Núm. 80 (2021): Reflexiones sobre Asia-Pacífico: Lecciones aprendidas y oportunidades en entornos de transformación global
"El siglo de Oriente: La importancia de Asia en la geopolítica económica y sanitaria".
Comprender la coyuntura requiere conocer el contexto; para entender la transformación económica y social que el mundo afronta actualmente como producto no sólo de la crisis sanitaria, sino también de los ajustes económicos estructurales a nivel macro y micro hay que reconocer que el cambio forma parte del sistema, y que los retos y rupturas espontáneas también forman parte de ese entorno.
En medio de una crisis global, es importante hacer un balance de los procesos que han sido más o menos eficientes según cada circunstancia y aprender de aquellos que han ofrecido soluciones eficaces, reconociendo las buenas prácticas.
En el contexto internacional, el continente asiático se ha convertido en un actor clave en la dinámica geopolítica, determinando decisiones y políticas a nivel global.
Tras el establecimiento de China como segunda economía mundial en 2010, así como el rápido crecimiento de las economías del sudeste asiático, el sistema internacional ha reconocido a Asia como el nuevo centro de gravedad económico, político y social. El periodo post-pandémico se articulará en función de las relaciones estructurales presentes en la región asiática, poniendo fin a la configuración histórica de las relaciones internacionales desde la perspectiva occidental. Es por ello que la situación de los estados asiáticos se convierte en el motor de la investigación, instrumentalizando la óptica analítica nacional y regional para el análisis internacional.
El poder de la región oriental se articula en el liderazgo de sus estados en materia económica, social y sanitaria. Desde la década de 1990, si analizamos las tasas de crecimiento de casi todas las economías del continente, éstas se han mantenido en las categorías de "sostenidas" o "muy altas". La crisis económica mundial de 2008-2009, que afectó exhaustivamente a las economías occidentales, no generó los mismos desajustes estructurales en Asia, demostrando la capacidad de adaptación a las circunstancias económicas, su preocupación por los mercados internos y externos y el papel de este espacio geográfico como líder en el proceso de recuperación económica mundial.
Estos avances se tradujeron en la construcción de una percepción de preocupación estructural de Occidente, concretamente ante el crecimiento de India y China; y su papel en la geopolítica mundial. En términos de influencia económica internacional, Asia se convierte en el eje de interés en términos de Inversión Extranjera Directa (IED), política comercial y consumo de energía y otras materias primas fundamentales.
En el actual contexto internacional, la importancia de Asia se ha visto reflejada en su respuesta institucional a las consecuencias tanto económicas como sanitarias de la pandemia. En el contexto de Covid-19, Asia ha surgido como el líder más eficaz en la gestión de las respuestas al virus. Principalmente China, Corea del Sur, Taiwán y Hong Kong, que en las fases iniciales de la crisis consiguieron reducir drásticamente las tasas de infección y las muertes en sus territorios, gestionando responsablemente la pandemia. Además, tomando como referencia el vínculo entre economía y salud, China se ha convertido en la única gran economía que creció, aunque mínimamente, en 2020, reflejando el declive de la hegemonía estadounidense y el deterioro del papel de Occidente como actor principal en la dinámica internacional.
Otro elemento que ha puesto de relieve el papel de Asia en el juego geopolítico ha sido el nivel de integración económica y comercial de los países. En concreto, destacan la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) y la Asociación Económica Integral Regional (RCEP) en 2020. Esta integración ha reforzado los lazos económicos y de seguridad de los países, estructurando la región como un bloque comercialmente cohesionado. La construcción de la "Nueva Ruta de la Seda" ha sido un movimiento estratégico de China, que ha aprovechado los efectos interconectados del proceso de globalización. El objetivo del gigantesco proyecto económico es conectar a China con el mundo, y así establecerse como un actor importante en el sistema internacional, a través de una serie de proyectos de infraestructura. Por otra parte, el crecimiento económico estable de los Estados asiáticos contribuye a reducir los descensos del ciclo económico y las crisis financieras repentinas, proporcionando un cierto grado de estabilidad al sistema financiero internacional.
Además, comienzan a operar en espacios más allá de la coyuntura, el Banco Central de China ha comenzado a probar una versión digital del yuan, impulsando la digitalización del sistema económico, lo que representaría un impacto significativo en la geopolítica mundial, colocando al continente asiático como el punto de referencia digital internacional, así como el establecimiento de un desafío a la supremacía del dólar como medio de intercambio comercial (y específicamente a la hegemonía estadounidense). El fintech, comúnmente conocido como tecnología financiera, se ha convertido en un punto de interés para los aparatos estatales asiáticos, no sólo en China sino también en países del sudeste asiático como Singapur, con el objetivo de preservar su tipología como centro financiero global.
En el ámbito de la salud, el éxito de la gestión ha surgido como resultado del sistema de respuesta estatal. En esta situación de crisis, se ha gestionado la táctica institucional de "encontrar, aislar, evaluar y tratar cada caso". Como resultado de su poder estatal, el aparato ha logrado la aplicación de pruebas agresivas, rastreo y posterior cuarentena. Sin embargo, específicamente en el caso de Asia, la ventaja comparativa se ha articulado en el uso de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) como herramientas estratégicas para el seguimiento y control de los casos. Por ejemplo, en China, Japón y Corea, el uso de las TIC como herramientas estratégicas para el seguimiento y control de los casos ha supuesto una ventaja comparativa.
En el Sur, se crearon o adaptaron aplicaciones móviles controladas por el gobierno para facilitar el seguimiento eficaz de los casos positivos de Covid-19.
Otra lección aprendida a nivel internacional de la gestión de la crisis sanitaria en Asia fue el proceso estructurado de recopilación e interpretación de datos y la investigación destinada a comprender la dinámica y el comportamiento del virus. Ante la emergencia en los territorios nacionales, los estados asiáticos buscaron establecer alianzas con centros de investigación a través de la tecnología. Durante la implementación de dichas alianzas, se pone a prueba la importancia de Asia como centro de investigación y tecnologías, destacando la importancia geopolítica en materia de salud. Como otro ejemplo de la fuerza de la región, en Taiwán y Japón se utilizó un sistema de rastreo, apoyado por la cartografía de los contagios y los vínculos epidemiológicos. Además, Hong Kong utilizó un sistema de control basado en pulseras electrónicas, que se entregaron a las personas que llegaban del extranjero.
La relevancia de Asia se ha estructurado en conjunción con diversos acontecimientos socio-históricos de la región, ejemplificando el papel de los estados en el juego internacional. Sin embargo, es importante mencionar la influencia de los conflictos asiáticos en las relaciones internacionales, impulsando la necesidad de aumentar la atención de la opinión pública internacional, en temas como la situación histórica de China con los territorios de Hong Kong y Taiwán. Como consecuencia del aumento de la importancia geopolítica del continente, los espacios de discusión y negociación internacional deben construirse prestando atención a la situación, los avances y los logros de Asia.
Las principales cuestiones y problemas internacionales de los últimos años se han construido desde la perspectiva de la creciente influencia positiva del continente asiático, concretamente de China y de los famosos "tigres asiáticos". También es fundamental entender la buena gestión de la transformación estructural del sistema internacional de los Estados asiáticos, adaptándose desde una perspectiva de crecimiento económico sostenido y uso gubernamental de las tecnologías en el marco de los procesos de la economía digital y en una sociedad interconectada, sin embargo, esto no quita que también existan importantes problemas en la región, tanto a nivel interno como entre países, por ejemplo, China tiene algunos frentes de conflicto abiertos; Hong Kong, Taiwán, los conflictos territoriales por la construcción de islas artificiales, la guerra comercial con Estados Unidos y otra serie de conflictos que, si no se gestionan bien, pueden aumentar la inestabilidad.
Asimismo, el aumento de las reivindicaciones sociales en países como Tailandia, el golpe de Estado en Myanmar, las críticas a los regímenes políticos de Filipinas y Singapur por sus posibles violaciones de los derechos humanos, los constantes escándalos de corrupción en Corea del Sur, son problemas internos que sugieren que no hay un modelo de receta para el desarrollo y aunque hay importantes avances económicos, en Asia y Asia Pacífico hay importantes retos que deben ser abordados en beneficio de la sociedad.
Aún así, el continente se convierte en el punto de referencia para el aprendizaje de otros países en un sinfín de áreas, un ejemplo a seguir en términos económicos y de salud, sin duda, el siglo XXI es el de Oriente.
Esta edición de la Revista Centroamericana de Administración Pública ofrece una serie de reflexiones y aprendizajes sobre la región Asia-Pacífico en el actual contexto internacional, caracterizado por la constante transformación de las estructuras sociopolíticas y económicas. La importancia geopolítica de la región asiática ha permeado las estructuras mentales de cómo pensar las relaciones internacionales entre los Estados, motivando la producción de conocimiento que estructura el análisis nacional y regional de los Estados asiáticos, así como su influencia a nivel internacional en la toma de decisiones multilaterales.