Núm. 58-59 (2010): Función Pública: Calidad e Innovación en la Administración Pública
El entorno dinámico de la administración del gobierno, la modernización de la gestión pública y la mejora de la gobernabilidad de sus instituciones, constituyen un reto continuo, y deben ser una prioridad de los directivos políticos y públicos, conjugando nuevas prácticas que persigan la efectividad, con la promoción y garantía de los principios y valores del servicio público.
En este sentido, las Administraciones Públicas de la Región están realizando esfuerzos para impulsar una cultura transformadora con la adopción de estrategias de calidad, innovación, racionalización y mejora de la gestión pública, para satisfacer a cabalidad las necesidades y expectativas de la ciudadanía con justicia, equidad, objetividad y eficiencia en el uso de los recursos públicos.
Tanto la calidad como la innovación en la gestión pública, promueven el cambio y la formulación de soluciones de mejora creativa. El aprendizaje y la innovación son determinantes para incrementar la calidad y la sostenibilidad en el cumplimiento de los objetivos de la Administración Pública. La mejora continua y la innovación facilitan el desarrollo de nuevos servicios, procesos y prestaciones públicas, así como su racionalización, simplificación y normalización, permitiendo aumentar la credibilidad y confianza de los ciudadanos en el gobierno.
Una gestión pública de calidad implica una función pública con observancia de los valores públicos, orientada por la vocación del servicio público, la providad, honradez, buena fe y confianza mutua, la solidaridad y la corresponsabilidad social, el respeto a las personas, la escrupulosidad en el manejo de los recursos públicos, y la preeminencia del interés público sobre el privado.
Por otra parte, debe ser capaz de reconstruir la administración pública, redefiniendo sus funciones y su forma de actuación, incrementando la capacidad de gestión estatal (governance), mediante la profesionalización estratégica, el fortalecimiento de los instrumentos gerenciales y el mejoramiento y desempeño en la elaboración e implementación de políticas públicas. Además, debe descansar en un cuerpo de funcionarios públicos con conocimiento y experiencia, capital principal y muy valioso con que cuenta la Administración Pública, cuyos aportes se concretizan en iniciativas para el mejoramiento continuo de calidad en la gestión pública.
Consecuentemente, la calidad y la innovación en la gestión pública están orientadas al buen gobierno. Su aplicación es una cuestión de inteligencia para enfrentar los problemas específicos, y valerse de las herramientas adecuadas a las necesidades de transformación de los aparatos administrativos, como resultado de las exigencias de la ciudadanía, la que a su vez, legitima la actividad del sector público.