saldomando, (2002) sintetiza la tendencia teórico metodológica que tiene la gobernabilidad, a partir de la corriente neoliberal que impone como agenda los derechos del mer-cado y las políticas de desregula-ción, en un marco de normatividad transnacional. “La preeminencia del mercado máximo se combinó con Estado y democracia mínima, cada vez más reducida a hacer funcional el Estado y el sistema político, a la gestión de las reformas necesarias, a la desregulación, y a la extensión del mercado. El mercado no regula-do ha dado origen a profundas dife-rencias socioeconómicas que repro-ducen las desigualdades entre los individuos amenazando la cohesión social”.
Así, la desigual distribución de los beneficios económicos del mer-cado repercute en el poder social y político, de tal forma que el mercado debilita las bases de la ciudadanía política. La gobernabilidad plantea una problemática por las crisis de legitimidad del sistema, las deficien-cias económicas y las inequidades sociales.
Por lo tanto, en los contextos de las formas y estructuras de go-bernabilidad global de los mercados que interacciona con la gobernabili-dad local, se integran en procesos de globalización económica los em-plazamientos y clusters locales y regionales. Como alternativa a la controversia entre los neoliberales que procuran más mercado y los intergubernamentalistas que buscan una mayor participación del Estado, surgen las estructuras de redes de las sociedades que involucran en su diseño las estructuras de los merca-dos, los actores privados (organiza-ciones no gubernamentales, empre-sas, clusters, redes de gestión política, etc.) y los Estados en nue-vas formas de gobernabilidad, tales como las interacciones entre los emplazamientos locales, nacionales y globales, las alianzas trans-locales.
En las redes de gestión políti-ca global interaccionan actores pri-vados y públicos que forman estruc-turas horizontales de cadenas globales de valor agregado y conste-laciones transnacionales con estruc-turas multiniveles, que como formas de governance influyen en los flujos transfronterizos de inversión, tecno-logía, producción, distribución y consumo.
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cifras
El estado actual de la disciplina
de la Administración Pública
Rethelny Figueroa de Jain* en Centroamérica,
Pamela Chavarría Robles** Panamá y República
Sandra Fallas Zeledón** Dominicana
MUESTRA LOS PRIMEROS AVANCES DE LA INVESTIGACIÓN A NIVEL DE LA REGIÓN CENTROAMERICANA, PANAMÁ Y REPÚBLICA DOMINICANA SOBRE EL ESTADO ACTUAL DE LA DISCIPLINA DE ADMINISTRACIÓN PÚBLICA Y SUS ESPECIALIDADES.
PALABRAS CLAVES: ADMINISTRACIÓN PÚBLICA / ENSEÑANZA SUPERIOR / UNIVERSIDADES / CENTROAMÉRICA / PANAMÁ / REPÚBLICA DOMINICANA / INVESTIGACIONES
La presente sección muestra los resultados de la investigación exploratoria, realizada virtualmente, sobre el Estado Actual de la Discipli-na de Administración Pública en Centroamérica, Panamá y República Dominicana, y llevada a cabo en el
* Coordinadora Técnica del ICAP.
** Estudiantes de último año de la carre-ra de Relaciones Internacionales de la Universidad Nacional, UNA, Costa Rica, y participantes de la Pasantía-Práctica Profesional en el ICAP, en el marco del Convenio ICAP-UNA.
Recibido: 30 de junio del 2009.
Aceptado: 31 de julio del 2009.
período correspondiente de abril a junio del 2009.
El propósito fundamental de la misma es relevar en forma des-criptiva las características más pro-minentes del estado actual de la disciplina de administración pública y sus especialidades en las Institucio-nes de Educación Superior de Cen-troamérica, Panamá y República Dominicana.
Su ámbito de estudio incor-poró a toda la Región Centroameri-cana: Guatemala, El Salvador, Hon-duras, Nicaragua, Costa Rica y los países de Panamá y República Do-minicana. Asimismo, se refiere, tanto a las Instituciones de Educa-ción Superior públicas como priva-das. Se incluyeron además, todas aquellas especialidades que tienen relación con la administración públi-ca en general.
Algunos de los hallazgos más importantes son los siguientes:
Algunas limitaciones que se enfrentaron giraron en torno a la naturaleza propia de la investigación, ya que al realizarse en forma virtual, pudiera existir la posibilidad de que cierta información no se encontrara colocada en línea. Para tales fines, se corroboró con las instituciones vía telefónica y correo electrónico. Sin embargo, la respuesta por este últi-mo medio, no fue satisfactoria.
A continuación se presenta la información procesada producto de esta investigación, en su primera fase, mostrándose los datos, tanto a nivel de todos los países del ámbito de estudio, como a nivel de cada uno de ellos ◊
CUADRO No. 1
CENTROAMÉRICA, PANAMÁ Y REPÚBLICA DOMINICANA
INSTITUCIONES DE EDUCACIÓN SUPERIOR QUE IMPARTEN LA DISCIPLINA
DE ADMINISTRACIÓN PÚBLICA Y SUS ESPECIALIDADES POR PAÍS
2009
|
Países |
||||||
Costa Rica |
El Salvador |
Guatemala |
Honduras |
Nicaragua |
Panamá |
República Dominicana |
|
Instituciones privadas |
7 |
2 |
5 |
2 |
6 |
8 |
4 |
Instituciones públicas |
4 |
1 |
2 |
2 |
4 |
3 |
3 |
TOTAL |
11 |
3 |
7 |
4 |
10 |
11 |
7 |
Fuente: Elaboración propia. Informe final sobre el Estado Actual de la Disciplina de la Administración Pública, ICAP, 2009.
GRÁFICO No. 1
CENTROAMÉRICA, PANAMÁ Y REPÚBLICA DOMINICANA
INSTITUCIONES DE EDUCACIÓN SUPERIOR QUE IMPARTEN LA DISCIPLINA
DE ADMINISTRACIÓN PÚBLICA Y SUS ESPECIALIDADES POR PAÍS
2009
Fuente: Elaboración propia. Informe final sobre el Estado Actual de la Disciplina de la Administración Pública, ICAP, 2009.
CUADRO No. 2
CENTROAMÉRICA, PANAMÁ Y REPÚBLICA DOMINICANA
NÚMERO DE PROGRAMAS EN ADMINISTRACIÓN
PÚBLICA Y SUS ESPECIALIDADES POR PAÍS
2009
Países |
Número de Programas |
|
|
Administración Pública General |
Especialidades |
Total |
|
Costa Rica |
13 |
23 |
36 |
El Salvador |
2 |
3 |
5 |
Guatemala |
9 |
10 |
19 |
Honduras |
2 |
10 |
12 |
Nicaragua |
1 |
18 |
19 |
Panamá |
24 |
25 |
49 |
República Dominicana |
18 |
4 |
22 |
TOTAL |
69 |
93 |
162 |
Fuente: Elaboración propia. Informe final sobre el Estado Actual de la Disciplina de la Admi-nistración Pública, ICAP, 2009.
GRÁFICO No. 2
CENTROAMÉRICA, PANAMÁ Y REPÚBLICA DOMINICANA
NÚMERO DE PROGRAMAS EN ADMINISTRACIÓN PÚBLICA
Y SUS ESPECIALIDADES POR PAÍS
2009
Fuente: Elaboración propia. Informe final sobre el Estado Actual de la Disciplina de la Administración Pública, ICAP, 2009.
CUADRO No. 3
CENTROAMÉRICA, PANAMÁ Y REPÚBLICA DOMINICANA
NÚMERO DE ESPECIALIDADES EN ADMINISTRACIÓN PÚBLICA POR PAÍS
2009
|
Costa Rica |
El Salvador |
Guatemala |
Honduras |
Nicaragua |
Panamá |
República Dominicana |
Administración Pública |
13 |
2 |
9 |
2 |
1 |
24 |
18 |
Administración Educativa |
11 |
1 |
3 |
1 |
- |
8 |
2 |
Administración Aduanera |
2 |
1 |
1 |
1 |
1 |
8 |
- |
Administración Trbutaria y/o Derecho Administrativo |
1 |
- |
3 |
- |
2 |
3 |
1 |
Administración Municipal |
2 |
- |
- |
1 |
5 |
- |
- |
Otras categorías |
7 |
1 |
3 |
7 |
10 |
6 |
1 |
TOTAL |
36 |
5 |
19 |
12 |
19 |
49 |
22 |
Fuente: Elaboración propia. Informe final sobre el Estado Actual de la Disciplina de la Administración Pública, ICAP, 2009.
GRÁFICO No. 3
CENTROAMÉRICA, PANAMÁ Y REPÚBLICA DOMINICANA
NÚMERO DE ESPECIALIDADES EN ADMINISTRACIÓN PÚBLICA POR PAÍS
2009
Fuente: Elaboración propia. Informe final sobre el Estado Actual de la Disciplina de la Administración Pública, ICAP, 2009.
CUADRO No. 4
CENTROAMÉRICA, PANAMÁ Y REPÚBLICA DOMINICANA
GRADOS ACADÉMICOS EN ADMINISTRACIÓN PÚBLICA Y SUS ESPECIALIDADES POR PAÍS
2009
|
Bachillerato |
Técnico |
Diplomado |
Licenciatura |
Maestría |
Postgrado |
Doctorado |
Otros* |
Total |
Costa Rica |
2 |
- |
4 |
6 |
16 |
- |
3 |
5 |
36 |
El Salvador |
- |
1 |
2 |
- |
2 |
- |
- |
- |
5 |
Guatemala |
- |
- |
4 |
7 |
5 |
- |
- |
3 |
19 |
Honduras |
- |
1 |
- |
2 |
1 |
- |
- |
8 |
12 |
Nicaragua |
- |
- |
4 |
1 |
2 |
1 |
- |
11 |
19 |
Panamá |
- |
3 |
7 |
21 |
7 |
5 |
- |
6 |
49 |
República Dominicana |
- |
- |
4 |
3 |
5 |
1 |
1 |
8 |
22 |
TOTAL |
2 |
5 |
25 |
40 |
38 |
7 |
4 |
41 |
162 |
* Programas y Departamentos en especialidades afines.
Fuente: Elaboración propia. Informe final sobre el Estado Actual de la Disciplina de la Administración Pública, ICAP, 2009.
GRÁFICO No. 4
CENTROAMÉRICA, PANAMÁ Y REPÚBLICA DOMINICANA
GRADOS ACADÉMICOS EN ADMINISTRACIÓN PÚBLICA Y SUS ESPECIALIDADES POR PAÍS
2009
Fuente: Elaboración propia. Informe final sobre el Estado Actual de la Disciplina de la Administración Pública, ICAP, 2009.
CUADRO No. 5
CENTROAMÉRICA, PANAMÁ Y REPÚBLICA DOMINICANA
UBICACIÓN DE LA DISCIPLINA DE ADMINISTRACIÓN PÚBLICA Y SUS ESPECIALIDADES
2009
Facultad |
Guatemala |
Honduras |
Nicaragua |
República Dominicana |
El Salvador |
Panamá |
Costa Rica |
Ciencias Económicas |
|
|
|
x |
|
|
x |
Ciencias Jurídicas y Sociales |
x |
x |
|
|
|
|
|
Ciencias de la Administración y Administración Pública |
x |
|
x |
|
|
x |
|
Ciencias Políticas |
|
|
x |
x |
x |
|
|
Fuente: Elaboración propia. Informe final sobre el Estado Actual de la Disciplina de la Administración Pública, ICAP, 2009.
CUADRO No. 6
GUATEMALA
INSTITUCIONES DE EDUCACIÓN SUPERIOR PÚBLICAS
Y PRIVADAS QUE IMPARTEN ADMINISTRACIÓN PÚBLICA
Y SUS ESPECIALIDADES
2009
Públicas |
Privadas |
Universidad de San Carlos |
Universidad del Istmo |
Instituto Nacional de Administración Pública, INAP |
Universidad de Galileo Universidad Mariano Gálvez Universidad Rafael Landívar Universidad Rural |
TOTAL 2 |
5 |
Fuente: Elaboración propia. Informe final sobre el Estado Actual de la Dis-ciplina de la Administración Pública, ICAP, 2009.
CUADRO No. 7
GUATEMALA
NÚMERO DE PROGRAMAS POR INSTITUCIÓN
DE EDUCACIÓN SUPERIOR
2009
Públicas |
Número |
Universidad de San Carlos |
4 |
Instituto Nacional de Administración Pública, INAP |
5 |
Sub-Total |
9 |
Privadas |
|
Universidad del Istmo |
1 |
Universidad de Galileo |
4 |
Universidad Mariano Gálvez |
3 |
Universidad Rafael Landívar |
1 |
Universidad Rural |
1 |
Sub-Total |
10 |
TOTAL |
19 |
Fuente: Elaboración propia. Informe final sobre el Estado Actual de la Disciplina de la Admi-nistración Pública, ICAP, 2009.
CUADRO No. 8
GUATEMALA
INSTITUCIONES DE EDUCACIÓN SUPERIOR QUE OFRECEN DIFERENTES GRADOS ACADÉMICOS
EN ADMINISTRACIÓN PÚBLICA Y SUS ESPECIALIDADES
2009
Universidad |
Administración Pública |
Administra-ción Edu-cativa |
Administra-ción Adua-nera |
Adminis-tración Tributaria y/o Dere-cho Admi-nistrativo |
Adminis-tración y/o Gerencia de Salud y/o de Servicios de Salud |
Administra-ción Muni-cipal |
Formula-ción, Eva-luación y Gerencia de Proyectos |
Otras categorías |
Universidad Galileo |
1 Licenciatura 1 Maestría |
1 Licenciatura |
1 Licenciatura |
|
|
|
|
|
Universidad del Istmo |
|
|
|
|
|
|
|
1 Licenciatura* |
Universidad Mariano Gálvez |
1 Licenciatura |
1 Licenciatura |
|
1 Maestría |
|
|
|
1 Licenciatura* |
Universidad Rafael Landívar |
|
|
|
1 Maestría |
|
|
|
|
Universidad Rural |
1 Licenciatura |
|
|
|
|
|
|
|
Universidad de San Carlos |
|
1 Licenciatura |
|
1 Maestría |
|
|
1 Maestría** |
|
Instituto Nacional de Admi-nistración Pública, INAP |
3 Diplomados*** 1 Maestría |
|
|
|
|
1 Diplomado |
|
|
* Licenciatura en Derecho Tributario. Licenciatura en Ciencias de la Administración. ** Maestría en Derecho Trbutario. *** Diplomado en Gerencia Pública, Diplomado en Gerencia Social, Diplomado en Gerencia Social para la Gestión y el Desarrollo Local.
Fuente: Elaboración propia. Informe final sobre el Estado Actual de la Disciplina de la Administración Pública, ICAP, 2009.
CUADRO No. 9
GUATEMALA
INSTITUCIONES DE EDUCACIÓN SUPERIOR QUE IMPARTEN
LA DISCIPLINA DE ADMINISTRACIÓN PÚBLICA
Y SUS ESPECIALIDADES
2009
I.
II.
III.
IV.
V.
VI.
|
Universidad del Istmo http://www2.unis.edu.gt
Universidad de Galileo http://www.galileo.edu/
Universidad Mariano Gálvez de Guatemala http://www.umg.edu.gt
Universidad Rafael Landívar http://www.url.edu.gt
Universidad Rural de Guatemala http://www.urural.edu.gt
Universidad de San Carlos http://www.usac.edu.gt/
|
Continúa…
…viene
VII. |
Instituto Nacional de Administración Pública http://www.clad.org.ve/formacion/redes-del-clad/redes-academicas/el-aporte-de-los-institutos-nacionales-de/inap-guatemala
|
Fuente: Elaboración propia. Informe final sobre el Estado Actual de la Disciplina de la Adminis-tración Pública, ICAP, 2009.
CUADRO No. 10
EL SALVADOR
INSTITUCIONES DE EDUCACIÓN SUPERIOR PÚBLICAS Y PRIVADAS QUE IMPARTEN ADMINISTRACIÓN PÚBLICA Y SUS ESPECIALIDADES
2009
Públicas |
Privadas |
Instituto Tecnológico Centroamericano |
Universidad Centroamericana “José Simeón Cañas” |
|
Universidad Dr. José Matías Delgado |
TOTAL 1 |
2 |
Fuente: Elaboración propia. Informe final sobre el Estado Actual de la Disciplina de la Adminis-tración Pública, ICAP, 2009.
CUADRO No. 11
EL SALVADOR
NÚMERO DE PROGRAMAS POR INSTITUCIÓN
DE EDUCACIÓN SUPERIOR
2009
Públicas |
Número |
Instituto Tecnológico Centroamericano |
1 |
Sub-Total |
1 |
Privadas |
|
Universidad Centroamericana “José Simeón Cañas” |
2 |
Universidad Dr. José Matías Delgado |
2 |
Sub-Total |
4 |
TOTAL |
5 |
Fuente: Elaboración propia. Informe final sobre el Estado Actual de la Disciplina de la Adminis-tración Pública, ICAP, 2009.
CUADRO No. 12
EL SALVADOR
INSTITUCIONES DE EDUCACIÓN SUPERIOR QUE OFRECEN DIFERENTES GRADOS ACADÉMICOS
EN ADMINISTRACIÓN PÚBLICA Y SUS ESPECIALIDADES
2009
Universidad |
Administra-ción Pública |
Administra-ción Edu-cativa |
Administra-ción Adua-nera |
Adminis-tración Tributaria y/o Dere-cho Admi-nistrativo |
Adminis-tración y/o Gerencia de Salud y/o de Servicios de Salud |
Administra-ción Muni-cipal |
Formula-ción, Eva-luación y Gerencia de Proyectos |
Otras categorías |
Universidad Centroamericana José Simeón Cañas |
1 Diplomado
|
|
|
|
|
|
|
1 Maestría* |
Universidad Dr. José Matías Delgado |
1 Maestría |
|
1 Diplomado |
|
|
|
|
|
Instituto Tecnológico Cen-troamericano |
1 Técnico** |
|
|
|
|
|
|
|
* Maestría en Administración y Salud Pública. ** Administración y Operación Portuaria.
Fuente: Elaboración propia. Informe final sobre el Estado Actual de la Disciplina de la Administración Pública, ICAP, 2009.
CUADRO No. 13
EL SALVADOR
INSTITUCIONES DE EDUCACIÓN SUPERIOR QUE IMPARTEN
LA DISCIPLINA DE ADMINISTRACIÓN PÚBLICA
Y SUS ESPECIALIDADES
2009
I.
II.
III.
|
Universidad Centroamericana “José Simeón Cañas” http://www.uca.edu.sv
Universidad Dr. José Matías Delgado http://www.ujmd.edu.sv
Instituto Tecnológico Centroamericano http://www.itca.edu.sv/
|
Fuente: Elaboración propia. Informe final sobre el Estado Actual de la Disciplina de la Adminis-tración Pública, ICAP, 2009.
CUADRO No. 14
HONDURAS
INSTITUCIONES DE EDUCACIÓN SUPERIOR PÚBLICAS Y PRIVADAS QUE IMPARTEN ADMINISTRACIÓN PÚBLICA Y SUS ESPECIALIDADES
Públicas |
Privadas |
Universidad Nacional Autónoma |
Universidad Tecnológica Centroamericana |
Universidad Pedagógica Nacional Francisco Morazán |
Universidad Católica de Honduras |
TOTAL 2 |
2 |
2009
Fuente: Elaboración propia. Informe final sobre el Estado Actual de la Disciplina de la Adminis-tración Pública, ICAP, 2009.
CUADRO No. 15
HONDURAS
NÚMERO DE PROGRAMAS POR INSTITUCIÓN
DE EDUCACIÓN SUPERIOR
2009
Públicas |
Número |
Universidad Nacional Autónoma |
6 |
Universidad Pedagógica Nacional Francisco Morazán |
1 |
Sub-Total |
7 |
Privadas |
|
Universidad Tecnológica Centroamericana |
2 |
Universidad Católica de Honduras |
3 |
Sub-Total |
5 |
TOTAL |
12 |
Fuente: Elaboración propia. Informe final sobre el Estado Actual de la Disciplina de la Adminis-tración Pública, ICAP, 2009.
CUADRO No. 16
HONDURAS
INSTITUCIONES DE EDUCACIÓN SUPERIOR QUE OFRECEN DIFERENTES GRADOS ACADÉMICOS
EN ADMINISTRACIÓN PÚBLICA Y SUS ESPECIALIDADES
2009
Universidad |
Administración Pública |
Administración Educativa |
Administración Aduanera |
Adminis-tración Tributaria y/o Dere-cho Admi-nistrativo |
Adminis-tración y/o Gerencia de Salud y/o de Servicios de Salud |
Adminis-tración Municipal |
Formula-ción, Evaluación y Gerencia de Proyec-tos |
Otras categorías |
Universidad Nacio-nal Autónoma |
1 Licenciatura |
|
1 Licenciatura |
|
|
1 Técnico |
|
1 Técnico* 1 Posgrado** 1 Maestría*** |
Universidad Tec-nológica Centroa-mericana |
1 Maestría |
|
|
|
|
|
|
1 Maestría**** |
Universidad Católi-ca de Honduras |
|
|
|
|
1 Maestría
|
|
1 Maestría
|
1 Doctorado ***** |
Universidad Pe-dagógica Nacional Francisco Morazán |
|
1 Departamen-to Académico en Administra-ción Educativa |
|
|
|
|
|
|
*Técnico en Educación para la Gestión y Desarrollo Local. **Posgrado Centroamericano en Economía y Planificación del Desarrollo. ***Maestría en Ciencia Política y Gestión Estatal. ****Maestría en Asesoría y Gestión Fiscal de Inversiones. *****Doctorad o en Ciencias con Orientación en Ciencias Administrativas.
Fuente: Elaboración propia. Informe final sobre el Estado Actual de la Disciplina de la Administración Pública, ICAP, 2009.
CUADRO No. 17
HONDURAS
INSTITUCIONES DE EDUCACIÓN SUPERIOR QUE IMPARTEN
LA DISCIPLINA DE ADMINISTRACIÓN PÚBLICA
Y SUS ESPECIALIDADES
2009
I.
II.
|
Universidad Nacional Autónoma de Honduras http://www.unah.edu.hn
Universidad Pedagógica Nacional Francisco Morazán
|
III.
IV.
|
Universidad Tecnológica Centroamericana http://www.unitec.edu
Universidad Católica de Honduras http://www.unicah.edu
|
Fuente: Elaboración propia. Informe final sobre el Estado Actual de la Disciplina de la Admi-nistración Pública, ICAP, 2009.
CUADRO No. 18
NICARAGUA
INSTITUCIONES DE EDUCACIÓN SUPERIOR PÚBLICAS Y PRIVADAS QUE IMPARTEN ADMINISTRACIÓN PÚBLICA Y SUS ESPECIALIDADES
Públicas |
Privadas |
Universidad Nacional Autónoma (León) |
Universidad Hispanoamericana |
Universidad Nacional Autónoma (Managua) |
Universidad Centroamericana |
Universidad Nacional de Ingeniería |
Universidad Técnica de Comercio |
Universidad Nacional Agraria |
Universidad Thomas More |
|
Universidad Central |
|
Universidad Cristiana Autónoma |
TOTAL 4 |
6 |
2009
Fuente: Elaboración propia. Informe final sobre el Estado Actual de la Disciplina de la Ad-ministración Pública, ICAP, 2009.
CUADRO No. 19
NICARAGUA
NÚMERO DE PROGRAMAS POR INSTITUCIÓN
DE EDUCACIÓN SUPERIOR
2009
Públicas |
Número |
Universidad Nacional Autónoma (León) |
3 |
Universidad Nacional Autónoma (Managua) |
1 |
Universidad Nacional de Ingeniería |
2 |
Universidad Nacional Agraria |
1 |
Sub-Total |
7 |
Privadas |
|
Universidad Hispanoamericana |
6 |
Universidad Centroamericana |
1 |
Universidad Técnica de Comercio |
1 |
Universidad Thomas More |
2 |
Universidad Central |
1 |
Universidad Cristiana Autónoma |
1 |
Sub-Total |
12 |
TOTAL |
19 |
Fuente: Elaboración propia. Informe final sobre el Estado Actual de la Disciplina de la Administración Pública, ICAP, 2009.
CUADRO No. 20
NICARAGUA
INSTITUCIONES DE EDUCACIÓN SUPERIOR QUE OFRECEN DIFERENTES GRADOS ACADÉMICOS
EN ADMINISTRACIÓN PÚBLICA Y SUS ESPECIALIDADES
2009
Universidad |
Adminis-tración Pública |
Adminis-tración Educativa |
Administra-ción Aduane-ra |
Adminis-tración Tributaria y/o Dere-cho Admi-nistrativo |
Administra-ción y/o Gerencia de Salud y/o de Servicios de Salud |
Administración Municipal |
Formula-ción, Eva-luación y Gerencia de Proyectos |
Otras categorías |
Universidad Nacional Au-tónoma (Managua) |
|
|
|
|
|
|
|
1 Maestría* |
Universidad Hispanoame-ricana |
1 Maestría |
|
|
|
|
3 Diplomados |
|
1 Maestría** 1 Postgrado*** |
Universidad Técnica de Comercio |
|
|
|
|
|
1 Diplomado |
|
|
Universidad Thomas More |
|
|
|
|
1 Maestría |
|
|
1 Licenciatura**** |
Universidad Central |
|
|
1 Postgrado |
|
|
|
|
|
Universidad Nacional Autónoma (León) |
|
|
|
|
|
1 Maestría |
|
1 Maestría***** 1 Maestría****** |
Continúa…
…viene
Universidad |
Administra-ción Pública |
Adminis-tración Educativa |
Adminis-tración Aduanera |
Administra-ción Tributaria y/o Derecho Admi-nistrativo |
Administra-ción y/o Gerencia de Salud y/o de Servicios de Salud |
Adminis-tración Municipal |
Formulación, Evaluación y Gerencia de Proyectos |
Otras categorías |
Universidad Centroameri-cana |
|
|
|
|
|
|
|
1 Licenciatura******* |
Universidad Cristiana Autónoma |
|
|
|
1 Licenciatura |
|
|
|
|
Universidad Nacional Agraria |
|
|
|
|
|
|
1 Diplomado |
|
Universidad Nacional de Ingeniería |
|
|
|
|
|
|
2 Postgrados |
|
*Maestría en Economía Pública y Desarrollo. **Maestría en Derecho Trbutario ***Posgrado en Gerencia Social. ****Licenciatura en Ciencias Políticas, Desarrollo Social y Gobernabilidad. *****Maestría en Integración Regional. ******Maestría en Salud Pública. ******* Licenciatura en Trabajo Social y Gestión del Desarrollo.
Fuente: Elaboración propia. Informe final sobre el Estado Actual de la Disciplina de la Administración Pública, ICAP, 2009.
CUADRO No. 21
NICARAGUA
INSTITUCIONES DE EDUCACIÓN SUPERIOR QUE IMPARTEN
LA DISCIPLINA DE ADMINISTRACIÓN PÚBLICA
Y SUS ESPECIALIDADES
2009
I.
II. |
Universidad Nacional Autónoma, Managua http://www.unanrucfa.edu.ni/
Universidad Hispanoamericana http://www.uhispam.edu.ni/
|
III.
IV.
V.
VI.
VII.
VIII.
|
Universidad Técnica de Comercio http://www.utc.edu.ni
Universidad Thomas More http://www.unithomasmore.edu.ni
Universidad Central http://www.ucn.edu.ni/
Universidad Nacional Autónoma, León http://www.unanleon.edu.ni/
Universidad Centroamericana http://www.pregrado.uca.edu.ni
Universidad Cristiana Autónoma (UICAN, León) http://www.ucan.edu.ni
|
Continúa…
…viene
IX
X |
Universidad Nacional Agraria http://www.una.edu.ni
Universidad Nacional de Ingeniería http://www.pstg.uni.edu.ni/posproeval04.htm
|
Fuente: Elaboración propia. Informe final sobre el Estado Actual de la Disciplina de la Admi-nistración Pública, ICAP, 2009.
CUADRO No. 22
COSTA RICA
INSTITUCIONES DE EDUCACIÓN SUPERIOR PÚBLICAS Y PRIVADAS QUE IMPARTEN ADMINISTRACIÓN PÚBLICA Y SUS ESPECIALIDADES
2009
Públicas |
Privadas |
Universidad de Costa Rica, UCR |
Universidad de Monterrey |
Universidad Estatal a Distancia, UNED |
Universidad Santa Lucía |
Colegio Universitario de Alajuela |
Universidad para la Cooperación Internacional Universidad Libre de Costa Rica Universidad Católica de Costa Rica Universidad Central de Costa Rica Universidad de Cartago Florencio del Castillo |
Instituto Centroamericano de Administración Pública, ICAP |
|
TOTAL 4 |
7 |
Fuente: Elaboración propia. Informe final sobre el Estado Actual de la Disciplina de la Admi-nistración Pública, ICAP, 2009.
CUADRO No. 23
COSTA RICA
NÚMERO DE PROGRAMAS POR INSTITUCIÓN
DE EDUCACIÓN SUPERIOR
2009
Públicas |
Número |
Universidad de Costa Rica, UCR |
16 |
Universidad Estatal a Distancia, UNED |
3 |
Colegio Universitario de Alajuela |
1 |
Instituto Centroamericano de Administración Pública, ICAP |
4 |
Sub-Total |
24 |
Privadas |
|
Universidad de Monterrey |
1 |
Universidad Santa Lucía |
2 |
Universidad para la Cooperación Internacional |
1 |
Universidad Lbre de Costa Rica |
5 |
Universidad Católica de Costa Rica |
1 |
Universidad Central de Costa Rica |
1 |
Universidad de Cartago Florencio del Castillo |
1 |
Sub-Total |
12 |
TOTAL |
36 |
Fuente: Elaboración propia. Informe final sobre el Estado Actual de la Disciplina de la Admi-nistración Pública, ICAP, 2009.
CUADRO No. 24
COSTA RICA
INSTITUCIONES DE EDUCACIÓN SUPERIOR QUE OFRECEN DIFERENTES GRADOS ACADÉMICOS
EN ADMINISTRACIÓN PÚBLICA Y SUS ESPECIALIDADES
2009
Universidad |
Administra-ción Pública |
Administración Educativa |
Administra-ción Aduane-ra |
Administra-ción Tributa-ria y/o Derecho Admi-nistrativo |
Administra-ción y/o Gerencia de Salud y/o de Servicios de Salud |
Administra-ción Municipal |
Formula-ción, Eva-luación y Gerencia de Proyectos |
Otras categorías |
Universidad de Costa Rica, UCR |
1 Diplomado 1 Bachillerato 1 Licenciatura 7 Maestrías 1 Doctorado |
2 Licenciaturas 1 Maestría |
1 Diplomado |
|
|
|
|
1 Licenciatura*
|
Universidad de Monterrey |
1 Licenciatura |
|
|
|
|
|
|
|
Universidad Santa Lucía |
|
1 Licenciatura |
|
|
|
1 Bachillerato |
|
|
Universidad para la Cooperación Internacional |
|
|
|
|
|
|
|
1 Maestría** |
Universidad Estatal a Distan-cia, UNED |
1 Doctorado |
1 Maestría |
|
|
1 Maestría |
|
|
|
Continúa…
…viene
Universidad |
Adminis-tración Pública |
Administra-ción Educativa |
Administra-ción Aduanera |
Administra-ción Tributaria y/o Derecho Admi-nistrativo |
Administración y/o Gerencia de Salud y/o de Servicios de Salud |
Administra-ción Muni-cipal |
Formulación, Evaluación y Gerencia de Proyectos |
Otras categorías |
Universidad Libre de Costa Rica |
|
1 Licenciatura 1 Maestría 1 Doctorado |
|
|
1 Bachillerato 1 Licenciatura |
|
|
|
Colegio Universitario de Alajuela |
|
|
1 Diplomado |
|
|
|
|
|
Universidad Católica de Costa Rica |
|
1 Maestría |
|
|
|
|
|
|
Universidad Central de Costa Rica |
|
1 Maestría |
|
|
|
|
|
|
Universidad de Cartago Florencio del Castillo |
|
1 Maestría |
|
|
|
|
|
|
Instituto Centroameri-cano de Administración Pública, ICAP |
|
|
|
|
1 Maestría |
1 Diplomado |
1 Maestría
|
1 Maestría*** |
*Licenciatura en Economía con énfasis en Administración Pública. **Maestría en Asesoría Fiscal. ***Maestría en Gerencia de la Calidad.
Fuente: Elaboración propia. Informe final sobre el Estado Actual de la Disciplina de la Administración Pública, ICAP, 2009.
CUADRO No. 25
COSTA RICA
INSTITUCIONES DE EDUCACIÓN SUPERIOR QUE IMPARTEN
LA DISCIPLINA DE ADMINISTRACIÓN PÚBLICA
Y SUS ESPECIALIDADES
2009
I.
II.
III.
|
Universidad de Costa Rica, UCR http://www.ucr.ac.cr/
Universidad Estatal a Distancia, UNED http://www.uned.ac.cr/
Colegio Universitario de Alajuela http://www.cuna.ac.cr/
|
Continúa…
…viene
IV.
V.
VI.
VII.
VIII.
IX.
X.
XI. |
Instituto Centroamericano de Administración Pública, ICAP http://www.icap.ac.cr/
Universidad Autónoma de Monterrey http://www.unamon.com/
Universidad Santa Lucía http://www.usantalucia.com/
Universidad para la Cooperación Internacional http://www.uci.ac.cr/
Universidad Lbre de Costa Rica http://www.ulicori.ac.cr/
Universidad Católica de Costa Rica http://www.ucatolica.ac.cr/
Universidad Central de Costa Rica http://www.universidadcentral.com/
Universidad de Cartago Florencio del Castillo http://www.uca.ac.cr/
|
Fuente: Elaboración propia. Informe final sobre el Estado Actual de la Disciplina de la Admi-nistración Pública, ICAP, 2009.
CUADRO No. 26
PANAMÁ
INSTITUCIONES DE EDUCACIÓN SUPERIOR PÚBLICAS Y PRIVADAS QUE IMPARTEN ADMINISTRACIÓN PÚBLICA Y SUS ESPECIALIDADES
2009
Públicas |
Privadas |
Universidad de Panamá |
Universidad Especializada de las Américas |
Universidad Autónoma de Chiriquí |
Universidad Interamericana |
Centro de Estudios Regionales de Panamá, CERPA |
Universidad Católica Santa María La Antigua Universidad Tecnológica Oteima Universidad Tecnológica de Panamá Universidad Latina de Panamá Universidad Metropolitana de Educación, Ciencia y Tecnología Universidad de Cartago |
TOTAL 3 |
8 |
Fuente: Elaboración propia. Informe final sobre el Estado Actual de la Disciplina de la Admi-nistración Pública, ICAP, 2009.
CUADRO No. 27
PANAMÁ
NÚMERO DE PROGRAMAS POR INSTITUCIÓN
DE EDUCACIÓN SUPERIOR
2009
Públicas |
Número |
Universidad de Panamá |
3 |
Universidad Autónoma de Chiriquí |
20 |
Centro de Estudios Regionales de Panamá, CERPA |
6 |
Sub-Total |
29 |
Privadas |
|
Universidad Especializada de las Américas |
1 |
Universidad Interamericana |
4 |
Universidad Católica Santa María La Antigua |
2 |
Universidad Tecnológica Oteima |
1 |
Universidad Tecnológica de Panamá |
3 |
Universidad Latina de Panamá |
3 |
Universidad Metropolitana de Educación, Ciencia y Tecnología |
3 |
Universidad de Cartago |
3 |
Sub-Total |
20 |
TOTAL |
49 |
Fuente: Elaboración propia. Informe final sobre el Estado Actual de la Disciplina de la Admi-nistración Pública, ICAP, 2009.
CUADRO No. 28
PANAMÁ
INSTITUCIONES DE EDUCACIÓN SUPERIOR QUE OFRECEN DIFERENTES GRADOS ACADÉMICOS
EN ADMINISTRACIÓN PÚBLICA Y SUS ESPECIALIDADES
2009
Universidad |
Administración Pública |
Administración Educativa |
Administración Aduanera |
Administración Tributaria y/o Derecho Admi-nistrativo |
Administra-ción y/o Gerencia de Salud y/o de Servicios de Salud |
Adminis-tración Munici-pal |
Formula-ción, Eva-luación y Gerencia de Proyectos |
Otras categorías |
Universidad de Panamá |
2 Licenciaturas |
|
|
|
|
|
|
1 Maestría* |
Universidad Autónoma de Chiriquí |
5 Diplomados 8 Licenciaturas 2 Posgrados 2 Maestrías |
2 Licenciaturas 1 Maestría |
|
|
|
|
|
|
Universidad Especializada de las Amé-ricas |
|
|
|
|
|
|
|
1 Licenciatura** |
Universidad Interame-ricana |
|
|
3 Licenciaturas |
1 Licenciatura |
|
|
|
|
Universidad Católica Santa María La Antigua |
|
|
|
1 Diplomado*** |
|
|
|
1 Diplomado*** |
Continúa…
…viene
Universidad |
Administración Pública |
Administración Educativa |
Administra-ción Aduanera |
Administra-ción Tributa-ria y/o Dere-cho Admi-nistrativo |
Administra-ción y/o Gerencia de Salud y/o de Servicios de Salud |
Adminis-tración Municipal |
Formula-ción, Eva-luación y Gerencia de Proyectos |
Otras categorías |
Universidad Tecnológica Oteima |
|
|
|
1 Posgrado |
|
|
|
|
Universidad Tecnológica de Panamá |
1 Licenciatura |
|
|
|
|
|
1 Maestría 1 Posgrado |
|
Universidad Latina de Panamá |
|
1 Maestría 1 Posgrado |
|
1 Maestría |
|
|
|
|
Universidad Metropolitana |
|
1 Maestría |
1 Técnico 1 Licenciatura |
|
|
|
|
|
Universidad de Cartago |
|
1 Licenciatura 1 Posgrado 1 Maestría |
|
|
|
|
|
|
Centro de Estudios Regio-nales de Panamá, CERPA |
1 Técnico 1 Licenciatura 2 Diplomados |
|
1 Técnico 1 Licenciatura |
|
|
|
|
|
*Maestría en Salud Pública con énfasis en Administración, Organización y Planificación de Servicios. **Licenciatura en Defensa Nacional y Seguridad Pública. ***Diplomado Internacional, Protocolo y Ceremonial en la Gestión Pública y Privada.
Fuente: Elaboración propia. Informe final sobre el Estado Actual de la Disciplina de la Administración Pública, ICAP, 2009.
CUADRO No. 29
PANAMÁ
INSTITUCIONES DE EDUCACIÓN SUPERIOR QUE IMPARTEN
LA DISCIPLINA DE ADMINISTRACIÓN PÚBLICA
Y SUS ESPECIALIDADES
2009
I.
II.
|
Universidad de Panamá http://www.up.ac.pa
Universidad Autónoma de Chiriquí http://www.unachi.ac.pa
|
Continúa…
…viene
III.
IV.
V.
VI.
VII.
VIII.
IX.
X.
|
Universidad Especializada de las Américas http://www.udelas.ac.pa
Universidad Interamericana http://www.uip.edu.pa
Universidad Católica Santa María La Antigua http://www.usma.ac.pa
Universidad Tecnológica Oteima http://www.oteima.ac.pa
Universidad Tecnológica de Panamá http://www.udelas.ac.pa
Universidad Latina de Panamá http://www.ulat.ac.pa
Universidad Metropolitana de Educación, Ciencia y Tecnología http://www.umecit.edu.pa
Universidad de Cartago http://www.ucapanama.org/
|
Continúa…
…viene
XI. |
Centro de Estudios Regionales de Panamá, CERPA http://www.cerpapanama.com/
|
Fuente: Elaboración propia. Informe final sobre el Estado Actual de la Disciplina de la Admi-nistración Pública, ICAP, 2009.
CUADRO No. 30
REPÚBLICA DOMINICANA
INSTITUCIONES DE EDUCACIÓN SUPERIOR PÚBLICAS Y PRIVADAS QUE IMPARTEN ADMINISTRACIÓN PÚBLICA Y SUS ESPECIALIDADES
2009
Públicas |
Privadas |
Universidad Autónoma de Santo Domingo |
Universidad Tecnológica de Santiago |
Secretaría de Estado de Administración Pública |
Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra |
Instituto Nacional de Administración Pública |
Universidad Nacional Pedro Henríquez Ureña |
|
Universidad Interamericana |
TOTAL 3 |
4 |
Fuente: Elaboración propia. Informe final sobre el Estado Actual de la Disciplina de la Admi-nistración Pública, ICAP, 2009.
CUADRO No. 31
REPÚBLICA DOMINICANA
NÚMERO DE PROGRAMAS POR INSTITUCIÓN
DE EDUCACIÓN SUPERIOR
2009
Públicas |
Número |
Universidad Autónoma de Santo Domingo |
1 |
Secretaría de Estado de Administración Pública, SEAP |
3 |
Instituto Nacional de Administración Pública, INAP |
11 |
Sub-Total |
15 |
Privadas |
|
Universidad Tecnológica de Santiago |
1 |
Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra |
1 |
Universidad Nacional Pedro Henríquez Ureña |
2 |
Universidad Interamericana |
3 |
Sub-Total |
7 |
TOTAL |
22 |
Fuente: Elaboración propia. Informe final sobre el Estado Actual de la Disciplina de la Admi-nistración Pública, ICAP, 2009.
CUADRO No. 32
REPÚBLICA DOMINICANA
INSTITUCIONES DE EDUCACIÓN SUPERIOR QUE OFRECEN DIFERENTES GRADOS ACADÉMICOS
EN ADMINISTRACIÓN PÚBLICA Y SUS ESPECIALIDADES
2009
Universidad |
Administra-ción Pública |
Administra-ción Educativa |
Adminis-tración Aduanera |
Administra-ción Tributa-ria y/o Dere-cho Admi-nistrativo |
Administra-ción y/o Gerencia de Salud y/o de Servicios de Salud |
Admi-nistra-ción Munici-pal |
Formula-ción, Eva-luación y Gerencia de Proyectos |
Otras categorías |
Universidad Autónoma Santo Domingo |
1 Licenciatura |
|
|
|
|
|
|
|
Universidad Tecnológica de San-tiago |
|
|
|
1 Maestría |
|
|
|
|
Pontifica Universidad Católica |
1 Licenciatura |
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|
|
|
|
|
Universidad Nacional Pedro Henríquez Ureña |
1 Maestría 1 Doctorado* |
|
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|
|
Universidad Interamericana |
|
1 Licenciatura 1 Maestría |
|
|
1 Maestría |
|
|
|
Continúa…
…viene
Universidad |
Administración Pública |
Adminis-tración Educativa |
Adminis-tración Aduanera |
Administra-ción Tributa-ria y/o Dere-cho Admi-nistrativo |
Administra-ción y/o Gerencia de Salud y/o de Servicios de Salud |
Admi-nistra-ción Munici-pal |
Formula-ción, Eva-luación y Gerencia de Proyectos |
Otras categorías |
Secretaría de Estado de Adminis-tración Pública |
1 Posgrado 2 Maestrías |
|
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|
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|
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Instituto Nacional de Administra-ción Pública |
7 Programas** 4 Diplomados |
|
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* Doctorado en Ciencias Administrativas
** Capacitación Básica para Servidores Públicos
Línea Estratégica Económica Financiera
Línea Estratégica Gestión de Organizaciones y Recursos Humanos
Línea Estratégica Informática
Línea Estratégica Derecho en el Servicio Público
Línea Estratégica Gestión Pública
Línea Estratégica Tecnologías de la Administración Pública
Fuente: Elaboración propia. Informe final sobre el Estado Actual de la Disciplina de la Administración Pública, ICAP, 2009.
CUADRO No. 33
REPÚBLICA DOMINICANA
INSTITUCIONES DE EDUCACIÓN SUPERIOR QUE IMPARTEN
LA DISCIPLINA DE ADMINISTRACIÓN PÚBLICA
Y SUS ESPECIALIDADES
2009
I.
II.
|
Universidad Autónoma Santo Domingo http://www.uasd.edu.do
Universidad Tecnológica de Santiago http://www.utesa.edu
|
III.
IV.
V.
VI.
VII. |
Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra http://rsta.pucmm.edu.do
Universidad Nacional Pedro Henríquez Ureña http://www.unphu.edu.do
Universidad Interamericana http://www.unica.edu.do
Secretaría de Estado de Administración Pública http://www.seap.gob.do
Instituto Nacional de Administración Pública
|
Continúa…
…viene
|
|
Fuente: Elaboración propia. Informe final sobre el Estado Actual de la Disciplina de la Admi-nistración Pública, ICAP, 2009.
Chile: Probidad, transparencia
y acceso a la información
pública para una gestión
María Alejandra Sepúlveda T.** de calidad*
PRESENTA LOS AVANCES EN LA AGENDA DE TRANSPARENCIA, PROBIDAD, MODERNIZACIÓN DEL ESTADO Y CALIDAD DE LA POLÍTICA, IMPULSADA EN CHILE, SEÑALANDO LAS INICIATIVAS EN TÉRMINOS DE NORMATIVA, ESTRUCTURA, PROYECTOS Y ACCIONES, ASÍ COMO LA EXPERIENCIA OBTENIDA HASTA EL MOMENTO EN ESTA MATERIA.
PALABRAS CLAVES: MODERNIZACIÓN DEL ESTADO / CHILE / ACCESO A LA INFORMACIÓN / TRANSPARENCIA
Introducción1
* Documento presentado en el XIV Foro de la Función Pública del Istmo Cen-troamericano, Panamá y República Do-minicana: “Profesionalización de la Fun-ción Pública y Gestión de Calidad”, realizado del 16 al 18 de julio del 2008, en Santo Domingo, República Domini-cana, y organizado por el Instituto Cen-troamericano de Administración Pública, ICAP, y la Secretaría de Estado de Ad-ministración Pública, SEAP, de Repúbli-ca Dominicana.
A mediados de la década de los noventa gran parte de los gobier-nos de América Latina desarrolla-ron iniciativas destinadas a mejo-
rar y modernizar el funcionamiento de las instituciones públicas ponien-do como eje de los cambios a los ciudadanos, fortaleciendo la eficien-cia, la eficacia y la calidad de la ges-tión pública, y diseñando procedi-mientos e instrumentos que favorecen la rendición de cuentas y la transparencia de los actos de la administración.
_______________________
** Asesora de la Comisión para la Probidad y Transparencia de la Agencia para la Probidad y Transparencia de Chile.
Recibido: 2 de junio del 2008.
Aceptado: 14 de julio del 2008.
La reforma del Estado y la modernización de la gestión pública, se asume como un proceso continuo e incremental, orientado a consolidar el Estado de Derecho y la gobernabi-lidad democrática, y a mejorar la calidad de la información y servicios prestados a los ciudadanos. Por ello, es importante para los Estados tener como estrategia de país la revisión permanentemente de su institucionalidad y mecanismos de gestión, para evaluar si éstos están resultando eficientes y eficaces para los objetivos propuestos. Es así, como la modernización del Estado en Chile ha sido un proceso gradual y sostenido de ajustes institucionales y de mejoramiento de la gestión pública.
Estos procesos constituyen un requisito esencial del desarrollo económico y del bienestar social, y para el asentamiento de regímenes democráticos con altos grados de legitimidad social, para ello el Estado debe contar con una estructura flexi-ble y con una gestión eficaz, eficien-te, participativa y transparente, de manera que el Estado actúe y se perciba cercano a los ciudadanos. En este sentido el desempeño y la calidad de los servicios públicos es fundamental.
Tenemos hoy una sociedad más consciente de sus derechos, con personas más informadas, orga-nizadas y exigentes que demandan la atención de sus necesidades, la solución de sus problemas y mayo-res oportunidades.
Surge, entonces, la necesidad de generar condiciones para el cre-cimiento sustentable, corregir las grandes desigualdades sociales, fortalecer las capacidades institucio-nales y de gestión del Estado, mejo-rando su desempeño en la elabora-ción, implementación y evaluación de sus políticas.
Por ello se requieren institu-ciones más fuertes, más capaces, más competentes para entregar la información y los servicios que las personas necesitan para ejercer sus derechos, cumplir con sus obligacio-nes, percibir los beneficios que el Estado otorga y, en definitiva, mejo-rar sus condiciones de vida.
Para estos efectos no sólo es necesaria la definición de una políti-ca pública, escuchando al ciudada-no que quiere un desarrollo con equidad, también se requiere comu-nicarla, explicar en qué consiste y que las personas comprendan cla-ramente sus beneficios. Además, se precisan los acuerdos necesarios con los sectores políticos y el Parla-mento para concretarlas, y desarro-llar sistemas de evaluación que per-mitan comprobar si están sirviendo para los fines propuestos.
No cabe duda del rol fun-damental que corresponde a los actores principales de estos pro-cesos, los funcionarios públicos, quienes dan vida a las instituciones y que requieren ser permanentemen-te capacitados y motivados para desempeñarse con calidad.
Agenda de transparencia,
probidad, modernización
del Estado y calidad
de la política
La reforma del Estado y la modernización de la gestión pública, han sido parte del esfuerzo perma-nente de los gobiernos de la concer-tación, y han sido incluidas en todos los Programas de Gobierno, por cuanto se requiere un Estado mejor, más capaz, más inclusivo, más transparente y participativo que res-ponda a las necesidades de la ciu-dadanía con calidad y oportunidad.
La transparencia, la probi-dad y el acceso a la información son compromisos democráticos irrenunciables.
Los principales avances en es-tas materias han surgido de proble-mas que se aprovecharon como oportunidades. Cuando el tema de la falta de transparencia y probidad se ha instalado en el debate público, se han logrado las voluntades y los acuerdos necesarios, en los que confluyen todos los sectores políti-cos para proponer las iniciativas que permitan seguir avanzando con so-luciones adecuadas a los problemas que plantea la gestión pública.
En noviembre del 2006, la Presidenta de la República, Michelle Bachelet, promulgó la Convención de las Naciones Unidas contra la Corrupción, oportunidad en que se-ñaló que la transparencia y la probi-dad son valores y principios que deben estar siempre presentes en el desempeño de la función pública, y sobre la base de lo realizado en estas materias en los tres gobiernos democráticos precedentes, anunció que se había constituido un equipo de trabajo conformado por un grupo de expertos del sector público, pri-vado y académico que se dedicaría a formular una propuesta para pro-mover la eficiencia, la responsabili-dad pública y la calidad profesional de la gestión del Estado que favo-rezcan la probidad, la transparencia de la gestión pública y la moderniza-ción del Estado.
Con estos objetivos y sobre la base del informe entregado y de las recomendaciones que contiene, se aprobó una agenda de trabajo en materia de transparencia, probidad, modernización del Estado y calidad de la política, en la que se contem-plan iniciativas legislativas y de carácter administrativo, que dan cuenta de la decisión y el compromi-so político y administrativo del go-bierno para llevar a cabo una gestión pública de calidad, ética y transpa-rente que responda a las exigencias de la sociedad actual.
Las iniciativas contenidas en la agenda tienen por finalidad la promoción de la ética en los servido-res públicos y la transparencia en la gestión y, por lo tanto, están dirigi-das a transparentar la información pública, prevenir y disminuir las irre-gularidades y las faltas a la probi-dad, perfeccionar las instituciones y mecanismos de control y los siste-mas de contratación pública.
La agenda contó con un Secretario Ejecutivo a cargo de un equipo de trabajo quienes tuvie-ron la misión de impulsar, implemen-tar y monitorear el avance de las iniciativas.
Transparencia
Ley de Transparencia
de la Función Pública
y de Acceso a la Información
de la Administración del Estado
Se requiere regular y garanti-zar el derecho de acceso a la infor-mación pública de los órganos del Estado bajo el principio de máxima divulgación, para ello el gobierno impulsó una iniciativa legal para consagrar el pleno derecho de acce-so de los ciudadanos a los actos y documentos de la administración, suprimir las trabas administrativas, establecer los procedimientos para el ejercicio de este derecho y su amparo, y promover la mayor publi-cidad de la acción de los órganos del Estado. Asimismo, las causas de reserva o secreto quedarán estable-cidas directamente en la ley, cir-cunscritos a los internacionalmente aceptados, entre otros, defensa y seguridad nacional, seguridad públi-ca, y vida privada de las personas.
El acceso a la información es una condición esencial de la gober-nabilidad democrática, la rendición de cuentas y la participación ciuda-dana. Tener una ley transparente y de acceso a la información significa un gran progreso, pero no basta, es necesario continuar con mejoras y regulaciones adicionales, y hacer avanzar estas materias promovien-do una nueva cultura, por cuanto estas normativas adquieren todo su sentido cuando las personas se apropian de ellas para mejorar sus condiciones de vida, y es nece-sario que se conviertan en un ele-mento cotidiano de la democracia participativa, lo que constituye todo un desafío.
Esta Ley complementa el prin-cipio de publicidad administrativa consagrado en la Ley de Bases Generales de la Administración del Estado y en el Artículo 8 de la Cons-titución Política que establece:
“El ejercicio de las funciones públicas obliga a sus titulares a dar estricto cumplimiento al principio de probidad en todas sus actuaciones. Son públicos los actos y resoluciones de los órganos del Estado, así como sus fundamentos y los proce-dimientos que utilicen. Sin embargo, sólo una ley de quó-rum calificado podrá estable-cer la reserva o secreto de aquéllos o de éstos, cuando la publicidad afectare el debido cumplimiento de las funciones de dichos órganos, los dere-chos de las personas, la segu-ridad de la Nación o el interés nacional”.
Además, la Ley crea el Conse-jo para la Transparencia, órgano autónomo encargado de velar por la aplicación de la normativa y hacer efectivo el derecho de acceso a la información pública del Estado. Este órgano contará con atribuciones resolutivas que promoverán la trans-parencia de la función pública, ga-rantizará el derecho al acceso a la información, y fiscalizará el cumpli-miento de las normas sobre transpa-rencia y publicidad de la información aplicando sanciones en caso de infracción a ellas. También resolverá las reclamaciones que se interpon-gan, y podrá proponer medidas para aumentar la transparencia y reali-zar reportes y estadísticas sobre la materia.
Asimismo, establece principios que regulan la solicitud de entrega de información, como el de facilidad del acceso, apertura y transparencia, de no discriminación y el de máxima divulgación.
Por otra parte, esta Ley con-sagra la obligación legal de Transpa-rencia Activa que se impone a todos los órganos de la administración del Estado, y que favorece la rendición de cuentas y el control ciudadano sobre los actos de la administración.
A esta fecha la tramitación parlamentaria de la Ley ha conclui-do, encontrándose en su última fase de revisión por el Tribunal Constitu-cional, y próxima a ser promulgada y publicada como ley de la República.
Transparencia activa
Instructivo Presidencial Nº 008, del 4 de diciembre del 2006, sobre transparencia activa y publici-dad de la información de la adminis-tración del Estado.
La transparencia activa con-siste en el deber de todas las insti-tuciones públicas, de poner a dispo-sición del público información relevante sobre su gestión sin nece-sidad de petición previa, garantizan-do el acceso a ella por medios expe-ditos y gratuitos.
Este Instructivo Presidencial exige a los organismos públicos incorporar de modo permanente información en sus sitios web res-pecto de:
Para estos efectos se creó un banner “Gobierno Transparente” que tiene el mismo diseño y configura-ción para todos los organismos públicos, haciendo homogénea la presentación de la información lo que facilita su navegación.
Los organismos públicos de-ben publicar los antecedentes antes mencionados, actualizando sus ba-ses de datos trimestralmente. Así, a un año de dispuesta la medida, ha sido implementada exitosamente por la totalidad de los organismos de la Administración Central del Estado, introduciendo un avance sustancial con el propósito de fortalecer la pro-bidad y acercar el ejercicio de la función pública a la ciudadanía.
Publicidad de las declaraciones de patrimonio e intereses
Con el objeto de resguardar el principio de la probidad administrati-va y de perfeccionar el régimen de declaraciones establecido en las Leyes Nos. 19.653 y 20.088, se presentó al Parlamento un proyecto de reforma constitucional que esta-blece, entre otras materias, la publi-cidad de las declaraciones de intereses y de patrimonio que deben realizar las autoridades públicas, las que deben mantener permanente-mente actualizadas.
Declaración de intereses. Se refiere a la individualización precisa de las actividades profesionales y económicas en que participa una autoridad o funcionario público que se formaliza por escrito y bajo jura-mento. Debe actualizarse cada cua-tro años o cuando ocurra algún hecho relevante que la modifique. Se establecen drásticas sanciones en caso de falsedad, ocultamiento de información, o desactualización. Este procedimiento genera transparencia sobre las relaciones o vínculos que tenga el funcionario, tanto con el mundo público como con el privado. De ese modo, es posible prevenir conflictos de intereses.
Esta declaración debe actuali-zarse cada cuatro años, cuando el titular cese en su cargo o sea nom-brado en uno nuevo, o cada vez que el patrimonio experimente disminu-ciones o aumentos.
Uno de los ejemplares debe remitirse a la Contraloría General de la República.
Probidad
Proyecto de Ley que regula
el ‘Lobby’
Tiene por objeto regular y hacer pública la promoción, defensa
o representación de intereses de personas, entidades, organizaciones públicas y privadas, ejercida por personas naturales o jurídicas ante las autoridades y funcionarios de los órganos de la Administración del Estado y del Congreso Nacional, y fortalecer la transparencia de estas relaciones.
Se entiende por Lobby la acti-vidad remunerada que tiene por objeto promover, defender o repre-sentar cualquier interés de carácter individual, sectorial o institucional con decisiones de toda naturaleza, que en el ejercicio de sus funciones deban adoptar los órganos del Esta-do o el Congreso Nacional.
La Ley, en trámite en el Par-lamento, establece un registro en el que se deben inscribir las personas naturales o jurídicas, chilenas o ex-tranjeras que desarrollen actividades de lobby, quedando sujetas al siste-ma de derechos y obligaciones esta-blecidos en la Ley. El incumplimiento de este deber de registro será sufi-ciente para impedir el ejercicio del lobby sin perjuicio de las sanciones que establece la Ley.
Protección al funcionario
denunciante Ley No. 20.025
publicada en el Diario Oficial
del 24 de julio del 2007
Los funcionarios públicos y municipales de acuerdo con sus respectivos estatutos de personal, están obligados a denunciar los hechos irregulares y las faltas a la probidad de que tomen conocimien-to en el ejercicio de sus cargos.
Esta Ley dispone un sistema de protección al funcionario que, de buena fe y a través de los canales regulares, denuncie estos hechos.
De este modo, los funcionarios denunciantes no podrán ser objeto de las medidas disciplinarias de suspensión del empleo o destitución del cargo durante un cierto período; no podrán ser trasladados de locali-dad o de la función que desempe-ñen, sin su autorización por escrito; y no podrán ser objeto de precalifica-ción anual, salvo que lo soliciten, si el denunciado fuese su superior jerárquico.
Proyecto de Ley que establece impedimentos para ocupar
cargos en instituciones privadas sujetas a fiscalización
durante un cierto período
Establece el impedimento para las ex-autoridades de instituciones fiscalizadoras de prestar servicios personales, durante cierto plazo, a organismos fiscalizados (puerta giratoria).
El proyecto está destinado a ampliar las restricciones fijadas en el Artículo 56 de la Ley Orgánica Cons-titucional de Bases Generales de la Administración del Estado, que dispone:
"Del mismo modo son incom-patibles las actividades de las ex autoridades o ex funciona-rios de una institución fiscali-zadora que impliquen una re-lación laboral con entidades del sector privado sujetas a la fiscalización de ese organis-mo. Esta incompatibilidad se mantendrá hasta seis meses después de haber expirado en funciones."
Proyecto de Ley
sobre perfeccionamiento
de los sistemas de compras
y contratación pública
Modifica la Ley de Compras Públicas N° 19.886, transformándola en una ley marco de la contratación pública, extendiéndose su aplicación a áreas como la ejecución de accio-nes de apoyo, la ejecución de obras, las concesiones de obras públicas, de bienes nacionales de uso público y de bienes municipales, así como a la contratación de estudios, ase-sorías y consultorías relacionados con proyectos de inversión.
El proyecto regula las incom-patibilidades de intereses en las compras públicas, exigiendo a los funcionarios a quienes les corres-ponde adjudicar contrataciones o supervisar en cada entidad el siste-ma de compras, presentar declara-ciones de intereses y de patrimonio.
Se fortalece, así, el sistema de información de compras y contrata-ción pública que contribuye a la efi-ciencia y la transparencia de la ad-ministración pública.
Regulación de conflictos
de intereses de parlamentarios
Inhabilidades Parlamentarias
Reforma Constitucional
a los Artículos 58 y 60
Los parlamentarios deben in-hibirse de intervenir en los asuntos en que tengan intereses, así por ejemplo, no deben participar en so-ciedades que se vinculen o relacio-nen con órganos que puedan ser objeto del ejercicio de atribuciones exclusivas de las cámaras del Congreso.
Además, se propone que, previa acusación ante el Tribunal Constitucional, sea causal de cesa-ción en el cargo que un diputado o senador promueva o vote asuntos en el Congreso, que interesen directa o personalmente a ellos o a sus pa-rientes más cercanos.
Calidad de la política
Proyecto de Ley que modifica
la Ley Nº 19.884 sobre
Transparencia, Límites y
Control de los Gastos
Electorales y establece normas contra la intervención electoral
Esta iniciativa responde a la necesidad del sistema político de contar con una legislación que ga-rantice los más altos niveles de transparencia respecto del origen y destino de los recursos empleados en las campañas políticas, con el objeto de fortalecer la transparencia de la relación del dinero con la políti-ca. Para ello propone modificar di-versos textos legales.
El proyecto crea la Subdirec-ción de Control de Gasto Electoral en el Servicio Electoral, con el objeto de fortalecer las atribuciones de los organismos encargados de fiscalizar y sancionar a quienes infrinjan la normativa electoral. Esta Subdirec-ción estará encargada de auditar y controlar las normas sobre transpa-rencia, control y límite del gasto electoral.
Prohibiciones
al Intervencionismo Electoral
del Estado
Se propone incorporar modifi-caciones al sistema de urgencias legislativas y a la presentación de proyectos de reforma constitucional en períodos electorales, de modo que las campañas políticas no se vean afectadas por la agenda legis-lativa en curso.
Asimismo, se prohíben los avisos publicitarios del gobierno, y la realización de colectas con fines de campaña en servicios públicos du-rante la vigencia del período de campañas electorales.
Regulación de las primarias
Tiene por objeto regular la rea-lización de primarias en los partidos políticos, con la finalidad de evitar conflictos al interior de los partidos y coaliciones sobre los mecanismos utilizados para seleccionar a sus pre-candidatos.
Modernización del Estado
Proyecto de Ley
que perfecciona el Sistema
de Alta Dirección Pública
y modifica el Estatuto
Administrativo en materia
de concursabilidad
del tercer nivel
Este proyecto amplía la cober-tura a la gran mayoría de los servi-cios públicos, y perfecciona la insti-tucionalidad del Sistema de Alta Dirección Pública, con el objeto de avanzar en la transparencia y profe-sionalización de los servicios públi-cos y de agilizar los procesos de selección de funcionarios.
Para perfeccionar el sistema se propone:
Modernización de la Contraloría General de la República
Desde su creación en 1927, la Contraloría General de la República es la principal institución de control externo de los órganos de la admi-nistración. Sin perjuicio de su impor-tante y valiosa trayectoria institucio-nal, los cambios sufridos por la administración pública exigen ade-cuar su diseño institucional y sus funciones.
Para ello, se elaborará un An-teproyecto de Nueva Ley Orgánica Constitucional de la Contraloría Ge-neral de la República, que conside-rará el proyecto de modernización que ha estado llevando a cabo la propia Contraloría y las experiencias comparadas más relevantes.
Proyecto de Ley
que establece el Sistema
de Auditoría Interna
del Gobierno
Se encuentra en tramitación legislativa un proyecto que otorga rango legal al Consejo de Auditoría Interna General de Gobierno que fue creado como Comisión Asesora Presidencial mediante el D.S. Nº 12 de 1997, encargado de velar por el respeto, aplicación y cumplimiento de las normas que regulan la organi-zación y funcionamiento de los ser-vicios públicos desde la perspectiva de la auditoría interna.
El proyecto considera la figura de los auditores ministeriales, uno por cada ministerio que deberán ser seleccionados mediante el Sistema de Alta Dirección Pública y audito-res institucionales, uno por cada servicio público.
Además en cada Ministerio existirá un Comité de Auditoría Mi-nisterial, que fortalecerá el control interno de la administración pública.
Agencia de Calidad
de las Políticas Públicas
Se propondrá la creación de un órgano encargado de controlar y evaluar el impacto de las políticas y programas públicos. Los resultados de las mediciones que realice la Agencia de Calidad de las Políticas Públicas estarán a disposición del público, y serán elaborados con ob-jetividad e independencia.
Iniciativas administrativas
Manual de Probidad
Fue elaborado por el Ministe-rio Secretaría General de la Presi-dencia, la Secretaría Ejecutiva de la Agenda de Probidad y Transparen-cia y la Dirección Nacional del Servi-cio Civil, con el propósito de reunir y sistematizar en un solo texto las normas, jurisprudencia de la Contra-loría General de la República y bue-nas prácticas en materia de gestión de transparencia y probidad, para ponerlas a disposición de las institu-ciones y funcionarios de la adminis-tración pública, para ser usado en actividades de capacitación e induc-ción de los nuevos funcionarios públicos que ingresen a la adminis-tración, y sirva para elevar los nive-les de transparencia en el actuar de los organismos públicos y fortalecer el desempeño ético de sus integran-tes.
Premio a las Buenas Prácticas
en Probidad, Transparencia
y Acceso a la Información
Pública
Con el objeto de conocer las buenas prácticas en probidad y transparencia desarrolladas por las instituciones del Estado y de difundir su conocimiento, se realizó un con-curso, en el que ochenta servicios públicos presentaron sus buenas prácticas. Con sus resultados se realizó una exposición de los servi-cios premiados, y la publicación de sus experiencias en el libro Buenas Prácticas en Probidad y Transparen-cia y Acceso a la Información en la Administración del Estado.
El jurado estuvo compuesto exclusivamente por actores de la sociedad civil.
En la sociedad global, la cons-trucción de una nación moderna y desarrollada requiere del acceso pleno de los ciudadanos a las nue-vas oportunidades que brindan las tecnologías de la información y las comunicaciones, por ello cuando se habla de gobierno electrónico se refiere a una construcción que va más allá de su incorporación en la administración pública. El esfuerzo es también de gestión y su sentido es contribuir al desarrollo del país y al bienestar social, mejorando la calidad de la información y de los servicios prestados a los ciudada-nos, aumentando la eficacia y la eficiencia de la función pública, forta-leciendo la transparencia del sector público y fomentando la participa-ción ciudadana.
Nuestro país ha experimenta-do importantes avances en esta materia, diversos ranking internacio-nales así lo confirman, y teniendo en cuenta que toda la población se re-laciona con el Estado, el uso guber-namental de las tecnologías tiene un efecto catalizador y promotor del proceso de modernización del país y de su inserción en la sociedad de la información.
Se puede mencionar como ejemplo, que las acciones emprendi-das por el Servicio de Impuestos Internos generaron un círculo virtuo-so, que impulsó la creación de solu-ciones capaces de soportar impor-tantes volúmenes de transacciones electrónicas, y también condujo a los ciudadanos y las empresas a aban-donar las filas y los papeles, faci-litándoles la relación con el Estado y generando mayores beneficios.
Algo similar ha ocurrido con el Portal de Compras y Contrataciones Públicas, “Chile Compra”, que tiene como objetivo garantizar elevados niveles de transparencia y eficiencia en la gestión estatal, así como im-portantes ahorros de costos en las compras del Estado.
Por otra parte, el Portal de Trámites Públicos, Trámite Fácil, cuenta con información de más de 1.600 trámites, 420 de los que se pueden realizar en línea a través de una sola dirección en Internet.
Experiencias de gestión
de calidad en la Administración
Pública de República
María del Carmen Lugo** Dominicana*
EXPONE LA EXPERIENCIA DE REPÚBLICA DOMINICANA A CARGO DE LA SECRETARÍA DE ESTADO DE ADMINISTRACIÓN PÚBLICA, SEAP, SOBRE LA INTRODUCCIÓN Y PROCESO DE LA GESTIÓN DE CALIDAD EN EL SECTOR PÚBLICO DOMINICANO Y EL PREMIO NACIONAL A LA CALIDAD.
PALABRAS CLAVES: FUNCIÓN PÚBLICA / CALIDAD / SECTOR PÚBLICO / REPÚBLICA DOMINICANA / MEJORAMIENTO DE LA CALIDAD
El gobierno dominicano, en interés de lograr una gestión pública más efectiva y transparente, ha con-siderado como una necesidad, la
* Documento presentado en el XIV Foro de la Función Pública del Istmo Cen-troamericano, Panamá y República Do-minicana: “Profesionalización de la Fun-ción Pública y Gestión de Calidad”, realizado del 16 al 18 de julio del 2008, en Santo Domingo, República Domini-cana, y organizado por el Instituto Cen-troamericano de Administración Pública, ICAP, y la Secretaría de Estado de Ad-ministración Pública, SEAP, de Repúbli-ca Dominicana.
** Directora de Reclutamiento, Selección y Evaluación de Personal y Coordi-nadora Premio Nacional a la Calidad de la Secretaría de Estado de Adminis-tración Pública, SEAP, de República Dominicana.
Recibido: 1º de julio del 2008.
Aceptado: 14 de julio del 2008.
implementación de un sistema que reconozca y promueva la calidad de sus instituciones y la efectividad de los procesos en que se envuelven cada una de ellas, como parte de una estrategia nacional de moderni-zación. Este objetivo se inscribe dentro de una corriente mundial de orientación hacia la calidad, como factor fundamental para el éxito de las organizaciones.
Ya en la primera gestión de gobierno del Dr. Leonel Fernández Reyna se hicieron intentos de iniciar los trabajos de calidad en la adminis-tración pública dominicana, cuando a través de un decreto presidencial se creaba el Sistema Integrado de In-formación y Gestión de Servicios Públicos, Decreto No. 139, y el Pre-mio Nacional a la Calidad con base
en el Modelo Iberoamericano para la Calidad.
Esta iniciativa del año 2000 se hace a finales del Gobierno del Dr. Fernández, y se inician algunos avances en los servicios ofrecidos al ciudadano como las licencias de conducir las que se tramitan con más rapidez y sin intermediarios, los pasaportes, los marbetes de vehículos, y se establece una venta-nilla única en el órgano regulador de las exportaciones, pero con el cam-bio de autoridades, se diluye el in-terés en estos temas y se abandona-ron estos proyectos. La idea de implementar un modelo de calidad no prosperó.
En enero del 2005, el Director de la Oficina Nacional de Adminis-tración y Personal, ONAP, hoy Se-cretaría de Estado de Administración Pública, SEAP, en un acto de incor-poración de servidores públicos al Sistema de Carrera Administrativa, hizo un compromiso público, de hacer la calidad una realidad en la administración pública dominicana, por considerarla de suma importan-cia para lograr la profesionalización tan esperada, y contribuir al proceso de reforma y modernización que habíamos iniciado en el país.
En setiembre de ese mismo año (2005), el Presidente de la Re-pública dicta el Decreto No. 516-05 mediante el cual se crea el Premio Nacional a la Calidad y Reconoci-miento a las Prácticas Promisorias en el sector público, con el objetivo de promover la mejora de la calidad en el servicio público y de destacar a las organizaciones con prácticas y avances importantes enfocadas hacia el buen servicio al ciudadano. Responsabiliza a la antigua ONAP, hoy SEAP, a organizar esta actividad y le encarga de promover el Modelo de Calidad, Marco Común de Eva-luación, CAF, derivado del Evalua-tion Framework of Quality Manage-ment, EFQM, para iniciar el proceso de autoevaluación a las instituciones públicas, y de esta forma, identificar sus fortalezas y áreas de mejora.
Para la realización de este proyecto se cuenta con la valiosa colaboración del Programa de Apoyo a la Reforma y Modernización del Estado, PARME, de la Unión Euro-pea, UE. A través de uno de sus directivos se conoció la existencia de este modelo de calidad, desarrollado exclusivamente para organizaciones públicas que se inician en este tema, que era nuestro caso particular. Se acuerda la visita de una experta española en el modelo CAF, María Jesús Jiménez, quien pasa alrede-dor de quince días con un equipo de profesionales de la administración pública dominicana, y hacen la adap-tación del modelo al lenguaje domi-nicano. Posteriormente, el Centro Latinoamericano de Administración para el Desarrollo, CLAD, a solicitud de los directivos de ONAP, apoyan con un consultor peruano, Dr. Luis Tenorio, quien colaboró en la revi-sión de todos los documentos que servirían de soporte al Premio Na-cional a la Calidad; luego el Progra-ma de Apoyo a la Reforma del Poder Ejecutivo, PROREFORMA, facilitó la participación del Dr. Mario Albur-querque de Chile, quien trabajó con la SEAP en la Capacitación de Eva-luadores Externos y Jurado del Pre-mio a la Calidad. Todos estos paí-ses han sido reconocidos por sus avances en la gestión de calidad en sus administraciones públicas.
Se constituye el Comité orga-nizador del Premio Nacional a la Calidad, presidido por la Licda. Lorgia Grullón, consultora de PROREFORMA, quien integraba el equipo de mejoramiento de la ONAP, así como de otros funciona-rios: María del Carmen Lugo y Virna Lissi Peña, del equipo directivo de ONAP, y Bienvenido Liviano del Consejo Nacional de Reforma del Estado, CONARE.
En este proceso de búsqueda se tuvo el acompañamiento del Dr. Gilberto Concepción, experto domi-nicano en temas de calidad, y quien había desarrollado un Premio a la Calidad para los empresarios del sector industrial de Herrera, quien a ese momento, había realizado diez entregas de estos galardones.
También nos acompañaron en el proceso otros expertos dominica-nos, sobre todo en la fase de capaci-tación en herramientas de calidad: Don Máximo Figuereo y el Ing. Ramón Cruz Placencia.
Se constituye el Jurado del Premio Nacional a la Calidad y se invitan a instituciones de la sociedad civil: Participación Ciudadana y Fun-dación Institucionalidad y Justicia, FINJUS; sector privado: Asociación de Industriales de Herrera, Consejo Nacional de Empresas Privadas, CONEP, Plan Estratégico de Santia-go; sector público: Dirección General de Normas y Sistemas de Calidad, DIGENOR, Consejo Nacional de Competitividad, Consejo Nacional de Reforma del Estado, CONARE, y la academia: Universidad Autónoma de Santo Domingo, UASD. Hasta el momento, han permanecido las nue-ve instituciones que envían sus re-presentantes como miembros del Jurado de este Premio.
Se han realizado dos Semina-rios Internacionales de Calidad: “Ex-celencia en la Gestión Pública y Privada” en octubre del 2005, en la ciudad de Santo Domingo y en octu-bre del 2006, en la ciudad de San-tiago de los Caballeros, donde se contó con la participación de organi-zaciones del sector privado, descri-biéndonos sus buenas prácticas y el cómo desarrollaron la calidad las mejores instituciones del sector público. Se contó también, con invitados internacionales que nos expusieron sobre temas relaciona-dos a la excelencia en la gestión de las organizaciones.
Se celebraron dos Seminarios Nacionales, “Compartiendo Buenas Prácticas”, donde expusieron las instituciones ganadoras de Medallas y Prácticas Promisorias, sus expe-riencias y las razones por las que fueron merecedoras de esos galar-dones. Estos seminarios fueron celebrados en abril del 2007, en la ciudad de Santo Domingo y recien-temente en junio del 2008 en la ciu-dad de Santiago de los Caballeros, donde se tuvo una gran cantidad de servidores públicos asistiendo los tres días de esta actividad. Se contó con los líderes de las instituciones galardonadas en la tercera versión del Premio Nacional a la Calidad y como invitado internacional a un miembro de la Fundación Iberoame-ricana de la Calidad, FUNDIBEQ, una empresa mexicana, ganadora de Medalla de Oro, en el Premio Iberoamericano para la Calidad de FUNDIBEQ. También se contó con la presencia de la Sub-directora de Chile Calidad, coordinadora de la Red Iberoamericana para la Exce-lencia, REDIBEX, quien tuvo a su cargo exponer sobre el trabajo que están desarrollando en Chile con las pequeñas y medianas empresas, PYMES, para que apliquen modelos de gestión de calidad sencillo.
Del 12 al 14 de setiembre del 2007 hubo un gran evento en nues-tro país, la Convención Dominico-Iberoamericana. IX Convención de Competitividad y Excelencia en la Gestión. “Aprender de los Mejores” que coordinamos con FUNDIBEQ para que se celebrara en República Dominicana. Simultáneamente, se tuvo la deliberación del Jurado del Premio Iberoamericano para la Cali-dad, del cual somos miembros y hemos participado en dos procesos de deliberación como Jurado del citado premio.
En esta convención se dio a conocer el Himno a la Calidad que se mandó a componer para el Pre-mio Nacional a la Calidad del sector público dominicano.
Modelo de Gestión de Calidad
El Marco Común de Evalua-ción, CAF, modelo de autodiagnósti-co, revisado y adaptado a la realidad de la administración pública domini-cana, se desprende del EFQM, mo-delo de calidad utilizado en muchos países de Europa. Tiene como ca-racterísticas principales su adecua-ción a la administración pública, fue diseñado exclusivamente para el sector público, para ser aplicado en organizaciones que no hayan inicia-do su camino hacia la calidad en su gestión, que era nuestro caso parti-cular. Este modelo se fundamenta en los principios universales de la gestión de calidad y es compatible con los otros modelos de excelencia aplicados en otros países.
La autoevaluación contiene nueve criterios y veintisiete sub-criterios que son: Liderazgo, Estra-tegia y Planificación, Personas, Alianzas y Recursos, Procesos, Re-sultados orientados a los clientes ciudadanos, en las personas, en la sociedad y en el rendimiento de la organización.
Para promover el modelo de gestión de calidad se ha llegado hasta los puntos más distantes de nuestro país.
En estos cuatro años se ha desarrollado una ardua labor que ha rendido sus resultados. Hoy hemos despertado en las instituciones públicas el interés por planificar sus actividades, tener una estrategia clara de lo que deben cumplir, han identificado su misión, su visión y han definido unos valores que de-berán practicar durante el desarrollo de sus actividades; hoy se habla de medir todo lo que hacen, de estable-cer indicadores para poder mejorar, estamos inmersos en un proceso de mejora continua, donde se le ha dado mucha importancia a la voz del cliente-ciudadano, que en definitiva es para quien trabajamos. Creo firmemente que la calidad es el ver-dadero camino hacia el cambio, el progreso y el desarrollo de nuestro país. Iniciamos una verdadera revo-lución del pensamiento y el conoci-miento en la administración pública dominicana, y no hay posibilidad de que demos un solo paso hacia atrás ◊
Coaching ontológico:
La Gestión Administrativa
de las Sociedades
del Entendimiento
Manuel Enrique Rovira* y el Conocimiento
ANALIZA BREVEMENTE DESDE UN ENFOQUE INDUCTIVO LA PROMOCIÓN Y EL DESARROLLO DE LA CREATIVIDAD E INNOVACIÓN, COMO RESULTADO DEL APRENDIZAJE CONTINUO E INTERESADO, EN EL MARCO DE LAS ORGANIZACIONES.
PALABRAS CLAVES: ADMINISTRACIÓN / GESTIÓN DEL CONOCIMIENTO / APRENDIZAJE CONTINUO / CLIMA ORGANIZACIONAL
En tiempos de cambio, quienes están dispuestos a aprender heredarán
la tierra, mientras que los que creen que ya saben, se encontrarán
hermosamente equipados para enfrentarse a un mundo que dejó de existir.
Primero que todo es muy importante aclarar lo que entende-mos por coaching ontológico, ya que pueden haber muchas interpre-taciones al respecto, sobre todo cuando lo relacionamos con el con-cepto de entrenador de un equipo.
* Licenciado en Estadística y Admi-nistración de Negocios. Consultor inde-pendiente.
Recibido: 10 de julio del 2008.
Aceptado: 12 de diciembre del 2008.
En este caso el entrenador o coach define autocráticamente las estrate-gias y las tácticas que los jugadores deben obedecer y realizar en la can-cha, con el propósito de lograr los resultados perseguidos; en este sentido el coach se convierte en la persona que manda, controla, evalúa y define cómo tiene que comportarse cada jugador en el terreno de juego, como si se tratara de una máquina. En las organizaciones, este compor-
tamiento ha sido asimilado por el de jefe, gerente o capataz y en el mejor de los casos líder, no obstante el enfoque y su comportamiento sigue siendo el del entrenador. Es impor-tante recordar que se entrena a los animales y que el entrenamiento se entiende como un proceso mediante el cual se le “enseña” a los animales a comportarse de determinadas ma-neras, ante determinadas circuns-tancias sin que medie explicación del por qué este comportamiento. El entrenador en su condición de capa-taz, o de “manda-más”, promueve el subdesarrollo humano en su grupo de trabajo, ya que como capataz se concentra “en entender su trabajo” como el de dar órdenes y hacer todo lo posible para que se cumplan, utili-zando para ello el poder que le con-fiere la organización burocrática, así como un exacerbado control, que generalmente se confunde con la labor más importante que debe hacerse en una empresa.
Lógicamente este patrón de comportamiento, normal en la orto-doxia administrativa, considera a las personas como una pieza de una maquinaria llamada empresa, y por ello las individualidades y las dife-rencias humanas se han ignorado, dando campo a las estandarizacio-nes humanas, propias de las piezas de los engranajes de la maquinaria empresarial.
Todo esto ha producido or-ganizaciones sobre-administradas por una nube muy densa de proce-dimientos que limitan e invisibilizan al ser humano como ente único, creativo, innovador y comprometido, reduciéndolo simplemente a un par de manos ocupadas en realizar tra-bajos muy simples y repetitivos, pro-pios de las burocracias organizadas como líneas de ensamblaje.
Pareciera muy lógico enten-der las organizaciones como máqui-nas si nos remontamos al adveni-miento de la empresa moderna, y recordamos como estaban organiza-das las empresas en lo que se llamó la revolución industrial, o de segunda ola como la definió Alvin Toffler, porque en ese tiempo las socieda-des estaban caracterizadas por un exceso de demanda sobre oferta, entonces sin temor a cometer un craso error, se podría colegir que todo o casi todo lo que se producía se podía fácilmente vender, hacien-do esta causa que las empresas nacientes se concentraran sistemáti-camente en la producción, en buscar su eficientización mediante progra-mas de reducción de costos y una UTILIZACIÓN EFICIENTE CON MAYÚSCULA, de la mano de obra, para lo que se utilizaron métodos deductivos, propios de los sistemas cerrados, mediante los cuales el trabajo fue fragmentado en unidades de trabajo simples y elementales, que cualquier persona podría reali-zar una vez entrenado para que lo repitiera. Así es que la mano de obra no debía pensar, no debía proponer nuevas y novedosas formas de hacer el trabajo, porque pensaban los ingenieros que estudiaban y pro-ponían las formas de realizar las tareas de la manera más eficiente, mediante el uso y la aplicación del método de tiempos y movimientos.
Hoy la realidad empresarial y social no es la misma de la de aque-lla época, no obstante estos princi-pios son los que prevalecen en las organizaciones actuales, y con esos principios se quiere gerenciar orga-nizaciones del entendimiento y el conocimiento.
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Consecuentemente, las orga-nizaciones de hoy, y sobre todo, de mañana por estar inmersas en am-bientes económicos y sociales ca-racterizados por una velocidad de cambio en aceleración continua, sin rumbo predecible, intensivas en creatividad, en pensamiento, en conocimiento, y envueltas en tecno-logías alucinantes, en las que nues-tra capacidad de respuesta debe ser instantánea, tanto para ser oportu-nos con respecto a los cambios habidos en el entorno, como también para ser propositivos cambiando el entorno.
La gestión estratégica enton-ces, será la que le dará capacidad a las organizaciones para que puedan tener éxito en este mundo.
Ahora bien, la gestión estraté-gica así entendida debe estar cimen-tada en el coaching ontológico, por-que es la creatividad humana y todas sus potencialidades, la única energía que puede hacer de las or-ganizaciones, una fuente de éxito y excelencia, como entes promotores de riqueza y bienestar social.
Las capacidades intelectuales de las personas o el nuevo verbo: “cerebro de obra” son los pilares del nuevo orden administrativo. La ges-tión estratégica debe promover el uso intensivo del Entendimiento y el Conocimiento por medio del coa-ching ontológico.
Ahora bien, el coaching on-tológico es considerado como disci-plina que centra su hacer en la potenciación de las capacidades intelectuales del ser humano, así como de potenciarlo por medio del lenguaje, mediante el cual com-parte su conocimiento y su entendi-miento con el propósito de enrique-cerlo. Entonces el lenguaje se convierte en el caldo de cultivo que permite y propulsa el crecimiento y la utilización tanto del entendimiento como del conocimiento.
Por medio de la ontología del lenguaje y la comprensión que éste es generativo, no solo descriptivo, los seres humanos crean nuevas y novedosas realidades, haciendo consecuentemente organizaciones pioneras y preparadas para crear realidades inéditas.
En contraposición a la admi-nistración tradicional, que está enteramente ocupada del hacer del ser humano y de técnicas estándar como resultado de este planteamiento que resuelve la exce-lencia organizacional, el coaching ontológico permite por medio de la razón, que las personas se transfor-men en seres creativos e imaginati-vos, además de emprendedores para poner en práctica sus creacio-nes administrativas.
El coaching ontológico pro-mueve el desarrollo intelectual de las personas, porque se centra primero que todo en el ser y a través de él en un hacer inteligente y eficiente, pero como resultado de los aportes intelectuales de las personas, ante situaciones de la vida y de las organizaciones.
Este proceso creativo ocurre como consecuencia del afinamiento continuo del poder intelectual. Lógi-camente, este proceso transforma constantemente a las personas que lo practican, y se vuelve una forma de ser del ser.
Peter Drucker afirma que hay dos tipos de trabajo: el manual o mecánico y el no manual o intelec-tual. El primero es el sustento de la ortodoxia administrativa porque es controlable, es obvio, se estructura deductivamente y se aprende por entrenamiento, además está en el dominio del hacer. El otro tipo de trabajo, el intelectual no es controla-ble, no es obvio, es inductivo y crea-tivo y brota del ser cuando éste lo practica. Lógicamente los principios clásicos de la administración no pueden aplicársele, sino que de-manda de nuevos principios que se desarrollan al amparo de la nueva ciencia, llámese esta mecánica cuántica, teoría general de sistemas o teoría de la relatividad, entre otras.
La visión espiritual de la nueva ciencia es totalmente congruente con la filosofía de coaching ontológi-co, que consiste primordialmente en ‘estimular las brazas cerebrales’ de los colaboradores para que éstos descubran sus capacidades y poten-cialidades, además de estar dispues-tos a desarrollarlas infinitamente.
Emerge naturalmente de este ambiente de auto motivación, de confianza, de creatividad y sobre todo de insatisfacción por lo que se es, para ir en pos de lo nuevo, de lo más avanzado, de estar siempre en la punta de lanza de la intelectuali-dad, con la finalidad de mejorar lo que se tiene, sin importar lo bueno que puede ser.
Coaching ontológico significa un proceso infinito en el desarrollo humano del ser, mediante la cons-trucción mental de intra disciplinas, es decir, el ser humano termina siendo intra disciplinario, porque el ser humano es la síntesis y la siner-gia de las diferentes disciplinas, sin que ello implique un “sabelotodo”, sino más bien que esté preparado para poderse comunicar y relacionar efectivamente con el entorno y obte-ner de esas relaciones, resultados sorprendentes en el trabajo, cual-quiera que éste sea. Por eso habla-mos que el ser no sólo se transforma a si mismo, sino que transforma su entorno.
Una de las habilidades más importantes que promueve el coa-ching ontológico es ‘el aprender a aprender’, porque sólo así podría-mos satisfacer el apetito insaciable de la aventura de descubrir nuevos conocimientos y puntos de vista, tanto de nosotros mismos como de otras personas.
El coaching ontológico es un paradigma diferente, un contexto distinto para que los objetivos sean logrados desde el entendimiento del ser como arquitecto de su propia vida, y responsable de sus propios actos, tanto en el ámbito personal o en un trabajo de equipo. El coach ontológico no le dice a las personas lo que tienen que hacer, no presiona, ni aconseja, ni recomienda, sino que explora, hace preguntas, ofrece in-terpretaciones generativas, desafía respetuosamente sus modelos men-tales para desarrollar una nueva mirada que permita el descubrimien-to de nuevas acciones y posibilida-des; y acompaña en el diseño de acciones que faciliten el acceso a los resultados buscados. El ideal busca-do es que todos nos podamos con-vertir en auto coaches ontológicos.
El coach ontológico cuestiona, con respeto, las formas en que las personas y los equipos perciben sus realidades y situaciones para permi-tirles cambiar estrategias estáticas y ortodoxas, que aunque en el pasado pudieron haber dado buenos resul-tados ahora de seguro no pueden darlo, por nuevas posibilidades de ser y hacer, que sean más efecti-vas para lograr los resultados deseados.
El coach ontológico es enton-ces un maestro, un guía, un retador, un incitador, un provocador del inte-lecto humano, busca siempre cues-tionar lo estatuido con el propósito de encontrar una mejor forma de hacer las cosas que nos causen satisfacción y orgullo, pero siempre viéndolo como un trampolín no como un pedestal.
Tanto el coach como los coa-cheés siempre deben estar inspira-dos en una ilusión de futuro que es posible lograr cuando trabajan juntos y en sinergia, haciendo uso siempre, tanto del intelecto individual como colectivo.
El aprendizaje entendido y continuado durante toda la vida, el lenguaje, la creatividad y el ingenio humano son las “herramientas” fun-damentales del coaching ontológico. Aprendizaje es acción. Ser creativos para poder cumplir con una de las tareas más importantes de todos los seres humanos: diseñar nuestra propia vida. Tenemos la posibilidad de crear nuestro propio destino, para no culpar a otros por lo que dejamos de hacer o por lo que hagamos mal. ¡Podemos aprender a crearnos y recrearnos a nosotros mismos!
Conclusiones
Como se puede colegir, se tra-ta de re-crear los fundamentos de la administración, para que de una manera natural en las organizacio-nes, el trabajo tenga sentido, y sea también un medio de aprendizaje continuo, así como la forma de tras-cender y sentirse importante por lo que se aporta a la organización o empresa. Lógicamente esta filosofía administrativa crea ambientes procli-ves a la creatividad, al entendimiento y al conocimiento. Las organizacio-nes administradas por medio del coaching ontológico se tornan flexi-bles, aptas, planas, constituidas por equipos de trabajo sinérgicos, con conciencia hacia la calidad de los servicios que presta, con ambientes caracterizados por la confianza, la ayuda mutua y el conocimiento holís-tico de parte de todos los colabora-dores de la “lógica empresarial”.
El coaching ontológico es la base para trabajar en equipo al ser-vicio del cliente, sin distinguir entre lo que la ortodoxia ha calificado como interno y externo. Es la base para entender el liderazgo no como una debilidad que crea dependencia, sino como una energía liberadora que impulsa a las personas a con-formarse en auto-líder, y contribuir a crear así ambientes con energía de “liderazgo”. La calidad desde esta nueva perspectiva, ya no se visuali-za solamente como el apego a nor-mas que invisibilizan a las personas, sino como la capacidad creativa para sorprender a los clientes con servi-cios a su medida. Por medio del coaching ontológico se crean em-presas y organizaciones inteligentes capaces de cambiar las realidades. Es un medio único para preparar empresas y sociedades, para inser-tarse con ventaja en un mundo glo-balizado, haciendo uso de sus venta-jas competitivas y del “cerebro de obra” para crear realidades inexis-tentes. Las estrategias de “océano azul”, son consecuencia del coa-ching ontológico.
Las estrategias empresariales y la planificación de las acciones planificables, se realizan y conciben ya no desde las perspectivas tradi-cionales de normar, ordenar, meca-nizar y poner en un orden lógico de causa-efecto y lineal, toda una serie de programas, y procesos de trabajo que no admiten interpretación de nadie, sino un irrestricto apego a las normas, llevando a las organizacio-nes a vivir en función de ellas, impor-tando muy poco o nada, las perso-nas que ejecutan estas acciones. Entonces la máquina organizativa del pasado, debe dar paso a organi-zaciones con estrategias creativas, que se adapten a los cambios del entorno, y en el mejor de los casos que las conduzcan a propiciar y ade-lantarse a los cambios. La estrate-gia creativa propia del coaching on-tológico, se convierte en una forma de conducir organizaciones, donde el conocimiento y el entendimiento son las fuentes para re-crear conti-nuamente las empresas. Debemos aclarar que las herramientas de la ortodoxia administrativa, se mues-tran limitadas para tratar estas nue-vas realidades y pretender adminis-trar empresas del Entendimiento y el Conocimiento.
La estrategia creativa debe hacer uso inteligente de las herra-mientas de las infocomunicaciones y debe planificar todo aquello que es planificable, es decir todo lo que se comporta como sistema cerrado, no así lo que es propiamente estratégi-co, ya que pertenece y es propio de los sistemas abiertos.
La estrategia creativa se vive, está inmersa en el ser, se siente, se guía por medio de acciones que potencian el entendimiento de las personas, se nutre de ambientes de confianza, de compromiso, generan-do trabajo con-sentido importante y alimentado de un aprendizaje intere-sado y continuo, que constantemen-te mejore las capacidades cerebra-les de la gente. La estrategia creativa del coaching ontológico, desarrolla las capacidades cerebra-les de la creatividad e innovación de las personas que conforman la orga-nización. Es por ello que necesita no de jefes tradicionales, sino de facili-tadores que potencien lo mejor de su gente, ayudándoles a descubrirse y a ponerse en el camino de la excelencia. Este coach, debe ser entonces maestro, retador, guía y compañero.
Nota de interés
“Sólo unos años atrás, cuando los beneficios y los grandes desarro-lladores estuvieron en boga, los gi-gantes corporativos hablaban del coaching sólo como una teoría si-cológica que erosionaba la consecu-ción de sus objetivos, la pregunta común era, dónde está el retorno de esta inversión, cuál es?… aún las compañías más progresistas, las cuales habían tratado las tendencias de “administración de la calidad”, seminarios de la excelencia, los “sie-te hábitos de la gente altamente eficaz”, colocaron el coaching en sus columnas de gastos.
Qué logró que estas com-pañías cambiaran su opinión? (Jay MacDonald- Bankrate.com).
De acuerdo con el Estudio MetrixGlobal del 2001, de una de las compañías incluidas en la lista de las 500 de Fortune, el coaching ejecuti-vo retornó más de $5 por cada $1 invertido, 529% en beneficios finan-cieros significativos para la compañ-ía y beneficios intangibles. Cuando además de los beneficios financie-ros, se consideró la retención del colaborador, la medición de la taza de retorno “ROI” fue del 788%. (Bankrate.com) ◊
“La imaginación es más importante
que el conocimiento”
Albert Einstein
El papel de la fiscalización y otras
formas de control en la Gestión
del Talento Humano en la Función
Pública. El caso de la Dirección
General de Servicio Civil
Bernal Robles Robles* de Costa Rica
ABORDA EL TEMA DEL CONTROL EN LA EXPERIENCIA DE LA DIRECCIÓN GENERAL DE SERVICIO CIVIL, DGSC, DE COSTA RICA, Y SU RECIPROCIDAD CON OTROS COMPONENTES DEL SISTEMA DE RECURSOS HUMANOS DEL RÉGIMEN DE SERVICIO CIVIL, EN ESPECIAL CON LAS OFICINAS DE RECURSOS HUMANOS, ORH, DE LAS INSTITUCIONES CUBIERTAS POR EL RÉGIMEN DE MÉRITOS, ES DECIR, LA FUNCIÓN PÚBLICA.
PALABRAS CLAVES: SERVICIO CIVIL / COSTA RICA / FUNCIÓN PÜBLICA / RECURSOS HUMANOS
Introducción
* Magíster en Economía y funcionario de la Dirección General de Servicio Civil de Costa Rica.
Recibido: 21 de noviembre del 2008.
Aceptado: 13 de febrero del 2009.
El abordaje del tema del con-trol es posible realizarlo desde múlti-ples aristas dependiendo de la finali-dad pretendida. Para efectos de este artículo se utilizarán los conceptos de control externo, especialmente el ejercido por instancias fiscalizadoras superiores, instancias políticas y control social; de igual manera, en el ámbito interno institucional se hará uso de control interno y el control
desde el punto de vista de la calidad; finalmente se utilizará el control técnico ejercido por la institución hacia las unidades de recursos humanos, dado el rol de ente contra-lor en el sistema de recursos huma-nos en el Régimen de Servicio Civil.
Instituciones como la Direc-ción General de Servicio Civil, DGSC, y sus similares en todo el mundo son, desde una perspectiva de control externo, a la vez objeto de control, por entes externos como la Contraloría General de la República, CGR, Defensoría de los Habitantes, y controladoras, esto sin dejar de lado el ámbito de control a lo interno que se desarrolla dentro de sí mismas.
El presente documento aborda el tema del control en la experiencia de la DGSC de Costa Rica, y su reciprocidad con otros componentes del Sistema de Recursos Humanos del Régimen de Servicio Civil, en especial con las Oficinas de Recur-sos Humanos, ORH, de las institu-ciones cubiertas por el Régimen de Méritos, es decir, en la Función Pública.
Con gran interés se desarrolla un aparte sobre los esfuerzos que hace la institución por asumir el rol de ente rector, asesor y contralor mediante la implementación de Ges-tión de la Calidad. Es decir, gestio-nar por procesos, forma de organi-zación en la que el control toma un papel fundamental como parte de la filosofía que relaciona medición, control y mejoramiento.
Finalmente se hará referencia en qué grado se ha asumido una cultura de control dentro de la insti-tución y entre los funcionarios que laboran en la Gestión del Talento Humanos en el Régimen de Servicio Civil.
A lo largo del documento, se podrá también apreciar qué tipo de control ha practicado la DGSC de Costa Rica a lo largo de sus cin-cuenta y cinco años de existencia, período en el cual ha consolidado un Régimen de Servicio Civil en Costa Rica, a la vez que busca posicionar-se como uno de los mejores de América Latina.12 Durante ese lapso,
1. Según el enunciado de la Visión Institucio-nal de 2007.
pero principalmente en las últimas dos décadas, ha recorrido un proce-so de desconcentración de sus ges-tiones hacia las Oficinas de Recur-sos Humanos, con la idea de asumir los tres roles citados líneas arriba. De esta manera, el artículo pre-tende dar un panorama temporal y organizacional del control en esta importante institución costarricense.
Una premisa que orienta el desarrollo del documento, es que contribuya a desarrollar y consolidar dos temas en la DGSC: Por una parte, el Control Interno como herramienta para el logro de los ob-jetivos institucionales, y por otro, la Gestión de Calidad para una gestión por procesos enfocada en el cliente.
Sobre el control
Siguiendo a Gordillo (1981, p.75) “los controles son mayores y más intensos en las empresas públi-cas en tanto asumen formas próxi-mas al Derecho Público, a diferencia de aquellas que tienden a ser de formas más mercantiles y civiles”
Además, en su clasificación más simple, el control de una institu-ción como la DGSC, puede dividirse en dos: externo e interno. Se entien-de por control externo el ejercido por instancias superiores que tienen, por disposición legal, tal competencia en un determinado ámbito. Se ubican todas aquellas instancias de control y fiscalización superiores tales como la CGR y la Defensoría de los Habi-tantes (Ombudsman) entre otras, llegando incluso a considerarse co-mo parte de estas instancias de con-trol a la Asamblea Legislativa y otras autoridades del Poder Ejecutivo, como el Presidente de la República en materia de control político. Tam-bién se ubican en estas instancias de control externo las auditorías internas, que en el caso de la DGSC es fiscalizada por la Auditoría Interna de la Presidencia de la República, siendo que la DGSC es un órgano de máxima desconcentración de la Presidencia de la República y, a la vez, un programa presupuestario de ésta.
GRÁFICO No. 1
TIPOS DE CONTROL RELACIONADOS CON LA DIRECCIÓN
GENERAL DE SERVICIO CIVIL, DGSC
EXTERNO
INTERNO
EXTERNO
De Gordillo (1981) también se retoma la idea de que es común caer en la conformidad del control de la legalidad o legitimidad de los actos, en tanto se tiende a cuestionar la existencia o el alcance del control de gestión, mérito y oportunidad. Según esta afirmación el énfasis del control es principalmente, el de velar por el cumplimiento del ordenamiento jurí-dico. Esta característica, según el autor citado, tiene un gran arraigo en Latinoamérica.
La DGSC ha mostrado duran-te buena parte de sus cincuenta y cinco años de existencia un control de este tipo, fundamentalmente por-que el principio de legalidad estable-cido en los Artículos 11, tanto de la Constitución Política de Costa Rica como de la Ley General de Adminis-tración Pública, ha limitado la pers-pectiva en detrimento de la discre-cionalidad.
Longo advierte de esta situa-ción cuando indica:
“En el ámbito público, la ex-tensión e intensidad de las re-gulaciones incrementa su im-portancia. Del marco legal derivan algunas de las princi-pales singularidades y restric-ciones que la GRH debe asu-mir en los sistemas públicos” (p.109) [y agregaba,] “Para es-tos enfoques, la norma, más que un marco limitador exter-no, es una directriz. La función del gestor de RRHH es sobre todo cumplirla, esto es, tomar decisiones lo más próximas posible a una recta interpreta-ción de la legalidad…” (p.110)… “en estos enfoques, la realidad de la gestión públi-ca del empleo y los RRHH tiende a confundirse con el marco jurídico que la regula. En lógica consecuencia, cual-quier mejora de gestión tiende a encontrar en el cambio nor-mativo el vehículo obligado…” (p.110)
“El marco jurídico es un pode-roso factor de entorno, que puede condicionar en muchos casos la gestión de las perso-nas, pero que en ningún caso la dirige, ni mucho menos la suplanta.” (p.110)
En el libro de Agustín Gordillo (1981), ya se indicaban que, en aquellos años de los ochentas, una de las corrientes de control que pre-cisamente tomaban fuerza en Amé-rica Latina era la del Control de Ges-tión, donde se le daba énfasis a evaluar los resultados y no tanto los procedimientos.
Esta corriente, citada por Gor-dillo, es precisamente la que ha to-mado fuerza en buena parte del sector público costarricense, en gran medida por la incorporación de te-mas como Control Interno y Gestión de Calidad que están siendo incor-porados en la DGSC, lo que irá per-mitiendo superar el control de la legalidad que citaba Gordillo y las limitaciones que apuntaba Longo.
El control ha tomado en los últimos años una importancia indis-
cutible en la gestión pública, y parti-cularmente en el ámbito de la Ges-tión del Talento Humano, donde surge la necesidad de fortalecer los controles internos y tomar medidas correctivas y preventivas que permi-tan cumplir con los requerimientos de órganos fiscalizadores externos a las instituciones.
Actualmente la DGSC que es un órgano de desconcentración máxima de la Presidencia de la Re-pública,2 y además, por formar parte de la administración pública, está sujeta a las disposiciones que rigen para todo este ámbito; de igual manera lo están las ORH que for-man parte del Sistema de Recursos Humanos cubierto por el Régimen de Servicio Civil.
2. Dictamen de la Procuraduría General de la República C-159-96 del 25 de setiembre de 1996.
En consecuencia, no sólo de-ben de disponer de los controles que la ciencia administrativa indica, sino también de aquellas otras disposi-ciones externas que le son impues-tas por los órganos de fiscalización externa como la CGR, y su sistema de auditorías internas con un control expost y mediante disposiciones técnicas o, por La Secretaría Técni-ca de la Autoridad Presupuesta-ria, STAP, mediante autorizacio-nes previas, para citar solo dos instituciones.
Sin embargo, desde el 2002 con la promulgación de la Ley Gene-ral de Control Interno, Nº 8292, la
administración pública se ha visto sometida a nuevas disposiciones de control, que tienden hacia un cambio cultural en esta materia y que, las instituciones que forman parte del Sistema de Recursos Humanos del Régimen de Servicio Civil, han de tomar en consideración ineludible.
De la gestión centralizada
a un modelo de
desconcentración,
y desregulación
El control técnico externo lo ejerce la DGSC sobre la gestión de las ORH de las instituciones cubier-tas por el Régimen de Servicio Civil, dada su competencia de ente contralor del Sistema de Recursos Humanos.
Toda organización que se en-cuentre en proceso de cambiar su estructura centralizada debe estu-diar, diseñar y consolidar el tipo de control que se ejercerá en la nueva estructura. En el caso del Servicio Civil costarricense, el modelo vigente ha mantenido un cambio sostenido alejándose de la centralización. Desde su creación en 1953 y duran-te aproximadamente tres décadas, la DGSC mantuvo sus operaciones en forma centralizada, y en consecuen-cia el control total, lo que involucraba la aprobación previa de todos los movimientos de personal sean nom-bramientos en propiedad, interinos, pago de incentivos y sobresueldos, entre otros. Igualmente realizaba los estudios de clasificación de puestos, el reclutamiento y la selección de todo el personal amparado al Régi-men de Méritos y definía los salarios, para citar más ejemplos.
Las Oficinas Desconcentradas
En julio de 1987, el modelo ci-tado dio un importante paso en el rompimiento de la centralización al crearse formalmente las llamadas Oficinas Desconcentradas mediante la Resolución DG-169-88 del 14 de noviembre de 1988. Estas oficinas estaban constituidas por un equipo de funcionarios de la DGSC, los que se ubicaban en ministerios previa-mente seleccionados, y desde ahí atendían las gestiones de una o varias instituciones (ministerios o adscritas a éstos), que generaban los movimientos de personal sujetos a ser aprobados o realizados por esta Oficina Desconcentrada.
Pese a que la gestión seguía siendo realizada por la DGSC, la diferencia era de carácter geográfi-co, pues la gestión se realizaba de forma más cercana a las institucio-nes. El control de la gestión, en con-secuencia, continuaba siendo abso-luto por parte de la Dirección General pues se debía aprobar la totalidad de los movimientos, a la vez que se realizaba por completo la gestión de recursos humanos; que-daba a la ORH la preparación de planillas y los movimientos de per-sonal, entre otros.
Las Oficinas de Asesoría
y Control
Años después, en abril de 1994 se dio otro importante paso, la transformación de algunas de las Oficinas Desconcentradas en Ofici-nas de Asesoría y Control, OACS, mediante resolución DG-042-94 del 19 de abril de 1994. En esta etapa de abandono de la centralización de la gestión, se requería como requisi-to contar con el personal profesional capacitado en las ORH para que asumieran algunas de las funcio-nes operativas de la Dirección Gene-ral, como por ejemplo el análisis ocupacional.
Es en esta etapa que la DGSC dio el primer paso en el camino hacia la desconcentración, pues algunas de las funciones tradiciona-les, como por ejemplo la clasificación de puestos, pasaron a ser realizadas directamente por los funcionarios de las ORH, mientras que la función de la DGSC cambió hacia la asesoría, aprobación y emisión del acto final. De esta manera el control cambió de ser previo a ex-post en algunas ges-tiones, sin embargo, se continuaron realizando operativamente algunas otras más; así el control ejercido por la Dirección General continuaba siendo mayoritariamente centraliza-do, correspondiendo con el tipo de organización que tenía la gestión de recursos humanos de entonces, es decir, con poca participación de las ORH en la Gestión del Talento Humano.
Las Oficinas de Servicio Civil
El cambio más reciente en la estructura y funcionamiento de estas oficinas de la Dirección General se dio en 1998 cuando pasaron a de-nominarse Oficina de Servicio Civil (Artículo 2 de la Resolución DG-015-98), y formando parte del Área de Gestión de Recursos Humanos de la DGSC. Los asuntos de control de este nuevo modelo se regularon, entre otras disposiciones, por la Re-solución DG-015-98 (1998) y sus modificaciones, donde entre otras cosas, se indicó lo siguiente:
Al Área de Gestión con res-pecto a las Oficinas de Servi-cio Civil le corresponde: Art.4, h): “ controlar las gestión de las Oficinas de Servicio Civil y su apego a las políticas, nor-mas, métodos, procedimiento y otras disposiciones que orientan y regulan las diferen-tes actividades desconcentra-das de administración de re-cursos humanos.”
Mientras tanto, la relación de control de las Oficinas de Servicio Civil para con las Oficinas de Recur-sos Humanos no facultadas quedó establecida en el inciso c) del Artículo 7 de la citada resolución de la siguiente manera:
“Controlar que los procesos que ejecutan las Oficinas de Recursos Humanos, se reali-cen dentro de los términos y procedimientos técnicos y legales establecidos”.
Además el inciso e) del mismo Artículo 7, les establecía la obliga-ción de:
“Revisar y aprobar o rechazar (mediante la firma de los fun-cionarios correspondientes) todos aquellos documentos (informes, acciones de perso-nal, contratos, notas, formula-rios, etc.) que en virtud del principio de delegación sean sometidos a su consideración”
El inciso g) de aquel artículo establecía la necesidad de:
“Ejecutar las acciones nece-sarias con el fin de revisar o verificar que los movi-mientos de personal genera-dos por las Oficinas de Recur-sos Humanos hayan sido aprobados conforme lo dispo-ne la normativa técnica y legal correspondiente.”
Finalmente, el inciso k) esta-blecía entre sus funciones la de:
“Controlar la correcta aplica-ción de normas, disposiciones, leyes, reglamentos, resolucio-nes y otros documentos que regulan las distintas activida-des técnicas, propias de la Administración de Recursos Humanos.”
La facultación
La modificación del inciso c) del Artículo 4 del Reglamento del Estatuto de Servicio Civil (reformado mediante DE-24563 del 23 de agos-to de 1995), se convirtió en el fun-damento legal para que el Director General de Servicio Civil delegara, mediante la figura legal de la Reso-lución, la suscripción de los distintos trámites de Administración de Re-cursos Humanos en el responsable de algunas ORH. Es decir, estos funcionarios aprobarían actos en nombre del Director General de Ser-vicio Civil, delegándose de esta ma-nera la autoridad para realizar diver-sos actos pero no la responsabilidad, la que seguía siendo del Director General de Servicio Civil. Esta nueva figura que ensaya la institución rec-tora, permitiría agilizar muchas de las gestiones técnico-operativas, las que se ejecutarán y autorizarán di-rectamente en las ORH.
El control de este tipo de actos los realizaría la DGSC de dos mane-ras: en forma ex-ante estableciendo en la Resolución DG-015-98 (1998) y sus modificaciones, los tipos de actos que podrían ser objeto de ser delegados y controlados; y en forma ex-post mediante estudios de audi-toría realizados por el área del mis-mo nombre de la DGSC. Este tipo de control se establece en el Artículo 2 de cada resolución de facultación cuando se indica:
“Artículo 2.- Las facultades que delegan por este acto estarán sujetas al respectivo control de esta Dirección General, pu-diendo auditar en cualquier momento lo aquí dispuesto y en caso de constatar ano-malías que lo ameriten, se re-vocará sin más trámite su de-signación, aparte de otras res-ponsabilidades administrativas, civiles y pena-les que pueden corresponder-le”.
La figura legal de la facultación representa el tipo de organización con el más alto nivel de desconcen-tración y desregulación alcanzado por la DGSC, pues autoriza la reali-zación y aprobación, a nombre del Director General de Servicio Civil, de una considerable cantidad de ges-tiones directamente en las ORH. Pero por la figura jurídica de la dele-gación, que involucra la delegación de la autoridad, mas no de la res-ponsabilidad, requiere de un control práctico muy efectivo, en especial por las implicaciones de carácter administrativo, penal y hasta civil que podría representar para el Direc-tor General de Servicio Civil, la auto-rización de actos no apegados a la normativa técnica o legal que los regula. Así entonces, un proceso de desconcentración o desregulación involucra necesariamente el estable-cimiento de formas de control clara-mente establecidas y efectivamente ejecutadas.
Profesionalización
de las Oficinas de Recursos
Humanos
Un factor externo que ha pre-sionado para que se produzca un cambio importante en la forma en que se ha organizado, tanto funcio-nal como estructuralmente, la DGSC y la relación con las ORH, es la pro-fesionalización de estas Oficinas. Esta tendencia se evidencia en la reasignación de puestos a niveles profesionales, y la consecuente in-corporación de graduados en cam-pos académicos atinentes a la ges-tión de recursos humanos en el sector público, como son bachilleres y licenciados en Administración de Recursos Humanos, Psicología, Trabajo Social, Salud Ocupacional e Ingeniería Industrial, además de la actualización universitaria de los servidores que ya permanecían como servidores regulares, esto mediante la obtención de gra-dos o posgrados académicos universitarios.
Ese fortalecimiento académico tanto a nivel de las ORH, como de la Dirección General de Servicio Civil, constituía una condicionante que, una vez lograda, permitiría la trans-ferencia de funciones operativas desde la Dirección General hacia las ORH. Con este paso, estas Oficinas estarían en capacidad de realizar funciones que hasta entonces había ejecutado la DGSC, permitiendo la transformación de “Oficinas de Per-sonal” en “Unidades Especializadas de Recursos Humanos” comúnmen-te conocidas como Oficinas de Re-cursos Humanos, ORH. En conse-cuencia, la DGSC podría asumir entonces un rol de ente rector, ase-sor y contralor, así como proveedor de ayuda técnica. Hasta la fecha ese proceso continúa siendo gradual.
La doble dependencia
de los jefes de recursos
humanos
Otro aspecto que debe ser tomado en consideración cuando se opta por un modelo de desconcen-tración de la Gestión del Talento Humano, es la relación de depen-dencia jerárquica y técnica que ca-racteriza el cargo de Jefe de Recur-sos Humanos en el Régimen de Servicio Civil, al menos en Costa Rica. La primera, de sus superiores jerárquicos (Directores Generales, Viceministros y Ministros), mientras que la segunda tiene que ver con la DGSC quien determina, dado su rol de órgano rector, los procedimientos, requisitos y demás aspectos técni-cos de las gestiones de recursos humanos que se desarrollan en las ORH y que son objeto de control y fiscalización por parte de este ente rector.
En ese contexto es necesario no obviar que estos responsables deben responder a las demandas de los jerarcas ministeriales y organiza-cionales (que son de nombramiento político), con soluciones que se de-ben ajustar a lo establecido técnica-mente por la DGSC y legalmente por el ordenamiento jurídico. Ese control, ejercido por la Dirección General, es necesario para garantizar el cumpli-miento de los principios del Régimen de Servicio Civil, de ahí la necesidad de disponer de un control integrado, no sólo en tiempo posterior a la rea-lización de los actos, sino mediante otros mecanismos como las aproba-ciones previas, emisión de resolu-ciones finales de los actos y disposi-ciones normativas.
Grado de la descentralización
y desconcentración
de los productos
de la Dirección General
de Servicio Civil
Analicemos a continuación el tipo de control que se ha aplicado en este proceso de abandono de la centralización de la gestión y el con-trol en la DGSC.
En julio del 2007 el Coordina-dor de Gestión de Desarrollo y Transferencia Tecnológica, MBA Olman Luis Jiménez C. y el Ing. Luis Felipe Rodríguez C. colaborador, emitieron el informe INF-GDTT-001-2007 que denominaron “Resultados Taller Avance Desconcentración”, en el que expone el nivel de desconcen-tración funcional o descentralización hacia las ORH o en su defecto, cen-tralización en que se encuentran los servicios de la DGSC.
El informe permite medir un proceso que se ha venido desarro-llando desde finales de la década de los ochenta, y que como hemos ano-tado, ha pasado por varios modelos de organización. Precisamente esas diferentes formas en que se ha or-ganizado el Sistema de Recursos Humanos del Régimen de Servicio Civil, ha permitido consolidar una tendencia que con el informe citado se evalúa.
El siguiente cuadro, tomado del informe en cita, resume cuantita-tivamente la situación a que se hace referencia:
CUADRO No. 1
DIRECCION GENERAL DE SERVICIO CIVIL
GRADO DE DESCONCENTRACIÓN DE PRODUCTOS
POR ÁREA O PROCESO
Junio 2007
Área o proceso |
Total produc-tos/área |
Desc. Máxima |
Desc. Media |
Desc. Mínima |
Desc. Nula |
||||
Desarrollo de Carrera |
14 |
A |
R |
A |
R |
A |
R |
A |
R |
6 |
43% |
2 |
14% |
6 |
43% |
0 |
0% |
||
Clasificación de Puestos |
20 |
2 |
10% |
6 |
30% |
4 |
20% |
8 |
40% |
Capacitación |
11 |
3 |
27% |
3 |
27% |
3 |
27% |
2 |
19% |
Reclutamiento y Selección |
25 |
4 |
16% |
5 |
20% |
5 |
20% |
11 |
44% |
Totales |
70 |
15 |
21% |
16 |
23% |
18 |
26% |
21 |
30% |
Fuente: Informe INF-GDTT-001-2007.
Como puede notarse, en el estudio se evaluaron setenta produc-tos de cuatro áreas o procesos de la Dirección General: Desarrollo de
3. Productos o servicios realizados con total autonomía por las ORH.
4. Existencia de interrelaciones de las instan-cias en las que la prestación de servicios y productos es de responsabilidad comparti-da entre la DGSC y la ORH.
5. Productos o servicios realizados con el mínimo de intervención por parte de la ORH.
Carrera, Clasificación de Puestos, Capacitación y, Reclutamiento y Selección. Del total de productos, un 21% puede considerarse con un grado de desconcentración máxima,3 un 23% se encuentran con un grado de desconcentración media,4 y un 26% con desconcentración mínima,5 para finalmente mostrarse un 30% del total de setenta servicios con una descentralización(sic) nula, que equivale a señalar que se encuen-tran totalmente concentrados en la DGSC y en consecuencia las ORH no participan en ningún grado en su prestación.
El informe relaciona la situa-ción descrita como parte de un mo-delo de Desconcentración, Descen-tralización y Desregulación de la Gestión del Talento Humano que está llevando a cabo la DGSC. De la lectura de ese informe es evidente concluir que este proceso ha sido paulatino y no necesariamente uni-forme, pues se nota como las áreas presentan distintos grados de des-concentración y centralización de servicios, lo que definitivamente ha derivado por diferentes razones en-tre las que se puede citar aspectos técnicos y legales de los servicios, cultura organizacional de la DGSC y condiciones técnico-profesionales de las ORH.
Complementariamente al in-forme anterior, el Proceso de Ges-tión de Desarrollo y Transferencia Tecnológica emitió el informe INF-GDTT-002-2007 del 31 de agosto del 2007 que versó sobre un Análisis FODA y CAUSA-EFECTO del Pro-ceso de Desconcentración promovi-do por la DGSC desde hace dos décadas.
Los resultados de esta investi-gación arrojaron, entre otros, que el proceso no ha tenido una evaluación permanente sino que se presenta por una definición y aplicación im-precisa en el que no es posible iden-tificar un modelo claro y preestable-cido. Dentro del aparte de Amenazas el estudio textualmente indica que:
“También se denotan caren-cias en los mecanismos de evaluación constante y perma-nente, precisamente definidos y oficializados, que apoyen técnica y eficientemente al tra-tamiento de los procesos des-concentrados donde se expre-se su rango de avance, además del nivel en que han sido asumidos” (p.6).
Lo anterior permite identificar un factor que se presumía estaba ausente en el proceso de descon-centración, y que es precisamente el de un adecuado control de los servi-cios que se encuentran desconcen-trados o con algún grado de descon-centración como se apuntó anteriormente. Adicionalmente, el informe indica en otra de sus partes como Amenaza:
“La Experiencia de Descon-centración actual sin eviden-cias de monitoreo continuo, a lo cual se le adiciona la Cultu-ra Institucional debilitada hacia la orientación en la do-cumentación de procedimien-tos” (p.6).
Lo que viene a señalar un pun-to débil en una corriente de control a la que la Dirección General se en-cuentra sometida y que recién em-pieza a tomar medidas para imple-mentarlas, ya sea como producto del Control Interno o por medio de Ges-tión de Calidad.
Otro de los aspectos a desta-car de este informe es que, de parte de las ORH, la función contralora de la DGSC se percibe como débil, y en consecuencia, la califican negativa-mente en un 53% de las opiniones (p.9).
En el análisis que hacen los autores del informe, éstos conside-ran que esta situación:
6. Sistema Integrado de Recursos Humanos, Planillas y Pagos es una solución computa-cional integral para apoyar los procesos administrativos del Gobierno Central de Costa Rica.
“…da pie a pensar que se de-be reforzar la gestión en esas acciones específicas (vigilan-cia y control) lo cual es un in-dicativo de que la gestión de la DGSC es reconocida como deseable y necesaria. Lo que es interesante a la luz de este razonamiento es que en la ac-tualidad (aunque sea por un margen relativamente estre-cho: 53% vrs 47%) las opinio-nes aunque se inclinan desfa-vorablemente en el sentido de que no consideran suficiente el control o vigilancia, puede ser interpretado como un indicati-vo de que las ORH han alcan-zado un cierto grado de auto-nomía al ejecutar sus labores, lo cual denota un relativo éxito en el proceso de desconcen-tración de funciones relaciona-das con el talento humano”. (p.9).
Pero lo anterior no significa que exista ausencia de todo tipo de control, el informe identifica el tipo de relación que esperan las ORH para con la DGSC a través de sus Ofici-nas de Servicio Civil, pues la Asesor-ía que brinda la Dirección General debe ser reconceptualizada hacia la emisión e interpretación de directri-ces y lineamientos y no, como lo perciben las ORH, en la revisión de los trámites.
Igualmente el informe identifica que la comunicación formal e infor-mal no facilitan el proceso de des-concentración actual; en igual senti-do se refiere a la debilidad en materia tecnológica que no favore-cen el proceso de desconcentración vigente. De ello la DGSC definitiva-mente se había dado cuenta cuando tomó la decisión estratégica de parti-cipar en el desarrollo y consolidación del Sistema INTEGRA6 de forma que se facilitara alcanzar los roles de rector, contralor y asesor.
Interesa también lo que el in-forme advierte, en el sentido de que el proceso de desconcentración, como tal, no ha ido acompañado por una evaluación y seguimiento que permita oportunamente introducir ajustes. Al respecto es conveniente transcribir lo que los autores del documento indican con respecto a la relación que debe existir entre la función de evaluación y la calidad de los servicios que esperan los usua-rios, relación que más adelante se retomará cuando se relacione control con Gestión de la Calidad:
“Es necesario destacar que tanto la carencia de un sistema de evaluación del Proceso de Desconcentración como la apreciación negativa de si éste aporta al mejoramiento y pres-tación de servicios y productos con calidad y oportunidad, están íntimamente ligados, pues sin medición no es posi-ble controlar esos aspectos, que permita una retroalimenta-ción constante a efecto de im-plementar medidas que sopor-ten la satisfacción de los usuarios, además de una ade-cuación de los servicios y pro-ductos ofrecidos con respecto a sus necesidades.” (p.17).
Finalmente, el informe INF-GDTT-002-2007 se refiere a la falta de componentes de una cultura muy relacionada con el control interno: los procedimientos. En este sentido el informe indica:
“el último factor evaluado se re-laciona con la existencia de una cultura institucional orien-tada hacia la documentación de procedimientos. Este elemento encuentra una valoración nega-tiva, aspecto que denota e in-volucra reforzar sistemas de control interno, así como la de-finición de políticas que preva-lezcan dentro de un ambiente que estimule y favorezca el re-gistro de los procedimientos, no solo para la seguridad de la la-bor actual, también de la futura, fortaleciéndose las prácticas de trabajo, especialmente en per-íodos de cambio, rotación u otras situaciones simila-res”.(p.18).
Consecuente con las condicio-nes de control y evaluación que el informe detecta, se hicieron dos recomendaciones en este sentido. La 6.4 que trata sobre el desarrollo de programas que minimicen las amenazas del proceso de descon-centración, estimulando una cultura institucional basada en el control interno y documentación de proce-dimientos y, la recomendación 6.7 que versa sobre la necesidad de una evaluación periódica que permita el monitoreo y el seguimiento del pro-ceso actual de desconcentración, preferiblemente mediante el desarro-llo de una aplicación informática que brinde resultados en forma más oportuna.
Hasta aquí se ha repasado en forma muy breve el proceso de des-concentración de la gestión de re-cursos humanos por parte de la DGSC y se ha hecho en referencia a los tipos de control aplicados en cada uno de los modelos organizati-vos ensayados. A partir de este pun-to, se enfocará el análisis sobre los dos elementos que interesa desta-car, o sea al Control Interno y al control en la Gestión de Calidad como sustento para apoyar la idea de una cultura de Servicio Civil apo-yada con una cultura de control y Gestión de Calidad.
El Control Interno
Para nuestros efectos, se asumirá el concepto de Sistema de Control Interno establecido en el Artículo 8 de la Ley Nº 8292 (2002), denominada Ley General de Control Interno en la que se conceptualiza como “la serie de acciones ejecuta-das por la administración activa, diseñadas para proporcionar seguri-dad en la consecución de los si-guientes objetivos: a) proteger y conservar el patrimonio público, contra cualquier pérdida, despilfarro, uso indebido irregularidad o acto ilegal; b) exigir confiabilidad y opor-tunidad de la información; c) garanti-zar eficiencia y eficacia de las ope-raciones; d) cumplir con el ordenamiento jurídico y técnico”.
El Control Interno mantiene una estructura internacionalmente reconocida con aplicaciones particu-lares a nivel nacional y principalmen-te de cada institución o proceso. Por eso es posible reforzar el control interno de la DGSC con la experien-cia de otros países. En el caso de Colombia se han elaborado docu-mentos con la finalidad de capacitar a los funcionarios públicos en esta materia. De éstos es posible rescatar algunos aspectos que tienen que ver con la filosofía de esta corriente de control.
En el documento Publicacio-nes de Control Interno. Diseño, im-plementación y evaluación del Sis-tema de Control Interno (2002), se retoma la idea de que el control, para los servidores públicos, ha sido visto durante mucho tiempo, como una actividad ajena a la institu-ción la que es realizada por orga-nismos independientes, y por lo tan-to, se le veía fuera del ámbito de responsabilidad.
Los autores del documento indican:
“El control de gestión debe ser un subproducto natural y si-multáneo de la acción técnica y administrativa y no en algo ex-post, referido a “hechos cumplidos” sin posibilidad de modificación. Es decir, debe propender por efectuar un permanente AUTOCONTROL que permita mejorar los proce-sos y actividades día a día” (p.28). [Además agregan] “…lo que se busca con la creación de un sistema de control inter-no es transformar la manera como se mide la gestión públi-ca, no puede confundirse con la ejecución de presupuestos o con la cantidad de actividades que se realizan, debe enfocar-se directamente al logro de los resultados y al impacto que es-to tenga en la comunidad” (p.29).
En Costa Rica, una de las le-yes que más ha propiciado la cultura de control a lo interno de las institu-ciones públicas ha sido la Ley Nº 8292, la que en términos generales, pone el énfasis en el control ex-ante, es decir, en tomar una serie de me-didas que fortalezcan el control in-terno. Acompañada a ésta, se en-cuentran las disposiciones para eva-luar el riesgo y el comúnmente co-nocido Manual General de Normas de Control Interno.
La Ley Nº 8292, publicada en La Gaceta Nº 169 del 4 de setiembre del 2002, se aplica junto con el Ma-nual de Normas Generales de Con-trol Interno para la Contraloría Gene-ral de la República y las entidades y órganos sujetos a su fiscalización, así como con las disposiciones para evaluar el riesgo.
Acciones tomadas
por la DGSC en materia
de Control Interno
Para el acatamiento de lo dis-puesto por la Ley Nº 8292, en el 2005 la DGSC estableció una comi-sión institucional de control interno. La primera autoevaluación del Sis-tema de Control Interno se llevó a cabo en el 2006, y la segunda en octubre del 2007, en cumplimiento a lo que dispone la misma ley en el inciso b) del Artículo 17, con la finali-dad de buscar el perfeccionamiento del Sistema de Control Interno. La tercera autoevaluación se llevó a cabo recientemente en noviembre del 2008.
Esta ley, por sus implicaciones directas, ha tenido una gran reso-nancia en las instituciones públicas y la Dirección General y las Unidades de Recursos Humanos no han sido la excepción. Algunos artículos de este cuerpo de normas permiten fundamentar aún más lo dicho anteriormente.
El Artículo 7 de la Ley Nº 8292 (2002) establece la obligatorie-dad de disponer de un Sistema de Control Interno aplicable, razonable, integrado y congruente con sus competencias y atribuciones institu-cionales; artículo que se comple-menta inteligentemente con el Artículo 8 que define Sistema de Control Interno y que fue transcrito anteriormente.
Como puede apreciarse, se exige un Sistema de Control Interno de utilidad, de ayuda para los res-ponsables de dirigir las instituciones, en nuestro caso la DGSC y las ORH. Esta ley bien podría contribuir al logro del primero de los artículos del Estatuto de Servicio Civil (1953), el que establece que “Este Estatuto y sus Reglamentos regularán las rela-ciones entre el Poder Ejecutivo y sus servidores, con el propósito de ga-rantizar la eficiencia de la Adminis-tración Pública y proteger a dichos servidores”.
Es igualmente importante re-saltar que la Ley General de Control Interno (2002) establece en varios de sus artículos, como por ejemplo del 12 al 19, que el jerarca y los titu-lares subordinados tienen la respon-sabilidad por el establecimiento y mantenimiento del Sistema de Con-trol Interno, entendiéndose por titular subordinado “el funcionario de la administración activa responsable de un proceso, con autoridad para or-denar y tomar decisiones” (Artículo 2, inciso d). Esto involucra por su-puesto a los Directores de Área y proceso de la DGSC y también a los responsables de la ORH, que consti-tuyen unidades o procesos propios de cada institución.
Esta Ley General de Control Interno contempla un aspecto que ha de ser considerado en las distintas formas de organización que asumen las organizaciones públicas, y en particular el caso de Costa Rica, donde se está dando un importante impulso para desconcentrar la Ges-tión del Talento Humano. Esta Ley Nº 8292 (2002), se ocupó específi-camente del tema de la desconcen-tración, cuando en el Artículo 11 indicó que “el jerarca y los titulares subordinados tendrán la responsabi-lidad de analizar las implicaciones en el Sistema de Control Interno, cuan-do se lleve a cabo una desconcen-tración de competencias…” todo lo cual involucra lo que al respecto, en materia de competencias, indica la Ley General de Administración Pública en los Artículos 7, 8, 9, 10, 12 y 59 y siguientes.
La tendencia mundial apuesta al control interno con un involucra-miento máximo de los jerarcas, y todo funcionario público que ante todo deben caracterizarse por su integridad personal y profesional.
Esos elementos son los que Longo (2005) expone como carac-terísticas de la “profesionalización” del servidor público cuando indica:
“Fortalecer el profesionalismo público, lo que exige la pro-moción de comportamientos éticos, el combate sostenido contra la corrupción y la con-solidación de los valores pro-pios del servicio público en nuevos tipos de organización. La construcción de una infra-estructura ética (Villoria, 2000) implica la actuación combina-da en diversas fuentes: el de-sarrollo legislativo, la transpa-rencia y el impulso de una sociedad civil activa y vigilan-te, los sistemas de control in-terno y externo, los códigos de conducta y la enseñanza de la ética administrativa” (p.268).
Los responsables de la Ges-tión de Recursos Humanos, tanto de la DGSC (Director y Directores de Área y coordinadores de Proceso), como de las ORH han de ir desarro-llando y consolidando un Sistema de Control Interno que constituye, como dice Vargas (2002) “una herramienta útil para que la Administración activa dirija su gestión y obtenga una segu-ridad razonable de que las activida-des se están conduciendo al logro de los objetivos institucionales…”
Valga aclarar que se habla de una seguridad razonable y no abso-luta dado que el Sistema de Control Interno no existe por si solo, sino que es ideado, interpretado y ejecu-tado por funcionarios de cada insti-tución y bien podría ser mal entendi-do, deficientemente ejecutado, o ser objeto de apatía o incredulidad de los beneficios de un buen Sistema de Control Interno lo que podría afectar los alcances de éste.
A poco más de seis años de publicada la Ley Nº 8292 (en Costa Rica toda ley rige a partir de su pu-blicación en el Diario Oficial La Ga-ceta), la DGSC se encuentra en una etapa incipiente de Control Interno y Valoración de Riesgos, en especial si se considera la idea que éste con-tribuye especialmente al estableci-miento de una cultura de control que se refleje en adecuados controles, herramientas de control y disposi-ción de las autoridades y demás funcionarios para utilizar el Con-trol Interno como un instrumento que ayude a alcanzar los objetivos institucionales.
El control en la Gestión
de Calidad
7. Según Licda. Ileana Sánchez Monge, funcionaria del CECADES.
La Gestión de Calidad surgió en la DGSC como un proyecto es-tratégico institucional. Don José Joaquín Arguedas Herrera, Director General de Servicio Civil, lo expuso de la siguiente manera:
“En virtud de que un esfuerzo de esta naturaleza debe apro-vecharse al máximo, y dado que la estrategia que promue-ve la DGSC en el ámbito del Régimen de Servicio Civil, es convertir la actual gestión de
personal en una verdadera gestión gerencial y consultiva de personas y del empleo público, que impulse el desa-rrollo de una gestión pública de carácter profesional, es que, al inicio se ha creído que el proyecto alcanzará mayor relevancia si se incorpora a las ORH como actores princi-pales en este escenario, y a las gerencias de Áreas y Pro-cesos de la DGSC”. (Argue-das, 2006, p. 334).
Si bien, el desarrollo exitoso de este proyecto, conllevará un cambio radical y permanente en la forma de organizarse y gestionar los servicios en el Régimen de Servicio Civil, en estas páginas, se hará una breve referencia a lo que este pro-yecto ha logrado, intentando desta-car los aspectos de control que en la DGSC involucra la incorporación de la gestión de la calidad como cultura.
Efectivamente, en el 2006, la DGSC, ya no por disposición legal, sino siguiendo una corriente mun-dial, gestionó a través de su Centro de Capacitación y Desarrollo, CECADES, la capacitación de cua-renta7 funcionarios del Subsistema de Capacitación, SUCADES, en Gestión de la Calidad. Dentro de ese grupo de funcionarios públicos tam-bién se integró una cantidad de co-laboradores de la DGSC, al menos uno por cada área de la institución. Esta decisión constituye la primera etapa de un ambicioso proyecto para que la DGSC rediseñe sus procesos mediante la metodología de Gestión de la Calidad. La capacitación de los funcionarios cuya meta era titularlos como Técnicos en Gestión de la Calidad, estuvo a cargo de la Uni-versidad Nacional, UNA, durante los primeros tres módulos, mientras que los siguientes cuatro fueron imparti-dos por el Ing. Allan Henderson del Instituto Centroamericano de Admi-nistración Pública, ICAP. Ambas instituciones, la UNA y el ICAP, aco-gieron el proyecto entre otras razo-nes, por la estrategia planteada por la DGSC no sólo de capacitar a un grupo selecto de sus funciona-rios, sino porque hacía partícipe a funcionarios de un importante núme-ro de instituciones públicas, con lo que se daba un efecto multiplicador evidente.
La DGSC, en forma paralela a la capacitación, estableció un comité de Gestión de la Calidad bajo la coordinación del Subdirector General de Servicio Civil. Este comité inició con el levantamiento de los procesos y ha sido el soporte experto-facilitador para la definición de la Misión, Visión, Política de Calidad y Objetivos de Calidad. Las dos prime-ras definidas por la metodología participativa mediante la realización de talleres y las segundas, definidas por el Director General de Servicio Civil, dándose así el respaldo oficial del más alto jerarca institucional a un proceso de esta naturaleza. Como muestra de la voluntad política de los actuales jerarcas, Gestión de Cali-dad se inscribió como uno de los cinco proyectos estratégicos de la DGSC en el Plan Nacional de Desa-rrollo 2006-2010 de la administración del Presidente Dr. Oscar Arias Sánchez.
Incorporar este aparte dentro del presente artículo responde a que el optar por Gestión de Calidad, la DGSC necesariamente debe incor-porar una serie de parámetros y metodologías que incluyen el con-trol. Existe una frase acuñada por los filósofos de calidad que resume perfectamente la relación que se pretende hacer: “sólo se puede mejorar lo que se puede medir y sólo se puede medir lo que se puede controlar”.
Es por eso que se entiende por Control de Calidad la adopción de medidas para garantizar la con-formidad con las expectativas de los clientes y no significa, como muchos podrían creer, tomar medidas para alcanzar la máxima calidad posible. De esta manera y tal y como lo indi-ca la Organización Internacional del Trabajo, OIT, la calidad se identifica con dos enfoques:
“Un instrumento técnico y es-tadístico para controlar las desviaciones de la norma, para lo que se pueden utilizar diversas técnicas…” [y] “un instrumento de gestión desti-nado a influir en las actitudes con el fin de que las diversas personas y grupos de la orga-nización se comprometan a procurar alcanzar y mantener una mejora de la calidad” (OTI, 1996, p.199).
De esta manera, la DGSC y demás instituciones que se involu-craron en el proyecto de Gestión de la Calidad, tienen por delante una difícil labor: rediseñar sus procesos en función de la calidad; particular-mente será difícil el establecimiento de parámetros dentro de servicios públicos y el desarrollo de una cultu-ra de calidad.
Dada la magnitud de este pro-yecto, el Comité de Gestión de Cali-dad de la DGSC, cuenta con la ase-soría de un funcionario del ICAP, además, la misma Dirección General ha incorporado como parte de su plantilla algunos ingenieros industria-les, los que indiscutiblemente darán un gran impulso a esta nueva forma de gestionar el talento humano en el ámbito del Régimen de Servicio Civil.
Será indispensable que proce-sos como el de Reclutamiento y Selección de Recursos Humanos, Salarios e Incentivos, Instrumenta-ción Tecnológica y Gestión de Re-cursos Humanos, CECADES y hasta la Asesoría Jurídica, identifiquen y diseñen parámetros e indicadores de sus respectivos procesos, que les permitan controlar y medir su desempeño.
Estratégicamente la DGSC ha incorporado en los enunciados de Misión y Visión institucionales, que datan del 2006, la esfera del Control y la Gestión de la Calidad, según se muestran a continuación:
“Somos la institución que rige la gestión del talento humano y del empleo en la Función Pública Costarricense, para cumplir el mandato constitu-cional de eficiencia y contribuir a la dignificación del funciona-rio público y al buen gobierno, mediante la emisión de políti-cas, normas, instrumentos y el ejercicio de asesoría y control; inspirados en los principios de excelencia, flexibilidad, idonei-dad, calidad , innovación y mérito”. (el resaltado es nuestro)
VISIÓN
“En el 2010 la DGSC será un ente posicionado, nacional e internacionalmente, como rec-tor, líder y modelo en la ges-tión estratégica del talento humano y de las relaciones de empleo en la Administración Pública costarricense y garan-te de un Régimen de Servicio Civil de élite en América Latina:
“La Dirección General de Ser-vicio Civil es la institución rec-tora de la gestión del talento humano y del empleo en la función pública costarricense que, estratégicamente, busca convertirse en un ente líder y modelo en América Latina, re-conocido por sus usuarios in-ternos y externos dada la con-formidad de la gestión de los procesos con la Norma INTE-ISO 9001:2000, sustentados en recursos pertinentes, rela-ciones mutuamente beneficio-sas con los actores que nos proveen insumos y servidores visionarios, competentes y comprometidos con la mejora continua”.
Cuando la DGSC decide, en el 2006, incorporar la gestión de calidad como forma de organizarse y brindar los servicios, escogió in-corporar otro tipo de cultura organi-zacional compatible con la que sus-tenta la gestión en un régimen de méritos. La incorporación en el mar-co estratégico y filosófico de ele-mentos de calidad y la documenta-ción y rediseño de procesos y procedimientos, constituyen la co-lumna vertebral de este impactante proyecto, que eventualmente redun-dará en una forma novedosa de hacer la Gestión de Recursos Humanos en la Función Pública.
En el 2008 la Carta Iberoame-ricana de Calidad en la Gestión Pública (2008) reafirma ese norte estratégico cuando en su numeral 2 indicó: “La calidad en la gestión pública constituye una cultura trans-formadora que impulsa a la Adminis-tración Pública a su mejora perma-nente para satisfacer cabalmente las necesidades y expectativas de la ciudadanía con justicia, equidad, objetividad y eficiencia en el uso de los recursos públicos.”
Dave Ulrich y Wayne Brock-bank (2006), exponen interesantes ideas sobre el tema de la cultura organizacional. Para ellos el papel y desarrollo de una cultura es de vital importancia para el éxito organiza-cional. Por ese motivo es que se adaptan algunas ideas con la finali-dad de concientizar sobre la impor-tancia de una cultura de control en el ámbito de la Gestión de Recursos Humanos Pública, esto en virtud de la imperatividad e importancia del control.
Ulrich y Brockbank (2006) re-conocen que “el aspecto más impor-tante de la capacidad organizacional es su cultura” (p.194), [entendiendo la cultura como] “el modo de pensar colectivo de la empresa” (p.194). [Afirman también que] “la gran ma-yoría de las empresas de alto rendi-miento centran su lógica de recursos humanos en una compresión clara de su cultura empresarial deseada” (p.195).
Como se señaló al principio, las ideas de Ulrich y Brockbank constituyen disparadores para hacer nuestra sugerencia y es que, Ges-tión de Calidad y Control Interno, por ejemplo, requieren que se asuman como cultura organizacional; la pri-mera con el cliente o usuario como motivo y sujeto y, el segundo como instrumento para alcanzar los objeti-vos organizacionales. Sin embargo, ambas deben estar en función de la cultura profesional de Servicio Civil.
En materia de Control Interno, todos los componentes funcionales están enfocados a lograr condicio-nes de control previo y no control ex-post, pero de entre esos componen-tes, el de Ambiente de Control debe ser dominado con especial énfasis por todos los responsables de Con-trol Interno.
La cultura de Servicio Civil es considerada como tal, pues contem-pla una serie de comportamientos que orientan la gestión de la organi-zación a partir de los principios que dieron origen al Régimen de Servicio Civil y que aún hoy se mantienen intactos. Esa cultura involucra un grado de autocontrol en la actuación de los funcionarios públicos que trabajan en el Sistema de Recursos Humanos del Régimen de Servicio Civil. La Dirección General constitu-ye precisamente la institución en la que esta cultura se debe hacer más evidente, la que es perfectamente compatible con la cultura de Control Interno y Gestión de Calidad.
Ulrich y Brockbank (2006) también afirman que existe un grado de impacto mayor de una estrategia de recursos humanos cuando ésta se basa en la cultura. El Servicio Civil de Costa Rica ha sido exitoso, en muchos aspectos, fundamental-mente porque en su cultura se apre-cia la vigencia de los principios de un Régimen de Méritos. Después de más de cincuenta y cinco años de vigencia, mantiene una gran credibi-lidad en la selección de servidores públicos, desempeña un importante papel como asesor y propulsor de políticas salariales, mantiene la cre-dibilidad en la protección de los ser-vidores públicos y sus derechos mediante el establecimiento y respe-to del debido proceso. Esos y otros temas constituyen la esencia de la gestión de la DGSC y que están presentes en la estrategia que debe seguir. Su éxito está íntimamente ligado a que sus funcionarios y los de las ORH se identifiquen totalmen-te con la cultura de servicio civil, la que hoy pretende apoyarse en nue-vas tecnologías y corrientes de ges-tión como de Gestión de Calidad y Control Interno, entre otras, para hacer frente a una mayor y más compleja demanda de servicios como lo afirma Longo (2005).
De hecho, la incorporación de tecnología en gran escala en la Ges-tión del Talento Humano se dio con especial énfasis hace aproximada-mente siete años con la participación de la DGSC y funcionarios expertos de algunas ORH en el diseño, desa-rrollo y mantenimiento del Sistema INTEGRA, el que fue liderado por la Dirección General de Informática del Ministerio de Hacienda en la parte tecnológica, y que considerara lo dispuesto en la normativa legal y técnica, aspectos en los que partici-paron funcionarios de la DGSC y de las ORH. Ese proyecto llevó a poner en práctica un sistema de pagos que permitiera la transacción de miles de movimientos de personal por año, y el pago de más de cuarenta mil funcionarios públicos, los que son retribuidos salarialmente por el Pre-supuesto Nacional, y consecuente-mente, disponer de controles auto-máticos y registros para la verificación posterior por parte de terceros.
Actualmente INTEGRA está siendo objeto de una profunda ac-tualización, tanto en software como en hardware que permita ajustarlo a las nuevas exigencias de la Gestión del Talento Humano nacional, pro-ceso en el que la DGSC participa activamente desde su rol como rec-tor, asesor y contralor del Sistema de Recursos Humanos del Régimen de Servicio Civil. Entre otros aspec-tos, en materia de control y fiscaliza-ción de este sistema, a la DGSC le interesa que las gestiones de las ORH se realicen en el menor tiempo posible, y que éstos se ejecuten con controles debidamente parametriza-dos, que reduzcan al mínimo la po-sibilidad de que un movimiento de personal se ejecute en contra de lo dispuesto en la normativa técnica y legal vigente. De igual manera, pre-tende que las gestiones que deben recibir la aprobación previa de la DGSC sean en efecto, sometidos a su consideración, que se realicen los registros de los funcionarios partici-pantes en el proceso, y que se dis-ponga de los más altos estándares de seguridad informática.
Es claro entonces que ante el aumento en la complejidad y número de las gestiones de recursos huma-nos a que se está siendo sometido el Sistema de Recursos Humanos del Régimen de Servicio Civil del que forman parte la Dirección General y las ORH, la tecnología constituye la herramienta indispensable para hacerle frente, la que debe disponer de los necesarios controles para hacer que los actos que se tramitan a través de este sistema, cumplan con ser transparentes ante el control interno y externo.
Reconocidos autores en mate-ria de recursos humanos, tales como Ulrich y Brockbank (2006) y Longo (2005), reiteradamente se refieren en sus obras a la importancia de medir y controlar el impacto de la gestión de recursos humanos. Esa corriente de pensamiento administra-tivo debe permear en las autoridades y funcionarios que trabajan en Ges-tión del Talento Humano en el Régi-men de Servicio Civil. Ulrich y Brockbank (2006) hacen dos obser-vaciones importantes al respecto. La primera tiene que ver con que la medición exige indicadores, y se-gundo, que “medir recursos huma-nos es fácil, lo difícil no es la medi-ción sino más bien saber qué hay que medir” (p.290).
Longo (2005) por su parte indica:
“Hablamos de resultados, esto es, de productos evaluables de las políticas y prácticas de gestión de las personas, que puedan ser contrastados con determinados estándares o metas. Asumimos por tanto una perspectiva que valora la GRH por sus consecuencias, y no simplemente por la calidad del instrumental de gestión uti-lizado. En este sentido, el refe-rente último de evaluación de la GRH, implícito en el modelo, va más allá de los criterios ba-sados en reglas de buena práctica, como, por ejemplo, los que utilizan los modelos de gestión de la calidad cuando se aplican a la GRH” (p.91).
De conformidad con lo ante-rior, la Gestión de Recursos Huma-nos debe evaluarse por sus conse-cuencias donde lo importante son los resultados; los autores relacionan los resultados de la organización con los de recursos humanos. Si la gestión que realizan las ORH y en gran me-dida la DGSC, tienen un alto compo-nente humano, la necesidad de brin-dar servicios de calidad concuerda con lo que Longo afirma sobre la importancia del uso de Gestión de Calidad en los procesos de recursos humanos.
Sin embargo, la conclusión a que se llega es que no existen parámetros o indicadores que permi-tan evaluar la relación entre la Ges-tión del Talento Humano y la gestión institucional como un todo. Al res-pecto es importante advertir que con la incorporación de Gestión de Cali-dad y Control Interno, entre otros, las instituciones del Sistema de Recur-sos Humanos, en especial la DGSC, se verán en la inminente necesidad de disponer de indicadores para los procesos de forma que permitan evaluarlos, controlarlos y mejorarlos.
A modo de resumen
Es evidente que la DGSC ha considerado con seriedad abandonar un modelo de gestión centralizada, y durante las dos últimas décadas desconcentró en diversos grados una importante cantidad de sus ser-vicios en las ORH.
Se promueve un modelo de desconcentración y desregulación con la finalidad de asumir tres roles para la DGSC, constituirse en ente rector, asesor y contralor. Proceso que se ha caracterizado por ser pro-gresivo, sin ser constante ni tampoco homogéneo a nivel de las áreas que han desconcentrado servicios.
En este proceso, la DGSC to-davía mantiene el control total en una importante cantidad de servicios (30% del total), en especial del área de reclutamiento y selección de re-cursos humanos. En cuanto a los servicios desconcentrados en algún grado, ha definido su accionar con-tralor por medio de la emisión de normas técnicas, y la aprobación previa de ciertos actos adminis-trativos por parte de las Oficinas de Servicio Civil o por medio de una fiscalización posterior. Sin em-bargo, no hay un estudio que permi-ta evaluar la efectividad de los con-troles aplicados a los servicios des-concentrados.
Por otra parte, la DGSC como toda institución pública, está sujeta a fiscalización y control externos. En el caso concreto, es constantemente fiscalizada por parte de la Auditoría Interna de la Presidencia de la Re-pública y Ministerio de la Presiden-cia. Pero también está sujeta al con-trol que ejercen otros órganos de control y fiscalización, como por ejemplo la Defensoría de los Habi-tantes como parte del control ciuda-dano que ejerce la sociedad costa-rricense de la parte sustantiva de la institución, en especial los servicios directamente brindados a los habi-tantes de la Nación y, por la Contra-loría General de la República, CGR. También es una institución que está sujeta al control jerárquico-político por parte de las autoridades del Mi-nisterio de la Presidencia y Presi-dencia de la República, toda vez que es un órgano de desconcentración máxima de la Presidencia de la República.
Hacia fuera, la DGSC ejerce un rol contralor de la gestión técnico-legal de las ORH, sin embargo, es necesario evaluar el tipo de control que ha realizado la institución hacia ORH, en especial porque hacia ellos está dirigido el proceso de descon-centración de la gestión de la DGSC. Actualmente ejercita un control pre-vio sobre los actos que ejecutan las ORH que son considerados sensi-bles para la Dirección General, como son los casos de nombramientos interinos y en propiedad de una im-portante fracción de las clases de puestos, fundamentalmente para la verificación de la idoneidad para ingresar a prestar servicios en pues-tos del Régimen de Servicio Civil.
Por otra parte, la DGSC ha in-corporado el Control Interno como un imperativo legal que abarca a toda la administración pública costa-rricense. La experiencia de pocos años de implementación puede ubi-carla en una etapa muy temprana, todavía lejos de convertirse en una cultura de Control Interno, en conse-cuencia requiere de constantes es-fuerzos por concienciar a los jerar-cas y titulares subordinados sobre los beneficios que el Control Interno tiene para el logro de los objetivos institucionales de forma tal que, desarrollando apropiadas estrategias y herramientas, pueda percibirse los beneficios en el corto plazo. El pro-ceso se inició y el hecho de contar con funcionarios capacitados en esta materia constituye una valiosa venta-ja competitiva.
Parte importante del artículo, se ocupó de tratar el avance que ha tenido la Institución en organizarse por procesos bajo la filosofía de ges-tión de la calidad. Sin que esto cons-tituyera un tema de control propio y directamente dicho, el enfoque que se le dio tiende a familiarizarse con la filosofía de medición, control y mejoramiento. Es importante impul-sar en la DGSC el uso de paráme-tros, estándares e indicadores que permitan medir y controlar la gestión de la institución con la finalidad de mejorar, de lo contrario no será po-sible identificar el mejoramiento en la prestación de sus servicios.
Al igual que se indicó para el caso de Control Interno, la imple-mentación de Gestión de la Calidad en la DGSC es relativamente recien-te. Hasta la fecha a pesar de que se han identificado los procesos, capa-citado personal y definido el marco estratégico con la metodología de Gestión de Calidad, aún falta cumplir con los requisitos de las normas INTE-ISO para poder afirmar que algunos o la totalidad de los proce-sos de la Institución están diseñados y trabajan con Gestión de Calidad.
Producto de todo este proce-so, es de esperarse que una filosofía de Control y Gestión de Calidad apoye la cultura de servicio civil vi-gente en la Institución y entre aque-llos funcionarios que trabajan en Gestión del Talento Humano en la Función Pública costarricense.
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Carta Iberoamericana
de Calidad en la Gestión
CLAD** Pública*
ESTABLECE LOS OBJETIVOS, PRINCIPIOS, DEBERES Y DERECHOS DE LOS CIUDADANOS PARA ACCEDER A UNA GESTIÓN PÚBLICA DE CALIDAD, ADOPTADOS EN LA XVIII CUMBRE IBEROAMERICANA DE JEFES DE ESTADO Y GOBIERNO EN SAN SALVADOR, EL SALVADOR, DEL 29 AL 31 DE OCTUBRE DEL 2008, MEDIANTE LA RESOLUCIÓN No. 25 DEL “PLAN DE ACCIÓN DE SAN SALVADOR”.
PALABRAS CLAVES: CALIDAD / GESTIÓN PÚBLICA / CLAD / CUMBRES PRESIDENCIALES
Preámbulo
* Aprobada por la X Conferencia Iberoa-mericana de Ministros de Administra-ción Pública y Reforma del Estado. San Salvador, El Salvador, 26 y 27 de junio de 2008.
Autorización del CLAD para publicar la Carta Iberoamericana de Calidad en la Gestión Pública, tal como figura en la página http://www.clad.org.ve/
documentos/declaraciones/carta-iberoamericana-de-calidad-en-la-gestion-publica
** Centro Latinoamericano de Administra-ción para el Desarrollo, CLAD.
Recibido: 16 de marzo del 2009.
Aceptado: 25 de marzo del 2009.
Al final de los años setenta del Siglo XX, la crisis económica mun-dial dificultó la viabilidad del modelo de Estado de bienestar construida por los países industrializados y post-industrializados después de la segunda guerra mundial. Frente a
dicha crisis, surgió una propuesta de corte neoliberal-conservador que perseguía restablecer el equilibrio fiscal y de la balanza de pagos de los países en crisis. Para ello se promovió la reducción del tamaño del Estado y su sustitución por el mercado como instrumento predo-minante del desarrollo. Contrario a lo que se afirmó, años después de la aplicación de las medidas neolibera-les, los problemas de desarrollo se agudizaron en la región, los merca-dos nacionales se debilitaron, no hubo crecimiento económico, la po-breza se expandió, la gobernabilidad decayó y el Estado que había sido desmantelado perdió su capacidad de respuesta a los nuevos desafíos.
En consideración a lo anterior, el Consejo Directivo del CLAD, reu-nido el 14 de octubre de 1998, aprobó el documento doctrinario Una Nueva Gestión Pública para América Latina, en el que se declara la nece-sidad de reconstruir el Estado para enfrentar los nuevos desafíos de la sociedad post-industrial, un Estado para el siglo XXI, que además de garantizar el cumplimiento de los contratos económicos, debe ser lo suficientemente fuerte como para asegurar los derechos sociales y la competitividad de cada país en el escenario internacional. Con ello, se reconoce que el Estado es un ins-trumento indispensable para el desa-rrollo económico, político y social de cualquier país, y que en la región tiene que orientarse a la atención de tres grandes problemas: la consoli-dación de la democracia, la necesi-dad de retomar el crecimiento económico y la reducción de la des-igualdad social, garantizando la in-clusión social. Para abordar dichos desafíos, los Estados iberoamerica-nos deben adecuar su organización y funcionamiento a las nuevas reali-dades, aprendiendo de los errores y aciertos de las diversas experiencias recientes y adoptando un nuevo modelo de gestión pública que recu-pere la capacidad de las Administra-ciones Públicas iberoamericanas como instrumentos útiles y efecti-vos al servicio del bien común o interés general de sus respectivas sociedades.
La XIII Cumbre Iberoamerica-na de Jefes de Estado y de Gobier-no, realizada en el 2003, incluyó en su Declaración de Santa Cruz de la Sierra, Bolivia, una resolución en la que los altos mandatarios de los 21 países expresaron su compromiso para avanzar en la profesionaliza-ción de la función pública de los países de la región y respaldaron los principios y orientaciones de la “Car-ta Iberoamericana de la Función Pública”, que fue preparada por el CLAD y adoptada por la V Conferen-cia Iberoamericana de Ministros de Administración Pública y Reforma del Estado. En dicha Declaración los Mandatarios iberoamericanos expresaron:
“Reiteramos nuestro empeño en el fortalecimiento institucio-nal del Estado, en lograr ad-ministraciones públicas más eficaces y transparentes y en promover los instrumentos ne-cesarios para una mayor parti-cipación de la sociedad civil en el proceso de toma de deci-siones. Los Estados Iberoa-mericanos fortalecerán en sus agendas gubernamentales las políticas de reforma de la Ad-ministración Pública.”
De igual manera, dos Cum-bres Iberoamericanas de Jefes de Estado y de Gobierno, la XVI reali-zada en el 2006 en Montevideo, República Oriental del Uruguay, y la XVII efectuada en el 2007 en San-tiago de Chile, respectivamente, respaldaron las iniciativas del “Códi-go Iberoamericano de Buen Gobier-no” y de la “Carta Iberoamericana del Gobierno Electrónico” con el propósito de promover la mejora de la gestión pública en la región.
Por su parte, los Ministros de Administración Pública y de la Re-forma del Estado y los Jefes de De-legación de los Gobiernos iberoame-ricanos, reunidos los días 31 de ma-yo y 1° de junio de 2007, en Pucón, Chile, en ocasión de la IX Conferen-cia Iberoamericana de Ministros de Administración Pública y Reforma del Estado renovaron su compromi-so con la Reforma del Estado, el fortalecimiento de sus instituciones públicas y, en especial, con la racio-nalización de sus mecanismos de gestión al sostener que:
“Teniendo en consideración que el objetivo de toda política pública es el bienestar de las personas, se requiere fortale-cer las capacidades institucio-nales públicas para dar satis-facción a los requerimientos ciudadanos de integración y pertenencia. A tal efecto, es necesario impulsar criterios de universalización que atiendan la diversidad y complejidad de dichos requerimientos, así como fortalecer la calidad de la gestión pública para que sea un real instrumento al ser-vicio de la cohesión social”.
Bajo dicho mandato, y conti-nuando con el esfuerzo sostenido en esta área por la Comunidad Iberoa-mericana, se elabora la presente “Carta Iberoamericana de Calidad en la Gestión Pública”, que se inscribe en la propuesta de adecuar el fun-cionamiento de las Administraciones Públicas iberoamericanas para ga-rantizar que sean instrumentos úti-les, efectivos y confiables al servicio de sus respectivas sociedades. En tal sentido, la presente Carta Ibe-roamericana vincula la calidad en la gestión pública con dos propósitos fundamentales de un buen gobierno democrático: 1. Toda gestión pública debe estar referenciada a la satis-facción del ciudadano, ya sea como usuario o beneficiario de servicios y programas públicos, o como legítimo participante en el proceso de formu-lación, ejecución y control de las políticas públicas bajo el principio de corresponsabilidad social. 2. La ges-tión pública tiene que orientarse para resultados, por lo que debe sujetarse a diversos controles sobre sus ac-ciones, suponiendo entre otras mo-dalidades la responsabilización del ejercicio de la autoridad pública por medio del control social y rendición periódica de cuentas.
La adopción de estrategias de innovación, racionalización y mejora de la gestión pública, orientadas por la calidad, permitirá a las Adminis-traciones Públicas iberoamericanas posicionarse favorablemente frente a la incertidumbre, reforzar su influen-cia en un entorno dinámico y com-plejo y acometer el necesario desa-rrollo organizativo para la gestión del cambio y la formulación de solucio-nes de mejora creativas, con el fin de cumplir al máximo las expectati-vas de la ciudadanía, proporcionan-do un instrumento para lograr la coherencia en la dirección estratégi-ca a seguir.
La presente Carta Iberoameri-cana promueve el establecimiento de un enfoque común acerca de las nociones de calidad y de excelencia en la gestión pública, a partir del cual se adopte un conjunto de principios y orientaciones que sirvan de referen-cia a las diferentes Administraciones Públicas iberoamericanas en la for-mulación de sus políticas, planes, modelos y mecanismos que permi-tan la mejora continua de la calidad de su gestión pública. La implemen-tación de los principios y orientacio-nes deberá adaptarse a la diversidad de las condiciones de las naciones iberoamericanas, al igual que la adopción de las correspondientes acciones e instrumentos sugeridos para la mejora continua de la calidad en la gestión pública.
Cabe señalar que, en Ibero-américa existen modelos de calidad con una perspectiva global e inte-gral, como son los establecidos por varios Premios Nacionales a la Cali-dad y normas especificas para el sector público como es el caso de Argentina, Brasil, Colombia, Chile y Portugal. Además existen modelos internacionales como el Modelo Ibe-roamericano de Excelencia en la Gestión de la Fundación Iberoameri-cana para la Gestión de la Calidad, FUNDIBEQ, y el Modelo de Evalua-ción, Aprendizaje y Mejora desarro-llado por la Agencia Estatal de Eva-luación de las Políticas Públicas y la Calidad de los Servicios de España, experiencias que han nutrido los contenidos de la presente Carta Iberoamericana y constituyen refe-rencias válidas a seguir.
Resulta particularmente rele-vante, el reconocimiento que se hace en la presente Carta Iberoame-ricana del derecho de los ciudada-nos a una gestión pública de calidad, estableciéndose unos contenidos mínimos que pueden ser incremen-tados por los ordenamientos jurídi-cos nacionales. La importancia de este reconocimiento es el conse-cuente empoderamiento a los ciuda-danos iberoamericanos que les per-mita exigir a sus Administraciones Públicas la mejora continua de la gestión pública en su propio benefi-cio, así como participar directamente en ella.
La presente Carta procurará aplicarse a cualquier persona natural o jurídica que requiera relacionarse con una Administración Pública ibe-roamericana y se encuentre en el territorio del correspondiente país iberoamericano o posea el derecho a hacerlo aunque esté fuera de dicho país.
La presente Carta parte del establecimiento de cuatro objetivos fundamentales, que son desarrolla-dos en el Capítulo Primero. Segui-damente, en el Capítulo Segundo, define los principios inspiradores de una gestión pública de calidad. A continuación, el Capítulo Tercero establece los derechos y deberes de los ciudadanos para una gestión pública de calidad.
Para dar respuesta a los prin-cipios inspiradores de una gestión pública de calidad y a los derechos de los ciudadanos, el Capítulo Cuar-to propone nueve ejes u orientacio-nes estratégicas, y sugiere la aplica-ción de diversas acciones e instrumentos para lograr una gestión pública de calidad centrada en el ciudadano y para resultados, cuya utilización concreta dependerá del grado de avance y de las caracterís-ticas particulares de cada Adminis-tración Pública y de su correspon-diente entorno.
Por último, el Capítulo Quinto recoge las consideraciones finales para la optimización en el desarrollo de las orientaciones, acciones e instrumentos de calidad propuestos. En definitiva, la presente Carta cons-tituye un marco de referencia que posibilita el desarrollo de procesos de reforma y racionalización en la Administración Pública iberoameri-cana mediante el uso de técnicas y herramientas de gestión de calidad en el sector público, las cuales de-berán adecuarse a la idiosincrasia de los países iberoamericanos, a las particularidades de sus Administra-ciones Públicas y a la naturaleza propia del ámbito público.
CAPÍTULO PRIMERO
FINALIDAD DE LA CARTA
Y NOCIÓN DE CALIDAD
EN LA GESTIÓN PÚBLICA
Objeto
1. La Carta Iberoamericana de Calidad en la Gestión Públi-ca persigue los objetivos siguientes:
c. Proponer la adopción de instrumentos que incenti-ven la mejora de la cali-dad en la gestión pública, que sean flexibles y adaptables a los dife-rentes entornos de las Administraciones Públi-cas iberoamericanas y a sus diversas formas organizativas.
Servir como guía para el dise-ño, regulación, implantación, desarrollo, mejora y consoli-dación de planes de calidad y excelencia en la gestión públi-ca, que le permitan a las diferentes Administraciones Públicas de los Estados ibe-roamericanos potenciar sus capacidades y utilizarlas ple-namente para acometer los re-tos y desafíos del desarrollo integral de sus respectivas so-ciedades y lograr el bienestar de sus ciudadanos.
Concepto de calidad
en la gestión pública
2. La calidad en la gestión públi-ca constituye una cultura transformadora que impulsa a la Administración Pública a su mejora permanente para satis-facer cabalmente las necesi-dades y expectativas de la ciudadanía con justicia, equi-dad, objetividad y eficiencia en el uso de los recursos públicos.
La calidad en la gestión públi-ca debe medirse en función de la capacidad para satisfacer oportuna y adecuadamente las necesidades y expectativas de los ciudadanos, de acuerdo a metas preestablecidas alinea-das con los fines y propósitos superiores de la Administra-ción Pública y de acuerdo a resultados cuantificables que tengan en cuenta el interés y las necesidades de la sociedad.
La concepción de la calidad ha ido evolucionando e incorpo-rando nuevos aspectos hasta conformar una aproximación holística e integradora de la gestión, donde cobran espe-cial importancia todas las par-tes interesadas en sus diferen-tes formas de relación, así como la sostenibilidad y la co-rresponsabilidad social.
La calidad en la gestión públi-ca puede y debe ser constan-temente mejorada, buscando elevarla a niveles de excelen-cia, es decir obtener resulta-dos sostenibles, con tenden-cias crecientes de mejora, y que tales resultados se com-paren favorablemente con los más destacados referentes nacionales e internacionales.
Contenido finalista
de la gestión pública
de calidad
3. Una gestión pública se orien-tará a la calidad cuando se encuentre referenciada a los fines y propósitos últimos de un Gobierno democrático, esto es, cuando se constituya en:
La calidad en la gestión públi-ca implica la práctica del buen gobierno, mediante una formu-lación de políticas públicas convenientes a toda la socie-dad, dentro de parámetros equilibrados de racionalidad política, técnica y económica.
La calidad en la gestión públi-ca contribuirá a facilitar el de-sarrollo económico y crear condiciones adecuadas y sos-tenibles para la competitividad y productividad nacional.
La calidad en la gestión públi-ca tiene sentido si su fin último es alcanzar una sociedad del bienestar, con justicia y equi-dad, garantizando el desarrollo de la persona y el respeto a su dignidad, la cohesión social y la garantía del cumplimiento efectivo e integral de los dere-chos humanos. En especial, asegurando a todas las perso-nas, el acceso oportuno y uni-versal al disfrute de informa-ción, prestaciones y servicios públicos de calidad.
La adopción de enfoques, mo-delos, acciones e instrumentos de calidad en la gestión públi-ca iberoamericana contribuye a la legitimidad y consolida-ción de la democracia y al lo-gro del desarrollo económico y social de forma sostenible, con la mejora de la cohesión social.
CAPÍTULO SEGUNDO
PRINCIPIOS INSPIRADORES
DE UNA GESTIÓN
PÚBLICA DE CALIDAD
Principio de servicio público
4. Las Administraciones Públicas iberoamericanas están al ser-vicio de los ciudadanos y, en consecuencia, darán preferen-cia a la satisfacción de sus necesidades y expectativas.
La orientación a la calidad en la gestión pública supone maximizar la creación de valor público, por lo que tiene que responder al principio de ges-tión para resultados. Ello su-pone un esfuerzo para optimi-zar la dirección efectiva e integrada del proceso de crea-ción de valor público, para asegurar la máxima eficacia, eficiencia y efectividad de su desempeño, la consecución de los objetivos de gobierno y su mejora continua.
Principio de legitimidad
Democrática
5. Una gestión pública de calidad tiene que estar inspirada en valores democráticos y, en tal sentido, constituirse en una garantía y protección de las li-bertades públicas consagra-das a los ciudadanos.
La legitimidad democrática de la gestión pública proviene de la elección popular de las au-toridades políticas y de la par-ticipación y control de la ciu-dadanía sobre los asuntos públicos.
También, es una fuente de le-gitimidad el ejercicio indepen-diente de una función pública profesional, seleccionada bajo los principios de igualdad, mérito y capacidad, al servi-cio de un programa de gobier-no resultante del proceso democrático.
Transparencia y participación ciudadana
6. Las Administraciones Públicas tienen que ser transparentes en su gestión, abiertas al es-crutinio público, tolerantes a la crítica y permeables a las propuestas de mejora y de cambio provenientes de la ciudadanía.
Principio de legalidad
7. Una gestión pública de calidad implica el sometimiento de la Administración Pública al Es-tado de Derecho, bajo cuya orientación se organiza y actúa con racionalidad y objetividad.
El principio de legalidad con-tribuye a la calidad de la ges-tión pública, por ser una orde-nación consciente de las competencias públicas atribui-das a los órganos y entes de la Administración Pública, a través de normas jurídicas.
La calidad en la gestión públi-ca iberoamericana requiere la formalización de los enfoques, modelos, acciones e instru-mentos de calidad, mediante la adopción de normas jurídi-cas que la regulen.
Principio de coordinación
y cooperación
8. Para lograr una gestión públi-ca de calidad se requiere que todos los órganos y entes de la Administración Pública con-tribuyan a la prestación de servicios al ciudadano.
A tales efectos, las Adminis-traciones Públicas iberoameri-canas preverán la asignación de competencias, relaciones, instancias y sistemas de coor-dinación de sus entes y órga-nos, para prestar servicios de forma integral al ciudadano.
La coordinación interadminis-trativa resulta clave en aque-llos Estados con modelos descentralizados y con dife-renciación competencial a ni-vel territorial.
Principio de ética pública
9. Una gestión pública de calidad implica la observancia de valo-res éticos que la orientan, ta-les como la vocación de servi-cio público, la probidad, la honradez, la buena fe, la con-fianza mutua, la solidaridad y la corresponsabilidad social, la transparencia, la dedicación al trabajo, el respeto a las perso-nas, la escrupulosidad en el manejo de los recursos públi-cos y la preeminencia del In-terés público sobre el privado.
Principio de acceso universal
10. La calidad en la gestión públi-ca comprende el esfuerzo por lograr la universalización y el más amplio y fácil acceso espacial y temporal de los ciu-dadanos a servicios públicos de igual calidad, con indepen-dencia de la ubicación geográ-fica de los ciudadanos y del momento en que éstos los requieran.
Principio de continuidad
en la prestación de servicios
11. Los servicios públicos se pres-tarán de manera regular e inin-terrumpida, previendo las me-didas necesarias para evitar o minimizar los perjuicios que pudieran ocasionarle al ciuda-dano en las posibles suspen-siones del servicio.
Principio de imparcialidad
12. En una gestión pública de calidad, la atención a todos los ciudadanos se realiza con im-parcialidad, asegurando que serán tratados con igualdad, sin discriminación por motivos tales como el género, edad, raza, ideología, religión, nivel económico, situación social o localización geográfica.
Por causas objetivas, la Admi-nistración Pública podrá esta-blecer discriminaciones positi-vas para proteger a los ciudadanos que lo puedan re-querir. En todo caso, corres-ponde a la Administración Pública la defensa del interés general frente a los intereses particulares.
Principio de eficacia
13. La calidad en la gestión públi-ca comprende cumplir con el principio de eficacia, entendido como la consecución de los objetivos, metas y estándares orientados a la satisfacción de las necesidades y expectati-vas del ciudadano.
Principio de eficiencia
14. La gestión pública debe seguir el principio de eficiencia, com-prendido como la optimización de los resultados alcanzados por la Administración Pública con relación a los recursos disponibles e invertidos en su consecución.
Principio de economía
15. La calidad en la gestión públi-ca dependerá de que se cumpla con el principio de economía, esto es, que el fun-cionamiento de la Administra-ción Pública propenda a la uti-lización racional de los recursos públicos.
La asignación de recursos a la Administración Pública se ajustará estrictamente a los requerimientos de su funcio-namiento para el logro de las metas y objetivos previstos.
Principio de responsabilización
16. Una gestión pública de calidad es aquella en la que existe responsabilización, esto es, en la que hay rendición de cuen-tas por el desempeño de las autoridades, directivos y fun-cionarios públicos frente a los ciudadanos, y control social sobre la gestión pública.
Principio de evaluación
permanente y mejora
continua
17. Una gestión pública de calidad es aquella que contempla la evaluación permanente, inter-na y externa, orientada a la identificación de oportunida-des para la mejora continua de los procesos, servicios y pres-taciones públicas centrados en el servicio al ciudadano y para resultados, proporcionando in-sumos para la adecuada ren-dición de cuentas.
CAPÍTULO TERCERO
DERECHOS Y DEBERES
DE LOS CIUDADANOS
PARA UNA GESTIÓN PÚBLICA
DE CALIDAD
Contenidos del derecho
a una gestión pública de calidad
18. Los ciudadanos tienen dere-cho a una gestión pública de calidad, que estará reconocida por los ordenamientos jurídicos nacionales. En consecuencia, los ciudada-nos podrán:
19. Por su parte, el ciudadano debe participar en la mejora de la calidad de la gestión pública, en consecuencia:
20. La Administración Pública facilitará el ejercicio de los de-rechos de los ciudadanos y velará por el cumplimiento de sus deberes como partícipes del sistema social y político.
CAPÍTULO CUARTO
ORIENTACIONES, ACCIONES
E INSTRUMENTOS PARA FORMULAR POLÍTICAS
Y ESTRATEGIAS DE CALIDAD
EN LA GESTIÓN PÚBLICA
Decisión política
y perspectiva sistémica
Calidad institucional
22. La calidad institucional atañe tanto a las acciones políticas y programas como a las activi-dades vinculadas a la racio-nalización del gasto, la co-municación de resultados alcanzados, la transparencia y responsabilidad pública y la rendición de cuentas a la so-ciedad. Este enfoque de cali-dad institucional tiene que ser coherente y estar perfecta-mente integrado con la calidad en el servicio.
Nueve ejes estratégicos
23. La presente Carta Iberoameri-cana propone a continuación nueves ejes u orientaciones estratégicas, y sugiere el uso de diversas acciones e instru-mentos para lograr una ges-tión pública de calidad centra-da en el ciudadano y para resultados. La aplicabilidad y la decisión respecto al uso de cada uno de dichos instru-mentos dependerá del grado de avance y de las caracterís-ticas particulares de cada Ad-ministración Pública y de su entorno.
Sección I.
Orientaciones para formular
políticas y estrategias
de calidad en la gestión
pública
Para una gestión pública
al servicio de la ciudadanía
24. El reto de la calidad en la ges-tión pública es su orientación al servicio de las necesidades y expectativas de la ciudadan-ía y su compromiso en alcan-zar una sociedad de bienes-tar. La capacidad de innovar y adaptarse continuamente a los requerimientos sociales permi-tirá a la Administración Pública incrementar la credibilidad y confianza de los ciudadanos sobre las diversas prestacio-nes y variados servicios que suministra.
25. La Administración Pública buscará la satisfacción equili-brada de las diversas necesi-dades y expectativas presen-tes en la sociedad, de conformidad con el interés ge-neral. Por ello, la Administra-ción Pública expondrá en todo momento sus políticas al de-bate de los diferentes sectores sociales.
La participación de la sociedad organizada en todas sus for-mas garantiza que las Admi-nistraciones Públicas atien-dan las aspiraciones de los ciudadanos.
Hacia una gestión pública
para resultados
26. Todo proceso de gestión pública debe perseguir la creación de valor público, lo que tiene que reflejarse en re-sultados e impactos, cuanti-ficables, que permitan eva-luar el rendimiento en todas sus dimensiones.
Para la objetiva determinación de resultados, se requiere analizar la evolución del desempeño y el nivel de al-cance de las metas, trazadas con sistemas de información para el seguimiento, evalua-ción y control rigurosos y opor-tunos, que fundamenten la toma de decisiones y medidas correctivas.
La gestión pública para resul-tados requiere la implementa-ción de sistemas de monito-reo, medición y control que permitan un adecuado control, y la toma de decisiones.
Compromiso social y ambiental
27. Los órganos y entes de la Administración Pública, en su compromiso de servir a la so-ciedad, promoverán esfuerzos para contribuir al desarrollo social, económico y ambiental de forma sostenible, además de sus atribuciones legales, siempre que no sean incompa-tibles con las mismas.
Responsabilidad directiva,
liderazgo y constancia
de objetivos
28. La gestión pública de calidad exige una alta cualificación de los directivos, que deberán destacar por sus elevadas competencias para la conduc-ción de los órganos y entes públicos, su especial vocación por el servicio público y una concepción ética del ejercicio de sus funciones. Asimismo, deberán rendir cuentas y so-meterse a control por los re-sultados obtenidos, e impulsar activamente el cambio, defi-niendo visión, misión, objeti-vos y metas, de conformidad con la ley. También, deberán reforzar y ser impulsores de la calidad en las prestaciones y servicios públicos ofrecidos a los ciudadanos, poniendo en marcha los procesos y siste-mas que se requieran para tal propósito; y motivar a los fun-cionarios públicos, apoyán-dolos, facultándolos y otorgándoles el reconocimien-to merecido.
29. Los niveles político y directivo deben integrar en el ejercicio de sus funciones aspectos ta-les como la calidad del servi-cio, la sostenibilidad y equili-brio en los objetivos con respecto a los diferentes in-tereses implicados, ética en su comportamiento, respeto a la legalidad y los derechos humanos, así como la búsqueda continua del bien-estar social.
Gestión por procesos
30. Los órganos y entes públicos orientarán sus actividades al desarrollo de una estrategia en términos de procesos, ba-sada en datos y evidencias, definiendo objetivos, metas y compromisos a alcanzar. La adopción de una gestión por procesos permite la mejora de las actividades de la Administración Pública orien-tada al servicio público y para resultados.
A los efectos de la calidad en la gestión pública, los proce-sos constituyen una secuencia ordenada de actividades, inter-relacionadas, para crear valor añadido.
31. La gestión por procesos en la Administración Pública debe tener en cuenta que el ciuda-dano es el eje fundamental de la intervención pública, lo cual requiere adoptar enfoques y diseñar los procesos de pres-tación del servicio desde la perspectiva del ciudadano, usuario o beneficiario, y no desde la perspectiva de la Administración Pública.
Desarrollo de capacidades
de los empleados públicos
32. La calidad la construyen las personas y el éxito de una Administración Pública depen-de del conocimiento, habilida-des, creatividad innovadora, motivación y compromiso de sus autoridades, directivos y demás funcionarios públicos. Valorar a los funcionarios públicos, significa que la alta dirección se comprometa con su satisfacción, desarrollo y bienestar, estableciendo además prácticas laborales de alto rendimiento y flexibili-dad para obtener resultados en un clima laboral adecuado.
33. Para el desarrollo de capaci-dades resulta de gran impor-tancia realizar, entre otras, las actuaciones siguientes:
Participación de los empleados
públicos para la mejora
de la calidad de la gestión
34. Las Administraciones Públicas facilitarán la participación de sus empleados, promoviendo mecanismos y cauces ade-cuados para el diálogo con ellos y sus representantes para la mejora de la gestión pública
Proceso continuo
de aprendizaje, innovación
y mejora de la calidad
35. El aprendizaje y la innovación son determinantes para la me-jora de la calidad y la sosteni-bilidad en el cumplimiento de los objetivos de la Administra-ción Pública.
Por otra parte, la mejora continua y la innovación facili-tan el desarrollo de nuevos servicios, nuevos procesos para la gestión, así como su racionalización, simplificación y normalización.
La mejora continua sólo es posible con una perspectiva correctiva y orientada al futuro, alentando a las personas a identificar y reconocer errores propios y ajenos, y proponer mejoras para superarlos.
Relaciones de colaboración
y cooperación orientadas
a la mejora de la calidad
36. Las Administraciones Públicas identificarán aquellas organi-zaciones públicas o privadas con las cuales colaborar y cooperar, con el propósito de:
Sección II.
Acciones e instrumentos
para la calidad en la gestión
pública
37. Los Estados Iberoamericanos promoverán el desarrollo nor-mativo que facilite la aplica-ción de acciones, técnicas e instrumentos para la calidad en la gestión pública de las di-ferentes Administraciones, órganos, entes y unidades administrativas.
A continuación, se recomien-dan algunas acciones, técni-cas e instrumentos básicos de calidad, en los que los órga-nos y entes públicos pueden apoyarse para la implementa-ción de la calidad en la gestión pública.
La dirección estratégica
y el ciclo de mejora
38. La dirección estratégica supo-ne un enfoque flexible, que se anticipa y adapta a las necesi-dades de la sociedad. Permite analizar y proponer solucio-nes, para orientar a la Admi-nistración Pública a una visión u horizonte en un plazo de-terminado. Dicha visión de fu-turo supone dotarla de capaci-dad para dar respuesta a los requerimientos de las diferen-tes partes interesadas. Para ello, los órganos y entes de la Administración Pública desa-rrollarán políticas, estrategias, planes, objetivos, metas, es-tructuras, sistemas y procesos críticos orientados a la conse-cución de los objetivos.
39. La dirección estratégica se basa en el ciclo de mejora: es-tablecimiento de objetivos y planificación, desarrollo de forma sistemática y a través de procesos de las actuacio-nes planificadas, comproba-ción de los resultados obteni-dos con respecto a los objetivos establecidos y adap-tación continua de la planifica-ción estratégica.
La repetición sucesiva del ci-clo de mejora permite alcanzar la mejora continua de la cali-dad del servicio al ciudadano y, por ende, una Administra-ción Pública en transformación y actualizada.
Prospectiva y análisis
de la opinión ciudadana
40. El uso de técnicas de prospec-tiva y estudio del entorno ge-neral y específico se orienta a la identificación de los princi-pales retos y necesidades de la sociedad, así como las oportunidades o amenazas derivadas de factores del en-torno, y la identificación de buenas prácticas aplicadas en otras organizaciones.
41. La realización de encuestas de opinión persigue la identifi-cación de las necesidades y expectativas, así como el nivel de satisfacción del ciudadano respecto a los servicios.
Para la elaboración de dichas encuestas, se deben identifi-car los atributos de calidad que caracterizan el servicio prestado, y la importancia otorgada a cada uno. Su obje-tivo será obtener información sobre las expectativas del ciu-dadano y acerca del nivel de satisfacción con el servicio recibido.
El análisis comparado entre las expectativas del ciudadano y su nivel de satisfacción per-mitirá identificar potenciales áreas de mejora de la calidad del servicio.
Participación ciudadana
para la mejora de la calidad
42. La Administración Pública desarrollará mecanismos de participación ciudadana, a lo largo de todo el ciclo de las políticas públicas. En particu-lar, a través de comités con-sultivos, o grupos de trabajo con ciudadanos y representan-tes de la sociedad, foros, en-cuentros, jornadas de inter-cambio de experiencias con otras instituciones o Adminis-traciones Públicas y activida-des similares, o las encuestas de opinión y sistemas de re-cogida de sugerencias de me-jora y atención de reclamos.
Adopción de modelos
de excelencia
43. La adopción de modelos de excelencia, integrales u holís-ticos, facilita la comprensión de las dimensiones más rele-vantes de la realidad de los órganos y entes públicos y permite establecer unos crite-rios orientadores, homogéne-os, tanto para el análisis sis-temático y riguroso como para lograr la acción coherente.
Premios a la calidad
o excelencia
44. Los premios a la calidad o premios a la excelencia res-paldados por modelos de ex-celencia constituyen instru-mentos valiosos de estímulo para la mejora, aprendizaje y reconocimiento de la gestión, resultando de gran utilidad para el intercambio y difusión de las mejores prácticas.
La gestión por procesos
45. La gestión por procesos impli-ca el desarrollo de las actua-ciones siguientes:
Los equipos y proyectos
de mejora
46. La instauración de estructuras internas para la ejecución de proyectos de mejora de la ca-lidad, tanto a cargo de grupos o equipos de mejora, consti-tuidos a tal efecto por funcio-narios públicos para abordar un proyecto de mejora concre-to, como de unidades estables de calidad, que tengan asig-nadas funciones de apoyo a la mejora de la calidad, de forma estable y continuada en el tiempo.
Tendrán encomendadas tare-as de identificación, análisis y resolución de aspectos sus-ceptibles de ser mejorados, para la óptima orientación a resultados y a la satisfacción de los usuarios.
Cartas Compromiso
o de Servicios al Ciudadano
47. Las Cartas Compromiso o Cartas de Servicios al Ciuda-dano son documentos públi-cos con los cuales un órga-no o ente público expresa sus compromisos asumidos en la prestación del servicio, es-pecificando plazos de ejecu-ción, estándares de calidad para el sistema de informa-ción y comunicación y los mecanismos de participación ciudadana.
48. Las Cartas Compromiso o Cartas de Servicios tienen que complementarse con un sis-tema de seguimiento y eva-luación del cumplimiento de los compromisos expresados en las mismas, y estar sujetas a revisión, actualización y me-jora continua. Asimismo, con-templar medidas de repara-ción o compensación en el caso de incumplimiento de los compromisos.
Mecanismos de difusión
de información relevante
para el ciudadano
49. La Administración establecerá mecanismos adecuados para la comunicación y la difusión de información relevante para los ciudadanos.
Dicha información incluirá los servicios que presta la Admi-nistración Pública y la forma de acceder a ellos, así como los derechos y deberes de los ciudadanos como destinata-rios. Entre los posibles instru-mentos, se pueden contemplar los siguientes: formularios, gu-ías de servicios, publicacio-nes, folletos divulgativos, hojas de instrucciones, circula-res, páginas de información sobre la organización y sus servicios ubicadas en Internet, puntos automáticos de infor-mación y consulta, u otros medios.
La mejora de la normatividad
50. La mejora de la normatividad persigue el establecimiento de un marco normativo sencillo que facilite la eficacia, eficien-cia, agilidad y adaptabilidad de los procesos y procedimientos, y, por ende, la mejora en la prestación del servicio a los ciudadanos, así como la pro-ductividad nacional.
Será tarea permanente de los órganos y entes de las Admi-nistraciones Públicas iberoa-mericanas la mejora de la ca-lidad en la elaboración de normas y el análisis de impac-to normativo, la agilización y la simplificación de los trámites administrativos, siempre de conformidad con el interés general.
El gobierno electrónico
51. De conformidad con la “Carta Iberoamericana de Gobierno Electrónico”, la Administración Pública buscará la optimiza-ción de las tecnologías de la información y la comunicación, para la mejora y acercamiento del servicio a las necesidades ciudadanas, así como de la propia gestión pública, mejora de la atención, trámites en línea, participación y transpa-rencia. Para ello, tratará de fa-cilitar múltiples modalidades de acceso y realización de trámites, así como el inter-cambio documental y de in-formación en ambos sentidos Administración-ciudadano.
En particular, se propiciará la interconexión entre las diferen-tes Administraciones orientada a la simplificación de trámites para el ciudadano.
Medición y evaluación
52. La evaluación de la eficacia, eficiencia y efectividad de la estrategia se realiza a través del seguimiento de indicado-res, la revisión del cumplimien-to de los objetivos y planes es-tablecidos, además de la opinión extraída de los diferen-tes grupos de interés, o como resultado de la realización de evaluaciones y auditorías.
53. La adopción de estándares de calidad y la comparación de los indicadores de gestión con respecto a los estándares y objetivos estratégicos estable-cidos, permite analizar el nivel de cumplimiento y la orienta-ción a resultados, facilitando la adopción de decisiones y la mejora continua de la calidad.
54. La instauración de una cultura y hábito de medición y evalua-ción dentro de la Administra-ción Pública, como instrumen-to de obtención de información crítica para la mejora continua de la calidad de la gestión pública. La medición permite la identificación continua de posibles aspectos a mejorar para una óptima orientación de la organización a la satis-facción de los diferentes gru-pos de interés y al cumpli-miento de sus objetivos.
55. Los diagnósticos, evaluacio-nes externas, auto-evaluaciones o revisiones de los sistemas de gestión, tienen que realizarse de forma sis-temática, integrándose como elementos clave dentro del sistema de gestión de la Ad-ministración Pública, a fin de medir avances e identificar puntos críticos en los procesos y, en general, en la gestión pública.
Sugerencias, quejas
y reclamos de los ciudadanos
56. El desarrollo de procesos sis-temáticos y organizados para obtener información a través de sugerencias, quejas y re-clamos de los ciudadanos con respecto al servicio prestado, y la capacidad de escucha y de respuesta efectiva y eficaz. Dichos sistemas estarán for-malizados y tendrán definido un procedimiento específico, en el que se asignen encarga-dos, y estarán integrados en un proceso de evaluación, re-visión y mejora continua de la calidad del servicio.
Sistemas de gestión
normalizados
57. La adopción de sistemas de gestión normalizados facilitan el desarrollo de un proceso de evaluación y mejora continua. En dicho sentido, se reco-mienda la adopción de mode-los que contemplen la gestión integrada de la calidad, el me-dio ambiente y la salud y se-guridad laboral.
La certificación externa de los servicios públicos, puede pres-tigiarlos ante la sociedad.
La gestión del conocimiento
58. La gestión del conocimiento requiere:
g. La generación de valor entre distintos grupos de personas relacionadas con la gestión pública, el trabajo colaborativo, así como la interacción entre los funcionarios que inte-gran la Administración Pública, grupos de interés, grupos formales o bien grupos de naturaleza es-pontánea que surgen según las dinámicas natu-rales de trabajo y la pues-ta en común de conoci-mientos y experiencias.
Comparación e intercambio
de mejores prácticas
59. La comparación e intercambio de información con otras or-ganizaciones públicas o priva-das, sobre sus experiencias, la participación en foros interad-ministrativos y redes de inter-cambio, así como la identifica-ción de las mejores prácticas, permite generar aprendizaje y promover la mejora continua de la calidad.
Aportaciones y sugerencias
de los funcionarios públicos
60. Los empleados públicos son el principal y más valioso capital con que cuenta la Administra-ción Pública, y su experiencia y conocimiento es clave en la aportación a través de suge-rencias para la mejora conti-nua de la calidad de la gestión pública. En dicho sen-tido, es conveniente disponer de sistemas que regulen y promuevan su participación.
CAPÍTULO QUINTO
CONSIDERACIONES FINALES ACERCA DE LA EFICACIA
DE LA CARTA
61. La transformación y mejora de la calidad en la gestión pública deben abordarse siguiendo un proceso bien estructurado a corto, mediano y largo plazo, teniendo en cuenta que los cambios sustanciales y soste-nibles se lograrán en el largo plazo.
62. Se reitera la gran utilidad de optar por modelos de excelen-cia en la gestión, establecidos como respaldo de Premios Nacionales a la Calidad y del Premio Iberoamericano de la Calidad, respaldado por la Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno.
63. La estrategia de calidad en las Administraciones Públicas ibe-roamericanas tiene que ser anticipativa y adaptativa, siempre atenta a los cambios del entorno dinámico, lo que dotará a los órganos y entes públicos de mayor capacidad de respuesta.
64. Para la óptima aplicación de los diferentes principios, orien-taciones, acciones e instru-mentos contenidos en la pre-sente Carta Iberoamericana de Calidad en la Gestión Pública, resulta de vital impor-tancia un fuerte liderazgo y compromiso público de las au-toridades políticas y del nivel directivo de la Administración Pública.
65. Se consideran fundamentales los esfuerzos de sensibiliza-ción sobre la importancia de la calidad en la gestión pública, y de capacitación sobre instru-mentos y metodologías de la calidad, además de técnicas de gestión pública.
66. Se considera importante que, en los procesos de mejora, la evaluación de la calidad abar-que la evaluación de la ges-tión, del servicio y de la cali-dad institucional o del buen gobierno de las Administracio-nes Públicas.
67. La implementación de la presente Carta implica la adecuación de la normativa interna, la eficiencia de los procesos y estructuras y la madurez organizacional, con-tribuyendo a fortalecer el de-sarrollo institucional.
68. La optimización de las reco-mendaciones y enfoques en el desarrollo de procesos de me-jora de la calidad en la gestión de las Administraciones Públi-cas iberoamericanas requiere la cooperación entre los paí-ses de la Comunidad Iberoa-mericana, que favorezca el in-tercambio de experiencias y metodologías.
San Salvador, El Salvador
31 de octubre del 2008
Argentina Juan Manuel Abal
Medina
Secretario de la Gestión Pública
Jefatura de Gabinete de Ministros
Brasil Marcelo Viana Estevão de Moraes
Secretario de Gestão
Ministério do Planeja-
mento, Orçamento e Gestão
Chile Edgardo Riveros Marín
Subsecretario General de la Presidencia
Colombia Fernando Grillo Rubiano
Director General Depar-tamento Administrativo de la Función Pública
Costa Rica Roberto Gallardo Nuñez
Ministro de Planificación Nacional y Política Económica
Ecuador Galo Larenas Serrano
Embajador del Ecuador en El Salvador
El Salvador Eduardo Ayala Grimaldi
Secretario Técnico
Presidencia de la
República
España Elena Salgado Méndez
Ministra de Administra-ciones Públicas
Guatemala Luis Fernando Mack
Gerente
Instituto Nacional de Administración Pública
Honduras Marcio Sierra Discua
Subsecretario de
Estado
Despacho Presidencial
México Salvador Vega Casillas
Secretario de la Función Pública
Panamá Augusto A. Cedeño
Secretario General
Ministerio de Economía y Finanzas
Paraguay Rubens Cabral
Asesor Legal del Gabi-nete Civil
Presidencia de la República
Perú José Elice Navarro
Viceministro Secretario General
Presidencia del Consejo de Ministros
Portugal Rui Afonso Lucas
Presidente do Conselho Directivo
Instituto Nacional de Administraçao
República Ramón Ventura Camejo
Dominicana Secretario de Estado
de Administración
Pública
Uruguay Ana María Santestevan
Subdirectora
Oficina Nacional del Servicio Civil
Venezuela Pedro Olveira
Viceministro de Planifi-cación y Desarrollo
Institucional
Julio César Fernández Toro
Secretario General
CLAD
Estudio de valoración económica
por la posible afectación
del Proyecto Hidroeléctrico
Toro 3 sobre el Centro
Dora Carías Vega* Turístico Recreo
Edwin Zamora Bolaños** Verde
DOCUMENTA LOS RESULTADOS DE LA INVESTIGACIÓN CONCERNIENTE AL ESTUDIO DE IMPACTO AMBIENTAL, EsTIA, DEL PROYECTO HIDROELÉCTRICO TORO 3 SOBRE EL CENTRO TURÍSTICO RECREO VERDE, APLICANDO LA TÉCNICA DE EXPERIMENTOS DE SELECCIÓN.
PALABRAS CLAVES: RECURSOS NATURALES / IMPACTO AMBIENTAL / GENERACIÓN ELÉCTRICA / COSTA RICA
Introducción
* Máster Science en Economía. Funciona-ria del Centro de Gestión Ambiental del Instituto Costarricense de Electricidad, ICE.
** Máster Science en Economía. Funciona-rio del Centro Nacional de Planificación Eléctrica del Instituto Costarricense de Electricidad, ICE.
Recibido: 15 de mayo del 2008.
Aceptado: 12 de diciembre del 2008.
El documento que se presenta constituye la sistematización de la investigación realizada por el Institu-to Costarricense de Electricidad, ICE, como complemento al Estudio de Impacto Ambiental, EsIA, del
Proyecto Hidroeléctrico Toro 3 de-nominado en adelante PH Toro 3. La necesidad de realizar el presente estudio surge de los resultados de la aplicación de las técnicas de identifi-cación y valoración de impactos, el análisis de los equipos de profesio-nales del ICE, y de una interacción permanente con los diferentes acto-res sociales de las zonas de influen-cia, en el marco del EsIA antes mencionado.
El objetivo de la investigación es establecer, de forma rigurosa y lo más precisa posible, la existencia de una afectación ambiental que
repercuta en las actividades realiza-das por los usuarios del Centro Turístico Recreo Verde, debida a la disminución del caudal del río Toro, y producto de la construcción y ope-ración del PH Toro 3. Del mismo modo, y en caso de confirmarse esta afectación, recomendar medidas de compensación o mitigación apropia-das al caso.
Con base en el análisis de la situación, revisión bibliográfica y consultas realizadas a expertos, se determinó que sería recomendable recurrir a una metodología de valo-ración económica del daño am-biental. De esta forma se llegó a la conclusión de que, para el pro-blema analizado, la técnica de valo-ración económica más apropiada era la denominada “Experimentos de Selección”.
Esta metodología da pistas, al tiempo que analiza la existencia o no de impactos ambientales, para la recomendación de medidas com-pensatorias o de mitigación del mismo impacto que analiza, por lo que se convierte en una pode-rosa herramienta para la toma de decisiones.
De esta forma la siguiente sección se refiere a los antecedentes de los proyectos hidroeléctricos en la sub-cuenca del Toro, explicando la dinámica de operación de las Plan-tas Toro 1 y 2, y el efecto en los caudales futuros por el PH Toro 3.
Después se presenta el marco conceptual en el que se basa la rea-lización de la valoración económica; Experimentos de Selección, ubican-do las variables y atributos relevan-tes para la aplicación al caso de Recreo Verde. Mientras en el si-guiente apartado se define el modelo a aplicar en el estudio.
Seguidamente se muestran los resultados de la investigación, en especial el de la aplicación del mo-delo. Con base en lo anterior, se describen las conclusiones y reco-mendaciones de la investigación.
Finalmente, en el anexo se hace una descripción de los antece-dentes y los atractivos turísticos que tiene Recreo Verde, tratando de ubicar, de acuerdo a la observación de los investigadores, del personal de la empresa y los clientes, las características más relevantes del lugar.
Actualmente las aguas de la micro cuenca del río Toro, ubicada en el cantón de Valverde Vega, pro-vincia de Alajuela, son aprovechadas por el ICE en un complejo hidroeléc-trico de dos plantas denominadas Toro 1 y Toro 2. Tal complejo apro-vecha las aguas del río Toro en las elevaciones 1.265 y 691 msnm respectivamente.
La potencia total del Complejo Hidroeléctrico Toro I y 2 es de 90 MW, mientras que la energía total generada es de alrededor de 370 GWh/ año.
El PH Toro 3, con una potencia cercana a los 50 MW, se vislumbra como el tercer aprove-chamiento en cascada del río Toro, aguas abajo de la planta hidroeléc-trica Toro 2.
Con la ventaja de ser un pro-yecto que no requiere un represa-miento del río, sino que las aguas turbinadas de Toro 2 se vierten di-rectamente a una cámara de carga, el 71% de las aguas con que cuenta el proyecto estarán libres de sedi-mentos y acidez, y serán reguladas en forma diaria por el embalse de la planta hidroeléctrica Toro 2.
Se estima que el período constructivo sería de cuatro años, y que durante la operación la planta tendría una vida útil de cuarenta años.
1. Costa Rica, División Territorial Administrati-va, 2001.
Geográficamente el Proyecto Toro 3, se ubica en la provincia de Alajuela, en la parte media de la micro cuenca del río Toro, específi-camente en los poblados Marsella y Mesén del Distrito 5° Venecia del Cantón 10 San Carlos, y en la co-munidad de Crucero, del Distrito 6° Río Cuarto del Cantón 3 Grecia, ambos de la provincia de Alajuela.1
El proyecto se emplaza en la vertiente del Caribe, conocida como la vertiente húmeda de Costa Rica, es una zona caracterizada por preci-pitaciones abundantes y topografía variada, características que se apro-vecharon para el diseño de las obras.
El río Toro es un afluente del río Sarapiquí, el que drena a un área de 1.923 km2 hasta su desemboca-dura en el río San Juan. La cuenca Sarapiquí se orienta de sur a norte y su forma es irregular.
Las obras del proyecto se lo-calizarían paralelas al cauce del río Toro. Esta ubicación minimizaría la necesidad de trabajos extensos de acceso y obra civil del Proyecto. Los diseños aprovechan la topografía. En las zonas boscosas, las conduc-ciones serían subterráneas, hasta alcanzar una zona de baja cobertura a partir de donde se continuaría con una tubería en trinchera, parte de la cual estaría expuesta en las zonas más planas. La captación principal y las secundarias son obras relativa-mente pequeñas, el área de afecta-ción del embalse y sus obras aso-ciadas serían aproximadamente tres hectáreas.
Actualmente las plantas Toro 1 y 2 generan energía a lo largo de todo el día en época lluviosa, y durante las horas que van de las 6:00 a.m. hasta media noche en época seca. En esta época la disminución de caudales provoca que deba acumularse agua en horas de la madrugada para luego poder sostener la producción eléctrica en horas de mayor demanda. Los gráficos 3 y 4 resumen esta forma de operación.
GRÁFICO No. 1
COMPLEJO HIDROELÉCTRICO TORO
JUNTO CON EL PROYECTO HIDROELÉCTRICO TORO 3
Fuente: Informe de prefactibilidad, PH Toro 3 (ICEb, 2001).
GRÁFICO No. 2
UBICACIÓN GEOGRÁFICA Y ÁREA DE INFLUENCIA
DEL PROYECTO HIDROELÉCTRICO TORO 3
Fuente: Informe de prefactibilidad, PH Toro 3 (ICEb, 2001).
GRÁFICO No. 3
PRODUCCIÓN DE ENERGÍA POR EL COMPLEJO TORO 1 Y 2
PARA UN DÍA TÍPICO EN ÉPOCA LLUVIOSA
Fuente: Centro de Estudios Básicos – ICE.
GRÁFICO No. 4
COMPLEJO HIDROELÉCTRICO TORO 1 Y 2
GENERACIÓN PARA UN DÍA TÍPICO EN ÉPOCA SECA
Fuente: Centro de Estudios Básicos – ICE.
En este sentido es importante resaltar que en época seca la gene-ración diaria promedio ronda los 20 MWh, mientras que en la época de lluvias este valor ronda los 42 MWh de energía.
Del análisis anterior se des-prende que el caudal del río está recibiendo actualmente aportes a lo largo del día, desde la restitución de Toro 2. El caudal promedio anual que recibe y descarga esta planta al río Toro ronda los 11.000 L/s, mien-tras que el caudal promedio del río a la altura de la restitución de Toro 2 ronda los 2.430 L/s. (ver cuadro No. 2).
El PH Toro 3 utilizará las aguas descargadas en la planta Toro 2. Además, captará parcialmente tres quebradas afluentes del río To-ro: Gemelas, Flor y Florcita. El cua-dro No. 1 muestra las condiciones de esos aportes.
CUADRO No. 1
CAUDALES PROMEDIO ANUALES Y CAUDALES MÍNIMOS
PARA LAS QUEBRADAS APROVECHADAS EN EL PROYECTO
Río o quebrada |
Caudal promedio anual (l/s) |
Caudal mínimo promedio mensual (l/s) |
Caudal mínimo asociado a un período de retorno de 20 años (l/s) |
Gemelas |
280 |
175 |
49 |
Flor |
410 |
255 |
83 |
Florcita |
350 |
218 |
66 |
Fuente: Centro de Estudios Básicos – ICE.
El tramo del río Toro afectado directamente por el PH Toro 3 tiene una longitud de 9,5 Km, desde el sitio de toma hasta la casa de máquinas. En este tramo de río des-cargan múltiples quebradas que se caracterizan por presentar altas pendientes.
En el cuadro No. 2, además, se muestra la variación de caudales en el río Toro, para condiciones promedio y para la época seca, a lo largo de su cauce, desde el sitio de casa de máquinas de Toro 2 hasta el sitio de casa de máquinas del PH Toro 3.
CUADRO No. 2
APORTES DE AGUA EN EL RÍO TORO
Caudal acumulado (l/s) |
Caudal del aporte (l/s) |
Distancia desde la restitución del PH Toro 2 (km) |
2430 |
2430 |
0 |
2530 |
100 |
3.34 |
2760 |
230 |
4.17 |
4250 |
1490 |
5.24 |
4390 |
140 |
6.18 |
4720 |
330 |
9.56 |
Fuente: Centro de Servicio Diseño, Ing. Laura Lizano Ramón.
Después de construido el pro-yecto Toro 3, por el río solamente discurrirá el agua de los ríos Agrio y Barroso. Ningún tramo del mismo quedaría seco. En condiciones pro-medio pasarían 2430 l/s y en época de estiaje 870 l/s. Conforme este caudal descienda por el cauce iría recibiendo los aportes de las quebra-das Mica, Honda, Palmera, Los Mu-dos y una quebrada sin nombre.
En total, y una vez en opera-ción Toro 3, por el río Toro circularía un caudal de compensación de un 27% del caudal promedio anual, ó 3.320 l/s. Al llegar a la casa de máquinas del PH Toro 3, el río Toro contaría con 4.720 l/s en promedio, y para la época de estiaje llegarían a la casa de máquinas 1.650 l/s (ver cua-dro No. 2 y gráficos 5 y 6).
Recreo Verde se encuentra a 6.8 kilómetros de la casa de máquinas de Toro 2, y por tanto de la toma principal de Toro 3. En ese punto el río contaría, una vez entre en operación Toro 3, con un caudal promedio anual de 4.390 l/s. En época de estiaje este valor sería de alrededor de 1.534 l/s. Esos valores podrían implicar alrededor de un 14% del caudal promedio que transcurre a la altura de Recreo Verde en la actualidad.
GRÁFICO No. 5
VARIACIÓN DE LOS CAUDALES A LO LARGO DEL RÍO TORO
CON LA PLANTA TORO 2 GENERANDO
Fuente: Centro de Estudios Básicos – ICE.
GRÁFICO No. 6
VARIACIÓN DE LOS CAUDALES A LO LARGO DEL RÍO TORO,
CUANDO LA PLANTA TORO 2 NO ESTÉ GENERANDO
Fuente: Centro de Estudios Básicos – ICE.
Se estudió el tramo del cauce del río Toro desde la restitución de aguas en casa de máquinas de Toro 2 (CMT2) hasta la estación hidroló-gica en Veracruz de Pital. En ese tramo se identificaron los usos del agua.
En este tramo el principal uso identificado es el Centro Turístico Recreo Verde, esta es una finca privada dedicada al turismo. Las principales actividades llevadas a cabo en el lugar son de tipo recrea-tivo como piscinas termales, obser-vación, camping, picnic, caminatas y fotografía. El río Toro prácticamente no es utilizado por los bañistas en este lugar.
Adicionalmente se han identi-ficado actividades como kayakismo y balseo que aprovechan el lugar de Recreo Verde como punto de parti-da. Éstas son realizadas por compañías independientes a Recreo Verde, y se ejecutan de manera intermitente a lo largo del año y con poca regularidad.
El recurso hídrico tiene un carácter multipropósito lo que exige un aprovechamiento integral de éste, esto por cuanto forma parte de los procesos vitales de los seres vivos. Este carácter multipropósito significa que en un determinado sitio donde el ICE planea construir un proyecto hidroeléctrico, hay diferentes actores que hacen usos diversos del río. En algunos casos, se da un conflicto de intereses entre ellos y el ICE, ya que los usos pueden ser mutuamente excluyentes.
Al realizar un proyecto hidro-eléctrico, estos actores consideran que el proyecto afecta en diferentes magnitudes sus actividades. En algunos casos esto puede ser co-rrecto, en otras ocasiones no nece-sariamente es cierto.
Como parte de los estudios, y con base en una nota enviada por la empresa Recreo Verde, se consi-deró importante efectuar una investi-gación, lo más rigurosa posible, con el propósito de establecer las rela-ciones de causa-efecto que podría propiciar la disminución del caudal del río, a partir del cambio experi-mentado en el caudal en el tramo donde se ubica el centro de recrea-ción. Esto como consecuencia de la construcción del PH Toro 3.
El estudio de impacto ambien-tal del PH Toro 3 determinó que se requería de una valoración económica para constatar la exis-tencia e importancia de los impac-tos económicos a la operación turís-tica Recreo Verde, debidas a la reducción del caudal del río Toro.
Los dueños de este lugar ale-gan que una vez que el caudal del
río baje, su afluencia de clientes disminuirá y esto tendrá un impacto negativo sobre sus ingresos. Sin embargo, como este cambio no ha sucedido y como Recreo Verde tiene muchos otros atractivos a parte del río, no se puede predecir con certe-za si el impacto sucederá, si será negativo, y cuál será su magnitud.
Es por este motivo que se plantea realizar una valoración económica del daño ambiental.
Los métodos de valoración económica del ambiente existentes hasta el momento pueden clasificar-se en “Preferencias Reveladas”, PR, y “Preferencias Enunciadas”, PE. Los métodos PR dependen de la obtención de datos observables o revelados por los agentes económicos en las transacciones regulares del mercado. No obstante, la mayoría de las veces, el compor-tamiento de interés puede no ser observable tan fácilmente. Cuando esto ocurre se utilizan los métodos de PE, los que se basan en la ob-tención de datos sobre el comporta-miento de los agentes económicos, utilizando instrumentos como en-cuestas, que permiten la creación de escenarios hipotéticos.
El método de PE más utilizado es la valoración contingente, que es la que provee un valor monetario del bien analizado, pero no es útil para la determinación de los atributos o características del mismo, y qué tanto valora el individuo estas carac-terísticas. Esto dificulta la utilización de los resultados obtenidos por este método para la determinación de compensaciones, en situaciones en las que el bien en cuestión no es modificado en su totalidad sino en uno de sus múltiples atributos. (Adamowicz et al 1998).
La valoración contingente se aplica más favorablemente a los casos en los que el atributo cam-biante es un precio o impuesto. En los casos que se deban valorar atri-butos de un bien o el trade off o sa-crificio que hace un individuo de un bien por otro, la literatura al respecto recomienda la utilización de los ex-perimentos de selección.
Los experimentos de selección son una propuesta flexible para ob-tener datos enunciados de individuos en situaciones hipotéticas. El objeti-vo principal es ubicar al individuo decidor en un escenario realista para que compare diferentes alternativas de bienes, cada una descrita en términos de los atributos que carac-terizan este bien. Para poner al individuo dentro de un contexto que sea lo más real posible, suelen utili-zarse ayudas audiovisuales, tal es el caso de diapositivas, cintas de video, simulaciones por computadora, etc.
El método parte de la cons-trucción de escenarios de decisión a partir de los atributos del bien, éstos se generan por medio de técnicas de diseño experimental, y los datos
generados se analizan utilizando la teoría de utilidad aleatoria y la maximización de la utilidad como marco conceptual. Los mismos métodos econométricos utilizados para analizar las preferencias reve-ladas se utilizan para los datos de elección enunciada (Adamowicz et al 1998).
La técnica de Experimentos de Selección tiene su origen en las áre-as de mercadeo y transporte. Re-cientemente se han aplicado al área de bienes no transados en el merca-do, y es una técnica muy valiosa al momento de compensar por medio de recursos y no de dinero. Los experimentos de selección ayudan a identificar y valorar los diferentes atributos de un bien afectado, para determinar la mejor manera de res-taurarlo o compensar por su daño (Alpízar et al 2001).
En los experimentos de selec-ción, los individuos se enfrentan a un escenario hipotético en el que deben escoger una alternativa, descrita por cierto número de atributos incluyen-do precio. Esta opción es una entre varias dentro de un set de elección o escenario, y deben realizar una se-cuencia de estas elecciones. Cuan-do los individuos hacen una elec-ción, implícitamente hacen un intercambio o sacrificio entre niveles de los atributos en las diferentes alternativas presentes en un set de elección (Alpízar et al 2001).
Esta metodología permite “descomponer” el bien en diferentes partes y conocer cuál es el valor asignado por el consumidor a cada una de ellas. En el caso de Recreo Verde, el principal efecto negativo identificado debido a la construcción de la planta hidroeléctrica Toro 3 es la disminución del caudal del río Toro, lo que repercutiría, según sus propietarios, en la belleza escénica del lugar. Ello tendría consecuen-cias en la visitación y en los ingresos percibidos por este centro de recreación.
Sin embargo, la lógica de la que partiría este estudio es que Re-creo Verde posee muchas carac-terísticas atractivas más allá del caudal que posea el río Toro. Cuen-ta con aguas termales, piscinas, canchas de fútbol, cabañas y sende-ros dentro del bosque entre otros atributos, que no se verían afectados por la construcción de Toro 3. En este caso el caudal del río Toro es sólo una de las atracciones de Re-creo Verde, por lo que asignarle demasiado peso dentro de los moti-vos por los que las personas visitan el lugar, podría sobrevalorar el ver-dadero impacto del proyecto Toro 3 en la visitación a este centro turísti-co.
Debido a ello se considera prudente utilizar una metodología de valoración económica ambiental que permita asignar valores a los diferen-tes atractivos de Recreo Verde, in-cluyendo el caudal del río Toro, de manera que pueda tener una visión más equilibrada del verdadero valor que el río representa en la atracción de visitantes, y de esta manera, de-
terminar el verdadero impacto sobre la visitación del lugar.
En este caso se considera que la técnica de Experimentos de Se-lección cumple a cabalidad con este objetivo. Esta metodología parte de la identificación de los principales atributos del bien sobre el cuál se desea conocer la disponibilidad a pagar del individuo, todo ello con base en información obtenida a través de grupos focales, y/o consul-tas a expertos. Al mismo tiempo que se establecen los atributos que caracterizan el bien, el investigador establece diferentes niveles para cada atributo, los que indican ya sea las diferentes cualidades o cantida-des del atributo o característica identificada.
Los experimentos de selección son un método bastante nuevo pero ya hay importante experiencia en su aplicación. En Costa Rica se realizó uno para analizar los factores deter-minantes al escoger un método de transporte urbano, el que fue reali-zado por el PhD. Francisco Alpízar del Centro Agronómico Tropical de Investigación y Enseñanza, CATIE. El Dr. Alpízar no solamente ha apli-cado el método, si no que tiene tam-bién amplio conocimiento en lo que se refiere a sus bases teóricas, delos econométricos a utilizar, pro-cedimientos estadísticos, y lo más importante, diseño de los diferentes escenarios.
Con base en esta información, y a través de métodos aleatorios, se construyen sets de elección que son aplicados a los individuos usuarios o consumidores del bien para que éstos elijan las combinaciones de atributos y niveles que maximizan su satisfacción, dado un precio y un presupuesto. Basados en la infor-mación obtenida a través de encues-tas a visitantes del lugar en diferen-tes momentos, y con la ayuda de instrumentos estadísticos y eco-nométricos, el investigador puede asociar disponibilidades marginales a pagar por cada atributo del bien, aproximando de manera estadísti-camente significativa, el valor asig-nado por cada individuo a cada atri-buto del bien identificado.
El cuadro No. 3 presenta una primera aproximación inicial sobre cuáles podrían ser considerados los principales atributos y niveles para el caso de Recreo Verde.
CUADRO No. 3
PROPUESTA INICIAL DE ATRIBUTOS Y NIVELES
PARA RECREO VERDE
Atributos |
Niveles |
1. Tipos de Recreación |
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Posibilidad de incluir ampliación de senderos. |
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2. Tipos Belleza Escénica |
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3. Instalaciones |
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4. Espacio Común |
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5. Precio |
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Fuente: Elaboración propia.
Para cada atributo se estable-ce un nivel original o status quo, que presenta el bien antes de cualquier variación. Con base en ellos se establecen modificaciones “margina-les” con respecto al status quo, tanto en las cualidades o características del lugar, como en el precio que se cobra por el ingreso. En este caso, la lógica indica que a mayores servi-cios ofrecidos, más alto debe ser el precio que debe cobrarse, y vicever-sa. De igual forma degradaciones ambientales, como la disminución del caudal del río, tienen efectos negativos en el precio que puede cobrarse por ingresar al centro de recreo.
Después de realizar un núme-ro significativo de encuestas entre los visitantes a los que se les plante-an diferentes sets de posibilidades de elección, la información obtenida es procesada con la ayuda de un paquete estadístico, permitiendo obtener la disponibilidad marginal a pagar por cada atributo. Con ello se puede clarificar el impacto real sobre los ingresos de Recreo Verde atri-buibles a la disminución del caudal del río Toro.
2. La metodología que se aplicó para el estu-dio de valoración se detalla a continuación. Ha sido ordenada siguiendo a Adamowicz et al. (1998). Se adapta a las particularida-des del caso de Recreo Verde.
Para este paso, se realizó una visita junto con el consultor a Recreo Verde y se organizaron varios gru-pos focales con visitantes de lugar y con los dueños del centro turístico.
El producto más importante obtenido de esta etapa fueron los atributos relevantes para Recreo Verde. Las respuestas del cuestio-nario aplicado a los grupos focales indicaron que los visitantes le daban importancia a las piscinas de agua fría y agua caliente. Los entrevista-dos reaccionaron positivamente al mencionarse la posibilidad de mejo-rar la estética alrededor de las pisci-nas incluyendo más vegetación, y tapando los muros de cemento que en este momento son visibles desde las piscinas.
Los participantes de los gru-pos focales también reaccionaron positivamente al mencionarse la posibilidad de una mejora en la calle de acceso, que en este momento es de lastre hasta la recepción del cen-tro turístico. Los ranchos y la posibi-lidad de traer sus propios alimentos fueron también aspectos que los entrevistados consideraron relevan-tes a la hora de escoger Recreo Verde como sitio recreativo.
El entorno natural del lugar también fue una característica impor-tante para algunos de los participan-tes en los grupos focales. La vege-tación circundante de las laderas de la montaña y el río fueron considera-dos factores de Recreo Verde que atraen a los turistas.
Las reacciones al precio que en este momento se cobra para en-trar fueron mixtas. Algunos conside-raron que el precio era justo, mien-tras que otros que el precio de entrada era un poco caro.
Los grupos focales también ayudaron a definir que los visitantes diurnos a Recreo Verde son una población diferente a los visitantes nocturnos y clientes de cabinas. Mientras que para el visitante diurno los ranchos y sus comodidades son aspectos importantes a la hora de tomar su decisión de visita, el visi-tante nocturno se concentra más en las piscinas de aguas termales y sonido del río y no tiene tanta nece-sidad de utilizar los ranchos, ya que se enfoca más en bañarse en las aguas calientes.
Con base en la información obtenida el cuadro No. 4 resume los atributos y sus respectivos niveles como los relevantes para los visitan-tes a Recreo Verde.
CUADRO No. 4
ATRIBUTOS Y NIVELES
Atributos |
Niveles |
1. Estado de los ranchos |
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2. Estado de las piscinas |
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3. Estado del camino |
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4. Nivel del río |
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5. Precio |
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Fuente: Elaboración propia con base en grupos focales.
Basados en estos niveles se formularon los conjuntos de elección. En este caso, se obtuvieron cuatro perfiles utilizando el software es-tadístico SAS. Estos perfiles eran óptimos en el sentido de que eran los que más información generaban para el análisis. Luego, por medio de un diseño cíclico, se creó el perfil ‘contraparte’ al perfil generado por el software. Estos dos perfiles confor-man entonces lo que se conoce como un set de elección, que es al que se enfrentó el entrevistado.
Se generó un cuestionario de prueba inicial con cinco sets de elec-ción, el que se aplicó en el sitio du-rante tres días (que incluyeron fin de semana) y se obtuvieron aproxima-damente sesenta entrevistas de ensayo.
Esta prueba reveló que cinco sets de elección resultaban muy cansados para los entrevistados. Por lo tanto, se redujo el número a cuatro en la encuesta final.
Se generó material visual para ayudar la presentación de los sets de elección. Se logró obtener fotografías de los ranchos en su estado actual, y otras con algunas mejoras estéticas y de comodidad para los usuarios. Se utilizó como referencia de ‘mejoras’ los ranchos utilizados por un sitio de competencia de Recreo Verde.
Los diferentes perfiles fueron presentados en fotografías para lograr transmitir al entrevistado una mejor idea de los diferentes escena-rios que debía escoger. Para cada nivel, se escogió una fotografía que mejor representaba lo que se quería transmitir. Por ejemplo, para ‘nivel del río más bajo’, se utilizó una del río cuando la planta Toro II no esta-ba operando, ya que este sería la nueva situación que se experimen-taría con la construcción de Toro 3. También se utilizaron fotografías de piscinas con más vegetación, ran-chos en mejor estado, y camino me-jorado. Las fotografías luego se ordenaron para formar los sets de elección que serían mostrados a los entrevistados.
El cuestionario se divide en dos secciones. Después de la intro-ducción inicial, se continuó con las preguntas de carácter general (sec-ción A), relacionadas con las prefe-rencias recreativas y características sociodemográficas de los entrevista-dos. La sección B se concentró en el experimento de selección propia-mente dicho.
Una vez realizada una expli-cación inicial sobre el propósito del estudio, se procedía a la presenta-ción de los sets de elección ayuda-dos con plantillas de fotos elabora-das para cada set. El cuestionario contenía los diferentes escenarios de elección en forma de fotografías.
El entrevistado debía elegir dentro de cada set (4 en total) entre dos opciones o conjuntos de atribu-tos del lugar. Además, se dejó abierta la posibilidad de que el en-trevistado eligiera la opción de no escoger ninguno de los escenarios.
Al final de la encuesta se in-cluyeron dos preguntas para deter-minar el nivel de seguridad con el que respondieron los entrevistados.
Luego de realizar aproxima-damente 100 encuestas, se decidió cambiar el orden de los atributos dentro de cada set, con el objeto de determinar si el orden de presenta-ción de los mismos influía en las respuestas de los entrevistados. Se concluyó que el orden no era impor-tante y que los resultados continua-ban siendo virtualmente idénticos a los del primer grupo de encuestas.
Resulta relevante indicar que como encuestadores se usaron es-tudiantes universitarios de Economía que cursaban niveles intermedios de la carrera. Se tuvo un proceso de selección cuidadoso de los encues-tadores y fueron sometidos a un programa de capacitación y práctica previa, con el propósito de que estu-vieran lo mejor preparados para la ejecución de las encuestas.
Se tomaron todas las conside-raciones estadísticas para asegurar que la muestra tomada tuviera los niveles de precisión y rigurosidad deseados, con la finalidad de poder obtener conclusiones válidas científi-camente con base en la información generada a partir de este proceso.
Con base en el conocimiento previo que se tenía del centro turísti-co, se establecieron dos días por semana, jueves y viernes, y todos los fines de semana durante las últi-mas dos semanas de marzo y todo el mes de abril para realizar encues-tas. Esto debido a que marzo y abril son los meses críticos de verano para el sitio en términos de cantidad de agua, y por ser verano, también son los meses en los que hay una mayor afluencia de turistas.
También se tomaron precau-ciones para no entrevistar demasia-das personas de un mismo grupo. Debido a que Recreo Verde es muy frecuentado por grupos grandes de personas (más de cincuenta), existía un peligro de tomar demasiadas entrevistas de un solo grupo que podría no ser representativo de la población que frecuenta el sitio. Por lo tanto, se les dieron instrucciones a los encuestadores de no hacer en-trevistas a más de un 10% de los visitantes provenientes de un mismo grupo.
En total se realizaron 214 en-cuestas durante el lapso de tiempo antes descrito. En algunas visitas para realizar encuestas se tuvo el problema de que el número de per-sonas que se encontraban en el lugar era muy pocas, limitando la
realización del trabajo según lo pro-gramado.
Partiendo de los atributos de-finidos en el cuadro No. 4 se proce-dió a definir el modelo econométrico para el caso de Recreo Verde de la siguiente manera:
V i = β 1 RAN j + β 2 CAMINO j + β 3 RIO j + β 4 PISC j + β 5 PRICES j +
β 6 ALTxA31 j
Donde:
RAN: Estado de los ranchos.
CAMINO: Estado del camino.
RIO: Nivel del río.
PISC: Estado de las piscinas.
PRICES: Precios de entrada.
ALTXA31: Número de veces que ha visitado Recreo Verde.
Cada una de ellas se explica a continuación, haciendo referencia a los valores de signo esperado y la forma en como fueron incluidas o modificadas, dentro del modelo.
Utilizando el paquete estadís-tico el LIMDEP se procedió a realizar la corrida del modelo. El cuadro No. 5 resume los principales resulta-dos del mismo, donde se incluyen el coeficiente, la desviación estándar, el estadístico t-student, así como la significancia estadística.
CUADRO No. 5
VARIABLES DEL MODELO DE COEFICIENTES
Y PROPIEDADES ESTADÍSTICAS
Variable |
Coeficiente |
Error estándar |
t Student |
Significancia estadística |
Ranchos |
0.196 |
0.110 |
1.775 |
0.759 |
Camino |
0.624 |
0.088 |
7.098 |
0.000 |
Río |
-0.849 |
0.090 |
-9.447 |
0.000 |
Piscinas |
0.746 |
0.088 |
8.495 |
0.000 |
Precios |
-0.532 |
0.110 |
-4.837 |
0.000 |
Visitas |
0.136 |
0.047 |
2.874 |
0.004 |
Fuente: Elaboración propia.
Es importante destacar, que la significancia estadística de todos los coeficientes es menor al 5%, con la excepción del caso de la variable ranchos que se ubica al nivel de 7,59%. Lo anterior permite afirmar que todas las variables incluidas en el modelo son relevantes y contribu-yen significativamente a explicar las razones por las cuales los turistas visitan Recreo Verde.
Al mismo tiempo, los coefi-cientes se comportaron de acuerdo a lo proyectado, siendo negativos los correspondientes a nivel del río y precios, tal y como se esperaba. Esto indica que, conforme se reduz-ca el nivel del río y/o aumenten los precios de entrada al lugar, el bienestar de los visitantes se vería reducido. Por su parte, las demás variables (ranchos, camino y pisci-nas) fueron positivos en la medida en que su mejoría implica un incremento en el bienestar de los visitantes.
Del modelo además se des-prende que, en términos de magni-tud, el coeficiente de la variable río, es la más importante dentro de las variables analizadas. Esto implica que la reducción en el caudal del río representaría una disminución im-portante en el bienestar de los visi-tantes a Recreo Verde. No obstante, el análisis de las demás variables utilizadas muestra un panorama interesante de estudiar.
La variable piscinas, la que consideraba la posibilidad de “en-verdecer” su apariencia, presenta una magnitud muy similar a la del río. Por su parte, la suma de los coeficientes de las variables camino (planteando mejoras en el mismo) y ranchos (agregando conexiones eléctricas), muestran igualmente una magnitud muy similar a la del río. En este sentido el modelo, si bien de-muestra que la reducción del caudal puede reducir la visitación a Recreo Verde, al mismo tiempo presenta opciones y medidas que pueden compensar de manera satisfactoria esta reducción. De esta forma el estudio brinda alternativas de accio-nes concretas que pueden servir de compensación al efecto que ocasio-na la reducción del caudal que se podría dar por el PH Toro 3.
En síntesis, la reducción en el caudal del río puede ser compensa-da de manera satisfactoria mediante la mejora en la apariencia de las piscinas, mejorando el camino de ingreso al lugar y/o agregando elec-tricidad a los ranchos. Las combina-ciones de estas alternativas pueden ser opciones viables. No obstante, es importante hacer notar que las posibles mejoras o compensaciones deben contribuir como mínimo a mantener el nivel de bienestar de los visitantes, medido a través del coefi-ciente de la variable río. Pero al mismo tiempo, no se justifica una compensación que sea muy superior al coeficiente antes mencionado.
Ahora bien, como se men-cionó anteriormente, el modelo per-mite obtener una aproximación mo-netaria de los cambios en las condiciones actuales del centro turís-tico. Esto es lo que se conoce como la Disponibilidad Marginal a Pagar, DMP, por cambios en las caracterís-ticas del producto, en este caso los diferentes atributos que ofrece Re-creo Verde. Esto se logra a través de la traducción, en términos mone-tarios, de los parámetros analizados, resultado del cociente entre el coefi-ciente de cada variable por el coefi-ciente del precio.
Al analizar la DMP por cada una de las variables analizadas se confirman resultados resumidos anteriormente. Los productos de esta operación son muy similares a los vistos anteriormente, y se pre-sentan en el cuadro No. 6.
CUADRO No. 6
VARIABLES DEL MODELO, DISPONIBILIDAD MARGINAL A PAGAR, DMP, Y PROPIEDADES ESTADÍSTICAS
Variable |
DMP |
Error estándar |
t Student |
Significancia estadística |
Ranchos |
368.562 |
191.521 |
1.924 |
0.054 |
Camino |
1171.690 |
303.772 |
3.857 |
0.000 |
Río |
-1595.338 |
322.964 |
-4.940 |
0.000 |
Piscinas |
1404.691 |
295.109 |
4.750 |
0.000 |
Fuente: Elaboración propia.
Resulta interesante apreciar, como ya se mencionó, que el cambio en la apariencia de las piscinas tiene un valor para los clientes cercano al efecto negativo que tendría la disminución del caudal del río.
Es posible que realizando mejoras en las piscinas y los ranchos, los clientes de Recreo Verde tengan un mayor bienestar aunque se vea disminuido el caudal del río.
En el caso de que se tomaran dos acciones como las indicadas (arreglo de piscinas y de ranchos), el efecto total de estas actividades serían mayores que la disminución del caudal del río.
Las visitas a Recreo Verde provienen en su mayoría del Valle Central, concentrándose en épocas de verano, fechas festivas y vaca-ciones escolares.
La composición social de los visitantes está dada por familias de niveles socioeconómicos medios y medios bajos, en donde las facilida-des de preparación de alimentos y otros aspectos logísticos del centro de recreación, propician la visita de este tipo de población.
Las personas que visitan Re-creo Verde, por lo general, solo van a ese lugar, visitando en pocos ca-
sos otros lugares turísticos de la zona. Esto plantea la limitación de que no existen interrelaciones entre diferentes atractivos turísticos de la zona, y a su vez, se convierte en un obstáculo para crear nuevos vínculos en una posible estrategia de desarrollo turístico en la misma.
El proceso de selección de los atributos mediante la reunión del equipo de profesionales encargados de la investigación, las entrevistas y la realización de grupos focales, permitió identificar e incluir en el modelo, los aspectos más relevantes que podrían influir en el bienestar de las personas que lleva a que visiten el centro de recreación Recreo Verde.
Del total de personas entrevis-tadas únicamente once de las 212 (5%) no estaría dispuesto a visitar el lugar en caso de que se realizaran modificaciones negativas en los atri-butos. De lo anterior se puede indi-car que las personas seguirían visi-tando el lugar, pese a la disminución en el bienestar ocasionado en el entorno, en un 95% de los casos en los clientes de Recreo Verde.
Con base en los atributos con-siderados relevantes y en combina-ciones de los mismos se llevó a cabo la investigación. Desde el punto de vista estadístico y técnico, el proceso y los resultados obtenidos de la in-vestigación permiten llegar a resul-tados robustos y con alto grado de certeza.
Con base en el procesamiento de la información y corrida del modelo se pudo establecer lo siguiente:
Existen otros elementos que la investigación no entra a estudiar, que tienen importancia para los ámbitos de interés y de efectos en la posibilidad de actuar del ICE. Uno de ellos es la capacidad de carga del lugar, en general se requiere de estimaciones más precisas del nivel de tolerancia máximo que podría tener el centro de recreación, a partir del cual se generan efectos negati-vos sobre el bienestar de las perso-nas. Esto por cuanto en algunos casos la información indicada no
pareciera corresponder con la capa-cidad de carga del lugar.
Un elemento de especial im-portancia es el cumplimiento de la normativa legal ambiental y otras relacionadas con el lugar. Cualquier proceso de compensación ambiental a un agente privado debe hacerse siempre y cuando éste cumpla con estas disposiciones legales.
Recreo Verde hasta el mo-mento no ha permitido crear un conjunto de encadenamientos económicos en el ámbito local. Los beneficios asociados a esta actividad han quedado en los propietarios del lugar, que como aspecto positivo son pobladores de la zona. En el futuro cualquier programa de compensa-ción deberá estar asociado a proyec-tos de desarrollo local como el agroecoturismo, de tal manera que se difundan los beneficios de ésta acción turística hacia actividades complementarias, lo que podría aumentar el potencial turístico de Recreo Verde y de la zona en general.
Con base en el estudio reali-zado se recomienda:
Cualquier acción que se pueda llevar a cabo debe cumplir con la normativa legal del país.
Adamowicz, Wiktor, Jordan Luoviere y Joffre Swait, 1998. Introduc-
tion to Attribute-Based Stated Choice Methods. Resource Valuation Branch, Damage Assessment Center, NOAA-Natioinal Oceanogra-phic and Atmospheric Admi-nistration, US Department of Commerce.
Adamowicz, Wiktor, Peter Boxall, Michael Williams and Jordan Louviere. 1995. Stated Prefe-rence Approaches for Measur-ing Passive Use Values: Choice Experiments versus Contingent Valuation. Staff Paper. Department of Rural Economy, Faculty of Agricul-ture, Forestry, and Home Eco-nomics, University of Alberta Canada.
Alpízar, Francisco, Frederik Carls-son, y Peter Martinsson, 2001. Using Choice Experiments for Non-Market Valuation. Goten-burgo: Working Papers in Economics. No. 52, June, De-partamento de Economía, Universidad de Gotenburgo.
Alpízar, Francisco, comunicación personal, 30 de junio, 2004.
Boxall, Peter C., Adamowicz, Wictor, Swait, Joffre; Williams, chael; Louviere, Jordan. 1996. “A comparison of state prefe-rence methods for envi-ronmental valuation”. Ecolo-gical Economics. No. 18.
Haener, M.K.; Boxall, P.C.; Adamo-wicz, W.L. 2001. “Mo-delling Recreation Site Choice: Do Hypothetical Choices Reflect Actual Behavior?”. American Journal of Agricultural Econo-mics. No. 83. August 2001.
Salinas. M, Zenia; Hearne R. Robert. “Aplicación del método de ex-perimentos de selección para analizar preferencias turísticas de los turistas: Volcán Barva, Costa Rica”. En: Revista Fo-restal Centroamericana. No. 30, abril-junio 2000, CATIE, Turrialba.
Whittington, Dale (2002). “Improving the performance of contingent valuation studies in developing countries” Environmental and Resource Economics. No. 22 pp. 323-367 ◊
ANEXO
Fuente: Rótulo a 700 metros de la recepción de Recreo Verde.
El centro turístico Recreo Ver-de tiene seis años de haber iniciado operaciones. Se encuentra a dos kilómetros y medio al sureste de la Escuela de Marsella. Se caracteriza por contar con capital natural como bosque, río y aguas termales que se ha utilizado para atraer turistas. El lugar está en el cañón del río, apro-vechando las áreas de protección de éste, establecidas en la normativa legal del país, como parte del espa-cio recreativo del lugar.
Cuenta con una infraestructura que podría alojar, según los propie-tarios, en su punto de saturación, alrededor de 950 personas en un solo momento.
El río Toro que corre a través de la propiedad tiene un uso ‘estéti-co’, ya que no se utiliza para bañar-se ni para alimentar las piscinas. No obstante, se considera por los due-
ños como una parte importante del entorno natural del lugar.
El agua para uso del centro recreativo es tomada de una que-brada que viene desde una parte superior de la finca, y luego es cana-lizada para el uso de los turistas y del restaurante.
El lugar es accesible por medio de una calle de lastre, presentando pequeños problemas por el maltrato de automóviles; para vehículos doble tracción el camino es aceptable.
En general, se tiene un enfo-que que busca lograr armonía con el ambiente, con las típicas limitaciones que se encuentran en el país para este tipo de iniciativas; es rescatable que la actividad sea ejecutada por pobladores de la zona; elemento que ha estado ausente en muchos de los proyectos turísticos de Costa Rica.
Según información obtenida del centro de recreación la mayoría (95%) de los turistas son nacionales. La temporada alta va de diciembre a abril y el mes de agosto. La tempo-rada baja incluye los meses de mayo y junio, y de setiembre a noviembre. El mes de julio, de acuerdo con la información suminis-trada, es una temporada intermedia, y puede variar por diferentes razo-nes coyunturales.
Las tarifas por ingresar a la finca y pasar un día son de:
Dentro de los encantos principales identificados por los propietarios del centro turístico se encuentran:
Actualmente cuenta con nueve cabinas con las siguientes tarifas: ⊄5000 adultos, ⊄2000 niños por noche.
Además de poseer varios ranchos, un restaurante, junto con un centro de actividades para grupos grandes de visitantes. De igual forma posee 600 metros de sendero, muy utilizado por quienes lo frecuentan. Otros servi-cios adicionales ofrecidos son un baño sauna, el servicio de masaje y canopy.
La infraestructura se ha ido construyendo paulatinamente, fruto del trabajo de los dueños del lugar, a partir de los ingresos percibidos por la actividad. Este hecho ha llevado a que algunas de las obras e infraes-tructura no hayan tenido un proceso previo de diseño y planificación, lo que podría convertirse en un obstáculo para la expansión futura.
La información histórica exis-tente de la entrada de turistas fue suministrada por la empresa Recreo Verde con base en los registros dis-ponibles. Esta información tiene la ventaja de ser continua en el tiempo y registrar varios atributos. La des-ventaja es que no hay manera de comprobar que sea 100% confiable. Existen incentivos que pueden llevar a los que suministran la información a alterar su incremento.
FIGURA No. 5
NÚMERO DE VISITANTES A RECREO VERDE
DESDE JUNIO DEL 2003 A ENERO DEL 2004
* Número de ingresos diurnos y huéspedes en cabina en Recreo Verde, desde abril del 2003 hasta abril del 2004.
Fuente: D. Carías, con base en datos obtenidos en Recreo Verde, junio 2004.
Los datos indican que los me-ses de más apogeo son los de vera-no. El número de huéspedes en cabinas parece mostrar una tenden-cia similar, pero la falta de datos no permite observar el comportamiento durante los primeros meses del año que son los que se muestran más fuertes para las visitas durante el día.
el icap en
Centroamérica
Premio Especial “Excelencia
para la Gestión del Conocimiento
Compartido” otorgado al ICAP
por Naciones Unidas
EL INSTITUTO CENTROAMERICANO DE ADMINISTRACIÓN PÚBLICA, ICAP, SE COMPLACE EN DAR A CONOCER EL PREMIO ESPECIAL QUE LE OTORGARA NACIONES UNIDAS “EXCELENCIA PARA LA GESTIÓN DEL CONOCIMIENTO COMPARTIDO”.
PALABRAS CLAVES: NACIONES UNIDAS / PREMIOS / GESTIÓN DEL CONOCIMIENTO / SERVICIO PÚBLICO / INSTITUTO CENTROAMERICANO DE ADMINISTRACIÓN PÚBLICA / ADMINISTRACIÓN PÚBLICA
La Asamblea General de Na-ciones Unidas, en su Resolución 57/227, designó el 23 de junio como el Día Internacional del Servicio Público (A/RES/57/277).1 Las Na-ciones Unidas en ese Día tuvo la intención de celebrar el valor y la virtud del servicio público a la comu-nidad, además de poner en relieve la aportación del servicio público en el proceso de desarrollo. También en este Día, se reconoce el trabajo de
* Instituto Centroamericano de Adminis-tración Pública, ICAP.
Recibido: 23 de junio del 2009.
Aceptado: 23 de junio del 2009.
los funcionarios públicos, motivando a los jóvenes a seguir carreras en el sector público. Desde la primera ceremonia de celebración del Día Internacional del Servicio Público, Naciones Unidas instituyó la entrega de premios en el 2003, reconociendo el esfuerzo de servicios públicos brindados con calidad, amplia cober-tura y en forma eficaz y eficiente.
A partir del 2009 el Departa-mento de Asuntos Económicos y Sociales, DESA, a través de la Divi-sión de Administración Pública y Desarrollo de la Gestión, DPADM, de Naciones Unidas, creó el Premio Especial para los Miembros de UNPAN denominado “Excelencia para la Gestión del Conocimiento Compartido”, el que fue entregado en el marco de la celebración del Día Internacional del Servicio Público, que se realizó el 23 de junio del 2009, en las instalaciones centrales de las Naciones Unidas, en Nueva York.
El ICAP, en calidad de Socio de la Red en Administración Pública de Naciones Unidas, UNPAN, ha sido seleccionado para recibir este galardón, en reconocimiento a la iniciativa impulsada de redes colabo-rativas, integradas por instituciones con las que se ha formalizado una relación cooperativa, concretizada en esfuerzos conjuntos.
La designación del ICAP al Premio a la Excelencia para la Ges-tión del Conocimiento Compartido es muy satisfactoria para este Instituto, por la apreciación expresada de Naciones Unidas con respecto al trabajo que desarrolla el Centro de Recursos de Información y Aprendi-zaje, CRIA, con la Coordinación Técnica del ICAP, en conjunto con los Miembros que colaboran con el ICAP, y cuyo esfuerzo aunado ha permitido en esta ocasión compartir esta honrosa distinción:
referencias
CRIA, del ICAP*
PRESENTA ALGUNAS REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS AL TEMA DE TENDENCIAS MODERNAS DE LA NUEVA GESTIÓN PÚBLICA, INCLUYENDO UN RESUMEN SUSCINTO DE LAS MISMAS.
PALABRAS CLAVES: BIBLIOGRAFÍA / GESTIÓN PÚBLICA
Barzelay, Michael (2003) La nueva gestión pública: un acerca-miento a la investigación y al debate de las políticas. México : Fondo de Cultura Económica
Resumen: Analiza la investi-gación reciente sobre la llamada nueva gestión pública, concepto que engloba las reformas recientes en el trabajo burocrático del Reino Unido, Australia y Nueva Zelanda, en parti-cular sobre las políticas que rigen el servicio público. El autor examina las políticas de gestión pública en distin-tos países y propone una metodolog-ía para su análisis crítico.
* Centro de Recursos de Información y Aprendizaje, CRIA, del Instituto Cen-troamericano de Administración Pública, ICAP.
Descriptores: ADMINISTRA-CIÓN PÚBLICA. POLÍTICA ESTATAL. GESTIÓN AMBIENTAL. SERVICIOS PÚBLICOS.
Bresser- Pereira, Luiz Carlos (2001) Reforma de la nueva gestión pública: ahora en la agenda de América Latina, sin embargo... Consultado el 06 03, 2009 en: http://www.anahitxt.com.ar/ blog2/wp-content/bresser-pereira-luiz-carlos-reforma-de-la-nueva-gestion-publica.pdf
Resumen: En este artículo se evalúa la reforma del sector público en América Latina y, particularmen-te, las dos reformas básicas que el aparato del Estado aplicó histórica-mente en algunos países avanza-dos: la reforma del servicio público o reforma burocrática, en el siglo XIX; y la reforma gerencial o reforma de la nueva gestión pública, desde el último cuarto del siglo XX.
Descriptores: ADMINISTRA-CIÓN PÚBLICA. GESTIÓN PÚBLICA. REFORMA DEL ESTADO. AMÉRICA LATINA.
Figueroa Reyes, Adela (2008). La nueva gestión pública como marco de la gestión para re-sultados en la gestión del co-nocimiento y el desarrollo insti-tucional. Consultado el 06 03, 2009 en http://www. planejamento.gov.br/hotsites/ seges/clad/documentos/ figureye.pdf.
Resumen: El presente trabajo aborda la importancia de la aplicabi-lidad de la Nueva Gestión Pública (NGP), con un enfoque para resulta-dos, con la finalidad de apoyar a la reflexión de las capacidades de ges-tión del conocimiento y el desarrollo de la administración pública, así como elevar el grado de gobernabili-dad del sistema político.
Descriptores: ADMINISTRA-CIÓN PÚBLICA. GESTIÓN DEL CONOCIMIENTO. REFORMA DEL ESTADO. AMÉRICA LATINA.
Friedmann, Richard (2004). La ges-tión pública en el siglo XXI: an-ticipando los cambios que vie-nen / Reinhard Friedmann. En: Revista Estudios Sociales (113). 11-56.
Resumen: Este trabajo pasa revista a una amplia y pormenoriza-da discusión de los radicales cam-bios que se han producido en los actuales enfoques acerca del sector público, como resultado de la discu-sión en torno de la modernización de la gestión pública. Se exponen tres paradigmas fundamentales sobre el tema que son: a) la nueva gestión pública, b) la nueva gestión pública científica y c) la gestión pública posmoderna.
Descriptores: ADMINISTRA-CIÓN PÚBLICA. GESTIÓN ADMINISTRATIVA. GESTIÓN DEL CONOCIMIENTO.
Longo Martínez, Francisco; Eche-barría Ariznabarreta, Koldo (2000). La nueva gestión pública en la reforma del núcleo estratégico del gobier-no: experiencias latinoameri-canas. USA. BID
Resumen: Este estudio tiene una doble finalidad. Primero, ofrecer una contribución sustantiva al debate en torno a la nueva gestión pública, sus posibilidades y limitaciones y, por otro lado, sacar algunas conclu-siones de la aplicación de sus con-ceptos y técnicas a América Latina, a través de la evaluación comparati-va de tres estudios de caso encar-gados por el CLAD.
Descriptores: ADMINISTRA-CIÓN PÚBLICA. GESTIÓN PÚBLICA. AMÉRICA LATINA.
Enlace a recurso electrónico: http://www.iadb.org/sds/doc/sgc-estudioCLAD.pdf
Pérez Ruiz, Rodolfo (2008). La apli-cación de la nueva gestión pública incentivó la burocracia
administrativa. Consultado el 06 03, en: http://www.cua. uam.mx/files/num6%2011.pdf
Resumen: Presenta la obra ti-tulada “Aprendizaje y Reforma Ad-ministrativa” escrita por Jorge Cube-ro Moreno. Ésta señala que la nueva gestión pública aboga por una es-tructura administrativa adecuada que resuelva las necesidades de los ciudadanos, por lo que la denomina-da Nueva Gestión Pública no se limita al gerencialismo. Para lograr-lo, es fundamental la relación per-manente entre la teoría y la práctica.
Descriptores: ADMINISTRA-CIÓN PÚBLICA. GESTIÓN PÚBLICA. REFORMA ADMINIS-TRATIVA.
Enlace a recurso electrónico: http://www.cua.uam.mx/files/num6%2011.pdf
Ramió Matas, Carles. Los problemas de la implantación de La nue-va gestión pública en las ad-ministraciones públicas lati-nas: Modelo de Estado y cultura institucional. En: Revis-ta Reforma y Democracia (21).
Resumen: El artículo hace un rápido repaso al contexto, causas y contenidos de la Nueva Gestión Pública estructurando las diferentes estrategias que agrupa en dos co-rrientes: una mayoritaria, las corrien-tes neoempresariales y otra minorita-ria, las corrientes neopúblicas. La visión neoempresarial se ha impues-to de forma unilateral entre los políti-cos y los gestores profesionales de los países latinos sin muchas resis-tencias. Ante esta situación, el objeto básico de este estudio es presentar y analizar los problemas de la im-plantación de las corrientes neoem-presariales de la Nueva Gestión Pública en nuestros países.
Descriptores: ADMINISTRA-CIÓN PÚBLICA. GESTIÓN PÚ-BLICA. ESTRATEGIAS.
Enlace a recurso electrónico: http://200.80.149.114/ecgp/FullText/000000/RAMIO%20MATAS,%20 Carles%20-%20Los%20problemas% 20de%20la%20implantacion%20de%20la%20nueva%20gestion.pdf
Schröeder, Peter (2000) Nueva Ges-tión Pública: Aportes para el buen gobierno. Fundación Friedrich Naumann. México.
Resumen: La Nueva Gestión Pública (NGP) es el sistema de con-trol de la administración pública más innovador a nivel mundial y se está implementando en casi todos los países industrializados. Desde la segunda mitad de los años ochenta ha sido desarrollado dentro del ámbi-to angloamericano y ha alcanzado niveles muy desarrollados, espe-cialmente en Nueva Zelanda. Las empresas gubernamentales fueron privatizadas, los mercados públicos y privados fueron desregulados, y se hizo patente una clara separación entre la definición estratégica de las tareas gubernamentales mediante las dependencias políticas y el cum-plimiento de las tareas operativas a través de la administración, así como de gestores independientes o priva-dos. La administración y los gestores privados cumplen con las tareas cuantitativas y cualitativas transfe-ridas por el gobierno, para las cuales se ha acordado un beneficio financiero.
Descriptores: ADMINISTRA-CIÓN PÚBLICA. POLÍTICA ESTA-TAL. GESTIÓN AMBIENTAL. SER-VICIOS PÚBLICOS.
Enlace a recurso electrónico:
http://www.fnst-freiheit.org/uploads/ 1198/Schroeder_NGP__Texto_esp. pdf ◊
Lineamientos para los colaboradores
de la Revista Centroamericana
de Administración Pública
del ICAP*
* Instituto Centroamericano de Administración Pública, ICAP.
NORMATIVAS PARA LA PRESENTACIÓN DE ARTÍCULOS, CON EL PROPÓSITO DE ORIENTAR A LOS COLABORADORES DE LA REVISTA CENTROAMERICANA DE ADMI- NISTRACIÓN PÚBLICA QUE EDITA EL INSTITUTO CENTROAMERICANO DE ADMINIS- TRACIÓN PÚBLICA, ICAP.
Introducción
La Revista Centroamericana de Administración Pública, es una publi-cación semestral del Instituto Centroamericano de Administración Pública, ICAP, con sede en San José, Costa Rica. Su propósito consiste en promover una mejor comprensión de los asuntos gubernamentales y de la administra-ción pública. Con este fin, publica los resultados inéditos, de creación propia y originales concernientes a investigaciones, estudios comparados de interés regional, artículos firmados, cifras e información documental, destinadas a facilitar perspectivas y antecedentes sobre la actualidad y los fenómenos novedosos; así como reseñas de libros de reciente aparición en esta materia.
Propósito
El propósito de la Revista es publicar lo mejor del material pertinente y relevante a las áreas del conocimiento que más frecuentemente apoyan los trabajos académicos, políticos y técnicos de esa especialidad de las ciencias sociales denominada Administración Pública, que a la vez sean de interés particular para la región centroamericana. Para permitir la mayor profundiza-ción posible en los trabajos de los eventuales colaboradores, se aclara que las opiniones expresadas en los artículos no tienen que reflejar necesaria-mente la política de las entidades para las cuales trabajan, así como tampoco la orientación del ICAP, o la Editora de la Revista Centroamericana de Admi-nistración Pública.
Esta Revista es la única publicación a nivel regional especializada en Administración Pública, está incluida en varios índices bibliográficos de circu-lación mundial y en bancos electrónicos de datos: SIDALC, METABASE y UNPAN. A partir de los números 48 y 49 estará disponible en versión digital en el sitio web del ICAP: www.icap.ac.cr
Instrucciones para los colaboradores
Además de su papel central en la educación y de su objetivo funda-mental de proveer un medio de difusión de la información concerniente a las instituciones gubernamentales, realiza esfuerzos para promover la excelencia en la preparación de los manuscritos para publicación. Así las orientaciones aquí contenidas son producto del ajuste para cumplir con los requisitos inter-nacionales de publicaciones de las ciencias sociales:
° Pueden presentarse revisiones bibliográficas, ensayos, casos, tra-bajos de investigación, de creación propia, no sometidas anterior o simultáneamente a publicación en otra fuente.
° Podrán someterse a consideración, artículos o documentos pre-sentados en reuniones o congresos siempre que se indique el evento.
° Asimismo, se podrán presentar trabajos basados en tesis de grado, monografías u otras ponencias de carácter académico y creación propia, que no hayan sido objeto previo de publicaciones en revistas o libros.
Procedimiento para la aceptación de las colaboraciones
Los trabajos sometidos a consideración del ICAP serán evaluados por el Comité Editorial, quien se reserva el derecho de aceptarlos o rechazarlos para su publicación, y quien recurre a especialistas internos y/o externos en su campo, para complementar sus criterios. La decisión final del Comité Edi-torial es inapelable.
Todos los trabajos aceptados para su publicación en la Revista podrán ser reproducidos en libros u otras revistas, mencionando la fuente respectiva.
No se devolverá el manuscrito al autor, quien debe guardar copia, ya que la Revista no se hace responsable de daños o pérdidas del mismo ◊
Instituto Centroamericano de Administración Pública, ICAP
100 mts. Al sur y 50 mts. Al oeste de la Heladería POPS, Curridabat
Apartado postal 10.025-1000, San José, Costa Rica
Teléfonos: (506) 2234-1011 – 2225-4616
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